Sapphire Wolf (T5)-11

Cuando Siwon se alejó de la mansión China echó una mirada hacia Hee, quien estaba mirando hacia atrás a la camioneta donde estaba Teukkie.

—Él va a estar bien.

—Lo sé. —Asintió—. Simplemtne es raro estar separado de él.

Siwon se acercó y le tomó la mano. Se la llevó a los labios y la besó suavemente, un recordatorio silencioso de que estaba allí para él y siempre lo estaría.

—Entonces, ¿quieres saber sobre las piedras? —preguntó Dambi. Donghae asintió—. Primero lo primero… las piedras sólo se pueden utilizar si los motivos del portador son puros. No pueden ser utilizadas para el mal.

—Es bueno saberlo. Así que, si caen en manos del enemigo son inútiles.

—Exactamente —concordó Dambi—. En segundo lugar, las piedras son magia en sí mismas, pero su magia sólo puede ser utilizada y dirigida por la magia dentro de ti. Tu cuerpo es de la tierra, y por lo tanto, en esencia, eres un elemento. El uso más común para las piedras es dejar sin valides la magia de un enemigo.

…Básicamente repelen cualquier magia oscura. Si quieres ir a la ofensiva, las piedras también son capaces de hacerlo. Mientras sostienes las piedras, simplemente imagina qué es eso que quieres hacer y la magia se arrastrará de ti a la piedra y ella se hará cargo del resto. Cuando todas las piedras están siendo utilizadas juntas, son una fuerza a tener en cuenta. Cuanto más poderoso es el portador, entonces más eficaz serán las piedras.

—Entonces, ¿no puedo matar accidentalmente algún espectador inocente? —preguntó Donghae.

Dambi negó con la cabeza.

—Nop. Las piedras sólo reaccionan cuando la magia que estás llamando es necesaria y en quién se pretende.

—Eso me hace sentir mejor. —Donghae sonrió.

Dambi se rió entre dientes.

—¿Estabas preocupado de que freirías a algún pequeño recolector que estuviera en la vecindad?

—Algo por el estilo.

—Donghae, tu corazón es demasiado puro para que algo como eso suceda, aunque sea accidentalmente. —Las palabras de Dambi estaban tan llenas de verdad que Donghae finalmente se sintió como si pudiera respirar mejor al pensar en el uso de las piedras.

—Dambi, ¿de dónde vienen las piedras?

—Bueno, como muchas cosas con propiedades mágicas, no hay ninguna manera de explicar realmente de dónde provienen. Aparecieron cuando fueron necesitadas. Cuando ya no son necesarias, no están disponibles. Es por eso que aquellos que han tratado de robar las piedras no han tenido éxito. Las piedras no se mantienen en ninguna parte cerca de las Fae. Ellas sólo están…

—¿Dónde están ahora?

Dambi se encogió de hombros.

—No tengo idea. Ellas vendrán a nosotros cuando sea el momento.

—¿Siempre aparecen cuando se necesitan? —preguntó Donghae con escepticismo.

—Nunca han dejado de hacer acto de presencia cuando fueron verdaderamente necesarias. No te preocupes sanador, todo será como debe ser.

Donghae soltó un bufido.

—Suenas como un viejo sabio.

—¿Sabia? Sí. ¿Vieja? Ni siquiera arañas la superficie. —Dambi le guiñó un ojo a Donghae cuando él frunció el ceño.

—¿Cuántos años tienes, Dambi?

—Donghae, eres un joven, seguramente sabes que no debes preguntarle a otro joven o a una mujer su edad.

Donghae sonrió tímidamente.

—Mi error.

El resto del viaje transcurrió con Hee sugiriendo diferentes juegos para ayudar a pasar el tiempo, todos los cuales fueron vetados por Siwon porque Hee continuamente añadía sus propias reglas, lo que siempre contenía algún tipo de connotación sexual. Fue una buena distracción de la inminente tarea.

Cuando Siwon detuvo la camioneta en un hotel, informó a sus pasajeros que éste era donde estarían alojados. A medida que Hee hacía que todos se registraran, Siwon apartó a Donghae a un lado.

—¿Quieres compartir una habitación con Dambi o con tu compañero? —La voz de Siwon no indicó de una u otra manera su opinión sobre el tema.

Donghae echó un vistazo a Hyukjae, quien estaba hablando con Yunho pero mirando continuamente en su dirección. Podía sentir una ligera presencia de él en su mente, pero de alguna manera sabía que no estaba escuchando su conversación con Siwon. Eso hizo que confiara en él cada vez más.

—Estoy bien con compartir una habitación con Hyukjae —dijo con confianza.

Siwon sonrió hacia Donghae, mostrándole un lado que sólo Hee veía.

—Te das cuenta que necesitarás completar el vínculo muy pronto, ¿no? —le preguntó gentilmente.

El asintió con un rubor.

—¿Cómo… cómo va a ser para él trabajar conmigo en el bar?

Siwon negó con la cabeza y dejó escapar un profundo suspiro.

—Va a ser muy difícil para él. Mi consejo sería que te mantuvieras al margen de cualquier interacción con cualquier hombre, tanto como sea posible.

Donghae puso los ojos en blanco.

—¡Vamos a estar en un bar!

Siwon rió.

—Yo no he dicho que sería fácil de hacer, sólo dije que tenías que intentarlo. —Siwon ladeó la cabeza y miró a Donghae. Era obvio que estaba contemplando algo—. Podría no quedarles de otra, a menos que hagan los Ritos de Sangre ahora, luego la ceremonia más tarde.

Los ojos de Donghae se abrieron. Echó una mirada hacia atrás donde estaba parado Hyukjae y cuando él vio la expresión de su rostro comenzó a caminar en su dirección.

Siwon le dio a Donghae una mirada penetrante antes de alejarse.

—¿Qué te ha pareciendo tan alarmante? —preguntó Hyukjae mientras metía un mechón de cabello detrás de su oreja.

Donghae alzó la mirada hasta sus ojos y su preocupación se alivió de inmediato.

—Le estaba preguntando a Siwon cuán difícil iba a ser para ti tenerme en el bar contigo.

Los ojos de Hyukjae comenzaron a brillar, una señal segura de que no era feliz.

—Va a tomar un montón de auto-control, pero creo que puedo manejarlo, siempre y cuando nadie te toque. Y, Donghae, cuando digo nadie, eso incluye a los hombres en nuestra manada.

Donghae asintió mientras miraba sus labios, los cuales estaban en una línea apretada. Levantó la mano y pasó el dedo suavemente sobre ellos, tratando de relajarlos. Hyukjae cerró los ojos y Donghae vio cómo su toque disminuyó la rabia que sentía.

—Va a ser una mierda no estar contigo en las noches —le dijo Hyukjae, sus labios una vez más tenso de frustración.

—¿Dónde planeas estar? —preguntó Donghae, sabiendo muy bien que pensaba que no iban a compartir habitación.

Los ojos de Hyukjae se estrecharon. Aunque no brillaban tan intensamente como habían estado, todavía no habían regresado a su avellana normal.

—¿Me estás diciendo que vamos a compartir habitación? —preguntó, esperanzado.

Donghae sonrió y asintió.

—Me imaginé que necesitaríamos la presencia del otro después de estar en el bar conmigo tratando de evitar a los machos y tú tratando de no matarlos.

Hyukjae envolvió sus brazos a su alrededor y lo atrajo hacia sí. Él apretó el rostro contra su cabello y cuello, y respiró hondo. Donghae se congeló. No habían mostrado tanto afecto en público y no estaba muy seguro de cómo responder.

—Gracias —susurró contra su piel—. Me honras como tu compañero al pensar en lo que yo necesitaría de ti, y por ser honesto conmigo sobre lo que tú necesitarás.

Donghae se apartó y, tomando una decisión impulsiva, le dio un beso en sus labios carnosos.

Hyukjae se quedó inmóvil por un latido de su corazón y luego estaba tirando de él con más fuerza contra sí. Levantando una mano a su nuca, él guió su cabeza hacia un lado para así poder profundizar el beso. No fue hasta que la voz de Hee atravesó la bruma de su mente que Donghae se echó hacia atrás.

—Bueno, si hubiera sabido que todo lo que se necesitaría para conseguir que estos dos mojigatos se juntaran era que entraran al vestíbulo de un hotel, lo habría hecho hace semanas —dijo. Los otros se rieron mientras que Donghae se volvía de un tono rojo brillante.

Hyukjae tenía una sonrisa de suficiencia plasmada en su rostro, obviamente complacido que su beso hubiera hecho olvidar a Donghae lo que le rodeaba.

Donghae notó su suficiencia y le dio un codazo en el estómago. Hyukjae se inclinó y le mordisqueó la oreja lo suficiente como para tomar represalias y luego lo besó en el mismo lugar.

«¿Podrías tratar de comportarte por favor?», preguntó Donghae, utilizando su vínculo.

«Comportarme significaría que no puedo tocarte, besarte, morderte o lamerte. Eso es inaceptable».

Donghae se atragantó al tragar, sus palabras registrándose en su mente.

«¿Acabas de Decir lamer?» Hyukjae podía oír cómo estaba sin aliento.

«De hecho lo hice».

—Oh, chico —murmuró en voz baja, un Hyukjae riendo lo siguió mientras se dirigían a su habitación.

Se decidió que Hongki, Dambi, y Changmin, cuando llegaran, compartirían una habitación. Siwon estaría con Hee, y Yunho y Sihyuk compartirían una habitación. Siwon se había asegurado de tener la habitación de los chicos y la de Hyukjae y Donghae entre la suya y la de los otros machos. Él también había pedido que las habitaciones estuvieran en la planta baja junto a una salida.

Al llegar a las habitaciones Siwon se detuvo y se dio media vuelta dirigiéndose al grupo.

—Después de que todo el mundo se instale y descansen, nos dirigiremos al bar para reunirnos con el propietario. Tomen una hora para descansar y luego estaremos en camino.

* * *

Teukkie estiró las piernas mientras se paraba a un lado de la camioneta. Cuatro horas de hacinamiento en el vehículo lo habían puesto rígido. Sus pensamientos seguían vagando de vuelta hacia Donghae y Hee. Había intentado enviarles mensajes de texto, pero no había recibido una respuesta de ninguno de ellos. Kangin, por supuesto, se la pasó diciéndole que no se preocupara, pero eso era más fácil de Decir que hacer.

—¿Cómo estás? —preguntó Hyesung mientras se acercaba a Teukkie.

Teukkie dejó escapar un lento suspiro antes de contestarle a su suegro.

—Simplemente es raro no estar con ellos. Siempre nos hemos metido juntos en todos nuestros problemas.

Hyesung se rió entre dientes.

—Estás dando a entender que al menos uno de ustedes estará metiéndose en problemas.

Teukkie sonrió.

—Voy a hacerte la misma pregunta que le hice a tu hijo… ¿te das cuenta que estamos incluyendo a Hee en este escenario, ¿no?

—Bueno, puedo conceder eso. Esa sola podría encontrar problemas en la más simple de las situaciones.

—Sin duda —concordó Teukkie—. Y sólo imagina que él va a estar en un jodido bar.

—Definitivamente Siwon va a tener las manos llenas. —Hyesung pasó un brazo alrededor de los hombros de Teukkie y tiró de él hacia la camioneta—. Sólo quedan seis horas para llegar.

—¿Oh, eso es todo? —preguntó Teukkie, su voz llena de sarcasmo.

Hyesung, ahora acostumbrado a eso, simplemente se rió entre dientes mientras subían de nuevo a la camioneta.

Kangin sonrió hacia Teukkie mientras él una vez más, se sentaba junto a él.

—¿Todo está bien? ―preguntó con suavidad.

—Sólo listo para poner este espectáculo en marcha.

Volvió la cabeza para mirar por la ventana y Kangin pasó un brazo a su alrededor y lo atrajo hacia sí. Teukkie vio los árboles comenzar a pasar de largo mientras Junjin los sacaba a la carretera. Pronto su mente vagó hacia lo desconocido que se extendía ante ellos.

Unos jodidos duendecillos, pensó. ¿Quién lo hubiera imaginado?

 “Agua, tierra, viento y fuego,

dirige mis palabras, concédeme el deseo.

Dame una voz que no sea la mía,

hazle ver lo que se muestra en la vía.

Toma este sacrificio de vida,

corta en mí con la sagrada cuchilla.

Esta sangre mía que fluye solitaria,

le hará hacer creer lo que vea a distancia.

Agua, tierra, viento y fuego,

dirige mis palabras, concédeme el deseo.

Tráela a mí cuando llame,

el deseo del amor la hará caer en sus fauces”.

Mona abrió los ojos después de que lanzara el hechizo. Se envolvió una toalla alrededor del brazo que le sangraba y sintió la magia fluir de ella. Después de varias respiraciones profundas se puso de pie y se acercó a la mesa en la pequeña cocina. Ella había irrumpido en la casa de un humano y lanzado un hechizo sobre los propietarios. A estas alturas probablemente estaban al otro lado del país, creyendo que estaban en las vacaciones de su vida. Tomó su teléfono móvil y, gracias a la maravillosa invención del Internet, marcó el número que había encontrado recientemente.

Después de cuatro timbres, alguien contestó y ese alguien era con quien Mona quería hablar.

—¿Hola?

—Hola, soy Hyesung —respondió Mona. El hechizo que había lanzado sobre ella misma le permitía tener la voz de otro. Mona escuchó mientras su víctima le preguntaba sobre los chicos y cómo lo estaban llevando—. Lo están llevando muy bien, adaptándose a la vida aquí perfectamente. Junjin y yo queríamos invitarte a venir y a quedarte con nosotros, pero queremos que sea una sorpresa para Teukkie.

Mona se aseguró de calmar todos los miedos y sospechas de Sora.

—Sí, también han sido invitados. Pero no están seguros todavía si pueden hacerlo. Así que sólo podrías ser tú.

Otra vez más preguntas. Mona puso los ojos en blanco pero trató de ser paciente.

—Vamos a enviar un avión privado mañana por la mañana. —Otra pregunta—. Sí, entiendo que es poco tiempo —prosiguió Mona—. Oh, bueno, tienes un gerente con el que sientes que puedes confiar. Excelente, entonces te veremos en un par de días. Enviaré a una de las parejas de la manada para que te recoja. No dejes que te alarme, ella tiene un aspecto muy inusual. Bien. Adiós.

Mona presionó el botón de finalizar en su teléfono y gimió en voz alta en la casa vacía.

—Ugh, te juro que prefiero apuñalarme en el ojo con una cuchara repetidamente que serle amable a una idiota, lo cual significa bastante para quien sea con el que me ponga en contacto. Maldita sea, me apuñalaría muchísimo el ojo.

Se paseó por la pequeña casa, mientras esperaba saber del Rey Hechicero. Había estado segura que iba a ponerse en contacto con ella con bastante rapidez, pero habían pasado varios días desde que había hablado con él y todavía estaba silencioso.

Si no tengo noticias de él pronto… Antes que pudiera terminar ese pensamiento, sintió una onda en el aire.

—Desdémona —oyó a la voz Decir y una sonrisa se dibujó en su malvado rostro.

Sabía que él no sería capaz de resistirse a la posibilidad de una pareja pensó. Típico hombre.

Mona volvió a la parte de atrás y desató a Octavian del porche.

—Está bien, viejo amigo, vayamos a estafar a nuestro buen socio. —Octavian bufó. Mona rió—. Bueno, tienes razón. Él no es ni bueno ni un socio.

Esta vez cuando Octavian resopló, casi Haeió como una risa. Mona le palmeó el cuello mientras le clavaba los talones en sus costados y él echó a correr, volviendo a la espesura del bosque.