—Creo que deberíamos
ir —declaró Teukkie por milésima vez.
—Teukkie, hemos
tomado nota de lo que piensas, no es necesario que lo sigas diciendo. —Las palabras de Junjin
eran ligeramente sarcásticas, pero suaves
—Tomar nota no es
lo suficientemente bueno, Alfa. ¿Por qué estamos aquí sentados cuando
podríamos caminar
a través del bosque para estar con los demás? La unión hace la fuerza,
¿recuerdas? —Teukkie
paseaba por la sala de reuniones mientras los demás continuaban
mirando los libros
que había traído con ellos de los archivos.
—Me voy a poner en
contacto con Dam y a consultar con ella sobre esto. ¿Qué te parece?
Teukkie miró a Junjin
fijamente.
—Mejor.
Después de que Junjin
hablara por teléfono con Dam, se reunió con los demás en la sala de
reuniones. Todos
tomaron los lugares que extraoficialmente habían asumido como propios en
torno al fuego
abrasador.
—Dam dijo que Hee
aún está muy débil para viajar, y Siwon también. Ella está de acuerdo contigo
Teukkie, en que
todos debemos estar juntos.
—¡Guau! Te lo
dije, ¿no lo hice? —Teukkie sonrió con malicia.
Kangin le dio un
codazo, tratando de insinuar que necesitaba cerrar la boca.
Teukkie se calmó a
regañadientes.
—Como estaba
diciendo, ella piensa que deberíamos estar juntos. Sin embargo, no es seguro
para
nosotros viajar
por el bosque sin protección. Ella va enviar a uno de los suyos para que pueda
ocultar nuestra
presencia. La bruja está constantemente en busca de nosotros para atacarnos de
alguna forma. Así
que vamos a esperar hasta que su… persona llegue.
—¿Cuánto tiempo va
a tardar?
—¿Por qué los
humanos son tan impacientes? —Todos se giraron hacia la puerta para ver a un
pequeño joven.
Tenía una cara inusual, con ojos almendrados de un inusitado color gris, una
pequeña pero linda
nariz chata, y una boca enfurruñada que parecía mantenerse en una sonrisa
permanente.
Llevaba puesto
pantalones de cuero café y una camisa verde, cómoda y térmica. Sobre la camisa
usaba un chaleco
que contenía cuchillos de distinto tamaños, y por lo que podía verse asomando
sobre sus hombros,
dos espadas. Sus botas estaban atadas fuertemente alrededor de sus
pantorrillas hasta
debajo de las rodillas.
Teukkie decidió
que fuese cual fuera su nombre, él iba llamarla “Seguramente”, porque
seguramente podía
darle una paliza a cualquiera.
—¿Tú eres el que Dam
nos envió? —pregunto Junjin.
—Sí, Alfa. Mi
nombre es Changmin, estoy aquí para llevarlos al velo. Debemos movernos rápido,
hay maldad en el
viento.
Todos se
levantaron y comenzaron a dirigirse hacia las escaleras para recoger sus cosas,
Changmin
los detuvo.
—Todo lo que
necesitan es un abrigo grueso. Todo lo demás les será proporcionado.
Zhoumi y Teukkie
se miraron uno al otro y luego se encogieron de hombros.
—Si tú lo dices,
Seguramente —murmuro Teukkie. Zhoumi lo miró con los ojos entornados.
—¿Debo preguntar
por qué lo llamas así?
Teukkie se rió y
se lo explicó a Zhoumi. Zhoumi negó con la cabeza, riendo.
—Nunca dejas de
divertirme.
Cuando estuvieron
en camino, moviéndose rápidamente a través del bosque lleno de nieve, Kangin
siguió a Teukkie
hasta la parte delantera del grupo. Changmin los guiaba.
—¿Así que tú eres
un hada? —preguntó Teukkie con curiosidad.
Changmin sonrió y Teukkie
no pudo evitar sonreírle en respuesta. Changmin era una de esas personas que contagian
felicidad. A Teukkie le agradaba.
—Soy un hada —le
confirmó Changmin.
—Puedes hacer todo
tipo de cosas interesantes, ¿verdad?
«Angel, ¿qué estás
haciendo?» La voz de Kangin llenó la mente de Teukkie.
«Relájate, hombre
lobo, sólo quiero hacer algunas preguntas. Quiero decir, vamos, no es todos los
días que uno
conoce a un hada».
Kangin sonrió ante
la curiosidad de su compañero, pero también estaba preocupado de que
pudiera ofender a Changmin.
Un hada enojado es algo con lo que nadie quiere tratar.
—Supongo que puedo
hacer cosas más geniales que los humanos —dijo Changmin pensativo—,
pero no puedo
hacer ningún tipo de magia en este momento, sería demasiado fácil para la bruja
encontrarnos,
incluso a través del hechizo de encubrimiento.
Teukkie asintió,
comprendiendo.
El grupo
permaneció en silencio mientras caminaban. Una extraña quietud llenó el bosque:
no
había animales corriendo
ni pájaros sobrevolando la zona. Era como si el bosque entero contuviera
la respiración.
Tratando de ocultarse en plena vista, esperando.
El silencio no
pasó desapercibido para Changmin mientras conducía al Alfa y a sus lobos a
través de
los árboles. Dam
le había dejado en claro que tenía que moverse con rapidez, tener pocos
descansos
y hacer paradas
cortas.
Changmin podía
sentir la magia negra deslizándose a través del escudo que había lanzado sobre
ellos,
y se estremeció
ante el conocimiento de quién había ejercido esa magia. Miró hacia atrás,
encontrando rápidamente los ojos de Junjin, dando un leve asentimiento que él
entendió: apuren el paso. Y cuando Changmin empezó a
moverse más rápido, todos los demás siguieron su ejemplo.
Mona estaba de pie
frente a la cornisa de la montaña donde su casa estaba situada. Ella sabía que
una persona, o
muchas, se movían a través del bosque. Sin embargo, no pudo obtener una visión
de
ellos. Usando su
voluntad para moverse en el aire, siguió buscando a quienquiera que fueran. Aún
nada.
Frustrada, abrió
los ojos y miró los vastos bosques ante ella. Decidió que era hora de adivinar
el
futuro. No era
algo que le gustara por lo general, ya que podía ser difícil de descifrar el
significado de
lo que vería. No
siempre significaba algo obvio, pero eran tiempos desesperados.
Mona entró en su
casa y giró a la izquierda, entrando en una habitación llena de jaulas, todas
contenían
diferentes animales.
Abrió una de las
jaulas del fondo, agarrando a un conejo por la nuca. Sin pensar, le torció el
cuello
con un crujido repugnante. Ella puso el animal
ya muerto sobre la mesa y le cortó la garganta, lo
que permitió que
la sangre fluyera en un cuenco poco profundo y grande. Una vez que la sangre
drenó, arrojó el
pequeño cuerpo a una cesta debajo de la mesa.
Recogió sus
piedras de adivinación y las sostuvo en sus manos para calentarlas. Luego
entonó:
“Piedras del
misterio, piedras del destino, Miren a través del velo de hoy.
Tomo una vida para
darte sangre, Derrama la verdad como una inundación”.
Cantó eso una y
otra vez mientras lanzaba las piedras al cuenco lleno de sangre. A medida que
la
última golpeaba el
líquido aún tibio, abrió los ojos para ver el resultado. Sus ojos se
estrecharon y
una sonrisa
siniestra cruzó sus labios.
—Bueno, ¿no es eso
interesante? —Una risa malvada surgió de su pecho—. Amo cuando las cosas
se ponen
interesantes —murmuró para sí misma.
Días Después de la Maldición.
Leeteuk tropezó
mientras él y los demás subían una colina considerablemente empinada. Kangin
le pasó un brazo
alrededor de su cintura, atrapándolo antes de que cayera de cara en la nieve.
—Gracias a Dios
por los reflejos de lobo —murmuró.
Kangin le guiñó un
ojo y le dio un beso en la mejilla.
—Yo siempre te
atraparé, Leeteuk.
Lo soltó y
continuaron hasta la colina, siguiendo a Changmin, con Hyesung, Yunho y Junjin
en
la retaguardia.
—Con riesgo de
sonar muy parecido a un niño de cinco años, ¿ya llegamos? —se quejó Teukkie.
Changmin lo miró,
luego a los otros, y se dio cuenta de que estaban seriamente arrastrándose.
Teukkie más que
los otros, porque no era totalmente Canis lupis. Changmin los había estado
presionando duro,
y en veinticuatro horas solo había permitido que se detuvieran dos veces y
fueron breves
pausas.
Miró hacia delante
y entrecerró los ojos. La vista del ojo de un hada estaba más allá de cualquier
cosa que los seres
humanos pudieran entender.
—Serán otro día y
media noche antes de que estemos allí, y eso si no nos detenemos.
—Tenemos que
detenernos para dormir por lo menos durante un par de horas —habló Junjin desde
detrás de ellos.
—Sin ánimo de
ofender, Alfa, pero quedarse no es sabio. —Changmin miró a la pequeña bolsa que
estaba junto a su
cadera. El solo la usaría como un último recurso, pero era necesario en este
punto.
Sacó pequeñas
ostias y se las entregó a Teukkie.
—Dales tres a cada
persona. Dejen que se disuelvan en la boca —explicó Changmin.
Teukkie se giró
para hacer lo que se le instruyó, luego se volvió rápidamente a Changmin.
—¿Qué es esto
exactamente?
—Es energía —dijo Changmin
simplemente.
—Bueno, eso lo
aclara —graznó Teukkie—. Eres tan vago como las bolas de pelos.
Changmin ladeó la
cabeza hacia un lado.
—¿Bolas de pelos?
Teukkie soltó una
risita.
—Lo siento, mala
costumbre. Me refería a los hombres lobo.
Changmin miró
detrás de Teukkie a Kangin.
—Tú eres el
príncipe de tu pueblo y él te llama una bola de pelo.
—Lo creas o no, él
me ha llamado de peores formas —le dijo Kangin, sacudiendo la cabeza.
Changmin sacudió
la cabeza con incredulidad, murmurando:
—Los humanos son
tan extraños. —comenzó a caminar de nuevo y dijo por encima del hombro—: Deben
comenzar a sentir los efectos en unos momentos.
El grupo continuó,
y fiel a la palabra de Changmin, comenzaron a sentir los efectos de la comida
Fae. Mientras la energía de Teukkie de las extrañas ostias alcanzaba su punto
máximo, se volvió para mirar a Kangin con una sonrisa maliciosa.
—¿Qué está pasando
en esa cabeza tuya, Angel?
—Yo estaba
pensando en lo que Hee podría sugerir como uso de estas ostias. —Teukkie se rió
en
voz alta cuando Kangin
enarcó las cejas.
—¿Quién dice que Hee
es el único al que se le ocurriría una cosa así? — Su voz estaba llena de
deseo persistente,
incluso en medio de toda la confusión que estaban soportando.
La respuesta de Teukkie
fue reírse y poner los ojos en blanco ante su compañero, quien, hombre
lobo o no, todavía
era un hombre.
14 Días Después de la Maldición.
Siwon no entendía
por qué estaba nervioso por darle a Heechul más de su sangre. Es cierto, era
una experiencia
muy íntima, pero bajo las circunstancias él sentía como si todo lo que debería
sentir era el
deseo de asegurarse de que sanara.
En verdad, incluso
con él consciente solo en breves períodos, se estaba enamorando, y quería
desesperadamente
que Heechul todavía sintiera los sentimientos que Donghae dijo que sentía por
él.
Colocó una mano
bajo su cuello y lo elevó suavemente para levantarlo. Luego se mordió su otro
brazo lo
suficientemente profundo como para asegurarse de que la sangre fluyera libremente.
Colocó
la herida sobre sus
labios, presionando suavemente el labio inferior para abrir su boca.
Contuvo la
respiración mientras esperaba para ver si él respondía por su cuenta. Después
de varios
segundos, para su
alivio, los labios de Heechul se pegaron a su brazo y comenzó a tomar lo que él
ofrecía. Siwon
cerró los ojos, agradeciendo a la gran Luna el que Heechul estuviera finalmente
lo
suficientemente
fuerte como para beber sin persuasión.
Trató de no pensar
en lo mucho que le gustaba que pareciera ansiar su sangre, que lo reconociera a
él como suyo. Para
un compañero, era una cosa muy potente.
Cuando empezó a
retirar su brazo, sonrió al oír el ruido decepcionado que provino de su
compañero.
—Tú me dejarías
seco si te dejo. —Mientras Siwon envolvía la toalla que había dejado en su
regazo
alrededor de su
brazo sangrante, su cabeza se levantó al oír el sonido de una voz ronca.
—No soy una
maldita bolsa de pulgas vampiro.
Siwon no pudo
detener la amplia sonrisa que se extendió por su rostro mientras miraba a los
ojos de Hee.
Aunque tenían una niebla por encima de ellos, todavía sostenían misterios que
él
anhelaba
descubrir. Apartó suavemente su cabello lejos de su cara y pasó el dorso de la
mano
contra su mejilla.
—Puedes no ser un
succionador de sangre, pero admítelo, princesa, te gusta mi sangre —se burló
Siwon. Las
palabras parecían naturales, casi una segunda naturaleza.
Hee puso los ojos
en blanco.
—Realmente quiero
estar asqueado por eso, pero sabes bien. No puedo decidir si eso me convierte
en un psicópata o
a ti en un raro.
—Si eres un
psicópata entonces yo también porque no puedo esperar a probar tu sangre
—confesó
Siwon sin
vergüenza.
La frente de Hee
se frunció mientras miraba fijamente a los ojos de Siwon.
Sus palabras la
confundían.
—Tú. —tomó una
respiración entrecortada que le hizo encogerse por el dolor—. ¿Tú me recuerdas?
Siwon estaba
negando con la cabeza a medida que respondía suavemente:
—No, princesa, no.
Deseo recordarte más que cualquier otra cosa.
—Entonces, ¿cómo
puedes decir eso? ¿Cómo puedes querer probar mi sangre?
Siwon trató muy
duro de no tocarlo, pero era imposible. Él ya no podía mantener sus manos lejos
de Heechul más de
lo que podría detener la marea de balancearse. Agarró fuerte su mano y frotó
su pulgar
suavemente.
—Mi lobo conoce a
su compañero. Él se acuerda de ti. Incluso si yo no quisiera quedarme aquí
contigo, incluso si no
quisiera recordarte, recordar el amor que sentía por ti, él no me dejaría salir
de esta habitación. Si me
voy de tu lado incluso por segundos él se pone salvaje.
—¿Por qué?
—preguntó Hee, realmente no entendiendo.
—No hay nada más
peligroso que un macho Canis lupis dominante cuando su pareja está herida e
indefensa. Pero
necesito que entiendas, mi lobo no es el único que te quiere, Heechul. Yo te
quiero.
Te necesito para
que me ayudes a recordar.
Hee estaba
dolorido y su cuerpo estaba luchando desesperadamente para volver a hundirse
en el
olvido, pero con
la ayuda de la sangre de Siwon, él fue capaz de mantener la compulsión a raya.
Observó con
incredulidad mientras una lágrima se escapó del ojo de Siwon. Su mandíbula se
apretó
y, aunque parecía
vulnerable, nada en él se veía débil o menos amenazante.
Él seguía
acariciando su mano mientras hablaba.
—Necesito que me
recuerdes quién soy. —Siwon miró a sus ojos, sabiendo que las siguientes
palabras que
saldrían de su boca iban a ser difíciles— Ellos… ellos saben qué romperá la maldición.
Los ojos de Hee se
agrandaron.
—Entonces, ¿por
qué estamos aquí sentado discutiendo que de alguna manera trate de llenar tus
recuerdos?
—Porque el amor es
lo que rompe la maldición.
Siwon vio como el
aliento de Heechul se hacía superficial. No quería hacerle daño, era la última
cosa
en la tierra que
él quería. Su lobo estaba enojado de que él le estuviera causando dolor y
presionándolo para
que lo dejara tomar el control
—Quiero amarte, Heechul.
Quiero amarte más que a nada. Pero quererlo y hacerlo no son lo mismo
cuando se trata de
la maldición. Te miro y siento algo. Tú me atraes y anhelo estar cerca de ti,
no
solo mi lobo, yo,
el hombre anhela estar cerca de ti.
Hee estaba
temblando mientras escuchaba al hombre que amaba más que a nada decirle que no
lo amaba. Oh,
quiere amarlo, bueno, que malditamente fabuloso. El quiere levantarse de la
maldita
cama y golpearlo
con un auto 2x4, pero, como siempre dice, deseo en una mano y tonterías en la
otra y ver cuál se
llena primero.
No se dio cuenta
que lo había dejado de escuchar hasta que oyó: “Ritos de Sangre” y “romper la
maldición” en la misma frase.
—Espera, perdón,
¿di eso de nuevo?
Siwon respiró
hondo. Era obvio que estaba frustrado.
—Dije: Junjin
piensa que si llevamos a cabo los Ritos de Sangre, traerán las emociones
suprimidas
a la superficie. Y
es lo único que va a salvar tu vida. Tu lobo necesita a su compañero. Él ya no
está
latente, y cuando
el vínculo entre nosotros fue seccionado, la oscuridad en mí llegó a través de
ti.
No vas a vivir
sólo de mi sangre, Heechul.
El dolor que
estaba apretando el pecho de Hee comenzó a tornarse en ira e incredulidad ante
la sugerencia de Junjin.
—¿Él quiere que
nos vinculemos porque piensa que va a romper la maldición? ¿En serio? ¿Estás
jodidamente
tomándome el pelo? —El ni siquiera se molestó con todo el asunto de salvar su
vida,
no iba a tocar eso
ni con un palo de quince metros.
Siwon estaba
sorprendido por el veneno en su voz.
—Tú eres mi
compañero. ¿Por qué no habríamos de vincularnos?
Hee lo miró con
incredulidad. Siwon volvió la cabeza mientras se pasaba la mano por el cabello.
Fue entonces
cuando Hee vio las marcas en el cuello de Siwon. Marcas que no habían estado
allí
antes. Se acercó
lentamente, rechinando los dientes por el dolor, y agarró su barbilla, girando
su
cabeza aún más
para poder ver bien.
—¿Tus marcas
cambiaron?
Siwon esbozó la
sonrisa de infarto que siempre le daba ganas de meterse en su regazo y
ronronear.
Por la leve
sonrisa en su hermoso rostro, era obvio que sabía el efecto que estaba teniendo
en él
tanto si él se acordaba de ella o no.
—Sí, cambiaron.
Hee casi saltó,
luego gimió por el dolor que le causó, mientras Siwon agarraba el dobladillo de
su
camisa y comenzaba
a levantarla. Sus ojos se agrandaron cuando vio las marcas, idénticas a las de
Siwon, a lo largo
de su costado derecho, empezando por debajo de la cintura de sus pantalones de
deporte y
continuando hacia arriba.
Sin ser consciente
de lo que podría estar mostrándole a Siwon, continuó levantando la camisa para
mirar las marcas
mientras ascendían hasta el lado de su pecho derecho. Hee no se dio cuenta que
Siwon había estado
rastreando las marcas con el dedo hasta que se contuvo y se aclaró la garganta.
Él agarró su
camisa y la tiró hacia abajo.
Heechul no sabía
qué decir. Una parte estaba más que feliz, otra parte enojada de que sucedió
mientras su
compañero no tenía ni idea de quién demonios era él, y otra parte más estaba
enojado
debido a la
ubicación.
—¿Por qué tienen
que estar allí? —gimió.
Siwon entrecerró
los ojos, confundido.
—¿Por qué te
molesta que esté en tu costado?
—Kangin enloquece
cada vez que alguien ve las marcas de Teukkie.
—Como debería
—gruñó Siwon.
—Oh, mantén tus
bragas puestas, Siwon. Estoy molesto porque me imagino que, si alguna vez me
recuerdas, vas a
ser incluso peor que Kangin al respecto. Lo que significa que ya no puedo usar
mi
miniboxer de baño.
Así que es tan poco genial. ¿Sabes qué viejo me hará usar uno normal y para
colmo acompañado
de camiseta?
Siwon estaba
negando con la cabeza cuando habló:
—¿Acabas de
enterarte de que tenemos otra confirmación de que somos compañeros, y estás
preocupado por los
trajes de baño?
—Ya te
acostumbrarás a ello —dijo Hee con aire ausente. Cerró los ojos un momento,
tratando de
reunir sus
fuerzas.
—Necesitas descansar
—le dijo Siwon, sus palabras una orden. Hee abrió los ojos y los apuntó hacia
él sin mover la
cabeza.
—Voy a descansar
después de haber dicho lo que me plazca.
—¿Siempre eres tan
poco razonable?
—No. —Hee sonrió
dulcemente—. Por lo general soy peor. —le sostuvo la mirada, algo que solo
Junjin tenía
permitido hacer—. No voy a vincularme contigo. —ignoró el gruñido proveniente
del pecho de Siwon—.
No voy a realizar los Ritos de Sangre con un hombre que ni siquiera se
acuerda de mí. Si
he entendido bien de Teukkie, el acto de realizar los Ritos de Sangre es aún
más
íntimo que el
sexo.
—Tú eres mi
compañero. —Siwon estaba tratando de mantener la calma, no quería asustarlo—.
Llevas mis marcas,
compartimos un vínculo mental, mi lobo te conoce, y tú me amas.
Sus últimas
palabras fueron una bofetada en la cara de Hee.
—Amo a mi Siwon,
¡AL MÍO! Tú no eres él. Así que no te atrevas a tratar de usar mi amor como
palanca para
conseguir lo que quieres.
TT___TT
ResponderEliminarAy mi Sichul!!!
No se vale!!!
Siwonshis!
Heechul!!!! Se razonable!!!
Por el amor de Dios!!!!
Es tu jodido compañero!!!