—Sin moros en la
costa. —Hyukjae sacó la cabeza por la puerta. Él buscó la mano de Donghae y no esperó a que aceptara
la suya, simplemente lo agarró y tiró de él hacia la casa.
Tan pronto como
entraron, estaban en una sala de estar gigante. Una enorme chimenea de piedra
estaba en la pared
más alejada de la izquierda y un cálido fuego crepitaba y saltaba. El techo
inclinado era un
espacio abierto todo el camino hasta el segundo piso y había una barandilla que le permitía a uno
mirar hacia abajo a la sala de estar.
Había una cocina
en la parte trasera de la habitación con todos los electrodomésticos necesarios,
y
parecía tan
extraño para Donghae estar de pie en una casa en un reino diferente, mirando a
una
cocina
aparentemente normal.
Había un gran sofá
y varias sillas mullidas cerca del fuego en un círculo, y en la pared alejada
de la
izquierda habían
altas estanterías llenas de libros de diversos tamaños. En la pared del fondo,
al otro
lado de la cocina,
había una puerta que daba a otra habitación.
—Hongki, lleva a Hee
a ese cuarto de ahí —le instruyó Dam mientras ella señalaba la puerta.
Hongki llevó su
preciosa carga, con Siwon todavía sosteniendo la pierna de Hee, y le puso sobre
la
cama en la
habitación. Era una habitación sorprendentemente grande con una cama con
ruedas.
Cuando Hongki bajó
a Hee, se dio cuenta de lo suave que era el edredón, y afelpado, mientras
parecía envolverse
alrededor de Hee tan tiernamente como un amante. Había varias sillas en la
habitación, un
gran armario y otra chimenea. La habitación era cálida y, a pesar de su tamaño,
muy acogedora.
Hongki observó
como Siwon se paraba junto a la cama, mirando a su compañero, con la mano
aún en su pierna.
El tomó una silla y la empujó hacia él.
—Beta, necesitas
descansar. —Hizo un gesto hacia la silla.
El lobo de Siwon
todavía miraba a través de sus ojos. Él asintió y se sentó, sin perder de vista
a Hee.
Hongki lo dejó
allí sin molestarlo más. Vio que los otros estaban sentados en las sillas y el
sofá
alrededor del
fuego.
Donghae había
colocado el teléfono en la mesa redonda de café en el centro de su círculo. Se
dio
cuenta que Donghae
debía haber llamado a los demás cuando le escuchó explicar acerca de Hee y
Siwon. Su rostro
era serio cuando describió cuán maltratado se veía su amigo; lágrimas estaban
deslizándose por
sus mejillas. Hyukjae colocó una mano en la espalda baja de Donghae y Hongki
notó que sus ojos
estaban brillando. Obviamente a él no le gustaba ver a Donghae tan alterado.
—Nunca he visto a
nadie tan cerca de la muerte, Teukkie. —Donghae hipó entre lágrimas. Hyukjae
finalmente tuvo
todo lo que podía tomar, y atrajo a Donghae a su regazo. Le susurró palabras de
consuelo y
acarició su cabello suavemente.
—Va a estar bien, Donghae
mío —le dijo él suavemente.
Donghae miró sus
ojos y aunque sabía que probablemente iba a arrepentirse, cedió y apoyó la
cabeza
en su pecho. Hyukjae
dejó escapar un suspiro de satisfacción y lo apretó con más fuerza.
—¿Siwon está con él?
—La voz de Junjin llegó a través del teléfono.
—Sí —respondió Dam—.
Su lobo reconoció a su compañero. No va a dejar que nadie se acerque a él.
—Eso es bueno
—dijo Junjin, luego se enmendó—, bueno que su lobo lo reconociera.
—¿Así que no ha
habido ningún cambio a pesar de que han sido reunidos?
—¿Puede el amor de
un lobo, quiero decir, su amor sería capaz de romper la maldición? —
preguntó Teukkie.
—¿El amor es lo
que va a romper la maldición? —preguntó Hyukjae, habiéndose perdido esa
conversación. Donghae asintió contra su pecho—. ¿Cómo puede algo tan simple
romper algo tan poderoso? —Hyukjae sacudió la cabeza.
—¿Simple? —jadeó Donghae
mientras se sentaba abruptamente y se volvía a mirar a Hyukjae—. ¿Crees que el
amor es simple?
Los ojos de Hyukjae
se abrieron ante la fiereza en sus ojos y la firmeza de su voz, un ciervo
encandilado por los faros.
—Aquí vamos
—oyeron ellos a Teukkie murmurar en voz baja.
—¿Cómo puede
sorprender a cualquiera de ustedes que el amor pueda romper la maldición? —Se
dirigió Donghae al grupo, sus ojos moviéndose de persona en persona. Luego se
quedó mirando el teléfono como si pudiera ver a través de este—. Ustedes, ¿de
cuyo mismo componente genético los obliga a amar tan profundamente que ni
siquiera pueden sobrevivir sin su compañero? No es ninguna coincidencia eso del
dicho de que: “El amor lo conquista todo”. Es una historia tan antigua como el
tiempo.
Teukkie resopló.
—Has estado
esperando para usar esa línea.
Donghae rió
brevemente.
—Por fin me llegó
mi día. —Luego se puso serio y sus ojos volvieron a Hyukjae—. No hay nada
simple sobre algo
que puede llenarte con la alegría más grande que alguna vez has conocido.
Puede hacer que
los hombres construyan ciudades, aplasten enemigos, busquen maneras de
mover montañas, y
pongan incluso al más grande de rodillas. No hay nada sencillo sobre algo que
puede rasgar a la
mitad las propias costuras de tu alma, triturar cada pedazo de dignidad que has
tenido, y quitar
cada inhibición de quién eres.
Hyukjae se inclinó
hacia adelante y extendió la mano hacia el chico.
—Donghae —susurró
él.
Donghae se apartó
de él en una rara muestra de seriedad, haciendo caso omiso de su mano,
mirando de nuevo
al teléfono.
—Kangin, ¿crees
que la maldición habría funcionado en ti? ¿Crees que podrías haber olvidado
a tu compañero?
Kangin negó con la
cabeza.
—No. No ya
habiendo realizado los Ritos de Sangre y el vínculo entre nosotros estando
completo,
pero sospecho que
la maldición no funcionaría sin el amor entre los dos. Estás en lo cierto, Donghae.
No hay nada más
poderoso que el amor. Mi alma y la de Leeteuk se han hecho una a través de
nuestro vínculo.
Ni las tinieblas pueden conquistar la luz con la que nos cubre el amor.
—Está bien, yo
estoy contigo —concordó Teukkie—. Pero, ¿cómo conseguimos que un hombre que
no recuerda a su
compañero recuerde que lo ama?
—Siwon va a tener
que vincularse con él —habló Dam. Todas las cabezas se volvieron hacia ella.
—Es la única cosa
que restablecerá el vínculo cortado y, ostensiblemente, traerá los recuerdos de
Siwon.
Hongki se inclinó
hacia delante en su silla, apoyando los codos en sus rodillas.
—Junjin, no será
difícil convencer al lobo de Siwon hacer los Ritos de Sangre, pero Siwon es
otra
historia. Él
quiere recordar a Hee, él quiere amarlo. Querer y hacer son dos cosas
diferentes.
—Donghae. —Fue la
voz de Hyesung la que ellos escucharon esta vez.
—¿Sí? —respondió Donghae.
—Necesitas hablar
con Siwon. Tú puedes ser capaz de llegar a él.
—Voy a intentarlo.
De repente oyeron
un gruñido mortal y el sonido de algo golpeando el suelo duro. Donghae se dirigió
en dirección a la habitación, pero Hyukjae lo agarró por la cintura.
—Tú no vas allí
con un lobo enfurecido.
—Hyukjae, suelta.
Es mi mejor amigo el que está allí. Siwon no va a hacerme daño.
—Donghae, ¿qué ha
pasado? —La voz de Junjin tronó a través del altavoz.
Hongki levantó el
teléfono y comenzó a hablar mientras se dirigía en dirección de la habitación,
siguiendo al
luchador Donghae y, al parecer, el enojado Hyukjae.
Entraron en la
habitación y Hongki casi dejó caer el teléfono.
—Alfa, vamos a
tener que llamarte luego. —Antes de que él pudiera contestar, terminó la
llamada y
miró, horrorizado
a un Siwon cubierto de sangre y a un Hee sin vida.
Donghae se
apresuró hacia adelante, empujando a Siwon fuera del camino. Puso sus manos en
el
pecho de Hee y
cerró sus ojos. Empujó con todo su poder, mirando mágicamente al cuerpo frágil
de
su amigo. Donghae
jadeó, los pulmones de Hee se encontraban llenos de fluido. Se estaba ahogando
en su propia
sangre. Donghae no sabía cómo lo hizo, no lo entendía, pero agradeció a todos
los seres
que se le ocurrió
por el poder que fluyó a través de él. La sangre en los pulmones de Hee estaba
siendo absorbida
en su cuerpo, vaciándose poco a poco hasta que no quedó nada.
Donghae retiró sus
manos y abrió sus ojos. Hee aún no respiraba. Puso su oído en su pecho, sin
latidos. Se volvió
hacia Hyukjae.
—Colócalo en el
suelo, ahora. Necesito hacerle RCP y no puedo hacerlo sobre una superficie
blanda.
Hyukjae obedeció,
ignorando los gruñidos de Siwon, que estaba siendo contenido por Hongki.
Donghae inclinó la
cabeza de Hee hacia atrás como había aprendido en su clase de salud y
pellizcó su nariz.
Estiró su barbilla hacia abajo abriendo su boca y luego colocó su boca. Dio dos
respiraciones
cortas, viendo como se levantaba el pecho de Hee. Luego puso sus manos debajo
de
su diafragma y
comenzó las compresiones.
Donghae apenas
podía ver a través del borrón que sus lágrimas causaban. Continuó alternando
respiraciones con
las compresiones en su pecho, cada vez más desesperada mientras pasaba el
tiempo. Hee seguía
inconsciente.
Siwon finalmente
se liberó de Hongki y aterrizó con un golpe duro en sus rodillas junto a Hee.
Se inclinó hacia
abajo, y cuando Donghae terminó la cuarta ronda de compresiones fue él quien
puso su boca sobre
la del joven y respiró el aire de vida dentro de Hee. Donghae vio que sus ojos
ya no estaban
brillando y se dio cuenta que Siwon, el hombre, había superado a su lobo.
Continuó las
compresiones en el pecho y escuchó como Siwon susurró al oído de Hee.
—No morirás, Heechul.
No lo permitiré. —Él besó tan suavemente sus mejillas, sus ojos, su
nariz y luego sus
labios―. Quiero la oportunidad de amarte. Princesa, no me la quites dándote
por vencido.
Siwon utilizó el
nombre cariñoso que había utilizado en los mensajes de texto que compartió con
Heechul antes de
la maldición. Después de sentir cuán fuertemente se sentía su lobo por este
joven,
no había duda en su
mente de que era su compañero. Se rehusaba a perderlo.
Pero él aún no
respiraba. Siwon respiró por él otra vez y las lágrimas de sus ojos cayeron
sobre su
rostro. La sangre
cubría sus labios.
Siwon miró a la
Fae, que se encontraba parada con calma a pesar de la preocupación que llenaba
sus ojos.
―¿Qué hago? No voy
a perderlo.
—Dale tu sangre.
Si eres su compañero, tu sangre le dará fuerzas a su cuerpo.
Sin vacilar, los
caninos de Siwon se alargaron y sus ojos brillaron. Rasgó su muñeca, mordiendo
con fuerza hasta que la sangre fluyó libremente. Después colocando una mano debajo
de su cuello y levantándolo suavemente, apretó su muñeca en su boca. Donghae
empezó a frotar su garganta para conseguir que vajara.
Cuando Siwon alejó
su muñeca, la habitación se encontró completamente en silencio mientras todos
contenían sus respiraciones, esperando.
Donghae sentía que
su corazón iba a saltar fuera de su pecho mientras miraba fijamente a su mejor
amigo. Respira.
Siwon presionó su
frente contra la de Heechul y cerró sus ojos. Las lágrimas no dejaban de caer y
su corazón se sentía como si estuviera siendo desgarrado por la mitad.
—Regresa a mí, Heechul.
No puedo perderte. Me niego a perderte, maldita sea. Vivirás. ―Lo último fue un
gruñido.
De repente, él
jadeó y el aire llenó sus pulmones vacíos. Sus ojos se abrieron. Siwon miró
asombrado.
—¿Heechul? ―Siwon
apartó el cabello de su cara y besó su frente.
—No te acuerdas de
mí, y sin embargo sigues siendo tan jodidamente mandón. —Las palabras de
Hee fueron un
susurro ronco, pero todos lo oyeron.
Siwon observó
mientras cerraba sus ojos, pero seguía respirando. Donghae se encontró
temblando
de alivio y la
adrenalina comenzó a superarlo.
Hyukjae se agachó
junto a él y lo tomó en sus brazos. El hundió su cara en su pecho y lloró.
Hongki le pidió a Dam
sábanas limpias para la cama y toallas para limpiar a Hee. Mientras él y Siwon colocaban a Hee en
la cama, lo miró.
―Deja que Donghae
y yo lo limpiemos. Cuidaremos bien de él.
Siwon sacudió su
cabeza con un gruñido.
—Cuidaré de él.
―Siwon, no estás
acoplado con él todavía.
—El es mi
compañero. Cuidaré de el. No discutas conmigo, soy tu Beta y me obedecerás.
Hongki se encontró
un poco sorprendido por su declaración ya que estaba hablando con Siwon y no
con su lobo.
―Hongki, está bien
—dijo Donghae mientras empezaba a secar sus lágrimas―. Hee no es modesto. No se
molestaría si Siwon lo ve. —Levantó su mirada hacia Siwon―. ¿Quieres que me
quede contigo?
Siwon negó con la
cabeza.
—No, quiero estar
con mi compañero a solas. El me necesita. Puedo no recordarlo, pero siento
algo, como si mi alma estuviera siendo tejida de nuevo. Creo que darle mi
sangre ayudó.
―Siwon, Junjin
cree que con el fin de salvar a Hee necesitas llevar a cabo los Ritos de
Sangre. —Donghae esperó su respuesta y se sorprendió cuando finalmente
respondió.
―Haré cualquier
cosa por él, pero él tiene que morderme para que se lleven a cabo los Ritos de
Sangre. Beber mi
sangre no es suficiente.
―Tal vez si
continúas dándole tu sangre conseguirá la fuerza suficientemente para
permanecer
consciente —dijo Donghae
en un tono esperanzador.
Hyukjae apartó
suavemente el cabello de Donghae fuera de su cara y le sonrió cuando se inclinó
ante su toque.
—Eres increíble
—susurró. El lo miró, confundido.
―¿Por qué dices
eso?
―Porque te niegas
a pensar lo peor, y sólo piensas en las posibilidades que darán un resultado
positivo.
Donghae se
sonrojó.
—Hee es un
luchador. Estaría cabreado si creyera que yo pensé que no podía hacerlo.
Siwon se cernió
sobre Heechul. Seguía inmóvil aún, pero seguía moviéndose respirando. Donghae
le había traído
varias toallas y una manta grande. También le trajo un recipiente grande con
agua
caliente en él, y
paños para limpiar a su compañero. Se inclinó para besar a Hee.
―Seré tan amable
como pueda, amor —susurró mientras mojaba la toalla en el agua caliente.
Después de
exprimir el exceso, empezó a limpiar suavemente su rostro, quitando cualquier
rastro de
sangre. Luego le
limpió sus brazos y manos, y las secó. Todo el tiempo, Siwon habló con él. Le
dijo
sobre la vida que
recordaba y cómo no recordaba las cosas buenas. Todo el tiempo, protegió su
modestia,
manteniendo la manta sobre él tanto como pudo.
Cuando por fin le
quitó su camisa, su respiración se sintió como si hubiera recibido un puñetazo
en
sus pulmones y
cayó de rodillas ante la vista.
La puerta se abrió
de golpe ante el sonido de las rodillas de Siwon golpeando el
suelo. Su cabeza
se levantó
inmediatamente, y de
manera simultánea cubrió a Hee con la manta. Sus ojos brillaban
mientras le gruñía
al intruso.
—¡FUERA!
Donghae palideció
y después de ver que Hee aún respiraba, cerró la puerta.
Siwon retiró
suavemente la sábana de nuevo y no pudo evitar que su mano se elevara y con
sus dedos trazara
las marcas que corrían a lo largo de su costado derecho por debajo de su
brazo bajando a la
cintura de los pantalones que llevaba. Marcas que eran idénticas a las suyas.
Ante ese
pensamiento, su cabeza se sacudió y rápidamente recubrió a Heechul. Se puso de
pie
y caminó hacia el
baño adjunto a la habitación. Se sacó la camisa por su cabeza y se miró en el
espejo.
Los ojos de Siwon
vieron con asombro como sus marcas cambiaban ante sus propios ojos. Las
marcas que cubrían
el lado derecho de su espalda y hombro ahora comenzaban a moverse como
una enredadera por
el lado derecho de su cuello y bajando por su brazo a la muñeca. Varios
momentos después
de que el movimiento como enredadera se hubiera detenido, Siwon siguió
mirando.
Tal vez no
recordaba a Hee, pero su cuerpo lo hacía, su alma sabía que era suyo. Volvió a
colocarse
su camisa y terminó
de limpiar a su compañero y conseguir que estuviera más cómodo.
Mientras lo cubría
con una manta después de haberlo vestido con la ropa limpia que Dam le había
traído, observó su
pecho subir y bajar, teniendo consuelo ante la vista. Se trasladó al otro lado
de la
cama y se acostó,
cuidando de no sacudirlo. Se apoyó en su codo, la cabeza apoyada en su mano, y
se quedó mirando
su hermoso rostro. Todavía se encontraba muy pálido, pero para su alivio se
veía mejor que
cuando Hyukjae lo había traído a través del bosque.
Hubo un suave
golpe en la puerta. Sin volverse para ver quién era, dijo:
—Adelante.
Donghae asomó su
cabeza por la puerta.
—¿Están ambos
bien?
—Está respirando,
limpio, y conmigo. Por ahora, eso tendrá que ser suficiente.
Donghae dio un
paso lo suficientemente lejos en la habitación como para que pudiera cerrar la
puerta detrás.
―Siwon —comenzó,
luego hizo una pausa, tratando de ordenar sus pensamientos. Él todavía no
apartaba su rostro
de Heechul—. ¿Te acuerdas de él completamente?
—Mi lobo lo
reconoce, conoce su olor. Pero si me estás preguntando si tengo recuerdos de él
y yo
juntos, la
respuesta sigue siendo no.
―¿Estás dispuesto
a hacer los Ritos de Sangre? —Esa pregunta consiguió que se diera la vuelta y
mirara a Donghae.
Se sentó en el
borde de la cama, pero dejó su mano izquierda apoyada suavemente sobre la
pierna de Heechul.
―Toma asiento,
sanador. Tenemos que hablar. —Siwon señaló la silla frente a él.
Cuando Donghae
estaba sentado, con las manos cruzadas sobre su regazo, Siwon encontró sus
marrones ojos miel
con los suyos de color ámbar. Inhaló hondo y exhaló antes de hablar.
―No voy a hacer
los Ritos de Sangre sin que esté plenamente consciente y tome la decisión él
mismo.
—¿Ni siquiera para
salvar su vida? ―preguntó Donghae calmadamente, sin ninguna acusación
en su voz.
―Los Ritos de
Sangre son sagrados, e intensos. No puedo tomar esa decisión por él. Además,
puede
que no desee
completar el vínculo mientras no me acuerdo de él. ¿Quién querría ser acoplado
a
alguien que no te
reconoce?
―Pero lo
recordarás una vez que el vínculo esté hecho ―imploró Donghae.
―¿Lo dice quién?
¿La Fae? Ella no es de la manada, no sabe de nuestras costumbres, nuestra magia
—gruñó Siwon.
―Por lo menos
piensa en ello. No tomes decisiones apresuradas, mientras que tus emociones
están
tan caóticas. —Donghae
se puso de pie y salió de la habitación.
Siwon una vez más
giró y se colocó junto a Heechul. Cerró sus ojos y respiró profundamente para
conseguir poner
sus emociones bajo control. Mientras yacía allí, una canción seguía rondando
por
su mente y no
podía creer lo bien que se ajustaba a su situación. Colocó su mano sobre el
estómago
de Heechul y se
acercó un poco más. Con una voz que era sorprendentemente hermosa e
inquietante, Siwon
comenzó a cantar a su compañero.
El corazón de Siwon
dolía. Necesitaba a Heechul. Lo necesitaba para recordarlo, para que
lo ayudara a ver
lo que se encontraba oculto en su interior. Necesitaba que él lo amara, lo
amara hasta que
regresara a ella. No se iría de su lado hasta que lo hiciera, hasta que él le
mirara
en sus ojos y
viera todo de su compñaero, supiera todo de él.
***Primera vez yo comentando desde el capítulo,pero es que... cuando meimaginé a Donghaee dando RCP, Hee sin despertar y Siwon hablándole...mi sujuzoncito se apretujó y como leí por ahí mis ojos transpiraron...
Intenso como pocos, este capítulo verdaderamente estuvo para el infarto.
ResponderEliminarMe alegra saber que Siwon consiguió traer de nuevo a Hee pero me preocupa que al no querer hacer el rito de sangre sin el consentimiento de Hee las cosas se compliquen más.
PD: mi eunhaedependencia se alborota con cada avance de Hyuk y con el espíritu guerrero del pequeño sanador
TT___TT
ResponderEliminarPor qué le hacen esto a mi Sichul bonito!???
No se vale!
-se hace bolita y se va a shorar a un rinconsito-
Ahhhh mi Hee besho!
Pobrisito mi Siwonshis, sufriendo por su rubio indomable!!!
Ahhhhh