Donghae casi chocó
con la espalda de Dam cuando la Fae llegó a un abrupto alto. Levantó sus brazos y Donghae, Hyukjae,
Hongki y Siwon observaron con ojos bien abiertos como el aire delante de ellos se propagaba y
centellaba.
—Este es el velo
de las Fae. Nuestro mundo está en otra dimensión. Nadie más que un Fae puede abrir el velo y
sólo un Fae puede conceder permiso para que otros puedan cruzar.
Justo cuando Dam
estaba a punto de pasar a través del velo, una profunda voz retumbó de entre los árboles.
—¡Dambi!
Hyukjae y Siwon
cambiaron a una postura protectora entre la mujer y el macho no identificado
que
estaba saliendo de
los árboles directamente hacia ellos.
—Yesung. —Dam en
realidad pareció sorprendida, algo que parecía fuera de lugar en ella—.
¿Supongo que vienes debido
al latente?
Siwon gruñó y dio
un paso hacia el lobo al que ella llamó Yesung.
—¿Dónde está?
—gruñó Siwon.
Yesung lo miró y
luego la comprensión lo iluminó.
—¿Tú eres su
compañero?
Siwon asintió una
vez y siguió gruñendo. Sus ojos brillaban y sus garras habían surgido. Hyukjae
puso una restrictiva
mano sobre su Beta.
—Tú eres el
compañero del sanador, tienen a Heechul. —Siwon no lo preguntó porque olía algo
en el
lobo que era
familiar, pero no lo era al mismo tiempo. Dio otro paso hacia Yesung y respiró
profundamente,
luego se volvió hacia Hyukjae y Hongki—. ¿Trae él su esencia?
Hyukjae y Hongki
tomaron respiraciones profundas por la nariz. Ambos dejaron salir gruñidos
bajos.
—Sí, ha estado con
él. —Hyukjae se dio cuenta demasiado tarde cómo sonó ese comentario y
tuvo que contener
a Siwon más fuerte y aclarar lo que dijo—. Él ha estado en la misma habitación
con él, Beta. —Hyukjae
bajó los ojos en sumisión, tratando de calmar al embravecido lobo de Siwon.
—Yesung, ¿cómo
está? —Dam interrumpió la interacción de los lobos.
—No está bien. Rara
vez está consciente y ha empezado a vomitar sangre.
La voz de Yesung
carecía de emoción, pero sus ojos no ocultaban el miedo y el dolor que sentía
por el latente.
—Está empeorando
más rápido de lo que pensaba —dijo Dam más para sí que para los que la
rodeaban. Miró de nuevo el
velo y luego otra vez al grupo que estaba de pie observándola, esperando—. Yesung, debes traerlo
conmigo. Ryeowook no puede y no debe venir.
—Iré con él a
buscarlo —anunció Siwon, y luego sin advertencia cayó de rodillas. Su
respiración se volvió entrecortada y cuando levantó la vista, Donghae y Hongki
jadearon.
—Siwon, tu nariz
está sangrando… y tus oídos. —Donghae se colocó en cuclillas frente a él y puso
las manos sobre su
pecho. Cerró los ojos y dejó que la magia en él fluyera. Sintió su lobo
luchando con el hombre, queriendo
estar en control, necesitando encontrar a su compañero. Donghae comprendió que el lobo de Siwon
sabía quién era Hee, había reconocido su olor, y lo estaba volviendo en alguien
muy peligroso.
Apartó la mano y
abrió los ojos. Miró hacia Hongki y Hyukjae.
—Su lobo reconoció
su esencia. Está furioso. No sé cuánto tiempo más Siwon podrá mantenerlo a raya sin dejar que su
lobo tenga el control, sobre todo porque está tan débil.
La voz de Hongki
fue un mero susurro.
—Si su lobo se
hace cargo mientras está en ese estado todos estaríamos en peligro. Quitará lo
que esté en su camino hasta
que lo tenga de vuelta.
—Hyukjae,
acompañarás a Yesung a su hogar y recuperarás a Heechul. Yesung, debes darte prisa.
Yesung asintió y
sin esperar a ver si Hyukjae lo seguía, dio media vuelta y se fue por el
bosque. A
medio paso cambió
a su forma de lobo y golpeó el suelo con cuatro patas. Hyukjae se acercó a
Donghae y levantó
su barbilla para que lo mirara. Él se acercó más, descansando su boca junto a
su
oído. Donghae se
estremeció cuando sintió su aliento en la oreja y el cuello.
—Cuídate —susurró
Hyukjae y sus
labios rozaron la
sensible piel—.Regresaré por ti.
Antes de que
pudiera responder él se dio la vuelta y echó a correr, cambiando mientras lo
hacía.
Donghae se dio
cuenta que su pelaje era de un color gris plateado reluciente. Trató de tomar
algunas
respiraciones
profundas después de su pequeño encuentro, y cuando se dio la vuelta para mirar
a
Hongki y Dam, Hongki
estaba levantando una ceja.
Donghae se
sonrojó.
—No sé, Hongki,
así que ni siquiera preguntes.
Hongki se rió por
lo bajo, volviéndose hacia Dam.
—¿Y ahora qué?
Ahora esperamos
—dijo Dam mientras encontraba una rama caída de un árbol. Después de sacudir la
nieve, se sentó.
—Soy pésimo
esperando —murmuró Donghae mientras él y Hongki se sentaban en ramas caídas
frente a la Fae.
Siwon se movió
para sentarse frente a un gran tronco de árbol, escuchando las voces a su
alrededor
pero manteniendo
los ojos cerrados. Le tomó toda su concentración mantener a su lobo bajo
control.
—¿Cómo crees que
van las cosas con Teukkie y los demás? —preguntó Hongki a Donghae.
—No lo sé. Me
gustaría poder llamarles pero mi teléfono no está recibiendo ni una señal.
—Tráeme tu
teléfono —le dijo Dam sin preámbulos.
Donghae la miró y
luego a Hongki. Se encogió de hombros en una manera de “por qué no”. Así
que Donghae se
levantó y se acercó a Dam. Le entregó a la mujer su teléfono y vio como Dam lo
tocó suavemente.
Una pequeña y brillante luz apareció debajo de su mano brevemente y luego
se había ido.
—Aquí tienes —dijo
casualmente, regresando el teléfono a Donghae. Donghae miró la pantalla y vio
que tenía las barras de señal completas.
—Diabólico. ¿Cómo
hiciste eso?
—Soy una Fae —dijo
simplemente.
Justo en ese
momento, como si fuera una señal, el teléfono de Donghae comenzó a tocar una
canción.
Donghae casi saltó
fuera de sus zapatos por la sorpresa ante el sonido rompiendo el silencio del
bosque.
—¿Hola?
—¡Donghae! ¡Oh, mí
jodido Dios! No creí que pudiéramos realmente llegar a ti pero me pareció que
valía la pena
intentarlo. Estás en altavoz y tenemos algo de información para ti, mi dulce
gitano. —
Teukkie sonaba tan
emocionado de hablar con él que casi hizo llorar a Donghae.
Siwon se espabiló
y abrió los ojos ante el sonido de la voz del pelirrojo.
—¿Qué tienes para
mí? —preguntó Donghae con impaciencia.
—Sabemos lo que
romperá la maldición. ¿Estás listo para esto, chico?
—Sólo suéltalo. —Donghae
se preparó para lo peor, temiendo que sería algún horrible sacrificio que
tendría que llevarse a cabo con el fin de arreglar a Siwon. La respuesta fue
mucho más simple de lo que nunca imaginó y aun así más poderosa que cualquier
sacrificio físico que uno pudiera dar: el único sacrificio del corazón por
amor… el último sacrificio personal.
Junjin y Hyesung
estaban sentados en la improvisada sede que habían creado en la taberna de la
aldea. Al otro lado de los Alfas estaban sentados Kangin y Teukkie. Yunho
estaba apoyado contra la pared alejada de la derecha, Zhoumi estaba encorvado
en el suelo frente a la chimenea. El fuego crepitaba y el viento hacía al
frágil vidrio de las ventanas estremecerse. El silencio era ensordecedor
mientras los Alfas esperaban.
Teukkie se le
quedó mirando al teléfono que había puesto en el centro de su círculo, como si
pudiera ver a Donghae si se le quedaba viendo el tiempo suficiente.
Por último, Teukkie
habló:
—Amor. —Negó con
la cabeza—. El amor es lo que rompe la maldición.
El grupo escuchó a
Hongki gruñir en voz alta desde algún lugar cercano a Donghae.
—¿Me estás tomando
el pelo?
—Eso es lo que yo
dije —concordó Teukkie. De repente Junjin habló.
—Donghae antes de
entrar en esto, por favor dame una actualización. ¿Asumo, dado que tu
teléfono está
funcionando, que encontraron a Dam?
—Hola, Junjin, mi
viejo amigo. —Escucharon una musical voz a través del altavoz.
Junjin sonrió.
—Hola, Dambi.
¿Estás bien?
Dam se rió entre dientes.
—Tan bien como se
puede esperar en estos tiempos.
—Me parece bien. Donghae,
¿cómo está Siwon?
—No está bien. Su
lobo está luchando por liberarse. —Donghae empezó a explicar todo desde
el momento en que
se fueron hasta el momento actual—. Así que, aquí estamos, esperando que
Yesung y Hyukjae
vuelvan con Hee —terminó.
Teukkie se dio
cuenta que Donghae debió de haber puesto su teléfono en altavoz también cuando
oyeron la voz de Hongki
fuerte y claro.
—¿Cómo es que la
maldición va a ser rota cuando Siwon no reconoce a su compañero y por lo tanto
no siente amor por
él?
Hubo silencio al
otro lado de la línea.
—Donghae, ¿dijiste
que su lobo reconoció su olor en Yesung? —Junjin rompió el silencio.
—Sí.
—Eso puede ser
suficiente para ayudar a sacar las emociones de Siwon a la superficie. Su amor
por él
no se ha ido,
simplemente está enterrado debajo de esa maldición.
—¿Qué pasa con la
sangre? —preguntó Teukkie—. ¿Y si intercambian su sangre? ¿Podría eso tal vez
juntar de nuevo su
vínculo, y en consecuencia, desencadenar los sentimientos de Siwon hacia Hee?
—Es una
posibilidad, y probablemente no sería difícil ya que su lobo todavía reclama a Hee
—acordó
Junjin.
—También
encontramos que el nombre de la bruja es…
—¡NO DIGAS SU
NOMBRE! —La voz de Dambi irrumpió a través del teléfono y llenó la habitación como si estuviera
parada frente a ellos—. No debes decir su nombre cuando puede ser escuchado aquí —habló calmadamente—.
Junjin, seguramente has explicado el poder en un nombre. No debemos poner su
nombre en el viento y llamar su atención.
—¿Qué quieres decir
con poner su nombre en el viento? —preguntó Zhoumi, hablando por primera
vez.
—Una bruja
practica magia negra y llama a los elementos para hacerlo… tierra, agua, aire y
fuego. Ella puede usar el
viento para enviar su voluntad y llamar a los demás. Si su nombre es
pronunciado al aire libre, puedes
apostar que lo escuchará.
—Mi error —murmuró
Teukkie, y luego añadió—: Así que, espera. Dam, ¿tú sabes quién es ella?
—Por supuesto que
sé quién es ella. La he estado buscando durante siglos. Su poder crece y su
maldad no conoce
límites. Debe ser destruida, pero hay una sola forma en que puede suceder.
—¿Cómo? —preguntó Teukkie.
—El tiempo para la
revelación no ha llegado.
Mientras esperaban
a que Yesung y Hyukjae regresaran, Teukkie les dijo a los demás acerca de las
mesas que Wadim le
había mostrado y la historia detrás de ellas. Zhoumi sacó a colación lo del
incendio y cómo la
bruja, cuyo nombre no se menciona, había de alguna manera llegado hasta
Wadim.
Continuaron
hablando asta bien entrada la noche, encontrando consuelo en estar finalmente
reunidos con su
manada.
Después de varias
horas y aún sin Hyukjae y Yesung, Junjin ordenó a todos dormir un poco y a
Donghae que los
llamara tan pronto como los otros regresaran. Teukkie se enjugó las lágrimas
mientras se despedía
de su amiga, luego dejó que Kangin la llevara al refugio de sus brazos.
—Ellos están
seguros, Angel —susurró él.
—No van a estar a
salvo hasta que estén aquí con su manada. —Teukkie siguió a Kangin a su
dormitorio, y sin
más palabras se metió en la cama, acurrucándose en sus brazos. El sueño tardó
un largo tiempo en
llegar, mientras ambos esperaban que sonara el teléfono.
En algún momento
de la madrugada al día siguiente, Siwon dejó escapar un gruñido bajo desde su
lugar contra el
árbol. Hongki se levantó de un salto y Dam se quedó mirando a la bruma de la
mañana. Donghae se
sentó desde su improvisada cama, frotándose el sueño de los ojos.
De repente Yesung
y Hyukjae salieron del bosque, un Hee maltrecho y agotado en los brazos de
Hyukjae. Siwon
saltó a sus pies, lanzándose hacia Hyukjae. Sus ojos estaban brillando y el
gruñido
saliendo de él era
todo lobo. Hyukjae miró a su Beta y se dio cuenta que el lobo finalmente había
ganado.
—Donghae,
retrocede —le dijo Hyukjae. Donghae había comenzado a moverse hacia Siwon
cuando
él se lanzó hacia
delante, tropezando por su debilidad.
—Su lobo está en
control. Siwon ha salido de vacaciones —le dijo Hyukjae con firmeza—. Hongki,
aparta a Donghae.
Hongki obedeció
sin rechistar, manteniendo un ojo cauteloso sobre Siwon.
Siwon le gruñó a Hyukjae,
el labio levantado y mostrando sus afilados y largos caninos mientras
hablaba.
—Mío.
Hyukjae asintió.
—Sí, es tuyo, pero
está herido. Tienes que ser amable con él.
Siwon intentó
tomar a Hee de Hyukjae, pero él no quiso ceder. Hyukjae bajó los ojos en
sumisión,
pero habló con
firmeza.
—Permíteme bajarlo,
Beta. No te perdonarías a ti mismo si lo dejas caer.
Hyukjae se movió
lentamente hasta el jergón donde Donghae había estado acostado y colocó suavemente
el cuerpo inerte de Hee y lo cubrió con una pesada manta.
Siwon empujó a Hyukjae
firmemente.
—No toques.
Hyukjae desnudó su
cuello a su Beta.
—Me refiero a él,
reconoce su daño; no lo quiero para mí. Está muy enfermo.
Siwon se agachó
junto a Hee, y de una manera tierna que Donghae nunca había visto en ningún
hombre, apartó el
cabello de su cara. Él se inclinó y apretó la nariz contra su cuello,
respirando
profundamente una
y otra vez. Pasó las manos por su cabello con ternura y luego sobre sus brazos.
Apartó la manta y
pasó las manos por sus piernas. Donghae estaba confundido, la acción no era
sexual sino muy
posesiva.
—¿Qué está
haciendo? —le preguntó Donghae a Hyukjae.
—Poniendo su olor
en él. Tiene mi olor y el aroma de Yesung. Dos machos en él, es probable que lo
esté volviendo
loco.
Siwon luchó por el
control y estaba perdiendo. Su lobo lo conocía. Tan pronto como Hyukjae se
había vuelto visible, Siwon
no había tenido ninguna oportunidad en contra de su lobo. Tomó todo en él evitar matar a Hyukjae
cuando vio a su compañero en sus brazos. Ahora, mientras miraba a su cuerpo inmóvil, tan débil
y vulnerable, sabía que su lobo no lo dejaría fuera de su vista.
Siwon se volvió
hacia Dam con sus ojos brillantes y mirada amenazante.
—Sánalo. —Su voz
era profunda y gutural, no humana en absoluto.
—Debemos llevarlo,
y a ti a un lugar seguro. Tenemos que cruzar el velo.
Dam se volvió
hacia Yesung
—Me comunicaré
contigo cuando sea el momento para que Ryeowook y tú vengan. Hasta
entonces,
permanezcan fuera de vista. El no debe ser capturado, sin importar qué.
Yesung asintió,
luego miró a Siwon, quien estaba arrodillado junto a su compañero.
—Perdónanos, Beta.
No queríamos hacerle ningún daño.
Siwon gruñó.
—Tú sabes que no
puedes razonar con su lobo, sólo haz lo correcto. Esa es toda la disculpa que
él va a necesitar.
Yesung asintió una
vez, luego se volvió y tomó la dirección de la que Hyukjae había emergido.
—Hyukjae, tendrás
que llevar a Hee —le dijo Dam. Hyukjae vio la mirada salvaje en los ojos de
Siwon.
—Lo siento, señora
hada, no va a suceder. Él arrancará la cabeza de cualquiera si lo tocan.
Hongki dio un paso
hacia Siwon. Se puso a cuatro patas y se arrastró con la cabeza inclinada. Se
detuvo a metro y
medio de él y se aseguró de que su cabeza estaba más baja que la suya.
—Beta, debemos
moverlo y tú estás demasiado débil. Por favor, déjame llevarlo.
—Mío —gruñó Siwon.
—Sí, él es tuyo.
Ninguno de nosotros quiere lastimarlo. Tú nos conoces, lobo, puedes oler que
somos de la
manada. Confía en nosotros para cuidar de lo que es tuyo.
Siwon miró a Heechul,
quien estaba luchando por respirar, luego otra vez a Hongki.
—Sólo tú y el
sanador pueden estar cerca de él.
Hongki dejó
escapar el aliento que había estado conteniendo y esperó a que Siwon se
levantara. Él
se hizo a un lado
para que pudiera llegar a Hee. Tan suavemente como pudo, lo levantó,
interiormente
haciendo una mueca por cuán ligero estaba. Hee había perdido una cantidad
significativa de
peso y se sentía muy frágil.
Cuando Hongki se
volvió para enfrentar a los otros, se tensó cuando Siwon dio un paso hacia él.
Pero él simplemente puso una mano suavemente sobre la pierna de Hee, tan gentil
con su compañero lastimado. Hongki se dio cuenta entonces que él no planeaba
dejar su lado y que incluso no podía apartar una mano ni por un segundo.
—Vamos —dijo Dam
mientras ella una vez más levantaba los brazos, provocando que el aire
brillara—. Manténgase cerca.
Mientras pasaban a
través del velo, Donghae sintió una cálida sensación de hormigueo. Cuando
desapareció,miró a su alrededor y se dio cuenta que estaban justo donde habían
estado.
—¿Nos fuimos a
alguna parte?
Dam asintió.
—Sin importar en
dónde entres a Farie, este imitará el mismo clima y la misma imagen para los
seres humanos.
—Extraño —murmuró Donghae.
—No vamos lejos.
Sólo mantengan el ritmo —espetó Dam mientras tomaba un paso ligero.
Ellos habían
caminado durante unos quince minutos cuando llegaron a una casa de piedra de
dos
pisos. El musgo
había crecido sobre un lado de la casa, y las ramas de los árboles se arqueaban
sobre
esta como una
barrera protectora.
Varias chimeneas
se elevaban desde la saliente inclinada y el humo bailaba desde cada una,
flotando hacia el
cielo. La puerta principal era arqueada y muy alta, había ventanas redondas a
cada
lado de la puerta.
Cuanto más se
acercaban a la casa, más sentía Donghae como si estuviera entrando en una
tierra
encantada. Cuando
llegaron a la puerta y Dam la abrió, Siwon dejó escapar un gruñido.
—Hyukjae, entra y
asegúrate de que esto es seguro para las parejas.
Hyukjae asintió y
dio un paso más allá de la sorprendida Fae.
Dam puso los ojos
en blanco.
-He olvidado cuán
molestos pueden ser los machos de su especie —le dijo ella a Donghae y a Hongki.
Hongki se rió
entre dientes.
—Molestos es ser
agradable. Si Hee estuviera despierto te daría una descripción muy colorida de
lo que piensa sobre los machos.
—Creo que me va a
gustar este Hee. —Dam sonrió y su rostro pareció encenderse cuando lo hizo.
Ahhhh
ResponderEliminarYo sabía!!!
Siwonshis no podía olvidar a su extremadamente perfecto compañero!!!
Ahhh
Genial!!!
Oh si~
Oh si~
Me encanta!
Que perfecto!!!!
<3
No sé..no sé...sigo sentida con Wook
ResponderEliminarSiiiii por fin Hee esta con los suyos y pueden cuidar de él para que se recupere,además ya esta junto a su compañero...y su lobo nunca lo olvidaria.
Los demás ya estan con la manada...ya solo falta que Hee se recupere y puedan reunirse para matr a esa bruja...bruja
Ohhh...dejen a los machos cuidar de sus parejas