Kevin se sentó apartado a un lado del campamento en forma
humana mientras escuchaba las conversaciones ociosas alrededor de él. La mitad
del grupo estaba en forma humana mientras que los demás eran lobos.
Muchos de los hombres estaban inquietos. Había un
inquietante olor en el aire. Uno que denotaba problemas, pero nadie podía
manejar eso. Ni siquiera él estaba seguro de lo que lo causaba.
Pero estaba tan nervioso como el resto de ellos. Una
palabra equivocada o una acción y él estaba justamente tan propenso de tomar
una vida como un Daimon. Tanto más, de hecho.
Y tal vez esa era la fuente de su ansiedad. Desde que él
y el Hyungsik habían ayudado a Shindong y Kyuhyun, había tenido una sensación
de presagio que no podía sacudirse.
Hyungsik se acercó a él y le ofreció una cerveza fría.
—¿Quieres ir a patrullar y ver si podemos averiguar lo
qué va a pasar?
Kevin levantó los párpados de repente e inclinó la cabeza
para poder ver alrededor del cuerpo de Hyungsik donde Heejun y los demás se
reunían. Negó con la cabeza.
Si saliera con Heejun en el estado de ánimo en el que
estaba, uno de ellos terminaría muerto.
—Sea lo que sea, viene por aquí. Creo que deberíamos
estar pegados a las parejas.
Hyungsik se rió de eso.
—Amo la forma en la que piensas, adelphos. Estar pegado a
las parejas es lo que mejor se me da.