Kangin, ¿estás bien? ¿Qué pasa? Algo está mal, así que no intentes decirme que no es así porque voy a patearte el trasero si me mientes después de todo eso de “no habrá medias verdades ni mentiras y bla, bla, bla”, así que escúpelo.
Kangin escuchó a Leeteuk en sus
pensamientos y eso calmó al lobo de inmediato. Kangin se dio cuenta en ese
momento lo precioso que era tener un compañero, ya que solo él podía domar a su
lobo.
No voy a decirte que no nada está mal ángel, pero no puedo decirte lo
que es en este momento. Por favor, confía en mí. Dame unos minutos y te lo explicaré
Le dijo Kangin con sinceridad.
Sabía que iba a tener que decírselo, sobre todo porque este Lee Shangchul iba a
estar pasando por su casa. Por lo menos Yunho estaba allí y lo protegería con
su vida, él será su joven rey un día, debe ser valorado por encima de su vida.
Está bien, cinco minutos. Luego te quiero en mi puerta para hablar
conmigo cara a cara, exigió Leeteuk.
Ahí estaré
Kangin no se había dado cuenta de
que Shangchul le estaba haciendo una pregunta puesto que se había distraído por
los pensamientos de su compañero.
—¿Entiendes los términos que se
han fijado para ti en relación con el desafío de la ceremonia de vinculación?
—Lo hago —Fue todo lo Kangin dijo.
—Entonces espero una llamada telefónica en el momento en que su Alfa esté aquí. Mis lobos estarán en la casa de él en una hora. Tienes hasta entonces para verlo. Te advierto que no dejes que mis lobos te vean tocándolo. Cómo bien sabes, mientras el desafío esté en pie, no puedes intentar vincularte con él o perderás —Luego la línea se cortó.
Kangin iba y venía alrededor su
habitación haciendo retroceder al lobo, las uñas volvieron a su longitud
normal, sus caninos retrocedieron, y cuándo se miró en el espejo vio que,
aunque su rostro había vuelto a la normalidad, sus ojos todavía brillaban de un
helado color azul. Bueno, pensó para sí mismo, creo que eso es lo mejor que
puedo hacer. Sintió que su lobo se revolvía cómo si estuviese diciéndole que
tenía suerte de que todo lo que quedaba del cambio de fase era que sus ojos
sólo seguían brillando.
Kangin nunca antes había sentido a su lobo enfadado. Él y su lobo estaban de
acuerdo en que la idea de este Alfa en cualquier lugar cerca de su compañero
era exasperante. Kangin no estaba seguro de cómo se las iba a arreglar para no
ir allá y destrozar a Lee Shangchul. Miró el reloj y se dio cuenta de que
habían pasado cuatro minutos desde que había oído a Leeteuk y porque no lo
empujaría más allá para marchar a través de la calle si él no se presentaba,
decidió que era mejor ir allí.
Por razones de conveniencia y para
evitar molestar a Brian y Sara, Kangin decidió tomar la ventana. Dos pisos
podrían haber sido un desafío para un ser humano pero para un Suju, saltar es
su segunda naturaleza. Saltó al suelo, y luego echó a correr por la calle hasta
la puerta Leeteuk. Cuándo llegó allí él ya estaba de pie en el porche con un
albornoz envuelto a su alrededor, dando golpecitos con el pie, y con una mirada
que haría que incluso un Alfa Suju se detuviera en seco. Se veía adorable.
—¿Qué demonios fue eso? ¿Tienes cómo
hábito saltar de estructuras de dos pisos? ¿Estabas pensando, “Oye la puerta de
entrada es una forma tan típica de dejar un lugar que por qué no mezclar un
poco, ya sabes, y en lugar de eso caer por la ventana”? — dijo Leeteuk
sarcásticamente mientras trataba de recuperar el aliento de su pequeña
despotricada.
—Cálmate, no me caí. Salté, saltar
es cómo una segunda naturaleza para mí y lo elegí porque no quería molestar a
Brian o a Sara. ¿Cómo estás? —explicó Kangin y luego le preguntó.
—¿Cómo crees que estoy? —preguntó
con sarcasmo—. Aquí estoy sentado, bebiendo mi té caliente, explicándole a mis
dos mejores amigos que tengo que morder a cierto chico, sabes lo habitual y BAM
— Leeteuk aplaudió para enfatizar sus palabras—. Casi soy derribado por una ola
de emoción o algo —terminó sonando menos agresivo y más cansado de lo que había
estado cuándo había comenzado.
Kangin tomó su mano en la suya, se
la llevó a los labios y la besó suavemente.
Lo sintió y lo
vio estremecerse en
respuesta. Odiaba estarle
causando angustia y odiaba saber que estaba a punto de empeorar. Miró su reloj
y se dio
cuenta de que
sólo le quedaban cuarenta y cinco minutos antes de
que Shangchul y sus lobos llegaran.
—Amor, necesito que busques a tu
mamá, yo voy a buscar a Yunho —le dijo Kangin.
—¿Por qué? ¿Qué sucede Kangin?
—preguntó Leeteuk, con su rostro mostrando su evidente preocupación.
—Vamos a entrar y conseguir que
todos se reúnan y voy a explicarlo. Trae a Hee y Donghae también, por favor
—dijo Kangin mientras se lo guiaba a la casa.
—Yunho está en la habitación al
final del pasillo por la cocina —le dijo Leeteuk. A Kangin le gustó que hubiera
distancia entre el otro lobo y su compañero, pero a la parte lógica de su
cerebro que aún no estaba afectada por su veta posesiva, le preocupaba que
fuera demasiado lejos para que él fuese capaz de protegerlo eficazmente.
Kangin se dirigió hacia la
habitación de Yunho mientras Leeteuk se dirigía hacia las escaleras para traer
a sus amigos y a su madre.
Antes de que Kangin pudiera
incluso doblar la esquina para ir por el pasillo hacia la habitación de Yunho,
su guardia ya estaba allí. Yunho expuso su cuello en sumisión a su príncipe y
le preguntó,
—¿Has llamado a tu padre?
—Todavía no, quiero hablar con Leeteuk
y su madre primero y hacerles saber lo que está pasando. El lobo que dice ser
el Alfa de este territorio está enviando Sujus hacia acá para vigilar la casa
de Leeteuk. No creo que él sea consciente de que estás aquí, y necesitamos
mantenerlo de esa manera —le dijo Kangin.
Kangin y Yunho hicieron su camino
de regreso a la sala y vieron que la dama y los jóvenes estaban sentados juntos
en el sofá. Kangin quería tener Leeteuk sentado junto a él pero renunció a la
idea, sabiendo que él tenía que estar cerca de la gente en la que más confiaba.
Confío en ti Kangin
Kangin oyó el pensamiento de Leeteuk
en su mente y mientras lo decía se levantó y fue con él. Le tomó la mano y le
condujo al sofá de dos plazas, dónde se sentaron juntos. Ese pequeño acto hizo
que el corazón
de Kangin se
hinchara de amor
por su compañero.
Sora parecía un poco triste cuándo
miró a su hijo sentada al lado de Kangin pero rápidamente se lo quitó de
encima.
—Kangin, dinos por favor — Fue
todo Sora dijo.
—Hay una manada de Suju aquí en
Coldspring y el Alfa, Lee Shangchul, me ha contactado. Él está reclamando a Leeteuk
cómo su compañero
Kangin no pudo evitar el gruñido
que salió mientras decía esta última parte.
—¡Y un infierno que lo soy! —gritó
Leeteuk bruscamente poniéndose de pie—. Ni siquiera sé quién es ese chiflado...
—miró a su mamá—. ¿Lo conozco? —le preguntó sonando menos confiado.
—No Teuk —respondió Sora—. Yo
tampoco lo conozco. Kangin ¿lo has visto?
—No, no lo conozco en persona —Se
volvió hacia Leeteuk—. Lo conocerás muy pronto, mi ángel, planea venir aquí
mañana para decírtelo él mismo.
—¿Quién demonios se cree este tipo
que es? Él no puede simplemente traer
su peludo culo a la
casa de Teuk
y si cree
que puede, obviamente ha
subestimado mi habilidad para volverme todo kung fu con su pellejo —despotricó Hee.
Kangin le sonrió, apreciando su
lealtad hacia su compañero.
—¿Estarás conmigo? —le preguntó Teuk,
sonando cómo si ya supiera la respuesta.
—No amor, no seré capaz de
hacerlo. Shangchul me ha retado para una ceremonia de
vinculación. Así que no puedo
estar contigo hasta después de la pelea. A él se le
permitirá verte una sola vez para darte a conocer sus
intenciones y luego
tampoco tendrá permitido verte —
explicó Kangin a su compañero.
—¿Qué quieres decir que te desafió
para una ceremonia de vinculación? ¿Qué pelea? —preguntó Leeteuk
incrédulamente.
Kangin le tomó la mano y tiró de él
a su lado en el sofá de dos plazas.
—Debido a
que no estamos
vinculados, cualquier macho
tiene el derecho de retarme para
ser tu compañero, incluso si no son tus verdaderos compañeros.
No tengo otra
opción excepto aceptar
el desafío. Lo que esto significa Leeteuk, es que Shangchul y yo vamos a
luchar en nuestras formas de lobo, el que quede de pie será tu compañero.
—Cuándo dices “el que quede de
pie” te refieres al que quede vivo ¿no?—le preguntó.
—Si amor, la lucha es a muerte
—respondió.
Leeteuk se sentó en silencio
durante unos momentos. Tenía la cabeza hacia abajo de modo que él no podía ver
lo que sus ojos le dirían.
¿Estás bien?
Preguntó Kangin a través de sus
pensamientos mientras le ponía la mano bajo la barbilla y empujaba su rostro
hacia arriba para mirarlo.
—No Kangin, definitivamente no
estoy bien. Estoy enloqueciendo en este momento si debes saberlo. La idea de
vincularme o lo que sea, contigo era una locura. La idea de vincularme con un
total desconocido, un desconocido que resulta ser un werewolf que está molesto
contigo, está más allá de mi capacidad de ser razonable —le dijo Leeteuk.
—Yo secundo esa moción —dijo Donghae.
—Yo el tercero —intervino Hee.
—No se puede tercerear algo
idiota, sólo tienes que decir Sí, para demostrar que estás de acuerdo —le dijo Donghae.
Hee sólo le sacó la lengua a Donghae
e ignoró su comentario.
—¡No vas a estar vinculado a nadie
más que a mí! —gruñó él.
—Seh, seh
golpéate el pecho si lo necesitas mientras estás en eso Tarzán —dijo Leeteuk
sarcásticamente.
—He solicitado que mi Alfa esté
presente en la pelea, le tomará dos días llegar. Iba a intentar y tener a Yunho
pasando de contrabando a tu madre y a ti fuera del país pero Shangchul lo
sospechó y puso tu casa bajo vigilancia por sus lobos. Sin embargo, no es
consciente de que Yunho se queda aquí, así que es para nuestro beneficio. Si
pierdo...
—¡NO vas a perder! —dijo Leeteuk
con firmeza.
Kangin continuó cómo si él no
hubiese hablado.
—Yunho los pondrá a salvo a ti y
tu madre. Tienes que prometerme Ángel que vas a ir con él y dejar que mi manada
te mantenga a salvo.
—No haré tal promesa porque nada y
quiero decir absolutamente nada te va a pasar. Si recibes tanto cómo un rasguño
en tu rostro hermoso voy a patear tu peludo cu... —Antes de que Leeteuk pudiera
terminar Kangin tenía la boca sobre la suya, besándolo con firmeza.
—¡Finalmente, consigo algo de
acción! —exclamó Hee.
Cuándo Kangin finalmente se apartó
de Leeteuk, él parecía un poco aturdido.
Sin embargo se
recuperó rápidamente.
—Simplemente me besaste —dijo, con
sus palabras llenas de confusión.
—Lo hice, amor —respondió Kangin
con una sonrisa maliciosa.
—¡En frente de mi mamá! —dijo Leeteuk
claramente avergonzado.
—Y de Yunho y tus amigos también
—señaló Kangin sonando presumido.
—No seas un bastardo sabelotodo
—le dijo Leeteuk.
Kangin se levantó y miró su reloj
y se dio cuenta de que sólo le quedaban diez minutos con su compañero. Le
enfurecía tener que obedecer las reglas del desafío pero si no lo hacía podría
terminar por tener que renunciar y perderlo.
La idea hizo que su corazón
doliera. Lo levantó del asiento y otra vez, sin preocuparse de su público, lo
besó cómo si esa pudiera ser la última vez. Sostuvo su rostro tiernamente y
trató de memorizar sus facciones,
cuán suave era
su piel. Se
apartó bruscamente y se alejó, abrumado con emociones tan fuertes que no
sabía qué hacer. Quería aplastar algo; quería sangre, la sangre de la persona
que se atrevió a alejarlo de su pareja. Respiraba con dificultad y sus ojos
estaban brillando cuándo Leeteuk habló.
—¡Me besaste de nuevo! —dijo
pisoteando fuerte cómo un niño—. La demostración pública es una
gran cosa en
tu manada, porque eso podría ser un problema —continuó pero se detuvo tan
pronto cómo Kangin se volvió hacia él y vio sus ojos.
La respiración de Teuk se quedó
atrapada cuándo Kangin volteo a verlo y vio sus ojos brillando, cómo cuándo ves
a un animal en la noche y la luz golpea sus ojos. Lucían de esa forma. Extraño,
pensó.
Teuk se dio cuenta, una vez que
superó la conmoción por sus ojos, de que Kangin estaba a punto de perder el
control. No estaba seguro de que podría pasar si él no recuperaba el control, y
podía decir que estaba luchando lo más fuerte que podía por conseguirlo. No
sabía qué hacer, ¿cómo podría ayudarlo?
Teuk estaba demasiado ocupado
mirando a Kangin para darse cuenta que Hee había caminado a su lado.
—Te necesita para domar a la
bestia que está rugiendo dentro de él por matar algo. Ve con él —le susurró y
después lo empujó hacia Kangin.
Teuk miró a Hee y luego a Donghae.
Él no podía creer que algo tan profundo había salido de la boca de Hee.
Donghae se encogió de hombros.
—¿Quién lo hubiera sabido? —dijo
respondiendo a la
pregunta no hecha
de Teuk. Teuk volvió su atención a Kangin mientras caminaba hacia él.
Estaba tan cerca que podía sentir
su aliento en su rostro. Se acercó y alzó su mano hacia su mejilla; Kangin cerró
sus ojos y se inclinó hacia él cómo un perro rogando ser acariciado. Teuk se
encontró sonriendo, pero después sintió su rabia, miedo y celos fluyendo en su
cuerpo. Los ojos de Kangin se abrieron de golpe y se quedó mirándolo fijamente
sin pestañear.
No tenía intención de asustarte. Diría que mi lobo es el que esta fuera
de control, pero eso sería una mentira. En este momento el hombre está tan
fuera de
control cómo el
lobo y eso
me hace muy
peligroso.
Kangin compartió sus pensamientos
con él.
Tú nunca me lastimarías,
Le dijo con completa confianza.
No, es imposible para un Suju lastimar a su compañero. Pero otros sin
embargo, inocentes o no, no pueden tener esa garantía. Me tengo que ir Leeteuk,
los lobos de Shangchul pueden estar aquí en cualquier minuto y en el estado en
que estoy no puedo garantizar ser civilizado con ellos.
Teuk estaba sacudiendo la cabeza
antes de que él incluso hubiera terminado de hablar.
—No quiero que te vayas —susurró.
Kangin tiró de él hacia un lado y
se volteó para de esa forma dar la espalda a los demás y así él estuviera oculto
de su vista y lo besó en el mismo lugar en que lo había hecho antes, el lugar dónde
dejaría su marca. Es mejor que sea su marca, Teuk pensó.
—Te amo, mi ángel —le dijo Kangin.
—¿Por qué me llamas así? —le
preguntó.
—Te lo diré pronto, pero ahora no
es el momento. Debo irme antes de que los otros lobos estén aquí —Él lo sostuvo
por un momento más y luego se apartó.
Teuk tomó su mano antes de que
llegara muy lejos y lo jaló hacia él. Lo miró a los ojos, aun viendo al lobo
brillando allí.
—Te amo, pero si dejas que ese
Alfa me tome cómo su compañero, moriré para así poder ir y patear tu real
trasero Coreano, ¿entendido? — le preguntó Teuk.
—Dilo de nuevo —le dijo Kangin.
—¿Qué voy a patear tu real trasero
Coreano? —empezó Teuk.
—No amor, di la primera parte
—dijo Kangin con adoración.
Teuk se dio cuenta de lo que él estaba
tratando de decir y esto le hizo sonreír. Se inclinó más cerca de él, y
susurró,
—Te-a-mo.
—Gracias —oyó decir a Kangin tan
suavemente que casi se lo pierde. Él le beso en la frente y volteó hacia los
otros. Él miró a Yunho, quién dio un paso al frente y expuso su cuello de
nuevo.
—Tú lo protegerás con tu vida o la
perderás —dijo Kangin en una voz que Teuk nunca le había oído usar.
Yunho se hundió en sus rodillas,
no se veía como si él hubiera querido hacerlo; era cómo si alguien lo hubiera
obligado. Oyó un gimoteo viniendo de Yunho y luego Kangin caminó hacia él y
puso una mano sobre su cabeza. Él dijo algo en Coreano y luego camino hacia la
puerta de enfrente.
Teuk se apresuró a seguirlo
mientras él abría la puerta y salía. Justo cuando salía un auto se detuvo en
frente de su casa y dos hombres se bajaron. Teuk le agarró el brazo a Kangin,
no por miedo por sí mismo, sino por miedo por él.
Kangin instintivamente tomó su
mano sin pensar en el hecho de que Shangchul había dicho que no quería que sus
lobos vieran a Kangin tocarlo. Tan pronto como lo hizo los otros lobos empezaron
a gruñir, mostrando
sus dientes, con
sus ojos brillando. La
respiración de Teuk aumentó y su mano apretó la de Kangin.
Kangin se volteó hacia él.
—Tienes que dejarme ir amor, ellos
están gruñendo porque te estoy tocando.
—Me importa un saco volador de
mierda que a ellos no les guste que me toques. Tocaré a quién quiera. Me
vincularé con quién quiera, ¡Y no tendré a ningún perro callejero sarnoso
gruñendo en mi patio! —Teuk estaba gritando, había dejado ir la mano de Kangin
y caminaba con intención hacia los lobos.
Kangin estaba tan sorprendido que
apenas lo alcanzó cuándo se encaró con uno de los lobos. Tenía su dedo en el
rostro del lobo y estaba gritando cada improperio conocido por el hombre, y
algunos no conocidos para el caso.
Teuk nunca se había sentido tan
furioso, cómo se atrevía este Shangchul quién quiera que sea a tratar de
decirle que hacer, dictar a quién podía tocar, o desafiar a su compañero. El
lobo al que le estaba gritando se inclinaba hacia atrás lo más lejos que podía
para mantenerse alejado de su toque. Ya no era consciente de lo que le rodeaba,
tenía una visión de túnel y lo único que podía ver era al lobo enfrente de él
que se había atrevido a entrar en su territorio. No se detuvo a pensar acerca
del hecho de que había llamado a su patio su territorio; lo archivaría para más
tarde.
Teuk sintió algo tocar su brazo;
miró el rostro del lobo enfrente de él y lo escuchó gruñir ferozmente. Volteó
para ver quién lo había tocado. Era Kangin; él estaba diciendo su nombre y
tratando de jalarlo de regreso lejos del otro lobo. Teuk también se dio cuenta
de que tenía público desde que todos los de su casa habían ahora salido.
Hee estaba caminando por el
sendero directamente hacia el rostro del otro lobo. Teuk puso sus manos en sus
caderas y lo miró.
—¿Crees que estoy asustado de ti
bola de pelo? —preguntó sarcásticamente—. Soy tu peor pesadilla. Sólo recuerda
todos tienen que dormir en algún momento, espero que puedas dormir con un ojo
abierto —le guiñó un ojo y luego se volvió para regresar a la casa. Teuk
finalmente dejó que Kangin lo jalara de regreso a la casa y luego se apartó de él,
y a pesar de que trató de evitar que eso lo hiriera, no pudo detener la
puñalada de rechazo que sintió.
No estoy rechazándote, mi ángel. Por favor créelo, estoy tratando de
protegerte. Le dijo Kangin a través
de sus pensamientos.
Él lo miró y asintió en
reconocimiento cuándo lo vio volverse hacia los otros lobos. Pasó junto a ellos
y cuándo estuvo en la calle, se volteó.
—Si alguno de ustedes lo toca lo
mataré y usaré su pellejo de alfombra —Y luego se volteó para caminar de
regreso a la casa de los Henry.
Teuk lo miró todo el camino hasta
que la puerta de los Henry estuvo cerrada. Uno de los lobos parados en su patio
caminó hacia él y le expuso su cuello.
—¿Crees que es sabio desnudarle tu
garganta a quién preferiría verla arrancada? —preguntó Teuk, sorprendido
consigo mismo por sonar tan confiado y en control a pesar del vacío que sentía
sin Kangin a su lado.
—Desnudo la garganta en
reconocimiento al compañero de mi Alfa —le dijo el lobo.
—Entonces la desnudaste en vano
porque yo NO SOY el compañero de tu Alfa. Si él matara a todos los lobos sobre
la tierra aun así yo no sería su compañero —gruñó Teuk.
Ve adentro mi ángel, puedo sentir cuán cansado estás, oyó decir a
Kangin.
Estoy muy bien muchas gracias, iré adentro, pero no porque tú me lo
hayas dicho. Sólo estoy cansado de estar parado aquí con estos estúpidos,
respondió Teuk.
Oyó a Kangin reír; sintió su
alegría y eso le hizo sonreír, lo que hizo que el lobo delante de él ladeara su
cabeza hacia un lado cómo un perro curioso. Teuk sopló un aliento exasperado y
se volvió hacia la casa. Antes de que llegara a la puerta de enfrente uno de
los lobos habló.
—Shangchul dijo que te dijéramos
que vendrá a las 9:00 a.m. —Y eso fue todo lo que el lobo dijo.
Cuándo Teuk caminó en la sala de
estar todos estaban sentados con una taza de lo que él pensó era té caliente. Hee
le dio una mirada de complicidad y le guiñó un ojo. Vio a Yunho sentado en la
silla fea y se dio cuenta que él no había estado afuera. ¿Qué pasó con eso?
pensó.
—¿Por qué no fuiste afuera a
defender a tu príncipe? —le preguntó sonando un poco más acusatoria de lo que
quería.
—Los lobos no saben que hay un Suju
en la casa. Si hubiese salido me habrían olido inmediatamente. No queremos provocarlos
más de lo necesario hasta que estemos más igualados en número —le explicó Yunho
pacientemente.
—Ah, claro, lo entiendo —dijo Teuk
con un asentimiento.
A pesar de lo que le dijo a Kangin,
estaba muy cansado. No sabía qué hora era, y francamente no le importaba. De
repente quería recostarse y dormir. Donghae y Hee debían de haberse dado cuenta
ya que se levantaron y llevaron sus tasas a la cocina y luego llevaron a Teuk
escaleras arriba. Teuk difícilmente los notó ayudándolo a recostarse y
cubriéndolo con una manta; apenas había recostado la cabeza y ya estaba dormido.
Donghae y Hee se sentaron en el
piso de Teuk después de ayudarlo a entrar en la cama. Estaban preocupados por él.
—Sé que él es duro, pero creo que
esto lo está sobrepasando —dijo Donghae.
—¡Bueno, duh! —respondió Hee—. No
te sobrepasaría la situación si conocieras al hombre de tus sueños que resulta
que es hombre lobo, y entonces resulta que eres su compañero o lo que sea,
luego resulta que hay esta otra manada de lobos con un líder werewolf psicópata
que te quiere cómo su compañero, luego resulta… —Hee hizo una pausa—. Ya tienes
la imagen.
—Cuándo lo pones así, es mucho
para tomar —concordó Donghae.
Teuk se despertó con el sonido de
la voz de Kangin, y por un momento pensó que él estaba ahí en su habitación,
pero rápidamente se dio cuenta que le estaba hablando a través de sus
pensamientos.
Ángel despiértate, por favor, le dijo Kangin.
¿Ya no habíamos hablado de que todo esto de despertarme demasiado-
temprano puede ser una cosa peligrosa para tu salud?
Lamento despertarte amor, pero quiero hablar contigo antes de que
Shangchul llegue.
¡Ugggg! En realidad estaba esperando que todo esto hubiera sido un mal
sueño, gimió. Bueno, no tú, sino quiero decir la parte de este tipo Shangchul y
el desafío.
Lo lamento Leeteuk, le dijo Kangin tristemente.
Ah bien, eso es lo que pasa. Soy demasiado irresistible para mi propio
bien, bromeó Teuk tratando de aligerar el ambiente.
Lo eres Ángel, respondió Kangin.
Teuk levanto su teléfono para ver
la hora y vio que eran las ocho y media. Mierda, necesitaba levantarse y
vestirse. Qué usabas para hablar con un werewolf Alfa loco, pensó para sí mismo.
Tanta ropa cómo sea posible, respondió Kangin a su pensamiento.
Estaba pensando usar ese vestido de baño que tanto te gusta, bromeó.
Eso sería una
pobre opción, Ángel.
Quiero tus marcas
cubiertas completamente, le respondió Kangin.
Creo que un por favor está por venir.
Kangin gruñó pero luego renunció.
Por favor amor.
Oh, está bien, ya que no estás siendo todo celoso y posesivo,
bromeó Teuk.
Se levantó y caminó en la punta de
los dedos alrededor de sus dos amigos. Se preguntó si sus padres sabían que
estaban en su casa. Supuso que
deberían saberlo o
sino la Guardia
Nacional ya estaría afuera
buscándolos. Se detuvo en su armario y se sumergió entre las camisetas que
estaban colgadas. Honestamente no se había dado cuenta de cuantas camisetas
tenía con frases sabelotodo escritas en ellas. Ve tú a saber, se dijo a sí
mismo.
La que finalmente se puso le hizo
sonreír, era una camiseta corta negra que tenía una foto de Edward de
“Crepúsculo” en el frente y en la espalda decía “Team Edward”. Eso lo hizo reír
a carcajadas.
—Toma esto werewolf sarnoso.
Estás muy satisfecho contigo mismo ¿verdad?, oyó a Kangin decirle.
Oye, sal de mi cabeza tú pervertido, estoy tratando de vestirme, Teuk
fingió indignación.
Lo lamento amor, estaba curioso por ver que elegirías, tu sentido del
humor es una de las cosas que más amo de ti. Por favor mantente a salvo, no
provoques a Shangchul, oh y tal vez sea sabio mantener a Hee alejado de él.
Buena idea. Siento como si debiera decir adiós, o hablamos más tarde,
pero eso es raro.
¿Qué tal si sólo te digo Te amo?, le preguntó Kangin.
Teuk sonrió.
Te amo hombre lobo.
La última cosa que Teuk oyó fue la
profunda risa de Kangin. Pudo sentirlo alejándose de sus pensamientos y se
sintió despojado. Respiró profundamente y se dirigió al baño terminando de
vestirse.
Cuándo caminó de regreso a su
habitación Donghae y Hee ya estaban levantados, estirándose y bostezando. Ambos
tomaron un vistazo de su camiseta y rompieron a reír.
—Eres mi héroe —le dijo Hee.
—Mátalos con sarcasmo. Siempre
supe que ese era tu lema —le dijo Donghae, aun riendo.
—Lamento haberme derrumbado de esa
forma con ustedes anoche. Estaba tan cansado. Creo que nunca he estado tan
cansado —les dijo Teuk.
—Bueno, no es que estés bajo
ningún estrés ni nada de eso —dijo Hee sarcásticamente. Teuk tomó un par de
chancletas de debajo de la cama y se las puso. Mientras alcanzaba su teléfono
escuchó el de Hee. Donghae y Teuk lo miraron.
—Es mi mamá.
Hee respondió su teléfono y luego
salió al pasillo para hablar con su mamá.
—¿Tus padres saben que sigues
aquí? —Teuk le preguntó a Donghae.
—Sí, los llamé anoche. Tu mamá
habló con los de ambos —le respondió Donghae.
—¿Lo hizo? ¿Qué les dijo?
—preguntó Teuk.
—Les preguntó si les importaba que
nos quedáramos el resto de la semana para unas vacaciones finales antes de que
la escuela empezara. Sólo nosotros, haciendo cosas de jovencitos, ver
películas, jugar, etc. Ellos se lo tragaron totalmente y pensaron que era tan
agradable de parte tu mamá dejarnos a todos tener una semana final de relajación
antes de que nuestro estresante último año inicie.
—Mi mamá es totalmente genial
—dijo Teuk.
—Lo soy totalmente, ¿no es verdad?
—dijo Sora parada en la puerta de Teuk.
—Oye mamá. ¿Qué pasa? —le preguntó
Teuk.
Sora miró la camiseta de su hijo y
alzó los pulgares.
—Buen trabajo con la camiseta.
Hee pasó a Sora deslizándose y se
dejó caer en el piso
—Mi mamá sólo quería saber si
podía traernos algo. Le dije que lo teníamos todo cubierto. Me dijo que te
dijera gracias otra vez Sora.
—Tu mamá no me agradecería si
supiera que el gran lobo malo va a venir a jugar —dijo Sora—. Hablando de eso, Lee
Shangchul está aquí.
La boca de Teuk cayó abierta.
—¿Aquí, aquí? ¿Cómo dentro, en
esta casa, aquí?
—Sí Teuk, él está aquí, aquí
—respondió Sora—. Él está pidiendo hablar contigo en privado.
Sin ni siquiera pensar en ello Teuk
alcanzó la mente de Kangin.
Él está aquí.
Lo sé amor; vi su auto aproximarse. ¿Estás bien?.
Estoy bien. Me
estoy arreglando para
ir a hablar
con él. Quédate conmigo.
Siempre.
Alguien que le pateé el culo a ese alfa chiviado!!!!
ResponderEliminarAhhhhh donde esta el papá de Kangin?????
Tan lindo Tukie~ ya le dijo te amo!!!!
Ahhhh esto esta genial!