Deber y Pasión- Capítulo 6



-Solo estuve contigo una vez. ¿sabes que probabilidades hay de quedarte embarazado de un solo encuentro? –experimentó un tic en la mandibula- viniste a mi de la cama de otro hombre. Te prometo que lo lamentarás si se trata la hija de tu amante e intentas utilizarme, una vez mas, para hacer lo que desearías que él hubiera hecho.

-Te odio –susurró Zhoumi. Sintió lagrimas en los ojos y se las secó con el dorso de la mano- ¡maldito seas, te odio!

-No es lo que me dijiste aquella noche –expuso con frialdad- no mientras me encontraba dentro de ti.

Bajó la cabeza y lo besó, aplastándole la boca mientras metía la mano en su pelo y le alzaba la cara. Zhoumi emitió un sonido suave, mitad protesta, mitad algo que pudo ser una rendición. Eso hizo que toda la sangre de Henry se concentrara en su entrepierna y se apartó, odiándose a los dos por el cruel capricho del destino que los unía.

-¡miserable…canalla! –exclamó Zhoumi.

Henry pensó que tenía razón, que era exactamente lo que lo acaba de llamar, y que estaba allí porque se encargaría de que su hija, si lo era, llevara su apellido.

-la llevé en mi vientre – la voz de Zhoumi tembló por la emoción- le di vida, casi a costa de la mía. Y seré yo quien realice las elecciones que definan su vida. Mas te vale aceptar…

-venimos de mundos diferentes, querido. En el tuyo, la moralidad es un juego. En el mío, todos conocen su sitio.

-Que desgracia para ellos.

-Puedes pensarlo –rio con frialdad- pero si el análisis demuestra que de verdad soy el padre de la niña, aprenderás que esa vida tiene sus ventajas –clavó la vista en los labios de Zhoumi- una pareja obediente no tiene nada de qué preocuparse. Está bien atendido.

-También el gato de mi vecino, pero ninguno de los hombres que conozco cambiaría su sitio con él.

-Ah, es una excelente analogía. Un gato aprende cual es su lugar, aprende a obedecer órdenes simples y a permanecer cerca de casa, y por ello recibe su recompensa. Se lo acaricia y mima. Obtiene regalos. Y si es muy, muy bueno, se le permite pasar las noches en el dormitorio del amo.

-¿de que estás hablando? –de pronto experimentó un escalofrío- ¿eso que tiene que ver conmigo o con mi hija? –Henry sonrió, y Zhoumi sintió como si ante él se hubiera abierto un abismo- es tarde –musitó- por favor, vete ya, Henry. Estoy muy cansado.

Henry pudo ver que era verdad. Se le veía muy pálido y la bca mostraba un leve temblor. Imaginó que lo tomaba en brazos, no para hacerle el amor, sino para consolarlo, lo que demostró lo hábil que era para conseguir que un hombre fuera ajeno a la realidad.

El resto de lo que tenía que decirle podía esperar hasta después de los análisis.

-Sí. Descansa, por supuesto, pronto abandonarás el hospital, entonces tu vida cambiará. Será mejor que te prepares para ello.

-Desde luego mi vida cambiará –convino- lo sé. Y estoy listo para ello.
Henry se detuvo con la mano en l pomo de la puerta. Despacio, se volvió y lo miró.

-Eso espero, querido – susurró- aunque lo dudo.




Nueva York disfrutaba de una primavera soleada y cálida, pero el clima cambió súbitamente.

Llovía la mañAna en que Zhoumi iba a salir del hospital. Eso encajaba con su estado de ánimo mientras estaba sentado en una silla frente a un representante de Bio Tech Labs.
Éste le había llevado los resultados de los análisis que Henry, la niña y él se habían hecho.

Era el padre de su hija.

Zhoumi ya lo sabía, pero ver la información impresa en tinta negra le había provocado una conmoción emocional. Intentó no mostrar lo que sentía, pero sabía que no tenía mucho éxito, porque la empleada del laboratorio se detuvo en la mitad de una frase.

-¿Se encuentra bien, Joven Wang? –preguntó la mujer- ¿Llamo a la enfermera?

-No, no, estoy bien. Es que…tanta lluvia…Hoy hace fresco, ¿verdad?

-Sí -convino la representante del laboratorio.

Cuando Zhoumi consideró que podría hablar sin que le temblara la voz, dobló el informe, con cuidado volvió a meterlo en el sobre y lo extendió. La mujer movió la cabeza.

-oh, no joven Wang. Esa es su copia. Guárdela, por favor. Y ahora, antes de que me vaya, ¿hay algo que no haya entendido o que quiera que le explique?

“Sí”, pensó. “¿Cómo la pasión irreflexiva de una noche puede conducir a semejante lío?” No por el nacimiento de su hija, a quien adoraba. Lo que no entendía era como de pronto Henry se había convertido en parte de su vida.

En un abrir y cerrar de ojos, había pasado de ser un desconocido a exigir participar en el futuro de la niña. Le gustara o no, iba a tener que tratar con él.

-¿Joven Wang? –Zhoumi alzó los ojos- ¿Quiere formularme alguna pregunta?

-No, no gracias. El informe está… muy claro.

-Nos enorgullecemos de nuestra claridad –la mujer cerró el maletín, se puso de pies y extendió la mano.- entonces solo me queda darle la mejor de las suertes, espero que nuestros servicios hayan sido de ayuda.

-Gracias – al llegar la mujer a la puerta- De hecho… de hecho, hay una cosa…

-¿Si?

-¿El señor Lau ya ha recibido una copia del informe?

-Desde luego. Ayer. Era muy tarde para traérsela a usted, pero él solicitó la información en cuanto…

-Gracias, entiendo –lo cual no era cierto.

La puerta se cerró. Zhoumi miró el informe que tenía en el regazo. Si Henry había visto la prueba exigida, ¿Por qué no había dado señales de vida? Imaginó que hasta el final debía haberse aferrado a la esperanza de que Calvin fuera el padre de la niña.

Su arrogancia le enfurecía; su negativa a creer que lo había embarazado le insultaba. Y el modo en que lo había mirado la noche anterior, cuando le habló de los cambios que podía esperar en la vida, le aterraba.

Él había insistido en las pruebas, y ya las tenía, junto con su nombre en la partida de nacimiento. Zhoumi no había esperado a recibir el informe de paternidad. Conocía cuales iban a ser los resultados, razón por la que la noche anterior le había dado instrucciones al hospital de inscribirlo como “padre”. También le había puesto nombre a la niña.

Su hija se iba a llamar Josie.

-Josie – susurró y alzó a la pequeña de la cuna justo en el instante en que Kim Nari entraba en la habitación.

-oh, es precioso – sonrió feliz a su hija y a su nieta- Josie. Que nombre tan encantador. Le ha gustado a Henry?

-No tengo ni idea –respondió con frialdad- No lo consulté. No es asunto suyo.

-Vamos, cariño. Se que estas enfadado con él, pero…

-¿enfadado? ¿con un hombre que exigió una prueba de paternidad antes de reconocer que es el padre de mi niña? –rio al ponerse de pie- No es la palabra exacta, madre. Lo que me recuerda… han llegado los resultados –endureció la voz- Henry ya tiene las pruebas que quería. Es el padre de Josie.

-Por supuesto que lo es –corroboró Nari mientras alargaba los brazos hacia Josie- hola preciosa. ¿Cómo se encuentra mi pequeña niña esta mañana?

-Esta bien, y loca por irse a casa. Igual que yo.

-Todavía no cariño. Tenemos que… esperar hasta que… venga la enfermera –sonrió- no puedes largarte así como así de un hospital. Tienen que sacarte en silla de ruedas.

-No necesito una silla de ruedas –se odió por sonar como un niño malcriado- soy perfectamente capaz de caminar

-No seas tan impaciente. Además, le prometí a Henry… -se mordió el labio- iré a buscar a la enfermera.

-Aguarda un momento –frenó a su madre por el brazo- ¿Qué le prometiste a Henry? ¿y cuando hablaste con él?

-oh… -Nari movió la mano en el aire- hace un rato

-¿está aquí? ¿en el hospital?

-No. Todavía no… -se ruborizó- ¡oh, estoy diciendo mucho!

-No lo suficiente. ¿Qué pasa?

-Nada

Su madre se negaba a mirarlo a los ojos.

-Mamá-musitó- ¿Qué no me estas diciendo? ¿de que tendrían que hablar Henry y tu?

-Por el amor del cielo, no seas así, Zhoumi. El hombre es el padre de tu hija

-Gracias a una locura temporal –afirmó con frialdad

-Está decidido a hacer lo que es correcto por la niña, y por ti.

-Claro. Por eso no ha llamado ni siquiera para disculparse por haber dicho que yo mentía, por creer que había estado con Calvin cuando él fue el único… -respiró hondo- esto es una tontería. Lo que crea Henry Lau es asunto suyo. Por favor, vayámonos ya.

-lo único que te pido es que seas justo, cariño. Contigo mismo, con la bebé y…con Henry.

-no me lo creo. ¿vas a defenderlo?

-bueno, creo que podrías haber sido mas abierto a nosotros, Zhoumi. ¿Por qué nos hiciste creer que los dos solo habíais pasado la noche juntos…?

Zhoumi miró fijamente a su madre, que guardó silencio. ¿es que todos se habían vuelto locos?

-¿de que estas hablando mamá?”fue” solo una noches. ¿Por qué me lo iba a inventar si no fura cierto? No se que cuento de hadas os ha contado Henry, ni por qué, pero…

-le conté todo querido, como debería haber desde el principio. Era lo mejor para todos

Zhoumi giró en redondo, Henry se hallaba en el marco de la puerta. Llevaba una camiseta negra, vaqueros y botas negras, en los brazos un enorme ramo de rosas amarillas. Estaba incleiblemente atractivo.

-buenos días, Nari

-buenos días, Henry.

Nari sonrió cuando él le tomó la mano y se la llevó a los labios. Intercambiaron una mirada que Zhoumi no fue capaz de interpretar, y que hizo que se sintiera como un intruso.

-y a ti, Zhoumi –se volvió hacia él y lo miró intensamente- buenos días a ti también, pequeña

-Henry –comenzó con cuidado.

-has visto los análisis

Fue una afirmación, no una pregunta. Zhoumi alzó el mentón.

-si

-bien –esbozó una leve sonrisa- este es un día especial para los dos

-desde luego que lo es. Me voy a casa. Y tu apellido aparece en la partida de nacimiento de Josie.

-¿Josie?

-si, ¿Por qué te sorprendes? No pensarías que seguiría llamándola mi pequeña –dijo con una sonrisa forzada

-nuestra pequeña -corrigió él con cortesía- ¿no se te ocurrió discutir conmigo la elección de su nombre?

-¿Por qué iba a hacerlo? Tu querías ser reconocido como su padre y te he complacido, pero las demás decisiones son mias.

-muy bien, querido –bajó la cabeza en un gesto de aceptación- Josie será –sonrió, y Zhoumi pudo ver el acero detrás de esa sonrisa- me gusta, así que no es ningún problema. De hecho, se puede considerar una versión mas corta de un nombre que siempre me ha gustado. Josephine.

-estoy seguro de que alguna mujer de tu pasado quedará encantada con la noticia –Zhoumi sonrió- con franqueza, no me importa lo que te guste o no. Tus gustos carecen de interés para mi.

-Zhoumi –carraspeó Nari –cariño, Henry solo dice…

-demasiado. Él no va a criar a Josie. Yo sí

-ah bueno, se que eso es lo que tu… quiero decir, eso es… ¿Henry? ¿no…quieres contarle algo a Zhoumi? Creo que… deberías hacerlo.

Zhoumi contempló a su madre, que se mordía el labio superior. No era un hombre que se desconcertara con facilidad, pero en ese momento lo estaba.

-¿decirme que? –prguntó con cautela. Henry se había salido con la suya y Josie llevaba su apellido. ¿qué mas podría querer? ¿derechos de visitas? Quizás se había puesto en contacto con su abogado.

-Nari – dijo Henry, que en ningún momento dejó de mirar a Zhoumi- ¿nos podrías dejar a solas, por favor?

-oh. Desde luego. Yo solo… ¿Zhoumi? Cariño, se que todavía sigues enfadado, pero, por favor, trata de pensar en el bebé. Y en lo mucho que Henry y tu os queríais antes de que pasara todo esto

-¿de que estás hablando? Nosotros no…

-Nari.

Henry habló despacio, pero esa única palabra resonó en la habitación. Zhoumi sintió un nudo súbito en el estomago, que se intensificó cuando su madre esbozó una sonrisa nerviosa y salió de la habitación con Josie en los brazos.

Henry cerró la puerta, se volvió y cruzó los brazos, y Zhoumi supo que iba a suceder algo terrible.

-¿Qué está pasando? –preguntó con voz trémula- ¿Cómo ha llegado mi madre a la asombrosa conclusión de que tu y yo compartimos una especie de…de historia?

-estaba angustiada por los términos de nuestra relación –sonrió, aunque el gesto nunca llegó a sus ojos- simplemente hice lo que pude para mitigar su preocupación

-tu y yo no tenemos una relación.

-creamos una hija. Sé que prferirias no reconocer mi papel en eso, querido, pero es un hecho.

-olvidemos eso. Solo quiero saber qué le dijiste a mi madre

Henry se encogió de hombros y despacio avanzó hacia él. Zhoumi quiso retroceder, pero no tuvo ganas de ofrecerle esa satisfacción.

-le dije que era verdad que nos habíamos conocido aquella noche en espada –alargó la mano y le acarició la mejilla. Zhoumi trató de apartarse, pero él deslizó los dedos hacia el pelo- y luego añadí algunos detalles, para hacer que todo lo demás fuera aceptable.

-¿Qué detalles? –al sentir la mano suave sobre su piel y la gentileza de sus dedos al peinarlo, le invadieron los recuerdos. Aquella noche lo había tocado de esa manera. Con suavidad al principio, luego con pasión y ansia…-¿Qué detalles? –repitó, dando el paso atrás que se había prometido no dar- deja de hacer eso.

Él sonrió y acortó la distancia que lo separaba. Las piernas de Zhoumi chocaron con la parte trasera de la cama; se hallaba atrapado.

-me gusta tocarte –musitó. Inclinó la cabeza e inhaló su fragancia- todos estos meses he recordado lo agradable que era sentir la suavidad de tu piel bajo mis manos y boca.

Zhoumi también lo recordaba, pero nunca lo iba a reconocer ante él. Nunca.

-Responde a mi pregunta, ¿Qué le contaste a Nari?

-le dije que nos conocimos aquella noche en Espada –le tomó la cara entre las manos- no lo mencioné, pero dejé que pensara que esa noche compartimos intimidad.

-dejaste que… -rio con voz apagada- cualquiera que pueda contar de agosto a mayo es capaz de deducirlo

-lo que no pueden deducir, querido, es que después de aquello nos vimos muchas veces, en Nueva York.

-¿Qué?

-he dicho…

-lo he oído, pero es mentira –le agarró las muñecas y trató de evitar que introdujera los dedos en su pelo.- nunca me volviste a ver, Henry. Ni siquiera me viste aquella mañana, en Espada. Te habías marchado sin decir una palabra.

Henry lo soltó, dio un paso atrás y metió las manos en los bolsillos.

-quizás notaste mi ausencia incluso ante, cuando abriste la puerta del cuarto d baño –expuso con frialdad- ¿es esa tu conducta habitual con tus amantes?- sonrió con expresión desagradable- no creo que trataras así al amor de tu vida.

-¿a quien?

-a tu Calvin. No imagino que interpusieras una puerta entre vosotros después de haber pasado una noches en sus brazos.

“Calvin jamás me hizo sentir lo bastante vulnerable como para querer interponer una puerta”, estuvo a punto de decir, pero era otro conocimiento que nunca le haría a ese hombre

-no puedes ser tan tonto como para creer que existe comparación entre las cosas que hice con Calvin y las que hice contigo ¿verdad? –vio que apretaba los labios.”Bien”, pensó con amargura, le había dado justo donde mas le dolía- y no estamos hablando de Calvin, sino de ti y de las tonterías que le has dicho a mi madre. ¿pensaste que se sentiría mejor si creía que nos habíamos visto en Nueva York? He tenido una hija fuera del matrimonio, Henry. Se que eso puede no importarle a mucha gente en el mundo en el que vivimos, pero…

-me importa a mi. Y a tu familia. Por eso le ofrecí una historia mas aceptable a tu madre.

-muchas gracias –soltó con sarcasmo- es agradable saber que eres considerado.

-escúchame –espetó Henry- y presta atención, para que no existan discrepancias en nuestras historias. Le conté que nos habíamos visto muchas veces, que nos sentíamos atraídos pero que habíamos tenido una peleas de enamorados, antes de saber que estabas embarazado, y que nos habíamos separado.

-no se por qué te has molestado con semejante mentira. Estoy seguro que le gustó mas pensar que éramos enamorados en ves de…

-le gustó a todo el mundo, o eso parece –esbozó una leve sonrisa- hemos recibido mensajes de enhorabuena de tus hermanastros y de Hyukjae y Donghae. ¿sabías que partieron ayer a París?

-sí. Donghae pasó por aquí y… ¿enhorabuena? –movió la cabeza confundido- ¿Por qué? ¿es que mi madre les contó esa ridícula historia? No pudo creer que toda la familia se la tragara.

-pues lo hizo –sonrió y apoyó las manos en sus hombros- quizás vienes de una familia de románticos que prefiere imaginarte en un matrimonio basado en el amor y no en la necesidad- leyó la conmoción en sus ojos- así es, querido. Le expliqué a Nari que pretendemos casarnos.

Esas palabras lo aturdieron. ¿casarse? ¿con Henry Lau? Sabía que no hablaba en serio, que se había inventado esa historia para aliviar la situación, pero incluso pensar en algo así, imaginarse como su esposo…


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yota´s news : De regreso?

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