Donghae se quedó aturdido en estado de
conmoción mientras Hyukjae caía al suelo. La rabia y el dolor se mezclaron
dentro, girando en una espesa y negra niebla por la cual no podía ver a través.
Tenía el cuerpo congelado, la voz atascada en el pecho. El dolor palpitaba
donde la daga había golpeado a Hyukjae, como si también le hubiera golpeado a él.
Sentía las piernas débiles, y la
necesidad de gritar burbujeó profundamente en el interior mientras sentía a Hyukjae
desvanecerse del mundo.
Seungki se arrojó el cuerpo inerte de Minki
sobre el hombro izquierdo.
—Trabaja rápido, Donghae —dijo—. Una vez
se haya ido, no tendrás ningún poder.
¿Poder? ¿Eso es lo que le preocupaba? Le
importaba una mierda el poder. Quería a Hyukjae. Para siempre.
Pero le había sido
arrancado, igual que su antigua vida. Todo lo que le importaba, todo lo que
siempre había querido para sí, le había sido arrebatado y reducido a cenizas a
los pies.
No era justo. No estaba bien. El dolor y
la injusticia que estos demonios habían acumulado sobre él no era algo que se
mereciera. ¿Cómo se atrevían a causarle más dolor? ¿Cómo se atrevían siquiera a
tocar a un hombre como Hyukjae… quien había dedicado su vida entera a ayudar a
los demás?
Donghae permitió que la rabia lo
poseyera. Se lanzó contra la caótica masa, dejándole llenar cada célula hasta que
pareció que explotaría con la presión. Un fuerte y discordante grito se liberó
de la boca, todo el cuerpo vibrando con la fuerza del mismo. El aire brilló,
palpitando con su cólera, hirviendo en oleadas apenas visibles mientras se
estiraba hacia los demonios armados, similares a humanos que cargaban hacia
ellos.
Las tres primeras filas de soldados se
agarraron la cabeza, apretándolas y doblándose en agonía. La sangre se escapó
de sus narices y oídos mientras sus gritos se extendían, llenando la caverna.
Varios demonios cayeron. Aquellos detrás de ellos los pisotearon bajo sus
sucios pies.
Seungki lo agarró del brazo y lo separó
de la horda que arremetía.
Él miró a Hyukjae. Había avanzado
lentamente a un lado, hasta la base de una pared, y luchaba por ponerse de pie.
Uno de los soldados levantó una espada torcida, oxidada, para matarlo, pero en
cambio golpeó la parpadeante luz azul del escudo.
Amplió el muro protector a través de la
puerta de barrotes, impidiendo a cualquiera de los soldados pasar.
—¿Qué haces? —preguntó Seungki—. Tenemos
que huir.
—No me iré sin él —no podía. Incluso si
todo lo que se llevaba era su cuerpo, no podía dejarlo aquí como alimento de
los demonios.
Seungki le tiró del brazo, haciéndolo
tropezar.
—No te dejaré morir.
—Entonces baja al chico y levanta tu
jodida espada. Haré esto, con o sin ti.
No esperó a que Seungki estuviera de
acuerdo o incluso respondiera. Se zafó de su agarre y aspiró tanto poder de Hyukjae
como pudo soportar.
Fuego. Éste salió de él, rugiendo del
cuerpo en un cono dorado de luz y calor. Se esparció por los barrotes,
haciéndolos brillar rojos. Más soldados cayeron, convertidos en cenizas antes
de que sus gritos terminaran de resonar en las paredes de la
cuerva. El hedor era insoportable, pero no se atrevió a intentar hacer más
malabares que el fuego y escudar a Hyukjae del mismo.
El flujo de energía proveniente de Hyukjae
flaqueó, y el fuego simplemente dejó de sacudirse del cuerpo. Donghae cayó de
rodillas, sorprendido por la repentina pérdida de lo que había llegado a
acostumbrarse a tener. El vacío lo cercó, dejando una sensación de lacerante
hueco, fragilidad y debilidad.
Donghae alzó la mano, esperando
encontrar el cuello libre de la Luceria, pero todavía estaba allí, caliente y
vibrando por la reciente descarga de energía.
Todavía quedaban por lo menos dos
docenas de guardias en pie y una horda de demonios más pequeños. Avanzaban
lentamente sobre los cadáveres carbonizados de los de su raza, luchando por
alcanzar los barrotes. Más allá de ellos, vio a Jiyoon de pie observando, los
brazos cruzados en el pecho y una sonrisa sobre su fea cara como si disfrutara
del espectáculo.
Donghae iba a matarlo. Había hecho daño
a Hyukjae, y él iba a conseguir que pagara por ello, aunque le costara la vida.
El primer soldado rompió la ancha puerta
de metal y saltó a través de él. Otro lo siguió, y otro.
Donghae se extendió a por el poder de Hyukjae,
pero todo lo que quedaba era un chorrito débil, lamentable.
Se moría, y no había nada que pudiera
hacer para impedirlo.
Dongjoon, Kangin y Leeteuk estaban en una
de las cuevas en busca de una mujer embarazada capturada por los demonios, el olor
de su sangre se deslizó por la nariz de Dongjoon, embriagándolo. Era poderosa,
hasta en su estado debilitado. Y estaba cerca.
Se dio la vuelta, golpeando a Kangin en
el hombro para que lo siguiera.
—Por aquí.
Las paredes de piedra volaban junto a él
mientras corría hacia delante, dejando que la nariz le mostrara el camino.
Dongjoon dio la vuelta a una esquina y casi
chocó de frente con una manada de retorcidos demonios.
La mujer. Había barrotes. Tenía que
estar al otro lado.
Una oleada de llamas salió de la mano de
Leeteuk, estrellándose contra el montón de demonios. Los seres silbaron y
gorjearon mientras ardían, dispersándose en un esfuerzo por escapar del fuego.
—¡Hay una mujer detrás de ellos! —gritó Dongjoon para que Leeteuk no la matara.
Inmediatamente, las llamas se echaron
hacia atrás. Los demonios más pequeños se enroscaron en pelotas de ceniza y
polvo. Los más grandes se volvieron hacia la amenaza y cargaron.
Dos de los más grandes simplemente
arremetieron, enseñando los dientes y listos para la sangre.
Dongjoon se deslizó a un lado, fuera de la
trayectoria del más cercano. La delgada espada acuchilló hacia abajo, contando
los tendones de la bestia, volviendo una de sus piernas inútiles.
—Saca a la mujer —gritó Kangin—. Los
mantendremos a raya.
Dongjoon no era un hombre confiado, pero
cuando se trataba de combatir, se había acostumbrado a poner su vida en mano de
los Suju. Fuera del combate, las cosas eran muy, muy diferentes, pero por
ahora, dejó que la confianza reinara e hizo como Kangin dijo.
Avanzó lentamente rodeando la pila
humeante de demonios y pateó a algunos a un lado para poder mirar detenidamente
en la jaula.
La mujer estaba allí, sucia y
temblorosa. Se encontraba presionada en la grieta más apartada que pudo
encontrar, meciéndose ligeramente y soltando un lastimero y bajo gimoteo.
El corazón de Dongjoon se rompió por ella.
Se podría decir por la longitud de su pelo y el mal estado de su ropa que había
estado aquí mucho tiempo. Años, quizás.
Detrás de él, la batalla continuaba,
pero la ignoró, poniendo toda la atención en la asustada mujer agachada a unos
metros de distancia.
—Soy Dongjoon —le dijo,
modulando la voz para que sólo le llegara la dulzura…—. Vamos a sacarte de
aquí.
La mujer alzó la vista, su pálida cara
cubierta de mugre salvo por dos surcos de las lágrimas que había vertido. El pánico
hacía que sus ojos se agrandaran y podía ver su corazón latir salvajemente en
el enjuto hueco de su cuello.
—No te haré daño.
Los barrotes le bloqueaban el camino.
Tenía la suficiente fuerza para doblarlos o romperlos, pero entonces se
quedaría débil e incapaz de ayudarla más allá. La mujer iba a necesitar de él y
su capacidad para curarla.
Usó la espada y las botas para
empujar los restos carbonizados de los demonios fuera de la entrada. Tiró de la
manga de cuero del abrigo para cubrirse la mano y la puso sobre los calientes
barrotes. La puerta estaba cerrada. Por supuesto.
—¡Agáchate! —gritó Kangin.
Se tiró al suelo, haciéndose un
objetivo tan pequeño como le fue posible. La cabeza cortada de un demonio chocó
contra los barrotes, haciéndolos vibrar.
La mujer miró hacia arriba, la barbilla
temblorosa.
—La llave —susurró, con el huesudo dedo
señalando tras él. La mano le temblaba, pero todavía seguía con él, pensando
con la suficiente claridad como para ayudar.
Dongjoon miró hacia donde señalaba y vio el
destello metálico de una llave que colgaba de un gancho clavado en la piedra. Cogió
la llave y regresó corriendo, sin perder tiempo en abrir la puerta.
Dongjoon le tendió la
mano, plantando firmemente los pies en el suelo para no ceder al impulso de
correr hacia ella.
Ella se la miró, luego la cara, y a
continuación más allá de él, a lo que pasaba fuera de los barrotes.
—No les dejaremos hacerte daño. Dame la
mano.
Ella dio un paso. Podía ver todo su
cuerpo temblar por el esfuerzo.
—Eso es. Un poco más y te sacaré de
aquí.
Otro paso, luego otro. Ella estaba lo
suficientemente cerca para que él se extendiera y la cogiera, pero se mantuvo
firme, dejando que ella viniera a él.
—Vamos —dijo, deslizando un poco de
poder a través de las palabras y el toque, ofreciéndole calor y cualquier
pedacito de consuelo que ella pudiera tomar de éste.
Dongjoon tiró de ella hacia delante y la
ayudó a sortear los cadáveres que cubrían la zona. Kangin y Leeteuk se habían
encargado de los demonios restantes, pero vendrían más. La sangre los atraería.
—Tenemos que irnos —dijo Leeteuk—.
Aquellos que están fuera alimentándose volverán pronto y bloquearán la salida.
Emprendieron el viaje de regreso por
donde habían venido, pero la mujer le tiró de la manga.
—Conozco una salida más rápida. Está
justo delante.
Kangin abrió el camino, e hizo lo que la
mujer dijo. Aproximadamente treinta metros pasillo abajo, éste se abrió en una
gran caverna. Sonidos de batalla resonaron desde el otro lado.
Dongjoon impulsó a la
mujer hacia atrás, protegiéndola de la vista con el cuerpo. El fuego llameó,
cegándolo por un momento.
—Donghae —jadeó Leeteuk—. Donghae está
ahí. Con todos esos demonios.
En efecto era él, luchando como un
hombre poseído, claramente desatendiendo su propia seguridad. Seungki también
estaba allí, junto con dos cuerpos: Hyukjae y un chico joven.
La lucha no iba bien. Había muchos de
ellos. Seungki hacía todo lo posible para mantener alejados a los demonios
tanto de Donghae como del chico inconsciente, pero era una batalla perdida.
Dongjoon no quería nada más que sacar a la
mujer que se pegaba a él fuera de este lugar, pero sabía que tendría que
esperar. Donghae era demasiado valioso para perderlo, y no había forma de que Leeteuk
abandonara a su hermano para que luchara sola contra los demonios.
Iban a tener que pelear su camino a la
libertad.
Donghae recogió la espada de Hyukjae y
mantuvo a raya a cualquier demonio que se atrevió a acercarse a él. El pequeño
flujo de energía corriendo hacia él mantuvo a Jiyoon en su lugar, impidiéndole
salir. La burbuja que rodeaba su cuerpo se tambaleaba cada vez que él la
golpeaba, pero hasta ahora, se había mantenido estable.
Hyukjae se estaba debilitando. Podía
sentir los latidos de su corazón atenuándose con cada segundo que pasaba.
Con una silenciosa disculpa, tomó más de
Hyukjae, drenando más de su poder hacia sí, lo suficiente para proteger su
espalda.
Sin soltar a Jiyoon, dejó que el poder
de Hyukjae se deslizara sobre él, acunándolo y protegiéndole del ataque, igual
que él lo habría hecho si hubiera podido.
Cayó a su lado y presionó las manos
contra su pecho ensangrentado. La puñalada era profunda, demasiado cerca de su
corazón, y no estaba seguro si éste había sido golpeado.
—Lo siento —susurró, luego tiró un hilo
de energía de él, causando que él gimiera. Cerró los ojos y se concentró en
buscar los vasos sanguíneos seccionados para cerrarlos. Deslizó las manos sobre
su piel. El calor le quemaba la punta de los dedos, limpiando la sangre debajo
de ellos. Hyukjae contuvo una dolorosa respiración y sus fuertes músculos se
tensaron endureciéndose.
El esfuerzo era agotador. Sintió que su
jaula alrededor de Jiyoon cedía, y tuvo que dejarlo ir, tenía que dejarlo ir. Hyukjae
era más importante.
El calor fluyó. Podía sentir las olas
del mismo levantándose del cuerpo de Hyukjae, oyendo crepitar el aire con ello.
El flujo de poder
comenzó a flaquear, titubeando mientras exigía más de ello. El escudo a la
espalda cayó, exponiéndolo a docenas de demonios sedientos de la sangre de Hyukjae.
No había nada que pudiera hacer. Supo
instintivamente que si dejaba ir el pequeño hilo de energía que había logrado
sostener, lo perdería para siempre. Hyukjae moriría. Ambos morirían.
Si moría, quería que fuera porque lo
había dado todo para salvarlo, no porque hubiera renunciado a él.
El sonido de los demonios detrás de él
se hizo más fuerte, más cercano. Se habían dado cuenta de que el escudo había
caído y se estaban acercando.
Seungki se abrió paso hacia Donghae. No
podía dejar a Minki desprotegido, por lo que tuvo que llevarlo consigo,
luchando con su peso ligero colgando encima del hombro. Se dijo que no era
diferente de proteger el flanco de un hermano, pero eso era una gran mentira.
Sus miembros colgaban alrededor con cada
corte y golpe, lo que le obligó a desplazarse con cuidado para no cortarle la
pierna.
Donghae había dejado de ayudarlo a matar
a los demonios, y en su lugar se había arrodillado sobre Hyukjae. Estaba
tratando de salvar su vida. Seungki lo sabía. No habría esperado menos de él.
Pero al parecer, no se preocupó de protegerse a sí mismo. Desde el momento en
que había dejado caer la espada de Hyukjae, Seungki supo que la vida de Donghae
ahora estaba en sus manos.
Finalmente, después de lo que pareció
medio año de batalla, estaba a tan sólo unos metros de distancia, lo suficiente
cerca para ver las débiles chispas azules desprendiéndose de su espalda.
Todavía estaba vivo.
El campo que sostenía a Jiyoon en su
lugar, chisporroteó y cayó. Seungki cerró los últimos metros que quedaban hacia
Donghae, cortando oleada tras oleada interminable de soldados Sasaengs y
demonios más pequeños, con garras.
Los destellos azules centellando en su
espalda, comenzaban a desvanecerse. Su escudo titubeaba, al igual que el campo
alrededor de Jiyoon.
Seungki no tenía opciones. Se abalanzaba
hacia los lados, manteniendo el costado izquierdo y a Minki fuera del alcance
de las espadas y garras. Movía el brazo derecho con frenética velocidad,
haciendo que los músculos le ardieran en señal de protesta.
Una hoja se dirigía directamente hacia
él. No podría pararla. Ni esquivarla. Iba en un ángulo que le golpearía el
brazo derecho. Ya podía ver la extremidad siendo cercenada, volando a través
del espacio para aterrizar como alimento para los demonios. No había nada que
pudiera hacer excepto mirar mientras la cuchilla caía.
La hoja del demonio golpeó, pero no
sintió dolor. Chispas azules se dispersaron en todas direcciones. Medio segundo
después, Kangin estaba a su lado, cortando las piernas del demonio que casi
había acabado con la vida de Seungki.
El peso del chico se aligeró en el
hombro. Lo agarró, pero tan pronto como sintió el tenue y acogedor calor de la
amigable magia que lo rodeaba, lo soltó. Kangin estaba aquí. Entonces se trataba
de Leeteuk. Seguramente fue él el que lo había relevado de la carga.
—Gracias —gritó Seungki.
Kangin lanzó un gruñido como respuesta,
agachándose para golpear, mientras Seungki se levantaba. Entre ellos, dos
demonios más cayeron.
Un par había caído. Ahora sólo quedaba
una docena más.
Donghae había logrado detener la
hemorragia de Hyukjae, pero lo había hecho demasiado tarde. Había perdido mucha
sangre.
Su respiración era rápida y superficial,
su corazón vacilaba en su pecho. Atado a él tan cerca como estaba, podía
sentirlo tratando de dejar su cuerpo.
No podía dejarlo ir. Lo amaba.
Necesitaba que se quedara.
Sabía que era egoísta, pero no le
importaba una mierda si lo era. Todo lo que le importaba era mantenerlo cerca,
así que eso fue lo que hizo.
Donghae envolvió los brazos alrededor de
él, apretando la mejilla contra su pecho. Apretó el agarre sobre su poder,
negándose a dejarlo ir.
—No me dejes —le suplicó—. Todavía no.
«Me tengo que ir», le escuchó murmurar
en la mente. «No estarás a salvo mientras yo respire. Sin alma…»
—Me importa un carajo eso. He visto tu
alma en tus acciones. Eres un buen hombre.
«Difícilmente. Mi monstruo se ha vuelto
demasiado fuerte».
La esencia de él -la parte que lo hacía
quién era- comenzó a salir de su cuerpo. Podía verlo en la mente, sentirlo a
través de la Luceria. Esta pulsaba con poder, fluyendo en
ramas gruesas y negras. Dentro de esa masa, había una delgada cinta dorada,
enrollada fuertemente en torno a ésta. Brillaba en la oscuridad, extendiéndose
hacia Donghae.
Su alma. Esa cosa enorme y poderosa era
su alma. Podía sentir el vacío de la misma, el profundo y doloroso vacío que
una vez había estado lleno de luz y vida. Se había ido. Todo se había ido,
dejando un hueco muerto y vacío.
Hyukjae estaba en lo cierto. No quedaba
nada de su alma para ser salvada. Muerta, estaba muerta.
El dolor le inundó, caliente y feroz,
arañando y desgarrándolo. No quería vivir sin él. Intelectualmente, sabía que
se curaría, pero ya había sufrido mucho. No quería sufrir la muerte de él,
también.
—Te amo —le susurró—. Me iré contigo.
«¡No!» Le gritó mentalmente, empujándole
de regreso. Pero él no se alejó. Estaba fuertemente atado a él, se había
anudado tantas veces alrededor de él, que no podría ser liberado.
«Dónde tú vayas, yo voy», le dijo,
contento con la decisión.
Algo feroz y mortal se liberó,
sacudiendo su enorme cuerpo y estirando sus poderosas extremidades. Podía verlo
en la mente –dentro de él- el monstruo del que había hablado. Había sentido su
presencia antes, pero al verlo ahora, sabía el porqué Hyukjae temía dejarlo
libre.
Gigante, con capas de músculo grueso
debajo de la piel dura que parecía de piedra, se alzaba en la mente, enseñando
los dientes, alas de cuero extendidas, y manos abiertas con garras y listas
para agarrarlo.
«Vete» le gruñó esto a él. «Déjanos
morir».
Donghae afirmó su resolución, negándose
a dejar que algo tan insustancial la espantara.
«No».
«No vamos a dejarte morir».
«Entonces quédate. Quédate conmigo.
Vive».
«Sin alma. No hay vida».
«Entonces, toma mi alma».
El monstruo se congeló y luego inclinó
la cabeza hacia un lado. Le miró con los ojos de Hyukjae.
«Hecho», dijo el monstruo, sus dientes
puntiagudos brillando detrás de su sonrisa.
Un dolor terrible y desgarrador le
atravesó el pecho, robándole el aliento. Una presencia oscura se le metió en la
cabeza, tomando el control de los miembros.
Como una marioneta, se levantó. El poder
rugió en él, pero no tenía el control, ni idea de lo que estaba sucediendo.
Los pies se le levantaron del suelo y se
elevó en el aire por encima de la batalla. Giró la cabeza, hasta que divisó a Jiyoon
escabulléndose.
Extendió las manos y un instante
después, Jiyoon se detuvo. Su cuerpo se levantó y flotó más cerca, hasta que
estuvo justo por encima de la aglomeración de demonios luchando con sus amigos,
su hermano.
Otro hinchado pico de poder se canalizó
a través de él, y vio como la piel se desprendió del cuerpo de Jiyoon. Él
gritó, pero no sirvió de nada.
Su piel fue desgarrada, arrancando la
ropa a su paso. La sangre llovió sobre los demonios, distrayéndolos del
combate.
Toda esa energía que había estado
corriendo a través suyo, se desvaneció, y Jiyoon cayó a las fauces expectantes
de su ejército. Sus gritos se escucharon mientras era destrozado por los
dientes de sus propios soldados.
Donghae cayó al suelo de piedra, junto a
Hyukjae. Él estaba pálido, fantasmal, inconsciente e inmóvil. Trató de
alcanzarlo y tocarlo, para asegurarse de que su corazón seguía latiendo, pero
tenía el brazo demasiado pesado.
«Duerme», escuchó el gruñido del
monstruo, solo que esta vez la voz provenía de dentro de él. «Debes vivir para
mí ahora».
Hyukjae se despertó. Eso por si solo fue
bastante sorprendente. Aún más sorprendente fue el sentimiento de paz y
tranquilidad absoluta por dentro.
No había ningún monstruo. Ni ira. No se
sentía así desde el día en que su alma había muerto.
Estaba tumbado en la cama con Dongjoon mirándolo fijamente, la preocupación cubría su bonito rostro. Detrás de él
estaban Leeteuk y Kangin. Seungki estaba junto a la puerta.
Sobre la cama junto a él estaba Donghae,
de todos modos acostado demasiado lejos.
El pánico hizo que se sentara y una
oleada de mareos lo frenó.
—Tranquilo —dijo Dongjoon—. Él está bien,
sólo dormido.
—¿Qué mierda ha pasado? —preguntó.
—Os puse a los dos a dormir unos días
para que pudierais sanar —respondió Dongjoon—. Ni siquiera estaba seguro de que lo
consiguierais.
—Estamos en una casa Elf —dijo Leeteuk
con los ojos y la nariz enrojecidos de tanto llorar.
Kangin pasó un brazo alrededor de los
hombros de su pareja y lo atrajo hacia sí.
—Será mejor que no te muevas —dijo Dongjoon—. Casi os perdemos a los dos.
—¿Dónde está el chico? —preguntó Hyukjae
con la voz seca y ronca.
—Minki está en la SM con su familia,
recuperándose al lado de su madre que es la otra mujer que encontramos. —La
mirada de Dongjoon se ensombreció al llegar a esa última parte, como si le diera
pena hablar de ello.
—Todos están bien —dijo Kangin más por Leeteuk
que por Hyukjae—. Lo logramos.
Dongjoon asintió.
—Y estás despierto. Me alegro de ver que
todo está bien. No estaba muy convencido de lo que sería.
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó Hyukjae.
Dongjoon desplazó los ojos al pecho de Hyukjae.
—Míralo tú mismo.
Se miró al pecho y vio que la mitad de
la Marca de Vida estaba tan muerta y estéril como siempre pero la otra mitad
era verde y exuberante, con nuevos brotes de hojas. La miró conmocionado
durante mucho tiempo, tratando de comprender si aún estaba soñando o si todo
era algún tipo de broma cruel del más allá.
—No lo entiendo.
—Yo tampoco.
Empezaron a regresar los recuerdos: el
chico secuestrado, las cuevas, su inevitable muerte, Donghae negándose a
dejarle ir... recordaba que Donghae se anudó tan fuertemente a su alma que supo
que si hubiera intentando abandonarse a la muerte, él lo hubiera seguido.
Su monstruo. Había negociado con él,
aceptando el regalo que le ofrecía. Su alma. Hyukjae había tratado de
detenerlo, pero había estado demasiado débil. No había tenido ninguna
posibilidad de recuperar el control sobre la bestia.
—Oh, Dios —soltó cuando el impacto de lo
que había ocurrido lo sacudió por completo.
Donghae le había dado el alma.
Hyukjae trató de alcanzarlo, se sumergió
precipitadamente a través del vínculo. Tenía que devolvérsela, tenía que
obligarlo a retirar la oferta.
Las construcciones etéreas de su mente
le resultaban familiares ahora. Había pasado tanto tiempo conectado a él que se
sentía como en casa.
Lo encontró descansando en una piscina
azul brillante, tomando el sol. Parecía estar completamente relajado y contento.
Donghae lo miró después de llevarse una mano a la cara para protegerse los
ojos. Sólo llevaba puesto un diminuto traje de baño y tenía la piel húmeda de
sudor.
La sonrisa que se extendía por su cara
le dejo sin aliento por su belleza.
—¿Quieres unirte a nosotros?
Sus palabras le hicieron darse cuenta
que a unos pocos metros estaba su monstruo sentado en una silla, completamente
desnudo y bronceado.
La confusión le sacudió, pero al parecer
sólo para hacer que Donghae ampliara la sonrisa.
—Él no es tan malo, sabes —le dijo.
La mente de Hyukjae chisporroteaba
mientras trataba de dar sentido a esas palabras.
—¿No es tan...?
Donghae encogió uno de sus encantadores
hombros.
—Un poquito áspero por los bordes pero
completamente domesticable.
El monstruo dejó escapar un gruñido
afirmativo.
—Por lo menos, él no me mantiene
encerrado en una jodida jaula todo el tiempo.
Todo era demasiado surrealista. Nada
tenía sentido. Claramente había muerto y esto era el infierno. Como si Donghae
le estuviera leyendo la mente, se rió entre dientes.
—No estás muerto, ni yo, ni Eunhyuk.
—¿Eunhyuk?
—Pensé que debería tener un nombre —dijo
Donghae.
El monstruo sonrió.
—Poco varonil, ¿no crees? Muy humano.
Hyukjae no tenía palabras para expresar
sus sentimientos de, ¿qué mierda?
—Tienes que dejar de preocuparte —le
dijo Donghae—. Todo irá bien.
—Y una mierda. Me diste tu alma. Tómala
de nuevo.
—Intenté darte mi alma pero sólo te
quedaste con la mitad así que ambos estaremos bien. Yo dormiré un poco más. Eunhyuk,
aquí presente, me hizo usar demasiado poder para matar a Jiyoon. Estoy seco.
—Lo solucionaré —prometió Hyukjae—, y
entonces, hablaremos.
Eunhyuk y Donghae volvieron a ponerse a
tomar el sol, ignorándolo completamente.
Hyukjae regresó de nuevo a su cuerpo y
abrió los ojos.
—Su alma —susurró al preocupado grupo
que se cernía sobre él—. Me dio la mitad de su alma.
—Eso cambia las cosas —dijo Dongjoon—. Ni
siquiera sabíamos que eso era posible.
—Voy a llamar a Shindong —dijo Kangin—. Dongjoon tiene razón. Esto cambia las cosas.
Leeteuk y él se marcharon.
—Tengo que sacarle afuera para que
reponga sus fuerzas.
—Yo lo haré —se ofreció Seungki.
Hyukjae asintió. Tanto como odiaba verlo
en brazos de otro hombre, esto era lo mejor. Necesitaba sentir la tierra debajo
de los dedos para alejar la debilidad y la de Donghae. Dongjoon le ayudó a llegar
al exterior, se arrodilló en el frió suelo y hundió los dedos, a través de la
hierba seca, en la tierra húmeda. Seungki dejó a Donghae lo suficientemente
cerca de él para que pudiera curvar la mano izquierda alrededor de su cuello y,
así, permitir que se unieran las dos partes de la Luceria.
Extrajo el poder de la tierra y lo envió
hacia Donghae. Los fortaleció a ambos y, pronto, casi se sintió normal.
Hyukjae tomó a Donghae de los brazos de Seungki
y lo acunó contra el pecho desnudo justo en el momento en que empezaba a
despertar. Esos bellos ojos lo miraron tan llenos de amor que no estaba seguro
de si podría soportarlo.
Oyó a Seungki y a Dongjoon marcharse,
dejándolos a los dos solos bajo las estrellas.
—Lo conseguimos —dijo Donghae con voz
débil.
—Gracias a ti.
Le sonrió y le calentó el alma.
Su alma. Tenía una, otra vez. Gracias a él.
Donghae le puso la mano sobre el corazón
y las ramas de la Marca de Vida se balancearon, extendiéndose para alcanzarle.
Los ojos de Hyukjae se llenaron de
lágrimas que aterrizaron en la muñeca de Donghae.
—Gracias —dijo—. Gracias por salvarme la
vida. Gracias por compartir la tuya conmigo.
Él se encogió de hombros.
—Tú habrías hecho lo mismo por mí.
Así es, habría hecho lo que fuera por él.
Lo amaba.
Y como si ese pensamiento lo golpeara,
todo su ser se llenó de la fuerza de ese sentimiento. Lo amaba. No sólo porque
le hubiera salvado la vida sino porque le había devuelto el
más básico de los placeres, amar a otro. Se lo habían quitado durante tanto
tiempo que se había olvidado de lo bien que se sentía, lo regenerador y tranquilizador
que era.
Incluso su amor por Shiyoon estaba ahí,
débil y suave en comparación con lo que sentía por Donghae, pero, aun así, su
propia clase de regalo.
—Te amo —le dijo, disfrutando de cómo le
sonaban esas palabras en los oídos.
Los ojos de su Caballero Dorado se
llenaron de lágrimas de felicidad.
—Yo también te amo.
Sus labios se curvaron en una sonrisa
por primera vez en años. Donghae tomó aire y se la devolvió.
—Ya
pensaba que eras
guapísimo antes pero
cuando sonríes, eres... impresionante.
—Te voy a mostrar algo impresionante
—respondió y bajó la boca hacia la de él. Iba a pasarse el resto de la larga
vida mostrándole lo agradecido que estaba y lo profundamente que podía amar un
hombre con sólo la mitad del alma.
El teléfono de Kevin sonó, distrayéndole
de sus pensamientos. El proyecto Mazeltov estaba progresando bien, pero no lo
suficientemente rápido. Iban a tener que acelerar el ritmo si querían tener la
más mínima oportunidad de salvarse del hambre.
—Donghae está embarazado —dijo Dongjoon tan
pronto como respondió Kevin—. Tu cura ha funcionado de nuevo.
La sorpresa mantuvo los labios de Kevin
pegados por un breve momento. El mundo había comenzado a moverse bajo los pies.
Cosas que había creído verdad, simplemente eran erróneas, y ahora, estaba
luchando por ajustarse a los nuevos datos.
—Nunca le di a Hyukjae el suero.
—Entonces, ¿cómo es posible que Donghae
vaya a tener un niño?
—No tengo ni idea. ¿Es posible que se
haya acostado con otro hombre?
—No. Me colé en sus recuerdos mientras
buscaba la forma de salvarlo y no vi a ningún otro hombre allí. Sin embargo, sí
que hubo algo raro.
—¿Qué?
—Había un recuerdo sobre una esfera
negra, como un cielo sin estrellas. De repente, las luces se fueron encendiendo
una por una, como si él estuviera aprendiendo cómo encauzar
los poderes de Hyukjae en diferentes formas y usos. Fue tan extraño que me
quedé por allí para buscar el origen de tal imagen.
—¿Qué encontraste? —preguntó Kevin.
—Una de las luces me parecía familiar.
La sentía como si fuera... Sungmin, cuya mente ya había tocado. Investigué la
luz con más profundidad y encontré una conexión allí. De hecho, Sungmin me
llamó para ver si estaba bien, me dijo que, de pronto, había tenido la
sensación de que algo iba mal. No entiendo cómo ni por qué pero Donghae está
conectado a Sungmin. Y a muchos otros.
—¿Reconociste a esos otros?
—Sí. Heechul, Leeteuk y Henry también
tenían luces pero, además, había otros con los que no estaba familiarizado en
absoluto. Sin embargo, había algunas cosas que todos tenían en común.
—¿Cuáles?
—Que todas las luces eran de parejas y
estaban enlazadas con poder. Es mi opinión pero creo que todas esas parejas a
las que Donghae está conectado, cada una de ellas es Suju.
—¿Cuántos?
—Seis. Y les vi aflorar mientras paseaba
por sus recuerdos. Es posible que aparezcan más.
Las implicaciones que tenía todo eso
eran enormes. Significaba que había más parejas que tenían que hallarse. La
mente de Kevin empezó a dar vueltas cuando colocó la nueva información en su
sitio, lo que obligó a otras piezas a desplazarse para hacerle hueco.
—¿Cómo les vamos a encontrar?
—No lo sé. Tal vez, Donghae pueda
localizarles. Pero todo esto explica algo más.
—¿El qué?
—Creo que esa conexión es la que hace
que Donghae parezca ser compatible con todo Suju varón. Si está vinculado de
alguna manera a otras parejas, le puede conceder la posibilidad de utilizar el
poder de cualquier hombre.
—¿Crees que esta habilidad es algo que
se pueda aprender?
La voz de Dongjoon disminuyó debido a la
decepción.
—No lo creo. Mi
suposición es que esto es una habilidad inherente que sólo posee Donghae.
Trataré de ir más lejos si tengo la oportunidad. Sin embargo, Hyukjae está
despierto.
Así que las oportunidades para que Dongjoon pudiera estar en la mente de Donghae eran escasas.
—¿Se lo cuento? —preguntó Dongjoon.
—Háblales sobre el don de Donghae pero
todavía no les digas nada del embarazo. Espera a que le administre a Hyukjae el
suero primero.
—¿Quieres quedarte con el reconocimiento
de todo esto cuando no tienes nada que ver? —preguntó Dongjoon con voz acusatoria.
—Piensa en ello, Dongjoon. Si de alguna
manera, los Suju han recuperado la fertilidad y no lo saben, las posibilidades
de procreación son mayores, sobre todo, con parejas humanas. Sin embargo, si
saben que pueden tener descendencia, algunos de ellos puede que elijan algún
tipo de control de natalidad. ¿De verdad queremos eso?
—No, por supuesto que no. Necesitamos
toda la sangre que podamos conseguir.
—Entonces, estamos de acuerdo. Tan pronto
como vuelva Hyukjae, le inyectaré una solución salina y nadie se dará cuenta.
—Hasta que aparezca la próxima pareja
embaraza de un hombre Suju.
Se le extendió una sonrisa a Kevin en la
cara.
—Aquí puede estar la otra esperanza para
nuestra raza.
Me encanto mi lindo monito esta vivo y ya tiene desendencia en camino si super ya quiero saber que mas sorpresas nos depara esta pareja si si viva mi lindo monito
ResponderEliminarLo sabiaaaaa!!!!!!!
ResponderEliminarDongHae tenia la solución!!
llore pensando que ya morian T-T pero ahhhhh me puse feliz!! vive!! viven los dos juntos
Hae esta embarazado
pero..? que rayos lo continuaras cierto? asi quedad?
que pasar con los demas? Henry se salvo? regreso?
tengo muchas dudas.....
Como es que Hae sta embarazado si hyuk no tomo nada?!
ahhh Unnie!!!!
siiiiiiiiiiiiiii...... que bueno que al final hae pudo salvar a hyuk compartiendo su alma con el ...... es hermoso ese pececito tan adorable y desinteresado que hizo todo eso por amor ...
ResponderEliminarademás la parte final con el descubrimiento del embarazo ^^
gracias por continuar con esta historia me encantó
y si sigues con la saga me encantaría seguir leyéndola
saludos y cuídate ^^
Yo sabía que Hae iba a encontrar la manera de rescatar a Hyuk de la muerte lo que no me imagine es que sería cediendo parte de su alma.
ResponderEliminarNada me hace más feliz que saber que tendremos EunHaecitos en un futuro próximo, lo mismo que Yewookcitos
Siempre me quedaré con la duda de que fue de la vida de Henry y de la relación Nari ShingDong.
Yota querida mi eterno agradecimiento por esta Saga y por hacerme descubrir el maravilloso mundo Eunhaenezco aunque acá les fue infiel con el YeWook, todavía no supero lo que provocan en mi......
waaaa! me has alegrado la madrugada!! podre soñar bonito! y es que... Hae logro salvar a Hyuk!!
ResponderEliminary omg!! le dio la mitad de su alma y al parecer se lleva bien con su demonio...Eunhyuk!!
chaaa!! ademas de todo lo ocurrido, Hae esta embarazado?! ya son dos!!
por como termino quiere decir que hay otra continuacion verdad? muero por saber quienes son
los otros sujus que deben encontrar!!
muchas gracias por el mp!!
saludos
Me acabo de morir con el final, era lo que esperaba ame la historia desde el principio, leí todas las demás, pero esta es hermosa, mucho amor, mucha conexión desde un principio, es como si de verdad esta historia contara la naturaleza d lo que son el EunHae, esa conexión justamente que los hace tan distintos, únicos y especiales.
ResponderEliminarTe odeo!! Llore como magdalena ㅠ.ㅠ y yo escuchando ost tristes de doramas peor me largue a llorar. Gracias por la actu, ¿esto no termina acá? Verdad? Para mi que da para segundo libro y yo quiero ver al bebe del eunhae!!! *-*/ gracias por el mp ^^ nos leemos.
ResponderEliminarunnie me quitaste un gran peso de encima, ya creia que hyuk se moria pero hae tuvo una gran idea al compartir la mitad de su alma con él, simplemente el amor lo puede todo y esta es una gran prueba de ello, yo creo que el monstruo de hyuk tampoco tenia alma y cuando hae le ofrecio la suya pudo crear en él algo de sentimientos y compasion, ahora podran vivir los 3 en armonia, bueno los 4 porque ahora que viene en camino el pequeño, seran mas felices.
ResponderEliminarunnie hasta el siguiente eunhae que escribas o adaptes, lo estare esperando.
Oiga,digame que hay prologo en esta,asi queda?
ResponderEliminaro sea,yo se que hay mas libros pero,el eunhae así termina,no puede ser.......carajos.
kevin adjudicandose los embarazos,pero ya vera cuando se enteren que es porque changmin les levanto la maldicion antes de morir la razon de que ahora haya dos parejas sujus en estado.
Yo deseaba que hyuk y su demonio mataran a yoon,pero fue el mismo demonio solo que en el cuerpo de Hae,de las dos maneras fue justo.
Aaaa termino,no sé,no sé,siento que la autora me quedo debiendo de esta pareja,espero que se ponga las pilas y saque pronto los siguientes libros,ah y que los traductores trabajan rapido.
Sabe que ame este libro y los demás,buenisimas historias vecina,gracias
Aaah!! No murió!! Eso es genial! Donghae es genial!! Brillante!! Ya me emocioné! XD perdona que no haya podido conentar desde hace mucho. Pero aquí toy leyendo como siempre y emocinandome cada que subes nuevo capítulo. Espero que no acabé aquí y que sigas adaptando los siguientes libros. Ya no solo es Wookie el embarazado! También Hae!! Jujuu~ y podrán encontrar a más Sujus!! Y maldito Jiyoon! Te odeo con todo mi ser, como pudiste traicionar a Hyuk y a todos!! Bueno nadie te tenía contemplado como pareja...bien hecho Hae, se lo merecía! XD
ResponderEliminarSabias que estaba leyendo los libros pero me quedé justo en el de esta historia por que no quería saber que pasaba hasta leerlo con el EunHae? Ahora lo sabes. Así que tienes que continuar! Porfi, siiii?
Bueno, me despido por ahora -se va a leer KangTeuk-
Xao~
Guau te quedo impresionante me encanto casi moria por creer que Hyuk no soportaría mas pero que Hae le diera la mitad de su alma fue la forma mas hermosa de demostrarle su amor!! jsdfhsdjfds y esta embarazado me encantaria saber como le iria en esa etapa que haya una continuación
ResponderEliminarGracias por tomarte tu tiempo y alegrarnos con esta historia agradezco que lo actualizaras pronto
Por favor avisame cuando tengas otros proyectos te lo agradeceria
Gracias por el MP
Rox Andres 05
ahahahahahah
ResponderEliminarhae tenia la solucionpara salvar a hyuk y que los dos se salvaran ahora hyuk tiene la mitad del alma de hae y hae esta embarazo comooo si hyuk no tomo nada como sera hae en esta etapa
gracias por el tiempo que le dedicastes a esta historia
y si la continuas por fis avisame
gracias por el mp
OHHHHHH siiiiiii, Hae lo salvo el amor todo lo puede, es cierto, siiii, Yota querida, dime que vienen mas ,libros si por favor quedan tantas cosas por decir acá, espero que nos cuentes plis respondeme, estoy en ascuas, no puedo dejar de leer centinelas siiii dimelo ya estoy ansiosisima, me encanto el final, y hay mas parejas, que pasara con Shingdong, con Zhoumi,y henry, necesitamos saberrrr........Gracias por el MP
ResponderEliminarhola
ResponderEliminaromg esto fue tan emocionante me alegra que al final todo termino bien
nunca pensé en la posibilidad de que hae le podría dar la mitad de su alma a hyuk y mucho menos que domesticara al demonio jajaj es me dio risa y mas cuando le este le reclamaba a hyuk por mantenerlo siempre encerrado en una jaula jeje
el amor de hae es tan grande que el solito descubrió la cura para dejar como nuevo a hyukjae lo que me hace preguntarme si la luceria no se desprenderá?? Aish mejor no pienso en cosas locas y tristes
hae embarazado??? Waaaa que lindura solo que este par ni lo sabe buuu peor bueno es algo que no se puede evitar esconder
yota según el final de este fic y el yewook que hiciste antes me imagino que la saga aún no termina o no es asi?? Bueno no he tenido oportunidad de leer el kangteuk y tampoco tengo idea de si se liga a esta hermosa adaptación pero si haces algo que se ligue a esto pues espero que me avises y vengo volando a leerlo porque esto simplemente no puede quedar ahí, entonces ahí me avisas por si haces algo nuevo y tratare de leer tu otro fic
cuídate mucho fue un placer seguirte en esta aventura
gracias por el mp
cuídate mucho, seguro nos seguiremos leyendo ;)
kisses
hola
ResponderEliminaromg esto fue tan emocionante me alegra que al final todo termino bien
nunca pensé en la posibilidad de que hae le podría dar la mitad de su alma a hyuk y mucho menos que domesticara al demonio jajaj es me dio risa y mas cuando le este le reclamaba a hyuk por mantenerlo siempre encerrado en una jaula jeje
el amor de hae es tan grande que el solito descubrió la cura para dejar como nuevo a hyukjae lo que me hace preguntarme si la luceria no se desprenderá?? Aish mejor no pienso en cosas locas y tristes
hae embarazado??? Waaaa que lindura solo que este par ni lo sabe buuu peor bueno es algo que no se puede evitar esconder
yota según el final de este fic y el yewook que hiciste antes me imagino que la saga aún no termina o no es asi?? Bueno no he tenido oportunidad de leer el kangteuk y tampoco tengo idea de si se liga a esta hermosa adaptación pero si haces algo que se ligue a esto pues espero que me avises y vengo volando a leerlo porque esto simplemente no puede quedar ahí, entonces ahí me avisas por si haces algo nuevo y tratare de leer tu otro fic
cuídate mucho fue un placer seguirte en esta aventura
gracias por el mp
cuídate mucho, seguro nos seguiremos leyendo ;)
kisses
rosaliehale:
ResponderEliminaroh dios ninguno murio, que alivio!
El capitulo final me ha llevado a una montaña rusa, tuvo de todo tipo de emociones, pero sin duda me hizo reir mucho con lo de Eunhuyk y Hyuk y Hae, eso fue genial.
Donghae va a tener un niño, wiiii que bien, espero que en otra adptacion me digas que Min tambien lo esta.
Muchas gracias por tomarte el tiempo de adaptar todo esto.
sin duda el cap final nos trajo sorpresas...
ResponderEliminarHyuk se salvó todo gracias al amor de Hae, me hizo gracia lo de la bestia jaja hasta le puso nombre.
Ese suero de Kevin no sirve al morir Chagmin la magia que usó desapareció o algo asi...tbn la promesa que le hicieron sus hijas cof cof bueno...
Hae & Hyuk serán felices
Ahhhh fue simplemente hermoso, como changmin murió levanto la maldición ahora pueden haber SuJu bebés *^* babys eunhaes xD Haha mío de risa en la parte de que el monstruo estaba tomado sol, todo relajado xD le dio la mitad de su alma que amor ;-; espero continúes con los libros que siguen lo esperare ansiosa te seguiré avisando en twwiter xD ame esta saga y mucho gracias por adaptar en serio ^^ cuando adaptarías el libro que sigue? Eje gracias de nuevo por todo tu trabajo <]
ResponderEliminarEsta bien casi muero pensando q no habia mas continuacion perr me eencato: 333 pe se q el monito se moria y q horrible seria eso: ) asiq gracia spor la historia la ameeee
ResponderEliminar