—Todo está bien —dijo él rápidamente—. Te tengo una buena y una mala
noticia.
—¿Y cuáles son?
Él levantó su mano para que pudiera ver la marca geométrica en su palma.
Al menos eso explicaba la razón de que pudiera resistir el impulso de copular
con él.
—Tengo compañera así que estás completamente a salvo de mí.
Heecheol aún no estaba listo para confiar en él, pero al menos como una
pantera con pareja, no podría tener sexo con él. Una vez que un hombre-pantera
encontraba a su pareja, él era impotente ante cualquier otra.
—¿Debo suponer que esa es la buena noticia?
Él asintió con la cabeza.
—¿Y la mala?
—Estoy aquí con tres hermanos que no la tienen.
Heecheol empezó a cerrar con pestillo.
—No, no —dijo él, extendiendo la mano para tomar la suya. Lo empujó hacia
atrás antes de que llegara hacerlo—. No me tengas miedo. Realmente no quiero
hacerte daño ¿estamos? Tengo diez hijos jóvenes y comprendo tu temor.
El aún no estaba listo para confiar en que él no lo llevaría a sus hermanos
para su disfrute. Eso era lo que le harían los que le estaban buscando y no
tenía ninguna intención de convertirse en el juguete comunitario para todos los
hombres solteros de la manada.
—¿Qué quieres?
—Lo creas o no, voy a ayudarte.
Heecheol eligió no creer eso. Al menos no todavía.
—¿Por qué harías eso?
—Por mis hijos —dijo él sinceramente—. Eres solo un niño y no confío en
que Jae o Woon no te hieran. Ellos no lo harían a propósito, pero son demasiado
jóvenes y no saben contenerse. Sin duda ambos se lanzarían sobre ti a la vez y
quién sabe lo que podrían hacer inadvertidamente.
Y eso era exactamente lo que Heecheol temía.
—Esos son sólo dos hermanos. ¿Qué pasa con el tercero?
—Siwan es diferente. Honestamente, serías afortunado de encontrar a
alguien como él para tu primera vez. Es un bastardo egoísta que no le gusta
compartir nada con nadie y se asegurará que nadie te toque mientras estés con
él.
Pero su hermano era aún un animal y él no tenía ningún interés de tomar
un amante Katagari.
—¿Se supone que eso debe consolarme? —preguntó.
Él negó con la cabeza.
—No, pero no te preocupes. Siwan es mucho mayor que ellos y, para tu
suerte, no desea una pareja. Él planea estar alejado, así que puedo apartarlo
de ti simplemente diciéndole donde estás.
Heecheol se calmó un poco. Él le estaba diciendo la verdad, lo podía
sentir. Una de las buenas cosas de su parte animal era que sabía si alguien
estaba mintiendo o no.
—De acuerdo —dijo lentamente—. Gracias por el ofrecimiento de ayuda. No
quiero que un Katagari me toque.
El hombre se ofendió ante eso. Heecheol se tensó.
—Lo dicen por ustedes mismos. Ustedes nos llevaron y nos hirieron. Mi
hermana mayor fue asesinada por una manada de hombres Katagaria que le
quebraron el cuello mientras intentaban aparearse con ella cuando tenía mi
edad. Apenas tengo veinticuatro. No quiero morir. No de esa forma.
Eso pareció calmarlo. Se inclinó y recogió la llave del piso.
—Dame algo que tenga tu aroma para que pueda propagarlo por los
alrededores y mantener a Jae y a Woon alejados de ti.
Heecheol asintió con la cabeza, luego abrió la puerta de su habitación.
Fue hacia su maleta y sacó la camiseta con la que dormía.
—¿Conoces a Shindong? —le preguntó cuando le entregó la camiseta.
—Me dijeron que lo encontrara. Mi hermana sobreviviente dijo que él podía
ayudarme a encontrar un nuevo hogar.
La pantera frunció el ceño.
—No comprendo. ¿Por qué no regresas a tu propio hogar?
Heecheol suspiró cuando le embargó la frustración. Como desearía que
fuera así de sencillo. Si fuera un pantera mayor, podría encontrar fácilmente
su propio hogar, pero su especie no adquiría sus habilidades psíquicas hasta
después de su primer apareamiento.
Incluso entonces, sus poderes tendrían que entrenarse y perfeccionarse
para que pudiera ejercerlos. Eso era algo que podría tomar décadas, si no
siglos, para dominarlos.
—Fui raptado desde el futuro por un grupo de panteras Katagaria y traído
a este tiempo en contra de mi voluntad. Desafortunadamente, mis poderes recién
están apareciendo y no tengo control sobre ellos o ningún hogar de mi propiedad
hasta que los domine. Lo último que deseo es pasar mi período de tiempo o
terminar con los dinosaurios.
Él le miró con sospecha.
—Aún no comprendo por qué te trajeron. ¿Por qué ir al futuro por una pareja
cuando hay una gran cantidad de manadas aquí?
Heecheol apretó los puños ante eso.
—Es un estúpido pacto que mi manada hizo con ellos. Puesto que parece que
tenemos una abundancia de parejas, mi manada estuvo de acuerdo en sacrificar un
número cada generación de ciertas familias para que las panteras Katagaria pudieran dejar al resto de la manada en paz. Cada vez que una
de las parejas nacida en invierno de las familias elegidas empieza su época de
celo, la misma manada viene a nuestro hogar y nos lleva a su período de tiempo
para aparearnos con ellos. No les gustan las parejas Katagaria porque ellas no
se quedan y crían a los niños. En cambio, nos mantienen y nos usan como esclavos.
Mi única hermana sobreviviente me ayudó a escapar después de que me trajeron
aquí antes de que pudieran presentarme a su manada. Me envió a Atlanta para
encontrar a Shindong. Ella me dijo que él me regresaría a mi época.
—¿Cómo conoce ella a Shindong?
Heecheol sintió dolor al pensar que se beneficiaría de la miseria de su
hermana.
—Antes de que ella se apareara con uno de sus hombres y tuviera sus
propios niños, intentó escapar de su manada. Una noche, ella escuchó
furtivamente a los Katagaria hablar sobre un Cazador Oscuro llamado Shindong y
después que se fueron a dormir, ella lo buscó en Internet. Al mismo tiempo que
encontró bastante información para localizarlo, quedó embarazada y no pudo
abandonar a sus niños, así que me dio la información una vez que me trajeron.
—Tienes una magnífica hermana en ella.
—Sí —concordó Heecheol—. Es la mejor hermana del mundo y daría cualquier
cosa para ayudarla también.
La pantera retrocedió con un suspiro y se dirigió a la puerta. Heecheol tomó
su brazo para evitar que se fuera cuando se le ocurrió una idea.
—¿Puedes ayudarme a regresar a mi hogar?
Él negó con la cabeza.
—Mis poderes no son tan fuertes. Si quisiera llevar a alguien más aparte
de mí a cruzar el tiempo, tendría que esperar la luna llena. El único que puede
hacerlo en mi manada sin esperar es Siwan y si te acercas a él...
—Lo atacaré para tener sexo.
Él afirmó con la cabeza. Maldición.
Al menos no todo estaba perdido.
—Pero conoces a Shindong ¿verdad? ¿Él me puede ayudar?
—No lo sé. Él es extraño a veces y nadie sabe nunca cómo va a reaccionar
o lo que va a hacer o decir. Pero siempre puedes preguntar. Lo mejor para ti es
permanecer en tu habitación donde esperemos que Woon y Jae no te encuentren.
Como te dije, ellos son jóvenes y no tienen experiencia en rastrear su presa.
Esparciré tu aroma en los alrededores para mantenerlos alejados de ti. Una vez
que los tenga ocupados, te traeré a Ash ¿Bien?
Era más que bien. Era genial. Nunca pensó que encontraría a un Katagari
que fuera tan amable.
—Gracias —cuando él se alejó, Heecheol lo detuvo de nuevo—. De verdad,
gracias.
Él le ofreció una sonrisa amable y paternal, y le dio una palmadita en la
mano.
—Los animales protegen a los suyos. Estoy haciendo esto para proteger a
mis hermanos tanto como para ayudarte a ti. Si ellos
llegaran a lastimarte, nunca se lo perdonarían, y tendría que escuchar sus
lamentos por toda la eternidad.
Liberándose, se dirigió a la puerta y abandonó la habitación.
Heecheol respiró profundo, y por primera vez desde que fue secuestrado de
su gente, empezó a relajarse un poco.
Ahora todo lo que tenía que hacer era esperar hasta que regresara.
Pero eso no era tan fácil como lo sería en forma normal. El humano en él
estaba entrando a su adultez y estaba demasiado consciente del hecho de que
había tres panteras sin pareja en el hotel.
Esa parte nueva y extraña en él quería con ganas el ritual de
apareamiento que lo llevaría a la adultez.
Lo ansiaba.
Para una pareja arcadiana, el ritual era simple. Permanecía en casa,
elegiría a una pantera mayor de su manada para que le introdujera gentilmente
al lado animal de sí mismo. Una vez que liberara todos sus poderes al copular,
él le enseñaría cómo cambiar de forma humana a pantera y cómo protegerse y
utilizar sus nuevos poderes.
Los Katagaria eran completamente distintos. Había escuchado las historias
de horror directamente de su hermana Raim. Ellos tomaban sus nearas —parejas
vírgenes que estaban celo— y dejaban que todos los hombres sin pareja tuvieran
sexo con la pareja para ver si alguno era su compañero.
Le usaban sin piedad hasta que todos los hombres estuvieran completamente
saciados.
Su hermana Raim había sido una de las afortunadas. En la noche que la
desfloraron, se había emparejado con una pantera Katagari que había
decidido mantenerla más como una mascota que como una compañera.
Las parejas Katagari abandonaban a sus compañeros una vez que terminaba
el celo, y sólo regresaban cuando volvían a estarlo. Si un hombre trataba de
aparearse con una pareja Katagari que no estaba en celo, lo atacaría y
posiblemente lo mataría.
Una vez que pasaba la estación, abandonaban a los hombres y se quedaban
con sus parejas hermanas para viajar hasta su próximo ciclo de fertilidad. Si se
embarazaba, daba a luz, y tan pronto como los cachorros eran destetados, los
llevaba al padre para que éste los criara.
Las parejas-pantera arcadianas eran mucho más apreciadas puesto que se
regían por corazones humanos que no les permitirían abandonar a sus niños hasta
la adultez. Se quedaban con sus hijos y sus parejas. Los hombres-pantera no
tenían que esperar a que estuvieran en celo para estar con su pareja.
La peor parte era que un hombre-pantera no podía violar a una pareja
cuando ésta estaba en celo. Todo lo que él tenía que hacer era acercarse y lo
aceptaría gustosamente.
Era la naturaleza y no tenía control sobre su cuerpo en esos momentos. No
escucharía ninguna razón. Le rogaría.
La vergüenza de eso vendría después, después de que concluyera el
apareamiento. Luego, se sentiría avergonzado por haber actuado como un animal y
no como humano.
Heecheol lanzó un gemido bajo cuando se encendió de nuevo su deseo y le
envolvió. Su cuerpo estaba caliente y lleno de necesidad.
Ve...
La orden era irresistible, pero se rehusó a hacerle caso. El era humano y
no un animal.
El hombre Katagari regresaría con Shindong y él regresaría de nuevo con
los de su misma especie. Después, todo sería normal.
Siwan no podía aplacar el fuego de su sangre. El animal en su interior
estaba despierto y anhelante.
Deseoso.
Un olorcillo no debería haberlo afectado tanto, e incluso a medida que
atravesaba la densa multitud de personas que pretendían ser alienígenas y seres
paranormales, no podía evitar de tratar de encontrar de nuevo su aroma.
Todo lo que podía hacer era permanecer en su forma humana y no volver a
su verdadero cuerpo animal.
Alcanzó a ver a Shindong a través del puesto de revistas. Buscando la
distracción al conversar con un amigo, Siwan se dirigió hacia él.
—Ash —dijo él a medida que se acercaba—. Pareces extraordinariamente
relajado. En todos los siglos que conocía al hombre, Siwan nunca lo había visto
tan tranquilo.
Shindong levantó la vista de la historieta e inclinó la cabeza en forma
de saludo.
—¿Qué puedo decir? Éste es uno de los pocos lugares en que puedo traer a
Simi donde no destaque. Diablos, si hasta parece normal aquí.
Siwan rió ante eso. El demonio con aspecto de duendecillo de Ash rara vez
se mezclaba en cualquier parte.
—¿Dónde está ella?
—Comprando como un demonio.
Siwan negó con la cabeza ante el mal juego de palabras; conociendo a
Simi, se imaginaba que con seguridad era totalmente cierto.
—Traté de llamarte a tu celular cuando llegamos para ver si estabas aquí.
Ash se tensó inmediatamente cuando dejó su historieta y sacó otra
revista.
—Lo apagué el día que llegué.
—¿En serio? —preguntó Siwan, atónito por la confesión de Ash. No era
típico de él estar fuera del alcance de los Cazadores Oscuros que tenía a su
cargo—. ¿Qué pasa si uno de los Cazadores Oscuros te necesita?
Ash se encogió de hombros.
—Si no pueden sobrevivir solos por cuatro días, una vez al año, merecen
morir.
Siwan frunció el ceño.
—Eso es cruel de tu parte.
Él lo miró lacónicamente.
—¿Cruel? Te diré qué. Toma mi celular y revisa las tres mil llamadas que
tengo día y noche y verás lo cruel que soy. De verdad que odio la tecnología
moderna y los teléfonos en particular. No he dormido cuatro horas seguidas en
más de cincuenta años. «Ash, se me rompió la uña del pie, ayúdame. Ash, me
duele la cabeza, ¿Qué debo hacer?».
Ash hizo una muesca de repugnancia.
—¿Sabes? Nunca lo he comprendido. Hacen un trato con el mismo diablo y luego
esperan que yo los ayude ante el menor arañazo. Después, cuando aparezco para
ayudarles, se enojan y me dicen que desaparezca. Así que si soy un egoísta por
querer cuatro días al año para estar solo, entonces soy un bastardo egoísta.
Que me demanden.
Wow, alguien estaba irritado.
Siwan retrocedió un paso del atlante.
—Bueno, entonces me aseguraré de no molestarte.
Ash sacó otra historieta envuelta en plástico de una enorme caja blanca
de la mesa.
—No me estás molestando, Siwan. De verás. Sólo estoy tratando de cambiar
mi mal humor. Cometí el error de encender mi teléfono hace diez minutos atrás y
ya tenía cuatrocientos ochenta y dos mensajes esperando en el buzón de voz. No
pasaron ni tres segundos cuando empezó a sonar de nuevo. Todo lo que deseo es
un pequeño descanso y ningún maldito teléfono por unos pocos días —soltó un
suspiro de fastidio—. Por otro lado, fui yo el que te dijo que vinieras.
—Sí, gracias. Esto es... —dudó cuando un centauro apareció caminando en
lo que parecía ser unas botas de ski modificadas que tenían la extraña
apariencia de pezuñas— interesante.
Ash sonrió.
—Sí, solo espera hasta que veas el Desfile de Belleza Kligon. Eso sí que
es otra cosa.
Siwan rió.
—Apuesto que sí. Así que ¿Qué buenas bandas debería ver para mi club?
Ash tomó otras tres historietas de Dark Horse, Cuentos de Vampiros, y las
agregó a su creciente pila.
—IMFACT es realmente bueno. Tocan esta noche, y Zea4U. Son justo lo que
necesitas y rigen la escena estarán en el Hyatt más tarde,
firmando autógrafos. Si quieres, te los puedo presentar.
—Eso sería genial.
La única razón por la que Siwan había ido a Atlanta era porque Shindong
le había asegurado que esa convención era uno de los mejores lugares para ver
varias bandas alternativas, y poder contratarlas para que actuaran en su club.
Simi llegó corriendo hasta ellos con dos hombres “Klingons” detrás de
ella.
—Akri, ¿puedo ir al Klingon homeworld?
Ash le sonrió a su demonio.
—Seguro, pero no te comas a ninguno de ellos.
La demonio chilló.
—¿Pero por qué no?
—Porque, Simi, ellos no son realmente Klingons. Son personas que
pretenden ser Klingons.
—Bueno, pooh, bien entonces. No comida. Pero voy a ir ahora. Chao.
Ella salió corriendo con los dos jóvenes.
Ash le pasó las historietas al vendedor, luego sacó su billetera.
—¿No deberías ir a contar la población del homeworld? — preguntó Siwan.
—Na. Ella hace todo lo que le digo... —Ash se detuvo como si se le
hubiera ocurrido algo de repente—. Por otra parte, no le dije
que no se comiera un Bajoran o Romulan. Maldición —Pagó las historietas—.
Tienes razón. Mejor voy a hacer un conteo.
Ash retrocedió un paso, luego se detuvo.
—A propósito, podrías desear dirigirte al piso de arriba justo ahora y
revisar tu habitación.
—¿Por qué?
Él se encogió de hombros.
—Para asegurarte que satisface tus necesidades.
Siwan frunció el ceño.
—Ya he estado ahí.
—Ve de nuevo.
El animal en Siwan captó un extraño aroma en Shindong, pero no estaba
seguro de lo que era.
Creó que me perdi...
ResponderEliminarAhhhh que cosas~
Esperemos haber que pasa...
Romeo anda ayudando a sus hermanos y de paso a Heecheol.....espero que sí sea ayuda.
ResponderEliminarVaya,Cheol viene del futuro,y dice que es algo normal que los mande.... a quien más han enviado al pasado?
Shin aún no se aparece ante Cheol....una de dos,o no es necesario o aun no es tiempo....solo Shin lo sabe.
Woow woow,como eso eso de que Shin tiene un olor extraño?
ya lo mando con Cheol,o para qie le comento eso.