El teléfono de Sora
sonó a medida que tomaban el giro a la calle en la vía de servicio y se
dirigían hacia la
finca que los
padres de Kangin estaban alquilando. Ella respondió sin mirar quién era.
—Habla Sora.
—Sora, soy Geunsuk,
de la tienda —oyó decir a su empleado y se dio cuenta que su voz sonaba
nerviosa.
—Geunsuk, ¿está
todo bien? Pareces un poco tenso —dijo Sora.
—Bueno, hay un
pequeño problema. Tenemos un cliente furioso exigiendo verte, diciendo algo
acerca
de ser estafado.
No va a entrar en detalles, pero está realmente enfadado y no sabía si debía
llamar a la policía o qué
hacer, así que te llamé a ti.
—Si no ha hecho
daño a nadie, no llames a la policía, no hay necesidad de molestarlos con esto
si puedo solucionarlo yendo hasta allí y hablando con el hombre. Dame cinco
minutos y voy —dijo Sora a Geunsuk. Colgó el teléfono
y tomó el primer giro que la llevaría a su librería.
—Mamá, ¿qué pasa?
¿Está todo bien en la tienda?
—No estoy muy
segura. Era Geunsuk, él es uno de mis gerentes asistentes y dice que hay un
cliente furioso exigiendo verme. Geunsuk
parecía muy preocupado por él, así que creo que tengo que pasar por allá, pero
voy a hacerlo rápido.
—No es gran cosa,
el hombre lobo puede esperar unos minutos. No voy a decirle que nos vamos a
demorar, vamos a
hacerlo sudar un poco cuando yo no aparezca exactamente a la 1 —dijo Teukkie
con una sonrisa
pícara.
—No creo que a ti
y Hee deban permitírseles pasar más el tiempo juntos, Teukkie, está comenzando
a
cambiarte y no
puedo controlar más que una bruja malvada a la vez —dijo Donghae con sarcasmo.
Hee puso los ojos
en blanco.
—No hay nada malo
en hacer al hombre sudar un poco. Quiero decir, vamos, él fingió su muerte y
casi llevó a nuestro pequeño y dulce Teukkie a la locura. Todo vale en el amor
y la guerra, nene.
—Bueno, eso es
cierto —admitió Donghae.
Se detuvieron en
la acera frente a la librería y los cuatro salieron del auto. Hacía demasiado
calor para
sentarse en el
auto incluso con el aire encendido, y además, Teukkie no quería a su madre
enfrentándose a un
lunático por su cuenta.
Una vez en la
tienda, Sora comenzó a mirar alrededor, esperando ver, o al menos escuchar, a
este
supuesto cliente
furioso, pero no había nada. Todo el mundo en la tienda estaba tranquilo,
hojeando a
través de la
misma, algunos hablando en voz baja entre sí. Se acercó a uno de los empleados
y le
preguntó dónde
estaba Geunsuk.
—Me dijo que tenía
que salir, algo sobre una situación de emergencia — respondió la empleada
llamada Lisa.
Eso es raro, pensó
Sora.
—Bueno, ¿qué pasó
con el cliente que estaba tan molesto?
—preguntó Sora.
—¿Qué cliente? No
ha habido ningún cliente molesto esta mañana.
Aunque Teukkie se
había dado cuenta que no había estado percibiendo las emociones últimamente,
pudo sentir que algo no
estaba bien.
—Mamá, en realidad
no me está gustando lo que estoy sintiendo de toda esta situación. Vámonos, ¿de acuerdo? —le dijo Teukkie
a su madre.
—Sí, estoy de
acuerdo. Estoy percibiendo una mala vibra —agregó Hee.
Sora se sentía de
la misma manera, algo estaba mal. Tenían que irse, pero no se sentía cómoda
dejando la tienda abierta.
Se volvió hacia Lisa y le dijo que les dijera educadamente a los clientes que
se había producido una
situación de emergencia y que la tienda tenía que cerrar, y luego le pidió que
cerrara con llave.
A medida que todos
regresaban al auto, Teukkie no pudo detener el escalofrío que le recorrió el
cuerpo. Estaba bloqueando
sus pensamientos de Kangin e incluso tratando de bloquear sus propias emociones porque sabía que
si él pensaba que estaba incluso en el más mínimo peligro, o que incluso había
un potencial peligro,
él vendría volando al rescate y ella no sentía que la situación lo requiriera.
Cuando Sora
comenzó a alejarse de la acera, Teukkie le preguntó:
—Entonces, mamá,
¿qué te parece que fue todo eso?
—No estoy muy
segura. Geunsuk siempre ha parecido honesto. No entiendo por qué iba a mentir
acerca de un cliente furioso
—respondió Sora.
—Tal vez es uno de
esos empleados descontentos que se les vuelan los tapones de la cabeza porque
no consiguió ese
aumento que quería. O tal vez tiene uno de esos problemas donde alucinas y ves
cosas que no existen. O tal
vez es un drogadicto, de modo que está alucinando y viendo cosas que no
existen, o hmphmm… —Antes de
que Hee pudiera continuar, Donghae colocó una mano sobre la boca de Hee.
—Realmente tenemos
que trabajar en todo ese asunto de cerebro y filtro en la boca, Hee —dijo Donghae con aire
taciturno.
—Hmm hmm hmmas
—gruñó Heen en torno a la mano de Donghae.
—Sí, sí, sabemos
que sólo decías —tradujo Teukkie por él.
—Bueno, sea como
sea que se les volaron los tapones de la cabeza, como Hee tan elocuentemente
dijo, eso sólo se
convirtió en el menor de sus problemas teniendo en cuenta que me mintió y luego
se fue en medio de su turno.
—Sora se pellizcó el puente de la nariz. Era en momentos como estos que ser
dueño de su propio
negocio parecía la menos brillante de todas sus brillantes ideas.
Teukkie estaba
mirando a su madre, viendo el cansancio filtrarse en ella como el agua buscando
una grieta en su base cuando
escuchó a Hee silbar.
—Echen un vistazo
a esa deliciosa cosa.
De repente, Teukkie
escuchó una gran explosión. El auto comenzó a desviarse. Sora tiró del volante
hacia la derecha para
compensarlo, pero era demasiado fuerte. La camioneta comenzó a girar y a medida
que caían a la cuneta
a un lado de la carretera, el auto comenzó a rodar. Una y otra vez rodó como un
barril por una Pilkyoa hasta
que finalmente llegó a una parada brusca, aterrizando boca abajo con las ruedas
en el aire.
Teukkie estaba
gritando, demonios, todos estaban gritando. Pudo sentir la puerta del lado del
pasajero
aplastarse contra
su costado, el lado del tablero frontal se estrelló contra su pierna y sintió
el crujido
estremecedor de un
hueso dispararse por su pierna y el cinturón de seguridad era como una soga en
su cuello.
Estaba tan
confundido que no entendía lo que había sucedido. Por último, los giros se
detuvieron y cuando el auto se detuvo
discordante, Teukkie sintió que su cabeza golpeó el vidrio de la ventana de su
lado y luego todo se
quedó en silencio.
Por unos momentos
todo estuvo extrañamente tranquilo, excepto por el rápido ascenso del crepitar
del fuego en el aire,
el humo elevándose como un faro declarando el lugar de un accidente a todos en
su alrededor.
Finalmente Donghae gimió y comenzó a tratar de moverse. Movió sus piernas,
experimentando, para asegurarse de
que seguía intacto.
—¿Todo el mundo
está bien? —El fue quien habló primero.
—Si por bien te
refieres a que mis oídos están resonando en mi cabeza, si mi pierna está toda
raspada
como el infierno,
el cinturón de seguridad hizo una herida en mi cuello y nuestro apestoso auto
acaba
de hacer giros
como en el tango a un lado de una zanja, entonces sí, Donghae, estamos bien
—respondió Hee.
Cuando Hee no
escuchó a Teukkie responder con un sarcástico comentario, supo que algo andaba
mal.
—Teukkie, ¿estás
con nosotros? —preguntó Hee. Seguía sin haber respuesta. Luego Donghae habló.
—Señora Park,
¿está bien?
—Me golpeé la
cabeza muy fuerte, pero por lo demás estoy bien — respondió Sora. Miró a Teukkie
en el asiento del
acompañante y vio que estaba inconsciente, muy pálido y con sangre corriendo
por su rostro.
Sora respiró hondo
soltó el aire lentamente mientras se estiraba, con la mano temblorosa, para
comprobar su pulso
y, aunque podía sentir que había, no creía que fuera tan fuerte como debería
ser.
Justo en ese
momento todos saltaron cuando un ruidoso sonido de explosión surgió, llamando
su atención sobre la parte
delantera del auto. El motor estaba en llamas y el fuego parecía hacerse cada
vez más caliente y más
alto.
—Bien, pues estoy
pensando que eso no es una buena cosa —dijo Hee, con la voz temblorosa a pesar
de su decisión de no
perder la calma.
—Hee, tengo que
decir que tu capacidad de observación me sorprende — dijo Donghae con sequedad.
—Maldición, chicos,
ninguno de ustedes está ayudando con las observaciones tan inteligentes como un asno —gruñó Sora,
lo cual era completamente inadecuado para ella—. Lo siento, eso estuvo fuera de
lugar — les dijo.
—Está bien, señora
P. No muchos manejamos bien el asunto de ser quemados vivos, es un poco
traumático —dijo Hee,
tratando de aligerar el ambiente—. Bueno, esto es lo que vamos a
hacer.
Hee comenzó a
hacerse cargo, dándose cuenta de que Sora estaba entrando en shock y Donghae
estaba, bueno, siendo Donghae
— Señora P,
necesito que usted se quite su cinturón de seguridad y se suba al asiento de
atrás para salir por ese lado
porque el fuego va a evitar que se arrastre por el frente. Donghae, también
tienes que quitarte el
cinturón de seguridad y tienes que impulsarte por la ventana. Voy a arrastrarme
hacia el frente junto a Teukkie y
ayudar a conseguir girarlo para que así podamos deslizarlo hasta fuera por su
ventana. Donghae, necesito
rodees el auto y tires de él desde el exterior.
—Pero ¿qué hay del
fuego? Nos vamos a quemar. ¿Cómo vamos a deslizarlo? ¿Qué pasa si su cuello
está roto? Se supone
que no debes mover a alguien que podría tener una lesión en la columna. ¿Qué…? ¡OHHHH, SANTA
MIERDA! ¿Qué fue eso, vaca psicópata? —gritó Donghae mientras colocaba una mano en la mejilla que Hee
había abofeteado.
—¡CONCÉNTRATE! Haz
lo que te digo. ¡No podemos preocuparnos por su columna ya que no importará si se quema hasta
morir, maldición! —gritó Hee, sacando a Donghae de su ataque de pánico.
—Está bien, está
bien. Estoy bien. Sólo necesitaba un minuto para enloquecer, pero estoy bien
ahora — dijo Donghae a
medida que comenzaba a salir por la ventana del lado del pasajero. Sora también
estaba abriéndose paso hacia el asiento trasero para salir por la ventana. No
dijo nada, se movía en piloto automático,
entumecida por el shock. Una vez que Donghae y Sora habían logrado salir y Donghae
estaba rodeando la parte trasera de la camioneta, Hee comenzó a subir a la
parte delantera del vehículo.
—Teukkie, nene,
¿estás conmigo? —preguntó Hee suavemente, empujando a un lado el cabello caído
de Teukkie en su
cara. Teukkie no respondió—. Está bien, pichoncito, esto es lo que va a pasar.
Hee estaba
hablando con Teukkie como si estuviera consciente, porque era la única forma en
que podría no caerse a
pedazos. No podía creer lo que estaba pasando, no podía creer que su amigo
valiente yaciera inerte,
sin ninguna chispa de alegría
— Voy a agarrarte
por las axilas y girarte para que tus piernas queden frente a la ventanilla del
copiloto, entonces Donghae
va a agarrar tus piernas y me va a ayudar a arrastrar tu trasero fuera de esta
camioneta regiamente jodida. ¿Me oyes, Teukkie? Tienes que estar bien, tienes
que estarlo porque alguien tiene que discutir conmigo
y decirme cuando estoy siendo un
pervertido. Teukkie, Kangin se volverá loco sin ti y ambos sabemos
cuánto daño puede hacer un hombre lobo absolutamente demente.
Hee siguió
hablando en voz alta a Teukkie, a medida que comenzaba a estirarse hasta él,
deslizando su mano derecha
detrás de su espalda y debajo de su axila derecha. Luego deslizó su brazo
izquierdo debajo de la axila
izquierda de Teukkie y, apoyándose de espaldas contra el lado del asiento del
conductor para ganar impulso, se
levantó y empezó a girar el cuerpo de Teukkie
—Mierda, tu
pequeña figura es un fraude, colega. ¿Has oído eso, Teukkie? Yo, básicamente,
acabo de llamarte culo
gordo, ¡así que despierta y grítame ya! —No hubo nada más que el silencio en
respuesta al monólogo de Hee.
Donghae estaba
tratando de acercarse lo suficiente para agarrar las piernas de Teukkie pero
las llamas
del motor seguían
saltando. Donghae sintió casi como si estuvieran vivas y determinadas a
mantener a sus amigos
atrapadas en la tumba ardiente.
—Hee, ¿qué hago?
Las llamas nos van a quemar a todos si intentamos sacarlo —gritó Donghae por
encima de las
llamas rugientes.
Hee estaba
devanando su cerebro en busca de ideas, sabiendo que el tiempo se estaba
acabando.
—Oye, Donghae,
¿hay agua en algún lugar de la zanja? —preguntó Hee, recordando que
recientemente había llovido.
Observó como Donghae echó a correr. Cuando Donghae corrió, Hee dejó
temporalmente de lado su carga y
se quitó la camisa. A continuación, lo más suavemente que pudo, que no fue
mucho pero mierda, el
auto estaba en llamas, sacó la chaqueta de Teukkie.
Donghae estaba de
vuelta, sin aliento.
—Sí, hay agua. —se
inclinó, con las manos en las rodillas, jadeando con todo el humo girando a su
alrededor.
Hee echó la camisa
y la chaqueta de Teukkie a Donghae.
—Quítate la
camisa, toma esto y mójalo todo, luego ponte de nuevo tu camisa y entonces
arrójame esto de vuelta. Vamos a
cubrir el cuerpo de Teukkie para protegerlo tanto como sea posible mientras lo sacamos.
—¿Qué hay de ti?
—preguntó Donghae preocupado.
—¡MALDICIÓN DONGHAE,
SÓLO HAZLO! —Hee odiaba gritarle, pero tenía que mantenerlo enfocado, también estaba
empezando a darse cuenta de que maldecía muchísimo más cuando estaba bajo
presión. Bueno, podría ser
peor, pensó.
Donghae regresó,
escurriendo la camisa. Arrojó la chaqueta y la camisa a Hee e hizo todo lo
posible para cubrir a Teukkie.
Pensó que su cara y estómago, donde había órganos vitales, sería lo más
importante, lo cual dejaba los
brazos de Teukkies parcialmente cubiertos y sus piernas totalmente al
descubierto, pero no podía evitarlo.
Hee, una vez más,
colocó los brazos por debajo de las axilas de Teukkie y lo levantó. Donghae
agarró las piernas y a la
cuenta de tres, Donghae tiró y Hee empujó. Con una fuerza que ni podrían haber
soñado alguna vez,
sacaron el cuerpo inerte de Teukkie a través de la ventana.
Hee vio las llamas
saltar hacia adelante y abrasar las piernas de Teukkie. Pensó que esto
despertaría a
su amigo, pero Teukkie
no se movió. Finalmente, la parte superior del cuerpo de Teukkie estaba
pasando a través
de la ventana, lo cual puso a Hee directamente en la línea de fuego,
literalmente.
Sintió las llamas
en su piel desnuda y no pudo evitar el grito que se forzó desde sus pulmones.
Las llamas golpeando su piel se comportaban como un látigo cortante haciéndole
seguir adelante en movimiento.
Empujó con todas
sus fuerzas, lanzándose hacia adelante, pero justo antes de que pudiera sacarlos
a él y a Teukkie lo
suficientemente lejos de la camioneta en llamas, hubo una enorme explosión, un
destello de luz, dolor
punzante y luego Hee no vio nada más.
Donghae gritó
cuando el motor explotó; el olor de la gasolina impregnó el aire. De repente
sintió que
parte del cuerpo
de Teukkies se deslizaba y se dio cuenta que la explosión había empujado a Hee
hacia adelante y sobre
su estómago. Sus dos amigos estaban inconscientes y tirados en el suelo junto a
un vehículo en
llamas.
—¡SEÑORA PARK!
—gritó Donghae. Al no obtener una respuesta se volvió, en busca de la madre de Teukkie.
Finalmente la vio a través de la bruma de humo que salía del vehículo en
llamas, sentada y mirando a las
llamas, su rostro tan blanco
como una pared
blanca recién pintada—.
¡SORA! ¡LEVÁNTATE Y TRAE
TU TRASERO HASTA AQUÍ Y AYÚDAME!
La urgencia y la
desesperación en la voz de Donghae sacó a Sora de su estado de shock y ella
empezó
a correr, dándose
cuenta de lo que estaba sucediendo.
—Agarra los brazos
de Hee, dale la vuelta sobre su espalda y empieza a tirar tan rápido como
puedas. No te preocupes por
su piel, se curará. Tenemos que sacarlos lo más lejos posible de ese vehículo
en caso de que estalle de
nuevo.
Sora saltó a la
acción, finalmente, dándose cuenta de la seriedad de la situación y
controlándose.
—Está bien, está
bien, vamos a hacer esto —dijo Donghae mientras agarraba a Hee, lo giraba sobre
su espalda y
comenzaba a tirar y caminar hacia atrás tan rápido como pudo.
Sora agarró a Teukkie
por los brazos y comenzó a arrastrarlo también hacia atrás lejos de las llamas.
Cuando por fin
habían llegado a buena distancia, cayeron al lado de las dos siluetas
inconscientes.
Donghae de
inmediato comprobó si Hee estaba respirando. Lo estaba, pero sonaba forzado.
Ambos
chicos estaban
severamente quemados, pero estaban vivos, y en ese momento eso era todo lo que
importaba.
Donghae oyó las
sirenas a todo volumen y pensó que alguien que había visto el humo debió haber
llamado al 911.
Las sirenas parecían muy cercanas, pero eso no fue lo que vio primero. De
pronto, en
medio del humo, Donghae
vio una silueta corriendo hacia ellos, moviéndose más rápido de lo que creía posible.
Kangin vino a
detenerse bruscamente frente al inmóvil Teukkie boca abajo. Él se arrodilló a
su lado y, respirando hondo,
dejó escapar un aullido lastimero de tristeza y furia.
Kangin estaba
sentado en silencio junto a Leeteuk cuando la ambulancia, camiones de bomberos
y la
policía llegaron a
todo volumen en la escena.
No se atrevía a tocarlo por toda su piel quemada. El
dolor en su pecho
se sentía como si un fuerte cordón hubiera sido envuelto alrededor de su
corazón y
estuviera siendo
apretado más y más fuerte. Ni siquiera había oído a su padre acercarse, ni se
dio cuenta cuando el resto de
la manada llegó. No fue hasta que oyó el gruñido profundo que Siwon soltó que finalmente salió
de su dolor.
Los ojos de Kangin
se alzaron al ver al enorme lobo arrodillarse junto al cuerpo inconsciente de Hee.
Sólo llevaba una
camisilla y cada centímetro de su piel expuesta estaba quemada, roja, resentida
y ampollada.
Kangin no sabía
qué hacer con el comportamiento de Siwon, pero podría encargarse de eso más
tarde, después de que Leeteuk
y Hee fueran atendidos.
Kangin caminó al
lado de la camilla en que los paramédicos habían cargado el cuerpo dañado de Leeteuk. Él no iba a
dejarlo fuera de su vista. No le importaba que no fuera un miembro de la
familia como los paramédicos le
seguían diciendo, iba a ir con él y una vez que les dejó ver al lobo en sus
ojos dejaron de discutir con él.
Escuchó a su padre
decir a Siwon que fuera con Hee. Kangin sólo podía suponer que había percibido
el espectáculo de
emociones de Siwon anteriormente y decidió utilizarlo en su provecho por ahora.
Después de todo, un buen
Alfa siempre utiliza sus lobos en la medida de sus posibilidades. Kangin sólo
podía esperar que su
Alfa estuviera utilizando a los otros lobos para averiguar exactamente lo que
había sucedido.
Donghae y Sora
estaban siendo conducidos a otra ambulancia y Kangin vio a su appa subir en la
ambulancia con
ellos.
El padre de Kangin
caminó hacia él justo antes de que cerraran las puertas de la ambulancia.
—Voy a seguirte
hasta el hospital. Yunho, Donghwa y Kyuhyun se van a quedar aquí y ver si
pueden
tener alguna idea
de lo que pasó y si fue realmente un accidente o no.
Kangin se limitó a
asentir. Su lobo estaba en la superficie y no confiaba en sí mismo para hablar
por el miedo de que
pudiera dejar suelta la furia apenas contenida que hervía cerca de la
superficie. En realidad, en este momento
alguien cerca de él se encontraba en un peligro potencial. Eso es lo que pasa
cuando el compañero de un Alfa es lastimado. Los paramédicos cerraron la puerta
de la ambulancia y unos momentos después, Kangin
sintió que el vehículo comenzaba a moverse.
El trayecto hasta
el hospital fue tenso, el aire espeso con el miedo y la ira de Kangin. Estar en
la pequeña área cerrada y sin
mucho espacio para moverse si necesitaba defender a su compañero estaba
poniendo al lobo inquieto.
La paramédico que viajaba en la parte trasera con Leeteuk y Kangin siguió
disparando miradas nerviosas
a Kangin.
Los seres humanos
a menudo sabían que estaban en la presencia de depredadores cuando estaban
alrededor de los
hombres lobo, a pesar de que no sabían que existían. Cuando por fin llegaron al
hospital, Kangin
estaba más que listo para que su compañero saliera de la caja cerrada y entrara
a un
lugar más
defendible.
Los paramédicos
bajaron la camilla al suelo y comenzaron a rodar a Leeteuk rápidamente a la
sala de
emergencias. Tenían
una máscara sobre su rostro, ofreciéndole oxígeno a sus pulmones privados del
mismo.
Su rostro, a pesar
de las quemaduras en el lado que había estado más cerca de las llamas, estaba
lívido. Sus brazos
colgaban a sus costados flácidos y estaban cubiertos de ampollas de las llamas
que habían rastrillado sobre
ellos.
Kangin sintió un
gruñido subir a su garganta de nuevo y sólo lo mantuvo a raya cuando sintió una
mano bajar sobre su
hombro y el poder de su Alfa rodearlo. Su lobo obedeció inmediatamente. Kangin
continuó siguiendo la camilla que llevaba su preciosa carga e incluso continuó
cuando la dirigieron en la sala de operaciones.
Justo cuando entró
en la habitación una mano se posó en su pecho, empujándolo hacia atrás. Su
respuesta no se hizo
esperar. Gruñó al que se atrevió a interponerse entre él y su compañero. El
padre de Kangin estuvo allí en un
instante.
—Pido disculpas
por el comportamiento de mi hijo. Ese es su prometido y él está muy preocupado
—dijo Junjin al médico
que todavía era valiente, o lo suficientemente estúpido, como para colocar su
mano en el pecho de Kangin.
—Entiendo su
preocupación, pero no puede estar aquí, es un ambiente estéril. Tan pronto como
tengamos
información será el primero en saberlo.
—Gracias —dijo Junjin
mientras agarraba a Kangin del brazo, tirándolo fuera de la sala de
operaciones. Junjin dejó
escapar un gruñido, empujando su poder en Kangin para forzar su obediencia. A regañadientes, Kangin
salió de la habitación, sin apartar los ojos de la forma inmóvil de Leeteuk
hasta que las puertas se
cerraron y no pudo verlo más.
En ese momento se
oyó un fuerte ruido y un gruñido feroz en el pasillo. Junjin respaldó a Kangin
contra la pared y lo
miró, usando su poder Alfa y diciéndole
— Quédate aquí.
El lobo en Kangin
miró a los ojos de Junjin por tres segundos antes de que finalmente cayera en
sumisión. Con eso,
Junjin se volvió y salió, dirigiéndose hacia los gruñidos feroces. Dio la
vuelta en la esquina a otra
sala de operaciones para encontrar a Siwon agachado delante del cuerpo de Hee,
el cual yacía inmóvil en
la camilla.
—¿Qué demonios?
—gruñó Junjin.
Siwon gruñía sin
control, con los ojos brillando dorados. Varias personas en batas de color azul
estaban de pie frente a
él, en posturas defensivas tratando de explicarle que estaban tratando de
ayudarlo y tenían que tocarlo
con el fin de hacer eso. Siwon no se movía. Su lobo estaba en control. Junjin
dio un paso hacia
adelante, empujando suavemente a uno de los seres humanos vestidos de azul
fuera de su camino. Gruñó a Siwon
y al igual que con Kangin empujó su poder Alfa adelante.
—Apártate, Siwon,
tienen que ayudar a Hee. —Siwon no se movió, volvió la cabeza ligeramente dando una pequeña vista
de su cuello, pero no era sumisión total—. SIWON, MUÉVETE. ¡AHORA! —gruñó Junjin, tirando el poder
en su Beta.
HABEMUS SICHULLLLLLLLLL.
ResponderEliminarya mi me acuerdo del nombre del desgraciado que le hizo esto a Teuk pero más te vale que corras porque cuando Siwon te agarre jo vas a servir ni para alfombra, con Hee nadie se mete y vive para contarlo
Estúpido lobo ......se supone que solo seria algo ligero,que solo seria un susto,una prueba para hacer ver que Kangin "no podría cuidar de Teuk"....que demonios,se paso de la raya...
ResponderEliminarEl desgraciado sufrira lo suficiente....es que no solo desobedecio a su alfa y puso en peligro a Teuk......que idiota.
Su alfa la va a querer matar,kangin lo va a querer destrozar,Siwon va a querer desmembrarlo pieza por pueza....yo solo quiero que le hagan todo eso,nadamas.
No solo fue Teuk....fue Sora,Hae y Hee....esto le va a costar muy,muy caro.