—Donghae, no
tienes que empacar un montón de todo, es sólo una noche y luego voy a estar de
vuelta aquí —dijo Teukkie.
El rostro de Donghae
decayó un poquito.
—Vas a estar de
vuelta, pero sólo por unos días. Luego estarás empacando más que una maleta de
viaje —le dijo, sonando tan perdido.
—Realmente espero
que estén pensando en venir a Corea para nuestro último año. Hyesung revisó el
programa de intercambio extranjero, y encontró que se vería muy bien en
aplicaciones de la universidad, y se ha ofrecido para ser la familia de acogida
de ustedes dos. ¿Ninguno de ustedes ha hablado con sus padres al respecto
todavía? —preguntó Teukkie.
—Se lo comenté a
mis padres y una vez señalado que me podría dar una ventaja al entrar en los
programas de licenciatura en negocios internacionales, simplemente resultó que
de repente todos estaban interesados, estuvieron sorprendentemente bien con
ello —explicó Hee —. Como que pienso que mi madre quiere descansar de mí. Ambos
saben que si mi mamá y yo estamos en la misma habitación durante mucho tiempo,
es como dos gatos cabreados que han sido arrojados en agua fría y están listos
para arrancarle los ojos a cualquiera. Así que iba a sorprenderlos más tarde,
pero ahora es un momento tan bueno como cualquier otro. Corea no sabrá qué lo
golpeó cuando termine —bromeó Hee, aunque la declaración era más cierta que
nada.
Teukkie gritó como
un niño con deleite y abrazó a Hee firmemente.
—¡Esto es tan
genial!
—¿Te das cuenta
que chillar no es para nada sexy y si estamos en Corea juntos y tú estás
conmigo, mientras estoy tratando de poner mi nombre en alto, no se te está
permitido hacer tanto ruido, no? —le dijo Hee sonando incómodo.
—Oh, cállate y
déjame ser todo sentimental por un segundo. —Teukkie lo abrazó por un momento
más, y luego retrocedió, sosteniendo sus manos en un gesto de rendición—. Está
bien, estoy bien, todo está bajo control.
Teukkie se volvió
hacia Donghae, quien había estado observando el intercambio.
—¿Y tú, Donghae?
¿Has hablado con tus padres?
—Lo hice y les
dije lo mismo que Hee les dijo a los suyos, teniendo en cuenta que lo ensayamos
entre nosotros, completamente respaldado con viajes de culpa si toda la
referencia de la universidad no funcionaba, y el infierno debe de haberse
congelado, a los cerdos debieron haberles salido alas, y tú debes ser medio
hombre lobo… espera, esa última parte es cierto, ¡el punto es que dijeron que
sí!
Esta vez, Donghae
y Teukkie gritaron al unísono.
—Oh, vamos,
¿sonido de chillidos envolvente? ¿REALMENTE? —gimió Hee—. Ustedes dos no están
invitados cuando vaya de cacería caliente —les gruñó.
Donghae y Teukkie
renunciaron a sus chillidos para volverse y mirar a Hee.
—¿Acabas de decir
cacería caliente? —le preguntó Donghae incrédulamente.
Hee volvió su
barbilla indignado.
—En el blanco,
Sherlock.
—Sólo quería
asegurarme. Quiero saber exactamente cómo debo decirle a tu nuevo galán cuando
finalmente lo atrapes —bromeó Donghae—. Algo parecido a: “Oye, Don Juan, ¿te
contó Hee sobre sus días de cacería caliente de hace un tiempo, como hace un
par de días atrás en el tiempo?”
—Mi dulce Donghae,
el punto es que acabas de admitir que voy a tener éxito en pescar a un nuevo
galán, de ahí que la cacería caliente, sin duda, funcionará. Rin, rin, rin, yo
gano —intervino Hee.
Teukkie puso los
ojos en blanco a sus dos mejores amigos.
—Estoy pensando que
a sus padres no se les hizo difícil considerar el hecho de que ustedes dos
vayan a Corea. No sé, es sólo una corazonada.
Donghae miró a su
teléfono y vio que eran las 12:15.
—Tenemos que irnos
si queremos llegar a tiempo.
Donghae y Hee,
cada uno, agarró una bolsa y se dirigieron a las escaleras con Teukkie
siguiéndolos.
«Hombre lobo, nos dirigimos a tu camino, espero que estés listo para
esto» le
envió Teukkie a Kangin.
«He estado listo para ti desde que puse mis
ojos en ti. Cuídate, te veré pronto.» Kangin envió las palabras con una caricia que causó
que Teukkie temblara.
A medida que
salían de la calzada, Teukkie apoyó su cabeza contra el respaldo, cerró sus
ojos e imaginó el rostro de Kangin, su futuro.
Através de dos
líneas estatales, Ahn Kangta paseaba por el piso de su oficina. El Alfa de la
manada de Denver estaba hojeando fotos que Lee Jihoon, su Beta, había tomado del
hijo que ni siquiera sabía que existía hasta hace poco. Le llamó la atención el
hecho de que la vida tal como la conocía había cambiado irrevocablemente.
El rumor había
corrido rápido en el mundo Canis Lupis, que Junjin, uno de los Alfas más
fuertes de los Lobos Grises se encontraba en los Estados Unidos, y no sólo en
los Estados Unidos, sino específicamente en Coldspring, Texas, que resultaba ser la ciudad donde vivía Park Sora,
la mujer con la que se habría casado si no hubiera sido un lobo que sólo podría
tener una compañera, la que la naturaleza escogió para él.
No es que Kangta
no amara a su compañera más allá de las palabras, pero Sora había sido su
primer amor. La pérdida se había desvanecido con los años, pero los recuerdos
todavía estaban allí, empacados en los recovecos de su mente acumulando polvo.
Hasta ahora.
Tan pronto como él
había oído que el Alfa Junjin estaba allí, había enviado a Jihoon para
averiguar lo que le había hecho viajar tan lejos de casa. Kangta había estado
en shock cuando Jihoon llamó para decirle que Sora tenía un hijo joven, y que
tenía diecisiete años. Habían pasado diecisiete años desde la última vez que Kangta
había puesto sus ojos en Park Sora
Diecisiete años
desde que había encontrado a su pareja y empacado sus maletas sólo dejándole a Sora
una nota en despedida. Fue una salida muy cobarde, pero no había sabido cómo
enfrentarla sabiendo que iba a desgarrarle a ambos sus corazones. Le había
dicho a Sora que el día en el cual él no tendría más remedio que irse podría
llegar.
Eso no lo había
hecho más fácil. La prueba irrevocable, sin embargo, estaba en las fotos. El
hijo de Sora era la viva imagen de sí mismo, no podría negarlo más de lo que
podía negar su reflejo en el espejo. Su rostro era más angular que el del chico,
quien Jihoon había dicho se llamaba Leeteuk, cuyo rostro era más suave y
redondo.
Vio trazos de Sora
aquí y allá. Teukkie tenía la sonrisa pícara de su madre y aunque el color de
sus ojos igualaba el suyo, ellos contenían el humor que tantas veces había
visto en Sora. Como su madre era tan sorprendente bello.
Pensó un momento
en el hecho de que Sora había llamado a su hijo por el abuelo de Kangta. Aunque
Sora nunca lo hubiera conocido, él le había hablado de él a
menudo, compartiendo con Sora el impacto que tuvo en su crecimiento. No podía
tomar el crédito por su rápido ingenio y con frecuencia lengua malvada, eso era todo del
abuelo Leeteuk.
—Tu hijo está por
ser ligado al hijo de Junjin —le dijo Jihoon, sacándolo de su breve paseo por
el carril de su memoria. La seca indiferencia en la voz de su Beta no reveló si
le importaba de un modo u otro. Kangta se volvió hacia él, queriendo confirmar
que su lenguaje corporal hacía juego con sus palabras.
Jihoon se veía tan
serio y severo como siempre, era un ser intimidante. Tenía los pómulos altos,
una nariz ligeramente torcida por haber sido rota muchas veces en su larga
vida, y Kangta había oído a más de una mujer y joven decir que los labios de Jihoon
fueron hechos para el pecado, lo que sea que eso significara.
—El todavía es
menor de edad, ¿cómo podría Junjin siquiera considerar el permitirles
compareños? —pensó Kangta en voz alta.
—Kangin, el hijo
del Alfa, tuvo que competir en un desafío contra otro Alfa que estaba tratando
de reclamar a Teukkie. Tal vez es la forma que Junjin tiene de detener a su
hijo de estar luchando contra otros que quieran reclamar a tu hijo — ofreció Jihoon.
Kangta pensó en
eso. Tendría sentido, ya que si Kangin era en realidad el compañero verdadero
de Teukkie, entonces él caminaría por el infierno para detener a otro de
reclamarlo.
—Tengo que admitir
que es impresionante que Kangin, siendo tan joven como es, fuera capaz de
derrotar a un Alfa tan fuerte —reconoció Kangta.
—Él tenía el
beneficio del consejo de su Alfa, seguro tuvo un impacto en su victoria
—respondió Jihoon en su tono indiferente de costumbre.
Aun así, la idea
de que su niño tenga compañero a los 17 erizaba su pelaje de la manera
equivocada. A pesar de que en realidad no tenía el derecho de decir lo que
podía o no podía hacer, ni siquiera sabía quién era él. Tal vez, decidió, lo
mejor por ahora era observar desde la distancia.
—Jihoon, quiero
que regreses a Coldspring y mantengas un ojo en mi hijo. No te des a conocer,
simplemente observa desde la distancia e infórmame. Te dejaré saber si y cuándo iré en persona.
Por ahora voy a esperar —dijo Kangta
a su Beta.
—Se hará como tú
has dicho, Alfa —respondió Jihoon de manera formal.
Kangta dispensó a Jihoon
para partir, dejándolo solo en su estudio con sus pensamientos. Él había estado
manteniendo estos pensamientos bloqueados de su compañera. No sabía cómo iba a
responder a la noticia de que tenía un hijo con otra mujer. No, por el momento
mantendría este secreto un poco más.
Jihoon estaba
sentado fuera de la casa de Park Sora cuando ella salió de la calzada. Apenas
había regresado a la ciudad para verlos partir a la ceremonia de unión de Teukkie.
Por suerte, había puesto en marcha su plan antes de haber informado a su Alfa.
Había sido tan
fácil obtener información de la manada de Coldspring, considerando que no había
ninguno más dominante que él. Luego sólo hizo un poco de espionaje fuera de la
ventana de Teukkie para obtener toda la información que necesitaba de su agenda
y un cronograma de la ceremonia de unión. Odiaba ser insubordinado, por lo
general se enorgullecía de su fiel obediencia a su Alfa,
pero en esta situación no
creía que su Alfa estuviera tomando las medidas adecuadas
para proteger a su cachorro. Jihoon había decidido que era su deber intervenir,
ya que estaba interesado emocionalmente en Teukkie.
Sentía que era
capaz de ver la situación con mayor objetividad. Eso era lo que se decía, de
todos modos. La verdad era que Teukkie Park era único. El era especial, y
demasiado nuevo en este mundo para decidir que el primer lobo que conoció fuera
su compañero. Era su trabajo como Beta de su padre el protegerlo y demostrarle
que había más de un lobo en la guarida. Una vez más, eso era lo que se decía.
Sacudiendo esos
pensamientos, salió a la calle para seguir el vehículo de Sora. Él sabía la
dirección
a la que se
dirigiría, ya que había asegurado su ruta. Sólo hizo falta un poco de dinero y
él había sido
capaz de convencer
a uno de sus empleados para ayudar a implementar su plan.
Los humanos eran
tan fáciles de persuadir, sin ningún sentido de lealtad, no tenían ningún
problema
en traicionar a
los que habían sido amables con ellos. Pero ese no era su problema, y había
trabajado
en su favor. En el
momento en que Sora estaba girando en la calle que la llevaría a
su librería, se puso en marcha y se
dirigió hacia el lugar por el que sabía que tendrían que pasar una vez que
continuaran a la casa de Junjin.
Su plan era
simple, las mejores preparaciones siempre lo eran. Lo único que tenía que hacer
para
asegurarse de que Kangta
intervendría era mostrar que Kangin no podía proteger a su compañero. No
había nada más vergonzoso que un lobo que no
podía proteger a los suyos.
Asegurarse que los
neumáticos de Sora no sólo explotarían, sino que también causaran un accidente
menor, no había
sido tan difícil. Había colocado un dispositivo militar en el interior de la
llanta que estaba simultáneamente perforándolo y envuelto a un cable alrededor
del eje, tirando de él una vez que estallara el neumático,
provocando que el eje se volviera inestable y, teóricamente, provocara que
perdiera el control del
vehículo.
No sería un desastre
devastador, pero sería suficiente. La peculiaridad en el plan era la ceremonia
de
unión. Jihoon
tenía que asegurarse de que su plan sucediera antes de que Teukkie y Kangin
fueran capaces de completar la
unión y los Ritos de Sangre. Una vez que el Rito de Sangre se completara todas
las apuestas se
cancelarían.
La idea de Kangin
realizando los Ritos de Sangre con Teukkie hacía que su piel se erizara. Kangin
era sólo un cachorro, no
había manera de que pudiera proveer adecuadamente y proteger a su pareja. Si Jihoon tenía cartas en el
asunto, Kangin se iría de America, Texas, con las manos vacías.
Kangin había
pasado la mañana sin hacer absolutamente nada más que conversar periódicamente
con Leeteuk.
Combatir verbalmente con él era una de sus cosas favoritas. Nadie le permitiría
ayudar
a preparar la
ceremonia, con su padre diciendo que Kangin tenía que aprovechar este momento
para
prepararse para su
compañero, y para esta noche. Con toda honestidad, Kangin estaba tratando de no
pensar en ello, o
al menos una parte de ello: los Ritos de Sangre.
Sabía que Leeteuk
estaba nervioso a acerca de ello y él también. Le había preguntado a su padre
lo que tenía que hacer y
todo lo que había dicho era que el instinto se haría cargo y la magia del lazo
de
compañeros
ayudaría.
Tan nervioso como
estaba por la cercanía de realizar los Ritos de Sangre, su lobo gruñó ante la
idea
de ellos marcando
el cuello de Leeteuk para que todos los Canis Lupis lo vieran. Se dio cuenta
que su
lobo estaba
inquieto, deseoso de terminar la unión. Kangin decidió que tenía que dejar
salir al lobo por un tiempo, dejarlo
agotar un poco de su energía.
Salió por la
puerta de atrás y se quedó en el porche de la casa de huéspedes en la propiedad
que sus
padres alquilaban.
Toda la propiedad era de unas 85 hectáreas de bosques, sin miradas indiscretas
alrededor.
Kangin se quitó la
ropa y sintió el cambio verterse sobre su piel, reestructurándolo por dentro y
por
fuera, y en unos momentos
donde un hombre había estado de pie ahora estaba un gran lobo negro.
El lobo sacudió
todo su cuerpo como si estuviera mojado y tratara de expulsar el agua de su
abrigo.
Puso su nariz en
el aire y, respirando hondo, se llenó los pulmones del aroma de flores
silvestres
floreciendo,
hierba recién cortada y tierra húmeda de la lluvia reciente y, finalmente, dejó
escapar un
largo aullido.
Kangin estiró las
piernas y apretó el paso, el aire fluyendo a través de su pelaje ondeando cada
hebra.
Se sintió
completo, el vacío constante que estaba en cada macho sin pareja había sido
llenado.
Si se sentía tan
bien sólo por encontrar a su pareja, ¿cuánto mejor se sentirá una vez que el
vínculo
estuviera
completo, y una vez que se consumara su emparejamiento?
Kangin se lanzó
por última vez. El lobo de la hierba cálida por los rayos del sol, y se acostó,
rodando de costado. Sintiendo
la calidez del aire ondular su pelaje, la mente de Kangin se extendió hacia Leeteuk
sin tener la intención de hacerlo. Era como si su alma
necesitara sentir su otra mitad y si pasaba mucho tiempo sin ese
contacto, se volvería despojado e inquieto. No le dijo nada; sólo se deslizó en sus pensamientos,
disfrutando de estar con él, incluso si no la podía tocar físicamente.
Una vez que el
lobo estuvo contento de que su compañero estuviera a salvo, se levantó, se
sacudió la
hierba y la
suciedad, y comenzó la carrera de regreso a la casa de huéspedes. Necesitaría
una ducha
después de su
carrera y aún tenía que escribir sus votos. Estaba realmente luchando con qué
decirle a
Leeteuk; sabía lo
que sentía, pero no podía encontrar las palabras adecuadas para decírselo.
Después de una
ducha y sentarse a mirar un trozo de papel en blanco, tratando en vano de poner
sus
sentimientos en
palabras, Kangin decidió tomar un descanso. Mientras estaba acostado en la
cama, todo lo que podía
pensar era en cierto ardiente compañero y que esta noche iba a ser todo suyo.
Realmente había
estado esperando que Teukkie estuviera dispuesto a incorporar los votos de la
boda
humana a la
ceremonia de unión, pero no estaba preparado para eso. Le había explicado que
su unión
era permanente, a
diferencia de un matrimonio humano, pero la idea de estar casado a los 17 años
parecía ponerlo
nervioso, por lo que él esperaría. Kangin estaba aprendiendo rápidamente que la
espera realmente
apestaba.
«Hombre lobo, nos dirigimos a tu camino, espero que estés listo para
esto.»
Kangin oyó la voz
de Teukkie en su mente. Sonrió por su jugetona alegría, la cual era una de las
cosas que a su lobo le
gustaba de él: jugaba, algo que incluso los lobos en su hábitat natural hacían
como parte de la danza de
emparejamiento.
«He estado listo para ti desde que puse mis ojos en ti. Cuídate, te
veré pronto» le dijo mientras se
imaginaba
acariciando su suave rostro. Le envió esa sensación también y la sintió
estremecerse en
respuesta. Eso le
hizo sonreír aún más grande.
Viendo la hora en
su teléfono, 12:15, Kangin se levantó, decidiendo que era hora de vestirse en
el
momento en que oyó
que llamaban a la puerta principal.
—Está abierto
—dijo en voz alta.
Hyesung, el appa de
Kangin entró por la puerta.
—Te he traído los
votos que van a decir durante la ceremonia, y quería preguntarte si ya habías
conseguido una
ofrenda para Teukkie.
—En realidad le
conseguí dos cosas. La primera es un libro autografiado que me dijo que amaba cuando era niño, pero del
que no tenía una copia. Espero que eso le demuestre que lo escucho cuando habla
y que las cosas que
siente que son importantes para él son importantes para mí. El segundo creo que debería
mostrártelo.
Kangin salió de la
sala y regresó al dormitorio, volviendo con una pequeña caja negra.
—Kangin, ¿eso es
lo que creo que es? —preguntó Hyesung.
—Sé que él no está
listo para pasar por el ritual del matrimonio humano. He tratado de explicarle
que la unión es más
permanente que el matrimonio, pero aun así quiere esperar. A través de la
ceremonia de unión tendrá mi
marca, mi esencia, y eso le dirá a todo Canis Lupis que está emparejado, pero
los machos humanos no lo
reconocerán. Ellos, sin embargo, reconocerán un anillo de compromiso —explicó Kangin.
Hyesung estaba
sacudiendo la cabeza cuando dijo:
—Bárbaros, todos
ustedes. Posesivos, mandones y exagerados lobos. — Kangin sabía que le estaba
tomando el pelo
porque estaba sonriendo de oreja a oreja—. Bueno, déjame verlo.
Kangin abrió la
pequeña caja negra para mostrar a su appa el anillo que había elegido para
poner en el dedo de la única persona
que completaría su alma.
El anillo
consistía de una ancha banda de platino, y grabado en todo el camino alrededor
del mismo
estaba en coreano
las palabras: “Completo, absoluto, inamovible, todo”, y en el centro había un
muy
raro diamante
rojo.
—Kangin, es
hermoso. Reconozco la banda como la que te di para que te aferraras hasta que
conocieras a tu pareja, pero,
¿de dónde sacaste la piedra? —le preguntó su madre.
—El día que hablé
con Pa y me dijo que Yunho iba a venir, llamé a Yunho y le pedí que buscara en
las bóvedas de la mansión
de la manada una piedra roja para la banda. Pensé que con el enorme tamaño de la bóveda y los
siglos de cosas acumuladas seguramente podría encontrar una. Sabía que la
ceremonia de union se llevaría
a cabo antes de lo previsto inicialmente y quería que el anillo estuviera listo.
El día que Yunho llevó a Sora
a su librería hizo una parada en una joyería, mientras Sora estaba trabajando,
y pidió que colocaran la
piedra. La quería roja por dos razones. Una, es que él es mi corazón, con tanta
personalidad, toda en un paquete
tan pequeño; y dos, será un recuerdo de este día en el que ambos derramamos
sangre para unir nuestras
almas entre sí.
Kangin de repente
se dejó caer sobre el sofá, su cara acunada en sus manos.
—Appá, ¿cómo es
posible amar a alguien con tanta intensidad, tanto que a veces se siente que va
a
hacer que tu
corazón explote porque no puedes contenerlo? —Kangin miró a su appa, con los
ojos
fruncidos, su boca
apretada.
Hyesung se sentó a
su lado en el sofá, devolviendo la caja negra, llevando su mano libre en la
suya.
—No sé si hay
alguna manera de explicar o entender realmente la unión entre compañeros. No es
humano; está más allá del
reino de la razón y hace que sea difícil de creer que es siquiera posible. Sé
que no lo has conocido por mucho
tiempo, sé que ambos son jóvenes, pero se complementarán más rápido de lo que imaginas. Se
convertirá en tu mejor amigo y tú te convertirás en el de él. Incluso ahora sé
que lo sientes, que nadie en este
mundo alguna vez te querrá como él lo hará. Han nacido para amarse y ese amor crecerá más fuerte
a medida que pase el tiempo. —Hyesung limpió una lágrima de su mejilla mientras miraba al rostro
que había visto crecer desde un bebé a un fuerte macho Alfa.
—¿Qué pasa si no lo
hago feliz? —La voz de Kangin surgió muy suave, mezclada con miedo y
preocupación.
—Oh, Kangin. —Hyesung
empezó a envolver sus brazos alrededor de su único hijo, acercándolo—. Vas a hacerlo feliz.
También lo harás enojar, ponerse triste y molesto, probablemente un poco
claustrofóbico a veces, pero lo
harás feliz. Tu lobo intervendrá cuando tu lado humano se pase de la raya. El
lobo sólo ve en blanco y negro,
lo único que entiende es que él es tu pareja, que debes amarlo, protegerlo,
proveer para él, jugar con él y
satisfacerlo. Tu lado humano va a llenar el vacío de emociones que el lobo no
entiende. Te hará un mejor
Alfa, un mejor hombre. Vas a darle lo que ningún otro hombre jamás podrá: la
otra mitad de su alma.
Hyesung se levantó
para irse, pero antes le entregó un pedazo de papel.
—Estos son tus
votos, puedes añadirle algo, pero la primera parte debes decirla, para que se
solidifique la unión.
—Entonces se volvió para irse.
Kangin se puso de
pie, y antes de que su appa pudiera salir por la puerta,dijo:
—Appa, mi Alfa,
gracias. —Y volvió la cabeza, dejando al descubierto su cuello.
Hyesung miró a Kangin
a los ojos y sostuvo su mirada mientras le decía:
—Te quiero hijo.
—Y se dio la vuelta y salió por la puerta, cerrándola detrás de él.
Kangin desdobló el
papel y con manos temblorosas leyó:
En este día me arrodillo ante ti, como un sirviente de mi compañero,
para preguntarte si me
completarás. ¿Te entregarás a mí? ¿Calmando finalmente a la bestia
en mi interior, poniendo orden
en el caos, llevando luz a donde sólo ha habido oscuridad?
¿Vincularás tu vida a la mía, tu destino al mío, y tu alma a la mía y, al hacerlo, completar el vínculo de
emparejamiento?
Después de que Kangin
lo leyera sería el turno de Leeteuk contestar con su respuesta y sus votos. Una vez que leyeran
los votos formales, si así lo deseaban podían recitar sus propios votos. Hasta
hace unos momentos antes, Kangin
no había estado seguro de qué decir, pero su appa había solucionado eso. Todo lo que él le había
dicho era lo que estaba sintiendo. Kangin tomó una pluma, se sentó, y
rápidamente escribió las
palabras que se vertían de su corazón a su compañero.
Comprobando su
teléfono, vio que sólo quedaban quince minutos hasta que tuviera que estar en
el
jardín donde la
ceremonia se llevaría a cabo. Agarró el traje colgado en la puerta de su
dormitorio, se
desnudó más rápido
de lo que creía posible, y estaba deslizándose en su chaqueta cuando de repente
oyó un grito en su
mente. Él cayó al suelo por la fuerza de las emociones que vinieron con ese
grito.
Sentía confusión,
dolor, y sobre todo miedo, todo consumido por el miedo.
«¡LEETEUK!»
Kangin envió el pensamiento
a través de su vínculo.
«¿Dónde estás? ¿Qué ha pasado?»
Kangin esperó su
respuesta, pero las palabras no llegaron, sólo el miedo y el dolor. Leeteuk estaba
asustado y herido.
Kangin salió disparado a través de la casa y por la puerta principal, y casi
chocó con su padre.
—Algo está mal,
puedo sentirlo en el vínculo de la manada. ¿Qué está pasando? —preguntó Junjin.
—Escuché a Leeteuk
gritar y sentí su miedo y dolor, y ahora no puedo conseguir que me responda
—respondió Kangin.
—¿Cuándo fue la
última vez que hablaste con él?
—Me dijo alrededor
de las 12:15 que se dirigían hacia nosotros. Sonaba bien, en ningún peligro
—respondió. No
podía dejar de mirar a su alrededor, esperando en cualquier momento ser
emboscados, pero por qué, no
tenía ni idea.
Junjin estaba a
medio camino de vuelta a la casa principal antes de que Kangin siquiera se
diera cuenta que se había
alejado.
Corriendo para
alcanzarlo, oyó a su padre por teléfono con Siwon.
—Pon los vehículos
en marcha y prepara a la manada. Donghwa y Kyuhyun juntos, Yunho y tú juntos, yo tendré a Hyesung
y Kangin. Quiero que cada vehículo tome una ruta diferente hacia la casa de Sora. Mantengan sus
teléfonos encendidos, estén preparados para cualquier cosa. No sabemos si
tuvieron sólo un accidente
o si éste es el acto de un enemigo. —Junjin no esperó una respuesta antes de
colgar.
Justo al llegar a
la puerta de la casa, Hyesung vestido con unos pantalones cargos negros, una
camiseta negra ajustada, y
botas de combate, su atuendo de lucha. Tiró a Kangin una pistola y luego se
volvió hacia su compañero.
—¿Estamos listos?
—le preguntó.
—Sí, vamos. Tú
conduces, por si acaso tenemos que enfrentarnos a alguien. Kangin, sigue
tratando
de ponerte en
contacto con tu pareja. ¿Tienes su número de teléfono celular?
—No, nunca se lo
pedí porque siempre hemos hablado a través de nuestros pensamientos —dijo
Kangin con
frustración, metiendo el arma en la pretina de la parte trasera de sus
pantalones—. Espera, puedo llamar a los
Henry y ver si saben algo.
Brian contestó al
segundo timbrazo.
—¿Hola?
—Brian, es Kangin.
¿Has visto a Sora y a los chicos irse hoy? —habló Kangin en tono cortante,
controlándose por
un hilo.
—No, Kangin, no les
vi salir. ¿Hay algún problema?
—No lo sé, pero
creo que algo pudo haberles ocurrido. Si tienes noticias de ellos, por favor
llámame
enseguida. —Kangin
colgó antes de que Brian pudiera responder. Sus manos temblaban cuando puso
el teléfono en el
asiento de al lado. Cerró los ojos y se concentró lo más fuerte que pudo en Leeteuk,
en su rostro, el
sonido de su voz, el color de su cabello, cada detalle que se le ocurría y
extendió con un empuje su poder.
«Leeteuk, dime dónde estás.» Nada.
«Ángel, por favor, respóndeme, si no puedes con palabras, dame algo,
un sentimiento, una imagen en
tu mente, algo que me diga que todavía estás conmigo.»
Kangin estaba cada
vez más desesperado a medida que pasaba más tiempo sin escuchar una respuesta. Apoyó la cabeza en
el respaldo, la frustración amenazando con derramarse en forma de un enorme
lobo negro. Kangin sólo
quería algo, aunque fuera sólo un recuerdo de lo último que su compañero vio. A medida que se
acercaban a la ciudad, Kangin pidió al lobo usar su audición superior y oyó el
débil sonido de las sirenas.
—Pa, ¿oyes eso?
—Sí, suena como si
viniera del centro —respondió Junjin.
—La librería de Sora
está en el centro —dijo Kangin a su appa.
—¿Estaban
planeando ir allí de camino a nuestro hogar? —preguntó éste.
—No que yo sepa,
pero todavía no he sido capaz de comunicarme con él. Cuando me hizo saber que
estaban en camino
no mencionó pasar por la libreria —le dijo Kangin a sus padres.
El rostro de Junjin
parecía sombrío cuando dijo:
—Si no puedes
comunicarte con él, lo más probable es que signifique que está inconsciente.
Al pensar en su
pareja tan impotente, Kangin luchó por controlar a su lobo, y su padre, al
darse cuenta que estaba a punto
de perderlo, se volvió hacia él y puso su mano sobre su hombro y soltó un
gruñido.
El lobo de Kangin
se sometió de mala gana, pero sólo apenas, por la presencia de su Alfa.
Finalmente
dieron vuelta en
la esquina y se encontraron en la calle de la librería de Sora. Mientras
conducían delante de ella no vieron
ninguna señal del vehículo de Sora, pero podían oír sirenas adelante. Mientras
más avanzaban
comenzaron a ver humo y luego llamas de color naranja fulgurando alrededor de
unacamioneta que
yacía boca abajo en la cuneta.
Tan pronto como Kangin
vio el fuego, y antes de que su appa pudiera detener el auto, salió por la
puerta corriendo a la
velocidad del lobo, sin importarle que llamara la atención, sin importarle si
la gente se daba cuenta que no
había forma de que un ser humano pudiera correr tan rápido. Al acercarse al
vehículo, vio cuatro figuras
en la cuneta cerca de la carretera, tan lejos de los restos en llamas como podían
llegar sin estar en el
camino.
Cuatro figuras,
dos sentadas y dos acostadas, sin hacer ningún movimiento. El lobo de Kangin se
empujó hacia adelante,
con los ojos volviéndose azul lobo, sus dientes cada vez más largos, mientras
luchaba para mantener su
forma, corriendo hasta su compañero inconsciente.
Eish .eish.....es que no se puede disfrutar el regreso de una segunda parte agusto?
ResponderEliminarTenia que aparecer el papá de Teuk...y es que este no le puedo reprochar nada ..ahora,pero llega con un loco adicto a la "obediencia" que cree qye Teuk lo merece.....puff,así o más loco.
Kangin no puede tener a Teuk porque solo tiene 17 años......ah,pero el si puede tener a Teuk aunque solo tenga 17 también?????
Este loco ya fue más allá,al menos el alfa anterior solo se fue contrar kangin para reclamar el derecho sobre Teuk......pero este,que ni alfa es,tento contra la vida de Teuk,Sora,Hee y Hae.....este sí se paso.
Espero su alfa le de su merecido