Sapphire Wolf (T3)-11



Kangta Ahn estaba parado con su manada en el alejado lado izquierdo del gran salón de reunión. Todavía no había hablado con Teuk porque quería dejarlo instalarse primero. Luego había corrido la voz de que Siwon había atacado al Beta de Hanheng, así que había ido y hablado con Junjin, quien le aseguró que las cosas estaban sin duda fuera de control.
No era la respuesta que Kangta había estado esperando, pero Junjin dijo que era un mal necesario. Kangta respondió diciendo que los estadounidenses ya estaban lidiando con su porción de drama en su manada. Junjin simplemente le había sonreído.
Kangta había decidido que mejor advertiría a sus lobos para que estuvieran en alerta ante cualquier represalia de la manada de Hanheng. Su siguiente advertencia había sido para los machos sin pareja de su manada, y había sido algo así como:
—Y por el amor de Dios, manténganse lo más jodidamente lejos posible de Heechul Kim. Es el rubio ligon. Si se dirige hacia ustedes, será mejor que los vea correr por las colinas como si su vida dependiera de ello. Porque, francamente, es así.
Por supuesto, sus lobos más dominantes habían visto esto como un reto y preguntaron, ¿por qué, si Siwon y Hee no estaban emparejados, no podían ver si el joven era un compañero potencial para alguno de ellos? Kangta, de una manera calmada pero firme, les había explicado que Siwon era, por derecho propio, lo suficientemente fuerte y dominante para ser un Alfa de su propia manada. Por lealtad a Junjin le servía. En otras palabras, él limpiaría el piso con sus pieles si se sentía desafiado.
Kangta no vino hasta Corea para presenciar un baño de sangre, y desde luego no había traído a su compañera para ponerla en peligro.
De vuelta al presente, Kangta sintió unos brazos deslizándose en torno a él desde atrás trayendo una sonrisa a su cara. Se volvió para mirar a los ojos de su compañera.
—¿Cómo lo estás llevando, Alfa mío? —le preguntó Boa.
—Estoy listo para que esta semana termine. Preferiblemente sin la pérdida de extremidades o la vida.
Boa sonrió.
—Tan optimista. ¿Teuk es igual?
—Así es, tremendamente. —Kangta se echó a reír—. En serio es una persona positiva. Te va a gustar.
Boa suspiró.
—La pregunta relevante es, ¿le gustaré yo?
—Compañera, ¿qué más se puede pedir?
Boa se rió de las bromas de su compañero, agradecida de que estaba empezando a soltarse un poco. De repente se puso rígida en sus brazos y Kangta volvió la cabeza para ver lo que había llamado su atención. La manada Coreana había llegado y Teuk los acababa de localizar. Él vio cómo sonrió y saludó. Leyó sus labios mientras le gesticulaba:
—Iré a verte pronto. —Kangta asintió y se volvió hacia su compañera.
—Dijo que vendrá pronto, por lo que tienes un pequeño respiro para inquietarte y preocuparte un poco más, mi amor. —Kangta gruñó cuando Boa se vengó de él hincándole el dedo en las costillas.
Vio a los otros tres Alfas que habían estado involucrados en la organización de El Encuentro y decidió que era el momento de que tomaran sus asientos.
Señaló hacia la mesa que había sido asignada a ellos.
—¿Vamos?
—¿Supongo que no podemos retractarnos ahora? —preguntó Boa, sólo medio bromeando.
—No, me temo que hemos cavado nuestras tumbas y ahora debemos conseguir ataúdes hechos a nuestras medidas.
—Aquí vamos otra vez, siempre el optimista. —Boa tomó el asiento que él sacó para ella y observó como el resto de su manada hacía lo mismo, listos para escuchar lo que serían las actividades de la noche.


Vanness, Alfa de la manada de Taiwan, se situó en la parte delantera de la sala. Levantando la voz para que todo el mundo pudiera oír, anunció:
—Si todo el mundo gustara tomar asiento para que podamos empezar. Cuanto más rápido terminemos con el asunto entonces más pronto comeremos.
Un grupo de machos en una mesa a su izquierda golpearon la misma y dieron fuertes alaridos ante la mención de comida.
Vanness hizo una seña para que se calmaran y esperó unos momentos más para permitir que todos se sentaran.
Hee alcanzó su silla en la mesa que tenía un cartel en el centro con elegante escritura que decía Manada Coreana de Lobos Suju. Antes de que pudiera tirar de ella, otra mano se extendió más allá de él y rápidamente deslizó la silla.
—Permíteme.
Hee se volvió bruscamente, sorprendida por la repentina aparición de Yifan.
—Lo siento, Hee. No tenía intención de asustarte.
Hee no pudo evitar la sonrisa.
—Quieres decir sobresaltarme.
—Oh. Um, sí. Sobresaltarte —repitió Yifan. Retrocedió sólo un paso y, sin avergonzarse, lo miró de arriba a abajo.
Bueno, pensó Hee, no seamos tímidos entonces.
Sabía lo él que veía. La camisa negra ajustada al cuerpo, transparente en la mitad de la espalda. Tenía incrustaciones de pedrería de cristal, que empezaban en la parte superior y continuaban hacia abajo, haciéndose dispersos a medida que desaparecían. Su cabello estaba en un poco ondulado. Llevaba sus jeans preferidos,  de baja altura con un atisbo de carne al descubierto cuando se movía. Botas negras completaban su conjunto.
—Te ves impresionante —le dijo mientras lo tomaba de la mano y lo levantaba para darle una vuelta—. Déjame ver todo el efecto.
Hee no pudo detener el rubor que sabía que estaba aumentando. Cuando estuvo frente a él de nuevo, Yifan sonrió, y fue una de esas sonrisas de trato fácil que no puedes evitar devolver. Y así lo hizo.
Entonces, como si acabara de recordar lo que estaba haciendo, él hizo una seña a su silla.
—Por favor, toma asiento. Sólo quería venir y asegurarme de que estabas bien después del… —Hizo una pausa, y Hee se le adelantó.
—¿Desastre de esta tarde? —ofreció.
—Exactamente. Tu Beta estaba muy molesto.
Hee resopló.
—Eso es un eufemismo. Estoy bien. Sin importar su temperamento, B nunca me haría daño.
—¿B?
—Sí. No es lo que debes pensar, aunque estoy tentado a veces. B de Beta —le dijo Hee con un guiño.
Yifan sonrió y empujó su silla cuando se sentó. Se inclinó sobre su hombro, demasiado cerca para su comodidad.
—Guárdame un baile esta noche, ¿de acuerdo?
Hee estaba tan tenso por su cercanía que finalmente se limitó a asentir para conseguir que se moviera hacia atrás. Él se enderezó y se alejó justo cuando llegó Siwon.
—¿Qué quería? —le preguntó a Hee, luego lo miró por primera vez. Sus ojos brillaron inmediatamente. Un punto para el pequeño hombre, pensó Hee. Siwon se recuperó rápidamente—. ¿Qué llevas puesto?
—Vamos a tratar con estas dos preguntas absurdas de una en una, bola de pelos, debido a que cada una merece la misma cantidad de dolor. En primer lugar, Yifan me pidió que me casara con él y que tuviera sus bebés. Montones y montones de bebés —le dijo Hee con una expresión completamente seria.
Donghae casi se ahogó con el chicle que había estado masticando y Hyukjae, quien estaba junto a Siwon, empezó a toser.
Siwon gruñó.
—Lo estoy considerando. —Hee se dirigió a Donghae—. Quiero Decir, ¿qué piensas, Hae? No es como si hubiera tenido otras ofertas y quién sabe si alguna vez encontraré a mi verdadero compañero. Dios, si tan sólo pudiera tener un verdadero compañero, claro está.
Donghae estaba tratando desesperadamente de mantener una expresión seria.
—Bueno, no quieres precipitarte con estas cosas, Hee. Después de todo, sólo tienes dieciocho años.
Hee se tocó la barbilla, como si estuviera pensando realmente en ello.
—Eso es cierto. Pero si me enrollara con Yifan ahora, sólo piensa en todos esos pequeños atrapa pulgas que podríamos hacer juntos. Piensa en cómo algunos tendrían mi cabello rubio y su… ¡Ayyyyy! —gritó Hee.
Su cabeza se giró bruscamente para mirar a quien lo había pellizcado. Para su absoluta sorpresa era Hyesung, y había un brillo en sus ojos que Hee nunca había visto.
—Hee, baja el tono un poco, ¿de acuerdo? —Hee sabía que esta era su Alfa hablando, no el appa de Kangin. Era su primer vistazo a Hyesung realmente siendo firme con él.
Hee asintió y se volvió a mirar a Siwon. La mirada de suficiencia en su rostro borró toda oportunidad de hacerlo menos ofensivo.
—Y en segundo lugar, estoy usando lo que estaba colgado en mi armario. Lo cual fue comprado y pagado por esta manada, y me veo impresionante. Así que a menos que las palabras que se están preparando para salir de tu boca son: Hee, te ves increíble o Maldición chico, eres ardiente, inclusive aceptaría: Me gusta tu camisa, Hee; a menos que sea en esas líneas, te recomiendo encarecidamente que sólo mantengas ese hocico tuyo cerrado.
Se volvió hacia la mesa, mirando cualquier cosa menos a Siwon, quien había tomado un asiento al su lado. Podía sentir la ira pulsando de él; era casi tangible. Se preguntó si alguien más estaba recogiendo sus vibraciones tan fuertemente. Lo que sea, pensó, he terminado de tratar con él por hoy.
Hee decidió en ese momento que iba a divertirse esta noche y eso era todo. Hee se giró a mirar a la parte delantera de la sala, junto con todos los demás, cuando un hombre alto y delgado comenzó a hablar.
—En nombre de los otros Alfas que ayudaron a organizar este encuentro histórico, quiero dar las gracias a todos por venir. Mi nombre es Vanness. Yo soy el Alfa de la manada de Taiwan. Como sus Alfas le han dicho, el propósito de este Encuentro es permitir que los Canis lupis no apareados tengan la oportunidad de conocer a otras personas a quienes de otro modo podrían nunca haber conocido. Seamos realistas, las probabilidades están en nuestra contra cuando se trata de encontrar nuestros verdaderos compañeros. Algunos han estado buscando durante siglos, sin ningún resultado. Es nuestra sincera esperanza de que muchos de ustedes de hecho encuentren sus verdaderos compañeros entre los que están aquí.
Vanness hizo una pausa mientras otro hombre se acercaba a la parte delantera.
—Quiero presentarles a Hanheng. Él es el Alfa de la manada de China el cerebro detrás de El Encuentro.
Hanheng dio las gracias a Vanness y se volvió para dirigirse a la habitación.
—Entendemos que nos arriesgamos en traer tantos machos sin pareja y ponerlos en un espacio tan reducido. Tengan la seguridad de que hemos tomado medidas para proteger a todo el mundo y a aquellos que quieran pelear les solicitaremos un reto adecuado. Los desafíos no se harán hasta la muerte, sino a la sumisión. No hemos venido aquí a perder miembros de la manada. Pero no se equivoquen, habrá consecuencias graves para los que no se controlen ellos mismos y a su lobo. —Hanheng miró sobre la compañera de Vanness y le hizo señas para que se reuniera con él—. Ahora voy a dar la palabra a nuestra coordinadora de eventos
La alta loba se dirigió a la parte delantera y Hee notó la grandiosidad que tenía cuando caminaba, tan femenina.
Hee se dio cuenta que era capaz de ver a loba demasiado bien para la distancia a la que estaba sentado.
Esto se está poniendo cada vez más extraño, pensó. Voy a tener que tener otra charla con Hongki.
—Esta noche será una de las tres noches que nos reuniremos como grupo completo. En las otras noches, cada manada tendrá su propia comida en un lugar designado. Si son afortunados y conocen a su verdadera pareja y quieren tener una cena a solas, pueden solicitar una a través del buzón a la entrada de esta sala…
…Simplemente escriban su solicitud, el momento en que desean comer, y dónde. Será arreglado. Ahora bien, a cada uno de sus Alfas se les ha dado un itinerario con su horario específico en él. Por favor, sigan el horario. Hemos hecho arreglos para que todos tengan la oportunidad de conocerse en una de las reuniones del grupo.
…Si esto les parece un poco demasiado planeado, les diré que hay un método para nuestra locura. Verán, un hombre lobo macho desacoplado es un problema potencial. Así que hemos intentado evitar el problema por completo al asegurar que haya algo para que todos hagan en todo momento. Si no están teniendo una actividad de grupo, entonces estarán con su manada.
…Las festividades de esta noche son simples:c enaremos juntos como una gran familia. Luego la habitación se despejará para bailar y socializar. Esos son todos los anuncios por ahora, así que sin más preámbulos, la cena está servida.
La sala se quedó en silencio con suaves murmullos cuando la gente empezó a llenar sus platos con comida. Cuando Hee tomó la ensaladera al mismo tiempo que Siwon, sus manos se tocaron. Hee sacó las suyasa tan rápido que dejó caer la taza. Gracias a los reflejos de hombre lobo, Siwon la atrapó antes de que se derramara sobre la mesa. Hee ni siquiera miró en su dirección. Estaba enfadado. Tan enojado, de hecho, no entendía por qué estaba sentado junto a él.
Miró a Donghae y esperó hasta que llamó su atención. Entonces hizo señas entre ellos con un pequeño movimiento de mano. Donghae conocía a Hee muy bien y entendió al instante lo que quería.
Donghae asintió un “está bien”, porque también sabía que Hee era muy cabezota. Él podría hacer algo que lamentaría si seguía sentado junto a Siwon mientras que, obviamente estaba enfadado con él.
Hee se puso de pie y tomó su plato. Siwon empezó a Decir algo, pero Hyesung nuevamente se metió. Puso una mano sobre Siwon, llamando su atención, y se limitó a negar con la cabeza. Siwon gruñó pero dejó a Hee pasar sin abordarlo.
Donghae se levantó también y caminó alrededor, cambiando sillas con Hee.
—Entonces, ¿a todo el mundo les gusta sus habitaciones? —preguntó Teuk, tratando de suavizar el momento de tensión.
—Nuestra habitación es genial. ¿Cierto, Sooyeon? —chilló Zhoumi.
Sooyeon asintió y tragó el bocado que acababa de tomar antes de que respondiera:
—Oh, definitivamente genial.
—Excelente —dijo Teuk torpemente.

El resto de la comida se llevó a cabo casi en silencio con sólo minutos de charla, aquí y allá. Cuando los platos fueron despejados de las mesas, todos se dirigieron hasta estar de pie en los bordes de la habitación, mientras que la mayoría de las mesas estaban siendo plegadas y removidas con la mayoría de las sillas.
Teuk tomó la mano de Kangin y miró a Hee y Donghae.
—Tengo que ir a saludar a Kangta y conocer a su pareja.
—¿Quieres que vayamos? —preguntó Hee. Teuk negó con la cabeza.
—No, yo me encargo. —Esto era algo que tenía que hacer por su cuenta… bueno, él con Kangin.
Los encontró en el mismo rincón que ocupaban anteriormente, de pie y mirando todo al igual que la manada Coreana había estado haciendo.
—Hola, Teuk. —El rostro de Kangta se iluminó mientras tiraba de él en un abrazo torpe.
—Hola, um, papá —dijo Teuk.
La mano de Teuk se tensó sobre la de Kangin mientras Kangta apretaba a su compañera a su costado.
«Tranquilo, amor. No tienen que ser amigos del alma» dijo Kangin a través de su vínculo.
«¿Acabas de decir amigos del alma?» preguntó con incredulidad.
«Angel, estoy rodeado de tres chicos adolescentes. ¿Qué es lo que realmente esperas?»
«Huh, supongo que no debería sorprenderme». Teuk se encogió de hombros por dentro.
Kangin se rió entre dientes.
Teuk llevó su atención de nuevo a su padre y a su compañera cuando Kangta presentó a Boa.
—Teuk, esta es Boa Ahn, mi compañera y Luna de nuestra manada.
Teuk sonrió con lo que esperaba fuera una sonrisa amistosa.
—Es un placer conocerte, Boa.
La sonrisa de Boa era cálida y genuina.
—Kangta me ha hablado mucho de ti.
—No creas todo, no es tan malo como parece —bromeó Teuk. Todos se rieron, aunque un poco nerviosos.
—Bueno, parece que va a empezar el baile así que no los retendremos, pero espero que podamos llegar a conocernos —dijo Boa.
—Eso suena bien —dijo Teuk sinceramente—. Estoy seguro de que podemos almorzar o algo así.
—Genial —respondió Boa con otra sonrisa.
Teuk y Kangin se dirigieron de nuevo a donde la manada esperaba.
—Bueno, eso no fue tan malo como pensabas, ¿no? —preguntó Kangin mientras le pasaba un brazo alrededor de su cintura y lo atraía hacia sí.
—Ella fue más agradable de lo que esperaba —admitió.
—¿Quieres que esté allí cuando tengas el almuerzo con ella?
Teuk le sonrió.
—Siempre mi protector.
El rostro de Kangin se puso serio.
—Siempre, amor.
Una vez que la habitación hubo sido dispuesta de manera que habría espacio para bailar, vieron como una nueva mesa era empujada con equipos de música en ella.
—Nos encargaremos de la improvisación. —Zhoumi sonrió.
—¿Qué es exactamente lo que piensas que van a dejarnos improvisar? — preguntó Donghae.
Hee llamó la atención de Hyukjae y le hizo señas. Él no se iba a arriesgar con la música.
—Oye, ve si te dejan encargar de la música —le dijo.
—No traje nada para la música, Hee.
Hee levantó su iPhone, agitándolo de un lado a otro.
—Lo tengo cubierto, mi peludo amigo.
Hyukjae hizo una mueca ante el apodo, pero sonrió mientras tomaba su teléfono.
—Lo engancharé. —Ambos se rieron de él utilizando el argot que le habían enseñado ese mismo día cuando se desató el infierno. ¿Quién sabía que enseñarles jerga callejera a los hombres lobos extranjeros podría ser perjudicial para tu salud? Hee se encogió de hombros para sí mismo.
—Así que, jóvenes. —Hee se giró hacia el grupo de chicos extendiendo sus brazos, y en uno de esos momentos increíbles cuando las cosas se alinean perfectamente, dijo a la vez que la música comenzó a golpear a través de los altavoces—: Vamos a bailar. —Hee sonrió—. Sí, soy así de bueno.
Donghae y Zhoumi fueron los primeras en dar un paso.
Zhoumi despegó hacia el área despejada, con los brazos en el aire y el cuerpo moviéndose al ritmo.
Donghae chilló:
—¡Me encanta esta canción! —Y se dirigió a la pista de baile, moviendo sus caderas. Hee hizo una breve inclinación de cabeza a Teuk, quien besó a Kangin y luego se dirigió hacia él.
—Sooyeon. —Hee hizo señas—. Vamos, chico, vamos a tumbar la casa.
Sooyeon rió.
—Muy bien, estás a cargo.
Los tres chicos se dirigieron a donde Donghae y Zhoumi bailaban y más se unieron a ellos.
Todos bailaron, rieron y bailaron un poco más. Hee no podía recordar cuándo se había divertido tanto. Hyukjae resultó ser un bailarín increíble y estaba casi siempre en medio de todos, arrasando.
La siguiente canción sonó y Hee se congeló.
Las cabezas de Donghae y de Teuk giraron bruscamente mientras la voz de Katy Perry llenó la habitación; para ser específicos, “ET” de Katy Perry llenó la habitación.
Los dos amigos de Hee lo miraron al momento que, también, dejaron de moverse. Todo el mundo siguió balanceándose con el ritmo, como el mar sacudido por el viento. Hee vio cómo los ojos de Donghae y de Teuk se abrían más y más.
—Maldita sea —murmuró Hee en voz baja cuando unos fuertes brazos se envolvieron a su alrededor y sintió el cálido aliento contra su cuello.
—Creo que esta es nuestra canción —ronroneó Siwon en su oído. Hee juró que en cualquier momento sería un charco en el suelo.
Para su mortificación completa él comenzó a moverse… con el ritmo. Las mandíbulas de Donghae y Teuk cayeron abiertas.
Hee articuló: “Sálvenme” a sus dos amigos, pero como los malignos traidores que eran, comenzaron a bailar y completamente ignoraron su súplica. Oh, esas dos vaquillas van a caer, se prometió a sí mismo.
Después de unos momentos, Hee decidió que bien podría verse ridículo rígido de pie mientras Siwon bailaba o podría tirar una cana al aire y hacerlo bien.
Con su resolución hecha, Hee se volteó entre sus brazos y comenzó a balancearse con la música. Sonrió para sí mismo; siempre le gustaba tirar una cana al aire. Alzó los brazos en el aire mientras se balanceaba y movía. Siwon tenía las manos en sus caderas, moviéndose con él, y siendo el caballero que era, dejó espacio entre sus cuerpos. Lo cual, Hee seguía diciéndose a sí mismo, se alegraba de ello… hasta que miró por encima y vio al joven príncipe lobo y su bola de pelos bailando cerca, muy cerca.
Estúpido pelirrojo emparejado y casado, pensó, pero se echó a reír de todos modos por lo felices que Teuk y Kangin eran. Cuando terminó la canción, Siwon se detuvo, pero no lo soltó.
Se quedaron así, mirándose el uno a otro. Hee no tenía ni idea de cuánto tiempo habían estado así, pero Yifan apareció, solicitando la pieza de baile que le había pedido guardar.
Cuando Siwon se apartó de mala gana, Hee pensó: Bueno, si sólo es del tipo de bailar juntos pero sin tocarnos, debería estar bien.
Sí, esa idea voló por la puerta, casi estrellándose en su cara al salir en su camino, cuando una canción lenta se encendió. Yifan lo atrajo rápidamente a sus brazos justo cuando Siwon retrocedió, nunca apartando ni quitando sus ojos de ellos.
Hee finalmente quitó sus ojos de Siwon cuando Yifan habló.
—Eres un bailarin increíble.
Hee sonrió, con la esperanza de parecer genuino.
—Gracias. Me encanta bailar. Sólo dejarse ir y llevarse por la música. — Estaba divagando. Bueno, cualquiera divagaría si estuviera en los brazos de un hombre lobo mientras que el hombre lobo con el que quería estar te miraba fijamente con dagas en los ojos.
¿A quién estoy engañando? pensó Hee. Nadie más está ocupado queriendo a un hombre lobo. No, otros de mi edad están encantados con los deportistas, o los chicos artísticos que tocan en bandas, chicos normales.
Miró a Siwon de nuevo cuando Yifan los giró. Observó su fuerte mandíbula tensa y su pecho flexionado mientras cruzaba sus brazos. Pero, ¿quién quiere lo normal cuando se puede tener eso? Sonrió a sus pensamientos.
Esa sonrisa fue borrada de su cara rápidamente cuando Hee vio a otra pareja caminando hacia Siwon. Estaba de pie demasiado cerca para el gusto de Hee.
Justo en ese momento, Yifan los giró de nuevo y los perdió brevemente de vista. Cuando los tenía en su punto de mira de nuevo vio como Siwon llevaba al joven de la mano a la pista de baile.
Hee estaba empezando a ver en rojo. No se había dado cuenta de que había dejado de bailar hasta que Yifan habló.
—Hee, ¿estás bien?
Hee no podía apartar los ojos de Siwon mientras lo veía tomar al joven moreno en sus brazos. Se sentía como si le hubieran dado un puñetazo en el estómago. Estaba tratando de respirar, pero no era capaz de conseguir aire.
—¿Hee? —La voz de Yifan empezaba a sonar preocupada.
—Yifan, ¿qué pasa? —Hee oyó la voz de Donghae, pero no podía responder. Siwon debió sentir su mirada, porque su cabeza se levantó de golpe y sus ojos se encontraron.
Hee no quería que él lo viera celoso o herido al ver a otro joven en sus brazos. Sabía que no tenía derecho a estar enojado. Después de todo, había estado bailando con un chico, pero eso no importaba en ese momento. Su mejor juicio estaba fuera en un descanso para tomar café.
—¡Hee! —Teuk chasqueó los dedos delante de su cara. Donghae siguió la mirada de Hee y sacudió la cabeza.
—Esto no es bueno, Teuk, nada bueno.
Finalmente, Hee quitó sus ojos de la vista del infractor.
—Creo que mi noche ya terminó.
—Hee, no dejes que te arruine la velada —declaró Teuk.
—No me la arruinó, Teuk, de verdad. Estoy cansado. —La excusa de Hee era débil en el mejor de los casos, pero no había manera de que pudiera quedarse ahí y ver a Siwon bailar con otros chicos.
No, eso no iba a suceder, se dijo. Antes de que sus amigos o Yifan pudieran detenerlo, se giró y rápidamente salió de la pista de baile, yendo en línea recta hacia la salida.

2 comentarios:

  1. Cada vez me da más bronca Hanheng y mala espina Zhoumi ni que decir de Yifan, lo único positivo fue, además del baile candente, los celos de Hee que hicieron que abandonará la fiesta solo espero que B salga tras él.

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  2. Ahh!!!!
    Hee celoso es lo mas peligroso que existe!!!
    Ya te llevó quien te trajo Siwonshis!!!
    Ay~ que le ira a hacer Hang a los chicos???

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 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...