—¿Así que, quién es este chico que te han interrumpido la cena para
venir a sacarlo? preguntó su abogado.
—Taeheon Tigarian.
Su abogado continuaba frunciendo el ceño, al igual que Junyoung.
—¿Debería conocer ese nombre? —Su abogado preguntó.
—Tigarian Technologies —explicó el Dr. Lee— Él es el único hijo de Eric Tigarian y el heredero exclusivo de todo su imperio internacional.
Junyoung se quedó boquiabierto ante esto. Tigarian Technologies era
solamente inferior a Corporación Microsoft en el mundo corporativo.
—¿Por que trabaja como ayudante de camarero?
Hyukjae le respondió con otra pregunta.
—¿Por qué va el hijo de un prominente senador a Tulane y no a
Princeton, Harvard, o Yale?
—Me gusta Nueva Orleans.
—Y Taeheon no tiene interés en correr a la compañía de su padre —dijo
Jinhyuk. —Él ha dejado esto a cargo de la gerencia
Todavía aquello no tenía ningún sentido para él. Taeheon no vivía como
un hombre rico. Él vivía como un vagabundo.
—¡Oiga! —gritó él— Quítele las malditas esposas al chico. No hay
necesidad de hacerle pasar vergüenza. Él no es un criminal.
Los oficiales de policía que acompañaban a Taeheon le dieron a Jinhyuk
una siniestra sonrisa.
—Sí, claro, usted no vio la forma en que hizo llorar a esos moteros.
Este ' chico ' le podía darle algunas clases a Mike Tyson.
El corazón de Junyoung se aceleró cuando vio a Taeheon. Él tenía un ojo
morado, y su labio estaba hinchado. El oficial de policía dio una cruel vuelta
a las esposas antes de abrirlas. Taeheon levantó la mirada como si él sintiese
su presencia y la inmovilizó con una sola mirada.
Un pequeño temblor de calor lo traspasó. Había algo tan inquietante en
Taeheon, y al mismo tiempo una en parte de él era atraída aun en contra de su
sentido común.
Jinhyuk lanzó una asesina mirada a los oficiales.
—Mírele. ¿Lo ha visto un médico?
—Él no quiso un médico.
Jinhyuk negó con la cabeza.
—¿Estás bien, Taeheon?
Taeheon asintió mientras se frotaba las muñecas.
Junyoung cruzó la distancia entre ellos, agradecido de que él estuviese
fuera de peligro.
—¿Estás seguro de que estás bien?
—Preguntó él, apartando con los dedos el pelo de su cara a fin de que
pudiese inspeccionar el daño que le habían hecho a su ojo.
Él acarició con la nariz su mano muy ligeramente antes de que
asintiese.
—Estoy bien. ¿Qué haces aquí?
Estaba tratando de sacarte bajo fianza. Él se asombró por ello.
—¿De veras? —Junyoung asintió.
Él le dio una vacilante sonrisa.
—¿Quieres que llame a Carson? —preguntó Jinhyuk. Taeheon negó con la
cabeza.
—¿Quieres que te acerque a casa?
—le preguntó Junyoung a Taeheon.
—Por favor. Gracias.
Por la mirada en las caras de los hombres, Junyoung podía decir que
todos estaban anonadados de que él aceptase
Jinhyuk se aclaró la voz.
—¿Estás seguro de que no quieres que yo te lleve de vuelta.
Taeheon negó con la cabeza y fue entonces cuando él se dio cuenta de
que era la única persona con la que él había hablado hasta ahora.
Cuando Junyoung cogió sus llaves del bolso, vio abrirse la puerta
exterior. Para su completa estupefacción, Anan y dos de los otros chicos de la
fraternidad que habían atacado a Taeheon estaban siendo conducidos al interior
del edificio esposados.
—¡Esto es ridículo! —Gruñía Anan—. Mi abogado tendrá todos sus datos
por esto, ¡Me ha oído!
Él se congeló cuando vio al abogado que había llevado.
—¡Tom! Sácame de esto.
Su expresión preocupada, su abogado fue hacia Anan y le dijo que se
calmase.
—¿Cuáles son los cargos? —preguntó a los oficiales.
Fue Jinhyuk quien contestó.
—Oh, déjame ver, asalto, robo, perjurio, calumnia, contacto ofensivo,
beber en público, violación de domicilio, racismo, y cualquier otra cosa que se
me ocurra inculparle.
El abogado le dio a Jinhyuk una irritada mirada.
—¿Vas a presentar cargos?
Jinhyuk le dedicó lo que solo podía ser designado como una satisfecha
sonrisa abierta.
—Yep. Te juro que tramitaré esa orden tan pronto como acabe de hablar
por teléfono con Taeheon. Deberías aconsejar a tu cliente que sea más cuidadoso
con quién insulte y ataque. No sólo por el ataque a Taeheon en campus, sino que
también por el bar local The Empire, donde tengo un montón de testigos oculares
quienes gustosamente brindarán testimonio sobre su comportamiento beligerante y
borracho. ¿Alguna vez oída la expresión ' nunca jales a un tigre por la cola '?
Pues bien, para cuando termine con tu cliente, él y su familia tendrán suerte de
salir con un palillo de dientes que sea suyo".
—Usted tiene que estar de broma conmigo, —gruñó Anan.
El abogado suspiró.
—No, Anan, no lo está. Yo voy a llamar a tu padre y
—No corre prisa —Jinhyuk dijo en
un tono sin emoción. — Te puedo asegurar que la mayoría de ellos van a pasar la
noche en prisión
—No puedes hacer eso, Jinhyuk. Son buenos chicos, de buenas familias.
—Al igual que Taeheon y ya está hecho. Tal vez la próxima vez, se lo
pensarán dos veces antes de hacer suposiciones acerca de alguien —Jinhyuk abrió
su maletín y arrancó una hoja de papel—. También he tramitado una orden de
alejamiento que será impuesta a tu cliente cuando él salga aquí. Si él se
acerca a mi cliente otra vez, él va lamentarlo seriamente.
Jinhyuk volvió a mirar a Anan.
—Mientras estamos en eso, si yo fuera tú, le avisaría que si insiste en
acusar ante la justicia a mi cliente, él implicará al joven Moon en el asalto,
ya que él fue el anfitrion de Taeheon en Tulane. ¿ No querríamos implicar al
hijo del buen senador, verdad?
Anan se abalanzó sobre Taeheon, sólo conseguir que el policía jalase de
él.
—Me las pagarás por esto, maldito.
—¡Cállate, Anan"! —lo
amonestó el abogado. —Ya estás en bastantes problemas.
Jinhyuk lanzó una especulativa mirada sobre Anan, quien estaba siendo
arrastrado hacia un pequeño vestíbulo.
—Añadiremos amenaza sobre daño corporal a los cargos.
El policía se llevó a Anan y sus amigos.
—¿No vas a ponérmelo fácil, verdad, Jinhyuk?
—De ningún modo. Definitivamente vas a ganarte el sueldo en este caso.
El abogado dejó escapar un suspiro cansado.
—Bien. Te llamaré en la mañana y veré lo que podemos resolver.
Jinhyuk puso su mano en el hombro de Taeheon, rápidamente la retiró
cuando Taeheon literalmente le gruñó.
—Lo siento —dijo él—. Yo…, um… te llamaré más tarde.
Kangin y Hyukjae hicieron una pausa.
—¿Estás seguro que no quieres que nosotros te llevemos a casa? —Le preguntó Kangin a Taeheon.
Taeheon negó con la cabeza.
—De acuerdo, entonces. Mantente fuera de problemas.
Junyoung indicó la puerta con una inclinación de su cabeza.
—¿Estás listo para irte?
Él asintió. Y cuando ellos se marchaban, Junyoung llegó a ver que él se
frotaba su hombro lastimado.
—¿Necesitas ir al hospital?
—No, solo necesito descansar un poco.
—¿Estás seguro?
—Sí. Solo llévame a casa, ¿de acuerdo?
El lo condujo a su Mercedes, el cual esta estacionado bajo una farola.
—No sabía que estabas relacionado con Tigerian Technologies.
Él clavó los ojos en el capó del coche.
—¿Tiene importancia?
—No realmente.
—¿Entonces por qué debería hablar de eso?
Él tenía un punto con eso.
—¿Por qué vives en Nueva Orleans si la compañía tienen su base en Nueva
York?
Él se encogió de hombros.
—No me gusta Nueva York. Demasiada gente. Demasiado ruido. Demasiado
frío en el invierno. No me gusta tener frío.
Junyoung suponía que tenía sentido. Ofreciéndole una sonrisa, se metió
en el coche y esperó a que se uniera. Él se sentó rápidamente, cerró de un
golpe la puerta, y se abrochó el cinturón.
—¿Te dieron de comer mientras estabas allí? —Preguntó—. ¿Quieres que paremos en algún
sitio en el camino de regreso para comer?
Él asintió.
—¿Qué te gustaría?
—Me da igual. Comeré cualquier cosa que no tenga Tylenol o chocolate.
—Esa es una lista extraña.
—Para mí no.
De acuerdo… él era un hombre extraño.
Junyoung se dirigió al aparcamiento mientras Taeheon sacaba sus cosas
del sobre que le había dado la policía.
—¿Fue duro estar allí?
Él hizo una pausa para contemplarlo.
—Ciertamente no es la meta de mi vida
El le sonrió ante su comentario sarcástico.
—¿Qué sucedió para causar la pelea de la cárcel?
Él deslizó su cartera en su bolsillo.
—Pensaron que sería entretenido rondar al “chico” y demostrar su
virilidad. Yo que sería entretenido dejar inconscientes a un par de ellos.
Pues bien, podría entender eso. Él tenía una única forma de tomarse las
cosas.
—¿Siempre te metes en peleas como estas?
—No —dijo él en un tono bajo cuando se ponía el Timex en su brazo. —No
me gusta pelear. Prefiero estar solo. Pero si alguien lo empieza…
—Tú lo terminas.
Él asintió.
—Mi padre solía decir que no es suficientemente rechazar a golpes a un
asaltante. Tienes que lastimarles lo bastante para que sepan que no pueden
volver a meterse contigo. O preferiblemente, asesinarlos.
—Me parece que nuestros padres tienen mucho en común.
Taeheon no hizo comentarios. En lugar de eso, él gesticuló hacia la
izquierda.
—El McDonald debería valer.
Junyoung arrugó su nariz ante el pensamiento.
—¿Tú realmente comes allí?
—La comida es buena.
Él sólo había visto su comida en anuncios publicitarios y nunca
realmente había considerado probarla él misma.
—No sé. No estoy seguro de que me guste la idea de la comida rápida
Pero subió y se puso a la cola de la fila de coches. Taeheon le dio una
sospechosa mirada.
—No me digas que nunca has comido aquí.
—Nunca.
—¿Dónde comes entonces?
—En restaurantes o en el comedor del campus. —él se detuvo frente al
micro de pedidos y bajó su ventanillo. —Esto es tan extraño, obtener comida
así.
Él le sonrió abiertamente antes de que se inclinase sobre su regazo y
respondiera a la mujer que les había preguntado su pedido
—Yo tomaré doce Big Macs, dos Filet-O-Fish, tres Dobles de queso,
cuatro pasteles de manzana, seis de patatas grandes, y un batido grande de
Vainilla
Él lo miró.
—¿Tú quieres algo?
Junyoung arqueó ambas cejas cuando clavó los ojos en él y su orden
increíblemente grande.
—¿Tú realmente no hablas en serio acerca de comerte todo eso tu solo,
verdad?
Él parecía afligido por sus palabras.
—¿Estoy haciendo algo indebido?
—No —dijo rápidamente— No si tienes hambre. Es solo que no he visto
comer a nadie tanto antes.
Él le miró confundido frunciendo el ceño.
—Lo hago todo el tiempo.
—¿Y permaneces tan delgado? Yo estaría tan grande como una casa.
—¿Quieren alguna cosa más? —preguntó la voz del interfono.
Junyoung echó una ojeada al menú.
—Tomaré una Cheeseburger y una Coca-Cola.
Los ojos de Junyoung realmente abrieron desmesuradamente ante el total
de la cuenta antes de que les dijesen que condujesen hasta el próximo puesto.
¿Quién iba a saber que la comida rápida podía ser tan cara?
Taeheon sacó su cartera y le dio a Junyoung el dinero para pagar por
él. Él se recostó en su asiento y observó la forma en que la luz jugaba en su
pelo oscuro. Era tan bello para él.
Mientras esperaban, él extendió la mano para tocar su mejilla con la
parte de atrás de sus dedos. La blandura de su piel le asombraba. También le
endurecía y ansiándola.
Volteó su cabeza para sonreírle. La expresión le pegó como un mazazo y
lo dejó raramente aturdido. El ladeó su cabeza como si lo estudiase a su vez.
—¿Cómo haces para tener el pelo así?
—No lo sé, se mantienen así.
—¿Cómo lo lavas?
Él se encogió de hombros.
—Igual que cualquiera. Le hechas champú y lo aclaras.
Frunciendo el ceño, extendió la mano para tocar una hebra. Sonrió y
arrugó su nariz.
—Se siente tan extraño. Como algún tipo de lana.
Dejó caer su mano y la subió a la ventana.
Taeheon se sentó quedamente mientras pensaba en sus palabras. A él
realmente nunca le había gustado que lo tocasen. Pero él no se podía imaginar a
Juny acariciando su pelo.
Su piel…El le dio el cambio, luego su comida. Taeheon abrió una Big Mac
y cuidó de comérsela como un humano, pero fue realmente difícil. Su clase sólo
comió cada tres o cuatro días, y él estaba hambriento. En realidad, ésta no era
comida suficiente. Era sólo para sacarle del apuro hasta que pudiese regresar
al Santuario y comer el resto de lo que él necesitaba.
Él cogió una patata y se la ofreció. Sonriendo, Junyoung lo tomó de su
mano y se la comió.
Taeheon lo observó estrechamente. No tenía idea de la hazaña que había
sido para él. Su clase no compartía comida con nadie o nada cuando tenían
hambre. Luchaban a muerte por un diminuto bocado. Pero quería encargarse de él.
Era un sentimiento tan peculiar.
Si él no lo supiese mejor, pensaría que era su compañero. Pero los
Katagaria no se emparejaban con los humanos. No era posible.
Junyoung condujo a través de las congestionadas calles mientras echaba
un vistazo a Taeheon por el rabillo del ojo. Él no habló mientras comía él.
Pero bueno, él no hablaba mucho de cualquier manera.
Él era una contradicción tan fascinante. Junyoung todavía no podría
recuperarse de que él tuviese a uno de los abogados más exclusivos en Nueva
Orleans a su servicio.
—¿Qué piensan tus padres acerca de que trabajes como ayuSiwan de
camarero? —preguntó ella. Si se padre moría si él alguna vez hacía algo como
eso. Él siempre había ocultado cuidadosamente sus trabajos a fin de que fueran
apropiados para su carrera y su posición social.
Taeheon se tragó su comida.
—Ellos no piensan mucho estos días.
Junyoung le esperó que continuara con ese pensamiento. En lugar de eso,
él volvió a comer. Frunciendo el ceño, Junyoung lo instigó a explicarse.
—¿Por qué no piensan?
—Es un poco difícil para ellos, desde que mis padres están muertos.
Su corazón se encogió con fuerza en lo que a eso se refería.
—¿Los dos?
Él asintió.
—¿Desde hace cuanto?
—Aproximadamente veinte años.
Él sólo había sido un bebé cuando habían muerto. Qué horrible que no
los hubiese conocido.
—Lo siento mucho.
—No lo hagas. Yo no lo hago.
Junyoung realmente boqueó.
—Eran unos completos gilipollas
—dijo él quedamente. — Ni uno ni el otro me podían aguantar. Ni siquiera
me podían mirar sin que fruncieran los labios con repugnancia. Mi mamá sólo se
refirió a mí como “eso"
—"Oh Dios, Taeheon… eso es horrible.
Él se encogió de hombros.
—Te acabas acostumbrando. Tuve suerte de ser hijo único. Si hubiesen
tenido más niños, estoy seguro de que los habrían matado.
La indiferencia de su tono lo aturdió.
—¿Estás bromeando, verdad?
Él no contestó, pero la mirada en su cara le dijo que no lo estaba. Y
pensar, en los arranques de furia en los que él siempre había pensado que su
padre era un cerdo desinteresado. Él repentinamente parecía ser el Padre del
Año.
—¿Así que, si tus padres murieron mientras eras tan joven, quién te
crió?
—Me crié yo mismo.
—¿Sí, pero quién fue tu tutor?
—Choi Jinhyuk. Mi papá y la firma de Jinhyuk vienen de muy atrás.
Después de que mis padres muriesen, un tipo me trajo aquí con Jinhyuk y él
contrató a Ha Mew para que me quedase con ella y me dejase trabajar en
Santuario para mantenerme.
—¿No tienes más familia?
—No realmente. Los que tengo que hayan sobrevivido no quieren que me
acerque a ellos.
—¿Por qué no?
—No estoy bien.
Un escalofrío bajó por su columna vertebral. ¿Había algo acerca de él
que necesitaba saber?
—¿Cómo que, no estás bien?
Él tomó una bebida de su bolsa antes de que él le contestase.
—Soy deforme.
Junyoung le recorrió con la mirada mientras conducía. Él ciertamente no
se veía deforme. Él se vio completamente bien y saludable.
—¿Deforme como?
Él no contestó cuando abrió otra Big Mac y empezó a comérsela.
—Taeheon
—No me preguntes más, Juny. Estoy realmente cansado, tengo hambre, y me
duele horrores. Si en realidad me conocieses, te darías cuenta de que es un
completo milagro que esté aquí sentado y no te arranque la cabeza,
literalmente. ¿ Solo quiero ir a casa, de acuerdo ?
—Sí —dijo, si bien reventaba de ganas por una respuesta.
Permanecieron en silencio el resto del camino hasta The Empire. Para
cuando entró en el pequeño aparcamiento detrás de la casa, él casi había
acabado su comida.
Junyoung dio la vuelta para ayudarle a llevar las bolsas.
Él le condujo a una puerta trasera roja donde se encontraron con el
mismo hombre enojado que ve que había querido que Minwoo dejase a Junyoung en
el bar.
—Él no puede entrar.
—Apártate, Donghyun —dijo Taeheon entre los apretados dientes.
—Conoces las reglas.
—Sí, conozco las reglas. En la ley de la selva, el tigre se come al
oso.
Junyoung vio a Minwoo aparecer por detrás de Donghyun.
—Está bien, Dong, déjeles pasar —Donghyun lo desdeñó con sarcasmo. ¿Has
perdido el juicio?
Minwoo jaló a Donghyun de regreso.
—Entran, chicos.
Junyoung no dijo nada mientras subía las escaleras hacia el cuarto de
Taeheon.
—¿Qué fue eso? —Preguntó tan pronto como él cerró la puerta de su
dormitorio.
—Lo no quiere a nadie en su casa.
—Oh. Supongo que debería irme
—Quédate… por favor.
Taeheon sabía que no debía pedirle eso. Él necesitaba descansar.
Demonios, él necesitaba cuidados. Pero nada de eso importaba. Solo quería estar
con él un ratito más. El peligro no tenía importancia. Nada excepto ser capaz
de olerlo. De verlo.
De tocarlo.
Bajó su cabeza hacia la de él hasta que chocó con sus labios. Le
inmovilizó en la puerta mientras lo besaba.
Jajajajajaja por presuntuoso! Anan te jodiste! Te salió un trigresito con dinero! Ja! -esta igual de sorprendida- cómo puede ser heredero de algo...si sus padres murieron hace tanto... Ya la empresa debería haber cerrado o no(?)
ResponderEliminarAhh!! Compartió sus papas....
Un katagarina si puede emparejarse con un humano...
Siwan era katagarina..y se emparejo con un humano(?)
O no...????
Ahhhh ya no lo recuerdo!!!
Ahhhh Lo Beso de nuevo!!!!! Ahhhh
Yo opino que,aparte de los cargos que el lindo Jin le planto,también debería incluir "molestar a las lectoras",pero creo que con todos esos es suficiente.
ResponderEliminarNo es cualquier chico de barrio a los que estan acostumbrados....ahora toparon con piedra.
Jin es mi heroe *0*
Un beso no le hace daño a nadie,y Tae lo necesitaba...él necesita amor,y sabemos quien se lo dará.