Sapphire Wolf (T3)- 1




—Hee, no vas a regresar a los Estados Unidos así que deja de tratar de empacar tu maldita ropa —gruñó Donghae. Interceptó a Hee y le arrebató los pantalones que estaba cargando hacia una maleta abierta,   la   cual   se   encontraba   recostada caprichosamente atravesada en la gran cama. Hee lo ignoró firmemente y dio media vuelta hacia el armario para buscar más de su ropa.
—¿Podrías por favor simplemente hablar conmigo? ¿Por favor? —La voz de Donghae estaba empezando a asumir un gemido chillón.
—Oh, santo cielo. Por el amor de los oídos sanos en todo el mundo, deja tus chillidos —espetó Hee, la ropa en sus manos tornándose más arrugada cada segundo—. Donghae, no hay nada de qué hablar, ¿de acuerdo? Es lo que es.
Donghae levantó las manos en el aire mientras exhalaba con fuerza.
—No, no es lo que es, sea lo que sea que significa esa mierda. Es total y jodidamente más complicado que “es lo que es”.
Donghae estaba empezando a desesperarse, y aunque cuando Hee comenzó este pequeño truco, Donghae pensó que tirar su maleta por la ventana podría ser drástico… sí, ya no lo era tanto.
Mientras Hee continuaba lanzando la ropa en la maleta, Donghae decidió que los tiempos desesperados necesitaban medidas desesperadas.
Se acercó a la ventana y la abrió. Sin mucha gracia, se las arregló para empujar el mosquitero y ni se inmutó cuando éste cayó por el lado de la mansión de tres pisos. Hee todavía estaba en el armario cuando Donghae recogió su maleta y empezó a llevarla hacia la ventana abierta.
—Pon la maleta en el suelo, aléjate de ella lentamente, y nadie saldrá herido —dijo Hee entre dientes mientras salía del armario.
—Lo siento, Hee, pero no puedo dejar que te vayas. Así que voy a arriesgarme a tu ira y a lo que sea necesario para mantener tu cascarrabias, malhumorado, continuamente enojado trasero en Corea.
Hee dio un paso hacia Donghae y la maleta estaba ahora tambaleándose peligrosamente en la cornisa de la ventana abierta.
—Retrocede como el infierno, Heechul Kim. —Donghae inclinó la maleta hacia atrás como para dejarla caer.
Hee siguió tomando pasos lentos y calculados hacia Donghae, pensando que su amigo usualmente sensato no se atrevería a soltar la maleta… Estaba equivocado, muy  equivocado.
Donghae no sólo dejó ir la maleta, le dio un gran empujón justo cuando Hee se lanzó a agarrarla. Donghae saltó hacia atrás, llevándose de golpe sus manos sobre su boca. Estaba tan sorprendido de sí mismo como lo estaba Hee.
—¿Qué… cómo… por qué? —farfulló Hee mientras miraba a Donghae con incredulidad—. ¡Perra! —finalmente logró escupir.
—Es por tu propio bien, Hee. Realmente lo es —le dijo Donghae, alejándose del enfurecido.
Hee se asomó por la ventana abierta y vio el destino de su ahora desparramada maleta y ropas. Miró de nuevo a Donghae, todavía sorprendido que su amigo se hubiera sacado un truco así. Sacudiendo la cabeza, se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta del dormitorio.
—¿A dónde vas? —preguntó Donghae.
—Fuera —gruñó Hee mientras abría la puerta.
—Por lo menos lleva un abrigo. ¡Hace frío! —gritó Donghae a la figura de Hee ya retirándose.
Donghae sólo se quedó de pie mirando fijamente. No sabía si había hecho lo correcto, pero sabía que Hee no tenía necesidad de irse. No podría explicar la sensación, pero algo en él le decía que algo malo le pasaría a Hee si abandonaba Corea en estos momentos.
No trató de darle sentido a la sensación; sólo lo aceptó por lo que era… por ahora.

Hee bajó enfurecido por la larga escalera, tomando dos escalones a la vez, todo el tiempo esperando que no se cruzara con nadie para así no tener que hablar. Una vez en la planta baja se giró a la derecha y se dirigió por un largo pasillo. Pasó la biblioteca, una sala de estar y la sala de entretenimiento, para llegar a su destino finalmente. Sin llamar, abrió la puerta y entró.
—Hee, ¿qué puedo hacer por ti? —preguntó Junjin mientras levantaba la mirada desde su escritorio.
Antes de responder cerró la puerta detrás de él. Luego, tomando una respiración profunda, se volvió de nuevo hacia Junjin.
—No puedo quedarme aquí.
Junjin no se vio sorprendido por su admisión y no respondió. En su lugar, esperó a que continuara.
Hee volvió a respirar hondo y soltó el aire lentamente.
—Mira, sé que sabes lo que el doctor Lee me dijo sobre los resultados de mi sangre. Independientemente de eso, no puedo cambiar lo que siento por cierto lobo. No puedo cambiar el hecho de que, ya sea que tengo sangre de lobo o no, no soy su compañero, y dicho lobo no quiere tener nada que ver conmigo. ¿Cómo puedo saber esto, preguntas? —continuó antes que Junjin pudiera Decir una palabra—. Porque él sólo se levantó y se fue. Nada tanto como un “hasta luego, Hee”, “cuídate, Hee”, “adiós, Hee”, “ten una agradable maldita vida sin mí, Hee”.
Hee de repente se llevó su mano sobre su boca, avergonzado de haber derramado todo eso a Junjin.
Sabía que la única razón por la que estaba discutiendo esto con el padre de Kangin era porque estaba desesperado por escapar de este lugar. Para alejarse del único hombre, que había llegado a darse cuenta en el último par de meses, que amaba.
Después que el doctor Lee le reveló que tenía un pequeña, muy diminuta cantidad de sangre de hombre lobo en él, había pensado que tal vez había una oportunidad para él y la bola de pelos.
Esa esperanza había sido rápidamente apagada cuando dicha bola de pelos se levantó y desapareció. Una semana después de la ceremonia de Teuk y Kangin, Siwon se había metido en su Hummer y, sin mirar atrás, se alejó conduciendo lejos de la mansión de la manada. Y sesenta y dos días, cuatro horas y veintidós minutos más tarde, todavía no había regresado. Pero, ¿quién está contando?
—¿No acabas de cumplir los dieciocho años, Hee? —le preguntó Junjin.
Hee pareció un poco confundido por su elección de respuesta.
—Umm, sí. Creo que ese ruidoso barullo que escuchó hace un par de semanas fue la idea de Donghae y Teuk de una fiesta de cumpleaños. ¿Qué tiene eso que ver conmigo yéndome?
—Si tienes dieciocho años, Hee, eres un adulto. No puedo hacer que te quedes aquí. Si quieres irte, si realmente piensas que es lo mejor para ti, entonces puedes irte. Te permitiré utilizar el avión de la manada para volver a los Estados Unidos si eso es realmente lo que quieres —explicó Junjin.
Hee ladeó la cabeza hacia un lado, con los ojos entrecerrados en el Alfa sentado tranquilamente frente a él.
—¿Así de fácil? ¿Sin tratar de convencerme de quedarme, o Decirme que no renuncie, o bla, bla, bla chorradas de mierda?
—Sin “bla, bla, bla chorradas de mierda” —estuvo de acuerdo.
—Eh, está bien entonces. Vamos a hacer esto —afirmó él.
—¿Ahora?
—Sí, ahora. ¿Es eso un problema?
Junjin tomó el teléfono, sin apartar los ojos de él.
—Yunho, ¿podrías venir a mi oficina?
Hee tomó asiento en una de las sillas frente al escritorio de Junjin. Apoyó las manos sobre los brazos de la silla, no pudo contener sus piernas de rebotar hacia arriba y abajo mientras esperaba a que Yunho llegara.
Junjin no dijo nada mientras esperaron y eso estaba muy bien con Hee. No quería escuchar más razones sobre por qué debería quedarse. Oyó la puerta abrirse y cerrarse, y luego Yunho se paró a su lado.
—¿Qué puedo hacer por ti, Alfa? —le preguntó a Junjin.
—Hee ha decidido que quiere volver a los Estados Unidos —comenzó Junjin, y para crédito de Yunho no hizo más que un parpadeo en dirección a Hee—. ¿Podrías, por favor, arreglar que el avión esté listo? Conseguir sus cosas, llevarlo a la pista de aterrizaje, y asegurarte que suba al avión con seguridad.
—Por supuesto —respondió Yunho como si Junjin no acabara de decirle que Hee estaba partiendo a tan sólo dos meses después de llegar.
Mientras Hee se ponía de pie, detuvo a Yunho de irse con una mano en su brazo.
—Por favor, no es necesario recoger mis cosas. —Yunho comenzó a objetar pero Hee lo interrumpió—. De verdad, estoy listo para irme. Ahora mismo. —Se volvió hacia Junjin, en busca de algún tipo de confirmación de que eso estaba bien. Después de un momento de mirarlo a los ojos, Junjin se volvió hacia Yunho y asintió.
Cuando empezaron a salir de la oficina, Hee se volvió hacia Junjin.
—No se lo dirás a nadie, ¿verdad? Quiero Decir, ¿me dejarás llamarlos una vez que regrese a Estados Unidos?
Junjin sonrió suavemente.
—No voy a Decir ni una palabra.
Hee soltó el aliento que había estado conteniendo.
—Gracias.
Hee se sentó en el lado del pasajero de otra Hummer, envuelta en un anorak que Yunho le había dado.
—¿Qué pasa con ustedes los lobos y los Hummers? —murmuró malhumorada.
—Funcionan bien en este clima —contestó Yunho, sin apartar la vista del camino.
Hee lo miró brevemente, luego miró por la ventanilla del pasajero. Su mente vagó hasta cierto magnífico hombre lobo alto, moreno, que tan desesperadamente quería ver, pero al que anhelaba apuñalar en la mano con un cuchillo de mantequilla a la vez… curioso cómo esa tentación parecía aplicarse sólo a él.


Junjin esperó hasta que oyó que Yunho se apartó de la calzada antes de levantar su teléfono otra vez.
—Tengo que hablar contigo. —Escuchó la voz en el otro extremo—. No, no necesariamente justo en este momento, en la siguiente hora estaría bien. — Finalizando la llamada, inmediatamente marcó otro número y esperó una respuesta, se oyó una voz en la línea—. Detenlo —fue todo lo que dijo.
Junjin se recostó en su silla, cruzando las manos sobre su regazo. Negó mientras se reía. Hyesung le iba a regañar por entrometerse, como lo llamaría, pero él era el Alfa. Era su trabajo entrometerse, y era bueno en eso.

Una hora y media más tarde…
Kangin levantó el trozo de papel que su padre le entregó. Miró a su padre, luego de vuelta al papel en la mano.
—¿Quieres que le diga a mi compañero que esperaste una hora y media para informarme que su mejor amigo se fue para abordar un avión dirigido a los Estados Unidos? —gruñó Kangin.
—No esperé. Te llamé al minuto que en se fue. Tú no llegaste por una hora y media —respondió Junjin, completamente imperturbable por el gruñido en la voz de Kangin.
—Con el debido respeto, Alfa, podrías haber mencionado la razón por la que querías verme.
—No, no podía. Le dije a Hee que no diría una palabra —subrayó Junjin.
—¿Hee no captó ese pequeño indicio? —preguntó Kangin, con las cejas levantadas.
—¿No crees que deberías Decirle a tu compañero lo que está pasando? No sé cuánto tiempo más Yunho puede detener el avión antes de que Hee se dé cuenta que algo está pasando.
La cabeza de Kangin se alzó de golpe con las palabras de su padre.
—¿No se ha ido todavía?
—¿De verdad crees que lo dejaría marcharse?
«Angel, necesito hablar contigo. ¿Podrías venir por favor a la oficina de mi padre?»
Kangin envió a Teuk su pregunta a través de su vínculo. Se había vuelto tan fuerte desde su apareamiento que él era una presencia constante y confortante en su mente.
«¿Por qué escucho preocupación en tu voz, hombre lobo?» le preguntó Leeteuk con suspicacia. Sin responder a su compañera, miró enojado a su padre.
—Voy a vengarme por esto, Alfa. Sólo para advertirte con tiempo.
Junjin guiñó un ojo a su hijo.
—Una pequeña lección de tratar los conflictos con tu compañero va a ser buena para ti.
Kangin miró a su Alfa con asombro.
—Padre, te das cuenta con quién estoy emparejado, ¿verdad?
Junjin se aclaró la garganta.
—Tienes un punto en eso. —Pero aun así no ofreció ninguna disculpa por su despreocupación en el asunto.
La puerta de la oficina se abrió cuando un frustrado Teuk irrumpió con un preocupado Donghae justo detrás de él.
—¿Qué está pasando, Kangin?
—En primer lugar, no es tan malo como parece —comenzó Kangin. Teuk levantó la mano para interrumpir a su compañero.
—Dilo de una vez, bola de pelos.
—Yunho llevó a Hee al avión de la manada para volar de regreso a Estados Unidos.
—¡QUÉ! —gritaron Teuk y Donghae al mismo tiempo, haciendo que los dos lobos hicieran muecas de dolor debido a su sensibilidad auditiva.


Hee se sentaba en el avión, bebiendo la segunda Coca-Cola que Yunho le había traído mientras esperaba a que la pista fuera despejada. Al parecer, Corea en diciembre se cubría de hielo.
Figúrate.
En realidad no se preocupaba por la pista o el avión estando libre de hielo, sólo sabía que cuanto más tiempo se sentara aquí, no en el aire, sin moverse hacia Norteamérica, más nervioso se volvía debido a que sería descubierto por su dos mejores amigos neuróticos que sabía tenían buenas intenciones, pero no entendían por qué tenía que irse.
Cada día Hee despertaba con la esperanza de que bajaría las escaleras y encontraría a Siwon; se iba a la cama todas las noches preguntándose por qué se fue. No tenía idea de si él sabía de su sangre de lobo, y estaba al punto de que no quería que le importara.
Más fácil Decirlo que hacerlo, pensó. ¿Por qué no podía enamorarse de un chico normal, alguien que no fuera peludo a su voluntad? No. Eso sería demasiado apestosamente fácil.
Inclinó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos. Su mente vagó de nuevo a la noche de la ceremonia de unión de Teuk y Kangin. Su vida cambió para siempre cuando el doctor Lee había explicado que la prueba de sangre que había hecho después del accidente de auto había resultado anormal.
Anormal como en no humano. Hee recordaba sentir que las paredes de la habitación estaban cerrándose en él.           
—¿Qué quieres Decir con “no humano”? —había pedido a   Hongki.
—Tienes sangre de hombre lobo. Aunque es una cantidad muy diminuta —había  contestado Hongki.
Donghae había estado sentado a su lado, y su reacción había sido lo que Hee quería Decir:
—¡CÁLLATE! —gritó Donghae, causando que todos a su alrededor se detuvieran y miraran. Hee no lo había notado realmente. Lo único en que había sido capaz de centrarse era en un cierto lobo a quien había estado echando un vistazo toda la noche.
—¿Qué significa eso exactamente?
—Significa que en alguna parte de tu familia, generaciones atrás, hubo un hombre lobo. —El doctor parecía desconcertado por esto—. Ni siquiera sé cómo es posible a menos que todos sus descendientes se aparearan con humanos y la línea de sangre se diluyera gradualmente.
Hee y Donghae habían escuchado a el doctor explicar que tal vez algo tan traumático como el accidente había activado el mismo gen latente. Tal vez por eso sus heridas habían sanado tan rápidamente. Hee le preguntó si pensaba que iba a desarrollar cualquier otra característica de hombre lobo. Hongki sintió que dado que Teuk no lo había hecho, y él era medio lobo, Hee estaba a salvo. Pero realmente no sabía lo que eso significaría para Hee o su futuro.
—Tú eres el primer latente que he conocido —le dijo a Hee.
Durante dos meses después de aprender acerca de la sangre de hombre lobo que yacía latente en su sangre, había estado constantemente atento a cualquier otro atributo de lobo. Lo único que sentía diferente era que podía sentir emociones. Bueno, las emociones fuertes para ser exactos.
En realidad no lo entendía del todo, pero casi podía olerlas y cada emoción olía diferente. Se lo mencionó a Donghae y Teuk, y los dos habían querido que fuera al doctor Lee. Nunca lo hizo.
Hee escuchó una puerta de auto cerrarse de golpe, lo que lo trajo de vuelta al presente, al maravilloso hecho de que estaba sentado en un avión, un avión que lo llevaría lejos de todas estas cosas de hombre lobo.          
Golpeó el pie con impaciencia y tamborileó sus dedos sobre el brazo del asiento.
—¿Qué podría estar tomando tanto maldito tiempo? —dijo al avión vacío.
Con un bufido exagerado desabrochó el cinturón de seguridad y se levantó, cansado de esperar. Era el momento de encargarse de las cosas por sus propias manos.
Miró por la ventana y su aliento se congeló en sus pulmones por la vista. Donde sólo había estado una Hummer negra, ahora estaban dos. De ninguna manera, pensó. No es él. Junjin tiene, como, un millón de Hummers negras.
Hacía mucho tiempo que había decidido que era una cosa de lobos.
Hee se apartó de la ventana, tomando algunas respiraciones lentas y profundas. Cerró los ojos y trató de recuperar su orientación. Yo puedo con esto. Finalmente listo, se dirigió a la señal de salida.
A qué, no lo sabía.


—No crees que deberías llamarlo? —le preguntó Teuk a Kangin mientras caminaban hacia el auto, moviéndose lentamente, tratando de no resbalar en el suelo cubierto de nieve.
Kangin abrió la puerta del copiloto para Teuk pero él no entró. Se dio cuenta que no se movería hasta que respondiera a todas sus preguntas.
—Mi padre será el que decida si Siwon debe ser llamado.
—Eso no es lo suficientemente bueno —gruñó Teuk—. No cuando es mi amigo el que, posiblemente, esté cometiendo el mayor error de su vida. —Se      volvió y, extendiendo sus brazos para mantener el equilibrio sobre el suelo resbaloso, se dirigió de vuelta a la mansión.
Donghae estaba parado junto a Kangin, con los brazos cruzados alrededor de su cintura en un intento de protegerse del frío. Vio a su amiga irse.
—Va a Decirle a tu padre lo que debe hacer, ¿verdad?
—Sigo diciéndole que esto se le va a devolver uno de estos días.
Teuk empujó abriendo la puerta del despacho de Junjin sin llamar. Hyesung estaba de pie frente al escritorio de Junjin y Teuk se detuvo a su lado.
—No se preocupen por mí. Continúen —les dijo Teuk cuando ambos dejaron de hablar para mirarlo.
—¿El concepto de tocar de alguna manera disminuyó cuando dejaste tu país? —Las cejas de Junjin estaban elevadas.
—Pido disculpas, Alfa, pero es importante —respondió, y estaba orgulloso cuando su voz salió sin vacilar.
Hyesung pasó un brazo alrededor de los hombros de Teuk.
—¿Qué es importante?
—Creo que Junjin debe llamar a Siwon y Decirle que vaya a hablar con Hee. Creo que Hee lo escuchará —explicó Teuk.
—¿Qué te hace creer que Hee escuchará a Siwon? —preguntó Junjin—.Tenía entendido que él era la razón por la que él se estaba yendo.
La mandíbula de Teuk cayó abierta.
—¿El te dijo eso? ¿Realmente te dijo cómo se siente acerca de él?
—Bueno, no con tantas palabras, pero vi cómo lo miraba en tu ceremonia. Sólo hay una razón por la que un joven mira a un hombre así. —Junjin le guiñó un ojo a su compañero.
—Junjin, deja de torturar a tu nuero —lo amonestó Hyesung—. Sigue y dile.
—¿Decirme qué? —preguntó Teuk ansiosamente.
—Llamé a Siwon justo después de que saliste de mi oficina.
—¿Lo hiciste? —preguntó Teuk con el ceño fruncido—. ¿Qué dijo él? ¿Va a ir y buscarlo? ¿Siquiera le importa?
—Reduce la velocidad, pequeño. —Hyesung se rió entre dientes. Junjin se levantó de su escritorio y caminó alrededor hacia Teuk.
—No puedo hablar por los sentimientos de Siwon. Aunque, el gruñido que soltó cuando le dije que Hee estaba yéndose lo llevaría a uno a creer que siente algo por él. Y sí, él va a verlo. Esperemos que Yunho pueda seguir deteniendo el avión sin que Hee empiece a sospechar.
—Mierda —se quejó Teuk—. Probablemente ya se ha bajado del avión y decidió nadar hasta Norteamérica. Es de Hee de quien estamos hablando. Sospecha de todo.
—Aconsejaría que ustedes tres se queden aquí y dejen que Siwon se encargue de esto por ahora —dijo Junjin sobriamente, dejándole claro a Teuk que esto realmente era más que nada una orden.
Teuk asintió y salió de su oficina en busca de Kangin y Donghae. Ellos estaban donde los había dejado, de pie junto al auto.
—¿Y bien? —lo apremió Donghae.
—Él ya lo había llamado —les dijo Teuk.
—Hay una razón por la que él es el Alfa —bromeó Kangin.
—Sí, sí. Disfrútalo, hombre lobo —dijo Teuk, entrecerrando los ojos hacia su compañero—. Tu padre aconsejó que nos quedemos aquí y dejemos que Siwon lo maneje.
—Así que, ¿él va a buscarlo? —Las cejas de Donghae se alzaron en sorpresa.
—Según Junjin.
—Si yo pudiera ser una mosca en ese avión… —dijo Donghae, mientras se frotaba las manos.
—Lo sé, ¿verdad? —concordó Teuk.


3 comentarios:

  1. Este es un comienzo se historia de amor que de seguro me va a dar más de un dolor de cabeza y ganas de matar a uno de los protagonistas o a ambos

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  2. Y por qué hp Siwon se fue por más de dos meses!!!
    Si fuer Hee le patearía el trasero por idiota!!!
    Ahh~

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  3. Si la partida de Hee y Siwon yendo a buscarlo es el comienso de su historia.....no quiero pensar que será cuando se verdad se presente el mehoyo del asunto.....dios nos ampare.

    En esa Hummer yo me imaginaba a Teuk y Hae alentando a Hee a irse,haciendo que Hee los mandara lejos y se quedara solo para hacerles la vida imposible....pero a estos últimos acontecimientos...espero algo más.
    Hae y Teuk van....o no sé como haran algo para saber que pasa en el avión...seguro

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...