Con
su mente resuelta, Hee aceleró sus pasos hacia la salida del avión. Agarró la manivela, jalándola para
abrirla, y caminó hacia una pared sólida.
—Uff
—gruñó Hee, luego se congeló. Conocía ese olor. Genial, pensó, ahí voy con la
cosa del olor de nuevo. Pero conocía ese olor: a madera, picante y
masculinidad. Un muy, muy enojado olor masculino. Dio un paso atrás y
lentamente levantó la barbilla para mirar a la cara del lobo cuyo recuerdo la
había perseguido durante los últimos dos meses.
—¿Vas
a alguna parte, Heechul? —preguntó Siwon, los ojos entrecerrados y los labios
apretados con fuerza.
Hee
miró en esos brillantes ojos. No podía hablar, no podía moverse y a estas
alturas incluso respirar parecía ser demasiado para su cuerpo. El hechizo se
rompió cuando oyó a Siwon gruñir y se dio cuenta que lo estaba mirando
fijamente a los ojos. Su lobo vería eso como un desafío. Dio un paso atrás,
pero, ya sea un desafío o no, no iba a desviar sus ojos.
Poco
a poco, la ira y el dolor que le atormentaban se precipitaron de nuevo,
fluyendo a través de su cuerpo entumecido, dándole vida y la capacidad de
hablar una vez más.
—A
Decir verdad, voy a algún lugar. No es que eso sea asunto tuyo. —Hee levantó
una ceja mientras cruzaba los brazos sobre su pecho—. Entonces, si amablemente
te fueras, puedo ponerme en marcha. —Hee no podía creer el dolor que atravesó
su corazón mientras le Siwiía a Siwon que se fuera. Le tomó todo lo que tenía
para no estremecerse ante sus propias palabras.
Sin
dejarse intimidar por la actitud arrogante de Heechul, Siwon entró en el avión.
Y a menos que Heechul quisiera su pecho presionado contra el de él, lo hizo
tomar otro paso atrás.
—Tengo
que estar en desacuerdo contigo. Considero esto muy asunto mío cuando se
refiere a ti.
Siwon
observó las emociones pasar a través del rostro de Heechul, tan transparente
para él. Esperó a que respondiera, sabiendo que sería perspicaz y agudo, una de
las muchas cosas que admiraba de él. No lo defraudó.
—Eso
es curioso —comenzó—. Si soy tanto tú asunto, ¿dónde has estado durante los
últimos dos meses? Si soy tanto tu maldito asunto, entonces debes tener una
excusa fenomenal para ni siquiera venir a mi fiesta de cumpleaños dieciocho. —Hee
no pudo ocultar el dolor detrás de sus palabras. Bajó su cabeza, mordiéndose el
labio para evitar llorar. No funcionó.
Siwon
dio un paso adelante, atraído hacia él por razones que todavía no entendía.
Todo lo que sabía era que estar allí de pie viendo su dolor era insoportable
para él. Puso sus dedos bajo su barbilla y levantó su rostro para mirarlo a los
ojos llenos de lágrimas. En ese instante estuvo en un momento y lugar
diferente. Mirando a un rostro con ojos verdes, no café.
Un
rostro con mechones color chocolate oscuro enmarcándolo en vez de rubio.
Observó mientras sostenía su frágil cuerpo en sus brazos, su vida agotándose.
Lo sostuvo hasta que su forma estuvo rígida, sólo una cáscara dejada para
marchitarse en la tierra.
—Siwon.
—El sonido de la voz de Heechul lo trajo de vuelta al presente, pero el
recuerdo de aquel cuerpo sin vida le recordó lo que pasaba cuando se preocupaba
por alguien, lo que pasaba cuando era incapaz de mantener a esos que amaba a
salvo. Dejó caer su mano de su barbilla y dio un paso atrás, sin pasar por alto
el dolor que cruzó su rostro.
—Tú
eres mi asunto, porque eres el mejor amigo del compañero de mi príncipe. Como
el Beta es mi trabajo mantenerte a salvo —respondió, su comportamiento
repentinamente mucho más formal.
—Bueno,
estoy relevándote de ese trabajo al irme. Así que no te preocupes, Siwi. Soy
perfectamente capaz de sentarme en un avión por mi cuenta. —Hee se volvió para
regresar pero, no llegó muy lejos antes de que sintiera una mano fuerte
cerrarse alrededor de su brazo.
Siwon
lo volteó para enfrentarlo y pudo ver las emociones corriendo a través de su
hermoso rostro. Por su vida que no sabía cuáles eran.
—No
te vas a ir, Heechul. Teuk y Donghae te necesitan en este momento. Por alguna
razón pensé que no eras el tipo de amigo que abandona a aquellos que dependen de ti. —Siwon imaginó que la
forma más fácil de conseguir que Heechul cooperara sería hacerlo enojar y
enfrentarlo con un desafío.
Hee
sacudió con fuerza su brazo del agarre de Siwon. Empujó sus hombros hacia atrás
y se paró tan recto como pudo. Luego dio un paso adelante y podía jurar que
había vapor saliendo de su piel. Estampó su dedo en el pecho de Siwon mientras
lo miraba enojado.
—En
primer lugar, no sabes ni una jodida cosa acerca de mí así que no te atrevas a decirme
qué clase de amigo crees que soy. Segundo, nunca, jamás abandonaría a uno de
mis amigos. A diferencia de un perro peludo que conozco, no me desaparezco sin
lidiar con lo que sea que mis amigos necesitan. Teuk sabe que necesito volver a
los Estados Unidos. El tiene a Kangin y a Donghae.
—¿Es
así? —lo desafió Siwon.
—Sí,
Cujo. Así es. —La mandíbula de Hee sobresalió hacia adelante mientras apretaba
sus dientes.
—Si
Teuk es tan comprensivo, entonces, ¿por qué fue hasta Junjin para hacerlo
llamarme para que viniera a llevarte de regreso?
La
expresión en el rostro de Siwon cuando terminó de hablar era la de un gato que
acababa de atrapar a un pajarito. Vio que la mandíbula de Heechul cayó abierta
ante sus palabras. Se quedó en silencio y dejó que la información calara. Por
último, Heechul lo miró a los ojos otra vez, a la única otra persona a
excepción de su Alfa a quien le permitía salirse con la suya, y frotó su mano
sobre su frente.
—¿Es
por eso que viniste, porque Junjin te envió?
Siwon
pudo notar que su respuesta tenía la habilidad de aplastarlo y posiblemente
apartarlo para siempre, haciéndole más fácil mantener sus distancias.
Miró
fijamente sus ojos, ojos que le rogaban por la verdad, ya fuera dolorosa o no.
—Junjin
me llamó. —El rostro de Heechul decayó, así que Siwon continuó rápidamente—.
Pero no me ordenó que viniera a buscarte.
Su
cabeza se levantó al oír sus palabras, sus ojos buscaron en su rostro por
cualquier atisbo de una mentira. Siwon estaba seguro de que preguntaría por qué
vino, pero en lugar de eso respiró hondo. De repente parecía cansado, derrotado.
—Bien,
me quedaré. Pero no porque tú digas que tengo que hacerlo. Me quedaré por Teuk.
Hee
se encaminó a rodear a Siwon y dirigirse a la salida del avión. Mientras
empujaba la puerta para abrirla y sentía el aire frío de diciembre y el sol en
su cara, se volvió de nuevo hacia el lobo que lo observaba en silencio
—Me
quedaré, pero necesitas asegurarte de permanecer fuera de mi camino. No quiero
que pienses que necesito a un hermano mayor para vigilarme y decirme qué hacer,
así que no lo hagas.
Salió
del avión y el aire fresco y helado quemó sus pulmones. Yunho estaba de pie
junto al auto con la puerta del acompañante mantenida abierta para él.
Siwon
se quedó mirando el espacio vacío en donde había estado Heechul. Cerró los ojos
y tomó una respiración profunda por la nariz, saboreando su esencia.
Sacudiendo
la cabeza, abrió los ojos.
—Heechul
—susurró su nombre con reverencia al avión vacío—. Definitivamente no te veo
como un hermano, y no creo que pueda permanecer fuera de tu camino, incluso si
quisiera.
Hee
se sentó en el jardín detrás de la mansión, era tarde y hacía frío, pero no
quería estar en el interior por el momento. No tenía ganas de responder a las
preguntas que sabía que sus dos amigos indudablemente le bombardearían. Levantó la cabeza hacia el
cielo claro, maravillado por las miles de estrellas que iluminaban la
oscuridad.
Una
rama se quebró en el suelo a su izquierda. Hee se volvió en la dirección del
sonido para ver a Hyesung venir hacia él, envuelta en un abrigo pesado, llevando
dos tazas humeantes. No pudo evitar sonreír ante Hyesung mientras tomaba la
taza que le ofrecía. Hee sintió el calor del vapor de su taza elevarse y acariciar
su rostro mientras se la llevaba a los labios.
—Así
que, Pato y Pinocho te enviaron, ya veo. —Hee apuntó al chocolate caliente por
el que estaba totalmente agradecido.
Hyesung
dejó escapar una pequeña risa mientras se sentaba en el banco junto a Hee.
—Culpable
de los cargos, me temo.
Hee
se encogió de hombros, aceptando que no había forma que sus dos amigo lo
dejaran en paz. Sin embargo, se alegró de que fuera Hyesung quien hubiera
venido. Había algo en él que era tan tranquilo y reconfortante.
—Hee,
¿eres infeliz aquí? —preguntó Hyesung con suavidad.
—No
—dijo Hee rápidamente—. No, Hyesung. Tu hogar es una maravilla y Junjin y tú
nos han hecho sentir como en casa.
—Entonces,
¿por qué quieres irte con tanto ahínco?
Hee
miró disimuladamente a Hyesung por el rabillo del ojo mientras tomaba otro
sorbo. Tragó lentamente, saboreando el calor que viajó a través de él.
—Sin
ánimo de ofender, Hyesung, pero sé que tú sabes sobre la bola de pelos.
Hyesung
se rió ante las insistentes indirectas de Hee a Siwon.
—Está
bien, culpable. Una vez más. —Hyesung sonrió, luego ésta se desvaneció
lentamente mientras colocaba su mano sobre el brazo de Hee—. Dale tiempo, Hee.
Si se supone que debe ser, entonces será. —Hee empezó a interrumpir, pero Hyesung
continuó antes de que pudiera—. Sé que piensas que porque no tienes alguna de
las señales de apareamiento no hay esperanza, pero nunca hemos estado cerca de
alguien con sangre de hombre lobo tan diluida como la tuya. No se sabe las
repercusiones, así que ten paciencia, pequeño. Él vendrá.
Hee
asintió lentamente, a pesar de que en su interior todavía tenía serias dudas.
—Supongo
que tengo que ir a ver a Teuk y Donghae y hacer un poco de control de daños. —Hee
hizo una mueca.
—Eso
sería probablemente sabio —le dijo Hyesung mientras se levantaba y se acercaban
de nuevo a la mansión juntos.
Hee
abrió la puerta de la habitación de Donghae para encontrar a sus dos amigos
sentados en el suelo, yendo a través de los deberes que su tutor les había
asignado. Ninguno de ellos se detuvo a saludarlo y podía admitir que se merecía
el desaire.
—Entonces,
supongo que tengo que pedir disculpas por ser un completo idiota —les dijo Hee,
el remordimiento escrito en su rostro.
Donghae
lo miró lentamente. Sus ojos reunidos en una mirada fulminante que habría
detenido en seco a un hombre adulto.
—Mira,
Teuk. El lobo prodigio regresa. No es dulce de él.
Hee
hizo una mueca al oír las palabras de Donghae, las cuales estaban enlazadas en
sarcasmo y drenando con vehemencia.
Teuk
dio a Hee una mirada de pasada como si fuera nada más que un mosquito.
—Eh,
así parece —dijo. Y volvió a su tarea.
Mierda,
pensó Hee. Iba a tener que humillarse. Cómo odiaba humillarse.
—Realmente
lo siento. Sé que ustedes estaban preocupados y que están enojados conmigo por
ser egoísta.
Donghae
se sentó bruscamente.
—Preocupados,
sí. Enojados, no. Dolidos, definitivamente. Hee, no has querido hablar con
nosotros sobre lo que está pasando. Has estado enfurruñado por ahí durante los
últimos dos meses. No has hablado sobre el asunto de la sangre de lobo, no has
hablado de Siwon, y luego armas el berrinche del siglo y comienzas a empacar
tus cosas, escupiendo cómo no puedes soportarlo más. Estamos sentados en la
oscuridad, haciendo girar nuestros benditos pulgares. — La voz de Donghae había
conseguido poco a poco ser más fuerte a medida que su diatriba continuaba—. Cambié
de opinión, estamos enojados. Dolidos, enojados y preocupados.
Teuk
miró a Donghae como si le hubiera crecido un tercer ojo, mientras que Hee
estaba buscando un hueco para meterse en él.
—Lo
siento, Donghae. No sé qué más decir, pero de verdad lo siento. Sólo me he
sentido tan, mierda, no lo sé. Frustrado, temeroso, solo…
—¿Solo?
—interrumpió Teuk, obviamente herido.
—No
porque ustedes no han estado allí —se apresuró a añadir Hee—. No puedo
describirlo. De acuerdo —Hee se detuvo y se sentó junto a sus amigos—, ustedes
quieren que hable, aquí va. Cuando Siwon se fue después de la ceremonia, sentí
como si un agujero hubiera sido cortado dentro de mí. No sé cómo describirlo
que no sea absoluta soledad. He estado tan apestosamente frustrado porque no me
deprimo jamás por un tipo. Quiero decir, hola, soy Hee. No necesito a un
hombre. —Se pasó las manos por su cabello rubio en agitación—. Pero allí estaba
yo, suspirando por un hombre lobo y no sé por qué. No entiendo por qué
simplemente se fue como si no le importara un comino. — Hee se secó las
lágrimas que ahora surcaban su rostro—. Y maldita sea, estoy harto de llorar.
Teuk
se sentó y tomó a Hee entre sus brazos; Donghae envolvió el suyo en torno a los
dos. Los tres chicos se sentaron en silencio mientras Hee trataba de poner bajo
algún tipo de control sus emociones dispersas.
Finalmente,
Donghae rompió el silencio.
—Bueno,
estás perdonado. Sólo deja de ser tan terco y habla con nosotros, ¿de acuerdo?
Hee
asintió mientras se limpiaba la última de sus lágrimas.
—Hablar,
lo tengo. Estoy en ello, jefe —bromeó.
—Así
que, ¿vas a escupir lo que pasó hoy? Ya sabes, contigo y… —dio a entender Donghae.
—¿Entre
Colmillo Blanco y yo? Bueno, tengo que admitir que cuando vi a Siwon me
sorprendió. Conmocionado. Me sorprendió, porque él era el último lobo que
esperaba ver. Para colmo, fue muy dulce. Lo que sólo me molestó más… —Hee se
fue callando, recordando cómo Siwon había ido momentáneamente a otro lugar
mientras miraba a sus ojos.
—¿Qué?
—preguntó Donghae.
—Probablemente
no sea nada, pero hubo un momento cuando él me miraba que en cierto modo se desvaneció
a otra parte. Tuve que decir su nombre varias veces antes de que saliera del
trance. Entonces lo sentí empujar de regreso, si eso tiene sentido. Quiero Decir
emocionalmente. Fue como si pusiera un muro entre nosotros.
—Hmm,
suena como que es hora de que investigue —dijo Teuk.
—Oh,
por todos los santos. Sabemos que tus habilidades detectivescas son
legendarias. —Hee puso los ojos en blanco.
—Oye,
sólo estoy perfeccionando mis habilidades —dijo Teuk indignado.
—Lo
que tú digas, Sherlock —bromeó Hee.
—Muy
bien, entonces escupe el resto. ¿Qué más te dijo? —preguntó Donghae con
impaciencia.
Hee
procedió a decirles, ante su insistencia, palabra por palabra lo que se dijo
entre él y Siwon. Y fiel a su estilo, Teuk y Donghae pasaron el resto de la
noche diseccionando la conversación. Hee juró que lo habían llevado a una forma
de arte.
Siwon
descansaba en su cama, viendo sin rumbo fijo hacia el techo. No podía dormir.
Cada vez que cerraba los ojos veía su rostro. Heechul.
Su
esencia estaba marcada a fuego en su cerebro, y el daño que él le había causado
grabado en su memoria. Su rostro se había ensombrecido con eso en el avión. Por
primera vez en su larga vida estaba realmente inseguro sobre el camino que
debía tomar.
Los
sentimientos que se agitaban dentro de él hacia Heechul le eran ajenos. La
única cosa con la que podía compararlo era con lo que había sentido por Jiwon, su hermana menor.
Ella
había sido la luz más brillante de su vida.
Dulce,
amable y gentil. No había un día que pasara sin que sintiera el agujero interno
causado por su muerte. De alguna manera, cuando estaba con Heechul no se sentía
tan vacío, tan solo.
Seguía
esperando a que las señales de apareamiento aparecieran, a oír sus
pensamientos, a que sus marcas cambien. Al mismo tiempo temía los cambios. Si
los signos de apareamiento aparecían no tendría opción. Tendría que reclamar a Heechul,
y eso lo asustaba más que nada desde el día en que vio a su hermana morir en
sus brazos.
Volvió
a pensar en ese horrendo día, lo impotente que se había sentido. Jiwon estaba
siendo cortejada por dos lobos, uno de los cuales era su verdadero compañero.
Después de varios meses de persecución más o menos pasiva, se desafiaron el uno
al otro. Jiwon tenía que estar presente en el desafío por ley de la manada. Siwon
le había suplicado que no fuera pero ella no era una infractora. Jiwon siempre
hacía lo que se esperaba de ella.
Los
lobos pelearon y el vencedor tuvo compasión del otro lobo y lo dejó vivir. El
lobo perdedor se tornó salvaje ante la idea de no tener a Jiwon y la atacó
antes de que nadie pudiera detenerlo.
Un
auténtico compañero nunca sería capaz de ponerle una mano encima a su pareja,
iba en contra de todo dentro de ellos. Su lobo moriría antes de levantar una
mano contra su compañero.
El
lobo perdedor había decidido que si él no podía tener a Jiwon entonces nadie
podía. Siwon había alcanzado al lobo demasiado tarde, la garganta de Jiwon
había sido desgarrada y la sangre brotó de ella desbordándose.
La
rabia que consumió a Siwon le había dado más que suficiente fuerza para matar
al lobo culpable y lo había descuartizado miembro por miembro.
Mientras
sostenía a su hermana y veía la luz desvanecerse de sus ojos, ella dijo sus
últimas palabras:
—Cuando
llegue el momento, hermano, no luches contra el destino. Deja que ocurra
incluso si no sucede de la manera que piensas que debería. —Y entonces se había
ido.
Jiwon
siempre había tenido la habilidad de saber cosas, cosas futuras.
Nadie
lo entendía y la manada con el tiempo lo aceptó.
Ahora
mientras Siwon yacía sobre su cama, con sus emociones como una tormenta
turbulenta dentro de él, se tuvo que preguntar si ella habría estado hablando
de Heechul.
Agarró
su teléfono de la mesa de noche para ver la hora. Una de la mañana.
Gruñó.
Mañana,
u hoy, mejor dicho, iba a ser miserable si no conseguía dormir. Como Beta de la
manada era su trabajo entrenar a los lobos más jóvenes. Incluso en el siglo XXI
era necesario para los lobos saber cómo defenderse, en forma humana y de lobo.
Después
del entrenamiento debía asistir a una conferencia telefónica con Junjin.
Algunas de las manadas de los alrededores habían llamado y pedido hablar con
él, pero no especificaron de qué se trataba.
Cuando
Siwon le había preguntado si tenía alguna idea del tema, Junjin negó
solemnemente y le dijo que lo que fuera no creía que fuera una buena cosa.
Aunque las manadas trataban de mantener la paz entre ellos, había veces que era
más fácil decirlo que hacerlo.
Los
hombres lobo eran extremadamente territoriales y no les tomaba mucho meterse en
un concurso de meadas… sin doble sentido.
Con
un suspiro de frustración agarró los auriculares de su iPhone y se los puso. Necesitaba
algo relajante para calmarlo esta noche, algo que le ayudara a enfocarse. Cerró
los ojos y escuchó mientras la musica se vertían sobre él.
Mientras
escuchaba, el rostro de Heechul se hizo más claro en su mente. Su contagiosa
sonrisa, sus ojos brillando con malicia, el rápido ingenio que podría cortar a
una persona a la mitad, o hacerlos sentir como la persona más importante en su
mundo.
Imágenes
corrieron a través de su mente de su tiempo en los Estados Unidos cuando él
estuvo en el accidente, el miedo que había rasgado a través de él cuando había
visto su forma inmóvil en el suelo.
Recordó
sentirse tan fuera de control mientras los médicos intentaban tratar a Hee cuando
su lobo no quería a nadie cerca de él.
Dejó escapar un gruñido bajo mientras su mente vagaba a su pequeña jugarreta
con el macho humano, Matt.
Claramente
recordaba el nombre que Heechul había susurrado en su oído. Todavía no había
hablado con él acerca de esa noche, acerca de lo que había pasado con este tipo
Matt.
Sonrió
lentamente a sí mismo cuando finalmente comenzó a ir a la deriva. Planeaba
hablar con éla muy pronto acerca de Matt, y Siwon tenía el presentimiento de
que no iba a estar demasiado contento al respecto.
Eso
sólo le hizo sonreír más ampliamente.
—Hee,
despierta. —Donghae quitó las sábanas de encima de su dormido amigo, permitiendo
al aire frío verterse sobre él—. Si no te levantas, traeré algo de agua y
reviviremos algunos de esos buenos recuerdos del hospital.
—Realmente
creo que necesitas ayuda, Donghae —murmuró Hee—. Arrojar agua en mi cara, tirar
mi maleta por la ventana, ¿y tú crees que soy yo el perturbado? Es hora de que
la bruja malvada mire en el espejo y pregunte quién es la más bella de todas. —Hee
se incorporó y trató de quitar el sueño de sus ojos—. ¿Qué hora es? —gimió.
—Son
las nueve de la mañana y se supone que debemos encontrarnos con el tutor en
treinta minutos. Empieza a moverte. Todos sabemos cuánto tiempo te lleva
convertirte en una persona en la mañana. Te juro que eres tan malo como Teuk
—le amonestó Donghae mientras tomaba la mano de Hee y lo jalaba fuera de la
cama, empujándolo en dirección del baño.
—Maldita
sea, Donghae. Estoy levantado —se quejó Hee. Mientras cerraba la puerta del
baño, Donghae lo oyó murmurar—: Nota para mí mismo, cerrar la puerta del
dormitorio en la noche para mantener a la alegre gente mañanera fuera.
Hee
se paró frente al espejo del baño, con una toalla envuelta a su alrededor y
peinó los enredos de su cabello mojado. No se iba a mentir y decir que hoy no
estaba nervioso, estaba más allá de nervioso sabiendo que él estaba aquí. Siwon,
el hombre lobo que al parecer no era capaz de dejar ir, sin importar lo que su
mente le estaba diciendo. Su corazón le estaba dando a su mente el dedo medio.
Saltó
ante el sonido de Donghae golpeando la puerta del baño.
—Está
bien, Bella Durmiente, vámonos. No vas a un concurso de belleza.
Hee
abrió la puerta con fuerza.
—Prueba
con un personaje de Disney diferente, Pinocho, porque para poder ser la Bella
Durmiente tendría que estar durmiendo. —Las palabras de Hee salieron un poco
más fuerte de lo que pretendía, pero Donghae no pareció estar afectado por eso.
—De
acuerdo, Hee. Habla. ¿Qué pasa? —Donghae entrecerró los ojos. Su amigo estaba
más tenso que un rollo de hilo de pescar.
Hee
salió del baño y se dirigió hacia el armario, comenzó a rebuscar a través de la
ropa. Finalmente decidiéndose por un par de jeans a la cadera y un jersey de
lana caliente, salió del armario y tomó un profundo respiro.
—Estoy
nervioso. Siwon regresó, como en está aquí en la mansión, lo que significa que
las posibilidades de verlo son mucho mayores que cuando se había ido.
Donghae
se acercó a su amigo y le echó los brazos a su alrededor por un rápido abrazo.
—Realmente
te tiene. —No era una pregunta. Donghae nunca había visto a la firme y seguro Hee
en tal confusión.
—Tengo
que hacer algo, Donghae. No sé qué, pero no puedo soportar esto. Nunca he
querido a un hombre que no puedo tener. Tan presuntuoso como eso suena, la
verdad es la verdad.
El
dedo de Donghae estaba golpeteando en sus labios mientras cerraba los ojos pensando.
—Uhm,
¿qué se está cocinando en ese cerebro sádico tuyo? —preguntó Hee nerviosamente.
Los
ojos de Donghae se abrieron de golpe.
—Estaba
pensando que tal vez si conoces a alguien más entonces podrías pasar de tu
peludo problema.
—¿Mi
peludo problema? ¿En serio? Haces que suene como si tuviera un crecimiento
anormal de vello en las axilas o algo así. —Hee puso los ojos en blanco.
—Mira.
—Donghae detuvo a Hee antes de que pudiera salir de la habitación—. Sólo vamos
a darle una oportunidad. Tú, yo, y Teuk… esta noche. Conseguiremos que Yunho
nos lleve a algún lugar donde haya chicos. Entonces tú podrás hacer lo tuyo.
—¿Lo
mío? —preguntó Hee, alzando las cejas.
—Sí.
Ya sabes, lo tuyo. La cosa de la cacería caliente.
Hee
se rió.
—Amigo,
suena como una idea terrible con este tiempo.
Donghae
gimió.
—Oh,
vamos, Hee.
Hee
la interrumpió antes de que Donghae pudiera continuar.
—No.
No pongas esa voz quejumbrosa.
—Entonces
di que irás esta noche. —Lo retó Donghae—. ¿O eres un gallina?
—Realmente
te gusta vivir al límite, ¿verdad, Pinocho?
—Oye,
sólo digo lo que veo. —Donghae se encogió de hombros. Hee gruñó mientras echaba
la cabeza hacia atrás.
Donghae
sabía que no podía soportar ser llamado gallina. Heechul Kim era muchas cosas,
pero un gallina no era una de esas.
—Bien,
iré. —Hizo una pausa, pensando en la idea de Donghae—. Creo que una noche de
fiesta es justo lo que recetó el doctor.
—Excelente.
—Donghae sonrió, frotándose las manos en contenido regocijo.
—Hombre,
me asustas a veces, Hae. Verdaderamente, lo haces. —Tomó la mano de Donghae y
comenzó a caminar hacia la puerta del dormitorio—. Hagamos esto.
Tengo la esperanza que la party hard de sus frutos:
ResponderEliminar1°Siwon reacciona y avanza sobre Hee ó
2° Hee encuentra otro Chucho para rascarle el lomo y que le mueva la cola.
Siwon enserio que iría y te apalearía por hacer sufrir a Hee.
Pd: viendo la imagen mi corazón no deja de entrar en palpitaciones, tengo la sospecha que pronto entrará en interacción el EunHae.
Ahh!!!
ResponderEliminarPobre Siwonshis ~
Lo que le paso a su hermana, y yo pensando que antes tenía un novio(?)
Jajajaja ese Hae es loquito~
Ahhhh Noooooooo
Las otras manadas quieren a Hee!!!!
Y no se pueden negar o si(?)
Ay Dios!!!! Que despelote el que se va a armar!!!
Despelote y medio :-P
EliminarDecidio quedarse...y para mi concepto o lo que entendí,Hee no se hizo mucho del rogar....xD
ResponderEliminarQue es eso de que Siwon se fue por un momento y Hee tuvo que llamarlo....tuvo un lapsus(?)
Jajajajajajajajajaja
Esto es el comienzo de toooodo
Si en ese lugar no hay alguien que haga reaccionar a Siwon...Hee lo encontrara,así lo haga aparecer por arte de magia.