Una vez en el estacionamiento Hee se volvió hacia la puerta, con los brazos cruzados sobre su pecho, listo para la batalla.
Siwon
irrumpió fuera del bar con Yunho, Teuk, Donghae, y Kangin detrás. Caminó hacia él,
sus cuerpos a sólo un soplo de distancia.
—¿En
qué diablos estabas pensando? ¿Bailando en un bar, bebiendo con un grupo de
hombres? —Como si de repente recordara su parte en esto, Siwon se volvió a Yunho,
quien dio un paso automático hacia atrás—. ¿Y qué estabas pensando al traerlos
aquí?
—Ellos
querían salir esta noche. No pasó nada. Siwon. Todo el mundo sabe quiénes son y
a quién pertenecen. —Yunho intentó calmar al enfurecido lobo.
—¿Puedes
controlarte un poco, colega? —dijo Hee entre dientes—. No es como si me estaba
desnudando o dejando que alguno de esas bolas de pelos me toque, así que no sé
cuál es tu jodido problema.
—¿Mi
problema? —Siwon fulminó a Hee—. Mi problema es que tienes diecisiete años.
—Dieciocho
—dijeron Hee, Donghae, y Teuk al mismo tiempo.
Siwon
miró a los otros dos chicos, quienes de repente se interesaron mucho en la
grava en el suelo.
—Lo
que sea —continuó Siwon—. Eres demasiado joven para estar en un maldito bar
bebiendo, lanzándote por ahí como…
Hee
lanzó su puño en su pecho, cortando sus palabras.
Los
labios de Siwon se apretaron juntos, sus ojos entrecerrados.
—Simplemente
vámonos. Podemos terminar esta conversación más tarde.
Siwon
procedió a tomar el brazo de Hee para conducirlo hacia el vehículo en el que él
y Kangin habían llegado. El sacudió su brazo y siguió a Donghae y Teuk al
Hummer de Yunho.
Se
volvió hacia Siwon, sin dejar de caminar hacia atrás.
—Tienes
que ganarte el privilegio de mi compañía. Y sólo un consejo: siendo un cabeza
hueca gruñón, egoísta, pesimista, amargado y aburrido, no es exactamente el
camino para llegar a que viaje en tu auto. Así que, aquí está tu insulto
creativo Siwi: ¡mete eso en tu pipa y fúmatelo! —Con eso se dio la vuelta y
siguió al vehículo, subiendo en él sin mirar hacia atrás.
Cuando
Siwon dio un paso en su dirección, Kangin lo agarró del brazo para detenerlo.
—Sólo
déjalo ir, Siwi. Ambos necesitan calmarse. Puedes hablar con él una vez que
llegues a la casa.
Siwon
no hizo ningún comentario, pero continuó mirando fijamente el auto en el que Hee
había subido, el cual ahora se estaba alejando.
—¡Qué
CORAJE! —gritó Hee con frustración mientras salía del Hummer con Donghae y Teuk
justo detrás de él—. Arruinó por completo mi noche.
Donghae
puso los ojos en blanco.
—Bueno,
por supuesto, despelleja al lobo por atreverse a meterse con tu noche.
Hee
se volcó a Donghae.
—Ese
no es el punto. El punto es que él piensa que, por alguna razón, tiene el
derecho de decirme qué hacer.
Los
chicos se dirigieron por las escaleras hacia la habitación de Hee.
Una
vez detrás de la puerta, se arrojó sobre la cama y se quedó mirando el techo.
—¿Estás
bien? —preguntó Teuk con verdadera preocupación en su voz.
—Estoy
confundido y todo este vodka dando vueltas en mi cerebro no está ayudando a las
cosas.
—El
vodka lo hace todo el tiempo —intervino Donghae—. Se mete con las ondas
cerebrales y otras cosas.
Teuk
miró a Donghae.
—¿De
qué mierda estás hablando?
Donghae
se encogió de hombros.
—Sólo
digo.
Hee
se rió.
—Esa
es mi línea, Pinocho.
—Mi
error. Iba con el momento —bromeó Donghae. Teuk se sentó en la cama junto a Hee.
—Realmente
creo que tienes que hablar con él. Sé contundente. Quiero Decir, los dos
sabemos que luchas por ser contundente, pero podrías darle una oportunidad.
Donghae
y Hee se rieron del sarcasmo de Teuk.
—Es
sólo que no sé a dónde nos va a llevar esto —dijo Hee con exasperación.
—Por
cierto… —Donghae miró a Hee, cruzando los brazos sobre el pecho—.¿Cuándo y
dónde aprendiste a hablar coreano exactamente?
—Sí
—añadió Teuk indignada. Hee se rió.
—Lo
aprendí de Internet, elegí algunas frases que sabía que si las usaba en el
momento adecuado, me metería en la mente de Siwon. —Hee siguió sonriendo—.
Funcionó como un embrujo. ¿Vieron su cara?
—¿Qué
has dicho?
—Cuando
hablé con Hyukjae por primera vez… por cierto, ¿notaron cuán ardiente es? Está
bien, no es el punto. De todas formas, le dije: “¿un trago entonces, amor?”.
Donghae
y Teuk se rieron.
—La
segunda vez que hablé con Hyukjae —continuó Hee—, le dije “amorcito”.
—Eh,
no me extraña que Siwon estallara —expresó a Donghae.
—¿Así
que has aprendido más?
—Oh,
sí, pero me las estoy guardando. Tiene que ser el momento justo y cuando menos
se lo espere —explicó Hee.
Teuk
inclinó la cabeza hacia abajo a sus manos y se frotó la cara, riéndose entre
dientes.
—Te
lo juro, Hee, no puedo decidir si eres un genio o un lunático.
—Admito
que es una línea muy fina —dijo Hee con total naturalidad—, y voy a ser el primero en confesar que un día de estos mi dedo va a rozar más un lado que el
otro.
Los
tres se rieron justo cuando alguien llamó a su puerta. Se congelaron, mirándose entre sí, y luego
observaron a medida que la puerta se abría.
—¿Estás
bromeando? —murmuró Hee en voz baja—. Toca, esperas, eres invitado a entrar; es
realmente un concepto simple. ¿Pero el molesto hombre lobo lo entiende? Noooo,
claro que no. ¿Eso sería demasiado cortés, maldición?
Siwon
entró. Sus ojos se posaron en Hee y su enorme cuerpo pareció hacer que la
habitación se redujera de tamaño. Teuk se levantó y comenzó a caminar lejos de
la cama. Hee tomó su mano, suplicando con los ojos a Teuk para que se quedara. Teuk
negó y tiró de su mano libre.
—Habla
con él —le articuló a Hee.
Cuando
Donghae y Teuk salieron de su habitación, Hee murmuró en voz baja:
—Traidores.
Hee
oyó el chasquido de la puerta al cerrarse, un sonido siniestro que le provocó
piel de gallina en sus brazos. Continuó tumbado en la cama, pero después de
varios minutos de silencio finalmente se sentó.
Hee
miró al lobo de pie al otro lado de la habitación. Se había apoyado contra la
pared, con los brazos cruzados sobre el pecho. La clásica pose de Siwon, pensó
con una sonrisa mental.
Ninguno
habló mientras ambos seguían mirándose fijamente el uno al otro. Hee se
encontró con su mirada fija en él, pero finalmente permitió que sus ojos
vagaran. Nunca se cansaría de mirarlo. Su cabello oscuro estaba muy corto en
los lados, y largo en la parte superior, barriendo suavemente por su frente.
Sus cálidos ojos podría jurar que podían abrir un agujero en una persona. Tenía
una nariz recta y afilada, y labios carnosos.
Tenía
un rostro cincelado y suave, como si fuera tallado en piedra. Era muy atractivo,
demasiado atractivo. Sus anchos hombros llenaban la ajustada camiseta blanca
que llevaba. Su tono de piel era de un cálido bronceado dorado, un color que
tomaría a Hee semanas de estar acostado fuera en el sol para lograrlo. Tenía
una cintura estrecha y, larga y poderosas piernas.
Siwon
se aclaró la garganta, haciendo que la cabeza de Hee se alzara de nuevo a su
rostro. Parecía satisfecho, lo cual sólo sirvió para sacar a Hee más de sus
casillas.
—¿Qué
quieres, Siwon? —preguntó, y se complació al escuchar su voz tan firme cuando
se sentía todo lo contrario.
Siwon
siguió mirando fijamente a Heechul, emociones arremolinándose dentro de él que
no era capaz de conseguir controlar.
—Yo…
—comenzó, pero parecía estar confundido acerca de qué Decir—.No puedes ir por
ahí bailando en bares y bebiendo vodka como si fuera agua.
Hee
se puso de pie, con los brazos rígidos a su lado.
—¿Lo
dice quién? ¿Tú? Bueno, esta es una noticia de última hora: tú no eres mi
padre, no eres mi hermano, y NO ERES MI GUARDIÁN. —La voz de Hee se hizo más
fuerte a medida que su ira se encendía.
—SOY
TU CO… —rugió Siwon, empujándose de la pared. Pero se contuvo antes de terminar
la frase, casi mordiéndose la lengua en el proceso. Su respiración se había
incrementado, estaba sorprendido por las palabras que casi vuelan de sus
labios.
No
entendía de dónde había venido pero se sentía cierto, correcto. Estos
pensamientos se habían abalanzado a toda velocidad a través de su mente en
cuestión de segundos. Continuó fulminándolo con la mirada y volvió a hablar, ya
no gritando, pero sus palabras fueron firmes. Eran ley.
—Soy
tu Beta, y como tal, recibes órdenes de mí y las seguirá. —Siwon ladeó la
cabeza hacia un lado, de repente recordando algo—. ¿Y en qué momento
aprendiste coreano?
Hee
sonrió ante eso.
—El
Internet es un lugar maravilloso para aprender cosas nuevas, Beta. Sería un
gran lugar para que tú aprendas una cosa o dos.
Siwon
dio un paso hacia él.
—Tengo
la sensación de que estoy un
poco por delante
de ti en el
departamento de educación de la mayoría de las áreas. —Sus ojos brillaron con malicia.
—Oh,
mi pequeño amigo peludo, te sorprenderías de lo que sé —dijo Hee, a juego con
su tono sugerente palabra por palabra, sílaba por sílaba.
Siwon
entrecerró los ojos en él.
—¿Qué
se supone que significa eso?
Hee
se encogió de hombros mientras le daba la espalda, después de haber aprendido
de sus lecciones en etiqueta de manadas, sabía que eso era una enorme bofetada
en la cara a un lobo dominante. Oyó a Siwon gruñir y dar un paso hacia él. Mi
Beta, mi trasero, pensó mientras seguía ignorando al lobo acosándolo.
Podía
sentir su cercanía y sabía que si daba un paso hacia atrás chocaría contra su
cuerpo. Un delicioso pensamiento, pero lo cortó abruptamente mientras se
recordaba que él estaba en su lista negra por el momento, y que posiblemente se
había encontrado una reserva permanente en él.
—Ya sea que lo creas o no —la boca de Siwon
estaba lo suficientemente cerca de su oído como para sentir el aire caliente de
su aliento cruzar su piel y causarle un escalofrío—, es por tu seguridad que
puse esas reglas.
—Tú
no eres mi Alfa. Junjin sabía a dónde íbamos y no tuvo ningún problema con
ello.
La
voz de Hee era baja, pero no menos potente que la de él.
—Eso
puede ser cierto, pero una vez que tu comportamiento puso en peligro tu
seguridad tuve todo el derecho a pedirte ponerle fin de inmediato.
Hee
podía sentir su sangre comenzar a calentarse, su rostro a enrojecer.
—¿Mi
comportamiento? —dijo a través de sus dientes apretados—. No soy un niño, Siwon.
No necesito tus órdenes.
—Eres
un miembro de esta manada. Seguirás las órdenes, te guste o no, por la
seguridad de la manada así como la tuya. Tienes que acostumbrarte a ello, Heechul.
—Siwon colocó sus manos sobre sus hombros y suavemente le dio la vuelta.
Colocando dos dedos debajo de su barbilla, levantó su rostro para mirarlo.
Siwon
apretó los dientes y cerró brevemente los ojos cuando vio las lágrimas
contenidas en sus ojos.
—No
fue mi intención hacerte daño, Heechul.
—No
te hagas ilusiones, Beta. No estoy a punto de llorar porque me hayas lastimado.
Estoy enojado. —Heechul no apartó los ojos de Siwon mientras decía enfurecido—:
Podría venirte realmente bien una lección de modales. Añade esas a tus clases
de cachorro y aprender a tocar y no irrumpir en las habitaciones, y eso debería
mantenerte ocupado lo suficiente para que no tengas tiempo de preocuparte de
mis actividades extracurriculares.
Los
labios de Siwon parecieron elevarse en una leve sonrisa y una vez más sus ojos
brillaron con malicia. Hee no le gustaba la idea que, obviamente, apareció en
su cerebro.
—Ya
que estás tan empeñado en que aprenda modales, tal vez deberías ser mi maestro.
Siwon
dio un paso atrás y siguió mirándolo con una sonrisa maliciosa.
Hee
no pudo evitar su propia pequeña sonrisa en respuesta a él. Así que demándela,
él era adorable cuando sonreía de esa forma.
—En
tus sueños, Beta.
—Tal
vez —dijo en voz baja. Cuando se volvió para irse, Hee le oyó decir en voz
baja—: Dios sabe que no puedo conseguir soñar otra cosa que no seas tú en mi
cabeza.
Hee
se sonrojó ante sus palabras, pero pensó que seguramente le había oído mal. Él
se volvió antes de cerrar la puerta.
—Espero
que hayas disfrutado de tu pequeña aventura de esta noche, Heechul, porque en
los sucesos futuros te acompañaré. —Sus palabras fueron inflexibles—. De hecho,
si dejas la mansión por cualquier razón, voy a ser tu escolta. —Siwon le guiñó
un ojo, cerrando la puerta justo antes de que un cepillo para el cabello volara
por la habitación y se estrellara contra ella ruidosamente. Las palabras
fuertes de Hee siguieron el ruido.
—¡El
único lugar al que me vas a escoltar es al veterinario para que puedan sacarte
el pie que voy a empujar en tu trasero!
—También
te quiero mamá —dijo Teuk por su teléfono celular mientras se acurrucaba en el
abrazo de Kangin—. Las cosas están bien aquí. El tutor nos mantiene ocupados y
estamos aprendiendo todo tipo de cosas.
—¿Cómo
le va a Hee? —le preguntó Sora.
—El
está bien, sólo un poco confundido acerca de las cosas. Ya saldremos de esta.
Sora
se rió entre dientes.
—Mi
siempre optimista. —Teuk podía oír la sonrisa de su madre a través del
teléfono.
—Dejaré
que te vayas, sólo quería hacerte saber que estoy pensando en ti y te extraño
mucho. —Sora contuvo las lágrimas.
—Yo
también te echo de menos. Estoy feliz, quiero que sepas eso —le tranquilizó Teuk.
—Lo
sé, y eso es lo que quiero para ti. Sé feliz, vive una vida maravillosa con Kangin.
—¿Vendrás
a verme pronto? —preguntó Teuk esperanzado.
—Ya
lo veremos, este verano tal vez.
—Está
bien, te quiero.
—También
te quiero Teuk, muchísimo. Adiós. —Teuk pulsó el botón de finalizar en su
teléfono y cerró los ojos un instante. Le encantaba hablar con su madre, pero a
veces hacía que su corazón se sintiera tan pesado.
—Te
amo, Leeteuk. Sé que fue mucho pedirte el venir aquí —dijo Kangin suavemente.
—No
me arrepiento de venir Kangin. —Teuk se volvió para mirarlo a los ojos—. Quiero
estar contigo. Sólo la echo de menos, y eso está bien.
Él
lo besó en la frente con suavidad e inhaló su esencia profundamente en sus
pulmones.
—¿Qué
crees que está pasando con Siwon?
Kangin
se quedó callado por un momento.
—Realmente
no lo entiendo, pero trata a Hee como si fuera su compañero. Todas las señales
están ahí. Creo que él está probablemente peor porque no lo entiende tampoco.
Teuk
pensó en eso. Se sentía mal por ambos, Hee y Siwon. Sabía que Hee estaba
perdidamente enamorado del lobo, y no podía imaginar lo que sería amar a Kangin,
pero no ser capaz de estar con él. Teuk oró por el bien de ambos, que lo que
fuera que estaba pasando se solucionara en sí rápidamente.
—¿Estás
bien, amor? —le preguntó Kangin con suavidad. Teuk se giró para poder mirar a
los ojos a Kangin.
—Odio
ver a Hee herido. Y a Siwon, a Decir verdad —le dijo sinceramente.
—Eres
un buen amigo, Angel, pero esto es algo que ellos van a tener que solucionar
por su cuenta.
—Si
no se matan entre sí en primer lugar —añadió Teuk, medio en broma.
Kangin
se rió entre dientes.
—Existe
esa posibilidad. Y sus probabilidades se han hecho mucho mayores.
Teuk
lo miró a los ojos, mientras estos se nublaban en pensamientos.
—Oye,
hombre lobo. —Trazó sus labios con la punta de su dedo, llamando su atención—.
¿Qué es? ¿Qué está pasando?
Kangin
se inclinó y lo besó suavemente antes de responder.
—En
la reunión a la que asistí con los otros Alfas, nos enteramos que han decidido
que es en el mejor interés de nuestra especie traer de vuelta una antigua
tradición —explicó.
Teuk
se empujó hacia arriba en una posición sentada, dándose vuelta para así poder
ver de frente a Kangin claramente.
—¿Por
qué estoy recibiendo vibras de “esto es una mierda” de tu parte, cariño?
—Bueno,
amor, esencialmente porque a pesar de que podría ser beneficioso, en base a la
situación entre Hee y Siwon, es más probable que sea perjudicial… para uno de
ellos. Estoy tomando apuestas en Siwon ya que Hee parece tener dominado el lado
impetuoso.
Teuk
sonrió brevemente por eso.
—¿Y
cuál es esta tradición? —preguntó.
—Hace
más de un siglo varias manadas solían tener un evento llamado El Encuentro.
—Oooh,
suena muy al estilo Stephen King —le interrumpió Teuk. Kangin sonrió a su
compañero y sus interminables comentarios.
—El
Encuentro fue instituido para miembros de la manada sin compañeros, para venir
y reunirse con la esperanza de encontrar a su verdadera pareja. Fue escrito a
ley de manada que si la manada era invitada, el Alfa no podía declinar o sería
considerado un acto contra la especie.
—Santo
infierno —murmuró Teuk, mirando a la nada mientras pensaba en cómo afectaría
esto a su amigo.
—¿Hee
tiene que ir a pesar de que no es de sangre pura?
—Desafortunadamente,
los cuatro Alfas implicados han decidido que ya que mi compañero no es de
sangre pura se demuestra que cualquier persona con algo de sangre de lobo en su
genética debe asistir, debido a que son posibles compañeros verdaderos. —Kangin
tomó una respiración profunda y soltó el aire antes de continuar—. La buena
noticia es que mis padres tienen que ir, y tú y Donghae pueden ir y actuar como
asistentes de Hee. Naturalmente, a donde vas yo voy, así que voy a asistir
también. Habrá también algunos otros miembros de la manada acoplados que
ayudarán con la seguridad.
—¿Seguridad?
—preguntó Teuk, confundido.
—En
realidad no es una gran idea poner a un montón de machos sin emparejar juntos,
especialmente cuando habrán hembras no apareadas en juego —explicó Kangin.
—Ahh,
eso es un punto válido. Entonces, ¿por qué están pensando que es una buena
idea?
—Sienten
que vale la pena el riesgo ya que muchos Canis lupis no están encontrando sus parejas.
—Kangin envolvió su mano alrededor de la muñeca de Leeteuk y jaló hacia él,
tirándolo hacia la curva de su cuerpo. El apoyó la cabeza en su pecho mientras
seguía pensando acerca de este nuevo acontecimiento. Kangin continuó—. Las
parejas acopladas ayudarán a mantener los no apareados en línea. Habrá una
junta de manada mañana por la noche.
—¿Qué
fue exactamente lo que quisiste Decir con Donghae y yo siendo los asistentes de
Hee? —le interrumpió Teuk.
—Bueno,
hace un siglo, les llamaban jóvenes señores o damas de compañía. Estaban
básicamente allí para ayudar a preparar a la pareja no apareada para el evento.
Eso fue cuando la ropa era un poco más elaborada. Pero los Alfas suponen que
ayudaría a las parejas no apareadas a estar a gusto si tienen alguien conocido a
su lado.
—Así
que, ¿me estás diciendo que, en esencia, vamos a ser los sirvientes de Hee?
—preguntó Teuk dubitativamente.
—A
falta de un término mejor —concordó Kangin de mala gana.
—Por
el bien de mi salud mental y futura amistad con ese ninfómano, no le digas eso.
¿Puedes imaginarte cómo tomaría eso y correría un apestoso maratón con esa
información?
Kangin
se rió entre dientes.
—Seremos
cuidadosos en la forma en que abordamos el tema.
—Aunque,
por supuesto, puede que quede demasiado preocupado con todo el asunto de los
machos sin pareja tras él como para que realmente le importe tener un sirviente
—añadió Teuk—. Hombre, si Siwon no estuviera en el cuadro, Hee estaría en su
idea del paraíso: un montón de hombres lobo calientes con sus ojos en él.
—Amor,
te olvidas que soy el único lobo al que debes referirte como caliente —bromeó Kangin.
Teuk
se acurrucó más cerca.—No hace falta decirlo, hombre lobo, tú eres el más
caliente de todos ellos. Kangin gruñó.
—Demuéstralo —le desafió.
Teuk
se echó hacia atrás para mirarlo a los ojos y vio el deseo que los llenaba.
—¿Ahora?
—preguntó, sorprendido por el cambio brusco de tema.
—No
podemos resolver el problema de Hee y Siwon esta noche, amor, ni podemos
cambiar si El Encuentro se llevará a cabo o no. Lo que podemos hacer es amarnos
el uno al otro. Lo que pienso hacer es olvidarme de todo lo demás, excepto tú, Angel.
Por el resto de la noche te olvidarás de todos los demás, excepto de mí.
Teuk
sonrió con picardía a su compañero.
—¿Demasiado
mandón, eh? —bromeó.
—Te
deseo —dijo él simplemente, sin intentar disimular su demanda. —Por lo tanto,
deberías tenerme —susurró ella mientras apagaba la lámpara de noche, dejando
sólo la luna para iluminar la habitación.
Hee y Siwon....ninguna da porel momento su brazo a torser....tengo miedo que alguno no lo haga....este par de veras.
ResponderEliminarNadamas porque o se puede.....pero apostaria que se matan entre ellos...me preocupan.
El dichoso encuentro,a ver que tal lo toma Hee