Heechul
salió al ancho corredor y cerró la puerta, a fin de que nadie supiera que había
abandonado la habitación. Al final del pasillo se abría otra puerta que daba al
exterior y hacia allí se dirigió. Sus ojos observaron los edificios de abajo,
pero no vio a nadie en los alrededores. En la distancia pudo ver el azul
brillante del océano: un manto de diamantes parecía cabrillear en su
superficie. A la izquierda estaba el fiordo y los prados que se extendían desde
la orilla opuesta. En la cuesta descendente de la derecha había campos y
forestas; casas pequeñas salpicaban ocasionalmente el paisaje.
Heechul
consideró la conveniencia de bajar hasta el fiordo para ver si había algún
barco allí. Con toda seguridad, necesitaría un barco cuando estuviera listo
para marcharse, ¿pero cómo lo guiaría solo? Quizá pudiera ocultarse en uno
cuando zarpara para una incursión a su tierra natal. Eso no sucedería hasta la
primavera. ¿Podría esperar hasta entonces?
Descendió
la escalera y caminó con vivacidad hacia los edificios pequeños que había
detrás de la gran casa de piedra. Unos relinchos llegaron a sus oídos, y entró
en un edificio, cuyas puertas estaban abiertas de par en par. Era un establo,
con cuatro hermosos caballos en su interior.
Heechul
quedó encantado. Un magnifico semental negro atrajo su mirada y se le acercó.
Ahogó una exclamación cuando vio un anciano que estaba frotando a la bestia.
El viejo
se incorporó, gimiendo y con una mano en la espalda. Una poblada barba le
cubría la cara; la barba tenía mechones grises, lo mismo que su pelo de color
arena. Unos suaves ojos castaños lo miraron con intensidad.
— ¿Quién
sois, joven? — preguntó el hombre en su lengua.
— Heechul.
Kim Heechul. ¿Trabajáis aquí? — preguntó mientras tendía una mano para que el
caballo lo olfateara.
— Sí, hace
casi cuarenta años que vengo cuidando los caballos — repuso él.
— ¿Nadie
os ayuda? — El meneó la cabeza.
— No;
desde que el amo se llevó la mayoría de los esclavos para venderlos cuando
viajó. A mí me dejó porque soy demasiado viejo para que den un buen precio por
mí.
— ¿Habláis
de Siwon, el vikingo? — preguntó — . ¿Es
él al que llamáis amo?
— Sí. Es
un joven bondadoso. Yo serví a su abuelo antes que a él. — dijo el anciano con
orgullo.
— ¿Cómo
podéis hablar bien del hombre que es vuestro dueño? — preguntó Heechul.
— Me
tratan bien, joven. Siwon es un joven ambicioso que trata de abrirse camino
rápidamente, pero es un buen amo para todos nosotros.
Heechul no
insistió en ese tema.
— ¿Estos
son los únicos caballos?
— No, hay
una media docena pastando en el prado. Y otros tres fueron tomados en préstamo
por algunos amigos de Siwon, los que navegaron con él y han ido a buscar a sus
familias para el festín. Esos — señaló los otros caballos en el establo—
pertenecen a Choi Kangta, quien acaba de llegar, con su familia — frotó los
flancos del semental— Animal mejor que éste no he visto jamás.
— Sí, es
magnífico — admitió prestamente Heechul. Miró con ansias al esbelto animal. El
hombre secó el lomo del semental. Obviamente, el caballo acababa de llegar de
una carrera.
— El amo
lo trajo a casa consigo. Seguramente le costó una bolsa bien llena.
Heechul
asintió en silencio, pero sus pensamientos ya no estaban en el
gran semental.
De modo
que Siwon se encontraba en la casa y Kangta estaba con él. Sin duda, también
estaba su hermano Yunho, se animal vulgar que se había atrevido a maltratarlo
delante de todos.
Con el
entrecejo fruncido, Heechul fue hasta la puerta del establo y miró con
aprensión hacia la casa de piedra ¿Cuánto tiempo tenía? ¿El estaría buscándolo
o ni siquiera se molestaba, y lo creía encerrado en el cuarto de costura? ¿Y
por qué iba a buscarlo? Había demostrado que no tenía interés, que sólo era una
molestia para él. Hasta Jooahn dijo que no era de su agrado.
Heechul lo
prefería así. Debía mantenerse discretamente a un lado y no llamar la atención. Se volvió.
—
¿Cómo os
llamáis? —preguntó al
anciano, quien se guía atendiendo al semental con amorosos cuidados.
— Jackie
Chan.
— Bien, Jackie.
¿Conocéis al joven Donghae? — preguntó,
con una cálida sonrisa.
— Lo
conozco. Bonito joven ese Donghae.
— ¿Dónde
puedo encontrarlo? Me cuidó cuando yo estaba encerrado, pero fui poco amable
con él y debo pedirle disculpas.
—
¿Estuvisteis encerrado? — lo miró con curiosidad—. ¡Vaya! Vos sois el joven de Siwon
de quien las lenguas tanto hablan, el nuevo...
— ¡Sí! —
lo interrumpió Heechul antes que él pudiera pronunciar la palabra que tanto
detestaba.
— ¿Y os
han desatado?
— Sí —
dijo, asintiendo con la cabeza— . Ahora, ¿dónde está Donghae?
— El joven
está en la casa grande. Estará todo el día y la mayor parte de la noche ocupado,
sirviendo en el festín.
Heechul
arrugó el entrecejo.
— Este
festín — dijo—, ¿cuánto durará? — Jackie sonrió.
— Podría durar días.
— ¿Qué? — El rió por lo bajo.
— Sí —
dijo— . Hay mucho que celebrar. El amo ha regresado sano y salvo y convertido
en un hombre rico, y la familia está nuevamente reunida. En realidad, hay mucho
que celebrar.
Una
expresión de disgusto cruzó las facciones de Heechul. ¿Habían pensado tenerlo
todo ese tiempo encerrado, fuera de la vista? ¿Por qué Siwon no quería que lo
vieran?
— ¿Puedo
ayudaros, Jackie? — preguntó de pronto.
— No, éste
es trabajo de hombres.
Heechul se
abstuvo de rebatirlo y en cambio preguntó :
— Si tengo
el permiso de Siwon, ¿me dejaréis trabajar con vos en el establo?
El alzó
una ceja.
— Sabéis
de caballos, ¿verdad?
— Sí —
dijo y sonrió— . Tanto como vos, apostaría —estuvo un momento callado, y
después dijo: — Cuando vivía en la casa de mi padre, cabalgaba todos los días
por nuestros campos, saltaba arroyos y muros de piedra, me internaba en los
bosques. Qué libre me sentía...
entonces — se detuvo, y una expresión de enormes tristeza pasó por su cara. Sacudió la cabeza como si quisiera sacarse de encima ese sentimiento y miró una vez más a Jackie — ¿Si trabajo con vos en el establo, me dejaréis montar los caballos?
— Sí, jovencito.
Nada me agradaría más. Pero debo asegurarme de que contáis con el permiso del
amo. De otro modo, nada podré hacer.
—
Entonces, hablaré con él.
— Será
mejor que esperéis hasta que el festín haya terminado. Ahora el amo debe de
tener muchas copas adentro y podría no recordar tu petición o su respuesta.
Heechul hubiera preferido
proceder de inmediato,
pero quizás Jackie tenía razón.
— Así sea
— dijo— Esperaré.
— Y, jovencito,
os sugiero que no entréis en el hall hasta que se hayan marchado todos los
huéspedes. No será bueno para vos si os ven.
La
curiosidad le hizo brillar los ojos. Primero, Siwon dejaba órdenes de que
permaneciera en esa pequeña habitación. Ahora este anciano le advertía que no
se dejara ver.
— ¿Qué
pasa conmigo que no debo dejar que me vean?
— Heechul,
jovencito, debéis saber que eres un joven hermoso. Estos vikingos son unos
libidinosos, muy afectos a los doncells hermosos como vos. El amo es generoso
con sus esclavos. Sus amigos ni siquiera tienen que pedir permiso para tomar a
una de los jóvenes o mujeres, porque su hospitalidad es muy conocida.
— ¡No
habláis en serio! — exclamó Heechul, apabullado.
— Es
verdad, joven. En un banquete especialmente agitado, un pobre joven fue tumbado
allí mismo, delante de todos, en el piso del hall.
Heechul
abrió sus grandes ojos y su rostro adquirió
una expresión de repugnancia.
— ¿Siwon
lo permitió?
— El
hubiera impedido esa forma de diversión, pero estaba caído debajo de la mesa,
según dicen, completamente borracho.
— ¿Y lo
mismo sucedió?
— Sí, así
que cuidaos. No quisiera que os suceda lo mismo a vos.
— No
temáis, Jackie. ¡Yo no lo permitiré!
El anciano
meneó la cabeza lleno de dudas y lo observó mientras se alejaba.
Siwon
ocupaba la cabecera de una larga mesa. Su padre estaba a su izquierda, de
frente a la habitación, y su madre a su derecha. Su hermano Yunho también se
encontraba allí, con su rollizo esposo a su lado. Alrededor estaban los amigos
más allegados a Siwon, los que habían navegado con él. Y en el extremo, se
sentaba su medio hermano Ahnta.
Siwon miró
pensativo a sus hermanos. Aunque se parecía a su hermano mayor en altura y
constitución, él y su hermano menor tenían en común sólo los ojos, que eran los
del abuelo, Kangsi. Ahnta era menos de un año más joven que Siwon, pero una
cabeza más bajo; en esto salía a su madre, Jooahn.
Siwon y Yunho
disfrutaban de la rivalidad normal entre hermanos, aunque a veces se volvía un
poquito exagerada. Sin embargo, el lazo fraternal era fuerte. Con Ahnta, Siwon
mantenía una relación diferente, de compañerismo y amistad, como la que
compartía con Hyukjae, su amigo más íntimo.
Entre Yunho
y Ahnta, en cambio, existía una auténtica antipatía y las tensiones usualmente
eran altas cuando estaban juntos en una misma habitación. Yunho envidiaba a Ahnta
el amor que le tenía su madre y Ahnta respondía a esa animosidad con igual
hostilidad, como cualquier otro hombre.
Siwon, a
diferencia de Ahnta, se había ganado la admiración de Kangsi y con ello esta
casa y las tierras que la rodeaban. Ahnta no poseía nada más que la casita de
su madre y un barco de pesca. Era sorprendente que el hermano menor no abrigara
resentimientos por ello. Su vida era dura y todos los días trabajaba para
asegurarse de que sobreviviría un poco más. Pero Siwon sabía que su medio
hermano lo prefería así. A Ahnta le gustaba la vida sencilla de pescador.
El skald
terminó una canción humorística sobre las fechorías de Loki, Yoomi se inclinó
hacia su hijo cuando el ruido disminuyó un poco y susurró en tono de broma:
— Sabéis, Siwon,
vuestro cuento de la tribu eslava que encontrasteis fue casi tan divertido como
éste. ¿Estáis seguro de que no adornasteis un poco la verdad?
— ¡Por
Thor, mujer! — exclamó Kangta , que la escuchó— . Mi hijo no necesita
embellecer sus relatos como yo — rió de su propia broma.
— No. Con
vos, no se sabe dónde termina la verdad y
empieza el cuento — replicó Yoomi, y añadió pensativa— Como vuestro
cuento del joven celta. Me pregunto si todo lo que dijisteis es verdad.
Kangta la
miró ceñudo desde el otro lado de la mesa.
— ¡Es
verdad, señora! A ese cuento no tuve necesidad de embellecerlo.
— ¿Cómo
está el joven, Siwon? — preguntó su madre — Lo vi ayer y todavía estaba furioso.
Apenas quiso dirigirme la palabra.
— Bueno,
lamento decir que ha encontrado su lengua — Kangta rió por lo bajo.
— ¿De modo
que habéis probado un poco de su temple, eh?
Siwon se
volvió hacia su padre.
— ¿Temple?
No, obstinación es una palabra más adecuada. ¿El es mío?
— Sí, sólo
vuestro — Siwon gruñó.
— Bueno, él
no quiere aceptarlo.
— No creí
que lo haría — dijo Kangta y sonrió, haciendo que su hijo se pusiera ceñudo. Le
contó a Siwon la captura de Heechul, una historia que ya había
relatado muchas veces con placer. A los otros no pareció interesarles, pero Siwon
escuchó con mucha atención.
— ¿Por qué
entonces, me la habéis dado a mí? — preguntó Siwon finalmente.
Llenó su
pichel de un gran caldero de hidromiel que había sobre la mesa.
— El joven,
seguramente, me odia, porque debe culparme de su situación. Lo he visto manejar
un arma y no lo quiero cerca de mí para no tener que estar cuidándome siempre
de él. Tampoco vuestra madre, a su edad, necesita estar soportando su carácter.
Yunho lo quería, pero cambió de idea cuando le enseñó sus zarpas. Sabía que yo
quería dároslo a vos y eligió, entonces, al hermanastro. Creo que vos podéis
domar al joven si queréis intentarlo.
Siwon
arrugó la frente.
— Si él es
todo lo que decís, ¿por qué habría yo de hacer el esfuerzo? Traerá más
problemas de lo que vale y sería mejor venderlo.
Ahora Kangta
se puso ceñudo.
—
¿Entonces no estáis contento con él? Cualquier otro hombre lo estaría.
— Sabéis
lo que siento por los jóvenes — replicó Siwon ácidamente— . Este no es
diferente. Como propiedad es valiosa, sí. ¿Pero para mi placer? — meneó la
cabeza con lentitud, negando la atracción que sentía por él— . No, no lo
necesito .
Heechul
acababa de regresar al pequeño cuarto de costura cuando se abrió la puerta y
entró un joven con una bandeja de comida. Un pelo opaco, de color naranja, caía
desordenadamente sobre sus hombros. Cuando sus ojos encontraron los de Heechul,
parecían muy cansados.
— ¿Donghae?
— ¿De modo
que ahora queréis hablarme? — dijo el joven con cierta sorpresa— Empezaba a
creer que jamás lo haríais.
— Lo
siento — dijo Heechul, contrito— . No quise haceros víctima de mi cólera. Sé
que soy una carga más para vos.
Donghae se
encogió de hombros con gesto cansado.
— No
estuvo bien que Jooahn os hiciera atar. Vos tuvisteis un motivo
para estar resentido. Parece que todavía os debo seguir atendiendo, aunque
habéis sido desatado.
Heechul se sintió aún más arrepentido, porque el jovencito parecía completamente exhausto.
— Yo
me atendería solo
— dijo— ,
pero me ordenaron que permaneciese aquí.
— Lo sé — Donghae
intentó sonreír— . Un joven tan hermoso como vos provocaría una conmoción allá
abajo. Debéis tener mucha hambre. Jooahn se olvidó de vos y yo también, hasta
hace unos minutos. Tomad — añadió, tendiendo a Heechul la bandeja de comida— Esto
tendrá que bastaros hasta que pueda traeros más esta noche.
— ¿Podéis
quedaros y platicar un poco? Quiero agradeceros por todo lo que habéis hecho
por mí.
— No
tenéis necesidad de agradecerme. Me ordenaron que os cuidara y atendiera, pero lo
hubiera hecho de todos modos. Somos de la misma raza, vos y yo.
— Quedaos,
entonces, un momento.
— No, no
puedo, Heechul..., ¿puedo llamaros Heechul?
Heechul
asintió en silencio.
— Hay
demasiado que hacer allá abajo. Ya perdí media mañana en el cuarto de huéspedes
— dijo con una mueca— Esos hombres no se preocupan por la hora cuando quieren
gozar.
Heechul lo
miró marcharse. ¿Boah, Jaejoong y los otros también estaban sufriendo esta
clase de tratamiento? ¿También le obligarían a él a servir de juguete para los
hombres?
— ¡No!
¡Jamás! — dijo en alta voz, antes de sentarse en el suelo con
la bandeja, súbitamente consciente de su hambre— . ¡Que se atrevan!
Atacó la
comida con placer y agradeció en silencio a Donghae por haberse acordado de él,
puesto que nadie más lo había tenido en cuenta. Antes que terminase la comida
la puerta se abrió otra vez y levantó la vista y vio a Choi Siwon, apoyado
despreocupadamente en el marco. Estaba vestido con una túnica ceñida y
pantalones de color azul, bordeados de piel de marta cebellina. Un ancho
cinturón de oro con una gran hebilla incrustada de gemas azules le rodeaba la
cintura y cruzaba su abdomen plano. Sobre su ancho pecho colgaba un enorme
medallón de plata.
Los ojos
de Heechul fueron automáticamente a sus brazos desnudos. Vio mucha fuerza en
los músculos tensos bajo la piel. Imaginó esos poderosos brazos estrechándolo y
atrayéndolo hacia él, y su pulso se aceleró traviesamente con ese pensamiento.
Pero esto fue rápidamente oscurecido por el recuerdo de las consecuencias que Jaejoong
le había descrito tantas veces.
Lo miró a
los ojos y enrojeció al ver la expresión divertida de él. Lo había sorprendido
estudiándolo: sintió como si también le hubiera leído el pensamiento.
— ¿Qué
queréis, vikingo? — preguntó secamente para ocultar su turbación.
— Ver si
vuestro carácter ha mejorado.
— ¡No ha
mejorado ni mejorará! — replicó con vehemencia, recordando todas las cosas
malas que había oído acerca de este hombre— . De modo que no necesitáis volver
a preguntar.
Pese a la
brusquedad de Heechul, Siwon sonrió, y reveló dientes blancos y parejos y dos
profundos hoyuelos en sus mejillas.
— Me
alegra ver que habéis obedecido las órdenes de Jooahn y aprovechado vuestro
tiempo. ¿Este es vuestro trabajo? — señaló el telar.
Heechul siguió
su mirada y habría reído si no hubiese creído que él hablaba en serio.
— No,
nunca tocaré esa cosa — El ya no sonreía.
— ¿Por
qué?
— Es
trabajo para delicados — dijo. Se encogió de hombros y siguió comiendo.
— ¿Ahora
me diréis que no sois un jovencito?
Le echó
una mirada que sugería que él era un tonto.
— Claro
que lo soy. Pero nunca hice trabajo de este tipo.
— ¿No es
digno de vos, supongo? — preguntó él con tono sarcástico.
— Sí —
respondió sin arredrarse. Siwon gruñó y meneó la cabeza.
— Me
dijeron que fuisteis ofrecido como novio mío. ¿Hubierais venido, sin saber
dirigir una casa y sin asumir el papel propio de un esposo?
— ¡Sé
dirigir una casa,
vikingo! — estalló, con
ojos tormentosos— . Mi tía me enseñó todo lo que hay que saber. Pero
nunca puse en práctica esa lecciones. Y en cuanto a que fui ofrecido como novio
vuestro, así fue. Pero sabed que la perspectiva me era odiosa y sólo accedí
porque mi padre había dado su palabra a fin de que hubiera una alianza. ¡Por lo
menos, nosotros hacemos honor a nuestra palabra cuando la comprometemos!
A él no se
le escapó la ironía.
— Yo no
tomé parte en el engaño — dijo—. ¿Me culpáis por ello?
— ¡No, yo
culpo a quien lo merece! — dijo escupiendo las palabras— ¡Un día él lo pagará!
Siwon se sonrió
de la amenaza. Su padre estaba acertado cuando decía que lo odiaba. Por la
actitud desafiante del joven, casi podía creer las otras cosas que también
había contado Kangta . Dejó que sus ojos lo recorrieran lentamente de pies a
cabeza. ¿Podía esta jovencito haber herido a un vikingo? No, no era probable.
Su cuerpo esbelto estaba hecho para el placer, no para blandir una espada. Otra
vez se sintió atraído por él y eso lo irritó.
Ciertamente,
era peligroso..., no en sus amenazas, sino en su belleza. El no confiaba en los
jóvenes y sólo los tomaba cuando era fuerte la necesidad. De otro modo, les
evitaba, y decidió que con éste no sería diferente.
— Si no me
culpáis, ¿por qué, entonces, dirigís vuestra cólera contra mí?
— ¡Sois un
tonto, vikingo, si tenéis que preguntarlo! Me trajeron aquí y luego vinisteis
vos y dijisteis que sois mi dueño. ¡Bueno, ningún hombre es mi dueño! ¡Ninguno!
— ¿De modo
que volvemos a eso? — suspiró él y cruzó sus brazos sobre el pecho— No
estoy listo para
daros la prueba, pero cuando lo esté, sabréis con
seguridad quién es el amo aquí.
Heechul rió, pues
sintió que la
renuencia de él
representaba una victoria.
— Sé que
vos sois el amo aquí, vikingo. No pienso en otra cosa.
El brillo
de sus ojos lo hizo sonreír.
— Mientras
aceptéis eso, creo que podremos ahorrarnos muchas disputas — dijo, y se
marchó.
entonces — se detuvo, y una expresión de enormes tristeza pasó por su cara. Sacudió la cabeza como si quisiera sacarse de encima ese sentimiento y miró una vez más a Jackie — ¿Si trabajo con vos en el establo, me dejaréis montar los caballos?
Las cosas esta difíciles para Heechul veremos que pasa con el gracias por el cap espero el siguiente bye.
ResponderEliminar