Donghae miró el anillo de Hyukjae acababa de ponerle en el dedo. Si al menos pudiese comprender cómo lo ocurrido en el pasado podía encajar con el presente. Hyukjae robándole las manzanas de su padre. Hyukjae y su padre enfrentándose cuando Hyukjae solo tenía diecisiete años y su padre les pilló a los dos hablando cuando él solo tenía catorce. Se habían odiado desde el primer momento.
El decreto de su padre había sido que no volviese a ver a Lee Hyukjae. Y después el ultimo verano. Amor y traición.
Después del accidente, Donghae se
había marchado de Corea y Hyukjae de Busan. Los años habían pasado después, y
él estaba al parecer decidido a conseguir lo que no había podido alcanzar
entonces. No tenía sentido, porque había sido Hyukjae quien lo había alejado,
pero debía ser así.
Hyukjae había comprado las
propiedades de su padre en Busan; luego, aquel comentario el dia de su funeral,
como si supiera ya de antemano que iba a llegar un momento en el que necesitase
su ayuda. Y por último, cuando había acudido a él, había tomado aquella decisión
demasiado rápido; en cuestión de minutos, le había hecho la oferta de
matrimonio.
Demasiado rápido, a no ser que lo
tuviese todo planeado como golpe final a una antigua guerra con su padre. Les
había comprado a los dos, a él y a su hermano, con aquél pagaré. Pero no tenía
sentido que el hombre que estaba a su lado necesitase probar que podía
conseguir lo que le había estado prohibido cuando era niño. No tenía sentido,
pero la única explicación posible.
Lo besó cuando les proclamaron
casados. Al sentir sus labios, se hubiera separado instintivamente de no ser
por la presión de su mano en la espalda, así que la presión cálida de su boca,
y cuando se separaron, vio a su hermano por encima del hombro de Hyukjae.
─No me gusta esto ─dijo Sungmin en
voz baja─ Tu familia y tú solo le han traído problemas a Hyukjae, y le he dicho
que está cometiendo un error.
Hyukjae se acercó a ellos en ese
momento y Sungmin no dijo nada más. El joven hermano mayor de Hyukjae. Donghae
no había hablado nunca con él, excepto algún saludo al cruzarse en la calle.
Pero ahora era su cuñado y tenía
que llevarlo lo mejor posible.
─Gracias por darme la bienvenida a
la familia ─le dijo, y lo besó brevemente en la mejilla, Sungmin casi se
estremeció. Después debió intercambiar una mirada significativa con su hermano
porque casi sonrió.
─¿Van a tener luna de miel? ─preguntó.
Hyukjae le puso la mano en el
hombro a modo de caricia posesiva.
─Vamos a tomarnos unos cuantos
días en un lugar donde sea poco probable que nos encuentre la empresa. Hasta
ahora nos hemos librado de ellos, pero nunca se sabe.
Una luna de miel… había firmado un
contrato y accedido a sus términos. No ocurriría nada a no ser que él lo
pidiera.
Una hora de tortura en sociedad
siguió a la ceremonia. Kyuhyun vació su copa demasiado rápido y pidió una
segunda mientras observaba a Hyukjae con un ceño de aprensión o ira. Entonces,
dijo Hyukjae de pronto:
─Nos perdonarán si nos vamos
enseguida, ¿verdad? Tenemos un avión esperándonos.
Kyuhyun se puso de pie con los
demás.
─Yo también me marcho.
─Todavía no ─dijo Hyukjae─ Tenemos
que hablar un momento antes que vuelvas
a Busan.
Lo dijo como si tal cosa, pero
Kyuhyun palideció.
Hyukjae acompañó a Sungmin hacia
la puerta. Donghae fue con ellos también para decirle adiós y pretender una vez
más que no era odio lo que veía en los ojos de Sungmin.
Solo quedaba Kyuhyun.
─Hablaremos en mi estudio ─dijo
Hyukjae, y echó a andar hacía allí.
Kyuhyun le siguió más despacio,
apoyándose en su bastón como si estuviera cansado. Donghae hubiera querido ir
con ellos. ¿Por qué estaría Hyukjae enfadado con Kyuhyun cuando al menos
deberían sentir simpatía el uno por el otro?.
Pero se quedó solo en el salón y
la puerta se cerró tras ellos. Se acercó a la ventana para contemplar la
hermosa vista. Ni un solo ruido salía de adentro. Hyukjae le había hecho creer
que seguía reteniendo cierto control con lo del contrato, pero todo era una
farsa. Puede que consiguiera mantenerle fuera de su cama, pero estaba decidido
a controlar su vida. ¿Qué estaría pasando en aquél estudio? Hyukjae le había
prometido atar de pies y manos financieramente a su hermano y eso debía ser lo
que estaba haciendo. Después una vez hubiese terminado con Kyuhyun, el juego de
su matrimonio comenzaría.
Salió a la enorme terraza, podía
haber estado en la isla más solitaria y aislada del mundo porque no había
ningún otro edificio más alto que aquél a la vista. En aquél lugar, viviría
cuando estuviese en Seúl. Bajo el techo de Hyukjae. Se acercó caminando
lentamente hasta el enorme jacuzzi y se preguntó si alguna vez llegaría a
utilizarlo. Desde luego cuando Hyukjae no estuviera en casa. Había algo
demasiado íntimo en la idea de sentarse en esa agua caliente con las turbinas
funcionando y Hyukjae lo bastante cerca como para aprisionarlo con la mirada.
Las estrellas y Hyukjae…
En aquél instante, Kyuhyun
apareció en las puertas.
─Acaban de ponerme de patitas en
la calle ─dijo. Solía llevar el pelo bien peinado, pero ahora lo tenía revuelto
como si se hubiera pasado varias veces las manos por él. Su rostro reflejaba un
profundo cansancio.
─¿Qué te ha hecho Hyukjae? ─le
preguntó
─¿Hacer? ─Kyuhyun se encogió de
hombros─ No pensarás que me ha puesto al borde de un precipicio, ¿verdad?.
─Son los dos iguales ─replicó, con
el ceño fruncido─ Evasivos como anguilas. ¿Qué te ha dicho?
─Me ha echado un sermón sobre
inversiones y después me ha despachado diciendo que los recién casados
necesitan un poco de intimidad ─hizo una mueca─ Ha conseguido que me sintiera
ridículo por lo de SM.
─¿Y que mas?
Tenía que haber más, seguro. La
expresión de Kyuhyun era como si acabaran de quitarle un gran peso de encima en
ese estudio. Pero ya hacía días que sabía que Hyukjae respaldaba su pagaré, así
que, ¿qué otra cosa podía haber?
─Cosas de hombres, acompáñame
hasta la puerta, ¿quieres?
Los dos pasaron por la puerta de
la terraza, Kyuhyun apoyándose pesadamente en su bastón.
─¿Seguro que no preferirías
quedarte? ─le preguntó después de darle un beso en la puerta─, eres bienvenido,
ya lo sabes.
Probablemente Hyukjae no pensase
lo mismo, pero no iba a dejar de hacerlo por ello. Si ahora era su hogar,
estaba decidido a tratarlo como tal.
─¿Es vuestra noche de bodas?
─contestó, y se echó a reír al tiempo que lo abrazaba.─ Ni se me ocurriría. Ven a verme cuando
vuelvas a Busan.
Busan, y otra residencia de
Hyukjae. No se lo había preguntado, pero por ese condenado artículo de la
revista, sabía que tenía casas esparcidas por todo el globo. Residencias donde
no iba a tener más remedio que vivir a partir de ahora.
La puerta se cerró tras su hermano
y se quedó a solas con Lee Hyukjae. Casado y solo.
La puerta del despacho estaba
abierta y él seguía dentro. No se sentía con ganas de enfrentarse a él. Ojalá
le retuviese allí dentro cualquier cosa que tuviese que hacer: una llamada de
teléfono quizás, en la que dijesen que el nuevo hotel se estaba cayendo y le
necesitaban urgente… cualquier clase de emergencia que pudiese obligarle a
marchar.
Volvió a salir a la terraza, al
borde de la piscina, y se la quedó mirando, imaginándose como sería meter los
pies y las piernas para sentir el poder relajante del agua. Debería cambiarse
para ir donde sea que fueran. Hyukjae se había encargado de que llevaran su
ropa al departamento, llevaba tres días durmiendo bajo el mismo techo, aunque
Hyukjae se la había pasado en la isla supervisando el trabajo del hotel.
─Puedes utilizar todo lo que
quieras del estudio ─le había dicho él─ Pasarán un par de semanas para que
puedas volver a Busan.
Había preferido no preguntarle
porqué. Se había estado dejando llevar por su destino desde que habían firmado
aquél contrato. Un par de semanas más, y hasta tendría que dar fiestas, sonreír
y fingir… y dormir cada noche en la misma habitación en la que había dormido
aquellas tres noches. No era el dormitorio principal, ni tampoco el de él. No
había querido verlo.
Había estado en contacto
telefónico con su oficina y había recibido una comunicación por fax con el
diseño para el centro de asistencia diurna para el complejo de One Day. En un principio había pensado mostrárselo
a Hyukjae. Sería absurdo estar casado con un hombre conocido por ser uno de los
mejores arquitectos del mundo y no aprovecharse de ello, pero al final no lo
había hecho.
Se agachó al borde de la piscina y
metió los dedos en el agua. Cálida. Tentadora.
─Adelante ─le dijo él.
Donghae dio un respingo y se
volvió a mirarlo. Estaba a centímetros de él y retrocedió instintivamente. Él
le sujetó la muñeca.
─Te vas a caer dentro.
Donghae quiso separarle, pero
estaba demasiado cerca; seguro que hasta podía sentir cómo el corazón le
golpeaba contra las costillas.
─Suéltame ─susurró.
─¿Por qué?
Comenzó a temblar, pero él le hizo
levantar la cabeza hasta encontrar sus ojos.
─No quiero que me abraces ─le
dijo.
Hyukjae se quedó mirándolo un
momento antes de contestar.
─Hace tiempo sí querías.
─Entonces era un niño.
─Mmm… Puede que no fueses un
adulto, pero un niño tampoco. ─acarició su cuello con la mirada y se detuvo en
su pecho─ Si te suelto podrías caerte en la piscina… y no quiero ni pensar lo
que le pasaría a ese traje de seda en el agua.
Donghae intentó retroceder,
temiendo mirarse por si su cuerpo reflejaba la imagen que tenía en la cabeza,
saliendo de la piscina mojado con la ropa pegada completamente a su cuerpo, y
él quemándole con la mirada.
─¡Suéltame!
Hyukjae retrocedió y Donghae con
él; después, lo soltó, pero siguió sintiendo su contacto.
─¿A dónde vas a llevarme? ─la voz
le temblaba─ le has dicho a tu hermano que íbamos a marcharnos, pero te
advierto… te advierto que no pienso ir contigo a algún lugar apartado en mitad
de ninguna parte. No pienso estar solo contigo.
Sus pupilas se dilataron y Donghae
se dio cuenta de que estaba respirando demasiado deprisa, que su confusión y su
inquietud eran demasiado evidentes. Él le estaba observando y, maldita sea,
estaba excitándose de verse así, confundido, inquieto por el efecto que tener
su brazo por la cintura le había producido.
─No pienso estar solo contigo
─insistió─ Me niego a…
─Ahora estamos solos, amante de la
luna.
No le gustaba la expresión de su
rostro, como si las cosas estuviesen yendo exactamente como él había planeado.
─La ciudad está ahí afuera
─contestó─ Si tuviera que huir de ti, podría… porque no me detendrías, ¿verdad?
─disimuló el miedo. Cuando un hombre prometía no consumar una relación a menos que la pareja se lo pidiera… bueno,
habían un montón de otras cosas que sí podían ocurrir. Formas en la que un
hombre podía tocar a su pareja en las que no había pensado al hacer el trato
con él.
Evidentemente, él si.
─¿Lo harías? ¿Me lo impedirías?
Hyukjae se guardó las manos en los
bolsillos del pantalón.
─Me has pedido que te soltara y lo
he hecho.
─Sí, pero…
─Jamás utilizaría mi fuerza para
obligarte hacer nada ─y añadió con ojos muy serios─ si no confías en mi, puedes
irte ahora. No te detendré.
Donghae miró las puertas del
salón. No tenía más que atravesar la habitación, salir al corredor, tomar el
ascensor y salir…
─¿Y que pasa con…? ¿Qué pasaría
con el pagaré de Kyuhyun?
La expresión de Hyukjae era
inexcrutable.
─No pretendo coaccionarte con nada
─contestó.
─Eso no tiene sentido ─susurró─
Tú... Hemos hecho un trato. Tú te hacías cargo del pagaré y yo… te prometí que…
Hyukjae sacó unos papeles del
bolsillo interior de su chaqueta que rompió en trocitos lentamente.
─¿Eso era…? ─tragó saliva, e hizo
un gesto a los trozos de papel en el suelo─ ¿Era…?
─Dos copias. Tú tienes la tercera
El contrato que habían firmado.
─Estás loco ─susurró ─ Deberías
haber dejado una copia en el despacho del abogado
─Eso mismo me dijo él también.
Simplemente he apostado fuerte ─sonrió─ Creo que tengo mas posibilidades de
conseguir que éste matrimonio llegue a ser real si no hay ataduras.
Donghae no pudo hablar.
─Eres libre de marcharte ─dijo él─
Cuando quieras. Jamás utilizaré mi fuerza contra ti. Ni financiera ni
físicamente.
─Maldito seas ─murmuró Donghae
mirando al cielo.
Hyukjae se agachó a recoger los
trozos de papel.
─Las cosas cambian , ¿verdad?
─Si…
Él estiró el brazo con los trozos
de papel en la mano, pero Donghae se dio la vuelta y se acercó a la barandilla.
─No ─rectificó─ No cambia nada ─
se rodeó con los brazos y se dio la vuelta para mirarlo. Sabía que su postura
revelaba que estaba a la defensiva, pero no le importó. ─ He firmado un
contrato, y tu también. Que lo rompa no significa nada. Aún sigo debiéndote un
montón de dinero que no voy a poder pagarte.
─No me debes nada ─dijo, apretando
un puño fuera de su vista─ Lo habría hecho aunque no hubieras accedido a
casarte conmigo.
Donghae lo había sospechado el
mismo día que firmaron el contrato, pero no había querido seguir especulando
sobre ello para no enfrentarse al montón de posibilidades, todas ellas
peligrosas, que se abrirían frente a sus ojos.
─¿Por Kyuhyun?
Aquella era la única razón por la
que podía dejarlo al margen a él, pero Hyukjae le había dicho que no sentía ningún deseo de ayudar a Kyuhyun…
─No. Kyuhyun no tiene nada que
ver.
Donghae se mordió el labio,
mirando más allá de las puertas de la terraza y del lujoso apartamento con sus
alfombras persas.
─Adelante ─le dijo él─ Pero te
advierto que pienso seguirte. Estaré frente a tu puerta todos los días y
asistiré a las mismas fiestas que asistas tú. Cada vez que te inviten a cenar,
me sentaré en la mesa de al lado, y cuando compres una propiedad, yo estaré
involucrado. Y si los periodistas me hacen preguntas, les diré simplemente que
eres mi esposo, porque hagas lo que hagas, he de advertirte que yo he hecho
esas promesas con el corazón, y a menos que seas capaz de enfrentarte a mí en
un tribunal y decirnos al mundo y a mí que nuestras diferencias son
irreconciliables… a menos que puedas hacer eso, voy a estar pegado a ti por el
resto de tu vida.
No parecía que eso le hiciera
feliz; debía ser una especie de compulsión, pero se había metido en aquello con
los ojos abiertos.
Pensó en el día de su boda con
Tim, y en la escena que había tenido lugar después en el estudio al descubrir
que el dinero de su padre estaba tras el cortejo de Tim. Tenía la sensación de
estar pasando otra vez por lo mismo. Diez años a tras se había enfadado, pero
al menos se había sentido capaz de vivir dentro de los parámetros que su padre
y Tim habían trazado para él. Ahora solo sentía confusión y peligro.
─Espero que respetes ese contrato
─dijo y la voz le tembló ligeramente─ Yo no he roto mi copia.
Él sonrió.
─¿Y piensas llevarlo como una armadura?
─Sí ─replicó Donghae con seriedad─
No creo que pueda confiar en ti ni un ápice. Esto es pura estrategia. No has
roto ese contrato por generosidad, sino porque… porqué tú…
─Porque te quiero ─dijo, y le
enseñó las manos como si quisiera decir que no habían cartas en las mangas─,
sin juegos amante de la luna. La elección es tuya. Si quieres que nos ciñamos
al contrato, eso será lo que haremos. Si quieres marcharte… ─un músculo tembló
en su mandíbula─, eres libre de hacerlo. Pase lo que pase, habrá sido elección
tuya.
Lo había liberado y al mismo
tiempo, no le dejaba elección.
─Quieres tomar algo ─dijo.
No se había dado cuenta de la
tensión que Hyukjae había ido acumulando hasta que le vio moverse.
─¿Champán?
─¡No! ─contestó, y le siguió al
salón. ─ Agua mineral.
─Hay que mantener la cabeza fría,
¿eh?
─Desde luego
Si iba a quedarse con aquél
hombre, sería mejor que se olvidase de tomar una sola copa.
Su elección. Quedarse o
enfrentarse a él en un juicio por divorcio. Tendría que presentarse ante el juez
y decir… ni siquiera sabía qué tendría que decir. Nunca había pensado en el
divorcio como algo que pudiera aplicarse a él, pero no estaba seguro de poder
soportar una vida a su lado.
Hyukjae le entregó un vaso de agua
mineral con hielo.
─Gracias.
Había salvado a Kyuhyun y a él
mismo. Hubiera sido más fácil si Hyukjae se hubiera ceñido al contrato. Era más
difícil quedarse allí cuando solo su propia conciencia le impedía salir por la
puerta.
─¿A dónde vamos a ir? ─preguntó,
después de tomar un largo sorbo de agua─ Antes le has dicho a Sungmin que
íbamos a marcharnos.
─Tú eliges ─se acercó a la
chimenea y se quedó mirando una pintura. ─ Nos están esperando con el avión en
el aeropuerto. Di a dónde quieres ir ─se volvió a mirarlo con una ligera
sonrisa─ Has dicho que quieres que haya gente, así que será mejor que no
vayamos a mi casa del mediterráneo. Está en una isla cuya población es de unos
cuarenta habitantes, así que tú eliges, amante de la luna.
Cada vez que lo llamaba Amante de la Luna, sentía un escalofrío
recorrerle la columna.
─No podemos retroceder ─le dijo,
clavando los ojos en su vaso de agua─ Puedes seguir llamándome amante de la
luna, pero lo que ocurrió hace catorce años, fue algo entre críos, y ya
terminó.
Entonces lo miró, y algo en sus
ojos le hizo estremecerse.
─Si ya terminó, entonces deja de
mirarme con el pasado en los ojos. Si terminó, empecemos desde cero con este
matrimonio en el día de hoy, sin pasado.
Sería imposible. Cada vez que lo
miraba, veía su adolescencia y la breve luz que había sido para él una semana
queriéndole. Aquella semana estaba unida irrevocablemente a la confusión y al
dolor que vino después.
─¿Por qué me odia Sungmin? ─le preguntó
Hyukjae se apoyó contra la
chimenea y miró a un punto indefinido.
─Olvídalo ─sugirió.
─Supongo que no estarás dispuesto
a contarme lo que sucedió después del accidente de Kyuhyun, ¿verdad? ¿Por qué
cambio todo? ¿Por qué a la mañana siguiente cuando yo… ─tragó saliva─ ¿Por qué
cambiaste?
Él se acercó hasta quedar solo a
centímetros y lo miró como si pretendiese leer sus pensamientos.
─No ─dijo al final─ Déjalo estar,
Donghae. Ya no vas a poder desenmarañar nuestro pasado. El futuro es todo lo
que tenemos.
Donghae emitió un sonido amargo
que podría haber sido risa.
─¿Quieres decir que soy libre de
marcharme?
─Yo no te detendré.
Pero antes le había dicho que le
seguiría, que aparecería en sus cenas y se inmiscuiría en sus asuntos de
negocios. Entonces miró el vaso y se preguntó que haría si le tirase el
contenido a la cara. Era la clase de cosa que jamás había hecho, pero al mirar
las líneas duras de su rostro se dio cuenta de que ponerse histérico solo le
serviría para salir mal parado. La histeria no le serviría de nada frente a la
fría determinación de Hyukjae.
─Eres todo puertas cerradas ─le
dijo─ Dices que me quieres… pero todas las puertas están cerradas.
─Las puertas que dan al pasado,
por qué solo hay problemas allí. Déjalo donde debe estar. ¿A dónde quieres ir
de luna de miel.
Donghae suspiró.
─A Timbuktu ─sugirió con una
mueca─ Supongo que tu avión puede llevarnos hasta allí.
─Desde luego ─él sonreía, pero
solo con los labios─ Pero piensa bien tu deseo. ¿Es ese el lugar a donde de
verdad quieres ir?.
─Durante toda mi vida, han sido
los demás quienes han elegido por mí. Ahora tú me das la oportunidad de elegir
y la ironía es que sigo sin ser libre ─dijo, y miró hacía la puerta que lo
conduciría hacía la libertad. A una libertad falsa.
─¿Qué te retiene?
─La conciencia. Tú puedes que no
te debo nada, pero yo sé que no es así.
─¿Y te sentirías libre si te
dijera que lo he hecho por Kyuhyun?
─Sí
Se lo quedó mirando unos segundos.
─Y que ocurriría entonces? ─
musitó─ Nunca te he mentido, amante de la luna, y no voy a empezar a hacerlo
ahora. Si quieres marcharte, hazlo, pero no pienso crear otro malentendido
entre nosotros dos.
─Ni tampoco quieres aclarar los
anteriores ─le replicó, resentido.
─No. Bueno, ¿te vas a marchar solo
o conmigo?
Donghae inspiró profundamente.
─Hemos hecho un trato, y ni me voy
a echar atrás, ni voy a huir. Pero va a ser una luna de miel muy aburrida ─vio
el deseo brillar en sus ojos y añadió─ vas a respetar ese contrato y cada vez
que nos hospedemos en un hotel, pediremos habitaciones separadas.
Él se pasó las manos por el pelo y
Donghae vio la risa en sus ojos.
─A los periodistas les parecerá
muy interesante cuando sepan que estamos casados. ¿No te valdría una suite?.
Aa!! Esto me encantaa!!!
ResponderEliminar😁😁😁
Hola!!! Feliz Año!! Esto cada vez me intriga más que diablos paso para que no quiera aclarar el pasado muchas gracias por el cap espero el siguiente bye.
ResponderEliminarJodida cosa perfecta!!!!
ResponderEliminarHoli~
Feliz año nuevo~
Wi~ -rueda por el piso feliz-
Tal parece que Hyukjae le cantó unas cuantas a Kyuhyun,las suficientes para no querer estar ni un minuto más ahí.
ResponderEliminarSolo queda una hoja de contrato,Hae tiene la oportunidad de terminar con todo...claro,siempre y cuando quiera ver a Hyuk detras de él 😂😂😂😂😂 obvio que no lo duda que lo haga,tal vez no lo ha visto en un tiempo,pero bien que conoce a Hyuk y que es capas de todo...pero Hyuk le da opción,que tiene trampa incluida😂😂😂😂😂
El pasado...Hae vive en la ignorancia,a él solo le dijeron lo que querian,más no le dijeron lo que en verdad paso y por lo visto nadie quiere decirle nada😒😒😒
como que hae es muy necio si ya firmo un contrato por que da tanto salto cuando el suelo esta parejo
ResponderEliminarMe intriga esta historia, que fue lo que realmente paso, pero estoy segura que la historia que sabe hae no es la verdadera, Hyuk deberia decirle la verdad para que Hae y el puedan darse una oportunidad con ese matrimonio, pero bueno ya veremos que pasara con estos dos, gracias esperaré el siguiente capitulo.
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