Jiyong envainó la espada.
—Gracias por la ayuda.
—No hay problema.
Enfermo por lo que había sucedido, Jiyong echó un vistazo
alrededor a las dispersas cenizas del demonio.
—Es una maldita lástima que Hyungsik no pudiera
controlarlo. Había tenido grandes planes para ellos.
Phoenix arqueó una ceja.
—¿Qué tipo de planes?
—Eres omnisciente. ¿No lo sabes?
Phoenix le dedicó una cómica mirada.
—Como si no lo supieras. Solo puedo ver el futuro después
de que lo haya tocado. — Motivo por el cual intentaba permanecer en su isla,
lejos del mundo. Allí no había nada y nada cambiaba.
La vida continuaba sin él y lo prefería de esa manera.
La mayoría de los días.