El teléfono de Sora
sonó a medida que tomaban el giro a la calle en la vía de servicio y se
dirigían hacia la
finca que los
padres de Kangin estaban alquilando. Ella respondió sin mirar quién era.
—Habla Sora.
—Sora, soy Geunsuk,
de la tienda —oyó decir a su empleado y se dio cuenta que su voz sonaba
nerviosa.
—Geunsuk, ¿está
todo bien? Pareces un poco tenso —dijo Sora.
—Bueno, hay un
pequeño problema. Tenemos un cliente furioso exigiendo verte, diciendo algo
acerca
de ser estafado.
No va a entrar en detalles, pero está realmente enfadado y no sabía si debía
llamar a la policía o qué
hacer, así que te llamé a ti.
—Si no ha hecho
daño a nadie, no llames a la policía, no hay necesidad de molestarlos con esto
si puedo solucionarlo yendo hasta allí y hablando con el hombre. Dame cinco
minutos y voy —dijo Sora a Geunsuk. Colgó el teléfono
y tomó el primer giro que la llevaría a su librería.
—Mamá, ¿qué pasa?
¿Está todo bien en la tienda?
—No estoy muy
segura. Era Geunsuk, él es uno de mis gerentes asistentes y dice que hay un
cliente furioso exigiendo verme. Geunsuk
parecía muy preocupado por él, así que creo que tengo que pasar por allá, pero
voy a hacerlo rápido.
—No es gran cosa,
el hombre lobo puede esperar unos minutos. No voy a decirle que nos vamos a
demorar, vamos a
hacerlo sudar un poco cuando yo no aparezca exactamente a la 1 —dijo Teukkie
con una sonrisa
pícara.