Junyoung tomó un sorbo de su cerveza mientras Taehee y Whitney miraban
fijamente a los hombres en la barra. Él trató de alcanzar una galleta salada
seca en forma de ocho sólo para hacer que Anan abofeteara su mano.
Él parecía consternado.
—¿Estás loco? ¿Sabes cuánto tiempo ha estado fuera eso? ¿Cuántas manos
mugrientas lo han tocado? Es más, nuestro temperamental camarero probablemente
lo envenenó simplemente por rencor.
Junyoung comenzó a rodar sus ojos ante su irrazonable paranoia. Volvió
a mirar al ayudate de camarero, quien se había movido más cerca ahora. Él
estaba trabajando otra vez, pero aun así sospechaba que él era su foco
principal.
Junyoung frunció el ceño cuando vio un mono araña color café subir
corriendo por el brazo del chico para descansar sobre su hombro.
El chico sacó una pequeña zanahoria del bolsillo de su delantal blanco
para dársela al mono, quien la comió mientras él regresaba al trabajo. Refrenó
una sonrisa cuando se dio cuenta de quién era este tipo. Él debía de ser
Taeheon. Minho solía hablar de él de vez en cuando. Él le había dicho que al
principio él había pensado que Taeheon era mudo, desde que él nunca le había
oído hablar con nadie. Se habían conocido durante todo un año antes de que
Taeheon finalmente le había dicho entre dientes, "hola," un día
cuando Minho había entrado a visitar a su madre.
El mono se llamaba Marvin…Anan lo pilló mirando al ayuSiwan de
camarero. Él se volvió en su silla para ver a Taeheon, quien había vuelto a
clavar los ojos en él. Al menos eso es de lo que parecía, pero otra vez, él
mantenía su pelo sobre sus ojos, así que no había manera de saberlo con toda
seguridad.
—¿Está molestándote?
—No —,dijo Junyoung rápidamente, asustado de lo que podría hacer Anan.
En una forma extraña, se sintió casi halagado. Los hombres normalmente no lo
notaban a menos que conociesen quién era su padre. Había sido su madre la que
había hecho que se giraran cabezas.
Nunca Junyoung.
—¿Qué estás mirando? —Todd interpeló al hombre.
Taeheon le ignoró mientras se trasladaba a la mesa al lado de la de
ellos que estaban cubierta de vasos y un plato de nachos medio comidos.
Junyoung podría sentir que él quería hablarle y se encontró
preguntándose como sería él bajo todo ese cabello castaño. Había un aire de
peligro alrededor de él. Un temperamento poderoso, y todavía tenía la sospecha
de que él no quería atraer la atención de nadie.
Era como si él quisiera mezclarse con la pared del fondo pero fuese
completamente incapaz de hacerlo.
Una extraña imagen de un tranquilo tigre del zoológico vino a su mente.
Eso es lo qué él le recordaba. Una enorme bestia que cuidadosamente observaba a
todos a su alrededor, desprendido y aún confidente que podría tumbar a
cualquiera que lo molestara.
—Menudas pintas —,dijo Anan cuando observó a Taeheon mirándolos— ¿Oye,
amigo, por qué no haces algo con esas repugnantes greñas? —Anan le lanzó
algunos dólares a Taeheon. —¿Por qué no usas eso para que te den un verdadero
corte de pelo?
Taeheon ignoró completamente a Anan y el dinero.
El mono comenzó a gritar agudamente como si protegiese a Taeheon. Sin
una palabra, Taeheon palmeó la cabeza del mono, luego le susurró algo para él.
El mono se apeó de un salto del hombro de Taeheon y corrió rápido y ligero
hacia la barra.
Taeheon dejó su bandeja de platos a un lado.
Su corazón latía con fuerza cuando Junyoung se dio cuenta que se
acercaba a él. De cerca, era mucho más alto de lo que había parecido desde
lejos. Por alguna razón, caminaba decaído y parecía medir aproximadamente seis
pies, pero si él se enderezara a su altura completa, Junyoung estaba seguro él
andaría aproximadamente por los seis con dos o con tres.
Había un aura de poder supremo rodeándole. Uno de velocidad y agilidad.
Él era simplemente magnético.
Así de cerca, finalmente podía ver sus ojos. Eran de un vibrante azul
turquesa que era tan pálido que hechizaban en su color.
Y en su falta de piedad.
Él indicó su vaso vacío con una inclinación de su barbilla.
—¿Ha terminado, mi joven señor?
Su voz era profunda y resonante, hipnótica. Envió un emocionante
escalofrío abajo de su columna vertebral.
Él le sonrió a su educado título.
—Sí, —dijo, alcanzándole el vaso.
Él se limpió su mano completamente en su delantal como si no quisiese
ofenderlo o ensuciarlo antes de tratar de alcanzarlo.
Al principio Junyoung pensó que sus manos quizás se tocaran, pero él la
apartó como si él temiese tocarle. Una extraña decepción lo llenó.
Dejando caer su mirada fija, él tomó su vaso, sujetándolo como si fuera
precioso, y se apartó. Él lo colocó en la bandeja, luego volvió la mirada.
—¿Discúlpame, Rasta-mon"? —dijo
Todd groseramente. — No necesitas mirarlo, imbécil. El está muy lejos de tu
liga.
Taeheon le cortó a Todd con una mirada aburrida que decía que no veía
en él una amenaza.
—¿Taeheon? —dijo el joven camarero rubio cuando llegó a su altura y
confirmado así su identidad a Junyoung. El camarero hizo una pausa para
dedicarles una mirada furiosa previniéndoles antes de él suavizó su expresión y
se volviese a Taeheon. —¿Es hora de que te tomes un descanso, de acuerdo,
cielo?
Él asintió con la cabeza.
Como él empezaba a irse, Anan empujó la bandeja en sus manos.
—Yeah, cielo, mantén a los de tu clase en la cuneta.
Antes de que Junyoung se diese cuenta de lo que él estaba haciendo, Anan
lanzó su bebida en la cara del hombre.
Taeheon dejó escapar un sonido que era más un siseo de algún gruñido
extraño que no parecía muy humano. En un abrir y cerrar de ojos, él dejó caer
la bandeja y se abalanzó por Anan.
De la nada un grupo de hombres apareció para sujetar a Taeheon. Junyoung
se puso de pie y observó como los cuatro porteros mucho más grandes tuvieron
que luchar para sujetar a Taeheon. Le rodearon tan bien que Junyoung solo lo
podía ver entre la barrera que formaron como para proteger su grupo.
El camarero estaba lívido.
—¡Fuera! —gruñó él—. Todos ustedes.
—¿Por qué? —Anan preguntó—. Hemos pagado lo que hemos consumido.
Otro hombre se acercó, el cual poseía un parecido notable con el
camarero. Él debía ser el hermano que él había mencionado antes que llevaba el
bar.
—Mejor que hagas lo que dice Minwoo, chico. Nosotros solo salvamos tu
vida, pero no le podremos sujetar durante demasiado tiempo. Para cuando su
visión se aclare, será mejor que te hayas largado o no nos haremos responsables
de lo que él te haga.
Anan le desdeñó con sarcasmo.
—Él me toca y os demando a todos.
El hombre se rió amenazadoramente.
—Confía en a mí, quedará lo suficiente de ti más que para que te
alimentes por una pajita, con lo que ya no digamos que estés en condiciones de
sostener un proceso legal, tío. Ahora lárgate de mi bar antes de que yo te
saque.
—Venga adelante, Anan —dijo Todd, arrastrándolo a él hacia la puerta.
—Ya hemos estado aquí lo suficiente.
Whitney y Taehee se resistían a tener que salir, pero se levantaron
como obedientes zombis y siguieron a los chicos.
Junyoung se quedó atrás.
—¿Junni? —preguntó Todd.
—Iros. Ya os alcanzaré más tarde.
Anan negó con la cabeza ante él.
—No seas estúpido, Junni. Ellos no son de nuestra clase.
Él estaba harta de lo de “nuestra clase, nuestro estatus". Había
tenido suficiente de eso en su vida, y ya era demasiado para él que su familia
entera, tuviese la idea de que sólo había dos clases de personas en el mundo.
Los que eran decentes y esos que eran término medio.
Personalmente, a él le enfermaban esa clase de personas tan mezquinas.
—Cállate, Anan. Vete a casa antes de que yo te golpee.
Anan puso sus ojos en blanco antes de apresurarse apresuró a la puerta
con Taehee y Whitney de remolque.
—¿Está seguro que quieres quedarte? —preguntó Tood.
—Sí. Cogeré un taxi a casa.
Él parecía menos que convencido, pero él debía haber reconocido su
determinación para no continuar insistiendo.
—De acuerdo. Ten cuidado.
Junyoung asintió, entonces esperó a que salieran antes de dirigirse en
la dirección donde había visto que los porteros llevaban a Taeheon. Este
completo fiasco había sido todo por su culpa lo menos que podía hacer era
disculparse por el hecho de ser lo suficiente estúpido para relacionarse con
imbéciles.
Encontró un pequeño vestíbulo pequeño que llevaba a los aseos y un área
marcada como: Privado. Solo personal. Al principio pensó que los hombres
podrían haber entrado en el área de la oficina privada, hasta que oyó voces
saliendo del aseo de caballeros.
—No mojes otra vez su cara, Colt, te arrancará el brazo de un tirón.
Otra vez oyó ese fiero gruñido animal y algo que sonaba como alguien
siendo empujado hacia atrás.
—Te lo dije —dijo la voz masculina otra vez—. Los humanos son
estúpidos. Ese chico tuvo suerte de que no dejásemos que Taeheon le atacase. Tú
no tiras de la cola de un tigre a menos que quieras que te muerda.
—¿Qué diablos estabas haciendo hablando con ese joven de todas maneras?
—preguntó otra voz—. ¿Desde cuándo hablas con alguien, Taeheon "?
Él oyó otra vez el gruñido, seguido por el sonido de vasos rotos.
—Bien —dijo la primera voz—. Ten tu rabieta. Esperaremos fuera.
La puerta del cuarto de baño se abrió para mostrar a dos hombres que
rondarían tranquilamente el 1,82m. Ellos se detuvieron entre él y la puerta
para mirarle detenidamente.
—¿Él está bien? —les preguntó.
El único que tenía pelo largo le dedicó una mirada extraña.
—Deberías seguir mi consejo y salir de aquí. Ya has causado bastantes
problemas para una noche.
Pero por raro que parezca, no quería irse.
—Yo… —Él olvidó sus palabras cuando la puerta del cuarto de baño de
abrió para mostrar a Taeheon otra vez cuando él salía del baño para entrar en
el vestíbulo, también.
Su camisa estaba mojada, haciendo que partes de ella se pegasen a un
pecho muy musculoso. Él traía una toalla sobre un hombro y su cabeza baja. El
gesto le recordó mas a un depredador que estaba observando el mundo
prevenidamente, esperando para atacar, que alguien que fue tímido o reservado.
Él se acercó lentamente, metódicamente. Algo acerca de sus movimientos
le recordaban a un gato antes de que él se rozase contra su dueño para
acariciarlo con la nariz o lo marcase como suyo.
Taeheon se pasó la mano por la cara antes de dirigirles una mirada
siniestra a los hombres.
—Salid —gruñó él.
El que tenía el pelo largo se quedó rígido como si él odiase la idea de
que le diesen órdenes.
—Vamos —dijo el hombre de pelo corto que debía de ser Colt, en tono
conciliador. — Taeheon todavía necesita tiempo para enfriarse.
El hombre dejó escapar un bajo gruñido siniestro antes de él dirigirse
de vuelta al bar. Colt le dedicó una mirada de advertencia a él, luego se
dirigió a la barra.
Junyoung tragó cuando se acercó a Taeheon lentamente. Así de cerca
podía decir que su floja camisa cubría un cuerpo delgado, duro. Su piel era de
profundo dorado leonado que era tan invitador que debería ser ilegal.
Había algo en él que daba la sensación de estar completamente
incivilizado. Él aún se veía como si hubiese dormido con la ropa puesta. Era
obvio que a este hombre no le importaba lo que alguien pensara acerca de él. Él
no seguía moda alguna o cualquier regla de urbanidad. Por lo que podía ver
después de lo que había oído casualmente mientras habían estado en el cuarto de
baño, aun no parecía que él fuese bastante social en absoluto
En teoría debería sentir repulsa por él, pero no era así. Todo lo que
quería hacer era apartar esa mata de cabello de su cara y ver si él era tan
guapo como sospechaba.
—Lo siento mucho —dijo quedamente— No sabía que Anan iba a hacerte eso.
Él no habló. En lugar de eso él dio un paso hacia delante, tan cerca
ahora que podría sentir el calor de su cuerpo. Él extendió la mano. Él detuvo
su mano poco antes de que él tocase su mejilla y la mantuvo allí, mientras esos
extraños ojos azules lo abrasaban.
Taeheon quería tocarlo tan profundamente que él podría saborearlo. Él
nunca había deseado ninguna cosa tanto como eso. Pero entonces, él sabía que no
debería.
Era humano.
Y era precioso. Su pelo parecía tan suave. Su piel resplandecía con
calor vital. Él daría cualquier cosa por probar en primer lugar el sabor de esa
piel para ver si era tan delicioso como parecía ser.
Pero él no podía.
Un animal como él nunca podría tocar algo tan frágil como ese joven.
Estaba en su naturaleza destruir, nunca alimentarse. Él dejó caer su mano.
—¿Eres el amigo de quién Minho solía hablar? —Preguntó Junyoung quedamente.
Taeheon inclinó su cabeza ante su inesperada pregunta.
—¿Tú conocías a Minho?
El asintió.
—Fui a la escuela con él. Solimos estudiar juntos. Él dijo que tenía un
amigo aquí llamado Taeheon que siempre pateaba su trasero el Jinhyukar. ¿Ese
eras tú?
Taeheon miró por encima de las mesas de Jinhyukar e inclinó la cabeza
mientras recordaba a su amigo. No es que Minho hubiese sabido nada realmente de
Taeheon. Pero al menos Minho había tratado de hacer amistad con él. Había sido
un buen cambio de paso.
—Ese era yo, —susurró él, no estaba seguro de por qué se tomaba la
molestia cuando él nunca hablaba con nadie.
Pero él quería hablarle. Él amaba el deje suave, cortés de su voz.
Parecía tan tierno. Una parte extraña, ajena a sí mismo realmente quería
acurrucarse con él.
Él se inclinó hacia adelante muy ligeramente a fin de que discretamente
pudiera inspirar su perfume. Su piel era cálida y suave y tenía rastros de
polvo de talco y un perfume de especias. Esto le hizo ponerse duro y dolorido.
Él nunca había besado a una pareja, pero por primera vez quería besarlo
a él. Sus labios abiertos se veían tan invitadores.
Tan deliciosos…
—¿Taeheon?
Él volvió su cabeza cuando oyó
la voz de Ha Mew detrás de él.
La vieja francesa se acercó a ellos desde la oficina del bar. Él podía
sentir que Mew quería extender la mano y separarlo del humano, pero al igual
que los demás que hacían de The Empire su casa, Mew le tenía miedo . Los de su
clase eran imprevisibles. Mortales.
Todos le temían. Excepto el joven que tenía ante él.
Pero bueno, el joven no tenía idea de que él fuese un tigre caminando
bajo forma humana.
—Debo irme ahora —le dijo a él, apartándose.
El joven se acercó y tocó su brazo. Su ingle saltó en respuesta a ese
contacto. Era todo lo que él podía hacer para suprimir al animal que buscaba
tomarlo como suyo. Normalmente, él cedería a esos deseos.
Esta noche no podía. Hacer eso podría lastimarle, y eso era lo último
que él quería.
—Lamento realmente lo qué pasó —dijo él suavemente— .Fue inexcusable y
espero que no te metiesen en algún problema o te lastimasen.
No dijo nada mientras el joven recorría con la mirada a Mew, luego dio
la vuelta y salió.
Él se marchaba. Eso le traspasó como un cuchillo.
—Ven, Taeheon —Mew dijo—. creo que será mejor si acabas tu turno ahora
y te retiras para la noche.
Taeheon no discutió. Él necesitaba algún tiempo fuera de su forma
humana, especialmente dado cuan volátil se sentía ahora mismo. Era como si su
cuerpo estuviera electrificado. Elevado. Él nunca había sentido nada igual a
esto en su vida.
Sin otra palabra, él se dirigió hacia la cocina, la cual tenía una
puerta que conducía a la puerta del edificio donde los were-animales tenían su
casa.
La Casa Ha había sido por largo tiempo como un refugio para las
criaturas de su misma clase… criaturas que habían sido exiliadas de sus clanes
por toda clase de razones. Como Minwoo decía tantas veces, ellos eran todos
refugiados e inadaptados.
Taeheon más que la mayoría. Él nunca había tenido un clan animal al que
perteneciese. Ni el tigre ni el leopardo tolerarían su mestizaje. Él era un
híbrido al que nunca se debiera haber permitido vivir.
Aquí incluso podía decir que no les gustaba ni siquiera a los osos. Él
juraba que no confiaban en él. Era sutil. Recogían a sus cachorros cada vez que
lo subían a él. O lo harían a la noche y lo aislarían cada vez que creyesen que
quizás estuviese enfadado.
Eso era por qué él había apreciado tanto a Minho. Minho había tratado a
Taeheon como si fuese normal.
—¿Qué diablos? —diría Minho—. Todos nosotros estamos jodidos de alguna
forma. Al menos tú te bañas y no tengo que pelear contigo por las parejas. En
mi libro, eso te hace completamente normal.
Minho había mantenido una visión única del mundo.
Taeheon se quitó su camisa mojada mientras iba subiendo las escaleras.
Marvin llegó corriendo detrás de él. Solo había llegado al primer descanso
cuando un mal presentimiento lo atravesó.
El joven … Él estaba en problemas.
Taeheon conjuró mentalmente una camiseta negra en su cuerpo mientras
sentía la inminente amenaza para él. Sin una palabra a Marvin, él se fluctuó a
sí mismo fuera del edificio, sobre la calle.
Junyoung redujo el paso cuando sintió otra vez la sensación de alguien observándolo en las
sombras. Él se dirigía hacia Jackson Square, a fin de que pudiese tomar un taxi
y llegar a casa antes de que se hiciese más tarde.
Mirando alrededor, él mitad esperó encontrar a Taeheon allí.
No lo encontró. Lo que encontró fueron cuatro desaliñados hombres que
lo miraban infundado interés. Se mantenían en las sombras como si no quisieran
que los identificase. El miedo lo asaltó. Su atención estaba solo demasiado enfocada.
Demasiado intensos y amenazadores cuando se abrieron paso directamente hacia
él.
Recorrió el lugar con la mirada, buscando otras personas, pero a esas
horas de la noche, no había nadie en los alrededores.
Ni siquiera el grupo de algún tour… Está bien. Mantente en la luz y
sigue adelante. Ellos no te lastimarán si permaneces a plena luz.
Él aceleró cuando oyó el ruido de pies corriendo.
Justo cuando estaba seguro que pasarían corriendo por su lado, uno de
los hombres lo agarró y lo lanzó hacia un patio medio abierto.
Junyoung trató de empujarlo y salir corriendo. Él le abofeteó con
dureza
—Dame tu bolso, perra.
Junyoung estaba tan asustado, que ni siquiera podía pensar en soltarlo
de su brazo.
Los otros hombres entraron corriendo al patio y cerraron de golpe la
portilla. Uno de ellos agarró su bolso y rasgó su camiseta en el proceso de
sacarlo de su hombro.
—Hey —dijo él a lo otros tres. —¿Y si todos nos divertimos un poco con
él?
Antes de que pudieran contestar, tirándola al suelo. Alguien salió de
la oscuridad y le devolvió el bolso.
Junyoung contempló al recién llegado y quiso llorar cuando vio a
Taeheon allí. Sin andar con ese encogimiento, él se levantó en toda su altura…
y era dominante. Intenso. Había un brillo fiero en sus ojos que no era muy
cuerdo cuando se interpuso entre él y los demás. Se veía como si pudiese matar
a todo ellos y sin dar un respingo.
Los hombres atacaron.
Junyoung se tambaleó hacia atrás y observó con temor como Taeheon los
repelía con una habilidad increíble. Un asaltante se abalanzó sobre él con un
cuchillo. Él atrapó la muñeca del hombre y la retorció hasta que chasqueó y el
cuchillo se cayó de su mano. Entonces Taeheon volvió la mano del hombre con
tanta fuerza, que el asaltante rebotó contra la pared.
Otro llegó a espaldas de Taeheon sólo para ser arrojado sobre su cabeza
al suelo mientras otro le daba desde atrás. Él golpeó a Taeheon con toda su
fuerza, pero él ni si quiera se tambaleó o mostró algún signo de dolor. Él se
volvió contra el hombre y le Taeyangolvió el golpe.
Junyoung sintió alivio hasta que uno de los asaltantes sacó un arma y
se lanzó hacia ellos.
Contuvo la respiración cuando Taeheon se congeló.
Un latido más tarde, el hombre disparó el arma. Taeheon se apresuró y
la golpeó sacándola de sus manos. Los otros tres se echaron a correr cuando
Taeheon se deshizo del único que llevaba un arma. El hombre cayó al suelo,
luego se escabulló.
—¿Estás bien? Preguntó Junyoung al tiempo que corría hacia Taeheon.
—¿Te disparó?
— Estoy bien —dijo él, recogiendo el arma del suelo. La abrió y quitó
las balas antes que la hiciese trizas al golpearla contra la pared de piedra.
Echándola a un lado, se volvió a mirarla a ella mientras lanzaba las balas a la
oscuridad. — ¿Te han herido?
— No. Gracias a ti, estoy bien —respiró aliviado, temblaba tan
malamente que no estaba seguro de que sus piernas pudiesen mantenerlo de pie.
Quería extender la mano para tocarle en gratitud, pero había algo en él que le
decía que él no quería ser tocado.
La cólera oscureció sus ojos mientras recorría con la mirada su camisa
rota. Junyoung podía sospechar que él quería perseguir hasta encontrar a los
asaltantes que lo habían lastimado, y esto lo confortaba agradablemente.
—Normalmente no hago cosas tan estúpidas —dijo quedamente. — Traté de
llamar un taxi con mi teléfono celular, pero me dijeron que tardarían de
treinta a cuarenta minutos. Pensé que podría atravesar el parque y llamar uno
más abajo o al menos esperar en el Café, dónde sería más seguro. Y lo siguiente
que supe es que estaban tras de mí. Gracias a dios que apareciste cuando lo
hiciste.
Su gratitud parecía incomodarlo.
—Vamos —le dijo, inclinando su cabeza hacia la calle—. Te acompañaré a
casa.
Junyoung vaciló ante su oferta.
— Vivo después del zoológico. Está bastante lejos para ir caminando.
Él se veía como si quisiera discutir.
—Te llevaré a casa. No te preocupes.
Junyoung se echó al hombro su bolso mientras él se metía las manos en
los bolsillos y lo sacaba del patio, de regreso a la calle. Su camisa blanca se
había ido y en lugar de eso llevaba puesta una camiseta negra que moldeaba un
cuerpo adecuado y firme. Si bien él no estaba súper desarrollado, para quién le
gustase un físico-culturista, podía ver claramente cada músculo definido en él.
Él era increíblemente ardiente y sexualmente atractivo. Y en ese
momento, él era su héroe. Nunca había estado más agradecido a nadie.. Poco
sabía que podría hacer con él cualquier cosa en ese momento que no se daría ni
cuenta. De hecho, quería que lo sujetase para que le ayudase a calmar sus
desquiciados nervios, pero él no parecía de estar en absoluto interesado.
Junyoung sintió la familiar punzada de no ser otra cosa que amigo de
los tíos. Por una sola vez en su vida, esperaba que un hombre lo mirase con
pasión en los ojos. Que un hombre lo encontrase sexualmente atractivo y
hermoso. Pero nunca lo hacían, no a menos que cortejaran a su padre y lo usaran
para llegar a él.
Él bien podría ser invisible. Cruzó los brazos sobre su pecho y suspiró
cuando la familiar pena familiar penetró en lo profundo de su corazón.
Mientras caminaban, Taeheon no habló. De hecho, él mantenía la cabeza
gacha y la mirada fija en el terreno. A pesar de todo, juraría que él estaba
completamente consciente de todo lo que había alrededor de ellos.
Solo deseaba que fuese igual de consciente de él.
TT____TT
ResponderEliminarTodo es tan injusto!!!
Los tigres no tienen compañeros o como es la cosa!???
Por qué Tae se comporta así!???
Dios....lo más feo de todo aparte de la situación y vida de Tae....es que de verdad existen personas como el amigo de Jun.
ResponderEliminarTae agarra valor y va hacia Jun y sale esta "persona" con estas cosas.
Jun fue a verlo *0*
Y Tae fue a rescatarlo...y ahora van caminando en total silencio...juntos......alguien tiene que romper ese silencio,solo espero que no sea algo malo,al menos no ahorita.