Sapphire Wolf (T4)-18




—Atiende a tu compañero. Él te ha hecho un gran honor el día de hoy. — Dam dio un paso atrás en las sombras mientras Hee se ponía de pie. Siwon trató de hacer que volviera a sentarse, pero Hee quitó su mano del camino.

—Déjame —le dijo con firmeza. Con Siwon de rodillas, su cara estaba al nivel de la de Hee, y él lo miró a los ojos mientras limpiaba con cuidado la sangre de su pecho y estómago. Una vez que la limpió toda, dejó caer la toalla y puso sus manos a ambos lados de su cara. Se inclinó hasta que sus labios estaban apenas tocando los suyos y susurró contra ellos—: Te amo, Siwon.

Antes que Siwon pudiera envolverlo en sus brazos como él ansiaba hacer, la voz de Junjin lo
interrumpió:

—Hee, es momento de que le des tus votos a Siwon.

Hee dio un paso atrás, y cuando Siwon lo empujó suavemente en la silla, accedió a su deseo porque
estaba realmente cansado. Observarlo soportar eso le había agotado.

Sacó el trozo de papel de donde había estado escondido.

Siwon se acercó más a él de rodillas. Le dio un golpecito en la nariz en castigo por su descaro, pero
había amor en su voz cuando dijo:

—Compañero, comparte conmigo tus  votos.

El “ahora” estaba insinuado y no pasó desapercibido por Hee. Se aclaró la garganta y miró su papel.
El había intentado lo mejor que pudo en poner su corazón en las palabras. Quería que Siwon supiera
que era un hombre digno y de valor. Fue tan sorprendente que sus votos hubieran estado exactamente
en sintonía el uno con el otro.

—El peor momento de mi vida fue cuando escuché tu voz sin ninguna emoción, ningún calor, sin
demandas mandonas, sin ningún reconocimiento de mí. —Hee vio el dolor en sus ojos ante sus
palabras. Él pensaba que lo estaba regañando—. Siwon, mírame. —Siwon levantó los ojos hacia él—.Ten paciencia. Tengo un punto y no es hacerte daño. Confía en mí —repitió sus palabras, implorándole hacer precisamente eso, confiar en él.

Aunque tenía los labios apretados y sus ojos brillaban, él asintió para que continuara.

—Tengo que admitir que es extraño ser capaz de sentir las intenciones de una persona
simplemente por el sonido de su voz en tu mente, pero yo pude. Cuando me llamaste “Hee”, sentí
a mi corazón hacerse añicos. Un nombre mal dicho y todo lo que me define colapsó y casi me
asfixió. Antes de esto, nunca pensé en lo importante que es que pienses que soy lo suficientemente
especial como para llamarme de una forma que los demás no tienen el privilegio de hacer. Recuerdo
como pude ver en tus ojos que me valorabas. Pero sin el reconocimiento, perdí no solo su amor, sino
mi valor para ti. —Hee tomó una respiración profunda e hizo una pausa.

Fue entonces cuando oyó suaves sollozos y sorbidos. Brevemente apartó la mirada y vio que no había
un ojo seco en la habitación. Volvió a mirar a Siwon y se inclinó hacia delante, colocando sus manos
sobre sus hombros. Tiró de él, haciéndole comprender que lo quería más cerca. Él cedió y se movió
hasta que se arrodilló entre sus rodillas. Apoyó las manos a ambos lado de su silla y se acercó más.

—Princesa —la voz de Siwon fue un gruñido bajo y lleno de dolor—, por favor dime que hay más, y
que ya no incluye arrancar mi corazón de mi pecho.

Hee agarró su mano del lado derecho de la silla y la levantó. La acercó hasta que su mano estaba en
su cintura, los dedos de él directamente sobre la marca de apareamiento. Sus ojos brillaron por su
movimiento audaz y tan descarado. Hee le estaba recordando a través del tacto, un toque del que solo
él alguna vez tendría el privilegio, que Heechul Kim era suyo.

—Digo todo esto para que comprendas la importancia de lo que voy a decir a continuación.

—Continúa. —Sus palabras eran dóciles mientras apretaba suavemente su lado, animándolo.

—Hemos pasado momentos difíciles en el corto período de tiempo que nos conocemos. Hemos
pasado tiempos difíciles en nuestras vidas antes de que nos conociéramos, pero son esos tiempos
difíciles los que nos hacen ser quienes somos, que nos hacen valiosos el uno al otro, porque esos
momentos en nuestras vidas cuando estábamos atravesando el suplicio, esos momentos son los que
construyeron nuestro carácter. Esos tiempos son lo que nos hicieron lo que somos hoy en día,
personas que han sido capaces de soportar las últimas tres semanas.

…Tú no te rendiste, no te alejaste, incluso cuando no entendías lo que estaba pasando, incluso
cuando las cosas parecían seguir yendo de mal en peor. Te quedaste. Eres un hombre de palabra,
tienes integridad y honor. No importa lo que pasamos, las decisiones que tomamos, los fracasos que
padecimos, las victorias que vengan, el dolor que desgarre nuestras vidas. Sin importar la pasión que
tenemos, la ira que sentiremos, la alegría o el amor que llenará nuestros corazones y almas, con
memoria o sin ella. Eres un hombre de valor. La definición de valor no te hace justicia porque tu valor para mí es vasto, interminable, infinito, incalculable, completa y absolutamente sin medida. —Una promesa de su alma hecha solo para él.

Hee se inclinó hacia adelante, poniendo la mano en su nuca y tirando de él hasta que sus frentes
se tocaron.

El susurró:

—Siwon. —Su voz se quebró y sintió una lágrima deslizarse por su mejilla.

Él pasó la mano por su cabello y hacia su espalda desnuda.

—Shh, cariño, sólo somos nosotros. Sólo tú y yo.

Recomponiéndose, lo intentó de nuevo:

—Siwon, mi amor, mi compañero, voy a pasar todos los días por el resto de nuestras vidas tratando
 de asegurarme de que conozcas tu valor.

Se quedaron así, frente a frente, respirando entre sí durante varios minutos. La habitación estaba en
completo silencio. Nadie se movió, no querían molestar a la pareja perdida en su amor.

Finalmente Siwon se retiró. Hee sonrió y le susurró:

—Así que, ¿eso es todo? ¿Estamos vinculados?

El rostro de Siwon se iluminó con una extraña sonrisa que irradiaba de él.

—Sí, cariño, estamos vinculados, pero eso no es todo.

La frente de Hee se frunció mientras la confusión coloreaba su cara.

—Por favor, dime que no vas a morderme en frente de ellos.

Siwon gruñó y frunció el ceño.

—Eso es el equivalente a dejarlos que nos vean…

Siwon fue interrumpido por Junjin antes de que pudiera terminar la idea. Hee entendió su significado
y se dio cuenta de su metida de pata.

—Mi error. —sonrió y le dio una débil sonrisa.

Siwon le tendió la mano mientras se paraba.

—¿Te puedes quedar de pie conmigo unos momentos más?

Hee agarró su mano y se paró, respondiendo silenciosamente a su pregunta. Él le puso delante de
él y frunció el ceño cuando Junjin se paró detrás de ellos, de frente a la habitación. Hee comprendió
rápidamente por qué Siwi estaba gruñendo y se giró de frente hacia la habitación.

—Oye, Teukkie, ¿podrías trapaerpemepe unpu supuépeterpe? —Hee no había hablado en
jeringonza en mucho tiempo, pero Teukkie fue tan fluida como siempre.

—Enpesepeguipuidapa. —Teukkie subió las escaleras para agarrar un suéter del armario en su
habitación.

Unos momentos después, con el suéter en la mano, caminó hasta Hee y le ayudó a ponérselo.

—Mupuchaspa grapaciaspias.

Siwon levantó una ceja hacia Hee.

—Hablo jeringonza, amor, y varios otros idiomas. Así que tal vez quieras averiguar uno que no hablo
si quieres ser furtivo.


—Voy a hablar un idioma que es universal para todos aunque no sepan mucho lenguaje de señas.

Hee sonrió malvadamente.

—Hee, compórtate —la regañó Teukkie—. Estás a punto… —La cabeza de Siwon giró bruscamente y Teukkie golpeó una mano sobre su boca. Se dio vuelta rápidamente, mascullando algo ininteligible a través de su mano.

Hee miró a Siwon.

—¿Estoy a punto de qué, bola de pelos?

—Vas a casarte conmigo ahora —declaró él como un hecho—. Nos hemos vinculado del modo de nuestros lobos, ahora nos vincularemos del modo de tu especie. No te equivoques, Heechul, no habrá preguntas en ninguna especie, ya sean humanos, lobos, Faes, vampiros, brujas o lo que sea que pondrá en duda qué o quién eres para mí.

La boca de Hee se abrió y por segunda vez en veinticuatro horas, Siwon lo había dejado sin palabras. Siwon cerró su mandíbula gentilmente y sonrió.

—Viendo como el discurso te ha dejado momentáneamente, vamos a comenzar. Y no tienes que preocuparte, porque sólo tienes que decir dos palabras.



Hee sabía en su corazón que quería casarse con Siwon. Era el siguiente paso lógico, viendo cómo se
había grabado su nombre en su cuerpo y estarían intercambiando sangre en poco tiempo. Pero,
maldición, ¡el bárbaro podría haber preguntado! Sin pensarlo, Hee pisoteó el pie de Siwon tan fuerte
como pudo, y aunque probablemente esto lo había más sorprendido que dolido, él gruñó y lo alcanzó
para arrastrarlo hacia él. Hee quiso patearlo en la espinilla, pero no tenía los zapatos puestos, y le
dolería más a él que a la bola de pelos. Así que cuando Siwon bajó su mano sobre su hombro,
 volteó su cabeza y lo mordió tan fuerte como pudo.

Siwon retiró su mano y gruñó otra vez.

—Qué demo… —Siwon apenas se detuvo antes de que maldijera a su compañero. Sus ojos estaban
brillantes y juró que los ojos de Hee estaban iluminados con su propio tenue resplandor—. Heechul,
¿por qué atacas a tu compañero? —La voz de Siwon sonaba engañosamente  tranquila.

Hee cruzó los brazos sobre su pecho y lo miró.


Siwon decidió que si las miradas podían darle una paliza a alguien, la de Hee estaría haciendo eso en este momento.

—No puedo creer que hasta tengas que preguntar. ¡Acabas de decirme, DECIRME, que voy a casarme contigo! —Hee alzó sus manos—. ¿Estás BROMEANDO,  SIWON?  ¿EN SERIO?

—¿No quieres casarte conmigo? —preguntó Siwon, verdaderamente perdido en cuanto al por qué él estaba enojado.

En ese momento una risita burlona desde el otro lado de la sala se abrió paso hasta él, y giró su cabeza para mirar fijamente al culpable.

—Deja de mirar a mis amigos, saco de pulgas, y presta atención a quien acabas de ordenar que se case contigo. Claro que quiero casarme contigo.

—Entonces, ¿cuál es el problema? Vamos a casarnos. Ahora. —Siwon comenzó a jalarlo de regreso en frente a Junjin, pero él tiró su brazo de regreso.

Él gruñó otra vez, deteniéndose rápidamente cuando vio que se balanceaba

—Heechul, por favor siéntate. No quiero que te lastimes. —Esta vez sus palabras fueron tan suaves que virtualmente acariciaron su piel.

Hee sonrió para sí mismo. Al diablo. Voy a jugar la carta de lástima, pensó e intentó deliberadamente lucir más débil de lo que realmente se sentía.


—Siwon.

—Sí, princesa, ¿qué pasa?

Hee tuvo que morder su lengua para evitar reírse de su repentino cambio de actitud.

—Por favor, ponte de rodillas así no tengo que forzar mi cuello a mirarte hacia arriba.

En un instante Siwon estaba sobre sus rodillas frente a él. Hee puso su mano sobre su cara para
cubrir la risa que estaba en su garganta y trató de soltarlo como un sollozo ahogado.

—Heechul, Princesa, por favor. ¿Qué puedo hacer? —Siwon odiaba verlo sufrir y él lo sabía. Así
que tal vez se iba a ir al infierno por jugar con él, pero se negaba a casarse con él sin que se lo
preguntara.


Finalmente, cuando estuvo compuesto, buscó muy en el fondo por la voz más lamentable que pudo encontrar, y ya que tenía lágrimas de la risa que estaban tan cerca de estallar, las tuvo deslizando por su ahora triste cara.

—Pídeme. —Su voz tembló.

—¿Pedirte qué, Princesa? —Siwon se movió más cerca, lo suficiente como para que él pudiera ahuecar su cara—. Dime qué y yo te pediré.

Hee mordió su labio, componiéndose otra vez, y abrió los ojos. Una gran sonrisa se extendía a través de su ahora deslumbrante cara.

—Pídeme que me case contigo, idiota.

Fue el turno de Siwon de quedarse boquiabierto. Contempló a su compañero, en parte con irritación y en parte con admiración. Había jugado muy hábilmente.

Hee esperó su reacción. A pesar de su actuación, realmente estaba empezando a desvanecerse. Finalmente Siwon se rió por su audacia y su habilidad para mantenerlo en sus pies. Él miró profundamente en sus ojos y tiró de su cuerpo contra el suyo. Oyó su pulso elevarse y amó el efecto que tenía en él, el efecto que él tenía sobre Siwon.


Lentamente se inclinó hacia adelante hasta que sus labios estuvieran tocando los suyos. Sopló un
aliento a través de su boca y tocó su labio inferior. Hee estaba temblando, y él sabía que estaba
luchando contra un gemido.

—Heechul, mi amor —susurró.

El logró decir:

—¿Mm-hmm?

—Te quiero. —Repitió las palabras que le había profesado esa noche en el jardín, la primera noche
que lo había reclamado—. Te amo. Por favor, sé mi esposo. Por favor, acéptame en todos los
sentidos, mi compañero.

La respiración de Heechul se había vuelto superficial y no pudo responder. Estaba rodeado por su olor, su tacto, su aliento. Siwon hizo un gesto para que Junjin continuara mientras su compañero estaba en un estado de estupor temporal, ebrio en su deseo por él.

Junjin recitó todos los votos de matrimonio y Siwon dijo: “Sí, acepto” en el momento adecuado. Cuando fue el turno de Heechul, lo miró a los ojos… vio su aceptación y esperó por su confirmación verbal.

Hee no podía negarlo más de lo que podría cortar su propia mano. Y, para ser justos, él se lo había
preguntado.

—Sí, acepto —contestó sin aliento.

Siwon envolvió sus brazos a su alrededor y lo besó antes de que Junjin incluso dijera sus últimas
palabras. El beso empezó feroz y desesperado, sus labios transportaron el miedo a su rechazo. Cuando sintió que el agarre de Heechul se debilitaba, suavizó el beso hasta que finalmente se apartó. Miró a su compañero, su esposo… era hermoso. Le sonrió mientras él lo sacaba de su abrazo.

Teukkie y Donghae estaban repentinamente a su lado, abrazándolo y riéndose.

—Te mereces un maldito Oscar por esa actuación. Quiero decir, estoy tentado a besar tus pies por
el asombro.

Teukkie estaba riendo ante Hee mientras sostenía su puño para chocarlos. Este incluso reclamó el
choque de mano tras el golpe, completado con efectos de sonido.

Siwon miró de chico a chico, sacudiendo la cabeza.

—Los tres son tan extraños.

Hee le sonrió y empezó a decir algo, pero todo lo que salió antes de que comenzara a desplomarse
fue su nombre. Y fue una súplica tan desesperada que él se movió más rápido de lo que jamás lo
había hecho. Su cuerpo cayó en sus brazos antes de que pudiera impactarse contra el piso. Siwon
miró abajo hacia su cara, luego a su pecho. No subía ni bajaba.

—No está respirando. —Él se apresuró en dirección a su habitación, sus palabras estallaron detrás de
él—: ¡Sanador, ven conmigo!

—Rápido, Siwon —decía Donghae mientras ponía sus manos en el pecho de Hee. No sabía qué hacer
por su amigo. Esta vez no había sangre en sus pulmones. Era como si su cuerpo se estuviera rindiendo.

Siwon rasgó su muñeca, sin importarle el dolor. Esperó para colocarla sobre la boca de Heechul hasta que Donghae le hubo dado dos respiraciones de boca a boca. Donghae comenzó la compresión cardíaca mientras que Siwon colocaba su muñeca en su boca y frotaba su garganta tratando de hacer que tragara.

Teukkie miraba mientras Donghae y Siwon trabajaban en el cuerpo roto de su amigo. Las lágrimas llenaron sus ojos y los brazos fuertes de Kangin se envolvieron a su alrededor.

—Esto no debía ocurrir, Kangin. El no se puede morir. No puede. —Teukkie se volvió hacia Kangin y enterró su cara en su camisa. Estaba teniendo náuseas al escuchar a Donghae presionando en el pecho de Hee, esperando a ver si Hee podría respirar por su propia cuenta. Los minutos pasaron y Hee todavía yacía sin vida.

Donghae detuvo sus compresiones cardíacas y levantó la cabeza para mirar a Teukkie. Sus ojos se hincharon de lágrimas y el sonido que vino de él rasgó cada corazón en la habitación.

—No puedo salvarlo. —La voz de Donghae salió más como indignada que de dolor hasta que la verdad se hundió. Hee se había ido, y no había nada que Donghae pudiera hacer. Su cuerpo tembló de rabia mientras se levantaba—. ¡Para que diablos soy bueno si no puedo SALVAR A MI MEJOR AMIGO! —Él estaba perdiendo el control rápidamente.

Teukkie comenzó a ir hacía él, pero Kangin lo retuvo. Hyukjae corrió a su alrededor y tomó a Donghae en sus brazos. El se resistió al principio, golpeando su pecho, negando su consuelo.

—Donghae, déjalo salir. Grita, golpéame, patéame. Haz lo que debas. Te tengo y no te dejaré ir.

Donghae cedió contra él, llorando, temblando y completamente deshecho. Hyukjae lo recogió y se
lo llevó fuera de la habitación. Necesitaba calmarse y sabía que él no lo podría hacer con todos
mirándolo.

Kangin se giró hacia su padre mientras miraba como la realización caía en Siwon.

—Él no va a ser seguro.

Junjin asintió.

—Lleva a las parejas arriba. Los machos que se queden aquí. Tomará de todos nosotros reducirlo.

Siwon apartó dulcemente el cabello de Heechul fuera de su cara. Su sangre estaba en sus labios,
pero de todos modos lo besó. Estaba quieto, tan quieto, muy quieto. El sanador había detenido las
compresiones pero Siwon se negó a darse por vencido. Le dio dos respiraciones boca a boca y
reanudó el bombeo de su corazón.

No podía morir. No moriría. Él no iba a sobrevivir sin Heechul y el mundo no sería capaz de manejar
la ira que reinaría debajo de Siwon. Heechul era lo único bueno que le queda.

Sintió unos brazos que lo retiraban y voces diciéndole que lo dejara ir.

¿Qué lo dejara ir? ¿Están locos? Él nunca lo dejaría ir. Era suyo. Estaba vinculado a él, casado con él.
Los demonios del infierno tendrían que devorarlo antes que él lo dejara ir.

Él gruñó y rugió. Un brazo entró en la vista y Siwon saltó hacia él con sus enormes dientes. Todos
ellos saltaron hacia atrás, como deberían. Mataría a la primera persona que tratara de quitárselo.

Cuando lo miró otra vez, dispuesto a hacerlo respirar y a su corazón a latir, lo afectó como un camión
de cien toneladas. El se había ido. Ninguna luz brillaba en su cara, ninguna sonrisa descarada o mordaz mirada. La persona a quien hace instantes había besado, bromeado, reclamado, se había ido.
Él recogió su cuerpo y se movió hacia la cama, acostándolo con reverencia.

—Salgan. Todos ustedes. Si valoran sus vidas saldrán de esta habitación. Ahora. —Siwon no levantó su voz. No tenía que hacerlo. La muerte estaba en sus ojos y el infierno le seguiría.

No prestó ninguna atención mientras, uno por uno, se fueron. El último fue su Alfa, quien hizo una
pausa en la puerta. Siwon no reconoció la acción pero continuó mirando a su compañero. Su deshecho compañero, muerto.

Cayó de rodillas con gran estrépito. Enterró su cara en el estómago de él, absorbiendo tanto de su
olor como pudo. Temía el momento en que empezaría a sentir el calor dejar su cuerpo. Recordó
como fue cuando sostuvo a Jiwon, su cuerpo frío y rígido. Esto no era nada como eso. Esto se sentía
como si alguien le estuviera destrozando.

Su corazón luchaba por latir, su respiración era corta y luchaba por cada una. Tal vez él se estaba
muriendo. Tal vez él podría seguirlo hacia el otro lado. No quería ninguna vida aquí sin Heechul, él
daría la bienvenida a la muerte como un amante, abrazando la fría oscuridad. Pero la muerte no
venía.

Siwon se quedó ahí sobre sus rodillas, su cara en la de su compañero. Una mano cepillándole el
cabello, la otra sosteniendo su mano. Él no podía moverse. Si él se movía, entonces era real. Si se
movía, ellos podrían llevarse su cuerpo y entonces él no tendría nada que le quedara de Heechul.
Así que no se movería, se quedaría aquí y lo sostendría hasta que el mundo volviera a ser el mismo
que una vez fue.

Él sabía que no era racional, pero ya no le importaba lo que era racional. De hecho, estaba tan
perdido que decidió que si Heechul se iba al otro lado, iría llevando su marca.

Siwon se puso más cerca de su cara. Él empujó suavemente el cabello de su cuello y bajó su camisa
ligeramente, revelando su hombro y su cuello. Lo besó suavemente sobre el lugar que él pronto
marcaría.

—Te amo, princesa. Pronto estaré contigo. Muy, muy pronto. — Siwon se inclinó y sin vacilación,
hundió sus dientes en su carne. Su sangre estaba aún caliente, pero apenas. Sabía mejor de lo que él
podría haber imaginado… estaba hecho para él, su sangre era perfecta para él. Se retiró y lamió su
herida, luego colocó un beso en sus labios y volvió a apoyar su cabeza en su estómago.

—Allí lo tienes, amor. Ahora ya está hecho. Llevaras mi marca por toda la eternidad. —Las lágrimas
se deslizaron por el rostro de Siwon mientras finalmente lloraba por su pérdida. Le impactó el
conocimiento de que nunca volvería a verlo sonreír, nunca sentiría su beso, nunca oiría sus palabras
sarcásticas o sus declaraciones de amor al oído. Él no lo conocería como un lobo conoce a su
compañero, o como un hombre conoce a su esposo. Nunca tendría la oportunidad, como Heechul lo
puso, a hacer bebés con él. Lloró y lloró por todas las cosas que se estaría perdiendo, no sólo por él,
sino por la vida que iba a tener con él.






***No puedo... la transpiración de mis ojitos terminó en lluvia torrencial T.T


4 comentarios:

  1. Noooooo. Por favorrrrr que no sea cierto. .....
    Vomo aguanto 3 días más para saber como termina este suceso. No es que Danbi es un hada superpoderosa.
    NOOOOOOOOOOOOOOOOO
    NOOOOOOOOOOOOOOOOO
    NOOOOOOOOOOOOOOOOO

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  2. No inventes!!!
    No inventes!!!
    Eso no puede ser real!!!
    No jueguen con mis sentimientos Sichulosos!!!
    Mi corasoncito no lo resistiría!!;
    Noooooooo
    TT____TT

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  3. Que capitulo tan triste, no es justo lo que les pasa a ellos. No pudieron disfrutar de su amor plenamente

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  4. Jajajajajajaja
    Jijole mano
    Ok....stop...rewind...yyyyyyy play
    ¿en que desdichado momento llego alguien que lo mato o qué?
    No recuerdo haber leido esa parte.
    Esta cosa era todo amor y me salen con esto?????
    Jijole mano...nadamas espero que siwon no trate de hacer lo de Romeo...y seguir a su Julieta.
    Esa mordida debe se ayudar en algo...DEBE
    Ningun bendito rito de sangre puede ser todo amor y alegría????

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...