Sapphire Wolf (T4)-21




Cuando cayó la noche, uno por uno, todos encontraron sus camas en las que habían estado
durmiendo dieron por terminada la noche. A lo largo del día, Hee y Teukkie se habían encontrado a los ojos de Dam con miradas que cada uno entiendía eran un mensaje tácito. Hee casualmente fue a la cocina para tomar una copa antes de ir a la cama. Dam pasó por delante y murmuró:

—Ve al baño, voy a sacarte. —Hee no cuestionó cómo, sólo siguió moviéndose.

Cuando pasó junto a Siwon, él se levantó y lo siguió. Al entrar en la habitación que compartían, Hee
pensó en cómo se iba a sentir raro ya que estaba casado y su marido ahora estaría durmiendo en su
cama. Pero, suponía que, estaba demasiado enojado como para sentirse raro.

Casado. El término pasó a través de su mente. ¿Cómo diablos le voy a decir a mis padres? Hee
realmente no quería pensar en eso en ese momento, teniendo en cuenta que tenía cosas mucho más
grandes en su plato.

Siwon se quitó la camisa y la arrojó sobre una de las sillas vacías. Hee dejó escapar un lento suspiro y
trató de no babear por el cuerpo bien tonificado de su compañero. Emitió un suspiro mental de alivio
cuando comenzó a meterse en la cama con los pantalones todavía puestos. Salvados por los Levis,
pensó Hee con una risita.

Siwon habló y él se sorprendió al escuchar verdadero dolor en su voz.

—¿Por qué sigues bloqueando tu mente de mí?

—Estoy enojado contigo.


—Así que cada vez que estés enojado conmigo, ¿me vas a bloquear?

—No lo sé. Estoy seguro que tus castigos variarán. La variedad es la sal de la vida.

Siwon le gruñó, y luego dijo en voz baja.

—Duele. Cuando me bloqueas, me lástima.

Hee cerró los ojos ante sus palabras. No quería contentarse todavía, no quería sentirse mal por
hacerle daño. Pero lo hizo.

Se subió en la cama junto a él, pero no se acostó. Se sentó con las piernas cruzadas y lo miró. Yacía
de espaldas, con el brazo sobre el rostro, bloqueando la vista de sus ojos.

—Siwon, mírame. —Hee tiró de su brazo.

Él le permitió halarlo lejos de su cara, pero seguía sin mirarle a los ojos.

Hee se levantó en cuatro patas y puso una mano en cada lado de su cara para que así mirara
directamente hacia él. Si no quería mirarlo ahora, tendría que cerrar los ojos. No lo hizo.

—Lo siento —dijo Heechul, realmente sintiéndolo.

Hee comenzó a sentarse pero Siwon puso una mano en la parte posterior de su cuello y empujó su
cara más cerca de la suya. Presionó sus labios firmemente contra los suyos y ambos suspiraron ante
el contacto. Hee no se había dado cuenta de lo vacío que se sentía de no tocarlo durante todo el día.

Se apoyó en él, sacando el peso de sus manos para ese modo poder pasar sus dedos por el cabello
de él. Siwon gruñó y envolvió su brazo a su alrededor, acercándolo. Mientras se sometía a su beso,
abrió su vínculo también y sintió su alivio barrer. Realmente había estado lastimándolo. Eso era lo
último que Hee quería hacer a su compañero. Provocarlo, sí. Volverlo loco, absolutamente. Ponerlo
sexualmente frustrado, dah. Pero nunca hacerle daño.

—Lo siento —le dijo mientras profundizaba el beso. Abrió la boca cuando sintió su lengua acariciar
sobre sus labios, y por primera vez en su vida Hee quiso hacer todas las cosas sobre las que bromeaba.

Siwon se retiró. Por mucho que deseaba a su compañero, ahora no era el momento. Había atrapado
algunos de los pensamientos a la deriva a través de la mente de Heechul y sabía que tenían que parar.
Él tenía que parar.

Siwon vio como el dolor se formó en los ojos de Heechul cuando la empujó hacia atrás.

—Princesa, esto no es rechazo. —Se rió al ver su expresión desolada.

—Entonces, ¿qué es? ¿En serio quisiste decir lo que dijiste? Quiero decir…—Hee agitó sus manos
frente a él para evitar que interrumpiera—, sé que no eres virgen, ya hemos ladrado a ese árbol.
Pero, ¿realmente tenías que echármelo en cara, Siwi? ¿Tenías que hacerme sentir como si mi
propio compañero no me desea?

Siwon se frotó la cara mientras dejaba escapar un profundo suspiro.

—Heechul, si tuvieras alguna idea de cuánto te deseo, probablemente tendrías miedo de estar a
solas conmigo. Te quiero… en todos los sentidos, pero no quiero que utilices mi necesidad de ti, mi
deseo por ti, en contra de mí. No cuando es para no tomar en cuenta tu seguridad.

Observó mientras procesaba sus palabras. Siwon jugó con un mechón de su cabello y esperó a que
hablara.

Hee se sentó allí, mirando a su oh, tan guapo compañero y se tragó sus palabras. Él la quería, y en
base a ese beso su deseo era evidente. Pero él no quería que lo manipularan. Se dio cuenta entonces
que tenía que ir al baño de manera que Dam pudiera sacarlo. Así que, nada de manipulación, bien.
Podía hacer eso. Él no dijo nada acerca de ser astutos.

—Está bien. —comenzó a bajar de la cama, pero se detuvo abruptamente cuando se dio cuenta que
Siwon no había soltado su cabello.

—¿Está bien? —Siwon miró a su compañera con suspicacia—. ¿Eso es todo?

—Sí, tienes razón. No debería usar el sexo para manipularte. Es infantil. Puedo admitir cuando me
equivoco Siwon, caramba. Es sólo que ocurre tan raramente que en cierto modo me pilla por sorpresa.

Siwon se rió entre dientes, pero aún no estaba convencido de que todo estaba bien.

Hee podía decir que Siwon no estaba creyendo su aceptación tan de repente, así que se
arrastró de vuelta en la cama y a medida que él se apoyaba contra la cabecera, se subió a su regazo.
Envolvió sus brazos alrededor de su cuello y lo besó suavemente.

—Sé que soy difícil, S. Pero eso no quiere decir que no sé cómo ser razonable. Y entiendo por qué me rechazaste.

—¿En serio?

—Claro que sí. Estás nervioso. Ha pasado un tiempo y te preocupa no ser capaz de estar a la altura de
mis expectativas. Está bien, vamos a ir lento. Te daré todo el tiempo que necesites.

Hee estuvo a punto de morder su labio tan fuerte para no reírse ante el horror en la cara de Siwon
ante sus palabras. Sabía que lo que estaba diciendo era un montón de basura, pero no pudo resistirse.
Se había sentido como si él no la deseara. Se había sentido herido cuando él lo apartó. No le haría daño si pensara que creia que él estaba realmente estresándose sobre toda la cosa de la consumación.

—Voy a ir al baño y prepararme para la cama. No te preocupes por mí, ¿de acuerdo? Cuando estés listo, podemos explorar nuestra relación física. —Hee

Empezó a bajar de su regazo mientras él lo miraba con la boca abierta y luego la cerraba. Al llegar a la puerta del baño, le oyó gruñir.

—¿Explorar nuestra relación física? ¿Nervioso? ¿Preocupado? —Con cada palabra su voz se hizo más fuerte y el gruñido aumentó. Para el momento que Hee había cerrado con llave la puerta del baño, Siwon estaba en ella moviendo el pomo de la puerta.

—Heechul, abre la puerta.

—Siwon, en serio. ¿Puedo tener un poco de privacidad? No hemos estado juntos el tiempo suficiente
para hacer pis en frente del otro.

Lo oyó gruñir algo en voz baja, pero se apartó de la puerta. Hee se quedó allí, esperando. Para qué no
estaba seguro. Entonces, de repente, la pared más cercana a su lado simplemente desapareció. Teukkie y Dam aparecieron justo en frente donde había estado la pared.

—¿Qué dem…?

—Shhh. —Teukkie le dio un gesto a Hee para que bajara la voz.

Hee se acercó hasta Teukkie y la Fae y la pared volvió a aparecer como si nunca hubiera desaparecido.

—Eso es jodidamente genial y divertido. —Hee le sonrió a Dam. Dam puso los ojos en blanco.

—Lobos. Tan fáciles de impresionar.

—Entonces, ¿vamos a planear nuestra operación secreta? —Hee se frotó las manos, viéndose mucho
más como un niño travieso.

Dam les indicó que la siguieran. La puerta principal se abrió sin hacer ruido y se cerró tras ellos.
Hee y Teukkie esperaban comenzar a temblar, pero a pesar de que había nieve a su alrededor, no
sentían frío.

—¿Supongo que nos estás manteniendo caliente? —preguntó Teukkie con una ceja levantada.

—No puedo hablar claramente con ustedes dos, si sus dientes están castañeando sin cesar, es
molesto.

—Bien entonces, Dam-hada, cuéntanos cómo te sientes. —Hee puso los ojos en blanco.

Dam ignoró el comentario.

—Los machos en su manada nunca dejarán que ustedes dos vayan por su cuenta.

Teukkie y Hee se miraron entre sí y luego a Dam.

—Sí, sabemos eso a la perfección. Lo que no entendemos es por qué no estás trabajando tu mojo para
atarlos como hiciste con Siwon. —Teukkie decidió que sus palabras deben haber sorprendido a Dam
porque la Fae dio un paso atrás.

—¿Quieren que ate a sus compañeros? —preguntó ella con incredulidad. Una risa emanó de Hee.

—No, tontita.

Dam tomó una respiración audible y la dejó escapar, obviamente aliviada. Hee le devolvió la sonrisa.

—Queremos que ates a todos los machos.



—¿Qué están haciendo exactamente ahora? —preguntó Hanghen a la bruja que su manada había
empleado durante siglos. Ella se sentó en una silla en la habitación que llamó su “cueva”. Hanghen
trató de no mirar alrededor, a las cosas colgando del techo o la mirada fija sobre él desde los frascos
que llenaban las estanterías que cubren las paredes. No vio al suelo para ver en lo que podría estar
pisando, o peor aún, sobre qué. Mona miró por la ventana mientras giraba su muñeca hacia él con
aire ausente.

—Estoy haciendo lo mío. Una mejor pregunta sería: ¿qué estás haciendo tú, Alfa? —le arrojó Mona de nuevo a la cara del Alfa.

—¿Qué puedo hacer yo? —bramó Hanghen—. No sé dónde están. Es un poco difícil atacar a alguien
cuando no sabes su ubicación.

—Sabes, Hanghen, los mendigos no pueden elegir. Así que, o mejor esperas pacientemente a que te
diga cuándo es el momento adecuado, o te puedo convertir en un sapo. Realmente, es tu elección.

El rostro de Hanghen estaba tornándose de un tono antinatural de rojo mientras fulminaba con la
mirada la parte posterior de la cabeza de Mona. Sus pensamientos de antes se arremolinaban en su
mente. ¿Qué había en todo esto para Mona?

—Mona —dijo Hanghen su nombre dulcemente—. ¿Por qué sigues ayudándome y a mi manada
después de todo este tiempo?

—Sabes por qué. Para protegerme de las Fae.

—Las Fae no han puesto un pie al otro lado del velo en siglos y tu poder es más fuerte que nunca.
¿Por qué estás pasando el rato con los lobos, Desdémona? ¿Cuál es tu interés en el sanador?

Mona se volvió en su silla lentamente. Sus ojos disparejos se encontraron con los suyos. Ella sonrió
mientras se levantaba y caminaba hacia él. Hanghen sabía que era mejor no alejarse de un
depredador, por lo que se mantuvo firme.

—Hanghen, Hanghen, Hanghen —ronroneó Mona—. Sabes que es mejor no cuestionarme. —Mona
levantó una de sus uñas largas y afiladas y la arrastró a través de la mejilla de Hanghen y abajo por su
cuello. Ella se acercó a su oído y le susurró—: No empieces a cavar donde no debes o simplemente
podrás encontrar que has estado cavando tu tumba todo el tiempo.

Hanghen no la dejó ver cuánto le perturbaron sus palabras. Mantuvo su rostro frío y carente de
emoción. Ella se alejó con un balanceo en sus caderas y dijo por encima del hombro:

—Me pondré en contacto contigo cuando sea el momento adecuado. Ten a tus lobos preparados, Alfa.
Cuando todo esté listo tendrás más que un poco de sangre en tus pulcras manos. —Justo cuando él
pensaba que había terminado, saltó cuando la oyó gritar—: ¡Oh, y VETE!


Hanghen irrumpió en la mansión de su manada, las palabras de Mona haciéndose eco en su cabeza.
Cavando. Hay algo enterrado que ella no quería que él supiera. Algo sobre los sanadores y lo que
significaban para una bruja. Ya era hora de que visitara los archivos de su manada, incluso tanto como odiaba entrar en el lugar que olía a viejo pergamino y polvo. Pero necesitaba saber lo que Mona estaba tramando.

Él no era ningún tonto, era evidente ahora que Mona no estaba ayudando a Hanghen, ella lo estaba
usando para lograr su propio objetivo. Había sido un ciego desde el principio. Si ella creía que iba a
poner sus manos en su sanador, entonces no era tan inteligente como siempre creyó que era. Como
una bruja, sí, era poderosa. Pero no estaría más allá de él asegurarse de que quedara atrapada en el
fuego cruzado de la lucha contra los lobos. Ella podría hacer frente a algunos, pero no había manera de que Mona pudiera hacer frente contra dos manadas. Menos de manadas con Alfas y dominantes tan fuertes como la suya y la de Junjin. En realidad, era una pena que tuviera que desgarrar la manada de Junjin en pedazos… una verdadera lástima, pero necesario.



—¿Quieren. Que. Ate. A todos los machos? —Las palabras de Dam salieron entrecortadas y su rostro
les dijo a Hee y Teukkie todo lo que necesitaban saber. Pensaba que ellos habían perdido la cabeza.
Probablemente estaba más cerca de la realidad de lo que creía.

—Sí. —Hee y Teukkie respondieron a la vez, sin dudarlo.

—Mira, sabemos que estarán enojados…

—No pequeña, enfadado no es la palabra que usaría. La ira que Junjin hará caer sobre mí… No pueden entender. ¿No han estado alrededor de los lobos dominantes y Alfas de los Canis lupis? Saben cómo son respecto a sus parejas.


—Sí, sí. Lo entendemos. —Hee puso sus ojos en blanco—. Pero aquí está la cosa, mientras que están
tan ocupados preocupándose por nosotros los pobres jóvenes débiles, están totalmente ignorando el
hecho de que hay un gran mundo entero afuera que necesita nuestra ayuda. Si Ryeowook y Donghae
son los que pueden dejar caer la bomba en esta bruja, entonces necesitamos a Ryeowook. Si Teukkie y yo somos los únicos para atraerlo aquí, entonces LO HAREMOS. Al diablo las consecuencias. No les permitiremos que te lastimen cuando regresemos. Sólo mantenlos atados todo el tiempo. —Hee sonrió como si acabara de resolver todos sus problemas.

—¿Quieres que los mantenga atados todo el tiempo?

Hee miró a Teukkie, dejando salir un suspiro exasperado.

—¿Por qué sigue repitiéndome? ¿Soy difícil de entender?

Teukkie negó con la cabeza.

—Creo que la estamos poniendo en estado de shock, o va a tener un ataque de pánico o algo así.

Dam miró de chico en chico, ante la seria calamidad de su solicitud. Ella vio la impaciencia en sus ojos por ayudar y la determinación debajo de eso. No sabía cómo hacer esto de ninguna otra forma. Qué así sea. Iba a poner su trasero en una bandeja para los machos de los Lobos Suju Coreanos. ¿Quién dijo que no le gustaba vivir en el borde?

—Está bien.

Teukkie y Hee se dieron otro choque de puños silencioso estallando los dedos.

—¡De eso es de lo que estoy hablando, Dam! ¡Dile al hombre quién manda! Hazles saber que no les
perteneces, que ellos no son tu papi, que no pueden…

Dam golpeó su mano sobre la boca de Hee y miró a Teukkie.

—¿Cómo lidias con él?

Teukkie se rió entre dientes.

—Crece en ti.

Dam resopló.

—¿Qué, como un hongo?



Era turno de Teukkie para resoplar ante la observación de Dam.

Dam finalmente sacó su mano de la boca de Hee… sólo después de darle una mirada que decía, cierra
la boca.

—Así es cómo lo haremos. Voy a poner la maldición de la atadura sobre ellos ahora mientras duermen y no pueden sentirla trabajando en ellos. Ustedes van a tomar el aparato que les voy a dar y van a pasar por el velo. Les daré una especie de brújula que les llevará con Ryeowook y Yesung. Deben moverse rápido, en silencio y traten de pasar inadvertidos. Mientras tanto, yo estaré aquí sufriendo las consecuencias de cinco lobos inmóviles y muy cabreados. —Dam sonrió y añadió con sorna—: ¿¡No será divertido!?

Dam se dirigió a la puerta y cerró los ojos. Empezó a farfullar en voz baja y Hee y Teukkie miraron,
esperando.

—Entonces, ¿cómo crees que nuestros amigos peludos van a estar cuando se despierten y se den
cuenta que nos hemos ido? —le susurró Hee a Teukkie, cuyos ojos estaban en Dam.

—Sólo digamos que me alegro de ir contigo. ¿Y te das cuenta que si pensabas que Siwon era molesto
por no dejarte fuera de su vista antes, eso se verá modificado para ser multiplicado por como un millón, cierto?

Hee puso los ojos en blanco.

—Probablemente ni siquiera me dejará hacer pis a solas cuando regresemos.

—Kangin no será mucho mejor —añadió Teukkie.

—Sí, pero Kangin es mucho más razonable.

—Eso es porque estás casado con alguien de la edad media que piensa que los hombres deben golpear a sus parejas en la cabeza y arrastrarlas por el cabello de regreso a la cueva del hombre.

—Eso es cierto —acordó Hee secamente. Finalmente Dam se volvió a los chicos.

—Está hecho.

Dam les entregó todo lo que necesitaban. Hee y Teukkie estaban asombradas de como el hada
conjuraba las cosas del aire. Una vez que tuvieron ropa de abrigo, ligeras mochilas sobre sus espaldas, comida Fae y agua, estuvieron listos.

—Recuerden —les dijo Dam—, rápido y nada de ruidos.

—Muy bien —le dijo Hee mientras la seguían hasta el velo.

Hee y Teukkie miraron a Dam una última vez antes de que ambos caminaran a través del escudo
invisible entre los dos mundos.

Dam cerró los ojos mientras desaparecían los chicos. ¿Qué he hecho?, se preguntó. Estaba tratando
de decidir si tal vez debería dejar a Hyesung una nota explicando lo que había hecho y luego añadir
que el Consejo Fae la necesitaba. Dam arrojó inmediatamente esa idea por la ventana. No era una
cobarde. Ella asumiría la responsabilidad de sus acciones. Sin embargo, se aseguraría de permanecer
fuera del alcance de cualquier golpe de mandíbulas.

—Entonces, siento que absolutamente deberíamos tener la música de Misión Imposible tocando de
fondo mientras nos embarcamos en nuestro pequeño viaje. —Hee se rió entre dientes.

—¿Dijiste embarcamos? —preguntó Teukkie mientras miraba sobre su hombro a su amigo.

—Oye, me morí, me da el margen para mejorar cualquier vocabulario o problemas.

—Eso suena tan familiar viniendo de ti. Parece que en cualquier momento que eres quemada viva o
te mueres, de repente tienes permiso para decir lo que quieras.

—Estás entendiendo, Pato. Definitivamente deberías exprimir un poco más tus catástrofes.

Teukkie puso sus ojos en blanco mientras sacaba el aparato con apariencia de reloj de bolsillo que
Dam les había dado. Todo lo que Dam dijo al respecto de esto era que estaba sintonizado, por así
decirlo, al pulso de Ryeowook o lo que sea. Hee amablemente le había dicho que los tecnicismos no
eran necesarios mientras que la maldita cosa funcionara.

—Está bien, nos está apuntando en esa dirección. —Teukkie señaló a la izquierda, a través de árboles,
arbustos, y quién sabía qué otra cosa.

—¿Cómo vamos a ser silenciosos cuando hay que desviarse del camino marcado, tropezando con
las ramas de los árboles, arbustos espinosos y todo lo que se interpone en nuestro camino?

—Trata de pisar cuidadosamente. Podemos hacer esto, Hee. Por Donghae, por todos nosotros.

Hee tomó un respiro, mirando hacia el bosque. He muerto y he vuelto, se dijo. Puedo tropezar a través de un bosque frío y oscuro. Cualquier cosa debe ser pan comido después de morir. ¿Cierto?

El asintió a Teukkie y agregó:

—Estoy contigo. Tenemos totalmente esto.

Comenzaron en los árboles, tratando de dar pasos ligeros y no tropezar.




2 comentarios:

  1. O.o
    Jajajajaja
    El Sichul es lo mejor de la vida!!!
    La personalidad de Hee en está historia me encanta!!!
    Ahhhh
    Oh si!
    Los lobos canis lupus pataearan un trasero fae!!!
    Y castigarán otros más!!!
    De dos jóvenes desobedientes!!!
    Jajajaja
    Ojalá que Mona no los encuentre,
    Que Hang deje de ser tan estúpido y habrá los ojos!!!

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  2. Entonces Hee murio por el malestar que ya tenia...anotado
    Desafiando a los destinos...yo los apoyo,al menos Siwon no fue tan Romeo para irse detras de Hee en el momento que le dijeron que había muerto...uff.
    Aaaahhh estas prejas...me sacan de quicio...no pueden entenderse de manera civilizada...pero donde estaría la diversión...cierto.
    Todo sea por el bien de la manada.
    Ya cuando regresen veremos

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...