Sapphire Wolf (T4)-19




La primera cosa que Hee notó fue lo bien que se sentía. Parecía que él había estado antes en tal
dolor… ¿había sido un sueño?

Abriendo los ojos, supo inmediatamente que no estaba en su habitación o en la casa más allá del
velo. Lentamente, se paró y miró a su alrededor.

—Ya no estamos en Kansas, Tonto —murmuró en el vacío.

No había color, no había oscuridad. Sólo luz, una blancura a su alrededor. Era silenciosa y, si fuera honesto, realmente espeluznante. Esto no era un sueño. Todo parecía demasiado real.

—¿Hola? —El no gritó, pero habló con firmeza y lo suficientemente alto para que alguien que no
estuviera parado en su cercanía la escuchara.

Esperó.

—Bueno, me trajeron aquí. Lo menos que pueden hacer es mostrarle el alrededor a una.

Nada.

—Por lo menos dime si estoy muerto o no.

—Esa es la pregunta, ¿no es así?

Hee se giró en la dirección de la voz y vio, para su conmoción y confusión, a Dambi.

—¿Qué haces aquí?

—He venido a interferir donde no debería. Pero entonces, obedecer nunca fue mi fuerte.

Hee resopló.

—Una mujer de las mías. —hizo una pausa y miró alrededor—.Entonces, ¿estoy muerto?

—Técnicamente, sí. Pero también no.

—Vaya, eres muy comunicativa —dijo Hee  sarcásticamente.

—Se supone que morirías. Pero he visto lo que ocurre con tu ausencia en sus vidas. No es lindo.
Así que voy a desafiar al destino. Creo que hicieron esto mal.

—Sabes, dije eso mismo acerca de Dios dándome el cabello rubio. Uno pensaría que estos tipos lo
hacían bien, siendo profesionales y todo eso.

Dam sonrió ante las agallas de Hee y apreció que no se estaba arrastrando o estaba asustado.
Muchos seres humanos recurrían a perder los estribos cuando no entendían las cosas.

—Entonces, ¿cómo regreso?

Dam levantó una sola ceja hacia él.

—¿No estás preocupado por desafiar al destino? 

Hee meneó la cabeza, frotando su cara con la mano.

—Acabo de vincularme con mi compañero y me he casado con el hombre que amo. Ni siquiera
logré ir desde el altar a nuestra habitación. En serio, mujer, ¿has visto su cuerpo? Bueno, lo siento,
pero he esperado mucho tiempo y he sido demasiado bueno para no tener un pedazo de eso. Así
que me disculparás si no estoy temblando sobre mi cadáver acerca de desafiar al destino. Quiero
volver; necesito regresar. Ellos me necesitan. Ya has visto a ese grupo disparejo. ¿Quién diablos los
mantendrá en línea si no estoy allí?

Dam se estaba riendo entre dientes mientras que Hee terminaba su diatriba.

—Oh cielos, va a ser divertido tenerte alrededor, Heechul, compañero de Siwon. Bueno, creo que tu
compañero ha sufrido bastante. No ha matado a nadie todavía, pero el tiempo se está acercando
cuando intenten tomar tu cuerpo. Alguien va a morir si no conseguimos regresarte.

—Bueno, menos charla, mi amiga hada, y un poco más de acción.

Dam se acercó a Hee y puso sus manos sobre ambos lados de su cara. Ella estaba hablando un idioma
que Hee no conocía. De repente Hee sintió como su cuerpo estaba siendo destripado y entonces
estaba cayendo. Intentó gritar, pero ningún ruido salió.

Luego, se detuvo. Sintió a la calidez envolverle y el aire llenó sus pulmones. Sus ojos se abrieron y jadeó mientras se sentaba, golpeando algo duro en su regazo. Miró hacia abajo ante los completos ojos aturdidos de su compañero.

—Siwon? —La voz de Heechul era ronca, como si no la hubiera usado en un tiempo.

Siwon pensó que tal vez estaba alucinando, pero luego recordó que no le importaba. Él había
tirado la racionalidad por la puerta.

—Heechul. —Siwon abrió sus brazos para llegar a él, pero antes de que pudiera llegar donde
estaba, se lanzó contra él. Tiró de él con tanta fuerza.

—¿Eres…? —Trató de alejarse para poder mirarle—. ¿Eres real?

Hee soltó una risa.

—¿Quieres que te muestre qué tan real soy, chico grande?

Siwon sonrió y le acarició el rostro.

—Lo eres, ¿verdad? Pero… —Él tropezó con sus palabras mientras miraba al joven que pensó había
perdido para siempre—. Regresaste a mí.

—Nada podría mantenerme alejado de ti. Ni siquiera la muerte.

Él tomó su cara en sus manos y lo besó profundamente, luego lo levantó y lo sentó en su regazo,
recostándose en la cama. Cuando por fin se echó hacia atrás, todo lo que podía hacer era mirarlo,
acariciar su mejilla, su cabello. Inclinó su cabeza hacia el lado que todavía llevaba y que revelaba
sus marcas. Ahí estaban, sin cambios. Siwon pasó sus dedos a través de ellas y lo abrazó fuerte.

—Mío.

—Siempre. —Hee lo besó en la nariz y río cuando le regresó el gesto.

—No puedo creer que estés vivo. —Y una y otra vez, mientras besaba cualquier parte que pudiera
alcanzar o tocar, él susurró—: Te amo. Eres mío. Nunca te dejaré ir.

Hee lo dejó sostenerle y hacer las cosas que necesitara para asegurarse de que en verdad estaba aquí,
en su regazo, respirando. Podía imaginarse lo que debió ser para él verlo morir y luego aceptar que
había perdido a su compañero, su otra mitad.

Finalmente cuando pareció calmado y recompuesto, acarició su cara y lo miró.

—¿No deberíamos ir a decirle a los otros que no estoy muerto?

Siwon acarició su cuello y besó el lugar donde la había mordido.

—No estoy listo para compartirte todavía. —Besó su cuello y Hee se estremeció.

—¿Por qué me dolió eso?

Siwon en verdad pareció culpable.

—En cierto modo te mordí.

Hee frunció el ceño.

—¿Cómo que “en cierto modo” me mordiste? ¿Cómo “en cierto modo” muerdes a alguien,
bola de pelos?

—No quería que fueras al más allá sin llevar mi marca. Y quería probarte —confesó a regañadientes—. Eres mi compañero, mi esposo. No podía dejarte ir sin que tuvieras una parte de ti en mí. Al menos por el poco tiempo que iba a estar aquí. Planeaba seguirte en cuestión de días.

Hee se quedó sin aliento.

—¿Qué? ¿De qué estás hablando?

—No voy a vivir sin ti. No puedo. Soy peligroso sin ti. Hubiera matado a cualquiera, Heechul, a
CUALQUIERA… Teukkie, Donghae, Junjin, si hubieran tratado de alejar tu cuerpo de mí. No me mires enojado, amor. Estaría protegiendo al mundo de mi furia.

Hee pudo ver que Siwon estaba en verdad lastimado por su reacción. No quería ser la razón por su
dolor de ninguna forma.

—Lo siento, cariño. No me di cuenta. —Hee pasó sus dedos a través de su cabello y presionó su
mejilla con la suya—. Yo tampoco viviría sin ti. No guardo rencor contra ti.

Siwon gruñó y Hee sintió las vibraciones en su pecho.

—Hubiera extrañado mucho eso. —Hee pasó sus manos sobre su pecho y la envolvió alrededor de su nuca.

—¿Extrañar qué, amor?

—El gruñido, la cosa de retumbar el pecho.

Siwon río.

—Haré el gruñido y la cosa de retumbar el pecho en cualquier momento que quieras.

Hee sonrió.

—Te haré cumplir eso, sabes. Porque si estamos de pie en alguna fila y de repente tengo la urgencia
de acurrucarme, es mejor que estés listo para retumbar tu pecho.

Siwon presionó un beso en su cabeza.

—En verdad no quiero abrir esa puerta. Quiero mantenerte aquí conmigo. Quiero terminar los Ritos de Sangre, contigo viva esta vez —dijo, enfáticamente.

Hee se inclinó para poder ver sus ojos.

—No vamos a abrir esa puerta hasta que los Ritos de Sangre estén completo. Los demás pueden
esperar, pero no los Ritos de Sangre.

Hee jaló el cuello de su camisa hacia abajo sobre su hombro, e inclinó la cabeza para darle acceso a
Siwon.

Siwon gruñó y su agarre se tensó sobre él. Cuando se inclinó hacia adelante, Hee sintió su lengua
correr a través de su piel y luego un dolor agudo que se fue tan rápido como llegó. Envolvió su brazo
alrededor de su cuello fuertemente.

Había esperado algo de dolor, tal vez no un horrible dolor, pero al menos algo. Esto se sintió… bien.
Sabía que Teukkie había dicho que el intercambio era íntimo, pero nunca explicó el inmenso placer
que viene con él. Un gemido entrecortado escapó de los pulmones de Hee mientras sentía a Siwon
jalarlo más cerca. Su boca era cálida y, aunque firmemente pegada a él, suave. Cuando comenzó a
retirarse, Hee fue completamente desvergonzado cuando le susurró a su compañero:

—No pares.

Siwon río entre dientes.

—No somos sanguijuelas, cariño. Solo tomamos lo suficiente para completar los Ritos y dejar nuestra
marca.

—Bueno, si se siente así cuando una sanguijuela hace lo que hace, entonces estamos subestimando
seriamente el valor de ser una sanguijuela. —La cabeza de Hee se adormeció a nivel de su cuello
mientras Siwon lamía la mordedura limpia.

—¿Estás bien? —preguntó él gentilmente.

Hee sonrió.

—Mejor que bien.

Siwon lo besó.

—¿Estás listo?

Él asintió, luego preguntó:

—En verdad tengo que morderte esta vez, ¿no?

—Sí, amor. Sólo deja que tus instintos te guíen.

Hee se dio vuelta en su regazo para así poder estar frente a él, sus piernas envueltas a su alrededor.
Siwon alzó una ceja hacia él.

—¿Qué? Esto es más cómodo que voltear mi cuello. —Sus ojos estaban muy abiertos con inocencia,
pero Siwon vio la leve sonrisa en sus labios.

Hee se inclinó hacia atrás lentamente mientras Siwon agarraba el borde de su sueter y lo sacó por
su cabeza. Trató de no babear sobre su compañero cuando miró su ridículo y tonificado cuerpo.
Las marcas que cubrían el lado derecho de su pecho, hombro y brazo, y todo el camino hacia su cuello,
era innegablemente sexy. Hee fue forzado a terminar de comérselo con los ojos cuando Siwon aclaró
su garganta.

—¿Te gusta lo que ves? —Él movió sus cejas.

—Gustar es decir poco —admitió con valentía. La mirada en los ojos de Siwon se intensificó y Hee
sintió un escalofrío bajar por su espina.

—Completa los Ritos de Sangre, mi amor —susurró Siwon mientras volteaba su cabeza, desnudando
su cuello.

Hee se inclinó hacia él, sosteniendo un lado del cuello de Siwon con una mano y apoyándose en su
hombro con la otra mano. Aspiró su olor y cuando sus labios tocaron su piel, sintió su respiración
vivificada. Como cuando se despertaba en la mañana y se estiraba, así sintió a su lobo despertarse
y estirarse. Luego su enfoque regresó a su compañero.

Hee sintió que sus dientes se alargaron, quería estar un poco sorprendido en el momento, pero el
lobo que tenía escondido dentro, tenía una cosa en mente y era marcar a su compañero, completar
esta danza milenaria de su especie.

Abrió grande su boca y mordió. Sus dientes succionaron dentro de su carne sin resistencia. Sintió
calidez y humedad fluir dentro de su boca y los brazos de Siwon se envolvieron a su alrededor, una
mano descansando justo dentro de su ropa sobre sus marcas, la otra en la nuca de su cuello,
sosteniéndolo junto a él. Como si fuera a irse a alguna parte.

No podía creer lo bien que sabía. Dulce, pero tan indescriptiblemente así. Enterró sus dientes
más profundo y escuchó a Siwon reírse.

—Un poco codicioso, ¿no? —Él tiró de su cabello gentilmente mientras hablaba—. Heechul, princesa, es suficiente.

Hee se alejó cuando había terminado, lamiendo la marca de mordedura. Estaba sonriendo de oreja a
oreja cuando abrió sus ojos y lo miró.

—¿Por qué sonríes, hermoso?

—Eso fue jodidamente increíble.

Siwon se río de él y gentilmente acarició su espalda. Estaban sentados en silencio, disfrutando uno del otro, abrazándose, cuando de repente Hee sintió un tirón dentro de él. Sus ojos se abrieron de par en par cuando el vacío que había estado presente desde que Ryeowook había roto su vínculo fue de repente llenado con luz intermitente.

Hee pudo sentir su vínculo tejiéndose por sí mismo de nuevo, y sus ojos encontraron los de Siwon,
su conexión estaba restaurada.

—¿Siwon?

Él le jaló cerca de él, respirando su esencia.

—Te escucho, princesa. Te siento.

Hee dejó salir un largo suspiro de alivio cuando se desplomó contra él y comenzó a sentirse
completo de nuevo.

—¿Lo sientes? ¿El vínculo?

—Sí —respondió él—. Puedo sentir tu presencia en mi mente.

Hee se sintió casi intoxicado con emociones mientras su presencia se mezclaba con la de Siwon.
Sonrió hacia él mientras susurraba.

—Hagámoslo de nuevo.

El ceño de Siwon se frunció.

—¿Hacer qué de nuevo?

—Ya sabes, lo de morder y eso. —Hee sonrió con malicia—. Solo puedo imaginar que es
probablemente más intenso cuando puedes sentir las sensaciones del otro. Creo que, como mi
compañero, me debes la más maravillosa experiencia de los Ritos de Sangre.

Siwon estaba sacudiendo su cabeza, una sonrisa en su rostro.

—No podemos hacerlo de nuevo, amor. Todos necesitan saber que estás viva y yo…

Antes de que pudiera continuar, Hee lo interrumpió con el ceño fruncido.

—No te atrevas a decirme que tienes dolor de cabeza.

Sin pensarlo, Siwon tiró su cabeza hacía atrás y se carcajeó. Su cuerpo temblaba y Hee tuvo que
envolver sus manos alrededor de él para evitar caer de su regazo.

Continuó riéndose mientras Heechul lo miraba fijamente.

Cuando las puertas se abrieron, la risa de Siwon se cortó abruptamente y, en un movimiento nacido
en él como un lobo, empujó a Hee instintivamente detrás de él y tomó un postura de protección.

Hee se inclinó hacia adelante para susurrar en su oído.

—Mira lo que hiciste. Y no pienses que olvidaré lo que me negaste. Recuerda, mi dulce compañero,
la venganza es una perra. —Hee le mandó una imagen de lo que tenía en mente y río cuando Siwon
gruñó.

—Deja de distraerme, compañero.



Los únicos sonidos en la gran sala eran sollozos ahogados, y sonidos tranquilizadores viniendo de
aquellos que trataban de consolarlos. Hongki y Zhoumi sentados a ambos lados de Yunho y él sostenía a ambos cerca, un compañero de manada ofreciendo consuelo a dos parejas que amaba como hermanos.

Hyesung estaba envuelto en los brazos de Junjin, sentados en una de las sillas más grandes cerca del
fuego. Hacía mucho tiempo que Junjin no había visto a su compañero perder el control y eso rompió
su corazón.

Kangin y Teukkie se sentaban en un extremo del sofá, mientras Hyukjae y Donghae en el otro. Aunque cada uno estaba envuelto en brazos fuertes se habían acercado al otro a través del sofá para agarrar sus manos.

Donghae había enterrado su rostro en el pecho de Hyukjae y aunque sabía que debía apartarse no
podía. Sus brazos eran tan fuertes, tan seguros. Sus palabras susurradas en su oído se vertieron sobre
él como una lluvia sanadora.

En un momento había sentido su abrazo aflojarse y pensó que estaba liberándose de él. Así, había
envuelto sus brazos alrededor de su cuello en un férreo control y suplicó para que no lo dejara ir. Su
respuesta había sido simple pero absoluta:

—Nunca —le había susurrado al oído. Eso, por supuesto, hizo a Donghae llorar con más fuerza, porque él lo dejaría. Al igual que Hee, no tendría otra opción. Hyukjae encontraría su verdadera pareja y entonces él estaría roto y llorando de nuevo, sin brazos fuertes para sostenerlo.

El corazón de Hyukjae se había roto durante la misma escena, quería gritar porque no sabía cómo
consolarlo. Así que sólo siguió abrazándolo, diciéndole que cuidaría de él. Por ahora, eso era todo lo
que podía hacer.

Teukkie miró a Kangin y él limpió las lágrimas de sus mejillas.

—Lo siento mucho, Angel. Estoy tan apenado. —Kangin estaba al borde y su lobo estaba aún peor
sabiendo que su compañero estaba sufriendo tanto y sabiendo que había una amenaza muy peligrosa
para él al otro lado de esa puerta.

—Voy a tener que llamar a su familia. —Hundió la cara en su cuello y con voz entrecortada gritó—:
¿Qué le voy a decir a sus padres, Kangin? ¿Qué puedo decirles acerca de cómo murió su hijo de
 dieciocho años?

—Shh, amor. Vamos a averiguarlo luego.

Entonces, como si se diera cuenta por primera vez, lo miró con horror.

—Alguien tiene que quitárselo.

Kangin asintió.

—Sí.



—Él va a matar a cualquiera que entre en esa habitación.

Kangin miró a su padre, quien asintió.

—Probablemente, tendremos que dormir a Siwon, Leeteuk.

Teukkie se quedó sin aliento.

—¿Quieres decir como un perro? ¿Van a practicarle eutanasia? —La indignación que sentía no sólo
estaba en su voz, sino un fuego en sus ojos.

—Él no es seguro, Teukkie. —Esto vino de Junjin—. No va a ser seguro para nadie nunca más. La luz que Hee le traía se ha ido. Su lobo buscará la sangre… sangre de cualquiera. Sólo quiere reivindicación para su compañero. Y sería natural para Siwon morir con él. Ese es el camino de nuestra especie y la única razón por la que no ha pasado aún es porque los Ritos de Sangre no se completaron.

—No pueden simplemente matarlo. No está bien.

—Nosotros no somos humanos —dijo Junjin con firmeza—. Leeteuk, eres el compañero de mi hijo y mi nuero, pero también eres de la manada y soy tu Alfa. No me vas a retar.

Teukkie sintió el poder de Junjin sobre él y su cabeza se inclinó en sumisión. No se sentía sumiso, pero su Alfa había hablado y no lucharía contra sus palabras.

—Angel, todo estará bien. —Kangin trató desesperHenryente consolarlo. La cabeza de Teukkie se
levantó y gruñó a su compañero:

—¡Hee ha muerto! Nada volverá a estar bien otra vez.

La habitación se quedó inmóvil, las palabras de Teukkie resonando con fuerza en el silencio. Teukkie
comenzó a levantarse del regazo de Kangin, necesitando salir de la atmósfera sofocante, cuando oyó
una risa proveniente de la habitación donde yacía Hee.

Inmediatamente todo el mundo se puso de pie. Teukkie llevaba la ventaja y cuando giró el pomo, la
sintió cerrada con llave. Kangin lo hizo a un lado y giró el pomo con firmeza. La cerradura se rompió y la puerta se abrió, sin saber qué esperar. Una cosa era segura… no lo que encontraron.

Teukkie entró y vio a Siwon de pie, listo para atacar cualquier cosa que amenazara al chico de pie
detrás de él.

El chico era Hee.




1 comentario:

  1. Ahhhh
    Que alguien bese a Bambi!!!
    Jodida hada!!!
    Yo sabía que no podía que darse de brazos cruzados!!!
    Asdjdhagagshsjakañañsdjagfajsj
    Ahhhh
    Hee es el mejor!!!!
    Me encanto!!!
    HjajajajajJajaj
    Hee es un goloso!
    Lo único en lo que pensaba era sexo!!!
    Aksjshdjdjxbjskakalslsjsh
    Jajajaja
    Siwonshis te jodiste!!!
    "La venganza es una perra"
    Jajajajaja
    Ay siwon!!!
    Y lo sabras de primera mano!!!!
    Ahhhhhh
    Pensaban matar a Siwonshis!!!!
    Que horror!!!!
    O.o
    Ahhhhhh
    Ojala y no se traumen cuando vean a Hee vivo!!!!

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...