Sapphire Wolf (T4)-16




Siwon sabía que él había tomado suficiente, pero en su egoísmo no lo apartó. No había nada
más intoxicante para un macho que proveer a su compañero. Y Siwon estaba proveyéndole con
vida… su sangre lo mantenía aquí con él. Lo atrajo hacia sí con un último apretón y luego a
regañadientes le susurró:

—Es suficiente, Princesa. Puedes parar.

Siwon sonrió cuando oyó su gruñido. Obstinado. Heechul finalmente retiró su boca y Siwon cubrió la herida tirando de su camisa de nuevo en alto y presionando sobre ella. Estaría cerrado en
cuestión de un minuto. Se dio cuenta que Heechul no levantó la vista hacia él, sino que miraba a
sus manos en su regazo.

Él puso sus dedos bajo su barbilla y suavemente la levantó. Sus mejillas estaban de color rosa brillante.

—¿Mi compañero está sonrojado? ¿Heechul Kim sonrojado? —bromeó Siwon.

—Bueno, maldita sea, Siwi, no me dijiste que iba a ser así.

—¿Así cómo? —Se estaba burlando de él ahora, con ganas de ver algo de vida restaurada en él,
aunque solo sea por un rato.

—Ya sabes —murmuró petulantemente.

—No, amor. Eres el primero que alguna vez me hizo eso a mí. ¿Cómo voy a saberlo?

Heechul lo miró fijamente y él sonrió mientras le levantaba una ceja.

—Fue excitante —confesó con fuerza—. Estoy aquí muriendo, y hacer eso —señaló a su cuello—,
me excitó. Quiero decir, en serio, si eso puede estimular a un chico moribundo, se le debería
advertir.

Siwon intentó sostener a Heechul firmemente mientras se reía de sus palabras. La alegría y el
alivio de tenerlo de vuelta, de reconocerlo y conocer el amor que sentía por él, era indescriptible.

—Lamento no advertirte que tomar mi sangre de esa forma sería… — Siwon se aclaró la garganta
antes de continuar, pero Hee se le adelantó.

—¿Me pondría todo caliente y duro?

Siwon se inclinó hacia delante y lo besó suavemente.

—No estés dolido conmigo, amor. La próxima vez te advertiré.

Hee trató de no reírse, porque sabía que iba a doler como el infierno. Y así fue. Se puso rígido
mientras trataba de tragar el dolor. Siwon se puso de pie con él en brazos y lo colocó de nuevo
en la cama. Metió las sábanas en torno a él, actuando en gran medida el papel de una mamá
gallina. Hee lo observó divertido mientras le tocaba la frente. Como si él supiera qué sentir al
hacerlo, resopló para sí mismo.

Cuando se volvió para dirigirse hacia la puerta, le entró el pánico.

—¿A dónde vas? —Sus palabras salieron apresuradas, sonando de una manera más desesperada
de lo que Hee alguna vez admitiría sentirse.

Siwon se dio la vuelta y vio el miedo en los ojos de Hee. Regresó de nuevo justo a su lado.

—No voy a irme… no te dejaré fuera de mi vista. Voy a traer a Junjin, así podemos hacer la
vinculación y los Ritos de Sangre.

Los ojos de Hee se agrandaron como platos y chilló:

—¿Ahora?

—Sí, Heechul, ahora. No hay ninguna razón para que estés tumbado enfermo cuando puedo
hacerte sentir mejor. Entonces —Siwon se puso de pie a su completa altura y aplaudió con sus
manos una vez y las frotó—, vamos a solucionar este pequeño problema.

Hee comenzó a entrar en pánico. Necesitaba hablar con Teukkie y Donghae antes de que Siwon
fuese capaz de traer a Junjin para seguir adelante con esto.

—Espera, Siwi. ¿Puedo hablar con mis amigos antes de hacer esto? Primero tengo que decirles que tú me recuerdas. Eso es más o menos importante. Y, quiero decir, esto es como una boda, ¿sabes? Necesito tener mi momento de chico antes que ate el nudo, por así decirlo. — Hee sabía que era un argumento débil, y a juzgar por la ceja levantada en la cara deliciosa de Siwon, él no se lo creyó.

—Les diré que entren, pero la puerta permanece abierta para que pueda verte.

Pese a que Hee sabía que iba a dolerle, tuvo que poner sus ojos en blanco ante las palabras de su
compañero.

—Aquí vamos otra vez con esa basura. ¿Te gustaría conseguirme una campana para mi collar, así
 puedes saber cuando me muevo?

Siwon sonrió mientras abría la puerta.

—Esa es una buena idea, nene, gracias por la sugerencia. ¿Ves? Sabía que haríamos un gran
equipo.

Hee gruñó, bueno, lo más parecido a un gruñido que pudo reunir con el dolor, y murmuró
en voz baja:

—Pensarás en el gran equipo cuando esté envolviendo el collar alrededor de tu…

—¿Qué fue eso, amor? —Siwon estaba parado junto a la puerta con Teukkie y Donghae
mirándolo con una sonrisa cómplice.

—Dije que haremos… somos… —Hee estaba tartamudeando por palabras y finalmente sólo se
conformó con—, ¿vamos equipo?

Teukkie y Donghae ahora se reían mientras Siwon lo miraba fijamente a través de sus
conocedores ojos y dándose un golpecito en el oído, dejando en claro que podía oír su murmullo
muy bien. Hee hizo un gesto para nada propio de un joven señor.

Eso sólo causó que Donghae y Teukkie se rieran más fuerte cuando Siwon respondió:

—Eso deberá esperar hasta que te cures, Princesa. Una cosa a la vez.

Hee profundizó su ceño y finalmente abandonó el combate con su compañero y miró a sus dos
mejores amigos.

—Ustedes dos, hienas, metan sus traseros sonrientes aquí y cállense.

Teukkie y Donghae dejaron la puerta abierta, según las instrucciones de Siwon, por supuesto,
mientras caminaban hacia la cama de Hee.

—Necesito hablar con ustedes —susurró Hee.

—Por eso entramos —susurró también Teukkie.

—¿Por qué susurramos? —añadió Donghae.

—Porque puedes apostar por tu gitano trasero que ése orejas de águila ahí fuera está escuchando
 cada sonido que hago. Así que vengan más cerca, esto es importante. Primero, tienen que saber
que Siwon recuperó sus recuerdos.

—¿QUÉ? —dijo Teukkie más o menos en grito susurrado.

—¿Cómo? —preguntó Donghae en una voz más fuerte.

—Shhh. —Hee balanceó su mano hacia ellos—. Él me ama —dijo en una especie de tono de
lo más   “obvio”.

—¿Así como así? ¿Pasó de “vamos a hacer lo mejor posible” a “ahora te amo”?

—Realmente no sé cómo ocurrió, estaba dormido. Pero cuando me desperté él estaba sentado
allí mirándome como si fuera lo mejor desde el pan rebanado. Y lo supe. Sabía que me reconocía.
No sé si alguna vez he estado tan aliviado en mi vida.

—Estoy muy feliz por ti, Hee. Has pasado por un infierno y no puedo imaginar lo que sería que tu
compañero no te conozca —dijo Teukkie sobriamente.

—Bueno, fue una mierda, eso es seguro. Pero tengo cosas más importantes que discutir.


—¿Más importante que Siwon amándote? —Donghae lo miraba  incrédulo.

Donghae y Teukkie se acurrucaron cerca de Hee, tratando de no tocarlo, pero en ese momento a Hee no le importaba el dolor… necesitaba el apoyo de sus amigos en esto. Hee tomó a ambas de sus muñecas y tiró de ellos aún más cerca.

—He tomado una decisión —susurró Hee a sus dos amigos.

Teukkie y Donghae se quedaron quietos mientras esperaban a que Hee continuara. Pudieron ver en su cara que esta decisión le era un muy mal sabor en la boca.

—Esto suena peligrosamente parecido a una declaración que vamos a pensar que es impetuosa e idiota —susurró Donghae bruscamente, levantando una ceja.

Hee lo calló mientras él ponía sus ojos en blanco.

—Lo digo en serio. Una vez que oigan mis razones creo que entenderán.

—Eso me dice que de todo corazón vamos a pensar que estás diciendo puras estupideces —gruñó Teukkie tan suavemente como pudo.


Hee no sabía que estaba jugueteando con la manta en sus manos hasta que Donghae puso su
mano sobre ellas, calmándolas. Levantó la mirada y apretó su mandíbula, sus ojos se estrecharon
y aunque estaba muy débil, trató de dar la impresión de estar firme y seguro. Basado en sus
miradas no los estaba engañando. Decidiendo que no había nada más que pudiera hacer para
mostrarles que hablaba en serio, habló suavemente, pero con firmeza.

—No voy a completar el vínculo de compañero y no voy a hacer los Ritos de Sangre.

Teukkie y Donghae, quienes se habían inclinado hacia adelante para oírlo, se pararon
bruscamente, como si un fuerte viento los hubiera forzado hacia atrás. Las bocas de ambos
chicos cayeron abiertas. Hee esperó y esperó… y esperó un poco más. Justo cuando pensaba que
ambos habían tenido aneurismas, Teukkie rompió el silencio riendose histéricamente.

—Shhh. —Hee agitó sus manos en el aire tratando de hacer callar a Teukkie—. Cierra el pico,
joven príncipe lobo.

Donghae miró de Teukkie a Hee y luego se unió. Los dos chicos se rieron hasta tener lágrimas
bajando por sus mejillas. Hee finalmente se rindió tratando de callarlos y sólo esperó hasta que
recuperaran la compostura.

—Oh, hombre —dijo Teukkie, limpiando la humedad de su rostro—. Qué buenos tiempos, Hee.
Buenos tiempos.

—¿Por qué diablos estaban riéndose de mí como si un tercer pezón me hubiera brotado en mi frente?

Teukkie bufó.

—Eso es muy gracioso también, pero lo primero fue clásico.

Hee esperó por una explicación.

Esta vez Teukkie no susurró.

—Si crees que el hombre que pasó las últimas semanas atravesando por un infierno va a dejarte
escapar tan fácilmente, no has estado prestando atención. — Teukkie frunció los labios—. Después
de descubrir que te estabas muriendo y fuera de su alcance; después de ir en contra de su propia
naturaleza y proteger a la manada antes que a su compañero; después de pasar estas semanas
con la mayor parte de su vida olvidada, su compañero olvidado, por lo tanto la mitad de su alma
desaparecida; después de todo eso, ¿realmente crees que él sólo va a sonreír, palmearte en la
espalda y decir: “ten una buena vida, Hee”?

Hee empezó a protestar pero Donghae levantó una mano para detenerlo, y fue él el que continuó
con la diatriba que Teukkie había empezado.


—A través del vínculo, te sintió… un extraño para él, y sin embargo estuvo innegablemente
atraído por ti. Te sintió desvanecerte y, aunque no entendía lo que eras para él, supo que
moriría antes de dejarte pasar de este mundo al más allá. Lo observé cuando vio a Hyukjae
llevándote a través del bosque.

…Vi como estuvo preparado para matar a cualquiera que se te acercara. Me ayudó a hacerte el
RCP, te limpió, te vistió, y nunca abandonó tu lado. Te alimentó con su sangre, te cantó, te
cepilló el cabello, te habló, y Siwon, ese bruto enorme, melancólico y sin emociones, cuando
te vio yacer en ese mismo suelo —Donghae señaló a donde Hee había yacido muerto—, sin vida,
no se dio por vencido. Llorando, se negó a dejarte ir. Dijo que no te perdería y no lo hizo. Así
que si crees que después de todo eso va a simplemente quedarse tranquilo, entonces vas a
enorgullecer a ese cabello que tienes, ya que vas a cumplir de lleno el papel de rubia tonta.

Hee estaba negando con la cabeza de lado a lado a la vez que una lágrima se deslizaba por su
mejilla.

—Si completamos el vínculo y algo me sucede, morirá. —La voz de Hee fue suave, rota—. No
puedo soportar la idea de que algo le pasara por mi culpa. Sigo queriendo estar con él, pero no
quiero que su alma esté atada a la mía. No seré responsable de su muerte.

—Normalmente, Hee, apostaría por ti cualquier día de la semana. Pero esta vez —dijo Teukkie,
negando con la cabeza—, esta vez apuesto por el lobo.

Hee se estremeció cuando sintió un dolor agudo en su corazón. No un dolor físico, exactamente,
pero igual de brutal.

Los tres chicos miraron a la puerta cuando escucharon un gruñido bajo. Siwon estaba de pie allí,
sus enormes hombros tapando completamente la abertura, sus ojos estaban brillando, su
respiración era trabajosa, y parecía que había muerte en su mente.

Teukkie miró de Hee a Siwon y una sonrisa maliciosa se extendió por su rostro.

—Donghae, tráeme palomitas de maíz. Esta es una retribución por todas las veces que Hee metió
su nariz en mis asuntos con mi compañero. —La sonrisa de Teukkie era absolutamente indomable.

Hee bajó la cabeza. Fue entonces cuando Teukkie se dio cuenta cuánto daño le había causado a su
amigo tomar esta decisión.

—Va contra la naturaleza, Hee. Ambos sufrirán. —Teukkie pasó la mano sobre el cabello rubio de
Hee a la vez que miraba a sus ojos—. Fue creado para ti. Deja que te ame. Deja que te cuide. Si
rechazas el vínculo, rasgarás tu corazón en dos.


—Pero él vivirá. —Aunque la mirada en los ojos de Hee mostraba a su corazón partido, la voz
de Hee estaba llena de determinación, mostrándose lo decidido que estaba con su decisión.

—Te queremos —le dijo Donghae a la vez que agarraba la mano de Teukkie y tiraba de él hacia
la puerta.

Mientras esperaban que Siwon pasara junto a ellos, él se volvió para mirar a Donghae y Teukkie,
ambos se estremecieron bajo su mirada intensa.

—Felicidades por recordar a tu compañero, Siwi —soltó Teukkie mientras se apretaba lejos del lobo completamente cabreado.

—Nos estábamos yendo —dijo Donghae.

Siwon se volvió a girar hacia Hee, sin molestarse en reconocer la palabra de ellos. Se hizo a un
lado y cuando la puerta se cerró el silencio descendió. Tras una breve pausa, se acercó a su
compañero. La necesidad de tocarlo lo estaba casi abrumando, poniendo nervioso a su lobo.

Llevó una silla junto a la cama. Puso sus codos sobre la manta y las manos suavemente sobre su
muslo. Al principio no habló. Simplemente se la quedó mirando con esos brillantes ojos. Hee
empezó a inquietarse bajo su escrutinio. Bajó la mirada hacia esas manos grandes sobre su pierna,
manos capaces de romper un hueso, pero que siempre habían sido cuidadosas con él.

—Mírame, Heechul. —Su voz fue suave, pero sus palabras fueron una orden.

Heechul dudó, pero finalmente levantó los ojos para mirarlo. Él extendió una mano y le acunó la
cara. Hee dejó escapar un lento suspiro ante el contacto. Sin pensarlo, acarició con su mejilla su
mano y sonrió cuando Siwon soltó un gruñido bajo.

—Crees que puedes contenerte de mí. —No fue una pregunta. Hee no negó las palabras.
—¿Por qué? —preguntó.

El intentó apartar el rosto de su mano pero él no lo permitiría.

—He estado pensando… todo este tiempo de estar en la cama, retorciéndome de dolor hace
que un chico reflexione sobre su situación. —Hee habló rápidamente, preocupado que si no lo
decía ahora luego no sería capaz. Porque mientras estaba sentado aquí tan cerca de él, su
aroma rodeándolo, su resolución estaba flaqueando.

Las siguientes palabras de su boca fueron un golpe al estómago y lo bastante doloroso como
para quitarle la respiración a Siwi.

—No completaré el vínculo de compañeros o los Ritos de Sangre. No puedo. —La voz de Hee
vaciló sin poder mirar a Siwon a los ojos, en cambio, miró fijamente la mano que él seguía
teniendo sobre su muslo.

La mano de él bajó de su rostro y el frío que le atravesó debido a esa pequeña acción casi causó
que se lanzara en sus brazos y le rogara que siga quedándose a su lado. Finalmente lo miró y lo
que encontró lo dejó sin respiración.

Él gruño un “No” como respuesta. Sus ojos estaban aún más brillantes de lo que Hee los haya
visto; sus garras afiladas habían descendido.

—No me mires con temor en tus ojos. Soy tu compañero. No podría herirte más de lo que podría
matar a un niño.

Hee se dio cuenta que estaba hablando con el lobo. Siwon había abandonado la habitación.

Bajo su mirada inquietante, Hee sintió su poder atravesarlo. Lo estaba haciendo someterse por
primera vez. No luchó contra ello, pero bajó la mirada y desnudó el cuello.

—No te dejaré ir —le dijo el lobo de Siwon, su voz áspera.

—Tampoco permitiré que mueras por mi culpa. —Una lágrima se deslizó por el rostro de Hee. No
se molestó en limpiarla porque sabía que más la seguirían. Muchas más.

—No es tu decisión. Eres nuestro compañero, te protegeremos.

Hee sacudió la cabeza y sus hombros temblaron con los sollozos. No sabía cómo manejar las
emociones que lo atravesaban. Por lo general mantenía la histeria bajo control, pero
últimamente parecía haber un montón de cosas que, en pocas palabras, estaban más allá de
su exterior de chico fuerte.

Por más que se repitiera que aguantara y lo afrontara como un chico grande no podía detener
el dolor rasgándole. El dolor era exhalado de sus mismos poros.

Sintió la cama hundirse bajo el peso de él cuando se sentó a su lado. Para su sorpresa, lo llevó a
su regazo. Eso lo deshizo. Le rodeó el cuello con sus brazos y empujó su rostro en ese lugar.
Cuando escuchó suaves palabras dichas en Coreano, supo que su hombre había vuelto.

Hee se retiró para mirarlo. Bien, así que el lobo se había retirado un poco, sus ojos seguían
brillando. Pero era obvio que Siwon había aparecido también.

—¿Por qué te pones en esta situación, cariño? —Las mano de Siwon se deslizaron bajo el dobladillo
de la camiseta para frotarle la espalda. El toque de piel contra piel era una de las maneras más
vitales para calmar a un lobo. Hee se recostó contra su toque y ocultó el rostro de los penetrantes
ojos ámbar que veían demasiado.

—Nos hemos conocido por cinco meses, Siwon. En esos cinco meses he muerto casi tres veces.

Siwon gruñó y lo apretó más contra su pecho, causando que hiciera una mueca de dolor, pero
negándose a dejar escapar un sonido que hiciera que aflojara su sujeción.

—Si hubieras estado vínculado conmigo, habrías muerto. No puedo aceptarlo.

—Eres un Alfa —le dijo él—. Está en tu naturaleza proteger. Puedo entenderlo, Heechul. Pero no
me protejas a mí. Ese no es tu trabajo.

—No estoy de acuerdo —empezó Hee.

—Puedes no estar de acuerdo todo lo que quieras. Tu trabajo es amarme, sacarme a mí y a mi lobo
de la oscuridad que nos convertiría en los asesinos más letales. No necesito tu protección, amor,
necesito tu luz. Necesito sentir tu tacto sobre mi piel porque sólo eso calma a mi lobo. Necesito tu
aroma envolviendo mi cuerpo. Necesito tu sangre corriendo a través de mí.

Siwon inclinó la cabeza de Hee hacia arriba para poder ver en sus brillantes ojos

—Mi lobo necesita que juegues con nosotros, que nos desafíes. Hay veces que necesitamos que te
sometas, y veces cuando eres la última persona que querríamos que se sometiera a nosotros. Eres
mi amado y también el amado de mi lobo. Eres mi compañero, la otra mitad de mi alma. Eres lo
único que me pertenece y conmigo no para otro. Para mí, no hay vida sin ti.

Siwon observó como las lágrimas caían de los ojos de su amado, y el miedo, el dolor y el amor
pulsaban detrás de ellos

— Vínculo o no, Ritos de Sangre o no, cuando dejes este mundo te seguiré.

Hee lloró con más fuerza aún ante su declaración, su frente cayendo contra el pecho de él.

—¿Podrías vivir tu vida sin mí en ella? —le preguntó él suavemente. Su cabeza se alzó de golpe.

—No —dijo Hee con firmeza.

—Entonces, ¿qué te hace pensar que puedo vivir sin ti?

Siwon vio que sus palabras por fin atravesaron la cabeza dura de su compañero, a través de su
firme determinación.

—Heechul. —Su nombre fue un susurro en sus labios.

Lo miró a la cara, sus ojos brillantes, su fuerte mandíbula, sus labios sensuales. Él era suyo. Hee se
dio cuenta mientras lo escuchaba razonar con él que nunca sería capaz de vivir esta vida y no estar
unido a él. La idea la estaba partiendo en pedazos. Cuando empezó a dejar ir esa opción sintió a su
respiración calmarse.

—Te quiero —dijo las palabras que él le había dicho hace lo que parecían años en un jardín interior
parados en una glorieta—. He esperado más de un siglo por ti.

Hee jadeó cuando él levantó el borde de su camiseta, revelando las marcas oscuras del tatuaje que
eran idénticas a las de él.

Sus dedos trazaron las marcas mientras decía:

—Llevas las marcas que nadie más llevará, marcas que dicen que eres mío. No hay nadie más que se
lleve el vacío de mí y nadie más que pueda amarte como yo lo haré. Te quiero.

Hee se removió en su regazo y puso ambas manos a los costados de su rostro. Sus ojos se
entrecerraron mientras miraba fijamente a su destino.

—Y entonces me tendrás —susurró contra sus labios.

Sus labios presionaron firmemente los de él mientras envolvía un brazo en su cintura. Con la
otra mano, le ahuecó la nuca como para evitar volver a dejarlo.

Siwon alejó sus labios lo suficiente para decir:

—Esta noche. Esta noche terminamos con esto.

Hee sonrió contra sus labios, sintiendo la urgencia de él cimentarse.

—¿Demasiado impaciente? —preguntó con una sonrisa que casi alcanzó sus ojos.

—No tienes idea —susurró en su oreja, causando piel de gallina por su cuerpo.

Hee cerró los ojos y respiró lenta y profundamente varias veces mientras permitía que la
respiración, el beso y las caricias de él aliviaran el dolor que había causado para sí mismo.

Siwon se apartó un poco y puso su frente contra la de él, respirando con fuerza.

—Nunca te dejaré ir.

—Como si lo quisieras —bromeó Heechul, recuperando el amor que le trajo a él tanta alegría—. Hay todo tipo de genialidades pasando aquí.

Siwon gruñó.

—Cariño, creo que es hora de que compartas la genialidad. —Su voz fue una caricia sensual.

Hee se estremeció.

—¿La ceremonia será esta noche?

Él asintió una vez como confirmación.

—Entonces, ¿esta noche voy a propagar amor, por así decirlo?

Siwon sonrió con una sonrisa de lobo y otro estremecimiento atravesó su cuerpo.

—Me encantaría eso, pero tienes que curarte. Esta noche nos vincularemos y haremos los Ritos
de Sangre, te haré mío. Pero nuestra consumación tendrá que esperar.

Hee se rió.

—¿Qué te hace reír? —preguntó él, desconcertado.

—¿En serio dijiste consumación?

—Joven irrespetuoso —gruñó Siwon mientras tocaba suavemente su labio inferior. Eso trajo un temblor de consciencia ante la cercanía de sus cuerpos, lo cual trajo otra risita por parte de Hee.

—Ahora, ¿qué es tan gracioso? —Siwon levantó una ceja hacia él. Hee negó con la cabeza.

—Lo siento, estaba pensando que Donghae va a estar enojado por ser el único que quede en el club de frustración sexual.

Siwon rió.

—Oh, no sé. Hyukjae parece más que apto para convertirse en un miembro.




2 comentarios:

  1. Juro que me entraron ganas de patear a Hee. Mira que era terco y cabezota el latente.
    Peto gracias al poder de persuasión de Siwi entró en razones.
    No se burlen del EunHae ya le llegará su momento

    ResponderEliminar
  2. Jodido Hee!!!
    Que se creé!!????
    Qué puede luchar contra la naturaleza y el destino!???
    Ahh
    Un momento, si.
    Hablamos de Kim Heechul!!!
    Señores! El hace lo que le venga en gana...sin embargó, nadie se resiste a Siwonshis!!!!
    Ni el gran Hee!!!
    Ahshgaggsshdjjajsjdhd
    Juemadre!!!! Ritos de sangre del Sichul!!!
    Oh si~
    Jahagsgshajakkaaakznxbx
    El EunHae~
    Es amor!!!

    ResponderEliminar

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...