Hyungsik permanecía en su forma de lobo, durmiendo sobre
una cama de césped. Pero incluso mientras dormía estaba alerta sobre todo lo
que ocurría a su alrededor. Se comportaba de esta manera desde que era un
cachorro. Más bien, había tenido que comportarse así desde que era un cachorro.
A pesar de que Kevin y él eran hijos del Regis de su patria, ellos estaban
expuestos a lo peor, no sólo por parte de su padre sino por aquellos que lo
seguían como Heejun.
Su padre los culpó por el hecho de que su madre Arcadiann
había rehusado completar el ritual emparejamiento con él. Su rechazo convirtió
a Juhak en un ser impotente y hostil.
Y su negativa de mantener a sus hijos katagaria los
convirtió en un blanco.
Por ello cuando Yewoon se acercó lo suficiente, se
despertó listo para atacar.
Yewoon se agachó hasta quedar contra el suelo.
—Soy solo yo Hyungsik.
El cambió a su forma humana y dejó su mano sobre la nariz
de ella.
—Lo siento bebé, no lo sabía. —Ella lamió sus dedos antes
de colocarse a su lado y poner la cabeza sobre su muslo.
Él acaricio la piel alrededor de sus orejas.
—¿Sucede algo?
—No podía dormir, mi compañero se encuentra fuera
patrullando y no quería estar sola.
—¿Dónde está Kevin?
—No estoy segura. No está de guardia o en el campamento,
no lo he visto desde hace rato. ¿Lo has visto tú?
—Estaba ayudando a uno de los Dark-Hunter que vive en el
pantano, Kyuhyun, asumí que ya había regresado a esta hora. Los Dark-Hunters
eran guerreros inmortales que peleaban para la diosa Artemisa. Cazaban a los
primos de los Were-Hunter, los Apolitas, y los mataban cada vez que estos se
convertían en Daimons y comenzaban a robar las almas de los humanos para
mantenerse con vida.
Era extraño para los Dark-Hunters mezclarse con los
Were-Hunter, pero no imposible, y a través de los años, Hyungsik y Kevin se
habían hecho amigos de una gran cantidad de ellos.
Yewoon suspiró fuertemente.
—¿Ese era el cazador oscuro con el que se encontraron la
otra noche?
—Sí, Kyuhyun y Shindong. Shindong era el líder de los
Dark-Hunter y un gran amigo de Kevin desde hacía mucho tiempo.
—Hubiera preferido que no se hubieran encontrado con
ellos. Cada vez que un Were-Hunter se mezcla con uno de ellos acaba ocurriendo
alguna desgracia.
—Ah, no te preocupes, de hecho fue divertido, además hay
demasiada basura Daimon por ahí y los Dark-Hunter estuvieron de acuerdo en
ayudarnos a protegeros si algo pasa.
—Di lo que quieras pero yo no confió en ellos.
—Yo tampoco, pero confío en Kevin y tú también deberías.
Él nunca haría nada que nos dañara a nosotros o a los demás.
Ella miró a lo lejos con cara de arrepentimiento.
Hyungsik se sintió culpable al hacerla sentir de esa
manera. Sin embargo ella nunca debería cuestionar a su hermano. Kevin se
moriría si algo les ocurriera.
Y pensar que él lo había causado…
Kevin nunca lo superaría. Al igual que Hyungsik mientras
acariciaba la oreja de su hermana tenía un mal presentimiento. No lo podía
definir. Sin embargo se mantenía en lo más profundo de su mente como un
fantasma detrás de su sangre.
Es únicamente la preocupación de Yewoon.
¿Era realmente eso? ¿O podría ser una premonición? Nunca
había sido particularmente precognitivo.
Pero…
No pensaría en eso. Yewoon estaba a salvo. Estaba aquí
para protegerla a ella, y Kevin volvería tan pronto como pudiera. Nada
cambiaría. Ella tendría a sus cachorros aquí mientras sus viejos enemigos los
buscaban. Una vez que los cachorros fueran lo suficientemente grandes para
viajar se moverían nuevamente.
Esa era forma que las cosas ocurrían y nada iba a
cambiar, se aseguraría de ello.
Hyungsik se despertó por un fuerte sonido de alarma. En
su forma de lobo estaba al lado de su hermana que también se había despertado
por el sonido.
—Quédate aquí —él la protegería—. Iré a ver qué ocurre.
Se levantó y trotó hasta el campamento principal donde un grupo de lobos se
encontraba reunido.
Dos de ellos estaban sangrando profundamente.
—Fue una emboscada tenemos suerte de que alguno de
nosotros haya sobrevivido
Juhak, también en su forma de lobo, lo miró airadamente.
—¿Quién lo hizo?
—Lobos Arcadianns, tenían una trampa preparada para
nosotros.
Juhak maldijo.
—¿Dónde está el resto de tu grupo?
—No lo sé, Orian nos dijo que regresáramos para
preveniros.
Juhak echó una mirada alrededor del grupo.
—Reunid nuestras fuerzas, quiero a todos los hombres
disponibles.
Hyungsik tomó forma humana para enfrentarse a su padre.
—No puedes, ¿qué pasa si es una trampa para mantenernos a
todos alejados de las parejas y dejarlas sin protección? —Miró alrededor a los
lobos—. Recordad que ya ha ocurrido antes. ¿Cuántas parejas y cachorros
perdimos por la matanza de los Arcadiann?
Juhak lo miró airadamente.
Pero Hyungsik vio la mirada indecisa de los demás.
—Creo que Hyungsik podría tener razón, alguno de nosotros
debería quedarse solo por si acaso.
Los ojos de Juhak brillaron intensamente en la oscuridad.
Odiaba ser cuestionado.
— Bien, Hyungsik y las parejas podéis quedaros mientras
cazo.
El grupo se dividió por la mitad.
—No sé qué piensas tú, pero yo estoy seguro que no me
siento como una pareja.
Hyungsik se rio.
—Ignora a la maravilla impotente. Dime, ¿Qué pasó
exactamente?
—Estábamos andando por los alrededores, tras la caza de
pequeñas aves para practicar. En un momento los estábamos persiguiendo por el
pantano y al siguiente Orian era golpeado con un taser, después alguien empezó
a disparar con armas de fuego contra nosotros, perdimos a Agarian
inmediatamente por una bala que le dio en la cabeza. Me alcanzaron en la pata
pero es un simple rasguño.
Razón por la cual no podía usar su magia. Cuando eran
heridos su magia se volvía impredecible e inútil. Si se usaba podría causar
toda una serie de desastres.
De repente Yewoon gritó.
Convirtiéndose de nuevo en lobo Hyungsik corrió hasta
ella, la alcanzó en un tiempo record. Se encontraba en el suelo retorciéndose,
aterrorizado olisqueó su cuello.
—¿Yewoon?
Ella sollozó incontrolablemente, ¿estaba de parto tan
pronto? Hyungsik intercambió una mirada desconcertada con el lobo que había
llegado detrás de él.
—¿Qué es lo que ocurre?
—Orian.
—¿Qué pasa con él?
Yewoon pateó el suelo como si sufriera una terrible
agonía.
—Está muerto.
Hyungsik intentó calmarla.
—No, fue alcanzado con un taser.
Ella sacudió la cabeza negativamente.
—No, está muerto, lo sé puedo sentirlo.
—Solamente estas embarazada y trastornada.
Ella le lanzó una mirada tan hostil y agonizante que le
llegó hasta el fondo del alma.
—Estábamos vinculados Hyungsik. Está muerto lo puedo
sentir.
Hyungsik no pudo respirar cuando esas palabras lo
atravesaron. Vinculados.
Cuando dos Were-Hunter se vinculaban su fuerza de vida se
convertía en una sola. Eso era un acto final de lealtad y amor eso significaba
que cuando uno moría ambos lo hacían.
La única excepción era si la pareja estaba embarazada,
entonces su vida era alargada pero únicamente hasta que los bebés nacieran, una
vez que el último de ellos se encontraba afuera y a salvo, se uniría con su compañero
en la eternidad.
Yewoon iba a morir.
Hyungsik luchó por respirar cuando esas palabras lo
golpearon como garras que excavaban en lo más hondo de su alma y era todo lo
que podía hacer para tratar de mantenerse en pie.
—¿Por qué lo hiciste?
Ella le lanzó una mirada mordaz.
—Lo amaba estúpido idiota ¿Por qué sí no?
Aulló un atormentador e inolvidable sonido. El grito de
un lobo en completa agonía.
Hyungsik inclinó su cabeza hacia atrás, se incorporó y se
unió a ella en su propio dolor.
Su hermana iba a morir… y no había nada que él pudiera
hacer.
Yewoon rompió a llorar.
—¿Cómo es posible que esté muerto? ¿Cómo?
Pero Hyungsik no escuchó sus palabras, todo lo que podía
hacer era verla morir y resignarse, ver como sus cachorros acudirían a él para
que les contara historias sobre una madre a la que nunca conocerían.
¿Cómo podía ser?
Serían como él. Tendrían ese agujero dentro de ellos que
nada podría llenar. Se preguntarían qué es lo que se siente al ser amado. Tener
una madre que se preocupara por ellos y los alimentara.
Transformándose a humano, la abrazó y la sostuvo mientras
sus propias lágrimas surgían.
—Yewoon nunca los dejaré solos y no les faltará nada.
Excepto tú y su padre.
Esas palabras lo estrangularon e hicieron que perdiera el
control. Contra su voluntad las lágrimas comenzaron a fluir, avergonzado ocultó
la cara contra su cuello y la sostuvo, ella era todo lo que merecía la pena, no
se suponía que tenía que ser de esta manera. Su hermano y hermana eran las
únicas constantes en su vida.
Ellos eran su único consuelo.
Y ahora perder a uno de ellos… era más de lo que podía
soportar.
La sostuvo cerca, meciéndola por horas sin importarle
nada más, solo cuando Kevin regresó al amanecer, se dio cuenta de todo el
tiempo que había transcurrido.
Kevin se acercó lentamente.
—¿Qué ocurre?
Hyungsik buscó una manera de decirlo suavemente, Yewoon
estaba durmiendo. Pero no existía consuelo para lo que le preocupaba. Apretó el
puño sobre su piel blanca y se dio cuenta que no había una manera fácil de
decirlo, una que no afectara Kevin de la misma forma que lo había afectado a
él.
—¿Tú sabías que Yewoon estaba vinculada con Orian?
Kevin frunció sus labios como si sólo la idea le
repugnara tanto como a Hyungsik.
—¿Por qué iba a hacer algo así?
—¿Te dijo que lo amaba?
Kevin se puso en tensión.
—Has hablado en tiempo pasado.
Hyungsik soltó un suspiro largo y se preparó para la
reacción de Kevin. Dios como desearía no ser la persona que tuviera que decirle
esto.
—Orian murió esta noche.
Kevin dejo salir una maldición tan fuerte, que Hyungsik
estaba anonadado por ella. Normalmente su hermano era más comedido, pero lo
entendía perfectamente. Estaba experimentando las mismas emociones. Kevin se
puso de rodillas su lado y colocó una mano sobre Yewoon, cuando se encontró con
la mirada de Hyungsik este vio el mismo dolor agonizante dentro de los ojos de
su hermano que el que sentía en su propio corazón.
—¿Qué vamos hacer?
Hyungsik sacudió su cabeza.
—Tendremos que verla morir,
Kevin miró a lo lejos, como si no pudiera soportarlo más
de lo que Hyungsik lo hacía.
—¿Qué sucedió?
—Un grupo de Arcadianns los atacaron y Orian murió
durante la pelea. ¿Qué más?, maldito lobo estúpido, tenía que haber estado aquí
con Yewoon y no saliendo de fiesta con sus amigos.
Kevin lanzó una mirada a los alrededores como si esperara
que una sombra volviera a la vida y los persiguiera.
—¿Rastrearon a los demás de regreso aquí?
—No lo sé, no les pregunté. Juhak y un grupo de los otros
fue tras ellos.
—¿Y?
—Todavía no han regresado.
Esas palabras apenas habían salido de su boca, justo
cuando los demás aparecieran lentamente en el campamento, algunos estaban
sangrando y cojeando, pero no parecía que faltara nadie.
—Quédate con Yewoon.
Kevin fue a consultar con los demás.
Hyungsik no se movió hasta que su hermano regresó con una
mirada de acero en su rostro.
—¿Qué?
—Son el grupo de Arcadianns sobre el que Shindong nos
previno, de alguna manera descubrieron que estamos aquí y sus centinelas están
afuera buscando nuestra sangre.
Esa era la historia de nuestra vida, sin importar dónde
estuvieran los Arcadianns los encontraban y atacaban ¿Por qué no podían sus
hermanos humanos dejarlos en paz?
Porque los destinos eran tres perras sicóticas que
querían la completa aniquilación de su especie.
Ahora su hermana debía pagar el precio de una maldición
que ninguno de ellos había querido o merecido, la vida era tan injusta. Pero
como Shindong a dicho muchas veces, merecerlo no tiene nada que ver con nada la
vida simplemente es.
Kevin se sentó a su lado.
—Te ves como la mierda ¿Por qué no vas y tomas un
descanso?
—¿No puedo dormir?
—Necesitas dormir, no le harás ningún bien a nadie si
estas muy cansado para funcionar.
Sí , ¿pero cómo conseguiría encontrar paz esta noche? No
había nada, excepto ese enfermizo nudo, en su estomago, que lo hacía querer
vomitar.
Como querría poder retroceder veinticuatro horas y
olvidarse de este futuro…
Kevin lo empujó suavemente.
—Yo me encargo de Yewoon ve a descansar, no hay nada más
que hacer, conviértete en lobo por un rato.
Hyungsik cabeceó sobriamente antes de dejarla, a pesar de
que lo único que quería hacer era sostenerla tanto como pudiera, pero Kevin
tenía razón, necesitaba estar en su verdadera forma.
Y necesitaba encontrar algo para sí mismo. Algo que se
llevara el dolor aunque fuera por un pequeño nanosegundo.
Minwoo se despertó cuando sintió un dolor que le
atravesaba. Era la misma sensación que tenía siempre que Taeheon o uno de sus
hermanos se encontraba en dificultades.
Solo que en esta ocasión era por Hyungsik, lo podía
sentir como si él estuviera en la habitación justo a su lado.
Y era la misma sensación de temor en su pecho, la misma
urgencia de localizarlo inmediatamente y asegurarse que todo estaba bien.
¿Qué había pasado?
Cerrando sus ojos lo localizó, estaba acostado sobre su
estomago en su forma de lobo. No parecía estar lastimado y sin embargo había
algo en él que parecía estar roto, herido.
—¿Hyungsik?
Hyungsik se congeló por el sonido de la voz de Minwoo,
abriendo sus ojos lo vio arrodillada junto a él.
¿Qué estás haciendo
aquí?
—Yo…yo… no lo sé, simplemente sentí que necesitabas a
alguien.
Frunciendo el ceño, quiso decirle que se marchara, sólo
que Minwoo colocó una mano suave en su cuello.
Hyungsik siempre había odiado que lo tocaran ahí. Ni
siquiera Yewoon podía acariciarlo mientras estuviera en su forma de lobo. No
podía soportarlo.
Sin embargo el toque de Minwoo lo calmaba. Pasó su mano a
través de su piel hasta su oreja, que frotó suavemente entre dos dedos. Antes
de poder detenerse, se inclinó más cerca de él.
—¿Qué ha pasado?
Se sofocó cuando pensó en Yewoon.
El compañero de mi hermana murió anoche.
—¿Tu hermana estaba vinculada?
El asintió
—Oh cariño cuanto lo siento.
Lo siento… eran unas palabras sin valor, sin duda
pronunciadas como hábito. Él odiaba que las personas dijeran eso cuando no
tenían idea de lo que realmente significaban. Ninguna idea del dolor que lo
quemaba por dentro, el de una perdida que pronto experimentaría y para el que
no existía ningún tipo de alivio que lo pudiera aligerar o disminuir.
¿Cómo podría seguir sin su hermana?
Tú tienes a tu
familia, no tienes ni idea de lo que es...
—Eso no es verdad —le dijo apretándolo con fuerza. —Perdí
dos hermanos y una de sus parejas, sé la angustia que el tiempo no puede curar.
No pasa un día sin que me acuerde de ellos y de cómo murieron, así que no uses
ese tono conmigo, no lo podría soportar.
Hyungsik tomó forma humana y lo abrazó.
—Lo siento Minwoo no lo sabía.
Minwoo lo apretó con fuerza mientras trataba de controlar
las lágrimas que siempre surgían cuando recordaba a sus hermanos.
Peor aún, ellos habían muerto por su culpa. Porque había
compartido su poder y les había mostrado como localizar a sus enemigos y fueron
tras ellos para protegerle. La culpa de eso. El dolor… había momentos como este
cuando era más de lo que podía soportar.
Sin embargo la vida continuaba con cada latido
agonizante.
—Está bien. —Susurró, pero no lo decía en serio nunca
estaría bien perder a quienes amas la vida era dura, cruel y fría. El lo sabía
mejor que nadie.
El humor bipolar de su madre era prueba de eso. Mientras
Mama le daba la bienvenida y protegía a cualquiera que era leal a su casa.
Rápidamente estaba dispuesta a matar a cualquiera que sospechara que la
traicionaría, de ahí su odio antinatural contra Taeheon.
Y era tan implacable, aún sabiendo que la amaba, Minwoo
pudo vislumbrar en los ojos de Maman como lo culpaba incluso aunque fuera sólo
un cachorro cuando ellos murieron.
Minwoo suspiró.
—Como Taeheon siempre dice tarde o temprano la vida nos
pasa factura a todos.
—¿Taeheon?
—El Tigard que me ayudaste a salvar. Tiene una forma
particular de ver la mayoría de las cosas, pero en esto yo creo que tiene la
razón. Nosotros somos las víctimas.
Hyungsik sacudió la cabeza.
—Me niego a ser la víctima. Alguna vez… pero no ahora, no
puedo creer que la vaya a perder y que no haya nada que pueda hacer para
evitarlo.
—Al menos tienes tiempo de decirle adiós, mis hermanos se
fueron en un instante no hubo tiempo para nada ni siquiera duelo.
Hyungsik se detuvo cuando se dio cuenta de lo mucho que
lo reconfortaba, estaban compartiendo su dolor…
¿Qué estás haciendo?
Estaba llegando a Minwoo y no tenía idea de por qué, él
nunca confiaba en nadie, especialmente no en extraños. Rechazaba acomodarse y
siempre lo había hecho.
Sin embargo, no quería dejarlo, se quería quedar de esta
manera durante un rato, para que aliviara el dolor de su corazón.
Minwoo se separó de su brazo para mirar algo en el suelo.
Se inclinó ligeramente hacia adelante para agarrar el trozo de tela que Heejun
había rasgado de uno de los atacantes Arcadianns. Lo había llevado para
inspeccionarlo y Kevin lo había traído de vuelta antes para echarle un vistazo.
Desafortunadamente el olor estaba tan contaminado que era inútil para ellos
intentar utilizarlo para localizarlos.
Minwoo frunció el ceño cuando lo estudió atentamente.
Él copió su gesto.
—¿Qué pasa?
—Conozco esto, es de una tessera uniformada.
Su corazón dejo de latir.
—¿Qué quieres decir con que lo conoces?
Minwoo cerró los ojos para usar sus poderes viendo como
imágenes reproduciéndose en su cabeza. Podía ver a los lobos peleando, oírlos
gruñendo y desgarrando. Ver a los Arcadianns atacándolos, pero algunos hechos
estaban más claros que otros, sin embargo había una cara que conocía muy bien.
—Ese es Seojoon.
Hyungsik inclinó su cabeza.
—¿Seojoon? ¿Porque me suena ese nombre?
—Ese fue el lobo con el que peleaste fuera del Empire.
Hyungsik dejó salir el aliento como si lo hubieran
golpeado fuertemente en el plexo solar.
—¿Qué?
—Él era el lobo.
—No. —Hyungsik sacudió la cabeza con incredulidad ante
esas palabras que destrozaban su alma. ¿Qué he hecho? —Queridos dioses—… Yo soy
el que mató a mi hermana.
TT____TT
ResponderEliminarOsea que así murió Yewoon~
Ay~
No no no no
Sik~ ahhhh
Estos dos si pueden estar juntos!????
Qué pasa con la interespecie!???
Ahhhh
Nooooo
Minwoo!!!!
Ahhhh
ni modo la vida tiene que seguir aunque nos duela
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