Sapphire Wolf (T4)-14




—Creo que deberíamos ir —declaró Teukkie por milésima vez.

—Teukkie, hemos tomado nota de lo que piensas, no es necesario que lo sigas diciendo. —Las palabras de Junjin eran ligeramente sarcásticas, pero suaves

—Tomar nota no es lo suficientemente bueno, Alfa. ¿Por qué estamos aquí sentados cuando
podríamos caminar a través del bosque para estar con los demás? La unión hace la fuerza,
¿recuerdas? —Teukkie paseaba por la sala de reuniones mientras los demás continuaban
mirando los libros que había traído con ellos de los archivos.

—Me voy a poner en contacto con Dam y a consultar con ella sobre esto. ¿Qué te parece?

Teukkie miró a Junjin fijamente.

—Mejor.

Después de que Junjin hablara por teléfono con Dam, se reunió con los demás en la sala de
reuniones. Todos tomaron los lugares que extraoficialmente habían asumido como propios en
torno al fuego abrasador.

—Dam dijo que Hee aún está muy débil para viajar, y Siwon también. Ella está de acuerdo contigo
Teukkie, en que todos debemos estar juntos.

—¡Guau! Te lo dije, ¿no lo hice? —Teukkie sonrió con malicia.

Kangin le dio un codazo, tratando de insinuar que necesitaba cerrar la boca.
Teukkie se calmó a regañadientes.

—Como estaba diciendo, ella piensa que deberíamos estar juntos. Sin embargo, no es seguro para
nosotros viajar por el bosque sin protección. Ella va enviar a uno de los suyos para que pueda
ocultar nuestra presencia. La bruja está constantemente en busca de nosotros para atacarnos de
alguna forma. Así que vamos a esperar hasta que su… persona llegue.

—¿Cuánto tiempo va a tardar?

—¿Por qué los humanos son tan impacientes? —Todos se giraron hacia la puerta para ver a un
pequeño joven. Tenía una cara inusual, con ojos almendrados de un inusitado color gris, una
pequeña pero linda nariz chata, y una boca enfurruñada que parecía mantenerse en una sonrisa
permanente.

Llevaba puesto pantalones de cuero café y una camisa verde, cómoda y térmica. Sobre la camisa
usaba un chaleco que contenía cuchillos de distinto tamaños, y por lo que podía verse asomando
sobre sus hombros, dos espadas. Sus botas estaban atadas fuertemente alrededor de sus
pantorrillas hasta debajo de las rodillas.

Teukkie decidió que fuese cual fuera su nombre, él iba llamarla “Seguramente”, porque
seguramente podía darle una paliza a cualquiera.

—¿Tú eres el que Dam nos envió? —pregunto Junjin.

—Sí, Alfa. Mi nombre es Changmin, estoy aquí para llevarlos al velo. Debemos movernos rápido,
hay maldad en el viento.

Todos se levantaron y comenzaron a dirigirse hacia las escaleras para recoger sus cosas, Changmin
los detuvo.

—Todo lo que necesitan es un abrigo grueso. Todo lo demás les será proporcionado.

Zhoumi y Teukkie se miraron uno al otro y luego se encogieron de hombros.

—Si tú lo dices, Seguramente —murmuro Teukkie. Zhoumi lo miró con los ojos entornados.

—¿Debo preguntar por qué lo llamas así?

Teukkie se rió y se lo explicó a Zhoumi. Zhoumi negó con la cabeza, riendo.

—Nunca dejas de divertirme.

Cuando estuvieron en camino, moviéndose rápidamente a través del bosque lleno de nieve, Kangin
siguió a Teukkie hasta la parte delantera del grupo. Changmin los guiaba.

—¿Así que tú eres un hada? —preguntó Teukkie con curiosidad.

Changmin sonrió y Teukkie no pudo evitar sonreírle en respuesta. Changmin era una de esas personas que contagian felicidad. A Teukkie le agradaba.

—Soy un hada —le confirmó Changmin.

—Puedes hacer todo tipo de cosas interesantes, ¿verdad?

«Angel, ¿qué estás haciendo?» La voz de Kangin llenó la mente de Teukkie.

«Relájate, hombre lobo, sólo quiero hacer algunas preguntas. Quiero decir, vamos, no es todos los
días que uno conoce a un   hada».

Kangin sonrió ante la curiosidad de su compañero, pero también estaba preocupado de que
pudiera ofender a Changmin. Un hada enojado es algo con lo que nadie quiere tratar.

—Supongo que puedo hacer cosas más geniales que los humanos —dijo Changmin pensativo—,
pero no puedo hacer ningún tipo de magia en este momento, sería demasiado fácil para la bruja
encontrarnos, incluso a través del hechizo de encubrimiento.

Teukkie asintió, comprendiendo.

El grupo permaneció en silencio mientras caminaban. Una extraña quietud llenó el bosque: no
había animales corriendo ni pájaros sobrevolando la zona. Era como si el bosque entero contuviera
la respiración. Tratando de ocultarse en plena vista, esperando.

El silencio no pasó desapercibido para Changmin mientras conducía al Alfa y a sus lobos a través de
los árboles. Dam le había dejado en claro que tenía que moverse con rapidez, tener pocos descansos
y hacer paradas cortas.

Changmin podía sentir la magia negra deslizándose a través del escudo que había lanzado sobre ellos,
y se estremeció ante el conocimiento de quién había ejercido esa magia. Miró hacia atrás, encontrando rápidamente los ojos de Junjin, dando un leve asentimiento que él entendió: apuren el paso. Y cuando Changmin empezó a moverse más rápido, todos los demás siguieron su ejemplo.



Mona estaba de pie frente a la cornisa de la montaña donde su casa estaba situada. Ella sabía que
una persona, o muchas, se movían a través del bosque. Sin embargo, no pudo obtener una visión de
ellos. Usando su voluntad para moverse en el aire, siguió buscando a quienquiera que fueran. Aún
nada.

Frustrada, abrió los ojos y miró los vastos bosques ante ella. Decidió que era hora de adivinar el
futuro. No era algo que le gustara por lo general, ya que podía ser difícil de descifrar el significado de
lo que vería. No siempre significaba algo obvio, pero eran tiempos desesperados.

Mona entró en su casa y giró a la izquierda, entrando en una habitación llena de jaulas, todas
contenían diferentes animales.

Abrió una de las jaulas del fondo, agarrando a un conejo por la nuca. Sin pensar, le torció el cuello
 con un crujido repugnante. Ella puso el animal ya muerto sobre la mesa y le cortó la garganta, lo
que permitió que la sangre fluyera en un cuenco poco profundo y grande. Una vez que la sangre
drenó, arrojó el pequeño cuerpo a una cesta debajo de la mesa.

Recogió sus piedras de adivinación y las sostuvo en sus manos para calentarlas. Luego entonó:

“Piedras del misterio, piedras del destino, Miren a través del velo de hoy.
Tomo una vida para darte  sangre,  Derrama la verdad como una  inundación”.

Cantó eso una y otra vez mientras lanzaba las piedras al cuenco lleno de sangre. A medida que la
última golpeaba el líquido aún tibio, abrió los ojos para ver el resultado. Sus ojos se estrecharon y
una sonrisa siniestra cruzó sus labios.

—Bueno, ¿no es eso interesante? —Una risa malvada surgió de su pecho—. Amo cuando las cosas
se ponen interesantes —murmuró para sí misma.



Días Después de la Maldición.


Leeteuk tropezó mientras él y los demás subían una colina considerablemente empinada. Kangin
le pasó un brazo alrededor de su cintura, atrapándolo antes de que cayera de cara en la nieve.

—Gracias a Dios por los reflejos de lobo —murmuró.

Kangin le guiñó un ojo y le dio un beso en la mejilla.

—Yo siempre te atraparé, Leeteuk.

Lo soltó y continuaron hasta la colina, siguiendo a Changmin, con Hyesung, Yunho y Junjin en
la retaguardia.

—Con riesgo de sonar muy parecido a un niño de cinco años, ¿ya llegamos? —se quejó Teukkie.

Changmin lo miró, luego a los otros, y se dio cuenta de que estaban seriamente arrastrándose.
Teukkie más que los otros, porque no era totalmente Canis lupis. Changmin los había estado
presionando duro, y en veinticuatro horas solo había permitido que se detuvieran dos veces y
fueron breves pausas.

Miró hacia delante y entrecerró los ojos. La vista del ojo de un hada estaba más allá de cualquier
cosa que los seres humanos pudieran entender.

—Serán otro día y media noche antes de que estemos allí, y eso si no nos detenemos.

—Tenemos que detenernos para dormir por lo menos durante un par de horas —habló Junjin desde
detrás de ellos.

—Sin ánimo de ofender, Alfa, pero quedarse no es sabio. —Changmin miró a la pequeña bolsa que
estaba junto a su cadera. El solo la usaría como un último recurso, pero era necesario en este punto.
Sacó pequeñas ostias y se las entregó a Teukkie.

—Dales tres a cada persona. Dejen que se disuelvan en la boca —explicó Changmin.

Teukkie se giró para hacer lo que se le instruyó, luego se volvió rápidamente a Changmin.

—¿Qué es esto exactamente?

—Es energía —dijo Changmin simplemente.

—Bueno, eso lo aclara —graznó Teukkie—. Eres tan vago como las bolas de pelos.


Changmin ladeó la cabeza hacia un lado.

—¿Bolas de pelos?

Teukkie soltó una risita.

—Lo siento, mala costumbre. Me refería a los hombres lobo.

Changmin miró detrás de Teukkie a Kangin.

—Tú eres el príncipe de tu pueblo y él te llama una bola de pelo.

—Lo creas o no, él me ha llamado de peores formas —le dijo Kangin, sacudiendo la cabeza.

Changmin sacudió la cabeza con incredulidad, murmurando:

—Los humanos son tan extraños. —comenzó a caminar de nuevo y dijo por encima del hombro—: Deben comenzar a sentir los efectos en unos momentos.

El grupo continuó, y fiel a la palabra de Changmin, comenzaron a sentir los efectos de la comida Fae. Mientras la energía de Teukkie de las extrañas ostias alcanzaba su punto máximo, se volvió para mirar a Kangin con una sonrisa maliciosa.

—¿Qué está pasando en esa cabeza tuya, Angel?

—Yo estaba pensando en lo que Hee podría sugerir como uso de estas ostias. —Teukkie se rió en
voz alta cuando Kangin enarcó las cejas.

—¿Quién dice que Hee es el único al que se le ocurriría una cosa así? — Su voz estaba llena de
deseo persistente, incluso en medio de toda la confusión que estaban soportando.

La respuesta de Teukkie fue reírse y poner los ojos en blanco ante su compañero, quien, hombre
lobo o no, todavía era un hombre.



14 Días Después de la Maldición.


Siwon no entendía por qué estaba nervioso por darle a Heechul más de su sangre. Es cierto, era
una experiencia muy íntima, pero bajo las circunstancias él sentía como si todo lo que debería
sentir era el deseo de asegurarse de que sanara.

En verdad, incluso con él consciente solo en breves períodos, se estaba enamorando, y quería
desesperadamente que Heechul todavía sintiera los sentimientos que Donghae dijo que sentía por él.

Colocó una mano bajo su cuello y lo elevó suavemente para levantarlo. Luego se mordió su otro
brazo lo suficientemente profundo como para asegurarse de que la sangre fluyera libremente. Colocó
la herida sobre sus labios, presionando suavemente el labio inferior para abrir su boca.

Contuvo la respiración mientras esperaba para ver si él respondía por su cuenta. Después de varios
segundos, para su alivio, los labios de Heechul se pegaron a su brazo y comenzó a tomar lo que él
ofrecía. Siwon cerró los ojos, agradeciendo a la gran Luna el que Heechul estuviera finalmente lo
suficientemente fuerte como para beber sin persuasión.

Trató de no pensar en lo mucho que le gustaba que pareciera ansiar su sangre, que lo reconociera a
él como suyo. Para un compañero, era una cosa muy potente.

Cuando empezó a retirar su brazo, sonrió al oír el ruido decepcionado que provino de su compañero.

—Tú me dejarías seco si te dejo. —Mientras Siwon envolvía la toalla que había dejado en su regazo
alrededor de su brazo sangrante, su cabeza se levantó al oír el sonido de una voz ronca.

—No soy una maldita bolsa de pulgas vampiro.

Siwon no pudo detener la amplia sonrisa que se extendió por su rostro mientras miraba a los
ojos de Hee. Aunque tenían una niebla por encima de ellos, todavía sostenían misterios que él
anhelaba descubrir. Apartó suavemente su cabello lejos de su cara y pasó el dorso de la mano
contra su mejilla.

—Puedes no ser un succionador de sangre, pero admítelo, princesa, te gusta mi sangre —se burló
Siwon. Las palabras parecían naturales, casi una segunda naturaleza.

Hee puso los ojos en blanco.

—Realmente quiero estar asqueado por eso, pero sabes bien. No puedo decidir si eso me convierte
en un psicópata o a ti en un raro.

—Si eres un psicópata entonces yo también porque no puedo esperar a probar tu sangre —confesó
Siwon sin vergüenza.

La frente de Hee se frunció mientras miraba fijamente a los ojos de Siwon.

Sus palabras la confundían.

—Tú. —tomó una respiración entrecortada que le hizo encogerse por el dolor—. ¿Tú me recuerdas?

Siwon estaba negando con la cabeza a medida que respondía suavemente:

—No, princesa, no. Deseo recordarte más que cualquier otra cosa.

—Entonces, ¿cómo puedes decir eso? ¿Cómo puedes querer probar mi sangre?

Siwon trató muy duro de no tocarlo, pero era imposible. Él ya no podía mantener sus manos lejos
de Heechul más de lo que podría detener la marea de balancearse. Agarró fuerte su mano y frotó
su pulgar suavemente.

—Mi lobo conoce a su compañero. Él se acuerda de ti. Incluso si yo no quisiera quedarme aquí contigo, incluso si no quisiera recordarte, recordar el amor que sentía por ti, él no me dejaría salir de esta habitación. Si me voy de tu lado incluso por segundos él se pone salvaje.

—¿Por qué? —preguntó Hee, realmente no entendiendo.

—No hay nada más peligroso que un macho Canis lupis dominante cuando su pareja está herida e
indefensa. Pero necesito que entiendas, mi lobo no es el único que te quiere, Heechul. Yo te quiero.
Te necesito para que me ayudes a recordar.

Hee estaba dolorido y su cuerpo estaba luchando desesperadamente para volver a hundirse en el
olvido, pero con la ayuda de la sangre de Siwon, él fue capaz de mantener la compulsión a raya.
Observó con incredulidad mientras una lágrima se escapó del ojo de Siwon. Su mandíbula se apretó
y, aunque parecía vulnerable, nada en él se veía débil o menos amenazante.

Él seguía acariciando su mano mientras hablaba.

—Necesito que me recuerdes quién soy. —Siwon miró a sus ojos, sabiendo que las siguientes
palabras que saldrían de su boca iban a ser difíciles— Ellos… ellos saben qué romperá la maldición.

Los ojos de Hee se agrandaron.

—Entonces, ¿por qué estamos aquí sentado discutiendo que de alguna manera trate de llenar tus
recuerdos?

—Porque el amor es lo que rompe la maldición.

Siwon vio como el aliento de Heechul se hacía superficial. No quería hacerle daño, era la última cosa
en la tierra que él quería. Su lobo estaba enojado de que él le estuviera causando dolor y
presionándolo para que lo dejara tomar el control

—Quiero amarte, Heechul. Quiero amarte más que a nada. Pero quererlo y hacerlo no son lo mismo
cuando se trata de la maldición. Te miro y siento algo. Tú me atraes y anhelo estar cerca de ti, no
solo mi lobo, yo, el hombre anhela estar cerca de ti.

Hee estaba temblando mientras escuchaba al hombre que amaba más que a nada decirle que no
lo amaba. Oh, quiere amarlo, bueno, que malditamente fabuloso. El quiere levantarse de la maldita
cama y golpearlo con un auto 2x4, pero, como siempre dice, deseo en una mano y tonterías en la
otra y ver cuál se llena primero.

No se dio cuenta que lo había dejado de escuchar hasta que oyó: “Ritos de Sangre” y “romper la
 maldición” en la misma frase.

—Espera, perdón, ¿di eso de nuevo?

Siwon respiró hondo. Era obvio que estaba frustrado.

—Dije: Junjin piensa que si llevamos a cabo los Ritos de Sangre, traerán las emociones suprimidas
a la superficie. Y es lo único que va a salvar tu vida. Tu lobo necesita a su compañero. Él ya no está
latente, y cuando el vínculo entre nosotros fue seccionado, la oscuridad en mí llegó a través de ti.
No vas a vivir sólo de mi sangre, Heechul.

El dolor que estaba apretando el pecho de Hee comenzó a tornarse en ira e incredulidad ante
la sugerencia de Junjin.

—¿Él quiere que nos vinculemos porque piensa que va a romper la maldición? ¿En serio? ¿Estás
jodidamente tomándome el pelo? —El ni siquiera se molestó con todo el asunto de salvar su vida,
no iba a tocar eso ni con un palo de quince metros.

Siwon estaba sorprendido por el veneno en su voz.

—Tú eres mi compañero. ¿Por qué no habríamos de vincularnos?

Hee lo miró con incredulidad. Siwon volvió la cabeza mientras se pasaba la mano por el cabello.
Fue entonces cuando Hee vio las marcas en el cuello de Siwon. Marcas que no habían estado allí
antes. Se acercó lentamente, rechinando los dientes por el dolor, y agarró su barbilla, girando su
cabeza aún más para poder ver bien.

—¿Tus marcas cambiaron?

Siwon esbozó la sonrisa de infarto que siempre le daba ganas de meterse en su regazo y ronronear.
Por la leve sonrisa en su hermoso rostro, era obvio que sabía el efecto que estaba teniendo en él
 tanto si él se acordaba de ella o no.

—Sí, cambiaron.

Hee casi saltó, luego gimió por el dolor que le causó, mientras Siwon agarraba el dobladillo de su
camisa y comenzaba a levantarla. Sus ojos se agrandaron cuando vio las marcas, idénticas a las de
Siwon, a lo largo de su costado derecho, empezando por debajo de la cintura de sus pantalones de
deporte y continuando hacia arriba.

Sin ser consciente de lo que podría estar mostrándole a Siwon, continuó levantando la camisa para
mirar las marcas mientras ascendían hasta el lado de su pecho derecho. Hee no se dio cuenta que
Siwon había estado rastreando las marcas con el dedo hasta que se contuvo y se aclaró la garganta.
Él agarró su camisa y la tiró hacia abajo.

Heechul no sabía qué decir. Una parte estaba más que feliz, otra parte enojada de que sucedió
mientras su compañero no tenía ni idea de quién demonios era él, y otra parte más estaba enojado
debido a la ubicación.

—¿Por qué tienen que estar allí? —gimió.

Siwon entrecerró los ojos, confundido.

—¿Por qué te molesta que esté en tu costado?

—Kangin enloquece cada vez que alguien ve las marcas de Teukkie.

—Como debería —gruñó Siwon.

—Oh, mantén tus bragas puestas, Siwon. Estoy molesto porque me imagino que, si alguna vez me
recuerdas, vas a ser incluso peor que Kangin al respecto. Lo que significa que ya no puedo usar mi
miniboxer de baño. Así que es tan poco genial. ¿Sabes qué viejo me hará usar uno normal y para
colmo acompañado de camiseta?

Siwon estaba negando con la cabeza cuando habló:

—¿Acabas de enterarte de que tenemos otra confirmación de que somos compañeros, y estás
preocupado por los trajes de baño?

—Ya te acostumbrarás a ello —dijo Hee con aire ausente. Cerró los ojos un momento, tratando de
reunir sus fuerzas.

—Necesitas descansar —le dijo Siwon, sus palabras una orden. Hee abrió los ojos y los apuntó hacia
él sin mover la cabeza.

—Voy a descansar después de haber dicho lo que me plazca.

—¿Siempre eres tan poco razonable?

—No. —Hee sonrió dulcemente—. Por lo general soy peor. —le sostuvo la mirada, algo que solo
Junjin tenía permitido hacer—. No voy a vincularme contigo. —ignoró el gruñido proveniente
del pecho de Siwon—. No voy a realizar los Ritos de Sangre con un hombre que ni siquiera se
acuerda de mí. Si he entendido bien de Teukkie, el acto de realizar los Ritos de Sangre es aún más
íntimo que el sexo.

—Tú eres mi compañero. —Siwon estaba tratando de mantener la calma, no quería asustarlo—.
Llevas mis marcas, compartimos un vínculo mental, mi lobo te conoce, y tú me amas.

Sus últimas palabras fueron una bofetada en la cara de Hee.

—Amo a mi Siwon, ¡AL MÍO! Tú no eres él. Así que no te atrevas a tratar de usar mi amor como
palanca para conseguir lo que quieres.




1 comentario:

  1. TT___TT
    Ay mi Sichul!!!
    No se vale!!!
    Siwonshis!
    Heechul!!!! Se razonable!!!
    Por el amor de Dios!!!!
    Es tu jodido compañero!!!

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...