Cuando Minwoo se dirigía a la cocina con los pedidos en
la mano, un grupo bullicioso que bajaba las escaleras se detuvo. Se maldijo por
dentro al verlos.
Chacales.
Dos mujeres y cuatro hombres. Debían de haberse tele
transportado al piso superior que estaba reservado para ese tipo de actividad,
se trataba de una zona a salvo de los seres humanos para que nunca sospecharan
lo que realmente era el Empire. Para ellos era sólo un club.
Para los Were-Hunter, era terreno neutral donde no podían
ser atacados.
Y si había algo que odiaba más que a los lobos, era a sus
primos caninos, los chacales. Si ser un chacal no era bastante malo ya, estos
eran también Centinelas Arcadianns y por la mirada que tenían estaban a la caza
de alguien.
Suspirando pesadamente, miró hacia los lobos Katagaria,
preguntándose cómo iban a reaccionar ante la presencia de los Chacales
Arcadianns.
Lo último que necesitaba era que estallara una lucha
feroz entre un clan de centinelas y una manada de Strati. Especialmente Strati
con jóvenes que proteger. Lo que les hacía incluso más fueros y violentos de lo
normal.
Volvió de nuevo a la barra, pero su camino fue
interrumpido cuando uno de los chacales se tele transportó delante de él. El
hombre lo miró de arriba abajo con una mueca de asco.
Minwoo estrechó su mirada en él.
—No puedes usar tu magia aquí. Hay demasiados humanos que
podrían verte.
Él sonrió.
—No acepto órdenes de animales. Ahora dime dónde está Youngdo
o vamos a derribar este bar.
Minwoo se negó a ser intimidado por nadie.
—Estamos protegidos por las leyes del Omegrión, que estás
obligado a seguir. Todos son bienvenidos, incluso las criaturas más pútridas y
a ninguno se le puede sacar a la fuerza.
Él la agarró del brazo.
—Busca a Youngdo, o voy a hacerme unas botas con tu piel,
oso.
Minwoo se soltó de su agarre.
—No me toques, o enviaré tus pelotas contra la pared por
encima de tu cabeza.
Los chacales lo rodearon.
—No tenemos tiempo para esto. Está aquí. Podemos olerlo.
Minwoo lo miró con una mueca burlona.
—Alguien tiene que sacar la cabeza fuera de su trasero y
dejar de oler su propia ropa interior porque el único chacal que hay aquí, eres
tú, amigo.
—¿Hay algún problema?
Por una vez, agradecía escuchar el profundo gruñido de Taeyang.
Minwoo miró más allá del hombro del líder para ver a Taeyang
con Colt, Donghyun, y Taeheon.
Papá estaba viniendo hacia ellos.
—Sí. Y creo que es el momento de que nuestros amigos
encuentren la salida.
Taeyang fue alcanzado por el líder que le enganchó tan
rápido, que apenas lo vio pasar. Con un fluido movimiento, tiró a Taeyang sobre
su espalda al suelo. Taeyang quedó atrapado y se congeló cuando el chacal
sostuvo su Teaser lista.
No era por el dolor de un posible golpe por lo que se
inmovilizó. Una descarga y perderían el control de sus formas humanas durante
horas. En realidad, cualquier golpe de electricidad los tendría destellando de
humano a animal una y otra vez.
Algo que era difícil de explicar a la clientela humana
que tendía a ponerse un poco histérica si llegaba a verlo.
Minwoo echó un vistazo al número de humanos que había en
la habitación. Tenían que arreglar la situación lo más pacíficamente posible. Y
rápido. El líder lo miró y él asintió con la cabeza. De repente, un hombre lo
agarró por detrás y le colocó un cuchillo en la garganta. La mirada del líder
brilló como el hielo.
—Ahora dadnos a Youngdo o tendré su cabeza.
Minwoo contempló asustado a Taeyang, que sabía lo que
había hecho. No podían darles lo que no tenían. Iba a ponerse sangriento y suya
iba a ser la sangre que derramaran primero.
—Permanece fuera de esto, Hyungsik. —dijo Kevin con un
bajo suspiro.
Sintiendo su cólera salir a la superficie, Hyungsik
estrechó los ojos en los centinelas que rodeaban a Minwoo.
—Es una pareja amenazada.
—No es uno de nosotros y necesitamos a los osos de
nuestro lado. Infringe las leyes del Empire del Omegrión y se negarán a
ayudarnos. Para siempre. Se negarán a ayudar a Yewoon.
Hyungsik oyó esas palabras y estaba dispuesto a
acatarlas. Su hermana era lo más importante…
Hasta que vio el cuchillo.
Kevin maldijo cuando también lo vio. Yewoon o no, no
estaba en su naturaleza dejarlo pasar y puesto que los osos parecían estar
adentro de sus pequeñas cabezas peludas…
La mirada color avellana de Kevin se fijó en Hyungsik.
—El imbécil de adelante es mío, tú toma al que está con el
joven.
Dongjoon bajó la cabeza conforme con su carrera suicida.
—Os cubrimos la retaguardia.
Kevin asintió con la cabeza antes de tele transportarse a
la lucha.
Minwoo consideró las consecuencias de golpear la cabeza
del chacal que lo mantenía cautivo. Pero él mantuvo el cuchillo apretado contra
su garganta, impidiéndoselo. Podría cortarse la yugular si lo intentaba. Miró a
sus hermanos y a su padre, todos apartados, demasiado asustados de moverse por
miedo a causarle daño.
Lágrimas de frustración manaron de sus ojos. No podía
quedarse ahí tan indefenso. El oso en él quería probar la sangre del chacal
independientemente de lo que le costara. Incluso la muerte. Pero su lado humano
tenía mejor criterio.
No merecía la pena.
El chacal lo agarró por el pelo y presionó el cuchillo
aún más.
—Decidnos donde está Youngdo. ¡Ahora! O su sangre fluirá
como el poderoso Niágara.
Su padre abrió la boca, pero antes de que pudiera hablar
alguien le arrebató el cuchillo de su garganta.
Minwoo maldijo cuando recuperó su cabeza y sus cabellos
estirados. Tambaleándose, cayó al suelo y aterrizó sobre su estómago. Los
sonidos explotaron completamente a su alrededor mientras el chacal fue rápida y
dolorosamente derribado por los lobos. Frotándose la garganta donde había
estado el cuchillo, buscó al chacal que la había sujetado.
Hyungsik lo tenía contra el suelo, golpeando
repetidamente su cabeza tan fuerte como podía. Era como si estuviera poseído por
algo que le exigía matar al chacal con sus propias manos.
Ambos estaban cubiertos de sangre.
—¡Hyungsik! —Gritó Kevin, tirando de enseguida él—. Está
inconsciente.
Gruñendo, Hyungsik sólo se levantó para darle una patada
en las costillas al chacal.
—Cobarde bastardo. Amenazar con un cuchillo a un joven.
Comenzó de nuevo con su víctima, pero Kevin lo atrapó.
—¡Basta!
Hyungsik se encogió de hombros antes de que su hermano le
dirigiera una mirada tan angustiada y atormentada que le quitó el aliento. ¿Qué
demonio había hundido sus garras tan profundamente en su alma? Algo trágico
yacía detrás de aquella clase de dolor.
Qué tenía que hacer.
Se dio vuelta hacia el chacal.
Kevin extendió sus brazos para capturarlo.
—Está acabado. Déjalo.
Gruñendo como un verdadero lobo, Hyungsik pasó empujando
a su hermano.
—Voy a esperar afuera.
Antes de que Kevin le detuviera, le dio una última patada
en la cabeza al chacal en su camino hacia la puerta.
Dongjoon se rió de la acción de Hyungsik cuando le torció
el brazo al chacal que sostenía.
—Debería romperte en dos. Eso no podría mejorar tu día,
pero definitivamente mejoraría el mío.
Kevin sacudió la cabeza por las acciones de Hyungsik y
las palabras de Dongjoon.
Dando la vuelta hacia Papá, caminó despacio hacia ellos.
—Lamentablemente, rompimos el convenio.
Le dio el dinero a Taeyang.
—Nos marcharemos y nunca volveremos.
Papá empujó de vuelta el dinero hacia Kevin.
—No tenéis que marcharos. Salvasteis a mi hijo. Os lo
agradezco. En tanto tengamos un refugio, vosotros también lo tendréis.
Era el honor más alto que se le podría otorgar a un
Were-Hunter. Era un dicho muy antiguo que sólo se ofrecía a otra especie como
un gesto de eterna amistad.
No, más bien de familia.
Kevin parecía avergonzado por ello.
Minwoo vio como su familia tomaba a los chacales de los
lobos y se los llevaban alejándolos, sin duda para darles aún más patadas en el
culo fuera de la vista de los humanos.
—¿Estás bien? —Le preguntó Donghyun mientras le ayudaba a
ponerse de pie.
El asintió.
Fulminó con la mirada al que Hyungsik había tendido en el
suelo en un charco de sangre.
—Bien, porque voy a pelearme con un chacal cuando
despierte.
Minwoo puso los brazos en jarra.
—Creo que ya lo hizo el lobo.
—Sí, pero no es suficiente. Voy aporrearle con mi cabeza.
Ese chico tendrá pesadillas con osos durante el resto de su vida… la cual
podría resultar ser mucho más corta de lo que había soñado.
Minwoo normalmente se metería con él, pero aún estaba
alterado, como el resto de ellos. Era muy raro que alguien molestara a su
familia, especialmente a Taeyang, que siempre fue conocido por sus proezas en
la lucha. Nunca en todos estos siglos había visto que alguien lo inmovilizara.
Una pequeña paliza a los chacales podría asegurar que no
sucediera otra vez.
—¿Qué pasará con los humanos?
Papá sacudió con fuerza la barbilla hacia el rubio alto
que paseaba alrededor de la multitud.
—Max está limpiando, incluso mientras hablamos. Es por
eso que nadie gritó ni se movió cuando los chacales te atacaron. Oyó la
conmoción y se presentó aquí.
Respiró aliviado. Max era un were-dragón que tenía la
capacidad de sustituir los recuerdos de la memoria humana. Era una de las
razones por las que le mantenían aquí, aunque era difícil dar cabida a su gran
forma de dragón. Su talento era útil en ocasiones como esa y significaba que no
tenían que matar a humanos que fueran testigos de cosas que se suponía que no
existían.
—¿Debemos ir por Hyungsik? —un lobo cachorro le preguntó
a Kevin cuando pasaron delante de él.
—Déjalo que se calme primero. No necesitamos que comience
otra pelea.
Minwoo tomó la mano de Kevin.
—Gracias por tu ayuda. Realmente lo aprecio.
Él sacudió su mano suavemente.
—En cualquier momento.
Le sonrió y gesticuló con el pulgar hacia la cocina.
—Iré a dar vuestros pedidos para tenerlos pronto.
Su padre inclinó la cabeza hacia Kevin.
—No te preocupes, estás en tu casa. Lo que necesitéis tú
y los lobos, háznoslo saber.
—Gracias —dijo Kevin y condujo a los lobos de regreso a
su mesa.
Taeyang le sonrió abiertamente a Minwoo.
—Nunca pensé que diría esto de ninguna especie canina,
pero creo que me gusta ese grupo.
Minwoo no hizo ningún comentario y se dirigió a la cocina
donde su madre lo estaba esperando.
Con sus rasgos severos, Mama se apartó para dejarla
pasar.
—Youngdo se encuentra en el Omegrión como el principal
Regis Arcadiann. No lo conozco bien, sin embargo, creo que deberíamos
encontrarlo y decirle que sus amigos lo están esperando, para nivelar un poco
el campo ya que parecen estar tan impacientes por reunirse con él.
Era una forma sutil de decir que Mama quería a los
chacales muertos y poder justificarlo en el Omegrión si alguien hacía
preguntas. Después de todo, si los chacales cazaban a Youngdo tan ferozmente,
él debía saber el por qué.
Minwoo podría haber argumentado que era una sentencia
dura, pero dado lo que los chacales le habían hecho, estaba del mismo humor
deportivo que su madre.
—Estoy seguro de que Taeyang puede arreglarlo.
Los ojos de su madre se oscurecieron.
—Nadie amenaza a mis cachorros. ¿Realmente estás bien,
chérie?
—Estoy bien, Mama. Gracias a los lobos.
Mama le acarició suavemente el brazo antes de regresar a
su oficina.
Minwoo fue por una orden de carne que estaba en la barra.
Les entregó los pedidos a los demás cocineros, tomó el plato y agarró una
cerveza para Hyungsik cuando pasó por el bar.
—Vuelvo en unos minutos.
Su hermano mayor Juntae lo detuvo.
—¿Estás bien?
En este punto, la pregunta le estaba cansando. No era una
muñeca frágil que se rompería al más leve contacto. Era un oso con toda la
fuerza y capacidades inherentes a su especie. Su familia, sin embargo, tendía a
olvidar aquel hecho.
—Un poco sacudido y bastante molesto. No me gusta que
nadie caiga sobre mí de la manera en que lo hicieron esos chacales. Pero ahora
estoy bien.
Un músculo se tensó en su mandíbula, mostrándole la ira
que mantenía oculta debajo de su tranquilo exterior.
—Siento que no fuéramos tan rápidos.
Aquellas palabras le atormentaron mientras revolvían
recuerdos dentro de él que no quería recordar.
—Realmente, está bien, Juntae. Prefiero ser amenazado a
verte sufrir.
Otra vez. Dejó aquellas palabras tácitas mientras veía
sus propios dolorosos recuerdos reflejados en el horror de su mirada.
Era un pasado del que nunca hablaban, pero que los había
dejado marcados a todos.
—Te quiero, Juntae.
Él le ofreció una hueca sonrisa antes de que se alejara
de modo que pudiera seguir atendiendo el bar.
Minwoo se dirigió hacia la puerta trasera que daba al
callejón y luego cruzó la calle donde Hyungsik estaba sentado sobre la acera,
esperando a los demás. Sus rasgos preocupados le recordaron a los de un niño
perdido. Algo completamente incongruente con su aura de
más-resistente-que-el-acero. Sin mencionar su valor al separarlo de su atacante
sin siquiera haber sufrido un rasguño. Su velocidad y fuerza no tenían igual y
atemorizaban.
A pesar de haber utilizado sus poderes para eliminar
la sangre de su ropa, recordaba bien la forma en que había golpeado al chacal.
Pero lo que más le sorprendió era el hecho de que no
sintiera rechazo por su violencia. Normalmente, ante tal exceso, habría tenido
que mostrarle la puerta.
Entonces, volvía a tener el cuchillo en su garganta.
Personalmente, le gustaría patear él mismo al chacal. Sí, tenía que ser eso.
Estaba demasiado agradecido con él como para estar enfadado por sus acciones.
Hyungsik se puso de pie tan pronto como lo vio.
Por alguna razón que no podía nombrar, se sentía nervioso,
tímido cuando se acercó a él. Incluso vacilante.
Cuán distinto a él. Siempre
era frío cuando
estaba alrededor de
hombres, especialmente cuando eran de otra especie. Pero con Hyungsik...
Había algo diferente.
Hyungsik tragó saliva cuando vio que Minwoo cruzaba la
calle. Era aún más hermoso a la luz del día de lo que era dentro del oscuro
club. La luz del sol brilló en su cabello, convirtiéndolo en oro, haciendo que
le picara la palma de la mano por querer tocar su suavidad. Debía estar
congelándose. Todo lo que tenía puesto era una delgada camiseta del Empire.
Se quito la chaqueta cuando él finalmente se acercó.
—Quería agradecerte de nuevo —dijo con su voz baja y
dulce. Frunció el ceño cuando él le colocó la chaqueta alrededor de sus
delgados hombros.
Hyungsik bajó la cabeza con vergüenza cuando comprendió
por qué la molestó su acción.
—Sé que huele a lobo, pero hace demasiado frío para estar
aquí fuera con los brazos desnudos.
Minwoo frunció el ceño aún más al mirar sus brazos.
—Tú también llevas sólo una camiseta.
—Sí, pero estoy acostumbrado a estar afuera —tomó la
comida—. Así que supongo que no nos prohibieron volver después de todo.
El rió, mostrándole el hoyuelo que mataría por besar.
—Ni mucho menos. Alguien que lucha por nosotros es
siempre bienvenido.
Sus rasgos se suavizaron, él asintió.
—Bien. Tenía miedo de tener que escuchar la mierda de Kevin
durante los próximos siglos.
Minwoo sofocó una risa por el modo que se reprendió por
haber maldecido frente a él. Era muy dulce, encantador y también inesperado.
—No eres como los otros lobos, ¿verdad?
Él bebió su cerveza directamente de la botella.
—¿Qué quieres decir?
—Nunca he estado alrededor de los lobos y que fueran
tan...
Arqueó una ceja como si lo desafiara a insultarlo.
—Educados.
Hyungsik se rió, un cálido y rico sonido que carecía de
cualquier asomo de burla. La expresión suavizó sus rasgos, haciéndolo aún más
hermoso y fascinante. Y por alguna razón, no podía tener bastante de él, con
cada movimiento que hacía su mirada se dirigía hacia sus bien esculpidos brazos
flexionados. Tenía los mejores bíceps que había visto nunca.
—Nuestra hermana está encinta —dijo después de haber
tragado un bocado—. Ella tiene códigos que debemos seguir y Kevin los hace
cumplir.
—¿Pero no te gustan? —Había una nota en su voz mientras
hablaba.
Él no respondió mientras cortaba la carne con su tenedor.
Minwoo hizo un gesto hacia la barra.
—¿Quieres comer dentro con el resto?
—Nah. No me gusta estar adentro y no puedo soportar a la
mayoría de ellos de todos modos —giró su barbilla hacia la puerta labrada del
bar donde Taeyang montaba guardia de nuevo—. Probablemente deberías volver.
Estoy seguro de que tu hermano no quiere que estés aquí fuera con perros.
—No eres un perro.
Dijo cada palabra enfáticamente, sorprendido de que
realmente fuera lo que sentía. Hacía una hora, habría sido él el que lanzara
ese insulto a Hyungsik y al resto de su manada.
Ahora…
Realmente no era como los demás y de veras quería
quedarse ahí con él.
Vete, Minwoo.
Dio un paso alejándose antes de que recordara que llevaba
su chaqueta. Quitándosela, se la devolvió.
—Gracias de nuevo.
Hyungsik no podía hablar cuando lo vio cruJuntae la calle
y entrar al bar. Cuando sostuvo su chaqueta contra su pecho, su olor lo golpeó
con toda la fuerza de una ola, tan fuerte que quería aullar por él. En cambio,
enterró la cara contra el cuello inhalando profundamente, sintió su cuerpo
endurecerse a un nivel por el que sólo lo había hecho por una pareja…
Se estremeció cuando viejos recuerdos lo desgarraron.
A pesar de que no habían sido compañeros, Stephanie había
sido su mundo entero.
Y había muerto en sus brazos fruto de un brutal ataque.
Aquel recuerdo destrozó el calor en su sangre y lo llevó
de vuelta a la realidad con un feroz recordatorio de lo peligrosa que era
su existencia. Era la razón por la que el chacal había tenido suerte de seguir
vivo. Lo único que no podía soportar Hyungsik era ver a una pareja amenazada,
no importaba quién saliera perjudicado.
Cualquier criatura lo suficientemente cobarde como para
aprovecharse de una pareja, merecía la muerte más brutal imaginable. Y si era
por la mano de Hyungsik, entonces mejor.
Dobló su chaqueta, tomó el plato y volvió a comer.
Una vez que terminó, Taeyang cogió los platos y le
agradeció una vez más el salvar a Minwoo.
—Sabes, para ser un lobo, realmente no apestas.
Hyungsik resopló.
—Y para ser un oso, no irritas mi trasero.
Taeyang se rió de buena gana.
—¿Irás adentro?
—No. Prefiero estar fuera y congelarme el trasero.
—Te entiendo. A mí también me gusta estar fuera. Hay
demasiados humanos allí dentro.
Hyungsik inclinó la cabeza, sorprendido de que el oso lo
entendiera. Yewoon lo había hecho bastante humano, no quería irrumpir más de lo
que lo había hecho. Metiendo las manos en los bolsillos, se dirigió de nuevo
hacia las motos a esperar.
Minwoo salió por las insistentes quejas de Taeyang que
siguieron entrando por el auricular que llevaba; todo el personal los llevaba
de modo que los Were-Hunter pudieran parecer más humanos siempre que usaran sus
poderes para comunicarse unos con los otros.
—¿Qué? —Se paró en la entrada.
Él le dio el plato vacío y la botella de cerveza.
—Oh.
Minwoo dio un paso hacia delante para cogerlos.
Espontáneamente su mirada se dirigió hacia Hyungsik, que había vuelto a
sentarse en el suelo con las piernas flexionadas y los brazos cubiertos
mientras se apoyaba contra un viejo poste.
Había algo salvaje y masculino en aquella postura. Algo
en ello hizo que su corazón se acelerase.
No es de la misma especie, chico…
Sin embargo, eso no le importaba a sus hormonas.
Magnífico, era magnífico, independientemente de la clase o el tipo.
Sí, eso era lo que le pasaba. No era nada más que el
hecho que era un espécimen excepcional de fisiología masculina.
—¿Te sucede algo?
Parpadeó y miró a Taeyang, que la miraba fijamente.
—No, ¿por qué?
—No lo sé. Tienes ese tipo de expresión tonta que nunca
te había visto.
Hizo un sonido brusco de asco.
—No tengo ninguna expresión tonta.
Él resopló.
—Sí, ponte enfrente de un espejo y compruébalo. Es
realmente aterrador. Sin duda, no dejes a Mama ver esto.
Él rodó sus ojos.
—¿Eso viene de un oso que cuyo trasero fue pateado por un
chacal?
Sus ojos llamearon.
—Estaba preocupado por el cuchillo en tu garganta.
El soltó una risa exagerada.
—Estabas en el suelo antes de que fuera capturado.
Comenzó a discutir, luego se detuvo. Miró alrededor como
si tuviera miedo de que alguien pudiera haberla oído por casualidad
—¿Crees que alguien se acuerde de esa parte?
—Depende —le dirigió una mirada calculadora—. ¿Cuánto vas
a pagarme para respaldar tu versión?
Su mirada se volvió encantadora y dulce.
—Yo te pago con amor, precioso hermanito. Siempre.
Minwoo se mofó de su oferta.
—El amor no paga el alquiler, bebé. Sólo el frío
efectivo.
Con la boca abierta, tenía una expresión de total agravio
mientras sostenía una mano sobre su corazón como si le hubiera herido.
—¿Realmente quieres convertir a tu hermano favorito en un
mercenario?
—No. Nunca le haría eso a Seungcheol.
—¡Ay! —Taeyang sacudió la mano como si se hubiera
quemado—. el bearswan tiene actitud.
Riendo, salió a darle un rápido abrazo.
—No te preocupes, hermano mayor, tu secreto está seguro
conmigo siempre y cuando no me molestes demasiado.
Él apretó sus brazos a su alrededor y lo sostuvo.
—Sabes que te quiero, hermanito.
—Yo también te quiero.
Y lo hacía. A pesar de sus desacuerdos y disputas, su
familia significaba todo para él. Mientras se alejaba, se volvió para ver por
última vez a Hyungsik. Lo más probable era que nunca lo volviese a ver de
nuevo. Algo realmente común entre sus clientes y, sin embargo, por alguna
razón, esa vez ese pensamiento lo hería profundamente.
He perdido como tres células cerebrales… Oso, pon tu culo
de nuevo a trabajar y olvídate de él.
Ay~
ResponderEliminarDos especies no se pueden emparejar????
Ahhh esto fue antes de que su hermana muriera y los atacarán!!!
Ahhh
Noooo
me encenta como va el inicio espero y no tardes mucho en actualizar linda yota
ResponderEliminarme encenta como va el inicio espero y no tardes mucho en actualizar linda yota
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