Luna Negra (DH10)-2




Cuando Minwoo se dirigía a la cocina con los pedidos en la mano, un grupo bullicioso que bajaba las escaleras se detuvo. Se maldijo por dentro al verlos.

Chacales.

Dos mujeres y cuatro hombres. Debían de haberse tele transportado al piso superior que estaba reservado para ese tipo de actividad, se trataba de una zona a salvo de los seres humanos para que nunca sospecharan lo que realmente era el Empire. Para ellos era sólo un club.

Para los Were-Hunter, era terreno neutral donde no podían ser atacados.

Y si había algo que odiaba más que a los lobos, era a sus primos caninos, los chacales. Si ser un chacal no era bastante malo ya, estos eran también Centinelas Arcadianns y por la mirada que tenían estaban a la caza de alguien.

Suspirando pesadamente, miró hacia los lobos Katagaria, preguntándose cómo iban a reaccionar ante la presencia de los Chacales Arcadianns.

Lo último que necesitaba era que estallara una lucha feroz entre un clan de centinelas y una manada de Strati. Especialmente Strati con jóvenes que proteger. Lo que les hacía incluso más fueros y violentos de lo normal.

Volvió de nuevo a la barra, pero su camino fue interrumpido cuando uno de los chacales se tele transportó delante de él. El hombre lo miró de arriba abajo con una mueca de asco.

Minwoo estrechó su mirada en él.

—No puedes usar tu magia aquí. Hay demasiados humanos que podrían verte.

Él sonrió.

—No acepto órdenes de animales. Ahora dime dónde está Youngdo o vamos a derribar este bar.

Minwoo se negó a ser intimidado por nadie.

—Estamos protegidos por las leyes del Omegrión, que estás obligado a seguir. Todos son bienvenidos, incluso las criaturas más pútridas y a ninguno se le puede sacar a la fuerza.

Él la agarró del brazo.

—Busca a Youngdo, o voy a hacerme unas botas con tu piel, oso.

Minwoo se soltó de su agarre.

—No me toques, o enviaré tus pelotas contra la pared por encima de tu cabeza.

Los chacales lo rodearon.

—No tenemos tiempo para esto. Está aquí. Podemos olerlo.

Minwoo lo miró con una mueca burlona.

—Alguien tiene que sacar la cabeza fuera de su trasero y dejar de oler su propia ropa interior porque el único chacal que hay aquí, eres tú, amigo.

—¿Hay algún problema?

Por una vez, agradecía escuchar el profundo gruñido de Taeyang.

Minwoo miró más allá del hombro del líder para ver a Taeyang con Colt, Donghyun, y Taeheon.

Papá estaba viniendo hacia ellos.

—Sí. Y creo que es el momento de que nuestros amigos encuentren la salida.

Taeyang fue alcanzado por el líder que le enganchó tan rápido, que apenas lo vio pasar. Con un fluido movimiento, tiró a Taeyang sobre su espalda al suelo. Taeyang quedó atrapado y se congeló cuando el chacal sostuvo su Teaser lista.

No era por el dolor de un posible golpe por lo que se inmovilizó. Una descarga y perderían el control de sus formas humanas durante horas. En realidad, cualquier golpe de electricidad los tendría destellando de humano a animal una y otra vez.

Algo que era difícil de explicar a la clientela humana que tendía a ponerse un poco histérica si llegaba a verlo.

Minwoo echó un vistazo al número de humanos que había en la habitación. Tenían que arreglar la situación lo más pacíficamente posible. Y rápido. El líder lo miró y él asintió con la cabeza. De repente, un hombre lo agarró por detrás y le colocó un cuchillo en la garganta. La mirada del líder brilló como el hielo.

—Ahora dadnos a Youngdo o tendré su cabeza.

Minwoo contempló asustado a Taeyang, que sabía lo que había hecho. No podían darles lo que no tenían. Iba a ponerse sangriento y suya iba a ser la sangre que derramaran primero.



—Permanece fuera de esto, Hyungsik. —dijo Kevin con un bajo suspiro.

Sintiendo su cólera salir a la superficie, Hyungsik estrechó los ojos en los centinelas que rodeaban a Minwoo.

—Es una pareja amenazada.

—No es uno de nosotros y necesitamos a los osos de nuestro lado. Infringe las leyes del Empire del Omegrión y se negarán a ayudarnos. Para siempre. Se negarán a ayudar a Yewoon.


Hyungsik oyó esas palabras y estaba dispuesto a acatarlas. Su hermana era lo más importante…

Hasta que vio el cuchillo.

Kevin maldijo cuando también lo vio. Yewoon o no, no estaba en su naturaleza dejarlo pasar y puesto que los osos parecían estar adentro de sus pequeñas cabezas peludas…

La mirada color avellana de Kevin se fijó en Hyungsik.

—El imbécil de adelante es mío, tú toma al que está con el joven.

Dongjoon bajó la cabeza conforme con su carrera suicida.

—Os cubrimos la retaguardia.

Kevin asintió con la cabeza antes de tele transportarse a la lucha.



Minwoo consideró las consecuencias de golpear la cabeza del chacal que lo mantenía cautivo. Pero él mantuvo el cuchillo apretado contra su garganta, impidiéndoselo. Podría cortarse la yugular si lo intentaba. Miró a sus hermanos y a su padre, todos apartados, demasiado asustados de moverse por miedo a causarle daño.

Lágrimas de frustración manaron de sus ojos. No podía quedarse ahí tan indefenso. El oso en él quería probar la sangre del chacal independientemente de lo que le costara. Incluso la muerte. Pero su lado humano tenía mejor criterio.

No merecía la pena.

El chacal lo agarró por el pelo y presionó el cuchillo aún más.

—Decidnos donde está Youngdo. ¡Ahora! O su sangre fluirá como el poderoso Niágara.

Su padre abrió la boca, pero antes de que pudiera hablar alguien le arrebató el cuchillo de su garganta.

Minwoo maldijo cuando recuperó su cabeza y sus cabellos estirados. Tambaleándose, cayó al suelo y aterrizó sobre su estómago. Los sonidos explotaron completamente a su alrededor mientras el chacal fue rápida y dolorosamente derribado por los lobos. Frotándose la garganta donde había estado el cuchillo, buscó al chacal que la había sujetado.

Hyungsik lo tenía contra el suelo, golpeando repetidamente su cabeza tan fuerte como podía. Era como si estuviera poseído por algo que le exigía matar al chacal con sus propias manos.

Ambos estaban cubiertos de sangre.

—¡Hyungsik! —Gritó Kevin, tirando de enseguida él—. Está inconsciente.

Gruñendo, Hyungsik sólo se levantó para darle una patada en las costillas al chacal.

—Cobarde bastardo. Amenazar con un cuchillo a un joven.

Comenzó de nuevo con su víctima, pero Kevin lo atrapó.

—¡Basta!

Hyungsik se encogió de hombros antes de que su hermano le dirigiera una mirada tan angustiada y atormentada que le quitó el aliento. ¿Qué demonio había hundido sus garras tan profundamente en su alma? Algo trágico yacía detrás de aquella clase de dolor.

Qué tenía que hacer.

Se dio vuelta hacia el chacal.

Kevin extendió sus brazos para capturarlo.

—Está acabado. Déjalo.

Gruñendo como un verdadero lobo, Hyungsik pasó empujando a su hermano.

—Voy a esperar afuera.

Antes de que Kevin le detuviera, le dio una última patada en la cabeza al chacal en su camino hacia la puerta.

Dongjoon se rió de la acción de Hyungsik cuando le torció el brazo al chacal que sostenía.

—Debería romperte en dos. Eso no podría mejorar tu día, pero definitivamente mejoraría el mío.

Kevin sacudió la cabeza por las acciones de Hyungsik y las palabras de Dongjoon.

Dando la vuelta hacia Papá, caminó despacio hacia ellos.

—Lamentablemente, rompimos el convenio.

Le dio el dinero a Taeyang.

—Nos marcharemos y nunca volveremos.

Papá empujó de vuelta el dinero hacia Kevin.

—No tenéis que marcharos. Salvasteis a mi hijo. Os lo agradezco. En tanto tengamos un refugio, vosotros también lo tendréis.

Era el honor más alto que se le podría otorgar a un Were-Hunter. Era un dicho muy antiguo que sólo se ofrecía a otra especie como un gesto de eterna amistad.

No, más bien de familia.

Kevin parecía avergonzado por ello.

Minwoo vio como su familia tomaba a los chacales de los lobos y se los llevaban alejándolos, sin duda para darles aún más patadas en el culo fuera de la vista de los humanos.

—¿Estás bien? —Le preguntó Donghyun mientras le ayudaba a ponerse de pie.

El asintió.

Fulminó con la mirada al que Hyungsik había tendido en el suelo en un charco de sangre.

—Bien, porque voy a pelearme con un chacal cuando despierte.

Minwoo puso los brazos en jarra.

—Creo que ya lo hizo el lobo.

—Sí, pero no es suficiente. Voy aporrearle con mi cabeza. Ese chico tendrá pesadillas con osos durante el resto de su vida… la cual podría resultar ser mucho más corta de lo que había soñado.

Minwoo normalmente se metería con él, pero aún estaba alterado, como el resto de ellos. Era muy raro que alguien molestara a su familia, especialmente a Taeyang, que siempre fue conocido por sus proezas en la lucha. Nunca en todos estos siglos había visto que alguien lo inmovilizara.

Una pequeña paliza a los chacales podría asegurar que no sucediera otra vez.

—¿Qué pasará con los humanos?

Papá sacudió con fuerza la barbilla hacia el rubio alto que paseaba alrededor de la multitud.

—Max está limpiando, incluso mientras hablamos. Es por eso que nadie gritó ni se movió cuando los chacales te atacaron. Oyó la conmoción y se presentó aquí.

Respiró aliviado. Max era un were-dragón que tenía la capacidad de sustituir los recuerdos de la memoria humana. Era una de las razones por las que le mantenían aquí, aunque era difícil dar cabida a su gran forma de dragón. Su talento era útil en ocasiones como esa y significaba que no tenían que matar a humanos que fueran testigos de cosas que se suponía que no existían.

—¿Debemos ir por Hyungsik? —un lobo cachorro le preguntó a Kevin cuando pasaron delante de él.

—Déjalo que se calme primero. No necesitamos que comience otra pelea.

Minwoo tomó la mano de Kevin.

—Gracias por tu ayuda. Realmente lo aprecio.

Él sacudió su mano suavemente.

—En cualquier momento.

Le sonrió y gesticuló con el pulgar hacia la cocina.

—Iré a dar vuestros pedidos para tenerlos pronto.

Su padre inclinó la cabeza hacia Kevin.

—No te preocupes, estás en tu casa. Lo que necesitéis tú y los lobos, háznoslo saber.

—Gracias —dijo Kevin y condujo a los lobos de regreso a su mesa.

Taeyang le sonrió abiertamente a Minwoo.

—Nunca pensé que diría esto de ninguna especie canina, pero creo que me gusta ese grupo.

Minwoo no hizo ningún comentario y se dirigió a la cocina donde su madre lo estaba esperando.

Con sus rasgos severos, Mama se apartó para dejarla pasar.

—Youngdo se encuentra en el Omegrión como el principal Regis Arcadiann. No lo conozco bien, sin embargo, creo que deberíamos encontrarlo y decirle que sus amigos lo están esperando, para nivelar un poco el campo ya que parecen estar tan impacientes por reunirse con él.

Era una forma sutil de decir que Mama quería a los chacales muertos y poder justificarlo en el Omegrión si alguien hacía preguntas. Después de todo, si los chacales cazaban a Youngdo tan ferozmente, él debía saber el por qué.

Minwoo podría haber argumentado que era una sentencia dura, pero dado lo que los chacales le habían hecho, estaba del mismo humor deportivo que su madre.

—Estoy seguro de que Taeyang puede arreglarlo.

Los ojos de su madre se oscurecieron.

—Nadie amenaza a mis cachorros. ¿Realmente estás bien, chérie?

—Estoy bien, Mama. Gracias a los lobos.

Mama le acarició suavemente el brazo antes de regresar a su oficina.

Minwoo fue por una orden de carne que estaba en la barra. Les entregó los pedidos a los demás cocineros, tomó el plato y agarró una cerveza para Hyungsik cuando pasó por el bar.

—Vuelvo en unos minutos.

Su hermano mayor Juntae lo detuvo.

—¿Estás bien?

En este punto, la pregunta le estaba cansando. No era una muñeca frágil que se rompería al más leve contacto. Era un oso con toda la fuerza y capacidades inherentes a su especie. Su familia, sin embargo, tendía a olvidar aquel hecho.

—Un poco sacudido y bastante molesto. No me gusta que nadie caiga sobre mí de la manera en que lo hicieron esos chacales. Pero ahora estoy bien.

Un músculo se tensó en su mandíbula, mostrándole la ira que mantenía oculta debajo de su tranquilo exterior.

—Siento que no fuéramos tan rápidos.

Aquellas palabras le atormentaron mientras revolvían recuerdos dentro de él que no quería recordar.

—Realmente, está bien, Juntae. Prefiero ser amenazado a verte sufrir.

Otra vez. Dejó aquellas palabras tácitas mientras veía sus propios dolorosos recuerdos reflejados en el horror de su mirada.

Era un pasado del que nunca hablaban, pero que los había dejado marcados a todos.

—Te quiero, Juntae.

Él le ofreció una hueca sonrisa antes de que se alejara de modo que pudiera seguir atendiendo el bar.

Minwoo se dirigió hacia la puerta trasera que daba al callejón y luego cruzó la calle donde Hyungsik estaba sentado sobre la acera, esperando a los demás. Sus rasgos preocupados le recordaron a los de un niño perdido. Algo completamente incongruente con su aura de más-resistente-que-el-acero. Sin mencionar su valor al separarlo de su atacante sin siquiera haber sufrido un rasguño. Su velocidad y fuerza no tenían igual y atemorizaban.

A pesar de haber utilizado sus poderes para eliminar la sangre de su ropa, recordaba bien la forma en que había golpeado al chacal.

Pero lo que más le sorprendió era el hecho de que no sintiera rechazo por su violencia. Normalmente, ante tal exceso, habría tenido que mostrarle la puerta.

Entonces, volvía a tener el cuchillo en su garganta. Personalmente, le gustaría patear él mismo al chacal. Sí, tenía que ser eso. Estaba demasiado agradecido con él como para estar enfadado por sus acciones.

Hyungsik se puso de pie tan pronto como lo vio.

Por alguna razón que no podía nombrar, se sentía nervioso, tímido cuando se acercó a él. Incluso vacilante.

Cuán  distinto  a  él.  Siempre  era  frío  cuando  estaba  alrededor  de  hombres, especialmente cuando eran de otra especie. Pero con Hyungsik...

Había algo diferente.


Hyungsik tragó saliva cuando vio que Minwoo cruzaba la calle. Era aún más hermoso a la luz del día de lo que era dentro del oscuro club. La luz del sol brilló en su cabello, convirtiéndolo en oro, haciendo que le picara la palma de la mano por querer tocar su suavidad. Debía estar congelándose. Todo lo que tenía puesto era una delgada camiseta del Empire.

Se quito la chaqueta cuando él finalmente se acercó.

—Quería agradecerte de nuevo —dijo con su voz baja y dulce. Frunció el ceño cuando él le colocó la chaqueta alrededor de sus delgados hombros.

Hyungsik bajó la cabeza con vergüenza cuando comprendió por qué la molestó su acción.

—Sé que huele a lobo, pero hace demasiado frío para estar aquí fuera con los brazos desnudos.

Minwoo frunció el ceño aún más al mirar sus brazos.

—Tú también llevas sólo una camiseta.

—Sí, pero estoy acostumbrado a estar afuera —tomó la comida—. Así que supongo que no nos prohibieron volver después de todo.

El rió, mostrándole el hoyuelo que mataría por besar.

—Ni mucho menos. Alguien que lucha por nosotros es siempre bienvenido.

Sus rasgos se suavizaron, él asintió.

—Bien. Tenía miedo de tener que escuchar la mierda de Kevin durante los próximos siglos.

Minwoo sofocó una risa por el modo que se reprendió por haber maldecido frente a él. Era muy dulce, encantador y también inesperado.

—No eres como los otros lobos, ¿verdad?

Él bebió su cerveza directamente de la botella.

—¿Qué quieres decir?

—Nunca he estado alrededor de los lobos y que fueran tan...

Arqueó una ceja como si lo desafiara a insultarlo.

—Educados.

Hyungsik se rió, un cálido y rico sonido que carecía de cualquier asomo de burla. La expresión suavizó sus rasgos, haciéndolo aún más hermoso y fascinante. Y por alguna razón, no podía tener bastante de él, con cada movimiento que hacía su mirada se dirigía hacia sus bien esculpidos brazos flexionados. Tenía los mejores bíceps que había visto nunca.

—Nuestra hermana está encinta —dijo después de haber tragado un bocado—. Ella tiene códigos que debemos seguir y Kevin los hace cumplir.

—¿Pero no te gustan? —Había una nota en su voz mientras hablaba.

Él no respondió mientras cortaba la carne con su tenedor.

Minwoo hizo un gesto hacia la barra.

—¿Quieres comer dentro con el resto?

—Nah. No me gusta estar adentro y no puedo soportar a la mayoría de ellos de todos modos —giró su barbilla hacia la puerta labrada del bar donde Taeyang montaba guardia de nuevo—. Probablemente deberías volver. Estoy seguro de que tu hermano no quiere que estés aquí fuera con perros.

—No eres un perro.

Dijo cada palabra enfáticamente, sorprendido de que realmente fuera lo que sentía. Hacía una hora, habría sido él el que lanzara ese insulto a Hyungsik y al resto de su manada.

Ahora…

Realmente no era como los demás y de veras quería quedarse ahí con él.

Vete, Minwoo.

Dio un paso alejándose antes de que recordara que llevaba su chaqueta. Quitándosela, se la devolvió.

—Gracias de nuevo.

Hyungsik no podía hablar cuando lo vio cruJuntae la calle y entrar al bar. Cuando sostuvo su chaqueta contra su pecho, su olor lo golpeó con toda la fuerza de una ola, tan fuerte que quería aullar por él. En cambio, enterró la cara contra el cuello inhalando profundamente, sintió su cuerpo endurecerse a un nivel por el que sólo lo había hecho por una pareja…

Se estremeció cuando viejos recuerdos lo desgarraron.

A pesar de que no habían sido compañeros, Stephanie había sido su mundo entero.

Y había muerto en sus brazos fruto de un brutal ataque.

Aquel recuerdo destrozó el calor en su sangre y lo llevó de vuelta a la realidad con un feroz recordatorio de lo peligrosa que era su existencia. Era la razón por la que el chacal había tenido suerte de seguir vivo. Lo único que no podía soportar Hyungsik era ver a una pareja amenazada, no importaba quién saliera perjudicado.

Cualquier criatura lo suficientemente cobarde como para aprovecharse de una pareja, merecía la muerte más brutal imaginable. Y si era por la mano de Hyungsik, entonces mejor.

Dobló su chaqueta, tomó el plato y volvió a comer.

Una vez que terminó, Taeyang cogió los platos y le agradeció una vez más el salvar a Minwoo.

—Sabes, para ser un lobo, realmente no apestas.

Hyungsik resopló.

—Y para ser un oso, no irritas mi trasero.

Taeyang se rió de buena gana.

—¿Irás adentro?

—No. Prefiero estar fuera y congelarme el trasero.

—Te entiendo. A mí también me gusta estar fuera. Hay demasiados humanos allí dentro.

Hyungsik inclinó la cabeza, sorprendido de que el oso lo entendiera. Yewoon lo había hecho bastante humano, no quería irrumpir más de lo que lo había hecho. Metiendo las manos en los bolsillos, se dirigió de nuevo hacia las motos a esperar.



Minwoo salió por las insistentes quejas de Taeyang que siguieron entrando por el auricular que llevaba; todo el personal los llevaba de modo que los Were-Hunter pudieran parecer más humanos siempre que usaran sus poderes para comunicarse unos con los otros.

—¿Qué? —Se paró en la entrada.

Él le dio el plato vacío y la botella de cerveza.

—Oh.

Minwoo dio un paso hacia delante para cogerlos. Espontáneamente su mirada se dirigió hacia Hyungsik, que había vuelto a sentarse en el suelo con las piernas flexionadas y los brazos cubiertos mientras se apoyaba contra un viejo poste.

Había algo salvaje y masculino en aquella postura. Algo en ello hizo que su corazón se acelerase.

No es de la misma especie, chico…

Sin embargo, eso no le importaba a sus hormonas. Magnífico, era magnífico, independientemente de la clase o el tipo.

Sí, eso era lo que le pasaba. No era nada más que el hecho que era un espécimen excepcional de fisiología masculina.

—¿Te sucede algo?

Parpadeó y miró a Taeyang, que la miraba fijamente.

—No, ¿por qué?

—No lo sé. Tienes ese tipo de expresión tonta que nunca te había visto.

Hizo un sonido brusco de asco.

—No tengo ninguna expresión tonta.

Él resopló.

—Sí, ponte enfrente de un espejo y compruébalo. Es realmente aterrador. Sin duda, no dejes a Mama ver esto.

Él rodó sus ojos.

—¿Eso viene de un oso que cuyo trasero fue pateado por un chacal?

Sus ojos llamearon.

—Estaba preocupado por el cuchillo en tu garganta.

El soltó una risa exagerada.

—Estabas en el suelo antes de que fuera capturado.

Comenzó a discutir, luego se detuvo. Miró alrededor como si tuviera miedo de que alguien pudiera haberla oído por casualidad

—¿Crees que alguien se acuerde de esa parte?

—Depende —le dirigió una mirada calculadora—. ¿Cuánto vas a pagarme para respaldar tu versión?

Su mirada se volvió encantadora y dulce.

—Yo te pago con amor, precioso hermanito. Siempre.

Minwoo se mofó de su oferta.

—El amor no paga el alquiler, bebé. Sólo el frío efectivo.

Con la boca abierta, tenía una expresión de total agravio mientras sostenía una mano sobre su corazón como si le hubiera herido.

—¿Realmente quieres convertir a tu hermano favorito en un mercenario?

—No. Nunca le haría eso a Seungcheol.

—¡Ay! —Taeyang sacudió la mano como si se hubiera quemado—. el bearswan tiene actitud.

Riendo, salió a darle un rápido abrazo.

—No te preocupes, hermano mayor, tu secreto está seguro conmigo siempre y cuando no me molestes demasiado.

Él apretó sus brazos a su alrededor y lo sostuvo.

—Sabes que te quiero, hermanito.

—Yo también te quiero.

Y lo hacía. A pesar de sus desacuerdos y disputas, su familia significaba todo para él. Mientras se alejaba, se volvió para ver por última vez a Hyungsik. Lo más probable era que nunca lo volviese a ver de nuevo. Algo realmente común entre sus clientes y, sin embargo, por alguna razón, esa vez ese pensamiento lo hería profundamente.

He perdido como tres células cerebrales… Oso, pon tu culo de nuevo a trabajar y olvídate de él.



3 comentarios:

  1. Ay~
    Dos especies no se pueden emparejar????
    Ahhh esto fue antes de que su hermana muriera y los atacarán!!!
    Ahhh
    Noooo

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  2. me encenta como va el inicio espero y no tardes mucho en actualizar linda yota

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  3. me encenta como va el inicio espero y no tardes mucho en actualizar linda yota

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...