Sapphire Wolf (T4)-13




—Sin moros en la costa. —Hyukjae sacó la cabeza por la puerta. Él buscó la mano de Donghae y no esperó a que aceptara la suya, simplemente lo agarró y tiró de él hacia la casa.

Tan pronto como entraron, estaban en una sala de estar gigante. Una enorme chimenea de piedra
estaba en la pared más alejada de la izquierda y un cálido fuego crepitaba y saltaba. El techo
inclinado era un espacio abierto todo el camino hasta el segundo piso y había una barandilla que le permitía a uno mirar hacia abajo a la sala de estar.

Había una cocina en la parte trasera de la habitación con todos los electrodomésticos necesarios, y
parecía tan extraño para Donghae estar de pie en una casa en un reino diferente, mirando a una
cocina aparentemente normal.

Había un gran sofá y varias sillas mullidas cerca del fuego en un círculo, y en la pared alejada de la
izquierda habían altas estanterías llenas de libros de diversos tamaños. En la pared del fondo, al otro
lado de la cocina, había una puerta que daba a otra habitación.

—Hongki, lleva a Hee a ese cuarto de ahí —le instruyó Dam mientras ella señalaba la puerta.

Hongki llevó su preciosa carga, con Siwon todavía sosteniendo la pierna de Hee, y le puso sobre la
cama en la habitación. Era una habitación sorprendentemente grande con una cama con ruedas.

Cuando Hongki bajó a Hee, se dio cuenta de lo suave que era el edredón, y afelpado, mientras
parecía envolverse alrededor de Hee tan tiernamente como un amante. Había varias sillas en la
habitación, un gran armario y otra chimenea. La habitación era cálida y, a pesar de su tamaño,
muy acogedora.
 
Hongki observó como Siwon se paraba junto a la cama, mirando a su compañero, con la mano
aún en su pierna. El tomó una silla y la empujó hacia él.

—Beta, necesitas descansar. —Hizo un gesto hacia la silla.

El lobo de Siwon todavía miraba a través de sus ojos. Él asintió y se sentó, sin perder de vista a Hee.
Hongki lo dejó allí sin molestarlo más. Vio que los otros estaban sentados en las sillas y el sofá
alrededor del fuego.

Donghae había colocado el teléfono en la mesa redonda de café en el centro de su círculo. Se dio
cuenta que Donghae debía haber llamado a los demás cuando le escuchó explicar acerca de Hee y
Siwon. Su rostro era serio cuando describió cuán maltratado se veía su amigo; lágrimas estaban
deslizándose por sus mejillas. Hyukjae colocó una mano en la espalda baja de Donghae y Hongki
notó que sus ojos estaban brillando. Obviamente a él no le gustaba ver a Donghae tan alterado.

—Nunca he visto a nadie tan cerca de la muerte, Teukkie. —Donghae hipó entre lágrimas. Hyukjae
finalmente tuvo todo lo que podía tomar, y atrajo a Donghae a su regazo. Le susurró palabras de
consuelo y acarició su cabello suavemente.

—Va a estar bien, Donghae mío —le dijo él suavemente.

Donghae miró sus ojos y aunque sabía que probablemente iba a arrepentirse, cedió y apoyó la cabeza
en su pecho. Hyukjae dejó escapar un suspiro de satisfacción y lo apretó con más fuerza.

—¿Siwon está con él? —La voz de Junjin llegó a través del teléfono.

—Sí —respondió Dam—. Su lobo reconoció a su compañero. No va a dejar que nadie se acerque a él.

—Eso es bueno —dijo Junjin, luego se enmendó—, bueno que su lobo lo reconociera.

—¿Así que no ha habido ningún cambio a pesar de que han sido reunidos?

—¿Puede el amor de un lobo, quiero decir, su amor sería capaz de romper la maldición? —
preguntó Teukkie.


—¿El amor es lo que va a romper la maldición? —preguntó Hyukjae, habiéndose perdido esa conversación. Donghae asintió contra su pecho—. ¿Cómo puede algo tan simple romper algo tan poderoso? —Hyukjae sacudió la cabeza.

—¿Simple? —jadeó Donghae mientras se sentaba abruptamente y se volvía a mirar a Hyukjae—. ¿Crees que el amor es simple?

Los ojos de Hyukjae se abrieron ante la fiereza en sus ojos y la firmeza de su voz, un ciervo encandilado por los faros.

—Aquí vamos —oyeron ellos a Teukkie murmurar en voz baja.

—¿Cómo puede sorprender a cualquiera de ustedes que el amor pueda romper la maldición? —Se dirigió Donghae al grupo, sus ojos moviéndose de persona en persona. Luego se quedó mirando el teléfono como si pudiera ver a través de este—. Ustedes, ¿de cuyo mismo componente genético los obliga a amar tan profundamente que ni siquiera pueden sobrevivir sin su compañero? No es ninguna coincidencia eso del dicho de que: “El amor lo conquista todo”. Es una historia tan antigua como el tiempo.

Teukkie resopló.

—Has estado esperando para usar esa línea.

Donghae rió brevemente.


—Por fin me llegó mi día. —Luego se puso serio y sus ojos volvieron a Hyukjae—. No hay nada
simple sobre algo que puede llenarte con la alegría más grande que alguna vez has conocido.
Puede hacer que los hombres construyan ciudades, aplasten enemigos, busquen maneras de
mover montañas, y pongan incluso al más grande de rodillas. No hay nada sencillo sobre algo que
puede rasgar a la mitad las propias costuras de tu alma, triturar cada pedazo de dignidad que has
tenido, y quitar cada inhibición de quién eres.

Hyukjae se inclinó hacia adelante y extendió la mano hacia el chico.

—Donghae —susurró él.

Donghae se apartó de él en una rara muestra de seriedad, haciendo caso omiso de su mano,
mirando de nuevo al teléfono.

—Kangin, ¿crees que la maldición habría funcionado en ti? ¿Crees que podrías haber olvidado
a tu compañero?

Kangin negó con la cabeza.

—No. No ya habiendo realizado los Ritos de Sangre y el vínculo entre nosotros estando completo,
pero sospecho que la maldición no funcionaría sin el amor entre los dos. Estás en lo cierto, Donghae.
No hay nada más poderoso que el amor. Mi alma y la de Leeteuk se han hecho una a través de
nuestro vínculo. Ni las tinieblas pueden conquistar la luz con la que nos cubre el amor.

—Está bien, yo estoy contigo —concordó Teukkie—. Pero, ¿cómo conseguimos que un hombre que
no recuerda a su compañero recuerde que lo ama?

—Siwon va a tener que vincularse con él —habló Dam. Todas las cabezas se volvieron hacia ella.
—Es la única cosa que restablecerá el vínculo cortado y, ostensiblemente, traerá los recuerdos de
Siwon.

Hongki se inclinó hacia delante en su silla, apoyando los codos en sus rodillas.

—Junjin, no será difícil convencer al lobo de Siwon hacer los Ritos de Sangre, pero Siwon es otra
historia. Él quiere recordar a Hee, él quiere amarlo. Querer y hacer son dos cosas diferentes.

—Donghae. —Fue la voz de Hyesung la que ellos escucharon esta vez.

—¿Sí? —respondió Donghae.

—Necesitas hablar con Siwon. Tú puedes ser capaz de llegar a él.

—Voy a intentarlo.

De repente oyeron un gruñido mortal y el sonido de algo golpeando el suelo duro. Donghae se dirigió en dirección a la habitación, pero Hyukjae lo agarró por la cintura.

—Tú no vas allí con un lobo enfurecido.

—Hyukjae, suelta. Es mi mejor amigo el que está allí. Siwon no va a hacerme daño.

—Donghae, ¿qué ha pasado? —La voz de Junjin tronó a través del altavoz.

Hongki levantó el teléfono y comenzó a hablar mientras se dirigía en dirección de la habitación,
siguiendo al luchador Donghae y, al parecer, el enojado Hyukjae.

Entraron en la habitación y Hongki casi dejó caer el teléfono.

—Alfa, vamos a tener que llamarte luego. —Antes de que él pudiera contestar, terminó la llamada y
miró, horrorizado a un Siwon cubierto de sangre y a un Hee sin vida.

Donghae se apresuró hacia adelante, empujando a Siwon fuera del camino. Puso sus manos en el
pecho de Hee y cerró sus ojos. Empujó con todo su poder, mirando mágicamente al cuerpo frágil de
su amigo. Donghae jadeó, los pulmones de Hee se encontraban llenos de fluido. Se estaba ahogando
en su propia sangre. Donghae no sabía cómo lo hizo, no lo entendía, pero agradeció a todos los seres
que se le ocurrió por el poder que fluyó a través de él. La sangre en los pulmones de Hee estaba
siendo absorbida en su cuerpo, vaciándose poco a poco hasta que no quedó nada.

Donghae retiró sus manos y abrió sus ojos. Hee aún no respiraba. Puso su oído en su pecho, sin
latidos. Se volvió hacia Hyukjae.

—Colócalo en el suelo, ahora. Necesito hacerle RCP y no puedo hacerlo sobre una superficie blanda.

Hyukjae obedeció, ignorando los gruñidos de Siwon, que estaba siendo contenido por Hongki.
Donghae inclinó la cabeza de Hee hacia atrás como había aprendido en su clase de salud y
pellizcó su nariz. Estiró su barbilla hacia abajo abriendo su boca y luego colocó su boca. Dio dos
respiraciones cortas, viendo como se levantaba el pecho de Hee. Luego puso sus manos debajo de
su diafragma y comenzó las compresiones.

Donghae apenas podía ver a través del borrón que sus lágrimas causaban. Continuó alternando
respiraciones con las compresiones en su pecho, cada vez más desesperada mientras pasaba el
tiempo. Hee seguía inconsciente.

Siwon finalmente se liberó de Hongki y aterrizó con un golpe duro en sus rodillas junto a Hee.
Se inclinó hacia abajo, y cuando Donghae terminó la cuarta ronda de compresiones fue él quien
puso su boca sobre la del joven y respiró el aire de vida dentro de Hee. Donghae vio que sus ojos
ya no estaban brillando y se dio cuenta que Siwon, el hombre, había superado a su lobo.
Continuó las compresiones en el pecho y escuchó como Siwon susurró al oído de Hee.

—No morirás, Heechul. No lo permitiré. —Él besó tan suavemente sus mejillas, sus ojos, su
nariz y luego sus labios―. Quiero la oportunidad de amarte. Princesa, no me la quites dándote
por vencido.

Siwon utilizó el nombre cariñoso que había utilizado en los mensajes de texto que compartió con
Heechul antes de la maldición. Después de sentir cuán fuertemente se sentía su lobo por este joven,
no había duda en su mente de que era su compañero. Se rehusaba a perderlo.

Pero él aún no respiraba. Siwon respiró por él otra vez y las lágrimas de sus ojos cayeron sobre su
rostro. La sangre cubría sus labios.


Siwon miró a la Fae, que se encontraba parada con calma a pesar de la preocupación que llenaba sus ojos.

―¿Qué hago? No voy a perderlo.

—Dale tu sangre. Si eres su compañero, tu sangre le dará fuerzas a su cuerpo.

Sin vacilar, los caninos de Siwon se alargaron y sus ojos brillaron. Rasgó su muñeca, mordiendo con fuerza hasta que la sangre fluyó libremente. Después colocando una mano debajo de su cuello y levantándolo suavemente, apretó su muñeca en su boca. Donghae empezó a frotar su garganta para conseguir que vajara.

Cuando Siwon alejó su muñeca, la habitación se encontró completamente en silencio mientras todos contenían sus respiraciones, esperando.

Donghae sentía que su corazón iba a saltar fuera de su pecho mientras miraba fijamente a su mejor amigo. Respira.

Siwon presionó su frente contra la de Heechul y cerró sus ojos. Las lágrimas no dejaban de caer y su corazón se sentía como si estuviera siendo desgarrado por la mitad.

—Regresa a mí, Heechul. No puedo perderte. Me niego a perderte, maldita sea. Vivirás. ―Lo último fue un gruñido.


De repente, él jadeó y el aire llenó sus pulmones vacíos. Sus ojos se abrieron. Siwon miró asombrado.

—¿Heechul? ―Siwon apartó el cabello de su cara y besó su frente.

—No te acuerdas de mí, y sin embargo sigues siendo tan jodidamente mandón. —Las palabras de
Hee fueron un susurro ronco, pero todos lo oyeron.

Siwon observó mientras cerraba sus ojos, pero seguía respirando. Donghae se encontró temblando
de alivio y la adrenalina comenzó a superarlo.

Hyukjae se agachó junto a él y lo tomó en sus brazos. El hundió su cara en su pecho y lloró.
Hongki le pidió a Dam sábanas limpias para la cama y toallas para limpiar a Hee. Mientras él y Siwon colocaban a Hee en la cama, lo miró.

―Deja que Donghae y yo lo limpiemos. Cuidaremos bien de él.


Siwon sacudió su cabeza con un gruñido.

—Cuidaré de él.

―Siwon, no estás acoplado con él todavía.

—El es mi compañero. Cuidaré de el. No discutas conmigo, soy tu Beta y me obedecerás.

Hongki se encontró un poco sorprendido por su declaración ya que estaba hablando con Siwon y no con su lobo.

―Hongki, está bien —dijo Donghae mientras empezaba a secar sus lágrimas―. Hee no es modesto. No se molestaría si Siwon lo ve. —Levantó su mirada hacia Siwon―. ¿Quieres que me quede contigo?

Siwon negó con la cabeza.

—No, quiero estar con mi compañero a solas. El me necesita. Puedo no recordarlo, pero siento algo, como si mi alma estuviera siendo tejida de nuevo. Creo que darle mi sangre ayudó.

―Siwon, Junjin cree que con el fin de salvar a Hee necesitas llevar a cabo los Ritos de Sangre. —Donghae esperó su respuesta y se sorprendió cuando finalmente respondió.


―Haré cualquier cosa por él, pero él tiene que morderme para que se lleven a cabo los Ritos de
Sangre. Beber mi sangre no es suficiente.

―Tal vez si continúas dándole tu sangre conseguirá la fuerza suficientemente para permanecer
consciente —dijo Donghae en un tono esperanzador.

Hyukjae apartó suavemente el cabello de Donghae fuera de su cara y le sonrió cuando se inclinó
ante su toque.

—Eres increíble —susurró. El lo miró, confundido.

―¿Por qué dices eso?

―Porque te niegas a pensar lo peor, y sólo piensas en las posibilidades que darán un resultado positivo.

Donghae se sonrojó.

—Hee es un luchador. Estaría cabreado si creyera que yo pensé que no podía hacerlo.



Siwon se cernió sobre Heechul. Seguía inmóvil aún, pero seguía moviéndose respirando. Donghae
le había traído varias toallas y una manta grande. También le trajo un recipiente grande con agua
caliente en él, y paños para limpiar a su compañero. Se inclinó para besar a Hee.

―Seré tan amable como pueda, amor —susurró mientras mojaba la toalla en el agua caliente.
Después de exprimir el exceso, empezó a limpiar suavemente su rostro, quitando cualquier rastro de
sangre. Luego le limpió sus brazos y manos, y las secó. Todo el tiempo, Siwon habló con él. Le dijo
sobre la vida que recordaba y cómo no recordaba las cosas buenas. Todo el tiempo, protegió su
modestia, manteniendo la manta sobre él tanto como pudo.

Cuando por fin le quitó su camisa, su respiración se sintió como si hubiera recibido un puñetazo en
sus pulmones y cayó de rodillas ante la vista.

La puerta se abrió de golpe ante el sonido de las rodillas de Siwon golpeando  el  suelo.  Su  cabeza 
se  levantó  inmediatamente,  y  de   manera simultánea cubrió a Hee con la manta. Sus ojos brillaban
mientras le gruñía al intruso.

—¡FUERA!

Donghae palideció y después de ver que Hee aún respiraba, cerró la puerta.

Siwon retiró suavemente la sábana de nuevo y no pudo evitar que su mano se elevara y con
sus dedos trazara las marcas que corrían a lo largo de su costado derecho por debajo de su
brazo bajando a la cintura de los pantalones que llevaba. Marcas que eran idénticas a las suyas.
Ante ese pensamiento, su cabeza se sacudió y rápidamente recubrió a Heechul. Se puso de pie
y caminó hacia el baño adjunto a la habitación. Se sacó la camisa por su cabeza y se miró en el
espejo.

Los ojos de Siwon vieron con asombro como sus marcas cambiaban ante sus propios ojos. Las
marcas que cubrían el lado derecho de su espalda y hombro ahora comenzaban a moverse como
una enredadera por el lado derecho de su cuello y bajando por su brazo a la muñeca. Varios
momentos después de que el movimiento como enredadera se hubiera detenido, Siwon siguió
mirando.

Tal vez no recordaba a Hee, pero su cuerpo lo hacía, su alma sabía que era suyo. Volvió a colocarse
su camisa y terminó de limpiar a su compañero y conseguir que estuviera más cómodo.

Mientras lo cubría con una manta después de haberlo vestido con la ropa limpia que Dam le había
traído, observó su pecho subir y bajar, teniendo consuelo ante la vista. Se trasladó al otro lado de la
cama y se acostó, cuidando de no sacudirlo. Se apoyó en su codo, la cabeza apoyada en su mano, y
se quedó mirando su hermoso rostro. Todavía se encontraba muy pálido, pero para su alivio se
veía mejor que cuando Hyukjae lo había traído a través del bosque.

Hubo un suave golpe en la puerta. Sin volverse para ver quién era, dijo:

—Adelante.

Donghae asomó su cabeza por la puerta.

—¿Están ambos bien?

—Está respirando, limpio, y conmigo. Por ahora, eso tendrá que ser suficiente.

Donghae dio un paso lo suficientemente lejos en la habitación como para que pudiera cerrar la
puerta detrás.

―Siwon —comenzó, luego hizo una pausa, tratando de ordenar sus pensamientos. Él todavía no
apartaba su rostro de Heechul—. ¿Te acuerdas de él completamente?

—Mi lobo lo reconoce, conoce su olor. Pero si me estás preguntando si tengo recuerdos de él y yo
juntos, la respuesta sigue siendo no.

―¿Estás dispuesto a hacer los Ritos de Sangre? —Esa pregunta consiguió que se diera la vuelta y
mirara a Donghae.

Se sentó en el borde de la cama, pero dejó su mano izquierda apoyada suavemente sobre la
pierna de Heechul.

―Toma asiento, sanador. Tenemos que hablar. —Siwon señaló la silla frente a él.

Cuando Donghae estaba sentado, con las manos cruzadas sobre su regazo, Siwon encontró sus
marrones ojos miel con los suyos de color ámbar. Inhaló hondo y exhaló antes de hablar.

―No voy a hacer los Ritos de Sangre sin que esté plenamente consciente y tome la decisión él
mismo.

—¿Ni siquiera para salvar su vida? ―preguntó Donghae calmadamente, sin ninguna acusación
en su voz.

―Los Ritos de Sangre son sagrados, e intensos. No puedo tomar esa decisión por él. Además, puede
que no desee completar el vínculo mientras no me acuerdo de él. ¿Quién querría ser acoplado a
alguien que no te reconoce?

―Pero lo recordarás una vez que el vínculo esté hecho ―imploró Donghae.

―¿Lo dice quién? ¿La Fae? Ella no es de la manada, no sabe de nuestras costumbres, nuestra magia
—gruñó Siwon.

―Por lo menos piensa en ello. No tomes decisiones apresuradas, mientras que tus emociones están
tan caóticas. —Donghae se puso de pie y salió de la habitación.

Siwon una vez más giró y se colocó junto a Heechul. Cerró sus ojos y respiró profundamente para
conseguir poner sus emociones bajo control. Mientras yacía allí, una canción seguía rondando por
su mente y no podía creer lo bien que se ajustaba a su situación. Colocó su mano sobre el estómago
de Heechul y se acercó un poco más. Con una voz que era sorprendentemente hermosa e
inquietante, Siwon comenzó a cantar a su compañero.

El corazón de Siwon dolía. Necesitaba a Heechul. Lo necesitaba para recordarlo, para que
lo ayudara a ver lo que se encontraba oculto en su interior. Necesitaba que él lo amara, lo
amara hasta que regresara a ella. No se iría de su lado hasta que lo hiciera, hasta que él le mirara
en sus ojos y viera todo de su compñaero, supiera todo de él.





***Primera vez yo comentando desde el capítulo,pero es que... cuando meimaginé a Donghaee dando RCP, Hee sin despertar y Siwon hablándole...mi sujuzoncito se apretujó y como leí por ahí mis ojos transpiraron...


2 comentarios:

  1. Intenso como pocos, este capítulo verdaderamente estuvo para el infarto.
    Me alegra saber que Siwon consiguió traer de nuevo a Hee pero me preocupa que al no querer hacer el rito de sangre sin el consentimiento de Hee las cosas se compliquen más.
    PD: mi eunhaedependencia se alborota con cada avance de Hyuk y con el espíritu guerrero del pequeño sanador

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  2. TT___TT
    Por qué le hacen esto a mi Sichul bonito!???
    No se vale!
    -se hace bolita y se va a shorar a un rinconsito-
    Ahhhh mi Hee besho!
    Pobrisito mi Siwonshis, sufriendo por su rubio indomable!!!
    Ahhhhh

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...