Luna Negra (DH10)-4




Hyungsik comenzó a bajar por la escalera hacia la barra donde Taeyang o uno de los hermanos idénticos de Taeyang estaba atendiendo.

—¿Dónde está Minwoo?

El oso se tensó.

—¿Quién diablos eres?
   
Definitivamente no era Taeyang.

—Kim Hyungsik. Quería devolverle algo de su propiedad, de cualquier manera no es que te importe saberlo.

El oso le fulminó con una mirada hostil.

Otro oso con el pelo corto negro… uno que era Arcadiann si a Hyungsik no le fallaba el olfato, dio un delicado codazo al hermano de Minwoo.

—Relájate, Hyunseong, él es el que lo salvó antes de los chacales.

Hyunseong retrocedió, pero no demasiado.

—¿Quieres devolvérselo?

—Seguro.

El Arcadiann dirigió una sonrisa amistosa hacia Hyungsik.

—Soy Colt —dijo afablemente—. Sígueme…

Hyungsik lo hizo, pero no antes de dirigir una mirada al hermano de Minwoo de vete al infierno.

Colt lo condujo por la cocina y por delante de otro que se parecía a Taeyang hacia una puerta que se abría hacia una casa decorada al estilo Victoriano de fines de siglo.

—La casa de los Ha —explicó Colt mientras seguía caminando—. No estabas aquí cuando papá oso se la enseñó a tu hermano. Aquí es donde los Were Hunters tienen su hogar en el Empire cuando no trabajan en el club. Hay cuatro pisos más, pero la mayor parte de los Has están en la segunda planta.

Colt se dirigió al piso de arriba.

—Carson es el doctor y el veterinario y tiene su oficina aquí —tocó la primera puerta cuando llegaron al segundo piso y siguieron caminando hacia el final del pasillo.

Se detuvo en la última puerta. Dando un ligero toque, se inclinó cerca de ella.

—¿Minwoo? ¿Estás ahí?

—Estoy tratando de dormir una siesta, Colt.

—Lo siento, pero hay un visitante aquí que quiere verte.

La puerta se abrió tan de repente que Colt casi cayó hacia dentro. Minwoo se veía sorprendido, y luego molesto al ver a Hyungsik de pie detrás de él.

—¿Qué haces aquí?

Hyungsik se encogió de hombros.

—Al parecer he venido a insultarte un poco más de manera inadvertida. ¿Quién sabe?

En lugar de divertirle, que era lo que él había pretendido, Minwoo estrechó su fija mirada sobre él.

—Realmente no me gustas.

Hyungsik se inclinó hacia delante con una sonrisita de suficiencia.

—En realidad no tienes una razón para ello.

Colt amplió los ojos.

—¿Debo dejaros a los dos solos? ¿O me quedo y arbitro?

—Puedes irte. Simplemente devuelvo esto —Hyungsik sostuvo en alto la cámara—. Y luego me marcharé.

Sin otra palabra, Colt se dirigió de vuelta por el camino por el que habían llegado.

Minwoo arrebató la cámara del agarre de Hyungsik.

—¿Dónde conseguiste esto?

—Debiste dejarla caer.

Minwoo se asomó por la puerta para asegurarse de que Colt se había ido antes de susurrar en un tono bajo:

—¿Le dijiste a alguien que estuve allí?

—No. ¿Querías que lo hiciera?

—No —le miró sumamente aliviado—. Gracias. —Entonces en un parpadeo, giró enfadado otra vez—. ¿Miraste mis fotografías? —Era más una acusación que una pregunta.

—¿Se supone que no debía?

Minwoo retorció el gesto.

—¡Oh, eres un cerdo! Has invadido mi intimidad. ¡Cómo te has atrevido!

Hyungsik se sentía aturdido por sus rápidos y bruscos cambios de humor. Definitivamente iba a necesitar una guía para entenderlo.

—¿Siempre estás tan alterado?

—¡No estoy alterado!

—Si tú lo dices. Pero realmente, tendrían que ponerte un collar que cambie de color con tus cambios bruscos de humor.

Él curvó los labios como si sus palabras la disgustaran hasta un nivel superior.

—Oh, eres un animal.

—Huy. Sí.

Puso los ojos en blanco.

Hyungsik comenzó a alejarse, luego se dio la vuelta.

—Por cierto, no exageré antes en el pantano. Pudiste haber sido descuartizado.

Minwoo sacudió la cabeza, resoplando antes de poder finalmente hablar de nuevo.

—Basta ya con tus gilipolleces de macho. Estoy harto de que los hombres me digan cómo controlar mi vida. En caso de que no lo hayas notado, hay toda una manada de hombres en el piso de abajo simplemente muriéndose por decirme cómo no estoy dando la talla. La última cosa que necesito es a otro más.

—Tal vez deberías escucharlos de vez en cuando.

—Y tal vez tú no deberías meterte en lo que no te importa.

Hyungsik nunca había tenido tantas ganas de estrangular a nadie en su vida. Cada parte de él ardía con furia y al mismo tiempo no podía dejar de notar lo hermoso que estaba con sus mejillas encendidas por la rabia. El rubor en sus mejillas hacía que sus ojos se vieran de un azul intenso.

—Tal vez debas aprender a decir gracias de vez en cuando.

Minwoo acortó la distancia entre los dos.

—Y tal ves tú…

Sus manos tocaron su pecho y su parte más primitiva cobró vida.

Incluso antes de darse cuenta de lo que hacía, lo había atraído hacia sus brazos y silenciado su diatriba con un beso.

Minwoo no podía respirar al sentir los brazos de Hyungsik rodeando su cuerpo. Su furia murió al momento en que los labios de él tocaron los suyos y saboreó un poder dulce y crudo que nunca había experimentado antes.

La lengua de él bailaba con la suya mientras exploraba completamente su boca. Cada hormona en su cuerpo se calentó y se aferró a él, queriendo devorar cada centímetro de su duro cuerpo con la boca y las manos. Ambos, el humano y el oso dentro de él se volvieron salvajes y lascivos. Nunca había probado ni sentido nada como esto.

Era todo lo que podía hacer para no desnudarle y rogarle pidiendo misericordia.

Hyungsik abandonó sus labios para finalmente enterrar la cabeza contra su cuello para poder respirar su esencia. Era lo más exquisito que él había olido alguna vez. Y despertó algo en su interior que quiso probar cada parte del joven oso. Cada hormona de su cuerpo cantó con necesidad.

Y eso lo horrorizó.

Retirándose, bajó la mirada hacia su expresión aturdida.

Los sentidos debían haber retornado a él en ése mismo instante.

—Tienes que irte. Ahora.

Él lo intentó, pero algo en el oso…

¡Vete!

Forzándose a sí mismo a apartarse, se tele transportó de regreso a su guarida en el pantano.


Minwoo se desplomó contra la pared que tenía detrás mientras trataba de tranquilizar sus sentidos.

Acababa de besar a un lobo.

Un lobo.

Su familia lo mataría. Diablos, ellos le matarían a él también. Estaba prohibido corromper la línea de sangre, especialmente cuando eran miembros del Omegrión. Su deber era mantener y purificar su linaje. Para fortalecerlo. Como osos, ellos trazaban su linaje a través de las parejas y él era la única pareja de su clan. Por esto era que sus hermanos lo protegían tanto.

Aún así…

Minwoo sacudió la cabeza para aclarar sus ideas. Nunca podría ver de nuevo a Hyungsik.

Nunca.

Nunca, nunca, jamás.

¡Y esta vez iba a escuchar a la razón!

Eso esperaba.



*Tres semanas después*


—¿Entonces?

Minwoo miró por encima del libro que estaba leyendo recostado en la cama y vio a su madre de pie en la puerta. El estómago se le anudó en respuesta. Había temido esta visita todo el día con la esperanza de que su madre la olvidara.

Debió pensarlo mejor. Mama tenía una memoria superada solo por la de Minwoo.

—No sentí nada, Mama. Discúlpame.

Mama produjo un sonido grave, de disgusto, con la garganta mientras se adentraba en la habitación cerrando la puerta.

Minwoo se levantó, haciendo espacio en la cama para que su madre pudiera sentarse junto a él, y dejó el libro en la mesita de noche cuidándose de no perder la página. Se había reunido con el otro clan de osos por la tarde, tan optimista como siempre.

Y como todas las veces anteriores…

Nada.

—Lo intenté, Mama. Te juro que lo hice, es solo que… —Suspiró apesadumbrado al recordar la mirada expectante en el rostro sumamente apuesto de Randy. Él había querido que lo aceptara, tanto como Minwoo mismo, pero fue seguida por otra mirada de desilusión extrema cuando Minwoo negó con la cabeza. No había sentido nada por el otro oso.

Absolutamente nada.

—Quizás sentí la excitación pero simplemente no la noté.

Maman rió por lo bajo.

—No, ma petite. No hay forma de confundir la sensación. Cada parte dentro de ti despierta y se aviva. Te atraviesa el cuerpo como fuego. La urgencia de aparearte es tan intensa que poco puedes hacer para luchar contra ella. Es una necesidad que lo consume todo.

Minwoo apartó la mirada cuando una ola de terror la azotó. Él único hombre por el que había sentido eso…

Era un lobo.

—Debo comunicar a su Regis que no estás interesado. De cualquier manera, ellos pueden solicitar una prueba de apareamiento.

Minwoo se horrorizó ante la idea de acostarse con un hombre al que no conocía, uno por el cual no sentía deseo.

—Randy es atractivo, pero…

—Pero ¿qué?

No quiero acostarme con él. Pero había más que eso. Además guardaba un amargo secreto que no se atrevía a compartir con nadie.

Minwoo se mordió el labio, temeroso de decir a su madre la verdad.

Soy Arcadiann…

Intentó con todas sus fuerzas pronunciar esas palabras en voz alta. Llevaba años intentando decirlas. Pero una vez más, se ahogó con ellas. Su madre quedaría devastada al oír la verdad. Minwoo nació Katagaria, al igual que su madre. Sin embargo durante la pubertad, se había convertido en Arcadiann, como su padre.

Era su secreto más guardado. Absolutamente nadie conocía la verdad de su forma básica.

Nadie.

Yendo al caso, nadie, fuera de la familia inmediata, sabía que Papá Oso Ha era un Arcadian. El escándalo consiguiente había dejado marcada a su madre, sin embargo Mama se había apareado con él para así poder tener los cachorros que siempre había deseado. Para poder seguir manteniendo el asiento de los Ha en el Omegrión, asiento ocupado por la línea de su madre desde el primer día.

Era el animal en su madre quien lo impulsaba a aparearse y procrear. Pero la orgullosa parte humana en él se resentía.

Su madre se inclinó hacia él.

—Estás a punto de entrar nuevamente en celo. Por décadas has rechazado pretendientes. Ya es hora…

—Mama, por favor. Conozco mis obligaciones. — Y las conocía. El problema era que los osos son diferentes a los otros animales. Aún en época de celo, la pareja elige al macho. Si él no le atraía, si no le conquistaba, no había sexo y por consiguiente ninguna oportunidad de emparejamiento.

Si no se apareaban, no podría haber cachorros.

El ilustre linaje de su madre moriría y otro clan ocuparía el lugar de los Ha en el Omegrión, otra razón por la cual su familia era increíblemente sobreprotectora con él. Si Minwoo lograba emparejarse con un oso Katagari, entonces habría una oportunidad de que tuviera un hijo joven o hija Katagari quien podría tomar el lugar de su madre en el Omegrión, cuando Mama fuera demasiado vieja para esas obligaciones. Entonces nadie tendría que saber la verdad acerca de Minwoo.

Era la única esperanza que tenían y todo el peso de esa responsabilidad nunca abandonaba del todo sus pensamientos.

—Seguiré intentándolo.

Mama asintió.

—Tendremos más Katagaria aquí mañana. Este es un clan proveniente del Canadá. Tienen docenas de machos para que los examines. Ruego para que encuentres digno al menos uno de ellos.

También Minwoo.

—Haré mi mayor esfuerzo.

Mama inclinó la cabeza, asintiendo.

—Es todo lo que te pido. —Levantándose de la cama, se dirigió a la puerta y salió.

Minwoo pasaba las páginas de su libro mientras los pensamientos corrían por su cabeza. ¿Qué iba a hacer?

No es culpa tuya. Su madre se había emparejado con un Arcadiann. Nadie podía evitarlo. Taeyang, Donghyun, Cody y Jeup eran todos Arcadiann y su madre lo sabía, y aún así los amaba a pesar de sus formas básicas. De acuerdo, su madre estaba en negación respecto a esto, pero ellos nunca se lo habían ocultado.

Solo al resto del mundo.

Es tu madre. Nunca te haría daño.

Eso no era del todo cierto. Su madre era una osa, con todos los instintos de un oso. Para proteger su cubil, su madre mataría a cualquiera de ellos que amenazara su seguridad y bienestar. Era la naturaleza de su especie.

Minwoo nunca se permitía olvidarlo. Su madre tenía más compasión que cualquiera, pero cuando Mama odiaba a alguien, como en el caso de Taeheon, no había forma de razonar con ella. Una vez que Mew se aferraba a una idea, nada podía disuadirla.

Y eso era en verdad aterrador.

—¿Qué voy a hacer?

Te aparearás con uno de esos osos mañana y rogarás a los dioses que ese uno te produzca las marcas de emparejamiento.

Era su única esperanza.

De lo contrario…

No, ni siquiera podía contemplar eso. La supervivencia de su clan era lo único que importaba. Por encima de su propia felicidad y, aún más, por encima de su propia vida.

Se emparejaría con un oso Katagari aunque le fuera la vida en ello.



—¿Hyungsik?

Hyungsik se congeló cuando escuchó la seductora voz del que tenía que ser el mas sexy joven lobo de su manada. Alto, sensual y voluptuoso, revolvía las hormonas de cada lobo que le veía. Él nunca había sido una excepción.

Hasta esta noche.

Frunció el ceño cuando él acortó la distancia entre ellos y se frotó a su lado. Alcanzándolo tomó un puñado de su pelo y tiró de él.

El ronroneó en su oído.

—Estoy en celo, bebé. ¿Quieres echarme una mano?

¿Era una pregunta capciosa o qué? Hyungsik hocico su cara contra su cuello, inhalando su esencia. Normalmente eso hubiera sido más que suficiente para incendiar su lujuria hasta el punto en el que sería más que capaz de complacerla.

Vamos, cuerpo, despierta.

Pero sólo se revolvió un poco.

¿Qué diablos?

El joven se agachó para acunarlo como una profesional.

—¿Algo va mal?

—No.

Se retiró para hacerle una mueca cuando no se puso duro al instante

—¿No te has emparejado, verdad? —Esa sería la suposición natural dado que desde el momento que un lobo se emparejaba solo podría ser atraído por su pareja y nunca más por otra. Algo que en verdad apestaba. Eso era el por qué no tenía ninguna prisa en encontrar pareja. Se parecía demasiado a comer la misma cena cada noche. ¿Quién lo querría?

El joven tiró de sus manos, buscando la marca que siempre los señalaba cuando los Destinos habían escogido su otra parte. Era una marca que siempre aparecía en sus palmas después de que hubieran tenido sexo.

El problema era que él no había tocado a nadie en las últimas tres semanas. No desde que había visto a Minwoo.

Alejó sus manos.

—No estoy emparejado.

El alivio aligeró su expresión mientras alcanzaba su bragueta.

—¿Entonces qué estas esperando?

Inspiración… y una erección definitivamente ayudaría. Su polla se movió cuando él la rozó con sus uñas, pero no hizo nada más que eso. Ni siquiera estaba ayudando su manoseo.

Hyungsik lo besó y él lo atacó.

Sin embargo estaba frío. Vacío. ¿Dónde estaba el fuego usual que sentía? La necesidad de impulsarse dentro de él.

El sólo sentía…

Nada.

El joven hundió su mano más adentro de sus pantalones para tomarlo mientras respiraba en su oreja. Eso envío escalofríos sobre él, pero aún no tenía deseos de tocarlo.

Mordisqueando con fuerza su oreja, se retiró con una maldición y le golpeó el pecho con sus puños.

—¿Qué está mal contigo?

Hyungsik lo miró inexpresivamente, deseando tener una respuesta. En lugar de eso sólo podía pensar en una cosa.

—Parvo.

El arrugó su cara en disgusto.

—Parvo, mi culo. Vamos Hyungsik. No me quiero emparejar con el resto de estos perdedores, tú eres el único que quiero.

—La mente está de acuerdo contigo, bebé, pero el cuerpo…

El lo abofeteó. Con fuerza.

—¡Apestas!

Hyungsik se limpió la sangre de los labios con una mueca. Ese era el problema más grande con las parejas lobo. Cuando sus hormonas tenían el control, eran unas perras brutales. Ahora que lo pensaba, la última vez que habían tenido sexo, lo había mordido tan fuerte en el hombro que sangró. Incluso tenía una cicatriz permanente de eso.

El joven le agarró el pelo y lo besó de nuevo.

Ahora con su propia rabia estallando, lo empujó hacia atrás.

—Ve a bofetear a alguien más. Esta noche no estoy de humor para ser mordido ni arañado.

El le tiró del pelo lo suficientemente fuerte para arrancarle un puñado.

—Eso parece. Tú tendrías SPM cuando yo estoy en celo. —le gruñó Heejin—. Bien, Iré a buscar a Dongjoon.

Y puede que os emparejéis por toda la eternidad…

En el infierno.

Eso era lo que se merecían. Frotándose los labios, que todavía le escocían por el golpe, se cerró el pantalón y se hundió en la tierra. Se recostó sobre la espalda para ver el oscuro cielo, tratando de encontrar algún tipo de consuelo.

Escuchó una pelea en el campamento donde el joven lobo debió de haber esparcido su esencia por ahí para incitar a los otros. Lo más probable es que lucharían y el ganador lo tomaría.

Pero satisfacer a un joven lobo en celo no era algo fácil. Solía tomar toda una noche y algunas veces otros dos o tres serian necesarios para saciarlo. Por supuesto que todo eso cambiaba una vez que la pareja se emparejaba. Entonces estaba fuera de los límites de todos a excepción de su macho elegido.

Hyungsik no podría creer que lo hubiera rechazado. Incluso hostil y hormonal, era una pieza fina de…

—¿Qué diablos me pasa?

Quizás si tenía parvo o rabia. ¿Podría un Were-hunter tener eso? Nunca había oído hablar de alguien que la contrajera, pero…

Algo debía de estar seriamente mal con él. La esencia de una excelente pareja en celo nunca había fallado antes en estimularlo. Debería de estar ahí en ese mismo instante, pateando y arañando para ser el único que le montara.

Pero mientras lo consideraba, sus pensamientos cambiaron a Minwoo. La manera en la que se veía trayéndole comida dónde había estado sentado cerca de las bicicletas. La forma en que su chaqueta lo había envuelto completamente mientras la usaba y le sonreía.

Había sido hermoso y amable. Generoso y dulce. Incluso cuando le había gritado había sido…

Bingo. Ahora estaba duro como una roca.

Hyungsik dejó salir un suspiro agradecido. Gracias a los dioses. Al menos no estaba arruinado. Todavía funcionaba.

Solo que no por Heejin.

Ese pensamiento lo puso físicamente mal. Oh gah, estaba mejor teniendo Parvo.


3 comentarios:

  1. O.o
    No hay apareamientos entre especies!???
    Ahhhh
    Que les pasa!!!!!
    Ahhhhhh
    Noooo Minwoooooooo

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  2. parvo que tonta escusa puso para no aparearse con el lobo pero al final funciono un punto para hyungsik y pobre minwoo ya quieren ponerle pareja

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  3. Como se anda diciendo ahora..."baia bai bai"
    Estoy segura que más de una creímos que el primer encuentro de Sik con Minwoo fue cuando Kevin lo llevo herido para que se quedara con los osos y tuviera protección...ahora sabemos que se vieron más de un par de veces....que esa pequeña manada de lobos no era como las otras...punto para los lobos.
    Aparte Sik salvo a minwoo dos veces...ok,ok...lindo.
    *se toma un trago de su copa*
    Esa es la mejor manera de callar a una pareja...100% comprobado enmarcado como ley...bien Sik
    Minwoo tiene un gran peso sobre sus hombros respecto a lo que y lo que esperan de él....ya le estan trayendo prospectos para emparejarlo...crueles destinos

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...