Donghae estudió las líneas que
flanqueaban la boca de Hyukjae.
─¿Qué es lo que quieres?, ¿Una
parte de Haru Holding?
─Kyuhyun no tiene nada en Haru que
pueda venderme. Vendió sus últimas acciones en la bolsa hace dos años. Dos años
antes que te vendiera a ti un buen paquete.
Donghae frunció el ceño.
─¿Y cómo lo sabes tú?
─Sigo la pista. ¿Qué tiene de
distinto ésta inversión?. Kyuhyun ya ha tenido otros desastres. ¿Qué es lo que
hace que estés tan desesperado como para venir a mi?
─No estoy desesperado. ─no era una
buena posición para negociar dejar que la otra parte sepa que estas a punto de
caer en la bancarrota. Que sea el otro quien lo adivine.
Hyukjae sonrió con ironía.
─Hace cinco años me dijiste que
preferías arder en el infierno que pedirme algo. ¿Qué ha cambiado?
─Que te estoy ofreciendo una participación
en SM. Una operación comercial no…
Él se lo quedó mirando atentamente
hasta que Donghae sintió la necesidad de moverse.
─Muy bien. Es que yo… ─se puso de
pie de pronto─ Yo avalé el pagaré de Kyuhyun.
No hubiera necesitado verle abrir
los ojos de par en par para saber que lo creía un tonto.
─¿Personalmente?
─Si ─tragó saliva─ Personalmente y
con Haru Holdings.
Hyukjae silbó.
─No aprenderás nunca, ¿verdad, amante
de la luna?
Lee Hyukjae había sido toda su
vida un jugador… pero siempre arriesgándose en apuestas de riesgo previamente
calculado. Era consciente que en cada negocio había una componente de
sacrificio y otra de beneficio, y siempre intentaba sopesar las dos y salir
bien parado.
En los últimos años, había hecho
negocios que le habían dado a ganar millones. Una vez, cuando aún era un joven
de diecinueve años, había hecho un trato que le había hecho perder a Cho
Donghae. Había sido fiel a su palabra, pero no le había gustado hacerlo. Y
ahora que Donghae había acudido a él, la ironía de lo que quería era librar a
su hermano de un problema.
─¿Le han exigido ya el pago? –le
preguntó.
─Sí ─ Donghae volvió a sentarse
despacio. Hyukjae comprendió lo que eso significaba. Que no tenía otra opción. ─
No puede cubrirlo.
─¿Cuánto?
Estaba jugando con el anillo de su
mano derecha. No había expresión alguna en su rostro, pero sus gestos lo
delataban. Tensión. Desesperación. Hyukjae se resistió al deseo de acercarse,
de tocarlo. Donghae le dio una cifra.
─Tus acciones en Haru Holdings no
cubrirán esa cantidad.
─¿Es que llevas un control de mis
activos? ─espetó.
Habían pocas cosas que no supiera
de él. Excepto porqué se había casado con Tim Hwang. Por negocios o por amor,
habían estado casado por seis años antes de que éste muriese de un ataque al
corazón. Esposos. Hyukjae sabía que era una estupidez especular sobre los
detalles, pero la imagen de Donghae haciendo el amor con Hwang le había
atormentado en demasiado sueños.
─Cubriré el pagaré ─dijo─ , pero
hay una condición,
Podría haber sido una estatua.
Solo sus ojos estaban vivos, y él se resistió a desordenar ese peinado.
Recordaba su pelo al natural con vida gracias al viento y besarlo hasta tenerlo
salvaje y rendido entre sus brazos.
Hyukjae tuvo que respirar
profundamente para recuperar el control de su pulso. ¡Maldición! ¡Que momento!
─¿Qué condición? ─le preguntó,
mirándolo a los ojos.
Siempre le había gustado su
franqueza, el acero que tenía bajo la suave piel.
─Quiero que te cases conmigo.
Vio como su mano se convulsionaba.
Tenía los dedos blancos, pero el color le subió desde el cuello a las mejillas.
─Estas loco.
Alguien gritó afuera, y Hyukjae
escuchó el ruido del camión del hormigón al vascular. Donghae respiraba
demasiado rápido y él bajo la mirada para que no pudiera ver que había en sus
ojos. Tenía que saber que lo quería, pero mejor ocultarlo. Era la costumbre con
Donghae, porque sabía como hacerle daño de una forma que nadie más sabía como
hacerlo. Porque guardaba secretos que ni siquiera en el presente podría
compartir con él.
─¡No! ─respondió─ ¿Porqué? No
tiene sentido.
Un mechón de cabello salió de su
lugar y Donghae lo colocó detrás de su oreja. Desordenar su cabello tuvo en una ocasión un efecto desastroso en el
muro de sus inhibiciones. Besar sus labios carnosos, suavizar su tensión hasta
conseguir que el jovencito dentro de él saliera a la superficie. Donghae…
enfrentándose a él bajo el viejo manzano cerca de su casa…rozar su hombro y
escuchar el gemido que él no supo contener… y después ese momento vertiginoso de
ira en el que lo comprendió todo.
¡Maldita sea!
El pasado no existía ya. Imposible
cambiarlo.
Pero en el presente, había acudido
a él para pedirle ayuda.
─Esos son lo únicos términos que
voy a ofrecerte. ─dijo, pasándose la mano por el pelo.
─¿Me estas diciendo… ─tuvo que
aclararse la garganta─ …que tu…que cubrirás el pagaré de Kyuhyun si yo…si
─Si te casas conmigo. Sí
Volvió a ponerse de pie y comenzó
a pasearse por la habitación.
─¿Y por qué demonios ibas tu a
querer casarte conmigo? Ni siquiera…─las palabras se le quedaron bloqueadas en
la garganta y durante un segundo no fue capaz de mirarle a los ojos. ─¡Si ni
siquiera no hemos hablados durante años! No puedes… esto tiene que ser una
broma.
Hyukjae apoyó las manos sobre el
mostrador.
─No es una broma. Llámalo una
apuesta si quieres.
No tenía nada que perder, solo
dinero. Y si ganaba…
─¿Qué vas a sacar tú con esto?
¿Qué quieres? ¿Las conexiones de la familia Cho?
─Me importa un comino quien haya
sido tu familia. Y puedes estar seguro que no es tu dinero lo que quiero. Si no
aceptas, estarás en la ruina… y si lo haces seré yo quien tendrá una pesadilla
tratando de arreglar lo de SM.
─Entonces ¿Por qué?
─Porque te quiero.
Donghae se atragantó.
─¿Creí que era por Kyuhyun… ¿no te
parece que le debes algo?
Tenía las manos tan apretadas, los
ojos abiertos de par en par y parecía tan aturdido como si hubiese perdido la
capacidad de comprender. Hyukjae se imaginó que eso duraría almeno un par de
minutos, antes de que volviera a poner sus muros en posición.
─No le debo a Kyuhyun nada. Si soy
su fiador, le ataré de pies y manos. Ese hermano tuyo ha arruinado ya bastantes
vidas, y no pienso permitir que vuelva a hacerte esto.
─Está invalido.
Hyukjae sonrió con tristeza.
─¿Y quieres decir que es culpa
mía?
─No. ─susurró.─ Claro que no. Fue
un accidente.
Hyukjae puso los rollos de plano a
un lado del mostrador. El verdadero accidente había sido el desastroso sentido
de la oportunidad. Kyuhyun demasiado borracho como para sostenerse de pie y el
padre de Donghae una bronca monumental. No podía oír la voz de Donghae, pero
podía leer lo que estaba diciendo en sus labios.
─No. No lo haré. No voy a casarme
contigo.
─¿Dónde te hospedas? ─preguntó.
Sabía cuándo debía dejar de presionar.
─En el Estuary Motel.
Colocó los rollos de los planos al
final del mostrador para mantener las manos ocupadas y no rendirse de atravesar
el espacio que los separaba y tocarlo, intentar mitigar la tristeza de sus
ojos.
Pero perdería si lo tocaba en ese
momento, y sin embargo, si esperaba…
El volvía a su hotel. Pensaría
en dejar que la corporación que había fundado su padre se fuera por el desagüe;
en dejar que su hermano lo perdiese todo; en estar en la ruina.
─Tengo trabajo que atender ─dijo─
Ya hablaremos mas tarde.
─No… Si esa es… No.
─Te recogeré para cena. A las
ocho.
La ira brilló en su ojos.
─¡No voy a verderme, Hyukjae!
Tomaré el próximo ferry que salga de esta isla.
No pudo evitar sujetarla cuando
estaba ya a punto de salir. Ella se quedó inmóvil, respirado con dificultad. El
brazo le temblaba bajo el tejido del traje. ¿Qué ocurriría si lo tomase en sus
brazos?
─Te recogeré a las ocho. ─dijo, y
sintió crecer su tensión. ─ No tienes otra opción amante de la luna.
No tienes otra opción... ¡Maldito Hyukjae!
No dejó que los temblores se
apoderasen de ella hasta llegar a su habitación de hotel. Allí, con las manos
temblando y el corazón golpeándole en el pecho, llamó a Busan y esperó a que
Kyuhyun contestase el teléfono.
Hyukjae lo quería. Cuando tenía
dieciséis años estaba seguro que lo quería. ¡pero había sido él quien lo había
obligado a separarse!
Otra vida. Otro mundo.
Esos son los únicos términos que voy a ofrecerte.
Matrimonio a cambio de dinero.
¡Que locura! ¡No estaba dispuesto a casarse con Lee Hyukjae! ¡Antes haría cualquier
cosa para salir de ese atolladero!
Kyuhyun contestó el teléfono a la
onceava llamada.
─¿Tiene idea de que hora es?
─preguntó.
─¿Y tu? ¿Tiene alguna noticia,
como por ejemplo que te ha tocado la lotería o que alguien ha quemado tu
pagaré?
Su hermano suspiró y Donghae supo
que no le esparaba nada bueno.
─Sooman ha llamado.
Donghae cerró los ojos y se
imaginó a su hermano. Tendría expresión desilusionada y estaría distraídamente
frotándose la pierna izquierda mientras hablaba. Puede que estuviera mirando su
muleta con el rabillo del ojo como si fuese consciente del esfuerzo que le iba
a suponer ponerse de pie.
─Y supongo que no te habrá
ofrecido otro plazo para hacer efectivo el pagaré.
─No. Ha dicho que los tres días de
gracia han terminado.
Sin escapatoria. Sin salida.
─Espero saber algo de su abogado
el lunes. ─dijo Kyuhyun.
Se veía el mar desde la ventada.
Las olas lentas llegaban a la playa.
─¿Has encontrado alguna manera de
conseguir el dinero? ─le preguntó─ ¿Has pensado en algo?
─No es culpa mia ─se quejó─ si
hubiera tenido mas tiempo…
Era inútil esperar que Kyuhyun
encontrase por si mismo la solución .
─Hyukjae dice que esas acciones
que tienes valen tanto como un billete de lotería.
─¿Lee Hyukjae? ¿Has estado
hablando con Hyukjae? ¿Por qué? ¿Cuándo?
─Hace una hora
─Aléjate de él Hae, ─Kyuhyun
murmuró un juramento─ Apártate de su camino.
Donghae se quedó mirando su puño
apretado.
─¿Por qué iba a tener que
apartarme de Hyukjae? Tu mismo me dijiste que él también había invertido en SM,
y había pensado que quizás quisiera comprarte tus acciones.
─Sooman me ha dicho que Hyukjae se echó para atrás. ─oyó el sonido del encendedor y supo que Kyuhyun había
prendido un cigarrillo─ Si él se hubiera metido, el proyecto no estuviera yendo
a pique.
─Yendo a pique.
Cerró los ojos y se preguntó que
haría cuando hubiese vendido todo para cubrir el pagaré de Kyuhyun. Según
Hyukjae, kyuhyun sería propietario de una gran parte de nada y mientras tanto,
los acreedores seguirían aporreando las puertas de Haru.
Según Hyukjae, él jamás había
estado en ese negocio y los problemas de Kyuhyun eran únicamente culpa suya.
─Has vuelto a fumar ─le acusó,
aunque era absurdo molestarse por el tabaco que consumiera Kyuhyun cuando
estaban a punto de caer en la ruina.
─¿No crees que te lo debe?
─¡Por el amor de Dios, Hae!
Kyuhyun parecía asustado, y eso
carecía de sentido.
─Me ha dicho que te diera un
mensaje. Me ha dicho que no vuelvas a mandarme a mi a pedir dinero para ti.
─¡No ha sido idea mia! Dile que yo
no sabía que ibas …
─Kyuhyun, ¿Por qué tienes miedo de
él? ¿Es que te amenazó cuando…?
─¡Hae! ¡Apártate de él! ¡Aléjate
de Hyukjae!
Ya había oído eso en otra ocasión.
Apartate del chico de los Lee. De lo
contrario…
─Busca otra forma de conseguir el
dinero ─le rogó- Vende acciones, has lo que tengas que hacer, pero no se lo
pidas a Lee Hyukjae.
Donghae suspiró.
─En ese caso será mejor que seas
tu quien encuentre otra solución, porque no tengo mas ideas brillantes que
puedan sacarnos de todo esto.
Hyukjae le decía que nunca aprendía,
y quizás tuviese razón, porque había firmado como aval de ese pagaré de Kyuhyun
y él no iba a hacer nada para sacarlos de ese lío, si no que se había limitado
a pasarle el problema. Quizás su hermano creyera que debía respaldarlo en sus
aventuras financieras, y quizás fuese verdad, porque el testamento de su padre
había sido tremendamente injusto con él.
─Es porque soy adoptado ─había
murmurado él amargamente después de la lectura del testamento─ Tú eres el hijo verdadero, no yo.
Hubo un tiempo en que sus padre
los trató a los dos por igual, pero en los años anteriores a su muerte, había
cambiado de actitud respecto a su hermano, casi como si lo odiase. Quizás fuese
parte de la amargura y la rabia que pareció consumirle después de la muerte de
su madre, pero fue algo terriblemente injusto para Kyuhyun. Donghae había lo
que había podido para reparar la injusticia, pero Kyuhyun no sabía controlar el
dinero y parecían haberse metido en una rueda sin fin.
Si Sooman ejecutaba el pagaré, Haru
Holdings y él mismo caerían en la más absoluta ruina. El banco no iba a
adelantarle el dinero para cubrir el pagaré, porque ya estaba pagando una
hipoteca bastante fuerte para sufragar los gastos de un complejo residencial
fuera de Busan.
Además, no disponía de ninguna
propiedad que pudiera aportar como garantía excepto sus acciones, y no eran
suficientes. Si las vendía, se quedaría sin nada. Haru holdings desaparecería y
tendría que buscar trabajo. Y no había demasiados trabajos para personas como
él. Había terminado su educación en América, y después había hecho un Master en Dirección de empresas, y actualmente esos puestos estaban desapareciendo como
piedras en el agua. Además… bueno, le gustaba ser su propio jefe, y … ¡maldita
sea!, … había hecho un trabajo bastante bueno dirigiendo Haru Holdins.
No tienes otra opción, había dicho Hyukjae, casi como si conociese
a la perfección su situación financiera.
Nada que vender, excepto una cosa:
a sí mismo.
Lee Hyukjae decía quererlo lo
bastante como para avalar a Kyuhyun a cambio de casarse con él. No tenía
sentido. Había leído muchos artículos sobre él, en los que se hablaba de los
millonarios que no querían compromisos. Había oído comentar también que madre
con hijas y jóvenes hijos adineradas y en edad casadera, andaban detrás de
Hyukjae, pero él no. Jamás. Ya lo habían vendido otra vez en el altar y no iba
a permitir que volviese a ocurrir.
Se acercó a la ventana y observó
la playa. Le había dicho a Hyukjae que iba a marcharse y lo haría, pero primero
daría un paseo por la playa.
Se quitó los zapatos y las medias
y la chaqueta del traje; unos pantalones cortos habrían sido mas adecuados para
bajar a la playa, que el traje que llevaba, pero había traído ropa para
enfrentar a Hyukjae, no para ir a la playa.
Caminó lentamente sobre la arena
sintiendo como se detenían sus pies, como el calor daba paso al frio cuando los
hundía en la arena. Se metió en el agua, la olas se llevaban la arena bajo sus
pies, dibujando sus pies desnudos. No había vuelto a sentir esa sensación desde
hacía años, desde que eran pequeños y pasaban las vacaciones allí.
Al mirar hacia atrás, vio a un
joven paseando agarrado de la mano con un niño de la mano, y se estremeció.
Appa e hijo. Demasiados sueños rotos.
Cuando tenía dieciocho años, se
había puesto enfermo y lo habían hospitalizado en una clínica en América. Antes
de darle el alta, le habían hecho varias pruebas, y los resultados habían
demostrado que era estéril. Al saberlo había llorado hasta deshacerse los ojos,
porque una vez había soñado tener un hijo de Lee Hyukjae. Hyukjae había
desaparecido cuando tenía dieciséis años, pero ese sueño había seguido vivo en
su interior.
Con el tiempo, sus sentimiento por
Hyukjae había quedado como muertos. Jamás volvería a amar como lo había amado a
él; jamás volvería a perderse tan completamente como lo había hecho en sus
brazos, pero se había jurado a sí mismo que algún día llegaría a querer a otro
hombre, no con la locura de Hyukjae, si no con la serenidad de un joven maduro.
Tenía veinte años cuando conoció a
Tim. Veinte años cuando se casó con él. No había estado en casa desde hacía
cuatro años, cuatro años de estudios en América rotos por los meses de su
enfermedad. Cuatro años de soñar con Hyukjae. Cuatro años de soledad.
Entonces, un buen día, Tim Hwang
apareció en el departamento en que el que vivía con una amiga del colegio.
Cuando abrió la puerta aquel hombre tan atractivo le sonrió y él le sonrió
también.
Se presentó con una encantadora
sonrisa.
─Tu padre me había dicho que
viniera a verte cuando estuviera a América.
Trabajaba en periodismo, le había
dicho. Normalmente la gente que su padre le enviaba era aburrida, pero Tim no.
Tenía encanto, inteligencia y parecía interesado en él mas que en el dinero de
su padre.
Lo cortejó con determinación y
encanto, y Donghae se dijo que Hyukjae había sido una locura de juventud, y que
Tim era con quien quería compartir el resto de su vida. Pero cuando le pidió
que se casara con él, sintió que tenía que decirle que no podrían tener hijos.
─Los niños no son importante para
mi –le dijo él, y había parecido tan convincente que hasta aparecía que no le
gustaban los niños.
No le habló de Hyukjae. No tenía
porque. Su primer amor estaba ya muerto y enterrado. Sentía afecto por Tim, el
amor profundo crecería con el tiempo.
La boda llegó enseguida.
Su padre viajó a América, en un
viaje de un solo día, solo para asistir a la boda. Se sentí extraño en la
iglesia, tal vez porque no había visto a su padre en cuatro años y sus sentimientos
hacia él eran confusos, y mientras caminaba hacia el altar, tuvo la sensación
de estar cometiendo un error.
No recordaba haber hecho las
promesas. Desde aquel día sus recuerdos de la boda quedaron borrosos. La
recepción. El anillo de Tim en su dedo, y la conversación de los invitados. Vio
a Tim y a su padre entrar en la biblioteca y, de pronto, su inquietud se
transformó en una insana certeza.
Tim y su padre se había encerrado
en el estudio después de la boda, y él los siguió.
Cuando abrió la puerta los
encontró junto a la ventana. Tim estaba guardándose la cartera y cuando lo vio
aparecer retrocedió dos pasos.
Su padre se lo quedó mirando con
las cejas arqueadas, queriendo decir que les había interrumpido.
─Me gustaría ver lo que acabas de
guardar ─le dijo a Tim.
Su marido enrojeció.
─Donghae ─dijo su padre─, te estas
comportando como un histérico. Vuelve con tus invitados.
Después de la muerte de su madre,
su padre le había enseñado a ser educado con los invitados importantes, pero
aquella vez no obedeció.
─¿Cuánto te ha pagado para casarte
conmigo, Tim?
Tim enrojeció aún mas, y supo que
había acertado.
─Me has vendido ─acusó a su padre,
y él lo miró como si fuese un insecto que se hubiera colado en su estudio ─ Me
has vendido ─repitió─ ¡Su influencia en los medios de comunicación por su
dinero! Es eso ¿verdad?.
No sabía que esperar. Que lo
negase, quizás, pero su padre no dijo nada y él se sentó en un sillón al lado
de la ventana. Preguntar por qué no tenía sentido. Los negocios siempre habían
sido lo primero para su padre, y tener influencia en los medios de comunicación
era un punto a favor para un hombre que irritaba siempre a los verdes y a los
burócratas del gobierno.
─Estás casado. ─dijo él como una
amenaza.
─Has usado mi vida como si fuese
un local en venta. ¿Cómo has podido…?─vio algo brillar brevemente en sus ojos,
y aunque Hyukjae formaba ya parte del pasado y él había dejado de sangrar por
aquellas heridas, le preguntó:─ ¿Obligaste a Hyukjae a que dejara de verme?
─Lee Hyukjae no era bueno para ti.
Nunca lo fue, así que mantente alejado de él. Estas casado con Tim.
Donghae se lo quedó mirando a los
ojos y sintió un estremecimiento de temor.
─Donghae… ─la voz de Tim era
insegura─… yo te tengo mucho cariño. De no ser así, no te habría pedido que te
casaras conmigo.
─Si ─contestó el, porque se había
metido en aquel matrimonio con los ojos abiertos. Había accedido a casarse con
él sabiendo que solo sentía afecto.
Es mas, creía que era eso lo que
buscaba: una relación sana y tranquila. Había hecho una promesa y la
mantendría.
Hyukjae tenía razón. Había sido
vendida en el altar, pero no se había dado cuenta de lo que ocurriría después
de hacer sus promesas.
Había interpretado después el
papel que habían escrito para él. Pasaron la luna de miel en Hawaii, donde se habían alojado en habitaciones
separadas por petición suya. Cuando volvieron a Busan, donde Tim tenía su casa,
se mudó y cumplió con las obligaciones de esposo en su vida social. Insistió en
tener dormitorios separados, y Tim no discutió su decisión.
Poco después de su vuelta, fue al
despacho de su padre y le pidió que lo pusiera a trabajar en Haru Holdings.
─Si me estas usando como activo en
esta empresa, creo que debería participar en el negocio.
Sorprendentemente su padre
accedió, lo que le permitió descubrir que tenía habilidades para los negocios
que nunca se había imaginado. Los días los pasaba ocupado en su trabajo, y en
las noches solía acudir con Tim a los actos de sociedad que requerían su
presencia como candidato a la alcaldía de la ciudad.
T_____T
ResponderEliminarpobre pescadito! no se vale, todo lo que le ha tocado!!! ay
y Hyuk que no ayuda!!!!
ahhhhhh
por que el monito sexoso se alejo del pescadito????
que feo vendido y sin saberlo espero y los dos se siente y platiquen de su pasado
ResponderEliminarNi soltero...ni casado...ni viudo y ni como hermano a Hae le va bien.
ResponderEliminarLe dicen que es esteril...su padre lo vende...el esposo se le muere y ahira Kyu lo mete en un dilema que lo hace ir con quien supuestamente no quiere,luego este le dice que lo ayuda con la condiciendo de casarse con él.
Debería aceptar de una...qué más puede perder...¿su libertad?...si esta atado a su propia vida,sin más allá que ver como sacar a Kyu de todo esto.