Ride With Me- Capítulo 2



Yacía boca arriba, con los ojos cerrados. Parecía descansar tranquila, pero la extrema palidez de su rostro delataba que algo no iba bien. A su lado había una lata de la que se habían salido algunas calabazas.

—¡Dios mío, mamá! —susurró apenas, pero Leeteuk notó toda la desesperación que reflejaba.

Kangin corrió hasta donde estaba Seyoung y se puso de rodillas a su lado.

—¡Mamá! ¡Vamos mamá, vuelve! —empezó a gritar con nerviosismo, tratando de encontrarle el pulso. Después le echó la cabeza hacia atrás, miró si tenía algo en la boca y empezó a hacerle la respiración artificial.

Leeteuk permaneció como anclado al suelo, sintiéndose fuera de su propio cuerpo, sin saber qué hacer, como si en realidad no estuviera allí y el hombre arrodillado a su lado no fuera Kim Kangin y la forma inmóvil que yacía en el suelo no fuera nadie que conociera.


Porque aquella mujer no podía ser Seyoung, la mujer amable y buena que siempre tenía una palabra agradable para sus clientes.

Kangin lo miró. Parecía muy tranquilo. Con una tranquilidad terrible.

—¿Kangin? —lo llamó, buscando que le tranquilizara, que le dijera que Seyoung no estaba muerta.

—Vete a buscar ayuda —era un susurro que en sus oídos resonó como un grito—. ¡Corre!

Leeteuk echó a correr, volviendo por el mismo camino. Apartaba las ramas con furia, resbalando a veces. Con cada respiración agitada sentía que se le quemaban los pulmones y el corazón le latía tan fuerte que no podía oír nada más. Estuvo a punto de caerse muchas veces, pero consiguió siempre mantener el equilibrio.

Al llegar al puente pudo correr con más facilidad sobre cemento. Bajó la calle tan deprisa que le pareció que el corazón se le iba a salir del pecho y que las piernas le iban a dejar caer.

La ayudante del doctor Lee fue la primera persona que se encontró Leeteuk al entrar en la clínica y lo miró boquiabierta.

Leeteuk trató de recuperar un momento el aire que le faltaba mientras se daba cuenta de que no había muchos pacientes esperando.

—¡Leeteuk! ¿Qué… —empezó a decir.

—Es Seyoung —respondió Leeteuk tratando aún de respirar pausadamente—. Park Seyoung. Está en la zona de las calabaceras. ¡Oh, creo que está muerta!



Permitieron que Leeteuk viajara en la ambulancia, que dejó oír su sirena hasta el puente y que les ayudara a llevar la camilla después por el sendero, ya que tanto el doctor como la enfermera tenían que llevar otras muchas cosas.

No habían recorrido mucho camino cuando vieron llegar a Kangin con el cuerpo inmóvil de Seyoung en brazos y la desolación reflejada en su rostro.

Unos minutos más tarde, el doctor anunció que Seyoung estaba muerta.

—Ha debido ser un ataque al corazón. Por supuesto habrá una autopsia que nos lo podrá confirmar.

Kangin no dijo nada, se limitó a asentir. Ya habían puesto a Seyoung en la camilla y la llevaron entre el doctor y Kangin.

Una pequeña muchedumbre se había congregado alrededor de la ambulancia cuando llegaron al puente.

—Atrás, atrás —dijo el doctor, mientras entre él y Kangin metían la camilla en la ambulancia—. Atrás, por favor.

Leeteuk les oyó murmurar:

—Es Seyoung. Park Seyoung.

—¿Ha muerto?

—Creo que sí.

Yunho, jefe de policía, a quien Leeteuk conocía del colegio apareció en aquel instante.

—¿Qué es lo que pasa, doctor?

—Park Seyoung ha muerto.

—¿De qué?

—Hasta que no se realice la autopsia no lo puedo decir con seguridad, pero parece que se trata de un ataque al corazón.

—¿Quién encontró el cuerpo?

—Kangin y Park Leeteuk.

Yunho se volvió hacia Kangin.

—Tengo que hacerte unas preguntas, Kim —miró a Leeteuk—. Y a ti también Teukie.

—Esas preguntas tendrán que esperar —respondió Kangin—, porque tengo que ir a buscar a mi hermano.

—Te las haré ahora mismo —le dijo Yunho, con autoridad.

Leeteuk se acercó a él.

—¿Podrías ser breve, Yunho? —le dijo—. Min sólo tiene once años. Kangin tiene que estar con él.

Yunho negó con la cabeza.

—Tengo que hacer mi trabajo, Teukie. Acercaos a mi coche.

Leeteuk miró a Kangin que apretaba la mandíbula y no parecía tener ninguna intención de seguir a Yunho.

—Vamos, Kangin —le dijo, a sabiendas de que lo que menos le hacía falta en aquel momento era tener problemas con la ley.

Como no se movía, le agarró por la mano y le hizo acercarse a donde quería el policía, que estaba haciendo que la gente se marchara a sus casas y dejara así moverse a la ambulancia.

El doctor se acercó un momento a ellos.

—Vamos a llevar a tu madre a la clínica y de allí a la capital, donde le efectuarán la autopsia. Todo el proceso puede durar un par de días o más. Vete llevando a cabo todos los trámites del funeral mientras tanto.

—De acuerdo.

El doctor miró a la ambulancia donde le esperaba la enfermera y se volvió hacia Kangin.

—Kangin, todo el mundo sabe que hiciste lo que pudiste por tu madre y ahora lo importante es que estés con tu hermano. Le diré a Yunho que abrevie el interrogatorio.

—Gracias —murmuró Kangin.

El doctor habló con el policía y después se marchó en la ambulancia.

Yunho pidió a Leeteuk que esperara un poco alejado mientras hablaba con Kangin, para que no pudiera oír lo que le preguntaba e hizo lo mismo después a la inversa.

No tardó mucho en efectuar el interrogatorio.

—Muy bien, ya sabrás de mí —dijo a Kangin—, tan pronto como conozca los resultados de la autopsia.

Las pocas personas que todavía quedaban por allí miraban a Kangin con cariño, pero ninguno le dijo nada. Al fin y al cabo pensaban que se trataba del rebelde Kim Kangin, y nadie sabía lo que era capaz de hacer.

Sora que había esperado a que Yunho terminara de interrogar a Leeteuk, se acercó a él.

—¿Estás bien? —Leeteuk parpadeó y miró a su amiga—. No tienes buena cara. Vamos, te llevaré a casa. De hecho vengo de allí. Acabo de firmar el acuse de recibo de un paquete para ti. Apuesto a que es un regalo. Vamos y…

Vio que Kangin se encaminaba a casa y se dio cuenta de que no podía dejarlo marchar.

—¡Kangin!

Kangin se detuvo. Como no se había puesto las gafas de sol, Leeteuk se dio cuenta por su mirada de que le parecía bien que estuviera con él cuando diera la noticia a Min.

—¡Espera! —Sora le agarró el brazo, pero él se soltó.

—Me tengo que ir.

—Pero Teukie…

—Te llamaré.

—Te he dejado el paquete en las escaleras.

—Gracias —dijo, y echó a correr.

Kangin esperó hasta que lo tuvo a su lado y entonces aceleró el paso.

—Tengo que ir a buscar mi moto. Adelántate tú a mi casa.

—¿Entro sin ti?

Kangin sonrió con tristeza.

—Vete despacio y yo te alcanzaré.

—Muy bien.

Kangin echó a correr y Leeteuk se dirigió despacio a su casa, pensando en Min, que estaba esperando a que llegara su madre.



Kangin aparcó la moto y Leeteuk y él entraron en la casa de madera por la cocina.
Fueron derechos a la sala de estar y lo primero que percibió Leeteuk fue el aroma que desprendía un popurrí de olor a manzana que había en un recipiente de cristal verde. Leeteuk había hecho aquel popurrí.

Y a Seyoung le había encantado.

—Humm, sólo olerlo me hace pensar en el otoño, en la tarta de manzana y en mi abuela, abrazándome cuando era pequeño —había dicho.

Y por supuesto Leeteuk le había regalado un poco. Pero ya no podría volver a darle más. Tratando de contener las lágrimas, Leeteuk observó la decoración de la habitación con cariño: las flores que había en un jarrón, las revistas  colocadas en forma de abanico, el sofá de terciopelo oscuro.

Min estaba acostado de lado en aquel sofá. Parecía dormido. Sonreía como si soñara algo agradable.

Al mirarlo, Leeteuk pensó que le encantaría dejarlo seguir durmiendo. Miró a Kangin y se dio cuenta de que pensaba lo mismo.

Pero entonces, como si los presintiera abrió los ojos. Por un momento pareció confundido, después su sonrisa se hizo más amplia y bostezó.

—¿Qué pasa chicos? —les miró y su sonrisa se desvaneció—. ¿Qué sucede? —preguntó, preocupado.

Kangin se dejó caer a su lado en el sofá y lo rodeó con uno de sus enormes brazos.

—Min… —fue lo único que pudo decir.

—¿Qué pasa? —preguntó angustiado, y miró a Leeteuk en busca de una respuesta—. Venga, Teukie…

Leeteuk deseó con todas sus fuerzas que se le ocurriera una frase apropiada, pero antes de que pudiera hablar lo hizo Kangin.

—Es mamá.

Min se volvió hacia él.

—¿Mamá? —Kangin asintió—. ¿Pero qué es lo que pasa?

Kangin fue a hablar, pero Min no le dejó.

—Es curioso, porque estaba soñando con ella. Me abrazaba y me decía que no olvidara nunca cuanto me quería. Qué gracia, como si pudiera olvidar una cosa así. Ya sabéis cómo es. Siempre me está abrazando y besando. Nunca deja de repetir que soy su niño querido. Se la veía muy tranquila en mi sueño, pero estaba demasiado pálida.

Leeteuk recordó la extrema palidez de Seyoung debajo de aquel árbol.

—¡Kangin! ¡Kangin! ¿Qué sucede? —le volvió a apremiar Min.

—Min… mamá estaba recogiendo calabazas cerca del río y tuvo… un ataque al corazón o algo así. No lo sabemos.

—¿Un ataque al corazón? —movió la cabeza, con nerviosismo—. No puede ser. A mamá no le pasa nada. Mamá está bien —sintió que le faltaban las palabras y miró a Leeteuk, con los ojos llenos de lágrimas y la cara muy roja—. ¡Teukie, Teukie! ¿Qué está diciendo?

Leeteuk tragó saliva y trató de no echarse a llorar.

—Ha muerto, cariño.

—¡No! —gimió desconsolado.

—Min… —Kangin se frotó los ojos.

Sungmin se volvió hacia él. Le temblaban los labios.

—¿Mamá? ¡Mamá ha muerto…! —susurró.

Tomó a su hermano por las solapas de la cazadora de cuero y ocultó la cara en su pecho.

—Sí, cariño.

—¡No, no, no, no…! —lo dijo muchas veces, como si así pudiera hacer volver a Seyoung.

Pronto los gritos se convirtieron en sollozos y las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas.
Leeteuk no sabía qué hacer ante tanto dolor. Kangin tenía abrazado a Min que lloraba desconsoladamente y le acariciaba la cabeza para tratar de calmarlo.

Finalmente sé tranquilizó un poco, se apartó de Kangin y se levantó para tomar un puñado de pañuelos de papel. Se secó los ojos, se sonó la nariz y entre hipos trató de dejar de llorar.

Al verlo, Leeteuk se sintió culpable de las lágrimas que había vertido aquella mañana, por cosas que no tenían importancia comparadas con aquello. También pensó en el precioso tiempo que había robado a Kangin, haciéndole escuchar sus tonterías y bebiendo champán. Se preguntó si aquellos minutos habrían sido esenciales para encontrar a Seyoung viva.

Min se volvió a sonar la nariz, se apretó contra su hermano e hizo señas a Leeteuk para que se sentara al lado de ellos.

—Siéntate con nosotros, Teukie. Por favor.

Min apoyó la cabeza un momento contra él, suspirando y después de nuevo contra el pecho de su hermano.

—¿Qué ha ocurrido? —se le escapó un sollozo y se llevó la mano a la boca para tratar de contenerse. Después respiró profundamente—. Por favor, díganme. Quiero saberlo.

Ya habían acabado de contarle todo cuando oyeron pisadas en la entrada. Como las cortinas estaban descorridas, Kangin veía quien llegaba. Al darse cuenta de la identidad de la inoportuna visita, juró por lo bajo.

Min se quedó mirándolo.

—¿Quién es? —se volvió a mirar a la ventana—. ¡Oh, no!

Se oyó llamar a la puerta.

Kangin abrazó aún más a su hermano y miró a Leeteuk.

—¿Te importa abrir?

—¡No! —Min ya no era el mismo niño de minutos antes, que había demostrado afrontar la muerte de su madre con madurez, parecía preso del histerismo.

—Tarde o temprano tendremos que hablar con ella. Así que de nada sirve tratar de evitarlo.

Min volvió a sollozar.

—Pero…

—Shh… —le acarició la cabeza y miró a Leeteuk—. Ve a abrir, por favor.

Leeteuk se levantó y abrió la puerta.

Era Kwan Hakyeong, tía de Min y la mujer que un día acusara a Kangin de violación.

Detrás de Hakyeong, con expresión compungida estaba su marido Kangsoon.
Fue Hakyeong la que empezó a hablar, como era de esperar.

—Hola, Leeteuk —dijo, secamente.

—Hola, señora Kwan.

Leeteuk pensó en lo extraño que resultaba que una mujer que se conservaba tan bien, no resultase atractiva, debido a su carácter intolerante.

—¿Puedo pasar? —Leeteuk miró a Kangin, dándole una oportunidad más de cambiar de opinión, pero Kangin se limitó a asentir, así que Leeteuk se hizo a un lado y los dejó pasar.

—Nos hemos enterado de la terrible noticia —dijo nada más entrar, seguida a una prudente distancia por su marido—, y hemos venido a llevarnos a nuestro pobre sobrino a casa con nosotros —Hakyeong vio entonces a Kangin y le temblaron las aletas de la nariz como si oliera algo desagradable.

—Ésta es la casa de Min, Hakyeong —pareció regodearse en llamarla por su nombre, cosa que muy pocos se atrevían a hacer—, y yo estoy aquí para cuidar de él.

Kwan Hakyeong levantó el labio superior con desprecio.

—Es la sugerencia más absurda que he oído en mi vida.

—No es una sugerencia. Es un hecho.

Hakyeong miró a Min y trató de dulcificar la mirada.

—Min, cariño…

Min se apretó más contra Kangin.

—Yo me voy a quedar aquí con mi hermano.

—¡Pero eso es imposible, cariño! Tu hermano vive en una cabaña en el bosque —dijo, con impaciencia—, y tiene hombres de dudosa reputación trabajando para él. No es lugar para una joven sensible como tú.

—Ya nos las arreglaremos, Hakyeong —su tono de voz era amable, pero sus ojos eran dos bloques de hielo que delataban sus verdaderos sentimientos—. Tengo mi propia habitación aquí, sobre el garaje. Me trasladaré. Todo puede solucionarse.

Cuando habló, Hakyeong dio la sensación de que estaba realizando un esfuerzo sobrehumano por contener su ira.

—Pero si tú estás fuera todo el día. Este niño se volverá un salvaje.

—¡No me voy a volver una salvaje! —saltó Min, sintiéndose insultado.

Hakyeong suspiró.

—Sungmin, ya sé lo duro que esto resulta para ti y lo disgustado que estás…

—¡No, tú no sabes nada! ¡Eres vieja y mala!

Kangin tosió y apretó el hombro de Min, que guardó silencio.
Hakyeong siguió con lo que le interesaba.

—No puedes permanecer todo el día solo en casa. Y ya está todo dicho.

Min miró a Kangin, pero él no dijo nada. Leeteuk se dio cuenta de que debía estar pensando que era verdad que Min no podía pasarse el día sin nadie que se ocupara de él. Aquel era uno de los muchos problemas sin solución inmediata a los que tendría que hacer frente.

Pero Leeteuk la encontró.

—Escucha, yo estoy ahí al lado. Puedo cuidar de él como hacía Seyoung, desde la cafetería.

Hakyeong miró con indignación a Leeteuk. Si las miradas matasen, Leeteuk habría caído fulminado.

—¿Lo ves? —dijo Min, triunfal—. Teukie nos puede ayudar —miró a su hermano, con ojos esperanzados—. Me quedaré contigo, ¿verdad?

Kangin le volvió a apretar el hombro.

—Claro que sí. Somos una familia.

Pero Hakyeong no se daba por vencida.

—Disculpad, pero yo también soy parte de su familia y nosotros somos más adecuados como sustitutos de sus padres.

—Mira Hakyeong —intervino Kangin—, Min se quiere quedar conmigo y si Leeteuk nos ayuda nos las podremos arreglar.

Hakyeong le lanzó una mirada asesina, pero como no funcionó, sacó la artillería pesada.

—Vamos a hablar claro, Kim Kangin. No eres una persona capacitada para educar a un niño.

Min quiso intervenir furioso, pero Kangin lo detuvo.

—Shh… —y después mantuvo a Hakyeong su mirada asesina y le habló con tanta suavidad como siempre—. No vayas demasiado lejos, Hakyeong.

—Por supuesto que voy a ir lejos. Tan lejos como tenga que ir.

Kangsoon, que parecía nervioso, dio un paso adelante.

—Querida, tal vez nosotros…

Hakyeong le lanzó una mirada asesina.

—Cállate Kangsoon. Todo esto tengo que decirlo. Es una total insensatez, Kim Youngwoon que pienses que puedes hacerte cargo del hijo de mi hermano. Te advierto que…

Pero Kangin ya había oído bastante.

—Basta ya. Largo de aquí.

—No pienso dejar que arruines la vida de este niño.

Kangin dio un paso adelante.

—He dicho que fuera de aquí.

—Eres una criatura muy desagradable. Un irresponsable…

Kangsoon se puso en medio de Kangin y Hakyeong y agarró a su mujer por un brazo.

—Hakyeong, nos han pedido que nos marchemos.

—No me toques —le golpeó las manos—. Tengo obligaciones para con el hijo de mi hermano.

Kangin no dijo nada, solamente avanzó hacia Hakyeong.

Ella dio un respingo, y se dirigió hacia la puerta a toda prisa con Kangsoon a sus talones. Una vez allí no pudo resistirse a proferir una amenaza.

—Ya nos veremos.

Kangsoon la hizo bajar las escaleras del porche. Leeteuk cerró la puerta y apoyó la frente contra ella una vez la hubo cerrado, pensando que nunca se había sentido más aliviada de ver marchar a una persona.

—Gracias —dijo Kangin.

Leeteuk se volvió a mirarlo y sintió que algo muy cálido le recorría el cuerpo al ver toda la gratitud que reflejaban sus ojos.

—¿Y para qué son los amigos?

Sungmin miró a Kangin.

—No quiero ir con ella. No podría soportar estar a su lado. Todavía me acuerdo del modo en que trataba a mamá, como si no fuera lo bastante buena para estar casada con su precioso hermano. Además, sé que no le importo en absoluto. Lo único que pretende es que tú y yo no estemos juntos.

—No puede hacer nada —dijo, Kangin.

—Pero dijo que…

—No le des más vueltas, Min. Con Leeteuk cuidándote durante el día está todo arreglado.

—¿Estás seguro?

—Por completo. Y ahora ya tenemos bastantes preocupaciones como para seguir pensando en la tía Hakyeong.

Min cerró los ojos y suspiró.

—Espero que tengas razón.

         —Tengo razón, así que deja de preocuparte.

15 comentarios:

  1. rosaliehale:
    Ashhh por qué toda esa gente y el policia tratan a Kangin como si fuera un asesino,él no mato a su mamá!!!
    Me moñlesta un poco que Leeteuk piense que fue su culpa el no poder salvar a la mama de Kangin por estar entreteniendolo o demorando su encuentro, son cosas que pasan, si debes morir en un momento exacto en ese momento mueres y ya, son hechos que no se pueden alterar cdreo yo, aunque si concuerdo con él en que se estaba quejando y llorando por tonterias en el momento en que llego Kangin a su casa.
    No quiero que vieja bruja de la tia de Kangin se quede con Min, se me hace que es una persona super mala y Sungmin tiene razon a ella no le importa el bienestar del pequeño sólo quiere separarlos.
    Muchas gracias por la actu =)

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  2. He escrito al menos dos comentarios y ninguno llego a tu blog supongo que ahora me es mas difícil, pero bueno igual te seguiré escribiendo para agradecer que me enviaras un MP
    Ame esta adaptación y creo que esta historia me ha hecho revaluar mis parejas de suju, gracias nuevamente por tu mensaje y te sigo en estas aventuras, por cierto me gusto el capitulo!!
    Por cierto soy dinna rex ...

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  3. Pobre KangIn que difícil situación la que está pasando, perder a su mamá tan repentinamente, luego tener que decirle a su hermano pequeño lo que pasó y para colmo la presencia de esa tía desalmada que en lugar de ayudar lo único que quiere es hacer sufrir mamá KangIn y a Min, al menos Teukie está con ellos apoyándoles y ofreciéndoles su ayuda.

    Ojalá las cosas no empeoren aunque con esa tía tan mala.

    En fin, gracias por el Mp y por el cap, actualiza pronto por fa.

    Cuídate...Bye ^^

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  4. pobre kangin todos tratándolo tan mal cuando lo que mas necesita es apoyo ya que perdió a su madre y debe hacerse cargo de min........menos mal que esta teukie para ayudarlo y espero que a partir de este las cosas empiecen a cambiar para mejor entre ellos .....
    gracias por el mp
    cuídate ^^

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  5. Hola unnie yota *-*
    esta muy linda la historia y la trama es increible
    gracias por el mp
    leo todas tus adaptaciones pero algunas no las he podido comentar
    pero es porf alta de tiempo mianhe

    saranghae <3 komawo

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  6. Aaaa qe triste u.u probres min y kangin menosmal tienen a teukki para q los ayude...
    Ya estaaban lo suficientemente mal para qmas ensima llegara esa vieja loca a molestar ojala no se le ocurra nada estupido...

    gracias por el MP espero seguir leyendola n.n x`D

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  7. *************
    hola...!!!!

    u.u pobre kangin me da penita...ahora es donde mas apoyo nesecita el pobre ta triste...pero que bien que teuk omma esta ahi para ayudarlo awwwwww hacen tan linda pareja

    continualo unnie y gracias por el MP bye bye ^_^

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  8. Me encanto pobre de kagin su mama murio maldita gente como lo pueden tratar asi ni que fuera un delicuente y ahora para colmo ka bruja de la tia se quiere llevar a min pero ni kagin ni teukie ko permitieron pero me imagino que no se va quedar con los brasos crusados
    Gracias YOTA por el MP nos leemos en la siguiente actualisacion te cuidas mucho kiss kiss
    Att Eidenelf

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  9. Nooooooo! por que tuvo que morir seyoung! U.U pobre kangin y sungmin y para colmo les cae la tía encima, que sencillamente no me da buena espina ojala y la boten de una buena vez! y por lo que se ofreció leeteuk estos van a caer muy rápido xD... ya los quiero ver juntos.
    me da mucha pena sungmin que esta pasando por esto muy chiquito U.U
    nos vemos en el próximo capítulo si?
    hasta luego ♥

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  10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  11. Ay! algo me dice que la tía esa tiene mucho que ver con la muerte de Seoyoung.
    Aww mi vida Teukie todo tímido... es una verdadera pena que haya muerto.
    Oh dios, pobre pequeño Min :o
    Aww esa bruja no los puede separar, claro que no lo hara.
    Gracias por el aviso, espero el siguiente.
    Un saludo, que estés bien :D

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  12. Maldita mujer pobre mapachitooo, espero que teukkie los apoye y algo nacera, los sentimientos me muero por el proximo capitulo,es fantasticooo, Yota gracias por MP talvez esta tipa tiene sentimientos por Kagin, fresca.

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  13. waaaaaaaaaaa

    pobre kangin sufre la perdida de su mama y luego llega esa tipa tratando de separarlo de su hermanito ¬¬ aish que se cree mmmmmm espero que no trate de hacerles nada malo, lo bueno es que tienen a leeteuk con ellos para apoyarlos y ayudarlos ^^

    espero el prox cap ^^

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  14. pues llegue, lo lei en cuanto me mandaste el mp, el problema es que como en el trabaj no se utiliza "inter" no pude comentar rapidamente, me gusto mucho, me da una pena por kangin, y mi min sufrira el pobre sin mami, espero actualizacion y un pronto kangteuk!!

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  15. Vampire13 tarde pero segura ^^^

    Hola nonna dios en verdad amo tu blog y que decir de tus trabajos en particular sabes que amo el kangteuk con el alma aun así amo en verdad tus trabajos ya sean sichul o eunhae <3 <3 <3... si lo siento me perdí ok
    T_T no conocimos mucho de la señora mama de kangin y Min pero aun así dolió solo de imaginar la escena me puse a llorar *abrazo a kangin... también Sungmin* lo malo que eso es solo el comienzo de todo en parte se que esto llevara a Teukie a los brazos de Kangin, pero ODIO CON DEMENCIA A LA TÍA y apenas acaba de salir... se que ello podrán superar esto y más ya huele amor en el aire, bueno para mi si je je je

    Nonna gracias por seguir haciendo esto y darnos a conocer tu trabajo que es esperado con gusto ^_^

    Saludo

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...