Siwon
vio como Heechul salía de la pista de baile en una rápida caminata. Era obvio
para él que realmente quería correr, pero estaba tratando de no llamar la
atención, y fallando miserablemente. Se alejó de Pengyu, el joven que lo había
invitado a bailar.
—Lo
siento, Pengyu, pero tengo que irme. —Siwon se dio la vuelta antes de que él
pudiera decir nada a cambio.
Fue
cortado de ir en pos de Heechul cuando Donghae y Teuk se pusieron delante de
él, con las manos en sus caderas y los ojos entrecerrados.
Ellos
no estaban contentos con él.
—Tengo
que hablar con él —les dijo, sabiendo que ellos habían visto toda la escena en
la pista de baile.
—¿Por
qué? —le desafió Donghae, e hizo al lobo en Siwon tensarse—. ¿Para que puedas decirle
cómo no deseas seguir estos sentimientos entre ustedes? ¿Para que puedas
coquetear con él sólo para decirle que no estás interesado? ¿¡Para que puedas decirle
que no mire a otra parte aun cuando tú no lo quieres!? —Donghae estaba echando
humo para el final de su discurso.
—¡SÍ
LO QUIERO! —gruñó Siwon.
Todo
el mundo alrededor de ellos se quedó en silencio y Siwon se percató que sus
colmillos habían bajado. Él respiró hondo varias veces y se recompuso.
Kangin
se acercó y miró a Siwon y luego a las chicos.
Una
vez en el camino de entrada, Siwon se volvió hacia Donghae.
—Me
disculpo por elevar mi voz en ti, yo sólo… —Siwon no quería desnudar su alma
con Donghae, o Teuk, o Kangin.
Él
quería a Heechul. Quería decirle que casi desgarró su corazón cuando lo miró
como si él lo hubiera traicionado cuando tomó a Pengyu en sus brazos. Quería Decirle
que su piel picaba en contacto con otro y que tomó todo en él no empujar lejos
a Pengyu.
Quería
hacerle entender que se estaba volviendo loco viéndolo tocar a otros machos.
Pero no había señales de apareamiento. Los Alfas los considerarían
desacoplados, y eso hacía para los dos el juego justo.
La
mayoría de los Alfas no permitían que miembros de la manada confraternizaran
con alguien con quien no estaban emparejados. Ellos no le veían sentido. Por lo
que su argumento sería que si él y Hee se perseguían entre sí, sin signos de
que fueran verdaderos compañeros, entonces podrían estar restringiendo al otro
de encontrar a su verdadero compañero.
Siwon
no había estado en El Encuentro ni por doce horas y ya sabía que no sería capaz
de hacer esto.
—Siwon,
tal vez sólo deberías darle un poco de tiempo —le decía Teuk, sacándolo de sus
pensamientos. Pero sabía que si dejaba a Heechul pensar en esto toda la noche
no iba a calmarse. No, tenía que hablar con él.
Ahora.
—Lo
siento, Teuk, pero tengo que discrepar. El tiene que escuchar lo que tengo que Decir.
Siwon
caminó alrededor de un desconcertado Teuk, y más allá de Kangin y Donghae.
Subió las escaleras de dos en dos, moviéndose en silencio hacia la habitación
de Heechul.
Él
no sabía realmente lo que iba a decirle. Lo único que sabía era que de alguna
manera tenía que suavizar esto. Llegó a su puerta y no se molestó en llamar, se
imaginó que estaba acostumbrado a estas alturas y le encantaba ver la chispa en
sus ojos cuando se molestaba con él al respecto.
Sin
embargo, cuando Siwon entró en su habitación, Heechul no se veía por ningún
lado. Se acercó a su armario y suavemente tocó, pero no hubo respuesta. Él
abrió la puerta para encontrar que estaba lleno de ropa, algunas que incluso a
primera vista podía decir que no le iba a gustar que Heechul usase en público,
pero él no estaba allí.
Dio
un paso atrás y se debatió sobre si debía esperar o ir en busca de él. Decidió
que iba a ir a buscarlo cuando la puerta se abrió y él entró.
Ambos
se congelaron cuando sus ojos se encontraron, y Siwon juró que su corazón iba a
salírsele de su pecho.
—Siwi
—comenzó.
—Ven
a dar un paseo conmigo —lo interrumpió Siwon y se sorprendió a sí mismo por su
invitación a la vez.
—¿Qué?
—preguntó él, claramente confundido por su petición.
—Por
favor. —Siwon dio un paso hacia Heechul.
Él
pensó que era una buena señal que no diera un paso atrás, por lo que continuó
moviéndose. Cuando llegó a su lado lo tomó suavemente del brazo y lo metió en
el suyo.
Caminaron
en silencio, no sabiendo ninguno muy bien por dónde empezar. Siwon lo llevó al
jardín interior del que estaba seguro que él no sabía nada al respecto, pero
sentía que realmente le gustaría. Él abrió la puerta y le indicó que entrara.
No quedó decepcionado por su respuesta.
Hee
entró en la habitación mientras Siwon sostenía la puerta. No sabía por qué
había aceptado su invitación a caminar con él. Sí, Hee. Sólo sigue mintiéndote
a ti mismo si te ayuda a dormir mejor por la noche, se reprendió.
Hee
no pudo evitar la respiración que se escapó de sus pulmones mientras entraba en
lo que parecía un mundo completamente diferente. Había plantas por todas
partes: plantas altas llenas de hojas grandes, pequeñas plantas con flores
delicadas que florecían en todos los colores que puedas imaginar. Había incluso
hierba, gruesa y afelpada hierba de color verde oscuro.
Había
un camino de grava que serpenteaba por el jardín interior y se perdía de vista
cuando la vegetación se lo tragaba. Siguió por el camino, curioso sobre a dónde
lo llevaría. Podía sentir los ojos de Siwon sobre él mientras lo seguía, pero
no se molestó en mirarlo.
Hee
se sentía como un niño en una tienda de dulces. Volvió la cabeza de lado a
lado, tratando de absorber cada pequeña cosa. Fue por una curva y allí, en el
centro había una glorieta con un columpio que colgaba del centro de la misma.
Había profundas vides verdes que crecían alrededor de la glorieta,
sosteniéndola como el abrazo de un amante.
Siguió el camino hacia los escalones de la glorieta y los subió. Finalmente se
dio la vuelta y se enfrentó a Siwon mientras se sentaba en el columpio. Siwon
subió lentamente los escalones y la mirada de sus ojos hizo que Hee se sintiera
como una presa.
Se
estremeció y notó sus labios levantándose un poco, tan suavemente. Bola de
pelos creída, gruñó interiormente.
Él
se sentó en el columpio y las siguientes palabras que salieron de su boca, lo
dejaron sin aliento.
—Te
quiero.
Hee
dejó de respirar. No por elección, simplemente no podía. Era como si sus
palabras hubieran volteado un interruptor en él y todo lo que requería el
cerebro para funcionar sólo se apagara.
—Heechul.
—Su nombre en sus labios, la intensidad en su voz hizo que lo mirara—. Respira,
Heechul.
—No
entiendo, Siwon.
—Yo
tampoco —admitió él—. Lamento si mi baile con Pengyu te hizo daño.
La
boca de Hee se tensó ante el nombre del otro joven en sus labios.
—No
tengo ningún derecho a estar herido. —Hee trató de actuar como si no le
importara, pero luego decidió que no iba a hacer esto. No iba a jugar, no con Siwon—.
Está bien, dolió. —ladeó su cuerpo para estar más de frente con él—. En mi
mente sé que no debería importarme con quién bailas. En mi mente entiendo que
no tengo ningún derecho sobre ti, ¿de acuerdo? Honestamente, lo sé. Pero,
maldita sea si a mi corazón podría importarle menos lo que mi mente está
diciéndole.
Hee
sabía que corría el riesgo de sonar como un niño necesitado, pero era el primer
día de la semana infernal y si iban a llegar al día siete en una sola pieza,
entonces era el momento de poner todo en la mesa. Empezó a continuar, pero Siwon
lo detuvo con un dedo en sus labios.
—Necesito
que sepas esto porque cuando me ves tocar, bailar, o hablar con otro joven,
necesito que te recuerdes a ti mismo lo que he dicho, te quiero a ti. — Siwon
pausó y tomó aliento.
Había
decidido durante el paseo desde su habitación hasta el jardín que él sólo iba a
ser honesto, sin contenerse más, ya sin tratar de lidiar con eso. Era demasiado
viejo para dejar las cosas al azar y a pesar de sus temores sabía que no iba a
dejar la seguridad de Heechul en manos de otro
—A
pesar de lo que sentimos el uno por el otro, los Alfas están en busca de signos
de apareamiento. Lo más parecido que tenemos a eso es la fuerte atracción que
ambos sentimos y la forma en como hueles.
Hee
se sacudió.
—¿Yo
huelo?
Siwon
rió.
—No
de mala manera, te lo aseguro. —Sonaba un poco decepcionado por este hecho.
—¿Quieres
que huela mal? —Frunció el ceño. Heechul realmente no sabía a dónde iba él con
esto.
Siwon
se inclinó hacia él y apretó la nariz en la carne de su cuello y respiró hondo.
Escalofríos estallaron por toda la piel de Hee y trató, sin éxito, con
suavidad, no hiperventilar ante su proximidad.
—Tu
aroma es embriagador para mí —gruñó Siwon cuando él se apartó a regañadientes—.
Las parejas tienen un cierto aroma que sólo huelen el uno del otro. Yo sólo
acabo de darme cuenta que tu olor cambió, se hizo más fuerte. ¿Tengo un olor para
ti? —preguntó Siwon con curiosidad.
Hee
podría haber detenido el rubor que se filtró en sus mejillas casi tan bien como
podría detener un tren de carga con sus propias manos.
—Como
a madera, y picante —admitió. Siwon quedó pensativo.
—Hmm,
interesante.
—¿Estás
diciendo que los Alfas no nos permitirán optar por salir de El Encuentro sólo a
causa de la atracción del uno al otro? —preguntó.
—Así
es. —Siwon se apoyó en el columpio y pasó el brazo por el borde. Sus ojos se
sintieron atraídos por la espalda casi desnuda de Heechul y su mente no pudo
dejar de imaginar sus marcas en su piel hermosa y pálida. Antes de que supiera
lo que estaba haciendo, estaba trazando un patrón en su espalda suavemente con
la punta de su dedo.
Hee
se congeló cuando sintió la punta del dedo caliente de Siwon en su espalda. Él
está tratando de matarme, decidió. Él debe suponer que si sólo me tortura hasta
la muerte entonces estaré fuera de la foto y zas, problema resuelto… aunque la
muerte por Siwon no suena tan mal en este momento. Hee resopló ante sus
pensamientos, pero por suerte Siwon no detuvo los patrones en remolino de su
dedo.
—Así
que, lo que te estoy diciendo, Heechul. —La voz de Siwon era profunda y ronca—.
Es que quiero ver a dónde va esto entre nosotros. Quiero llegar a conocerte
mejor y pasar tiempo contigo. Pero ambos vamos a tener que soportar que el otro
esté en compañía de más de un pretendiente. Hasta ahora, ambos hemos demostrado
que es más que difícil para nosotros.
Hee
cerró los ojos. La combinación de su voz profunda y su dedo haciendo patrones
en su espalda era una auténtica tortura. Exquisita, perfecta, maravillosa
tortura. Oyó sus palabras, pero no pudo reconocerlas en el momento.
—¿Heechul?
—Su nombre fue casi un susurro en sus labios.
—¿Hmm?
—Su cabeza se sintió adormecida alrededor de su cuello hasta que la giró de
vuelta hacia atrás para mirarlo—. Si quieres que yo sea capaz de mantener
cualquier intento de conversación inteligente contigo, entonces vas a tener que
dejar de hacer eso.
—¿Dejar
qué, mi
pequeño lobo? —le preguntó mientras seguía tocándolo.
Hee gruñó y se levantó de un salto. Se volvió
a mirarlo, pero no estaba enfadado.
—Entonces,
¿qué hacemos?
—Creo
que ustedes los americanos lo llaman enrollarse. —Siwon levantó una ceja hacia Heechul.
—¿Realmente
quieres ir ahí de nuevo? —bromeó Hee—. Sería más que nada pasar el rato, B.
Enrollarse tiende a implicar una participación más física, si entiendes lo que
digo.
—Considéralo
captado. —Le guiñó un ojo, lo cual sólo tuvo éxito en causar que su corazón
casi se detuviese.
Qué
mal estoy, pensó Hee para sí mismo.
—¿Así
que pasamos el rato, hablamos y vemos qué pasa? —le preguntó mientras se
apoyaba contra un poste en la glorieta.
—Suena
bastante correcto. —Siwon se puso de pie y se acercó a él. Dejó poco espacio
entre ellos. Un poco más hubiera sido mejor para la comodidad de Hee, pero
trató de actuar como si no le molestara.
—Voy
a pedir algo de ti, Heechul —le dijo con seriedad.
—Estoy
escuchando. —Hee levantó la barbilla y le dio toda su atención.
—Mi
lobo no está lidiando bien con la idea de otros cerca de ti, tocándote. Yo
entiendo que no hay manera de evitarlo, pero él no. Para todos los efectos, él
te ha reclamado como suyo, las señales de apareamiento se pueden joder para él.
El
aliento de Hee quedó atrapado ante su declaración.
—Así
que, lo que estoy pidiendo es, a falta de un término mejor, seguridad en tus… —Siwon
buscó la palabra correcta. Heechul se le adelantó, como solía hacer.
—¿Intenciones,
intereses, atracción? —Hee sonrió, tendía a irse por la borda en cuanto a
vocabulario cuando estaba nervioso, lo cual estaba. Nervioso, eso es.
—Todas
las anteriores.
—Está
bien. Así que, si rasco tu espalda, tú rascas la mía, ¿no?
La
cabeza de Siwon se ladeó mientras se acercaba aún más. Hee se dio cuenta que
había desatado un monstruo con su coqueteo descarado. La pregunta ya no era si Siwon
podía manejar lo que él le ofrecía, sino si él iba a sobrevivir a lo que Siwon volcaba
en él.
Si
fuera honesto consigo mismo diría que todavía no sabía la respuesta a esa
pregunta. Pero, ¿dónde está la diversión en ser honesto con uno mismo?
—Asumo
que esto significa que necesitas la misma seguridad por mi parte.
Siwon
puso las manos en sus caderas y lo empujó lejos del poste y cerca de él. Hee
jadeó mientras sus manos se posaban en el pecho de él. Su respiración se
aceleró y vio sus ojos seguir sus movimientos mientras se lamía los labios.
¿Va
a besarme? ¿Estoy listo para que me bese? Hee se rió de la pregunta.
—Me
gustaría que la respuesta a eso fuera no —le dijo—. No me gusta ser el joven
pegajoso e inseguro.
Siwon
rió y sintió el rumor vibrar a través de sus manos directamente a su alma.
—Tú
eres cualquier cosa menos pegajoso e inseguro, Heechul. ¿Misterioso, confiado,
jugueton, hermoso, demasiado sexy para tu propio bien? Por supuesto. Pero nunca
pegajoso o inseguro.
—¿Estás
tratando de acumular puntos, lobo?
—¿Está
funcionando?
—Nunca
lo voy a admitir. —le guiñó un ojo.
Él
apretó sus caderas una vez con sus fuertes manos y lo miró a los ojos.
—No
dudarás en ningún momento de mis intenciones o interés en ti. ¿Queda claro?
—Cristalino
—dijo con aire ausente mientras miraba sus ojos comenzar a brillar. Tomó todo
en él, para no agarrar la parte delantera de su camisa y tirar los labios de
Siwon a los suyos. Siwon debió haberlo visto escrito en toda su cara.
Él
levantó una ceja en un desafío silencioso.
No
iba a ser quien diera el primer paso, no con su lobo. Siwon rió entre dientes y
para su gran decepción, dejó caer las manos y dio un paso atrás.
—Supongo
que debería acompañarte de regreso a tu habitación —le dijo mientras él, una
vez más, metió su mano en su brazo y comenzó a caminar por los escalones.
Hee
sonrió.
—¿No
quieres volver y bailar?
Siwon
lo miró por el rabillo del ojo.
—Creo que ambos hemos soportado lo suficiente
por esta noche. ¿No lo crees, mi
pequeño lobo?
—Oh,
vamos, B. ¿Seguramente no eres de los que huyen de un poco de emoción? —se
burló.
—Estar
cerca de ti es más que suficiente emoción para mí, te lo aseguro.
Hee
se sonrojó. Bueno, eso sólo va a tener que parar. No voy a desmayarme, gruñó en
su mente.
Siwon
se rió entre dientes, como si pudiera escuchar su monólogo interior. Lo más
loco es que quería que él oyera su diálogo interior tanto como quería que él
finalmente lo empujase hacia él y lo besase sin sentido. ¡Oh, cómo han caído
los valientes! Hee se rió de sí mismo.
Siwon
lo dejó en la puerta, pero antes de irse él lo atrajo, envolviéndolo en un
abrazo apretado. Metió la cabeza en su cuello y respiró hondo.
Hee
dejó escapar un suspiro de satisfacción. Si esto era lo que Teuk experimentaba
cuando Kangin lo abrazaba, no sabía cómo dejaba que lo soltara.
—¿Estás
pensando en tomar una ducha esta noche? —le preguntó él, tomándole fuera de
guardia completamente.
—Moviéndonos
un poco rápido, ¿no?
Siwon
realmente se sonrojó.
—Estoy
siendo egoísta y un poco cauteloso, en realidad —explicó.
—¿Y
qué tiene que ver que tome una ducha con eso?
—¿Has
notado lo mucho que Kangin toca a Teuk? ¿Especialmente antes de que fueran
vinculados?
—¿Cómo
no notarlo? Estaban unidos por la cadera. Bueno, cuando Teuk no estaba siendo
disputado o secuestrado, eso es.
—Recuerda
que no somos humanos, Heechul. Cuando te toco, porque hay una cierta cantidad
de atracción entre nosotros, y debido a que mi lobo te ha reclamado, dejo mi
esencia en ti. Es como una especie de tarjeta de presentación a otros machos.
Te abracé tan cerca para poner la mayor cantidad de mi olor en ti como sea
posible sin… —se aclaró la garganta antes de terminar—, ponernos más físicos.
Hee
hizo un movimiento de “ahh” con la boca. Entonces su cabeza se inclinó hacia un
lado.
—¿Yo
dejo un rastro en ti?
Siwon
sonrió.
—Al
igual que mi propio perfume personal —bromeó.
—¿Así
que quieres saber si voy a tomar una ducha porque va a lavar tu olor?
—Eso
es correcto.
—Realmente
me gustaría —admitió a regañadientes, porque a decir verdad, le gustaba la idea
de tener el olor de Siwon rodeándolo.
Siwon
lo soltó. Puso dos dedos debajo de su barbilla y le levantó el rostro para
mirarlo.
—Entonces
vendré a verte temprano antes de ir a desayunar. No podemos ser vistos
demasiado interesados en el otro. Aunque Junjin lo entienda, los otros Alfas
no.
—Entendido.
¿Así que entonces te veré por la mañana?
Siwon
asintió.
—Que
duermas bien, Heechul —dijo mientras levantaba su mano y suavemente pasó el
pulgar por sus labios, casi como si estuviera imaginando lo que se sentiría si
lo besaba. Hee quería retarlo a que lo descubriera, pero en lugar de eso
sonrió. Gran oportunidad.
Siwon
sonrió mientras lo dejaba mirándolo como un enamorado adolescente.
—Eso
es lo que eres, tonto —murmuró mientras se giraba y entraba en su habitación.
Un momento! Paren el tren(?)
ResponderEliminarHee escucho el último pensamiento de Siwon!?!??
Que bonitos niños,así me gusta verlos,que hablen para que puedan saber bien lo que siente uno y lo que siente el otro. No niego qie el drama le pone el sazón a la historia,pero hay veces que hablar también lo hace intesante.
ResponderEliminarDe nuevo se pusieron "condiciones",a ver cuanto tardan en romperlas...lo bueno es que Hee ya sabe por experiencia propia lo que Siwon siente en relación a Hee cerca de otros.
Par de bobos....*0