La cabaña estaba llena de Cazadores Oscuros. Celebraban
algo mientras un fuego resplandeciente atronaba en la chimenea. Había abundante
comida y bebida mientras reían, bebían, y hablaban entre ellos como hermanos.
Una familia.
Ryeowook no reconoció a ninguno de ellos, excepto a Shindong.
Pero era obvio que Yesung los conocía a todos.
Apretando el puño, se apartó de la ventana y se encaminó
a la puerta principal de la cabaña.
Yesung golpeó ferozmente.
—Déjenme entrar —demandó.
Un hombre alto abrió la puerta. Vestía una chaqueta negra
de motociclista de cuero, con símbolos célticos rojos en ella. Sus ojos café
oscuros eran desdeñosos y sostenían una mirada sumamente desagradable en su
cara hermosa.
—Nadie te quiere aquí, Yesung.
El hombre trató de cerrar la puerta.
Yesung afirmó una mano contra el marco de la puerta y la
otra contra la puerta a fin de poder evitar que el hombre lo dejara fuera.