Devil´s Heart (DH4)- 15




Ryeowook se despertó por una explosión. Su falta de vista momentáneamente lo dejó estupefacto hasta que se percató que había sido sacado de su sueño narcotizado. ¿Si no, cómo?

Ambos, Yesung y él debían dormir al menos otro día más. Podía decir por los sonidos y la posición vertical de su cuerpo, que ya no estaba en la cama.

Se sentía como en el coche de alguien.

—¿Yesung? —preguntó con vacilación.

—No, señor –dijo una profunda voz con un arrastrado acento sureño. —Mi nombre es Jongjin.

Su corazón martilló.

—¿Dónde esta Yesung? ¡N!

Una mano tocó su brazo confortantemente.

—Tranquilo, querido. Todo va a estar bien.

—¿En dónde está mi lobo?

Por la forma en que el aire frente a su cara se movía, podía decir que Jongjin estaba moviendo su mano a pocos centímetros de la punta de su nariz.

—Sí, soy ciego —dijo irritado.

—Dígame donde esta N.

—Es la cosa peluda a sus pies.

Ryeowook dejó escapar un pequeño suspiro de alivio, pero eso era sólo la mitad de su preocupación.

—¿Y Yesung?

—Lo dejamos atrás.

—¡No! –dijo, su corazón martillando otra vez. —Se supone que no debo dejarlo.

—No tuvimos otra...

Ryeowook no escuchó el resto de su declaración. Estaba demasiado ocupado tratando de abrir la puerta del coche.

Una mano firme la jaló hacia atrás.

—Whoa, señor, qué lo que estoy haciendo aquí es peligroso. Tengo que llevarlo lo mas lejos que pueda de la cabaña. Confíe en mí, si alguien puede manejar esto, es Yesung.

—No, no puede –dijo, tratando de ponerse de pie. —Tengo que regresar con él. Si alguien se entera que no estoy con él, entonces está muerto. ¿Entiendes?

—Señ...

Apartó su mano.

—Thanatos será enviado tras él. Tengo que regresar.

—¿Usted sabe de Thanatos?

Ryeowook extendió la mano, tratando de encontrar la boca de Jongjin para tratar de tocar colmillos.

Él esquivó su mano.

—¿Trabaja para Shindong? —preguntó.

—¿Lo hace usted?

—Contéstame. ¿Es uno de sus… hombres?

Él vaciló antes de contestar.

—Sí.

Ryeowook suspiró de alivio. Gracias a Zeus por los pequeños favores.

—Soy el juez de Yesung. Si lo dejo sin acompañante entonces Artemisa llamará a Thanatos para matarlo.

—Odio darle la noticia. Ella ya lo hizo. Justamente los dejé a los dos en su casa para el altercado.

La cabeza de Ryeowook daba vueltas. ¿Cómo podía ser eso?

—¿Está seguro que era Thanatos?

—Eso es lo que él dijo y después de la forma en que eliminó a uno de nosotros, yo tiendo a creerle.

Ryeowook se sintió enfermo por las noticias. Esto no podía estar ocurriendo. ¿Por qué Artemisa violaría el acuerdo?

Sabía que Artemisa había estado ansiosa por un veredicto, pero así y todo...

—Debe llevarme de regreso. Yesung no lo puede matar. Ninguno de ustedes puede.

—¿Que quiere decir?

—Sólo Shindong tiene el poder de matar a Thanatos. Sólo Shindong. Ninguno de ustedes tiene una posibilidad en contra de él.

Jongjin maldijo.

—Bien. Aférrese y pido a Dios que usted este equivocado, señor.

Ryeowook sintió a N moviéndose mientras Jongjin giraba el coche en un movimiento que le recordaba a un juego de parque de diversiones.

—Shhh, N –dijo, agachándose para tocarlo y apaciguarlo.

—¿Dónde estamos? ¿Qué sucedió?

Lo sintió moverse ligeramente para contemplar a Jongjin. Dejó escapar un gruñido bajo.

—¿Y quién diantre es este refugiado de Por un Puñado de Dólares?

—Él es un amigo. Así que sé agradable.

—¿Agradable? Bien. No lo morderé. Por ahora —. N se echó apenas para atrás. —¿Por qué estoy en un camión? ¿Cómo llegue aquí? ¿Y por qué mi cabeza parece que esta a punto de explotar?

—Te drogué.

Ryeowook tuvo la clara sensación que N estrechaba sus ojos y descubría sus dientes.

—¿Tu qué?

Se sobresaltó ante la cólera en su voz.

—No tuve alternativa. Pero grítame más tarde. Tenemos un problema ahora mismo.

—¿Y es?

—Thanatos anda suelto. Y él ya va tras Yesung.

—Bien, el Dayslayer tiene gusto.

—¡N!

—No lo puedo remediar. Sabes que no me gusta esa bestia psicótica.

Suspirando, enterró la mano en el pelaje de N y usó sus ojos como suyos. Él trepó a su regazo a fin de poder mirar por la ventana.

Después de algunos kilómetros, reconoció el paisaje al acercarse a la cabaña. Pero lo que le asustó fue la vista de un enorme fuego a lo lejos.

Jongjin maldijo y aceleró.

Mientras se acercaban, vio su cabaña ardiendo. Había una sombra delante de ella, pero no podía decir si era Yesung o Thanatos.

Aterrado, contuvo su respiración, esperando que fuese Yesung el que estaba vivo. No fue hasta que Jongjin paró que pudo decirlo con seguridad.

Quedó débil por el alivio. Yesung estaba silueteado por el fuego. Soltando a N, abrió la puerta y corrió hacia donde lo había visto.

Ryeowook no tenía idea de cómo había sobrevivido a Thanatos o dónde estaba el Ejecutor. Todo lo que tenía importancia era acercarse a Yesung. Quería tocarlo, asegurarse que no estaba herido.

A mitad de camino, un espantoso grito masculino estalló en el aire. Ryeowook se deslizó hasta frenar, en tanto intentaba precisar de donde venía.

Escuchó la nieve crujiendo al lado suyo y asumió que era Jongjin, dirigiéndose hacia Yesung. N apareció desde atrás y olfateó su mano con su bozal.

No parecía haber venido de ninguno de ellos. Entonces de repente, hubo una explosión.

Se dejó caer en sus rodillas y usó a N para ver qué ocurría.

Su casa había explotado. Fuego y escombros se dispararon en el aire, mezclándose ominosamente con la aurora boreal.

Surgiendo del centro de los llameantes restos apareció Thanatos. Intacto, sin heridas.

Ni siquiera su pelo estaba chamuscado. Era una visión horrenda.

Yesung maldijo.

—¿No te mueres nunca?

Thanatos no contestó. En lugar de eso, se movió para pegar un puñetazo a Yesung que evadió el golpe y asestó uno de regreso.

Jongjin se movió hacia Ryeowook.

—Yo debo llevarlo...

Comenzó a correr antes que Jongjin terminara la frase.

—N –llamó. —Ataca.

—¡Al diablo! –dijo bruscamente N. —Puedo ser tu guardián pero esa es la mascota de Artemisa. No lo puedo matar. Tendría suerte de desconcertarle. Y tu sabes lo que las personas hacen a los lobos heridos… les disparan.

Ryeowook se aterrorizó. No podía ver. Solo podía oír los gruñidos del hombre peleando, el sonido de carne golpeando carne.

Alguien lo agarró y lo tiró al suelo, luego cubrió su cuerpo con el suyo.

—¡Detente! –dijo Yesung, enojado.

Comenzaron a rodar, luego lo levantó y lo llevó hacia adelante.

—¿Que sucede? –preguntó, mientras él lo hacía avanzar.

—No mucho —dijo él en un tono aburrido pero jadeante. —Un idiota invencible trata de matarme. Y tú se supone que no deberías estar aquí —, lo soltó.

—Sácalo de aquí, Jongjin.

—No puedo.

Yesung frunció los labios. Si él fuese capaz de afrontar la disminución de sus poderes, le habría pegado un porrazo a Jongjin por eso.

En lugar de eso, todo lo que podía hacer era formar remolinos alrededor para enfrentar a Thanatos que lo asechaba implacablemente.

—¿Qué ocurre, Yesung? ¿Estas asustado de morir?

Él bufó mientras empujaba a Ryeowook hacia Jongjin.

—Morir es fácil. Vivir es lo difícil.

Thanatos hizo una pausa como si las palabras lo cogieran por sorpresa.

Eso le dio a Yesung justamente la oportunidad que necesitaba. Jalando la daga Daimon de la funda oculta, dentro de su bota, se arrojó hacia adelante y la incrustó en el pecho de Thanatos, donde una mancha que parecía de tinta debería haber estado. Normalmente el golpe soltaría las almas humanas atrapadas dentro del cuerpo del Daimon. La fuerza de su salida usualmente era la suficiente para despedazar al Daimon, causando su desintegración instantánea.

Esta vez, no surtió efecto.

Thanatos arrancó la daga y se dirigió hacia él.

—No soy un Daimon, Dark Hunter. ¿No lo recuerdas? Fui un Apolita hasta que te encontré.

Yesung frunció el ceño.

Thanatos lo agarró por el cuello y lo mantuvo apretado.

—¿Recuerdas que asesinaste a mi esposa? ¿A mi villa, que destruiste?

Los recuerdos relampaguearon en su mente. Yesung no vio más que su propia villa. No, Un Momento. Él recordó algo...

El destello de un Daimon invencible, pero no era el hombre que estaba enfrentando.

Este tenía ojos brillantes, rojos. No, ése había sido alguien más.

Sus pensamientos regresaron a Nueva Orleáns. A...

¿Por qué no podía recordar?

Recordaba a Lee Sungmin en el cuarto del almacén con él mientras les decía a Dionisio y a Camulus que se metieran sus órdenes por el culo, y luego la siguiente cosa que recordaba era que dejaba a Shindong en la abarrotada calle.

Un relámpago pasó a través de su cabeza. Vio algo...

¿Era Shindong?

¿Era él mismo al que veía?

Yesung luchó para poner los recuerdos en orden.

Oh, jódete. El único recuerdo que necesitaba era éste. Golpeó con la rodilla a Thanatos, en la ingle.

El Daimon se dobló en dos.

—Muerto o vivo las pelotas todavía duelen cuándo son pateadas, ¿uh?

El Daimon siseó y maldijo en respuesta.

Yesung golpeó con sus puños la espalda de Thanatos.

—Si alguien tiene cualquier sugerencia de cómo matar a este tipo, soy todo oídos.

Jongjin sacudió su cabeza.

—No tengo dinamita. ¿Tienes algún explosivo?

—No conmigo.

 Thanatos se enderezó.

—Di muerto, Dark Hunter.

—Bien. Muerto, pero ¿por qué no tú? —. Yesung agachó su cabeza y lo embistió. Trabaron sus brazos y golpearon la tierra.

Thanatos se levantó sobre él y abrió de un tirón su camisa. De la forma que movía sus manos, Yesung podía decir que andaba buscando la marca del arco y flecha que Jongjin había mencionado.

—Sorpresa, estúpido, Mamá se olvidó de contarte algunas cosas sobre mí.

A lo lejos, Yesung oyó acercarse un motor. Oía el ronroneo sobre el sonido de Jongjin urgiendo a Ryeowook a irse y la negativa de Ryeowook mientras N ladraba y lo empujaba.

Repentinamente, una máquina de nieve vino volando en el mismo momento que Yesung se separaba de Thanatos.

—¡Agáchate, rápido!

Yesung no reconoció la voz, y en otro momento no hubiera obedecido, pero ¿qué diablos? Estaba cansado de que este Daimon le patera el trasero.

Golpeó la tierra y rodó del lugar mientras la máquina de nieve verde oscuro volaba encima de él. El hombre estaba vestido de negro con un casco negro. El recién llegado dio un patinazo para frenar y sacó una pistola.

Un destello de luz brillante atravesó la oscuridad. La llamarada golpeó a Thanatos en el centro de su pecho e hizo volar al Daimon.

Thanatos rugió.

—¡Cómo te atreves a traicionarme! Eres uno de los nuestros.

El hombre pasó una pierna sobre la máquina de nieve y recargó su brillante pistola mientras se dirigía hacia donde yacía Yesung todavía sobre la tierra.

—Bien –dijo él amargamente. —Deberías haberlo pensado antes de deshacerte del escudero —, el recién llegado disparó el arma y golpeó otra vez a Thanatos. —Él era el único de ellos al que podía aguantar.

El extraño alcanzó a Yesung y lo ayudó a parase. Se quitó el casco y se lo dio a Yesung.

—Toma al joven y vete. Apúrate.

Al minuto que cruzó la mirada del extraño lo reconoció.

Éste era el único Cazador Oscuro que él había conocido que era todavía más odiado que él.

—¿Tao?

El Apolita Cazador Oscuro asintió.

—Vete –dijo, volviendo a cargar. —Soy el único que lo puede mantener alejado, pero no lo puedo matar. Por el bien de Apolo, que alguien contacte a Shindong y le diga que el Dayslayer está suelto.

Yesung corrió hacia Ryeowook.

—¡No! —rugió Thanatos.

Yesung vio la explosión antes que dejase la mano de Thanatos. Guiándose por su instinto, se volvió hacia Spawn. Había evadido la explosión, pero había golpeado al lobo de Ryeowook.
El animal aulló, luego cambió de lobo a hombre y de vuelta a lobo.

Yesung se paró en seco al percatarse que la mascota de Ryeowook era un Were Hunter Katagari.

¿Ahora, por qué un joven ciego con un acompañante Katagari alojaría a un Cazador Oscuro perseguido?

—¿N? –llamó Ryeowook.

Jongjin corrió hacia el Katagari para mantenerlo cubierto mientras Yesung iba hacia Ryeowook.

—Tu were amigo fue destruido, joven príncipe.

El miedo revistió su frente.

—¿Está bien él?

Yesung lo alzó y lo llevó hasta Jongjin, luego maldijo en tanto se daba cuenta que Jongjin no podría cuidar de Ryeowook y el lobo a la vez. Después de una explosión de energía, el Katagari brillaría intermitentemente de una forma a otra por algún tiempo.

Jongjin luchaba para llevar al hombre lobo a la seguridad de su Bronco. Tan pronto como pudo, Jongjin partió.

Yesung puso el casco en la cabeza de Ryeowook.

—Parece que somos solo tú y yo, joven príncipe. Sin duda vas a desear que te hubiera dejado aquí con el Daimon.

Ryeowook vaciló ante la cólera y el odio que escuchó en el tono de voz de Yesung.

—Confío en ti, Yesung.

—Entonces eres un tonto.

Tomó su brazo y lo condujo lejos, por lo que Ryeowook ya no pudo escuchar a Tao y Thanatos.

Lo ayudó a subirse a la maquina de nieve. Esperó que la condujera lejos del sonido de la pelea. En lugar de eso, fueron hacia allí.

Ryeowook se cubrió la cara instintivamente mientras algo colisionaba cerca de ellos.

—Móntate –dijo Yesung bruscamente. —Apresúrate.

Sintió hundirse el asiento, luego se alejaron rápidamente de todo el ruido. El corazón de Ryeowook golpeaba mientras esperaba que alguna otra cosa ocurriera. Después de lo que pareció horas, pero que debieron de ser unos pocos minutos, Yesung detuvo la maquina de nieve.

Otra vez sintió movimiento en el asiento, como si alguien se bajara. Puesto que los brazos de Yesung todavía lo rodeaban, asumió que debía ser Tao.

—Gracias –dijo Tao. —Nunca esperé que Yesung de Moesia viniera a rescatarme.

—Ídem, Tao. ¿Desde cuándo los Daimons se oponen a los suyos?

La voz de Tao destilaba veneno.

—Nunca fui un Daimon, romano.

—Y yo nunca fui un jodido romano.

Tao rió amargadamente.

—¿Tregua, entonces?

Sintió a Yesung indeciso detrás de él.

—Tregua —. Yesung pareció dar la vuelta y mirar en la dirección de la que habían venido. —¿Tienes alguna idea qué es esa cosa que viene tras de mí?

—Creo que Terminator. La única diferencia es que él tiene la aprobación de Artemisa.

—¿Que quieres decir?

—Mi gente tiene una leyenda del Dayslayer. Dice que Artemisa escogió a uno de los nuestros para ser su guarda personal. Más amado que cualquiera de su gente, el Dayslayer no tiene vulnerabilidad conocida. Una vez que él es desatado, su meta es destruir Cazadores Oscuros.

—¿Me estas diciendo que él es el Hombre de la Bolsa?

—¿Dudas de mí?

—No. No después de lo que he visto.

Ryeowook oyó a Tao dejar escapar un largo suspiro.

—Oí que Artemisa había llamado a una cacería de sangre por ti. Creí que sería Shindong quien te mataría.

—Bien, confía en mí, aún no he sido ejecutado. Necesitarán más que esa cosa para vencerme —Yesung hizo una pausa. —¿Sólo por curiosidad, qué están haciendo todos ustedes aquí de todos modos? ¿Shindong llamó a una reunión y no me invitó?

—Joon vino porque estaba persiguiendo a un grupo de Daimons. Yo vine porque sentí el llamado.

—¿El llamado? –preguntó Ryeowook. Con toda sinceridad, sabía muy poco acerca de los Apolitas y Daimons. Ese era el dominio de Apolo y Artemisa.

—Es como un faro emitiendo luz –explicó Tao, —y es irresistible para cualquiera con sangre Apolita. Puedo sentir a Thanatos aún ahora gritándome. Creo que la única razón por la que puedo resistirlo es porque soy un Dark Hunter. Si no lo fuera… Digamos que estás a punto de experimentar un infierno, de un modo espeluznante.

Yesung se burló.

—Lo dudo. ¿Entonces, cómo lo mato?

—No puedes. Artemisa lo hizo a fin de que él pudiera rastrearnos y apresarnos. Él no tiene ninguna vulnerabilidad conocida. Ni siquiera la luz del día. Aún peor, él destruirá a cualquiera que trate de refugiarte.

Refugiarlo.

Otra vez, la mente de Yesung recordó su villa. A la anciana mujer que murió en sus brazos...

¿Qué estaba tratando su cerebro de decirle?


—¿Thanatos alguna vez vino tras de mí? —preguntó a Tao.

Tao se burló.

 –Todavía vives, así que obviamente la respuesta es no. Aun así...

Yesung se bajó de la maquina de nieve.

—Ten, lleva a Ryeowook y...

—¿No me has escuchado, Yesung? No lo puedo llevar. Thanatos lo matará por haberte albergado. Él estará muerto si lo dejas.

—Él estará muerto si se queda conmigo.

—Todos nosotros tenemos problemas y él es el tuyo. No el mío.

Ryeowook tuvo la clara impresión que Yesung tiraría por los aires a Tao.

—Ni en tu mejor día, griego –dijo Spawn confirmando su sospecha. Yesung se sentó otra vez en la maquina de nieve.

—¿Hey, Yesung? –preguntó Tao.— ¿Tienes un teléfono celular contigo?

—No, se perdió con la casa.

Ryeowook oyó los pasos de Spawn golpeando ruidosamente la nieve mientras regresaba a ellos.

—Toma esto y llama a Shindong cuando estés a salvo. Tal vez él pueda ayudarte con el joven.

—Gracias –el tono de la palabra fue más de beligerancia que de gratitud.

—¿pero qué vas a hacer sin teléfono y sin vehículo?

—Congelar mi trasero completamente —. Hubo una pequeña pausa. —No te preocupes por mí. Te aseguro que estaré bien.

Los brazos de Yesung lo rodearon otra vez. Lo escuchó encender el motor otra vez.

—¿Adónde vamos?

—A subir por un arroyo de mierda, sin remos.

—Bien, —Ryeowook dijo con un tono igual de sarcástico —espero que tengas un mapa. Nunca he estado antes allí.

—Confía en mí, lo conozco como la palma de mi mano. Estuve viviendo ahí la mayor parte de mi vida.

Inseguro si debía reír o gemir, Ryeowook se agarró rápido al tanque frente a él mientras Yesung aceleraba la máquina de nieve al máximo.



3 comentarios:

  1. Oh maldicion?, estas metidos en un gran lio sigo pensando que lo de la villa es responsabilidad es de Artemisa, hay algo muy raro en ese ataque que Yesung no recuerda y esta oculto para todos....gran capitulo que pasara cuando Yesung se entere de quien es Reywook.

    ResponderEliminar
  2. Si TAO que lindo ese joven si me gusta. La verdad ya quiero saber como yeye la gana a thanatos

    ResponderEliminar
  3. Y yo que pensé que Yesung ya se había desecho del maldito ese de Thanatos y resulta que ningún Dark Hunter puede hacerlo, menos mal que el otro cazador oscuro llego a ayudarlo, aunque ni así pueden matar a Thanatos. Me dio penita N al menos JongJin está con él y Wookie sigue con Yesung, claro que ahora que Yesung sabe que N es un were hunter supongo que va a querer saber porque está con RyeoWook.

    ResponderEliminar

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...