Sin apartar la
vista de su tarjeta de embarque, Heechul atravesó la atestada terminal. Miró el
reloj. Le faltaba casi una hora antes de tener que embarcar. No quería sentarse
delante de la puerta de embarque tanto tiempo. Con un suspiro, se dirigió a la
máquina de café emplazada al final del pasillo y se sirvió un café con leche.
Se dejó caer en
un asiento y bebió café mientras se decía que había hecho lo correcto. Si tenía
suerte, unas cuantas semanas le aclararían las ideas y le darían algo en lo que
concentrarse que no fuera la locura en la que se había convertido su vida.
Y tal vez
cuando volviera, sabría lo que iba a hacer con Siwon.
Escuchó las
conversaciones que la gente mantenía a su alrededor. Una atractiva pareja se
acercaba a la máquina de café, del brazo. El hombre sonreía mientras le
apartaba la melena rubia del cuello a la mujer y le besaba la oreja. La mujer
se apoyó en su pecho y sonrió. El brillo de sus alianzas indicaba que eran
recién casados.