—¿Qué haces?
Heechul, que
estaba sentado en el suelo del salón, dio un respingo antes de volverse hacia
la escalera. Siwon lo miraba desde el último peldaño, vestido tan solo con unos
vaqueros desgastados de cintura baja. Iba descalzo, tenía los ojos hinchados
por el sueño y el pelo,
alborotado como
si acabara de salir de la cama.
Heechul se
llevó una mano al pecho.
—Me has
asustado.
Siwon entró en
la estancia.
—¿Esperabas a
otra persona?
El sol de la
mañana se reflejó en su pecho desnudo. La imagen le provocó un hormigueo, ya
que recordó que había trazado esos músculos con los dedos y con los labios.
—¿Heechul?
Tras apartar la
vista de ese magnífico cuerpo, lo miró a los ojos y se percató de su expresión
socarrona.
—¿Qué?
—¿Estás bien?
—Perfectamente.
—Se volvió hacia el montón de revistas que había estado ojeando, y se mordió el
labio mientras se ponía colorado. Se suponía que el sexo saciaba los instintos,
en vez de convertir a las personas en adolescentes.
Siwon se sentó
en el suelo a su espalda, y estiró las piernas, que quedaron a ambos lados de
las suyas. Su cuerpo irradiaba calor. Heechul se estremeció, deseando que lo
tocara, deseando que esas manos lo acariciaran como lo hicieron la noche
anterior. Al sentir que lo aferraba de la cintura, inspiró hondo y sonrió justo
cuando lo besaba en la nuca.
Eso era lo que
deseaba. ¡Mmmm! Pero si seguían así, jamás acabaría de ojear las revistas.
—Esta es mi
camisa —comentó él al tiempo que introducía las manos bajo la tela—. La he
estado buscando.
El deseo hizo
que se su miembro despertara. Siwon le pellizcó un pezón, provocándole una
sensación abrasadora. Heechul tragó saliva.
—Lo siento. He
cogido lo primero que he encontrado.
Siwon rio entre
dientes y él sintió la vibración de su torso.
—¿En el
despacho? ¿Al otro lado del pasillo? Creo que aterrizó allí cuando me la
arrancaste anoche.
Heechul contuvo
una sonrisa al rememorar la noche pasada. Jamás se había mostrado tan agresivo
y tampoco sabía que pudiera ser tan apasionado. Cerró los ojos para disfrutar
de los mordiscos que Siwon le estaba dando en el cuello.
—Es suave. Y
huele de maravilla. Si la quieres, te la devuelvo ahora mismo.
—Pues sí
—murmuró él contra su piel. Una de sus manos descendió hasta una cadera y
siguió moviéndose hasta detenerse entre sus muslos—. No me gusta despertarme y
encontrarme
solo. Te quiero de vuelta en mi cama.
Sus dedos lo
acariciaron con exquisita suavidad. La excitación le provocó un escalofrío.
—Creo que es mi
cama, no la tuya.
—Un detalle sin
importancia. De todas formas, ¿qué haces aquí abajo?
Heechul
devolvió la mirada a las revistas esparcidas frente a él, e intentó no gemir mientras
cuando sus dedos le rozaban su miembro.
—No podía
sacarme la conversación con el doctor de la cabeza.
—princesa,
no...
—No, no es eso.
Dijo que recordaba haber leído algo en un artículo sobre el Tabofren. Siwon, yo
también lo he leído.
—¿Ah, sí? —Siwon
alejó la mano de su entrepierna y cogió una de las revistas.
Heechul intentó
no sentirse decepcionado por el hecho de haberlo distraído hasta el punto de
que dejara de acariciarlo. Al fin y al cabo, descubrir lo que le había pasado
era más importante que echar un buen polvo. Aunque en ese momento, o más bien
en cualquier momento, le parecía muchísimo más divertido un buen polvo.
—Sí. Lo
recuerdo porque me pareció un estudio pionero. Sé que está aquí, en algún lado.
—Arrojó la revista que había estado leyendo al montón del suelo y cogió otra de
la mesa auxiliar.
—¿Por qué
tienes todas estas revistas?
—Epickhigh
Publishing edita varias revistas científicas, incluyendo algunas médicas. De
vez en cuando las ojeo, si lo que llevan en portada me atrae. Sé que lo he
visto en algún lado. —Echó un vistazo por el salón. El suelo estaba lleno de
revistas. Ya había ojeado todas las que tenía en su casa. Se puso en pie—.
Tengo que ir a la editorial hoy mismo.
Siwon se
levantó.
—Ni hablar.
Nada más
mirarlo, se percató de la preocupación que asomaba a sus ojos. ¿Por qué tenía
la impresión de que le estaba ocultando algo otra vez?
—Siwon, no me
pasará nada. Puedo consultar la base de datos desde mi despacho de la
editorial. Así encontraré el artículo que estoy buscando. Necesito encontrarlo.
—No quiero que
vayas. No hasta que sepamos quién está detrás de todo esto.
Discutir sobre
el tema no iba a ayudarlo. Siwon era un hombre testarudo, dominante, y estaba
demasiado bueno ahí de pie en su salón como para empezar a discutir con él.
Tras morderse
el labio, le colocó las manos en el pecho y alzó la vista.
—Podrías venir
conmigo.
Siwon le cubrió
las manos con las suyas.
—Así no vas a
convencerme.
Se se acercó
más a él, se puso de puntillas y le dio un delicado beso en los labios.
—¿Por qué no?
—Porque no soy
tan fácil de convencer.
Heechul se echó
a reír y dejó un reguero de besos por su mentón de camino a una oreja, al
tiempo que se pegaba más a él. Cuando lo escuchó contener el aliento supo que
estaba consiguiendo seducirlo. En ese momento, Siwon lo abrazó y lo besó en el
cuello, haciendo que se le contrajeran los músculos del abdomen. Sintió el roce
de su erección en la cadera.
—Te devolveré
la camisa si me acompañas —le dijo al oído.
Siwon lo instó
a caminar hacia atrás hasta que se chocó contra el sofá. Sus dedos le subieron
la camisa con destreza y se la pasaron por la cabeza. La prenda aterrizó en el
poste de la barandilla de la escalera. Acto seguido, Siwon lo instó a darse
media vuelta y a inclinarse sobre el brazo del sofá.
—Creo que voy a
conseguir mi camisa, te acompañe o no —le dijo.
Heechul jadeó y
se estremeció cuando volvió a sentir sus labios en el cuello y la caricia de su
mano en su entrepierna. Después, suspiró cuando comenzó a avivar el fuego que
ardía en él, haciendo que se olvidara de todo.
Heechul se puso
las gafas de sol mientras bajaba del Audi de Siwon. Lo esperó un buen rato en
la acera, con el ceño fruncido, mientras él aparcaba. Había estado demorando el
momento de acompañarlo toda la mañana, como si no quisiera ayudarlo.
Había perdido
tiempo preparándole el desayuno, lo había convencido para que se diera una
ducha larga y calentita mientras él le lavaba... usando las manos y la lengua. Y
después lo había convencido de que debía detenerse en su casa para cambiarse de
ropa y ver a los niños antes de marcharse. Ya era cerca de mediodía. Aunque no
pensaba quejarse en absoluto, estaba muerto de la impaciencia por encontrar ese
artículo. Y el paso de tortuga de Siwon le estaba poniendo de los nervios.
—Eres peor que
una anciana.
Siwon se guardó
la llave en el bolsillo.
—No empieces.
Tengo un mal presentimiento sobre todo esto.
De acuerdo,
estaba preocupado, pensó. Algo comprensible. Aun así, ¿por qué tenía la
impresión de que en el fondo había algo más? Desterró ese pensamiento mientras
aceptaba su brazo y echaban a andar hacia el edificio.
—Vamos. Solo
será un momento. Nadie se enterará de que hemos venido.
La redacción
era un hervidero de actividad cuando salieron del ascensor y llegaron al piso
del despacho de Heechul.
—Heechul, has
venido, gracias a Dios. —Puff salió de detrás de su mesa con un puñado de
notas en la
mano—. El teléfono no ha parado de sonar desde el lunes por la mañana.
«Genial»,
pensó, que miró a Siwon.
—Puff, te
presento a Siwon.
—Hola —se
limitó a decir.
La mirada de Puff
volaba de Heechul a Siwon una y otra vez. Cuando por fin lo reconoció, abrió
los ojos de par en par y esbozó una sonrisa bobalicona.
—Ah, hola —lo
saludó la chica.
—Entra, Siwon.
Solo tardaré un minuto —dijo Heechul, haciéndole un gesto para que entrara en
su despacho.
Cuando Siwon se
fue, Puff preguntó:
—¿Es quien creo
que es?
—Sí.
—¿De verdad es
tu marido?
—Eso parece.
Les echaré un vistazo a los mensajes. —Le quitó las notas de la mano a Puff.
—¡Ah! —exclamó
la chica, que por fin logró apartar la mirada de Siwon. Él ya estaba en su
despacho —. Yunho te está buscando.
—¿Cómo sabe que
estoy aquí?
—Las noticias
vuelan. Cariño, te has convertido en toda una celebridad. Además, si vas a
todos lados con Choi Siwon, la gente empieza a murmurar.
—Genial
—replicó Heechul entre dientes al tiempo que se dirigía a su despacho—. No voy
a quedarme mucho rato. Solo necesito comprobar una cosa. Me llevaré trabajo a
casa, pero si alguien pregunta por mí, no estoy en la oficina. ¿Entendido?
—Claro. Oye, Heechul...
Él se detuvo
con una mano en la puerta.
—¿Es tan bueno
como aparenta?
Heechul fingió
que la pregunta le asqueaba.
—No tienes
remedio. —Y, después, añadió con una sonrisa—: No es bueno, es mejor.
Siwon estaba
observando las fotos de su estantería cuando entró.
—No es tan
grande como tu despacho —comentó mientras cerraba la puerta.
—¿Dónde hiciste
esta? —Cogió una foto de Siwan jugando en la arena.
—En el golfo.
Le encanta la playa.
Cuando se
volvió para mirarlo, lo hizo claramente emocionado. Y por primera vez desde que
lo encontró, comprendió que Siwon también había perdido mucho tiempo.
—Tengo más
fotos en casa. Si quieres, te las enseño.
Lo vio esbozar
una sonrisa. Sin embargo, sus ojos tenían una mirada distante, como si
estuviera ocultando algo.
—Me encantaría.
—Antes de que pudiera preguntarle si le pasaba algo, Siwon cambió el tono de
voz—. ¿Por dónde empezamos?
Heechul se
acercó a una estantería situada en el otro extremo del despacho y sacó unas
cuantas revistas médicas.
—Tú échales un
ojo a estas mientras yo miro en la base de datos en mi ordenador.
Siwon se sentó
en una silla al otro lado de su mesa y cogió unas cuantas revistas. El comenzó
a ojear páginas en el monitor. El único sonido que se escuchaba era el murmullo
de las voces al otro lado de la puerta.
—¿Heechul?
—dijo la voz de Puff en el silencio a través del intercomunicador—. Te aviso de
que Yunho va de camino.
En ese momento,
se abrió la puerta de su despacho y Jung Yunho entró sin llamar.
—¿Me estás
evitando? —le preguntó.
Heechul se puso
de pie. Siwon también lo hizo al tiempo que observaba con recelo al editor
general. Era obvio que lo había reconocido del día que fue a hablar con ella y
descubrió la existencia de Siwan. Su plan de evitar a todo el mundo en el
despacho se fue al traste.
—Jung Yunho
—dijo, haciendo las presentaciones—, Choi Siwon.
—¡Por Dios!
—exclamó Yunho—. Es cierto.
—No voy a
quedarme hoy. Sé que están muy ocupados, así que me iré ahora mismo. Solo he
venido a buscar una cosa.
—¿El qué?
—Un artículo
sobre un fármaco para el cáncer que han estado probando en China.
Yunho se quedó
blanco.
—¡Hijo de puta!
—Siwon rodeó a Yunho y cerró la puerta del despacho. Después, miró a Heechul—.
Creo que acabamos de encontrar el eslabón que nos faltaba.
Siwon se
golpeaba la rodilla con una mano mientras Heechul y él esperaban en el salon
del hogar de Jung Yunho. Unos amplios ventanales ofrecían una panorámica de la
ciudad. Los árboles se mecían suavemente por la brisa del atardecer.
Heechul se
percató de la tensión que embargaba los hombros de Siwon y de su apretada
mandíbula.
—Relájate,
¿quieres? Me estás estresando.
Él lo miró con
expresión irritada y siguió con sus golpecitos.
Jung Changmin
bajó la escalera acompañada por su marido Yunho. Tenía el rostro desencajado y
su protuberante vientre sobresalía de su cuerpo delgado.
—Siento haberlos
hecho esperar.
Siwon se tensó
a su lado, pero Heechul no le prestó atención.
—No te
preocupes. Siento molestarte. Sé que debes de estar muy cansado.
Changmin sonrió
al tiempo que se pasaba una mano por el vientre.
—No puedo
dormir mucho estos días.
—Está
practicando para lo que vendrá después —añadió Yunho, acariciando el bulto que
era su bebé.
—No quiero ser
maleducado —dijo Siwon al tiempo que se ponía en pie—, pero necesitamos
respuestas. La primera de todas es saber por qué nos han arrastrado hasta aquí
cuando podrían haber respondido nuestras preguntas en el despacho de Heechul.
Heechul le
lanzó una mirada de reproche, que él pasó por alto.
Siwon no tenía
tacto cuando tenía un objetivo en mente.
—Ha sido culpa
mía. —Changmin se dejó caer en el sofá. Pese al abultado vientre, el sofá parecía engullir su cuerpo—. Yunho
sabía que yo querría participar.
—Me he perdido.
—Heechul se sentó en el mullido sillón color crema que había delante de Changmin—.
¿Cómo es que estás relacionado con un ensayo clínico?
—¿No me
reconoces? —preguntó Changmin.
—No. ¿Debería?
—La preocupación le formó un nudo en la garganta a Heechul.
—Supongo que
no. Hablamos muy pocas veces cuando estuve en la clínica privada, pero jamás he
olvidado tus ojos.
Heechul miró a Siwon.
Tenía un tic nervioso en el mentón. Jung Changmin. ¿Por qué no había conectado
los puntos cuando leyó la lista que habían encontrado en casa de Kwon Dahyun?
Yunho se colocó
detrás de su esposo y le puso una mano en el hombro.
—Changmin
padeció cáncer. Decidimos probar un tratamiento experimental después de agotar
el resto de posibilidades.
—No creía que
fuera a superarlo —confesó Changmin, que bajó la mirada —. Pero el doctor Kim
fue tan optimista que nos dio esperanzas. El tratamiento duró más de seis
meses. Pasaba temporadas ingresado en la clínica privada y después volvía a
casa. El seguimiento me lo hizo su personal. Allí fue donde te conocí.
Heechul puso
los ojos como platos.
—¿Estaba
despierto?
—A veces.
Habías tenido un accidente de tráfico, estuviste en coma durante varios meses.
Tu marido... —Miró a Siwon—. Me refiero al doctor Kim... él te trasladó a la
clínica privada para poder tenerte controlado, ya que allí era donde se
encontraba la mayoría de sus pacientes. Después de que naciera tu hijo,
despertaste, pero salías de la inconsciencia y te sumías de nuevo en ella. Un
día estabas de pie, dando vueltas, al siguiente estabas en la cama, inmóvil.
Había estado
despierto. Se había estado moviendo.
Eso explicaba
por qué su recuperación había sido tan rápida. Por qué su cuerpo había vuelto a
la normalidad con cierta rapidez. La gente lo había visto, había hablado con él.
Y él no se acordaba de nada.
—Continúa —le
pidió, para lo cual tuvo que tragar saliva a fin de deshacer el nudo que tenía
en la garganta—. ¿Mithra dijo que era mi marido?
Changmin
asintió con la cabeza.
—Sí. Otro
médico se encargaba de tu supervisión. No me enteré de su nombre. Alto, de pelo
oscuro. Parecían conocerse muy bien. Creo que era el dueño de la clínica
privada... o que conocía al propietario o al gerente.
—Gura. —Heechul
miró a Siwon de nuevo. Había estado en lo cierto. Su médico de Gangwon estaba
involucrado. Seguramente lo habían matado debido a esa relación.
—¿Cómo se
llamaba el fármaco experimental? —preguntó Siwon.
—Amatroxin
—contestó Yunho—. Curó el cáncer de Changmin por completo. Otros pacientes
también lo tomaron. El año pasado, el doctor Kim compiló una lista de
investigación y con otro médico publicó un artículo en nuestra revista médica.
—Le entregó a Siwon un ejemplar de la revista, que tenía en una mesita auxiliar
a su espalda.
—Esto hace
referencia a un ensayo clínico en China —dijo Siwon.
Yunho tragó
saliva.
—Sí.
—¿Publicaste
datos falsos? — preguntó Heechul.
Yunho inspiró
hondo.
—Sí.
—¿Por qué? ¿Por
qué no me contaste nada de esto, Yunho?
Yunho cambió el
peso del cuerpo de una pierna a otra, con nerviosismo, y apretó el hombro de Changmin.
Su esposo levantó el brazo y le cogió la mano en señal de apoyo.
—Mithra y yo
teníamos un trato. Él dejaba que Changmin
participase en el ensayo clínico y yo me callaba lo que sabía al respecto.
Cuando llegara el momento de publicar la información, yo lo ayudaría. Estábamos
desesperados y dispuestos a intentar cualquier cosa. Después de que curara el
cáncer de Changmin, se lo debía. Necesitaba mostrar pruebas de que el
medicamento funcionaba, y yo sabía que funcionaba. Tal como lo entendí en su
momento, daba igual dónde se llevó a cabo el ensayo clínico.
—Yunho no sabía
que estabas casado, Heechul —añadió Changmin, que miró a Heechul y a Siwon—.
Sabía que estabas en la clínica privada al cuidado de Mithra, que eras su esposo.
Mithra le pidió que no hablara de ti. Dijo que el trauma del accidente había
sido espantoso. A Mithra le preocupaba muchísimo tu pronóstico.
Heechul se
frotó la cicatriz que tenía en la cabeza. Nada de eso tenía sentido.
—Y cuando
desperté, se las apañó para que me dieran trabajo como colaborador
independiente para tu editorial. —Miró a Yunho—. ¿Nunca pusiste en duda mis credenciales?
¿Mis conocimientos?
La tensión se
reflejó en los ojos de Yunho.
—No supe que
era un Jin hasta después de que te trasladara a Gangwon. Cuando vi tu nombre en
uno de los artículos independientes, me puse en contacto con él. Me dijo que no
le gustaba mencionar el apellido Jin porque había discutido con su familia. Lo
creí. Yo no estaba en posición de cuestionar lo que me decía. Tenía sentido y
estaba en deuda con él. Y cuando vi tu trabajo, me di cuenta de que tenía
razón. Sabes más de geología que cualquier otra persona que conozco.
—Pero seguiste
sin decir nada después de la muerte de Mithra. ¿Por qué? Yo ya estaba en Seúl.
Sabías que buscaba respuestas. Sabías que había estado en esa clínica privada,
pero no dijiste nada. —Se puso en pie, hirviendo de rabia. Siwon lo cogió del
brazo para tranquilizarlo.
—Me parece que
no entiendes de qué va esto, Heechul —repuso Yunho —. Alguien no quiere que
encuentres esas respuestas. Después de que me llamaras y me pidieras trabajo
aquí, en Seúl, empezamos a recibir advertencias.
—¿Qué quieres
decir con «advertencias»? —preguntó Siwon.
—Llamadas
anónimas en su mayor parte —respondió Changmin—. Nunca mencionaban tu nombre, Heechul,
pero dijeron que nos calláramos lo que sabíamos de la clínica privada. Que
sería mejor para Yunho no involucrarse si salía a la luz lo del ensayo clínico.
—¿Y por qué me
sugeriste que me buscara un abogado?
Yunho suspiró.
—Quería ayudar.
Me di cuenta de lo frustrado que estabas. Creía que si podías encontrar respuestas
solo, si no me involucraba directamente, no causaría problemas darte un
empujoncito. No sabía que el abogado que escogiste te iba a reconocer.
De modo que Heechul
era el eslabón. Si no hubiera ido a Seúl, si no hubiera llamado a Donghae para
concertar una cita, si Donghae no la hubiera reconocido, era muy posible que
nada de eso hubiera sucedido. Que las mentiras hubieran seguido siendo la
verdad.
O_____O
ResponderEliminarestoy hecha bolas!!!
No entiendo nadita! T__T
esto lo que tiene de bueno, lo tiene de enredado!!!
awww~ Nooooo!!!
De una u otra forma,tenian que encontrar una manera en donde los dos tengan argumentos y sean respondidos por los dos. Y que mejor que Hee muy complaciente *0*
ResponderEliminarEsto cada vez se enreda más,pero también ahora hay más posibilidades,todo tiene que ir calzando