Volver a Amarte- Capítulo 25




—¿Qué haces?

Heechul, que estaba sentado en el suelo del salón, dio un respingo antes de volverse hacia la escalera. Siwon lo miraba desde el último peldaño, vestido tan solo con unos vaqueros desgastados de cintura baja. Iba descalzo, tenía los ojos hinchados por el sueño y el pelo,
alborotado como si acabara de salir de la cama.

Heechul se llevó una mano al pecho.

—Me has asustado.

Siwon entró en la estancia.

—¿Esperabas a otra persona?

El sol de la mañana se reflejó en su pecho desnudo. La imagen le provocó un hormigueo, ya que recordó que había trazado esos músculos con los dedos y con los labios.


—¿Heechul?

Tras apartar la vista de ese magnífico cuerpo, lo miró a los ojos y se percató de su expresión socarrona.

—¿Qué?

—¿Estás bien?

—Perfectamente. —Se volvió hacia el montón de revistas que había estado ojeando, y se mordió el labio mientras se ponía colorado. Se suponía que el sexo saciaba los instintos, en vez de convertir a las personas en adolescentes.

Siwon se sentó en el suelo a su espalda, y estiró las piernas, que quedaron a ambos lados de las suyas. Su cuerpo irradiaba calor. Heechul se estremeció, deseando que lo tocara, deseando que esas manos lo acariciaran como lo hicieron la noche anterior. Al sentir que lo aferraba de la cintura, inspiró hondo y sonrió justo cuando lo besaba en la nuca.

Eso era lo que deseaba. ¡Mmmm! Pero si seguían así, jamás acabaría de ojear las revistas.

—Esta es mi camisa —comentó él al tiempo que introducía las manos bajo la tela—. La he estado buscando.

El deseo hizo que se su miembro despertara. Siwon le pellizcó un pezón, provocándole una sensación abrasadora. Heechul tragó saliva.

—Lo siento. He cogido lo primero que he encontrado.

Siwon rio entre dientes y él sintió la vibración de su torso.

—¿En el despacho? ¿Al otro lado del pasillo? Creo que aterrizó allí cuando me la arrancaste anoche.

Heechul contuvo una sonrisa al rememorar la noche pasada. Jamás se había mostrado tan agresivo y tampoco sabía que pudiera ser tan apasionado. Cerró los ojos para disfrutar de los mordiscos que Siwon le estaba dando en el cuello.

—Es suave. Y huele de maravilla. Si la quieres, te la devuelvo ahora mismo.

—Pues sí —murmuró él contra su piel. Una de sus manos descendió hasta una cadera y siguió moviéndose hasta detenerse entre sus muslos—. No me gusta despertarme y
encontrarme solo. Te quiero de vuelta en mi cama.

Sus dedos lo acariciaron con exquisita suavidad. La excitación le provocó un escalofrío.

—Creo que es mi cama, no la tuya.

—Un detalle sin importancia. De todas formas, ¿qué haces aquí abajo?

Heechul devolvió la mirada a las revistas esparcidas frente a él, e intentó no gemir mientras cuando sus dedos le rozaban su miembro.

—No podía sacarme la conversación con el doctor de la cabeza.

—princesa, no...

—No, no es eso. Dijo que recordaba haber leído algo en un artículo sobre el Tabofren. Siwon, yo también lo he leído.

—¿Ah, sí? —Siwon alejó la mano de su entrepierna y cogió una de las revistas.

Heechul intentó no sentirse decepcionado por el hecho de haberlo distraído hasta el punto de que dejara de acariciarlo. Al fin y al cabo, descubrir lo que le había pasado era más importante que echar un buen polvo. Aunque en ese momento, o más bien en cualquier momento, le parecía muchísimo más divertido un buen polvo.

—Sí. Lo recuerdo porque me pareció un estudio pionero. Sé que está aquí, en algún lado. —Arrojó la revista que había estado leyendo al montón del suelo y cogió otra de la mesa auxiliar.

—¿Por qué tienes todas estas revistas?

—Epickhigh Publishing edita varias revistas científicas, incluyendo algunas médicas. De vez en cuando las ojeo, si lo que llevan en portada me atrae. Sé que lo he visto en algún lado. —Echó un vistazo por el salón. El suelo estaba lleno de revistas. Ya había ojeado todas las que tenía en su casa. Se puso en pie—. Tengo que ir a la editorial hoy mismo.

Siwon se levantó.

—Ni hablar.

Nada más mirarlo, se percató de la preocupación que asomaba a sus ojos. ¿Por qué tenía la impresión de que le estaba ocultando algo otra vez?

—Siwon, no me pasará nada. Puedo consultar la base de datos desde mi despacho de la editorial. Así encontraré el artículo que estoy buscando. Necesito encontrarlo.

—No quiero que vayas. No hasta que sepamos quién está detrás de todo esto.

Discutir sobre el tema no iba a ayudarlo. Siwon era un hombre testarudo, dominante, y estaba demasiado bueno ahí de pie en su salón como para empezar a discutir con él.
Tras morderse el labio, le colocó las manos en el pecho y alzó la vista.

—Podrías venir conmigo.

Siwon le cubrió las manos con las suyas.

—Así no vas a convencerme.

Se se acercó más a él, se puso de puntillas y le dio un delicado beso en los labios.

—¿Por qué no?

—Porque no soy tan fácil de convencer.

Heechul se echó a reír y dejó un reguero de besos por su mentón de camino a una oreja, al tiempo que se pegaba más a él. Cuando lo escuchó contener el aliento supo que estaba consiguiendo seducirlo. En ese momento, Siwon lo abrazó y lo besó en el cuello, haciendo que se le contrajeran los músculos del abdomen. Sintió el roce de su erección en la cadera.

—Te devolveré la camisa si me acompañas —le dijo al oído.

Siwon lo instó a caminar hacia atrás hasta que se chocó contra el sofá. Sus dedos le subieron la camisa con destreza y se la pasaron por la cabeza. La prenda aterrizó en el poste de la barandilla de la escalera. Acto seguido, Siwon lo instó a darse media vuelta y a inclinarse sobre el brazo del sofá.

—Creo que voy a conseguir mi camisa, te acompañe o no —le dijo.

Heechul jadeó y se estremeció cuando volvió a sentir sus labios en el cuello y la caricia de su mano en su entrepierna. Después, suspiró cuando comenzó a avivar el fuego que ardía en él, haciendo que se olvidara de todo.



Heechul se puso las gafas de sol mientras bajaba del Audi de Siwon. Lo esperó un buen rato en la acera, con el ceño fruncido, mientras él aparcaba. Había estado demorando el momento de acompañarlo toda la mañana, como si no quisiera ayudarlo.

Había perdido tiempo preparándole el desayuno, lo había convencido para que se diera una ducha larga y calentita mientras él le lavaba... usando las manos y la lengua. Y después lo había convencido de que debía detenerse en su casa para cambiarse de ropa y ver a los niños antes de marcharse. Ya era cerca de mediodía. Aunque no pensaba quejarse en absoluto, estaba muerto de la impaciencia por encontrar ese artículo. Y el paso de tortuga de Siwon le estaba poniendo de los nervios.

—Eres peor que una anciana.

Siwon se guardó la llave en el bolsillo.

—No empieces. Tengo un mal presentimiento sobre todo esto.

De acuerdo, estaba preocupado, pensó. Algo comprensible. Aun así, ¿por qué tenía la impresión de que en el fondo había algo más? Desterró ese pensamiento mientras aceptaba su brazo y echaban a andar hacia el edificio.

—Vamos. Solo será un momento. Nadie se enterará de que hemos venido.

La redacción era un hervidero de actividad cuando salieron del ascensor y llegaron al piso del despacho de Heechul.

—Heechul, has venido, gracias a Dios. —Puff salió de detrás de su mesa con un puñado de
notas en la mano—. El teléfono no ha parado de sonar desde el lunes por la mañana.

«Genial», pensó, que miró a Siwon.

—Puff, te presento a Siwon.

—Hola —se limitó a decir.

La mirada de Puff volaba de Heechul a Siwon una y otra vez. Cuando por fin lo reconoció, abrió los ojos de par en par y esbozó una sonrisa bobalicona.

—Ah, hola —lo saludó la chica.

—Entra, Siwon. Solo tardaré un minuto —dijo Heechul, haciéndole un gesto para que entrara en su despacho.

Cuando Siwon se fue, Puff preguntó:

—¿Es quien creo que es?

—Sí.

—¿De verdad es tu marido?

—Eso parece. Les echaré un vistazo a los mensajes. —Le quitó las notas de la mano a Puff.

—¡Ah! —exclamó la chica, que por fin logró apartar la mirada de Siwon. Él ya estaba en su despacho —. Yunho te está buscando.

—¿Cómo sabe que estoy aquí?

—Las noticias vuelan. Cariño, te has convertido en toda una celebridad. Además, si vas a todos lados con Choi Siwon, la gente empieza a murmurar.

—Genial —replicó Heechul entre dientes al tiempo que se dirigía a su despacho—. No voy a quedarme mucho rato. Solo necesito comprobar una cosa. Me llevaré trabajo a casa, pero si alguien pregunta por mí, no estoy en la oficina. ¿Entendido?

—Claro. Oye, Heechul...

Él se detuvo con una mano en la puerta.

—¿Es tan bueno como aparenta?

Heechul fingió que la pregunta le asqueaba.

—No tienes remedio. —Y, después, añadió con una sonrisa—: No es bueno, es mejor.

Siwon estaba observando las fotos de su estantería cuando entró.

—No es tan grande como tu despacho —comentó mientras cerraba la puerta.

—¿Dónde hiciste esta? —Cogió una foto de Siwan jugando en la arena.

—En el golfo. Le encanta la playa.

Cuando se volvió para mirarlo, lo hizo claramente emocionado. Y por primera vez desde que lo encontró, comprendió que Siwon también había perdido mucho tiempo.

—Tengo más fotos en casa. Si quieres, te las enseño.

Lo vio esbozar una sonrisa. Sin embargo, sus ojos tenían una mirada distante, como si estuviera ocultando algo.

—Me encantaría. —Antes de que pudiera preguntarle si le pasaba algo, Siwon cambió el tono de voz—. ¿Por dónde empezamos?

Heechul se acercó a una estantería situada en el otro extremo del despacho y sacó unas cuantas revistas médicas.

—Tú échales un ojo a estas mientras yo miro en la base de datos en mi ordenador.

Siwon se sentó en una silla al otro lado de su mesa y cogió unas cuantas revistas. El comenzó a ojear páginas en el monitor. El único sonido que se escuchaba era el murmullo de las voces al otro lado de la puerta.

—¿Heechul? —dijo la voz de Puff en el silencio a través del intercomunicador—. Te aviso de que Yunho va de camino.

En ese momento, se abrió la puerta de su despacho y Jung Yunho entró sin llamar.

—¿Me estás evitando? —le preguntó.

Heechul se puso de pie. Siwon también lo hizo al tiempo que observaba con recelo al editor general. Era obvio que lo había reconocido del día que fue a hablar con ella y descubrió la existencia de Siwan. Su plan de evitar a todo el mundo en el despacho se fue al traste.

—Jung Yunho —dijo, haciendo las presentaciones—, Choi Siwon.

—¡Por Dios! —exclamó Yunho—. Es cierto.

—No voy a quedarme hoy. Sé que están muy ocupados, así que me iré ahora mismo. Solo he venido a buscar una cosa.

—¿El qué?

—Un artículo sobre un fármaco para el cáncer que han estado probando en China.

Yunho se quedó blanco.

—¡Hijo de puta! —Siwon rodeó a Yunho y cerró la puerta del despacho. Después, miró a Heechul—. Creo que acabamos de encontrar el eslabón que nos faltaba.



Siwon se golpeaba la rodilla con una mano mientras Heechul y él esperaban en el salon del hogar de Jung Yunho. Unos amplios ventanales ofrecían una panorámica de la ciudad. Los árboles se mecían suavemente por la brisa del atardecer.

Heechul se percató de la tensión que embargaba los hombros de Siwon y de su apretada mandíbula.

—Relájate, ¿quieres? Me estás estresando.

Él lo miró con expresión irritada y siguió con sus golpecitos.

Jung Changmin bajó la escalera acompañada por su marido Yunho. Tenía el rostro desencajado y su protuberante vientre sobresalía de su cuerpo delgado.

—Siento haberlos hecho esperar.

Siwon se tensó a su lado, pero Heechul no le prestó atención.

—No te preocupes. Siento molestarte. Sé que debes de estar muy cansado.

Changmin sonrió al tiempo que se pasaba una mano por el vientre.

—No puedo dormir mucho estos días.

—Está practicando para lo que vendrá después —añadió Yunho, acariciando el bulto que era su bebé.

—No quiero ser maleducado —dijo Siwon al tiempo que se ponía en pie—, pero necesitamos respuestas. La primera de todas es saber por qué nos han arrastrado hasta aquí cuando podrían haber respondido nuestras preguntas en el despacho de Heechul.

Heechul le lanzó una mirada de reproche, que él pasó por alto.

Siwon no tenía tacto cuando tenía un objetivo en mente.

—Ha sido culpa mía. —Changmin se dejó caer en el sofá. Pese al abultado vientre, el sofá parecía engullir su cuerpo—. Yunho sabía que yo querría participar.

—Me he perdido. —Heechul se sentó en el mullido sillón color crema que había delante de Changmin—. ¿Cómo es que estás relacionado con un ensayo clínico?

—¿No me reconoces? —preguntó Changmin.

—No. ¿Debería? —La preocupación le formó un nudo en la garganta a Heechul.

—Supongo que no. Hablamos muy pocas veces cuando estuve en la clínica privada, pero jamás he olvidado tus ojos.

Heechul miró a Siwon. Tenía un tic nervioso en el mentón. Jung Changmin. ¿Por qué no había conectado los puntos cuando leyó la lista que habían encontrado en casa de Kwon Dahyun?

Yunho se colocó detrás de su esposo y le puso una mano en el hombro.

—Changmin padeció cáncer. Decidimos probar un tratamiento experimental después de agotar el resto de posibilidades.

—No creía que fuera a superarlo —confesó Changmin, que bajó la mirada —. Pero el doctor Kim fue tan optimista que nos dio esperanzas. El tratamiento duró más de seis meses. Pasaba temporadas ingresado en la clínica privada y después volvía a casa. El seguimiento me lo hizo su personal. Allí fue donde te conocí.

Heechul puso los ojos como platos.

—¿Estaba despierto?

—A veces. Habías tenido un accidente de tráfico, estuviste en coma durante varios meses. Tu marido... —Miró a Siwon—. Me refiero al doctor Kim... él te trasladó a la clínica privada para poder tenerte controlado, ya que allí era donde se encontraba la mayoría de sus pacientes. Después de que naciera tu hijo, despertaste, pero salías de la inconsciencia y te sumías de nuevo en ella. Un día estabas de pie, dando vueltas, al siguiente estabas en la cama, inmóvil.

Había estado despierto. Se había estado moviendo.

Eso explicaba por qué su recuperación había sido tan rápida. Por qué su cuerpo había vuelto a la normalidad con cierta rapidez. La gente lo había visto, había hablado con él. Y él no se acordaba de nada.

—Continúa —le pidió, para lo cual tuvo que tragar saliva a fin de deshacer el nudo que tenía en la garganta—. ¿Mithra dijo que era mi marido?

Changmin asintió con la cabeza.

—Sí. Otro médico se encargaba de tu supervisión. No me enteré de su nombre. Alto, de pelo oscuro. Parecían conocerse muy bien. Creo que era el dueño de la clínica privada... o que conocía al propietario o al gerente.

—Gura. —Heechul miró a Siwon de nuevo. Había estado en lo cierto. Su médico de Gangwon estaba involucrado. Seguramente lo habían matado debido a esa relación.

—¿Cómo se llamaba el fármaco experimental? —preguntó Siwon.

—Amatroxin —contestó Yunho—. Curó el cáncer de Changmin por completo. Otros pacientes también lo tomaron. El año pasado, el doctor Kim compiló una lista de investigación y con otro médico publicó un artículo en nuestra revista médica. —Le entregó a Siwon un ejemplar de la revista, que tenía en una mesita auxiliar a su espalda.

—Esto hace referencia a un ensayo clínico en China —dijo Siwon.

Yunho tragó saliva.

—Sí.

—¿Publicaste datos falsos? — preguntó Heechul.

Yunho inspiró hondo.

—Sí.

—¿Por qué? ¿Por qué no me contaste nada de esto, Yunho?

Yunho cambió el peso del cuerpo de una pierna a otra, con nerviosismo, y apretó el hombro de Changmin. Su esposo levantó el brazo y le cogió la mano en señal de apoyo.

—Mithra y yo teníamos un trato.  Él dejaba que Changmin participase en el ensayo clínico y yo me callaba lo que sabía al respecto. Cuando llegara el momento de publicar la información, yo lo ayudaría. Estábamos desesperados y dispuestos a intentar cualquier cosa. Después de que curara el cáncer de Changmin, se lo debía. Necesitaba mostrar pruebas de que el medicamento funcionaba, y yo sabía que funcionaba. Tal como lo entendí en su momento, daba igual dónde se llevó a cabo el ensayo clínico.

—Yunho no sabía que estabas casado, Heechul —añadió Changmin, que miró a Heechul y a Siwon—. Sabía que estabas en la clínica privada al cuidado de Mithra, que eras su esposo. Mithra le pidió que no hablara de ti. Dijo que el trauma del accidente había sido espantoso. A Mithra le preocupaba muchísimo tu pronóstico.

Heechul se frotó la cicatriz que tenía en la cabeza. Nada de eso tenía sentido.

—Y cuando desperté, se las apañó para que me dieran trabajo como colaborador independiente para tu editorial. —Miró a Yunho—. ¿Nunca pusiste en duda mis credenciales? ¿Mis conocimientos?

La tensión se reflejó en los ojos de Yunho.

—No supe que era un Jin hasta después de que te trasladara a Gangwon. Cuando vi tu nombre en uno de los artículos independientes, me puse en contacto con él. Me dijo que no le gustaba mencionar el apellido Jin porque había discutido con su familia. Lo creí. Yo no estaba en posición de cuestionar lo que me decía. Tenía sentido y estaba en deuda con él. Y cuando vi tu trabajo, me di cuenta de que tenía razón. Sabes más de geología que cualquier otra persona que conozco.

—Pero seguiste sin decir nada después de la muerte de Mithra. ¿Por qué? Yo ya estaba en Seúl. Sabías que buscaba respuestas. Sabías que había estado en esa clínica privada, pero no dijiste nada. —Se puso en pie, hirviendo de rabia. Siwon lo cogió del brazo para tranquilizarlo.

—Me parece que no entiendes de qué va esto, Heechul —repuso Yunho —. Alguien no quiere que encuentres esas respuestas. Después de que me llamaras y me pidieras trabajo aquí, en Seúl, empezamos a recibir advertencias.

—¿Qué quieres decir con «advertencias»? —preguntó Siwon.

—Llamadas anónimas en su mayor parte —respondió Changmin—. Nunca mencionaban tu nombre, Heechul, pero dijeron que nos calláramos lo que sabíamos de la clínica privada. Que sería mejor para Yunho no involucrarse si salía a la luz lo del ensayo clínico.

—¿Y por qué me sugeriste que me buscara un abogado?

Yunho suspiró.

—Quería ayudar. Me di cuenta de lo frustrado que estabas. Creía que si podías encontrar respuestas solo, si no me involucraba directamente, no causaría problemas darte un empujoncito. No sabía que el abogado que escogiste te iba a reconocer.

De modo que Heechul era el eslabón. Si no hubiera ido a Seúl, si no hubiera llamado a Donghae para concertar una cita, si Donghae no la hubiera reconocido, era muy posible que nada de eso hubiera sucedido. Que las mentiras hubieran seguido siendo la verdad.



2 comentarios:

  1. O_____O
    estoy hecha bolas!!!
    No entiendo nadita! T__T
    esto lo que tiene de bueno, lo tiene de enredado!!!
    awww~ Nooooo!!!

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  2. De una u otra forma,tenian que encontrar una manera en donde los dos tengan argumentos y sean respondidos por los dos. Y que mejor que Hee muy complaciente *0*
    Esto cada vez se enreda más,pero también ahora hay más posibilidades,todo tiene que ir calzando

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...