Teukkie se sentó
tranquilamente en la cama en su habitación. Después que Junjin los hubiera
despedido de la reunión, Kangin lo había llevado de vuelta a su habitación y
luego le consiguió algo de comer. Él no había dicho mucho, pero sí le preguntó
cómo estaba y si había hablado con su madre recientemente. Posteriormente, a
petición de Junjin, se había ido a entrenar con Henry. Ahora Leeteuk estaba
sentado en la soledad, perdida en sus pensamientos. Podría ir a pasar el rato
con sus amigos, pero ahora mismo solo quería estar solo.
Después que Donghae
hubiera hablado con Kangin, él había
estado realmente avergonzado por sus acciones. Habían hablado durante horas e
incluso habían hecho más que hablar, lo cual era una gran mejora con respecto a
los breves besos de buenas noches que él le había estado dando.
Una vez más había
estado manteniendo su vínculo abierto, y pudo sentir el tormento y la ira que
aún hacía estragos en su interior. Él le había dicho que estaba enfadado con Hyukjae,
pero sabía en su mente que no tenía derecho a estarlo. Hyukjae no había hecho nada
para merecer la ira de Kangin.
Pudo ver a qué
tenía miedo: primero, que él ya no lo deseara más, y segundo, que lo hubiera
empujado demasiado lejos.
Teukkie había ido
a hablar con Hongki de la situación porque quería saber si los hombres lobo
alguna vez habían necesitado antidepresivos. Pensó que era casi risible, sin
contar el hecho de que su compañero necesitaba algo y él estaba desesperado por
ayudarlo.
—Él tiene que
conseguir sacar la ira —dijo Hongki—. Si tu presencia, tus caricias, no está
ayudando, entonces tiene que exonerarla de alguna manera. Para un hombre lobo,
eso sería luchando o algo menos violento, si me entiendes.
Teukkie se había
sonrojado furiosamente a pesar de que comentara:
—Sí, bueno eso no
está haciendo ni un jodido bien para ninguno de los dos, así que vamos a hablar
de luchar.
—Dijiste que está
enojado con Hyukjae porque él es el hombre que estaba en tu mente durante la
maldición, ¿verdad?
—Sí —le había
contestado.
—Entonces, él
tiene que luchar con Hyukjae.
—¿Perdón? —Teukkie
había estado completamente atónito, más aún, porque había sido la sugerencia de
Hee y ahora el buen doctor estaba en la misma página.
—Sé que suena
loco, pero si Kangin puede luchar con el objeto de su dolor, entonces puede que
sea suficiente como para darle un cierre, para sanar una herida que solo
continúa latente.
El sonido de la
puerta abriéndose trajo a Teukkie de vuelta al presente. Vio como un Kangin de
aspecto maltrecho entró a la habitación, cerrando la puerta tras sí. Le miró
desde el otro lado de la habitación y sus labios se levantaron en una pequeña
sonrisa. Su corazón se volcó y su estómago se tensó a partir de algo tan
pequeño pero tan necesario.
—¿Te sientes
mejor? —preguntó vacilante.
—No sé si mejor
es el término que usaría, pero ser capaz de liberar parte de la energía
acumulada me ha traído una pizca de paz. —Su voz era un poco más emocional que
la monotonía que había exhibido en los últimos días y eso también le dio
esperanza a él. Tal vez simplemente podía pelear con quien sea y comenzaría a
sanar; tal vez no tenía por que ser Hyukjae.
Sintió el rugido
desde el otro lado de la sala antes de escucharlo. Y cuando sus ojos se
encontraron con los de Kangin, los suyos eran de azul iridiscente.
«¿Por qué está su
nombre en tus pensamientos, Leeteuk?» La voz de Kangin ahora estaba enlazada
con un tipo totalmente diferente de emoción. No se había dado cuenta que él
estaba escuchando. Tendría que tener cuidado de mantener su mente separada a la
suya cuando hablara de sus problemas a los demás, pero la pequeña cantidad de alegría
que había experimentado al ver la sonrisa de su compañero le había hecho bajar
la guardia.
Siguió adelante
hasta que estuvo a pocos centímetros de él. Su mano se estiró y, justo cuando
habría hecho contacto, empezó a dejarla caer.
—No te detengas.
Su mano se
congeló en el aire ante su súplica desesperada.
Finalmente lo
miró a los ojos y aspiró una bocanada de aire ante el cambio que vio. Todavía
brillaban, pero ya no con ira. Ahora se trataba de algo mucho más íntimo.
Sintió sus manos en su cintura mientras él lo atraía hacia sí, hasta que su
cuerpo estaba al ras con el suyo. Inclinó la cabeza hacia un lado hasta que su
mano estaba ahuecando su mejilla, y dejó escapar un suspiro tembloroso.
—Te necesito como
necesito mi próximo aliento. La forma en que te quiero es como un moribundo en
un desierto queriendo incluso la más pequeña gota de agua —susurró y Leeteuk sintió
su cálido aliento en su cara.
—He sentido como
si necesitaras espacio de mí, Kangin. —Teukkie intentó no sonar molesto o herido,
pero cuando vio que él apretaba la mandíbula, supo que no había tenido éxito.
—Eso es mi culpa.
He sido demasiado orgulloso para pedírtelo y demasiado arrogante como para
pensar que podría manejar esto solo. Incluso después de que hablamos, aun así
traté de ocultarlo de ti.
Teukkie alzó los
dos brazos y los envolvió alrededor de su cuello. Sus dedos entretejiéndose en
su cabello oscuro mientras llevaba su cabeza hacia abajo hasta que sus frentes
se tocaron.
—¿Estás listo
para dejar que te ayude? ¿Estás listo para hacer frente a tu ira hacia Hyukjae?
—preguntó con suavidad.
Él volvió a
gruñir.
—Por favor, no
digas su nombre, no en este momento. El único nombre que quiero que venga de
tus labios es el mío. Por el resto de la noche, solo somos tú y yo.
Teukkie tembló
bajo su tono posesivo, y cuando sus manos se deslizaron bajo el dobladillo de
su camisa y se movieron con ternura por su espalda, todos los pensamientos de
cualquier otra cosa salvo Kangin huyeron.
—Leeteuk… —Sus
labios rozaron su piel mientras bajaba la cabeza hasta su cuello y Leeteuk respiraba
profundamente. Un suave gemido escapó de sus labios y le oyó reír. Había pasado
tanto tiempo desde que había oído ese sonido que su deseo por él se disparó.
Tiró de él hacia
la cama y mientras se recostaba, tiró de su mano hasta que su cuerpo le cubrió.
—¿Así que todo lo
que se necesita es mi risa para conseguir meterte en la cama? —Le sonrió y
mordisqueó sus labios.
—Todo lo que
necesito es a ti —le dijo con una sinceridad que dejó a Kangin sin aliento.
Cuando empujó su cabeza de modo que la boca de él se fusionara con la suya, no
opuso ninguna resistencia.
Kangin sintió el
alivio de su compañero al tenerlo tocándole. Sintió su confianza total y
absoluta al simplemente mostrarle amor y cuidado con ese toque. Con cada roce
de sus dedos, cada toque de sus labios, Leeteuk pareció brillar más y más
brillante. Observó con asombro cómo se entregó a él absolutamente sin reservas,
y eso lo doblegó.
Leeteuk le
susurró mientras él le amaba y sus palabras comenzaron a reparar la
transgresión en su interior.
«Te amo Kangin». Y luego besó su hombro.
«Te necesito». Un beso en su pecho.
«Soy solo tuyo». Lo besó profundamente
ante esa última declaración y tomó todo lo que le dio, envolviéndolo en brazos
con avidez.
—Mío. —La palabra
retumbó en su pecho mientras miraba a su esposo, su compañero, disfrutar en su
pasión compartida.
***
—Junjin. —Henry
inclinó la cabeza ligeramente hacia el Alfa mientras recogía su camisa de una
silla en el gimnasio.
—Henry, ¿cómo
fueron las cosas con mi hijo esta noche?
—Lo hizo bien. Él
es muy poderoso y trabajó muy duro —respondió Henry.
Los ojos de Junjin
se estrecharon.
—¿Cómo estuvo su
temperamento?
—Se mantuvo
apartado durante todo el entrenamiento, pero a medida que nos enfrentamos su
concentración aumentó y pareció dejar de lado cualquiera sea la carga que lo
está agobiando. Sería un lobo peligroso para luchar. Es muy poderoso, pero no
es el deseo de aprender o ganar habilidad lo que le motiva.
—Su lobo está
fuera de control —dijo Junjin con calma. Henry negó con la cabeza.
—No, no su lobo, Junjin.
Es el hombre quien está fuera de control.
Junjin no tenía
palabras para la declaración de Henry. Solo se quedó allí viendo como el Fae
dejaba el gimnasio.
Si Henry tenía
razón y era el hombre quien estaba fuera de control, entonces las cosas eran
peores de lo que Junjin se había dado cuenta. Cuando el lobo estaba en control,
era puro instinto. Una vez que la amenaza fuera neutralizada, volvería a ser
capaz de ser tranquilizado por la luz y la bondad de su compañero. Cuando el
hombre estaba fuera de control, no solo era el instinto que lo conducía;
también era la emoción. Las emociones pueden hacer que las personas hagan cosas
irracionales.
Cuando el hombre
estaba fuera de control, hacía que el lobo se inquietara porque estaría
tratando de averiguar en dónde está la amenaza que está haciendo que el hombre
tenga tanta rabia sofocante dentro de él. Kangin era una bomba de tiempo y Junjin
iba a tener que intervenir si quería proteger a la manada y a Teukkie.
—¿Dónde están Kangin
y Teukkie en esta agradable tarde tranquila? — preguntó Hee, cuando Siwon, Donghae
y Hyukjae se sentaron en la biblioteca.
Los pies de Hee estaban apoyados en el regazo de Siwon y él estaba
distraídamente frotándolos. Donghae y Hyukjae
estaban en el sofá frente a ellos, Hyukjae se acostaba con su cabeza en el
regazo de Donghae mientras él pasaba los
dedos por su cabello.
Ambas parejas
habían terminado inadvertidamente juntos en la biblioteca. Ahora parecía el
momento perfecto para planificar una intervención para su amigo y su lobo.
—Creo que
decidieron ir temprano a la cama después de la reunión — respondió Donghae .
Hee dejó escapar
un fuerte suspiro mientras sacaba los pies del regazo de Siwon y se sentaba en
el sofá. Su abdomen era todavía lo suficientemente pequeño como para poder
inclinarse hacia delante y poner los codos en sus rodillas.
—Me encantaría
tomar esa declaración y convertirla en alguna gráfica charla sexual que haría
sonrojar a Donghae , pero la realidad es que, probablemente solo se fueron a
dormir.
—¿Qué hay de malo
en eso? —La voz profunda de Siwon retumbó a su lado.
La cabeza de Hee
se giró lentamente para observar a su compañero. La mirada que le dio podría
haber quemado un agujero a través de un edificio de ladrillo.
—¿En serio me
acabas de preguntar eso?
Siwon no dijo
nada. Solo se quedó sentado allí encontrando su mirada.
—¿Cuándo solo nos
hemos ido a…? —Fue interrumpido por un gruñido de su compañero.
—Heechul detente.
—La voz de Siwon salió tensa, con irritación.
Una sonrisa se
dibujó en el rostro de Hee y nada en esa sonrisa era amigable.
—Tienes razón, Siwi,
debería detenerme. Esa es una pregunta tonta de mi parte, ya que he tenido la
respuesta todas las noches durante las últimas dos semanas.
Siwon se levantó
bruscamente y su poder irradió en toda la habitación.
—¿Por qué siempre
estás discutiendo los detalles de nuestra vida sexual delante de cada persona
que conocemos? ¿Alguna vez has pensado que tal vez yo no quiero que lo
discutas? ¿Siquiera una vez has considerado cómo podría sentirme al respecto?
—Su voz era tan profunda que vibró en el pecho de Hee.
Hee se levantó
del sofá lentamente. A pesar de que aún no estaba voluminoso, se estaba
acostumbrando a tener un peso sobresaliendo de su estómago y perdía
constantemente el equilibrio. Se tambaleó ligeramente una vez en sus pies y
cuando Siwon extendió la mano para sujetarle, le gruñó y golpeó su mano.
—Mantén tus
malditas manos lejos de mí. Eso no debería ser demasiado difícil para ti, de
todos modos, ya que eso parece ser lo que quieres.
Después de unos
instantes lo miró a la cara. Se preparó mentalmente para mantener la calma. No
pierdas la cabeza, Hee, se dijo.
—Te olvidas que
estoy en tu mente, B. Soy una constante sombra y sé cómo te sientes y lo que
piensas. —Se detuvo y apretó los dientes para no gritar. Malditas hormonas del embarazo—. Es decir, hasta ahora. Por lo
tanto, ahora que no puedo ver lo que
está pasando dentro de ti, tengo que sacar mi propia conclusión sobre lo que ha
hecho que de repente te comportes como un molesto niño de cuatro años cuyo
helado acaba de caer al suelo. Y he llegado a la conclusión de que no debería
estar molestándome por ti nunca más.
Dio un paso más
cerca y llegó hasta él para empujarlo en el pecho.
—Como yo lo veo, Siwon,
así es como demuestro felizmente lo increíble que eres, de modo que puedas
inflarte como un orgulloso pavo real… mierda, eso me quedó genial —dijo con un
tono de arrepentimiento en su voz, pero luego lo apartó y saltó de nuevo a su
diatriba—. Siempre y cuando te veas como un maldito Dios del sexo, una
increíble fantasía para las parejas de todo el mundo, entonces parece no
importarte que me la pase declamándolo a todo el que quiera escuchar. Pero tan
pronto como empiezas a rezagarte en esa área, tan pronto como tu capacidad es
puesta en duda, entonces, de repente estás incómodo con tu ardiente compañero
discutiendo el ahora doloroso tema.
La habitación
quedó envuelta en silencio, pero el resto de las palabras de Hee sonaron alto y
claro. Permaneció allí esperando por la respuesta de su compañero. Esperando a
ver si él le contradecía, gritaba o decidía lanzarlo sobre su hombro y demostraba
que estaba equivocado. Sobre todo estaba esperando ese último resultado. Muy
bien podría haber estado esperando que las Parcas se aparecieran y dijeran: Has
sido engañado; puedes quedarte con tu
hijo.
—Deberías ir a la
cama, Heechul. Supongo que estás cansado después de tu ataque. —Tenía la
mandíbula tan tensa que sonó como si las palabras tuvieran que ser arrancadas
de su garganta.
La boca de Donghae
cayó boquiabierta mientras miraba a Siwon y luego miraba a Hee. Empujó a Hyukjae
para que éste se sentara y se puso de pie, a punto de dar un paso hacia su
amigo, pero el brazo de Hyukjae se envolvió alrededor de su cintura y lo atrajo
hacia su pecho.
—No es una buena
idea —le susurró al oído. Asintió, aunque le frustraba que tuvieran que andar
de puntillas alrededor de los machos cuando entraban en modo de “posesivo
cabeza hueca”.
Hee cerró los
ojos y contó hasta diez. Eso no ayudó, así que intentó contar hasta quince. No,
eso no ayudó tampoco, de modo que solo se rindió y se entregó a su furia.
—Tienes razón, Siwi.
Necesito recostarme —su voz fue engañosamente dulce a medida que pasaba a su
lado dándole un gran espacio a fin de no tocarlo.
—Estaré contigo
pronto —le dijo él con voz ronca.
Hee se detuvo y
se giró un poco de modo que pudiera verlo, pero era más para su beneficio, para
que así él pudiera verle. Quería dejarle esto muy claro.
—No sé cómo eran
las cosas antes cuando no tenías más de cien años de edad, pero sé cómo son las
cosas ahora. Después de la forma en que me has tratado, las posibilidades de
que te acerques a mí, y mucho menos mientras estoy en nuestra cama, son tan
probables como el hecho de ver a Dambi ponerse un tutú y pretender ser una hada
madrina. Y si eso no lo deja claro, entonces esto debería. Si valoras
cualquiera de las partes de tu cuerpo, vas a permanecer lejos.
Siwon no trató de
detenerlo cuando se giró y se fue rápidamente
de la habitación. No sabía qué decir para arreglar lo que había jodido
tan regiamente, por lo que decidió dejarlo ir de modo que pudiera tranquilizarse.
Sería más razonable después que se calmara.
—¿Siwon, qué es
lo que no le estás diciendo? —Donghae habló rompiendo el silencio que había
descendido una vez que Hee se fue.
Él se giró para
mirar al sanador y supo que él vio más allá de sus muros, más allá de la
fachada que había puesto en marcha para hacer parecer que todo estaba bien.
—Hay cosas que es
mejor dejar en la oscuridad —le dijo suavemente. Donghae negó con la cabeza.
—Sabes que eso no
es cierto. No podemos ver en la oscuridad. No hay nada que ilumine el camino,
así que tropezamos. Andamos a tientas en torno a la esperanza de encontrar
nuestro camino sano y salvo. Pero no hay nada a qué aferrarse, y en la
oscuridad no podemos ver a aquellos quienes nos podrían ayudar.
Donghae salió del agarre de Hyukjae y caminó
directamente delante de Siwon. Sus ojos estaban llenos de compasión y de la
necesidad de ayudar a los lobos que estaban en su manada. Pero se dio cuenta
que Siwon estaba más allá de su ayuda.
—Nunca nada es
mejor en la oscuridad, Alfa. La oscuridad es para aquellos que han perdido su
camino. Han viajado fuera del sendero que debían tomar y la oscuridad se
envuelve alrededor de ellos, empujándolos con falsas promesas.
Se detuvo de
nuevo manteniendo el contacto visual, el cual para todos los demás, a excepción
de unos pocos, sería imposible. Donghae respiró hondo antes de continuar
—Ahora escúchame,
Siwon, Alfa de la manada China, compañero de Heechul. Eres de la manada, y
debido a eso, la oscuridad no puede tenerte. Tú perteneces a nosotros, y sabes
mejor que nadie que no nos damos por vencidos con lo que es nuestro.
Siwon observó en
silencio y aturdido, cuando Hyukjae tomó la mano de Donghae conduciéndolo fuera de la habitación. Él le
dio a Siwon una breve inclinación de cabeza y luego se fueron.
—Bueno, es la
primera vez —dijo Siwon en la habitación
vacía—. Me han puesto en mi lugar por un sanador gitano.
Dejó escapar una
risita baja y cansada que rápidamente se desvaneció cuando pensó en la oscuridad
en la que, de hecho, se estaba metiendo. No podía decirle a Donghae que su oscuridad era inevitable porque la vida
de su hijo estaba en juego. Por esa preciosa vida, la vida que su hermoso esposo
ahora llevaba, correría con todas sus fuerzas hacia la oscuridad sin dudarlo.
***
Sora se detuvo
justo en la entrada a la montaña. Aún no estaba acostumbrada a la magia. Desde
su punto de vista, solo veía un vestíbulo de entrada normal y una puerta
principal. Pero cualquier persona que pasara cerca en el exterior solo vería
una montaña, rocas, tierra y arbustos.
Se pasó una mano
por la
cara mientras luchaba
contra las lágrimas
que habían estado implacablemente tratando de escapar
de sus ojos. Llorar no serviría de nada. No cambiaría nada y solo la haría
lucir como una tonta debilucha. Así que en vez de eso, se puso rígida, tratando
de parecer despreocupada mientras esperaba a que Dambi llegara.
En realidad había
estado aliviada cuando Jungsoo le había dicho que Dambi la escoltaría al
aeropuerto. Pero el alivio fue eclipsado por el hecho de que Jungsoo no
planeaba ir con ella. Pero, de nuevo, ¿qué había esperado? El hombre la estaba
echando.
¿Por qué demonios
iba a querer que él se despidiera de ella cuando abordara el avión? Oh, no lo
sé, Sora, tal vez porque lo amas y quieres que te vea en el aeropuerto y se dé
cuenta que está cometiendo el mayor error de su vida. Luego, en el último
momento, correría para hacer que el avión se detenga y lo abordara para rogarte
que no te vayas.
Sora gimió ante
su diálogo interno y el patético escenario, el cual supuso que en realidad
deber ser de alguna estúpida comedia romántica que había visto. Tenía que
controlarse, ¿y qué mejor manera de hacerlo que siendo distraída por una
excéntrica, antigua, y bastante dramática, Fae?
—Muy bien —casi
gritó Dambi de repente apareciendo de la nada junto a Sora que, por su parte,
lanzó un grito y saltó por los aires.
—He oído que has
sido expulsada y tienes que desalojar la propiedad inmediatamente.
Dambi no reconoció
el nerviosismo de Sora. En cambio, la Fae se limitó a mirarla como si no
acabara de casi provocarle a Sora un ataque al corazón, mientras, al mismo
tiempo le recordaba que estaba siendo expulsada de la casa de su hombre, o en
este caso, el castillo en la montaña, el cual a ella le encantaba.
—Gracias por eso,
Dambi. Me alegro que me recordaras que Jungsoo ha decidido enviarme a casa,
porque en cierto modo lo olvidaba, a pesar de estar de pie en el maldito
vestíbulo con mis maletas hechas.
—Está bien, nota
para mí misma, los seres humanos son susceptibles con el tema del desalojo
—dijo Dambi distraídamente mientras recogía los bolsos de Sora—. Muy bien, ¿te
has despedido? ¿Has despotricado todo lo necesario? ¿Has destrozado todas sus
sábanas y quemado las cortinas? Vi eso una vez en una película y me pareció
terapéutico.
—¿Podemos
simplemente irnos? —dijo Sora mientras sus hombros se desplomaban y sus ojos
quedaban desprovistos de su usual valentía.
—Agarra mi manga,
por favor, y trata de no vomitar.
Sora cerró los
ojos, esperando que hubiera algún tipo de flash o ráfaga de aire. Pero en
cambio no hubo nada y luego, cuando abrió los ojos, ya no estaban en el
vestíbulo de la casa de Jungsoo.
—Uh, Dambi, pensé
que Jungsoo te dijo que me llevaras al aeropuerto —dijo Sora lentamente
mientras miraba alrededor.
—No me debes
conocer muy bien si piensas que siempre hago lo que esos hombres
sobrenaturales, arrogantes, mandones, me dicen que haga. Quiero decir, ¿dónde
estaría la diversión en eso?
—Eso suena como
algo que Hee diría —sonrió Sora.
—Bueno, si él lo
hace, es porque lo aprendió de mí. —La voz de Dambi estaba llena de su habitual
arrogancia.
—Lo que tú digas,
hadita Dambi.
—Voy a dejar
pasar eso ya que tu novio acaba de botarte. Ahora ven, vamos a encontrar a tu
prole y a sus compinches.
***
Siwon llamó a la
puerta del doctor Lee Hongki. Se había debatido durante media hora si debía o
no hablar con él acerca de su dilema y finalmente decidió que era la mejor
opción que tenía. No estaba seguro de cómo Hongki iba a responder ante su
intromisión, pero sabía que como su Alfa podía ordenarle que mantuviera su
silencio si es necesario.
La puerta se
abrió y los ojos de Hongki se abrieron con sorpresa.
—Siwon —dijo
cuidadosamente—, ¿Hee está bien? ¿Necesitas que vaya y vea cómo está?
Siwon negó con la
cabeza.
—Él está bien. He
venido aquí para hablar contigo acerca de algo que tiene que ver conmigo —hizo
una pausa y luego se corrigió—, bueno, tiene que ver con ambos, conmigo y mi
compañero, pero no quiero que él sepa que he venido a verte. También debo
insistir en que todo lo que se diga en esta habitación esta noche queda entre
tú y yo. ¿Entendido?
Hongki asintió
mientras se hacía a un lado para que él pudiera entrar.
—¿Qué puedo hacer
por ti? —le preguntó, mientras le señalaba una silla, en la cual, él no se
sentó.
Siwon se frotó la
parte posterior de su cuello y Hongki se dio cuenta entonces que tenía el rostro
lleno de preocupación y los ojos un poco más brillantes de lo que le gustaba.
Esperó pacientemente, sin querer provocar a un Alfa ya agitado.
—Necesito algo
para evitar que Heechul sea capaz de entrar en mi mente mientras duermo.
De todas las
cosas que pensó que él diría, esa definitivamente no era una de ellas.
—No conozco
ningún tipo de medicina humana que haga eso, Alfa. ¿Por qué no has buscado a Ryeowook
o Donghae ? —Hongki intentó mantener su voz calmada y lo más clínica posible.
—Esto es algo que
no puedo confiarle a ellos. Su lealtad hacia mi compañero anulará su lealtad a
mí.
—¿Qué hay de Dambi?
—preguntó Hongki.
La mandíbula de Siwon
se tensó. A medida que él exhala, forzó a sacar el aire a través de sus
apretados dientes haciendo un sonido parecido al de una horripilante serpiente.
—¿De verdad crees
que puedo confiar en una Fae que preferiría desollar a los hombres en lugar de
mirarlos?
Hongki asintió.
—Buen punto.
Ambos se quedaron
en silencio durante varios minutos. Hongki removió su cerebro en busca de
alguna forma de ayudar a Siwon. Era evidente que estaba muy angustiado por algo
y si tenía que ver con Hee entonces sería implacable hasta que encontrara una
solución. Entonces una idea le llegó. Tomó su teléfono celular y comenzó a
enviar mensajes de texto rápidamente. Dio las gracias a la Gran Luna que todas
las parejas en su grupo hubieran intercambiado los números.
—¿Qué estás
haciendo? —gruñó él.
Hongki levantó un
dedo y espero a que no fuera a mordérselo. Apretó el botón de enviar y luego levantó
la vista hacia él.
—Me doy cuenta
que, cualquier cosa que estés lidiando, es delicado y privado. La persona que
acabo de pedirle que venga es de confianza. Por favor, confía en mí.
Siwon pudo ver la
sinceridad en sus ojos. A pesar de que en realidad no quería confiar en él,
¿qué otra opción tenía?
—Está bien.
Todo mal hacen...los únicos que están bien son el EunHae,pero no puedo esperar mucho,luego nos salen con cada cosa.
ResponderEliminarAh Kangin...ahira no solo Hee sigiere la pelea,sino también el doctor,sigo creyendo que es injusto para Hyuk y Hae.
Ahora la cuestión es que no es lobo quien está mal,sino el hombre,y como dijo Junjin...eso es peor.
Qué haran con Kangin,qué hará Kangin???
JÁ....sabia que la fae no se iba a llevar a Sora al aeropuerto...creo que está bien,a ver qué consecuencias trae.
Y ahí va Siwon...ahira Hee esta enojado con él,obvio no le dice nada y ahora quere cerrarse a Hee hasta mientras duerme...comprensible quizas...pero esto solo se hará más grande y al final explotara.
Ahora falta ver a quien trae el doc.