Marcado IV- 13


Sabía que la visita con su mamá iba a tenerlo de mal humor. No hablaba mucho de ella, o por qué había sido criado principalmente por Shindong, y el hecho de que se lo callara me hablaba más de lo que creía que las palabras podrían. Había mencionado más de una vez que la razón por la que se enfadaba tan rápido, por la que era tan rápido en cerrar la boca, era por lo infeliz que fue con su madre, que le llamaba la atención para sacarla de quicio, así que sabía que la visita lo haría sentirse tosco y de mal humor. Quería hacer algo para hacerle sentir mejor.
Se había esforzado para hacérmelo pasar bien, para sacarme y mantener las cosas entre nosotros divertidas y juguetonas, pero siempre manteniendo un lado sexy en ello para que supiera que él me deseaba. Sentía como si fuera el momento de devolver el favor.
Él apareció en mi apartamento enfurruñado, atronador, y en un estado de mal humor al completo. Sus ojos estaban oscuros y agitados, y sin importar lo mucho que traté de hacerlo hablar sobre ello, solo me gruñó respuestas de una sílaba y frunció el ceño a nada ni a nadie en particular.
En verdad no podía sacudirlo para sacárselo, y cuando le sugerí salir del apartamento, él solo me miró como si hubiera perdido la cabeza. Realmente no estaba en condiciones de estar con otras personas, pero no podía soportar verlo tan triste, así que iba a arrastrarlo a un mejor humor pataleando y gritando, si tenía que hacerlo.
Era tanto el testimonio de cuánto quería complacerme, de cuánto quería que yo pasara un buen rato, que aceptó dejar el apartamento conmigo en primer lugar, cuando claramente se habría contentado con sentarse y revolcarse en su mal humor por el resto de la noche. Cuando entramos en mi auto y no hizo ninguna pregunta mientras conducía hacia el centro, solo podía esperar que mi plan no fracasara y terminara con él en un estado de ánimo aún peor.
Tuve que encontrar un lugar para estacionar y él me dio una mirada inquisitiva mientras le tomaba de la mano y lo guiaba hacia la pista  de  patinaje sobre hielo que se encontraba justo en el Corazón del  centro  de  Seúl.
No había nada como deslizarse alrededor del hielo en la oscuridad, mientras que las luces blancas brillaban sobre tu cabeza. Había algo muy divertido sobre hacer algo tan pintoresco justo en medio de una zona tan metropolitana... Esperaba que Kyuhyun sintiera lo  mismo.
Él me miró y levantó una de sus cejas oscuras como la medianoche.
—¿En serio?
Me encogí de hombros y me mordí el  labio.
—¿Qué? Será divertido.
—Si por “diversión” te refieres a mí estando todo el rato en mi trasero, entonces sí, divertido.
Le golpeé con el hombro y él me pasó un brazo por los   hombros.
—Solías hacer skate. Estoy seguro de que puedes mantener el equilibrio lo suficiente para dar la vuelta un par de veces sin caer.
Me acordé de verlo dando vueltas en la escuela secundaria, así que estaba seguro de que iba a estar bien a pesar de la mirada pensativa en su rostro.
—Eso fue hace mucho tiempo, Sungmin.
Le hice permitirme pagar al chico que nos alquilaba los patines y estaba secretamente emocionado por dentro cuando nos sentamos para ponérnoslos y se puso de rodillas delante de mí y me ayudó a encajar los míos. No pude resistir la tentación de inclinarme hacia adelante y darle un beso en la parte superior de la cabeza. Me gustaba la forma en que su cabello súper corto en la nuca me hacía cosquillas en los labios. Miré hacia arriba cuando escuché risas procedentes de un grupo de chicas jóvenes que nos miraban.
—Puedes concentrarte en no caer, y te distraerá de todo lo que  pasó hoy.
Me gruñó otra vez y se puso de pie en un movimiento grácil que hizo que mi estómago se endureciera y los demás suspiraran. A regañadientes se puso sus propios patines y se puso a mi altura mientras caminábamos hacia el hielo.
Fue duro hacerlo por los primeros diez minutos. Niños pequeños zumbaban a nuestro alrededor. Adolescentes giraban y revoloteaban a nuestro lado, obviamente, tratando de llamar su atención. Chavales en patines de hockey pasaron como un rayo, tratando de impresionar, pero Kyuhyun estaba centrado en intentar mantenerse conmigo y sobre mí. Finalmente, encontró el equilibrio suficiente para dar la vuelta a la pista una vez y extendí la mano para agarrar la suya. Él se rio y me apretó los dedos fríos.
—Nunca había patinado sobre hielo con un jovencito.
Eso hizo que la piel de gallina subiera y bajara por mis brazos. Él había sido el primero para mí en tantos sentidos que realmente nunca pensé que podría devolvérselo.
—Bien.
Me deslicé a su lado y lo miré por el rabillo del ojo. Parte de la tensión que había estado alrededor de su boca y  parte de la oscuridad en su mirada se había aligerado.
—Sabes que puedes hablarme de ello, ¿verdad? ¿Lo que pasó con tu mamá hoy?
Estaba haciendo un trabajo bastante bueno con él y esta cosa entre nosotros dentro de los límites con los que estaba a gusto, pero no quería que pensara que si me necesitaba para escucharle, no iba a estar dispuesta a hacerlo.
Su pulgar trazó la palma de mi mano y me tropecé un poco, casi llevándonos a la dura superficie del hielo. Simplemente era tan bueno en ser una distracción.
—No hay nada de qué hablar. Es tan desagradable como siempre lo fue, lo que me hace sentir horrible cada vez que hablo con ella. Me fui hoy teniendo bastante claro que he terminado con ella. Ella no es mi familia, nunca lo fue.
Aspiré una bocanada de aire y el aire frío, hizo que me dolieran los dientes.
—Eso es muy triste.
—Supongo. Es solo la forma en la que  es.
Yo tenía una buena cantidad de resentimiento acumulado hacia mi papá, teniendo en cuenta la forma en la que él había actuado y la forma en la que había optado por dejar a mi mamá. Pero a pesar de que yo no lo aprobaba, no apreciaba el drama y el dolor que había causado, no podía imaginarme alejándome de él para siempre.
Chillé de sorpresa cuando el gran cuerpo junto al mío de repente cayó hacia adelante y en una espectacular descendida de fuertes brazos y piernas abiertas. Kyuhyun logró girar antes de golpear el hielo y yo terminé golpeando su pecho con un ruido sordo que nos dejó sin aliento a los dos. Envolvió sus brazos alrededor de mi cintura y se sacudió con una risa silenciosa.
—De acuerdo, Sungmin, tú ganas. Esto es ridículo. No puedo estar enfadado cuando mi culo está roto.
Froté mi nariz a lo largo del filo de su  mandíbula.
—Bueno, soy enfermero. Cuando lleguemos a casa puedo cuidar de todas tus heridas de la mejor manera posible.
Le oí suspirar.
—¿Puedes hacerlo desnudo?
Me reí porque era tan un chico, y cuando le dije que por supuesto podía hacerlo, eso significaba que nuestro tiempo en el hielo había terminado. Fue agradable, me hizo sentir bien conmigo mismo y sobre la manera en la que estaba con él, que no solo me deshice de su severo humor, sino que me las arreglé para hacerle reír y llevar su cabeza a otra parte. Quería pensar que no cualquiera hubiera sido capaz de lograr eso, y cuando llegamos al apartamento y él procedió a dejarnos muy desnudos y en el mejor humor posible, me tuve que preguntar si estar conmigo era tan especial y diferente para él como estar con él lo era para mí. Seguro que se sentía de esa manera.
A la mañana siguiente estaba de pie en la pequeña cocina en mi apartamento haciendo café y me pasaba los dedos por mi cabello-todavía- húmedo. Me sentía bastante apacible, bastante lánguido y satisfecho, porque no había estado sola en la ducha y todavía estaba disfrutando del post- orgasmo cuando la puerta principal se abrió y mi hermano entró volando sin anunciarse. Se veía agobiado y estresado, cansado y muy embarazado. No se había traído a ninguno de los niños y había un gran rubor en sus mejillas.
—Mamá acaba de llamarme. —pisó fuerte a través del salón y lancé una mirada nerviosa a la habitación trasera, donde había dejado a Kyuhyun vistiéndose con la promesa de que habría café esperando por él cuando terminara. No quería que Sungjin lo viera aquí, no quería tratar de encontrar la manera de explicar qué estaba haciendo con él, porque realmente no lo sabía, y las palabras nunca habían sido mi fuerte.
—Está bien. ¿Pasó algo?
Él dejó escapar un severo suspiro y dejó caer a su forma redonda en una de las sillas de mi pequeña mesa de comedor.
—Se va a mudar.
Ajusté mi bata y mantuve un ojo en el pasillo.
—Está bien. —Debería haber preguntado a dónde iba mamá, pero estaba demasiado preocupado porque Kyuhyun apareciera por la esquina en toda su gloria desnuda y tatuada como para centrarme correctamente en lo que estaba diciendo mi hermano.
Sungjin me lanzó una mirada asesina y metió las manos a través de la parte frontal de su cabello.
—¿Qué quieres decir con que “está bien”? Se va a otro distrito. ¿Sigue estando  bien?
—Quiero decir que ella es adulta y ha estado actuando como una loca durante dos años. Tal vez alejarse de donde pueda encontrarse con papá y cualquier recordatorio de que él siguió adelanto, sea lo mejor para ella.
—Pero nosotros estamos aquí. Los niños están aquí. No debería agarrar y mover toda su vida a otro distrito... Papá debería hacerlo. Fue él quien arruinó todo.
Suspiré... más porque Kyuhyun finalmente había salido de la habitación que por lo que estaba diciendo Sungjin. Él estaba de camino para encontrarse con Siwon en el gimnasio, así que todo lo que tenía era una camiseta sin mangas negra y un par de pantalones de chándal de nylon blancos y negros, y tuve de veras que tratar de no dejar escapar un suspiro de ensueño.
Estaba bueno, como estúpidamente bueno, no podías dejar pasar ese hecho. Se estaba poniendo su sudadera negra y mensajeando en el teléfono, así que no creo que siquiera viera a Sungjin cuando caminó hasta mí y puso un brazo alrededor de mi cintura. Él me llevó a su pecho y dejó caer un beso duro en mi boca. Olía a limpio y ligeramente a flores por mi gel de baño, lo que me hubiera hecho sonreír si no hubiera visto a Sungjin mirándome por encima de su hombro.
—No te olvides de aparecer sobre la nueve. El Bar, es una especie de escondrijo y no hay realmente un cartel, mi auto estará en el estacionamiento, por lo que es difícil pasarlo por alto.—Una de las cejas de color medianoche se disparó—. Si te escapas, no voy a ser responsable de soportar lo que las parejas harán en orden para conocerte mejor.
Sus amigos querían conocerme, como realmente conocerme, no solo pasar de largo por los pasillos del hospital, y yo estaba paranoico ante la sola idea. Hacía que lo que estábamos haciendo pareciera más importante de lo que yo quería que fuera, pero no pude encontrar una manera de escurrirme de ello con dignidad, y honestamente, me di cuenta de que le importaba y no quería decepcionarle.
Me aclaré la garganta y puse una mano suavemente sobre su estómago.
—Kyuhyun... —Su otra ceja se alzó—. Este es mi hermano, Sungjin. No sé si lo recuerdas o no. Él iba un año por delante que nosotros en el instituto. —La implicación estaba allí. Él conocía todo sobre las cicatrices que él había dejado en mí cuando éramos más jóvenes.
Mi hermano lo miraba como si quisiera apuñalarlo en el Corazón, pero Kyuhyun solo le dedicó una sonrisa de medio lado y se dirigió hacia la puerta principal.
—Hola, Sungjin.  Encantado de conocerte oficialmente. En serio, Sungmin. —Su voz cayó un poco—. Si no apareces, me caerán encima.
Suspiré de nuevo y puse mis manos sobre la encimera delante de mí.
—Voy a estar allí. Lo Prometo.
Me sonrió de verdad y desapareció por la puerta, dejándonos a mí y a mi agitado hermano solos.
Levanté una mano cuando ella abrió la boca.
—Ni siquiera empieces.
—¿Has perdido tu siempre-encantadora-cabeza? —Hubiera sido mejor si me lo hubiera gritado, pero el hecho de que fue casi un susurro torció mi Corazón.
—Probablemente. —Agarré mi café, más para tener algo que hacer con mis manos—. Él es diferente, y no me refiero solo a partir de la forma en que era en el instituto. Él es agradable, divertido, y hermoso, además de que me hace sentir bien... como muy bien. Me gusta estar cerca de él y él está teniendo un momento muy difícil en este momento con su padre, así que quiero  que  sea más fácil para él. Creo que como que me necesita en este momento.
—Este es el mismo tipo que te hizo correr a la costa oeste, Sungmin. Te hizo el suficiente daño como para que te escondieras de todos, huyeras de cada relación que tuviste en toda tu vida. Esta es una idea terrible.
Levanté un hombro y lo dejé caer.
—Lo sé. Estoy intentando fuertemente dejarlo ir, el pasado, quiero decir. Dice que fue un malentendido. Que él no estaba hablando de mí, y tengo muchas ganas de creerle, y la cosa con la fiesta... —Me encogí de hombros—. Tal vez leí más en eso de lo debería haber hecho. Los chicos adolescentes son solo penes cachondos. No creo que me hubiera ignorado si hubiera sabido que iba allí solo por él. Él ni siquiera recuerda haberme visto allí.
Sungji enroscó su cara en una mueca horrible.
—¡Por supuesto que dijo eso! ¡Cómo si no iba a entrar en tus pantalones si no te decía eso! Usa tu maldita cabeza, Sungmin. Él no es el hombre para ti. Es hora de superar ese enamoramiento idiota en el “chico malo”, o lo que sea. Crece.
—Él no es así, Sungjin. Él es un chico muy agradable. Él se preocupa por sus amigos, trabaja casi tan duro como lo hago yo, y ha sido realmente genial en los últimos meses, más o menos de todas las extrañas obsesiones que tengo. No le importa que me ponga torpe y que no pueda hacer que las palabras funcionen, no se molesta cuando me asusto y me alejo de él, y  él... —Hice que me mirara a los ojos para que pudiera ver cuán importante era esta parte—. Me hace sentir normal dentro y fuera de la cama.
—Puedes tener algo mucho mejor,  Sungmin.
Eso me hizo enojar, así que puse la taza en la mesa y crucé los brazos sobre mi pecho.
—¿Mejor para los estándares de quién? Él es el primer hombre que me ha gustado. También es el primer chico al que quiero creer cuando me dice que soy guapo. Él es el primer hombre con el que he estado que quiero desnudar y atar a una cama. Nunca he tenido nada de eso con nadie más, Sungjin.
Él resopló y me miró  profundamente.
—Por supuesto que él cree que eres guapo, eres malditamente hermoso y cualquiera que tenga ojos puede verlo. Pero, ¿qué hay con lo que pasó antes? ¿Qué pasa cuando él no creía que eras tan impresionante? ¿De verdad quieres estar con una persona tan superficial? Y este cambio de actitud repentino... la amabilidad... ¿y si todo es un acto calculado para que llegues a enamorarte de él porque te necesita en este momento? ¿Qué pasará cuando no necesite apoyarse en ti nunca más, Sungmin? ¿Qué pasará entonces?
Me mordí el labio, porque ese era el centro de mi miedo en cuanto a Kyuhyun se refería. Sabía que él solo estaba tratando de protegerme de más dolor, pero sus duras palabras golpearon serias reservas que tenía acerca de esta cosa que Kyuhyun y yo habíamos desarrollado entre nosotros.
—Me dijo que siempre pensó que era guapo. Que era demasiado inteligente y demasiado tímido para que él lo pensara dos veces, pero que él siempre pensó que yo era guapo.
—Lo que sea, Sungmin. Incluso si él no dijo esas cosas desagradables de ti, las dijo sobre alguien, y eso todavía lo hace un total cabrón.
Eso era con lo que estaba lidiando. En esa noche rara en la que me encontré a mí mismo en su casa, eso era lo que me impedía pasar la noche, me impedía pedirle abiertamente que se quedara conmigo, y realmente era lo que me impedía ser totalmente capaz de confiar en él.
Todavía no me sentía como si supiera quién era en realidad. El Kyuhyun con el que me estaba acostando, el de los tristes ojos cada vez que venía de la casa de su padre, el que me hizo esforzarme por lo que pensaba que quería y con el que estaba cómodo en la cama, estaba bien en mi camino de enamorarme de nuevo. Pero había una persistente duda, estas preguntas que pinchaban debajo de mi piel, sobre si todavía estaba la parte de él que podría ser odiosa y cruel, y yo no me fiaba de ello.
—No sé qué decirte, Sungjin. Estoy intentando ser cuidadoso, no voy a correr ningún riesgo que ponga mi Corazón en la línea, pero me gusta estar con él. ¿Podemos cambiar el tema de nuevo a mamá, así no tengo que discutir contigo?
No parecía como si quisiera dejarlo ir, pero al final tenía veinticinco años, no diecisiete, y tenía que vivir y morir por mis elecciones, no las de nadie más.
—Está poniendo la casa en el mercado y ya se ha alquilado un apartamento. Tiene un amigo allí que también es divorciado recientemente. Le pedí que considerará esperar hasta que el bebé llegara, pero ya tiene un agente de bienes raíces y promotores contratados. La casa se venderá rápidamente.
—Realmente creo que va a ser lo mejor. —Honestamente, lo hacía.  Estar en esa casa, ese pueblo, no podía escapar de los recuerdos de mi padre y de su matrimonio fracasado y el Corazón destrozado. Tal vez en otra parte podía conseguir un poco de sí misma de  nuevo.
—Te volviste a mudar aquí para ayudarla, para estar más cerca de ella  y nosotros. Ella ni siquiera está pensando en eso, y ahora, mirando lo que está sucediendo, casi me gustaría que no regresaras.
Sungjin puso mala cara y puse los ojos en blanco por lo dramático que estaba siendo.
—Sigues aquí. Los niños están aquí. Amo mi trabajo y amo a mi jefa. Si quisiera volver a intentarlo con mi maestría, tendría un montón de instituciones entre las cuales elegir. No me arrepiento de volver a Seúl. Estoy feliz con mi vida, Sungjin.
Eso era verdad. Realmente lo era, y ahora con la adición de Kyuhyun y la excitante forma en que le gustaba sacarme de mi zona  de  tranquilidad,  incluso  estaba comenzando  a apreciar  nuevas  cosas.
—¿Habrías dicho eso hace unos meses? ¿Antes de él?
Esa era una pregunta engañosa. Nunca me había quejado de mi vida. Hacía lo que siempre había querido hacer, lo que estaba hecho para hacer, así que me sentía completo, pero no sé si era exactamente feliz.
—No estoy seguro. —Fui tan honesto como pude.
—Bueno, tengo que ir a relevar a Jungjin de los niños. Hoy trabaja. —Sonaba enojado y molesto.
Rodeé la mesada y lo abracé, un gesto que me devolvió rígidamente.
—No te preocupes por mí o mamá. Estaremos bien.
Me sonrió con tristeza y se dirigió a la   puerta.
—Desearía poder creerlo. He visto lo que un Corazón roto hace a las parejas en esta familia, y nunca termina bien.
Tenía razón, así que me limité a mirar fijamente la puerta después de que ella se fuera.
Tenía el día libre y realmente no sabía qué hacer conmigo. Últimamente, si no estaba trabajando, estaba con Kyuhyun. Antes, si tenía el día libre lo pasaba leyendo, o vagando por la casa, o con Sungjin y los niños.
¿Qué tan aburrido era? No tenía un círculo social, ningún lugar en dónde estar, o a alguien que quisiera verme. Quizás Sunny tenía razón y yo recién ahora comenzaba a ver el verdadero sentido de vivir la vida a pleno.
Me vestí y en lugar de quedarme en mi apartamento, decidí que iría de compras por algo lindo y atrevido que llevar esta noche al bar para que cuando me encontrara con todo el grupo de Kyuhyun me sintiera tan confiado y cómodo como fuera posible. No dejaría que mis nervios o mi inseguridad arruinaran lo que podía ser una buena noche fuera aunque sabía que yo estaría bajo el foco.
—¿No te molesta? —Estaba un poco ebrio, y hablando mucho más de lo normal. Alguien estaba repartiendo chupitos de tequila, y para calmar mis nervios había bebido más de la cuenta.
Donghae era muy bonito y muy dulce. Había sido un novio precioso, pero de cerca y en persona, la suavidad y calidez que emanaba se te impregnaban. También estaba en pre-medicina y muy cerca de obtener su título de grado, así que tenía millones de preguntas sobre cómo era trabajar en Emergencias, lo que significaba que podía hablar de mi cosa favorita, mi trabajo. Eso podía hacerlo con o sin tequila.
Él sacudió la cabeza y sonrió malvadamente.
—Si me enojara cada vez que alguien trate de coquetearle, o se le tira encima, o le da la mirada del sexo, no tendría tiempo de nada más. Es lo que sucede al estar con un chico como él.
Hyukjae  y Kyuhyun se habían ido a jugar al billar con el esposo de mi otro compañero de mesa, la estrella de rock, y un chico rubio con mucho cabello y una enorme ancla tatuada en su cuello. Zhoumi debía ser el joven más hermoso que había visto de cerca. Sus ojos eran impresionantes, y aunque me parecía intimidante y algo fría, era encantador y su ácido humor se contagiaba, así que a pesar de mi inherente duda e irritación de que Kyuhyun me hubiera dejado solo a propósito para que los chicos me atacaran, me estaba yendo bien con eso de llevar una conversación con ambos.
—Pero son tan obvios.
Estaba hablando del grupo de universitarios que se había formado en un amplio círculo alrededor de donde los chicos jugaban. Un suspiro colectivo surgió cuando Henry, el esposo de Zhoumi, se inclinó sobre la mesa para hacer su jugada. Quiero decir, no había mucho que esconder con esos ajustados pantalones de cuero, pero de todas formas, si esa fuera mi otra mitad, mi piel ardería. Ya lo estaba haciendo y ni siquiera sabía lo que significaba realmente Kyuhyun para mí. Estaba comenzando a averiguarlo, pero no tenía la suficiente valentía ni seguridad en mí mismo para nombrarlo.
Zhoumi rio un poco y lamió la sal de su mano que le había quedado pegada de la última  ronda.
—Siempre lo son. Tienes que saber que aunque los miren, ellos nunca devuelven las miradas. No puedes estar con alguien sin completa confianza. Nunca funcionaría.
Considerando que Henry no solo era hermoso, sino además parte de una banda que pasaba mucho tiempo de gira, supongo que realmente  confiaba  en él.
Hice una mueca y dije, motivado por el coraje del tequila:
—Pero los recuerdo a todos de secundaria. Se acostaban con cualquier cosa que se moviera. ¿Cómo pueden saber que han cambiado?
Parpadeé sorprendido porque eso no era apropiado ni algo que yo diría jamás. Sentí mi rubor subiendo, pero Donghae estiró su mano y la puso en mi brazo. Quería ocultarme bajo la mesa.
—Yo estaba en esa escuela, aunque un par de años más abajo, así que lo sé. Sé cómo era Hyukjae , recuerdo claramente lo malos que eran todos. La gente cambia. El tiempo nos hace crecer. La vida pasa, lo bueno y lo malo, y es la persona que amas, el hombre que es por dentro sin el cual no puedes vivir, no la suma de lo que hizo o no hizo cuando era joven y estaba haciendo su camino.
Zhoumi levantó su cerveza y asintió solemnemente.
—Pasé años y años intentando enterrar un pasado que es realmente feo, que creía me hacía alguien feo. Quien soy ahora no es esa persona, pero sin esas experiencias yo no existiría.
Me mordí el labio. Se sentía dormido por el alcohol y el limón. Solté un suspiro entrecortado y dejé que mi mirada vagara de uno al otro. Eran unos jóvenes encantadores. Lo suficientemente fuertes para lidiar con la atención que atraían en sus hombres, lo suficientemente amables para recibirme sin juzgar porque querían que Kyuhyun fuera feliz. Simplemente no sabía que yo podría llegar a estar en paz combinando pasado y futuro como ellos parecían hacer..
Apoyé el codo en la mesa y puse mi barbilla sobre mi mano.
—Era gordo.
Ambos parpadearon y luego compartieron una mirada. Zhoumi preguntó:
—¿Y?
—Hizo que yo fuera tímido y raro, algo que nunca superé completamente. Me molestaban muchísimo en la escuela. La gente era mala, dolía, y ahora, aunque ya no me vea de esa forma, sigo sintiéndome así por dentro, y hace que actúe como un raro.
Donghae acomodó su largo cabello sobre un hombro y me miró inquisitivamente.
—¿Y qué tiene que ver eso con Kyuhyun?
Moví una mano en el aire frente a mí.
—Tú  confías  en  Hyukjae ,  Zhoumi  confía  en  Henry…  pero  para  mí,  ¿por  qué habría de confiar en alguien cuando hay jovencitos como esos tirándosele encima? A los chicos les gustan los bonitos y fáciles —dije como si fuera un experto en el tema.
Compartieron otra mirada y Donghae me dijo de frente:
—Kyuhyun no es así. Primero que nada es el tipo menos sentencioso del mundo, y en segundo lugar él nunca, y quiero decir jamás, ha pasado tanto tiempo con una misma pareja como contigo.
Zhoumi bufó amistosamente y me golpeteó la rodilla.
—Odio decírtelo, cariño, pero esos chicos tienen a disposición a muchos para elegir: flacos, gordos, rubios, morenos… tú dilo y ellos pueden tenerlo. El punto que creo que estás pasando por alto es que claramente nuestro amigo te ha escogido a ti para pasar el tiempo y ha repetido esa elección una y otra vez. —Se quitó unos mechones de su cabello oscuro del rostro y me alzó una ceja—. Y créeme, ninguno de ellos está asustado por la idea de trabajar un  poco.
Estaba escuchando sus palabras, pero al mismo tiempo una de esos universitarios se separó del grupo y caminó hacia la mesa. Kyuhyun estaba reclinado sobre esta, y aunque el joven se dirigía claramente en su dirección, él tenía su mirada fija en mí. Me estaba observando atentamente y todo lo que podía hacer yo era devolverle el gesto. Ni siquiera podía imaginarme confiando en alguien, amando a alguien tan incuestionablemente que simplemente podías saber que eras la única persona en que pensaban, la única que querían. Eso me sonaba a fantasía. Eso no podía existir en la vida real…
¿verdad?
—No sé si eso me hace sentir mejor o peor.



2 comentarios:

  1. Que mala onda el hermano de Minni~ hechandole sal a la herida!!!
    TT______TT
    Ahhhh
    Confia en Kyu~

    ResponderEliminar
  2. Quitando las cosas malas...cada uno es bueno para el otro.
    Y aún habiendolas,Min logro despejar la mente de Kyu después de esa visita infortuna a su madre...de a poco,cada uno está ayudando a lamerse sus heridas.
    Aaah...Sungjin tiene un punto,pero debe de entender,al igual que Min,que mas personas cambias,y que vea que su hermano,después de tanto tiempo está siendo feliz,con sus dudas y todo pero feliz.
    No pasa nada que le advierta,pero que tampoco se pase,conocieron a los adolescentes...no conoce aún a la persona en que Kyu se convirtio.
    Eso también va para Min...un poquito de confianza a Kyu...después de todo está haciendo muchas cosas por Min que no había hecho tampoco...ojala esa charla con Hae y Mimo le ayude...falta Hee,él le diría unas cuantas cosas que quizás a Min le ayudarían.

    ResponderEliminar

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...