Shappire Wolf (T7) -3



Teukkie se sentó tranquilamente en la cama en su habitación. Después que Junjin los hubiera despedido de la reunión, Kangin lo había llevado de vuelta a su habitación y luego le consiguió algo de comer. Él no había dicho mucho, pero sí le preguntó cómo estaba y si había hablado con su madre recientemente. Posteriormente, a petición de Junjin, se había ido a entrenar con Henry. Ahora Leeteuk estaba sentado en la soledad, perdida en sus pensamientos. Podría ir a pasar el rato con sus amigos, pero ahora mismo solo quería estar solo.
Después que Donghae  hubiera hablado con Kangin, él había estado realmente avergonzado por sus acciones. Habían hablado durante horas e incluso habían hecho más que hablar, lo cual era una gran mejora con respecto a los breves besos de buenas noches que él le había estado dando.
Una vez más había estado manteniendo su vínculo abierto, y pudo sentir el tormento y la ira que aún hacía estragos en su interior. Él le había dicho que estaba enfadado con Hyukjae, pero sabía en su mente que no tenía derecho a estarlo. Hyukjae no había hecho nada para merecer la ira de Kangin.
Pudo ver a qué tenía miedo: primero, que él ya no lo deseara más, y segundo, que lo hubiera empujado demasiado lejos.
Teukkie había ido a hablar con Hongki de la situación porque quería saber si los hombres lobo alguna vez habían necesitado antidepresivos. Pensó que era casi risible, sin contar el hecho de que su compañero necesitaba algo y él estaba desesperado por ayudarlo.
Hongki le había explicado que los machos sienten las emociones muy intensamente sobre sus compañeros, y no sabía si podía ni siquiera comenzar a comprender la profundidad de esas emociones. Debido a eso, todo se magnificaba, se multiplicaba por un número mayor que se pudiera contar. Teukkie le preguntó si había algo que pudiera hacer Hongki, y él le había sorprendido con su respuesta.
—Él tiene que conseguir sacar la ira —dijo Hongki—. Si tu presencia, tus caricias, no está ayudando, entonces tiene que exonerarla de alguna manera. Para un hombre lobo, eso sería luchando o algo menos violento, si me entiendes.
Teukkie se había sonrojado furiosamente a pesar de que comentara:
—Sí, bueno eso no está haciendo ni un jodido bien para ninguno de los dos, así que vamos a hablar de luchar.
—Dijiste que está enojado con Hyukjae porque él es el hombre que estaba en tu mente durante la maldición, ¿verdad?
—Sí —le había contestado.
—Entonces, él tiene que luchar con Hyukjae.
—¿Perdón? —Teukkie había estado completamente atónito, más aún, porque había sido la sugerencia de Hee y ahora el buen doctor estaba en la misma página.
—Sé que suena loco, pero si Kangin puede luchar con el objeto de su dolor, entonces puede que sea suficiente como para darle un cierre, para sanar una herida que solo continúa latente.
El sonido de la puerta abriéndose trajo a Teukkie de vuelta al presente. Vio como un Kangin de aspecto maltrecho entró a la habitación, cerrando la puerta tras sí. Le miró desde el otro lado de la habitación y sus labios se levantaron en una pequeña sonrisa. Su corazón se volcó y su estómago se tensó a partir de algo tan pequeño pero tan necesario.
—¿Te sientes mejor? —preguntó vacilante.
—No sé si mejor es el término que usaría, pero ser capaz de liberar parte de la energía acumulada me ha traído una pizca de paz. —Su voz era un poco más emocional que la monotonía que había exhibido en los últimos días y eso también le dio esperanza a él. Tal vez simplemente podía pelear con quien sea y comenzaría a sanar; tal vez no tenía por que ser Hyukjae.
Sintió el rugido desde el otro lado de la sala antes de escucharlo. Y cuando sus ojos se encontraron con los de Kangin, los suyos eran de azul iridiscente.
«¿Por qué está su nombre en tus pensamientos, Leeteuk?» La voz de Kangin ahora estaba enlazada con un tipo totalmente diferente de emoción. No se había dado cuenta que él estaba escuchando. Tendría que tener cuidado de mantener su mente separada a la suya cuando hablara de sus problemas a los demás, pero la pequeña cantidad de alegría que había experimentado al ver la sonrisa de su compañero le había hecho bajar la guardia.
 —Kangin —dijo mientras se levantaba lentamente de la cama. Tomó pasos cautelosos hacia él y evitó que sus ojos se encontraran con los suyos—. No estaba pensando en él de una manera romántica. Tú lo sabes. Sientes lo que siento y lo que veo. No hay lugar para la duda en nuestra relación.
Siguió adelante hasta que estuvo a pocos centímetros de él. Su mano se estiró y, justo cuando habría hecho contacto, empezó a dejarla caer.
—No te detengas.
Su mano se congeló en el aire ante su súplica desesperada.
Finalmente lo miró a los ojos y aspiró una bocanada de aire ante el cambio que vio. Todavía brillaban, pero ya no con ira. Ahora se trataba de algo mucho más íntimo. Sintió sus manos en su cintura mientras él lo atraía hacia sí, hasta que su cuerpo estaba al ras con el suyo. Inclinó la cabeza hacia un lado hasta que su mano estaba ahuecando su mejilla, y dejó escapar un suspiro tembloroso.
—Te necesito como necesito mi próximo aliento. La forma en que te quiero es como un moribundo en un desierto queriendo incluso la más pequeña gota de agua —susurró y Leeteuk sintió su cálido aliento en su cara.
—He sentido como si necesitaras espacio de mí, Kangin. —Teukkie intentó no sonar molesto o herido, pero cuando vio que él apretaba la mandíbula, supo que no había tenido éxito.
—Eso es mi culpa. He sido demasiado orgulloso para pedírtelo y demasiado arrogante como para pensar que podría manejar esto solo. Incluso después de que hablamos, aun así traté de ocultarlo de ti.
Teukkie alzó los dos brazos y los envolvió alrededor de su cuello. Sus dedos entretejiéndose en su cabello oscuro mientras llevaba su cabeza hacia abajo hasta que sus frentes se tocaron.
—¿Estás listo para dejar que te ayude? ¿Estás listo para hacer frente a tu ira hacia Hyukjae? —preguntó con suavidad.
Él volvió a gruñir.
—Por favor, no digas su nombre, no en este momento. El único nombre que quiero que venga de tus labios es el mío. Por el resto de la noche, solo somos tú y yo.
Teukkie tembló bajo su tono posesivo, y cuando sus manos se deslizaron bajo el dobladillo de su camisa y se movieron con ternura por su espalda, todos los pensamientos de cualquier otra cosa salvo Kangin huyeron.
—Leeteuk… —Sus labios rozaron su piel mientras bajaba la cabeza hasta su cuello y Leeteuk respiraba profundamente. Un suave gemido escapó de sus labios y le oyó reír. Había pasado tanto tiempo desde que había oído ese sonido que su deseo por él se disparó.
Tiró de él hacia la cama y mientras se recostaba, tiró de su mano hasta que su cuerpo le cubrió.
—¿Así que todo lo que se necesita es mi risa para conseguir meterte en la cama? —Le sonrió y mordisqueó sus labios.
—Todo lo que necesito es a ti —le dijo con una sinceridad que dejó a Kangin sin aliento. Cuando empujó su cabeza de modo que la boca de él se fusionara con la suya, no opuso ninguna resistencia.

Kangin sintió el alivio de su compañero al tenerlo tocándole. Sintió su confianza total y absoluta al simplemente mostrarle amor y cuidado con ese toque. Con cada roce de sus dedos, cada toque de sus labios, Leeteuk pareció brillar más y más brillante. Observó con asombro cómo se entregó a él absolutamente sin reservas, y eso lo doblegó.
Leeteuk le susurró mientras él le amaba y sus palabras comenzaron a reparar la transgresión en su interior.
«Te amo Kangin». Y luego besó su hombro. «Te necesito». Un beso en su pecho.
«Soy solo tuyo». Lo besó profundamente ante esa última declaración y tomó todo lo que le dio, envolviéndolo en brazos con avidez.
—Mío. —La palabra retumbó en su pecho mientras miraba a su esposo, su compañero, disfrutar en su pasión compartida.

***
—Junjin. —Henry inclinó la cabeza ligeramente hacia el Alfa mientras recogía su camisa de una silla en el gimnasio.
—Henry, ¿cómo fueron las cosas con mi hijo esta noche?
—Lo hizo bien. Él es muy poderoso y trabajó muy duro —respondió Henry.
Los ojos de Junjin se estrecharon.
—¿Cómo estuvo su temperamento?
—Se mantuvo apartado durante todo el entrenamiento, pero a medida que nos enfrentamos su concentración aumentó y pareció dejar de lado cualquiera sea la carga que lo está agobiando. Sería un lobo peligroso para luchar. Es muy poderoso, pero no es el deseo de aprender o ganar habilidad lo que le motiva.
—Su lobo está fuera de control —dijo Junjin con calma. Henry negó con la cabeza.
—No, no su lobo, Junjin. Es el hombre quien está fuera de control.
Junjin no tenía palabras para la declaración de Henry. Solo se quedó allí viendo como el Fae dejaba el gimnasio.
Si Henry tenía razón y era el hombre quien estaba fuera de control, entonces las cosas eran peores de lo que Junjin se había dado cuenta. Cuando el lobo estaba en control, era puro instinto. Una vez que la amenaza fuera neutralizada, volvería a ser capaz de ser tranquilizado por la luz y la bondad de su compañero. Cuando el hombre estaba fuera de control, no solo era el instinto que lo conducía; también era la emoción. Las emociones pueden hacer que las personas hagan cosas irracionales.
Cuando el hombre estaba fuera de control, hacía que el lobo se inquietara porque estaría tratando de averiguar en dónde está la amenaza que está haciendo que el hombre tenga tanta rabia sofocante dentro de él. Kangin era una bomba de tiempo y Junjin iba a tener que intervenir si quería proteger a la manada y a Teukkie.

 ***
—¿Dónde están Kangin y Teukkie en esta agradable tarde tranquila? — preguntó Hee, cuando Siwon, Donghae  y Hyukjae se sentaron en la biblioteca. Los pies de Hee estaban apoyados en el regazo de Siwon y él estaba distraídamente frotándolos. Donghae  y Hyukjae estaban en el sofá frente a ellos, Hyukjae se acostaba con su cabeza en el regazo de Donghae  mientras él pasaba los dedos por su cabello.
Ambas parejas habían terminado inadvertidamente juntos en la biblioteca. Ahora parecía el momento perfecto para planificar una intervención para su  amigo y su lobo.
—Creo que decidieron ir temprano a la cama después de la reunión — respondió Donghae .
Hee dejó escapar un fuerte suspiro mientras sacaba los pies del regazo de Siwon y se sentaba en el sofá. Su abdomen era todavía lo suficientemente pequeño como para poder inclinarse hacia delante y poner los codos en sus rodillas.
—Me encantaría tomar esa declaración y convertirla en alguna gráfica charla sexual que haría sonrojar a Donghae , pero la realidad es que, probablemente solo se fueron a dormir.
—¿Qué hay de malo en eso? —La voz profunda de Siwon retumbó a su lado.
La cabeza de Hee se giró lentamente para observar a su compañero. La mirada que le dio podría haber quemado un agujero a través de un edificio de ladrillo.
—¿En serio me acabas de preguntar eso?
Siwon no dijo nada. Solo se quedó sentado allí encontrando su mirada.
—¿Cuándo solo nos hemos ido a…? —Fue interrumpido por un gruñido de su compañero.
—Heechul detente. —La voz de Siwon salió tensa, con irritación.
Una sonrisa se dibujó en el rostro de Hee y nada en esa sonrisa era amigable.
—Tienes razón, Siwi, debería detenerme. Esa es una pregunta tonta de mi parte, ya que he tenido la respuesta todas las noches durante las últimas dos semanas.     
Siwon se levantó bruscamente y su poder irradió en toda la habitación.
—¿Por qué siempre estás discutiendo los detalles de nuestra vida sexual delante de cada persona que conocemos? ¿Alguna vez has pensado que tal vez yo no quiero que lo discutas? ¿Siquiera una vez has considerado cómo podría sentirme al respecto? —Su voz era tan profunda que vibró en el pecho de Hee.
Hee se levantó del sofá lentamente. A pesar de que aún no estaba voluminoso, se estaba acostumbrando a tener un peso sobresaliendo de su estómago y perdía constantemente el equilibrio. Se tambaleó ligeramente una vez en sus pies y cuando Siwon extendió la mano para sujetarle, le gruñó y golpeó su mano.
—Mantén tus malditas manos lejos de mí. Eso no debería ser demasiado difícil para ti, de todos modos, ya que eso parece ser lo que quieres.
Después de unos instantes lo miró a la cara. Se preparó mentalmente para mantener la calma. No pierdas la cabeza, Hee, se   dijo.
—Te olvidas que estoy en tu mente, B. Soy una constante sombra y sé cómo te sientes y lo que piensas. —Se detuvo y apretó los dientes para no gritar. Malditas hormonas  del embarazo—. Es decir, hasta ahora. Por lo tanto, ahora  que no puedo ver lo que está pasando dentro de ti, tengo que sacar mi propia conclusión sobre lo que ha hecho que de repente te comportes como un molesto niño de cuatro años cuyo helado acaba de caer al suelo. Y he llegado a la conclusión de que no debería estar molestándome por ti nunca más.
Dio un paso más cerca y llegó hasta él para empujarlo en el pecho.
—Como yo lo veo, Siwon, así es como demuestro felizmente lo increíble que eres, de modo que puedas inflarte como un orgulloso pavo real… mierda, eso me quedó genial —dijo con un tono de arrepentimiento en su voz, pero luego lo apartó y saltó de nuevo a su diatriba—. Siempre y cuando te veas como un maldito Dios del sexo, una increíble fantasía para las parejas de todo el mundo, entonces parece no importarte que me la pase declamándolo a todo el que quiera escuchar. Pero tan pronto como empiezas a rezagarte en esa área, tan pronto como tu capacidad es puesta en duda, entonces, de repente estás incómodo con tu ardiente compañero discutiendo el ahora doloroso tema.
La habitación quedó envuelta en silencio, pero el resto de las palabras de Hee sonaron alto y claro. Permaneció allí esperando por la respuesta de su compañero. Esperando a ver si él le contradecía, gritaba o decidía lanzarlo sobre su hombro y demostraba que estaba equivocado. Sobre todo estaba esperando ese último resultado. Muy bien podría haber estado esperando que las Parcas se aparecieran y dijeran: Has sido engañado; puedes quedarte  con  tu   hijo.
—Deberías ir a la cama, Heechul. Supongo que estás cansado después de tu ataque. —Tenía la mandíbula tan tensa que sonó como si las palabras tuvieran que ser arrancadas de su garganta.
La boca de Donghae cayó boquiabierta mientras miraba a Siwon y luego miraba a Hee. Empujó a Hyukjae para que éste se sentara y se puso de pie, a punto de dar un paso hacia su amigo, pero el brazo de Hyukjae se envolvió alrededor de su cintura y lo atrajo hacia su pecho.
—No es una buena idea —le susurró al oído. Asintió, aunque le frustraba que tuvieran que andar de puntillas alrededor de los machos cuando entraban en modo de “posesivo cabeza hueca”.
Hee cerró los ojos y contó hasta diez. Eso no ayudó, así que intentó contar hasta quince. No, eso no ayudó tampoco, de modo que solo se rindió y se entregó a su furia.
—Tienes razón, Siwi. Necesito recostarme —su voz fue engañosamente dulce a medida que pasaba a su lado dándole un gran espacio a fin de no tocarlo.
—Estaré contigo pronto —le dijo él con voz ronca.
Hee se detuvo y se giró un poco de modo que pudiera verlo, pero era más para su beneficio, para que así él pudiera verle. Quería dejarle esto muy claro.
—No sé cómo eran las cosas antes cuando no tenías más de cien años de edad, pero sé cómo son las cosas ahora. Después de la forma en que me has tratado, las posibilidades de que te acerques a mí, y mucho menos mientras estoy en nuestra cama, son tan probables como el hecho de ver a Dambi ponerse un tutú y pretender ser una hada madrina. Y si eso no lo deja claro, entonces esto debería. Si valoras cualquiera de las partes de tu cuerpo, vas a permanecer lejos.
Siwon no trató de detenerlo cuando se giró y se fue rápidamente  de la habitación. No sabía qué decir para arreglar lo que había jodido tan regiamente, por lo que decidió dejarlo ir de modo que pudiera tranquilizarse. Sería más razonable después que se calmara.
—¿Siwon, qué es lo que no le estás diciendo? —Donghae  habló rompiendo el silencio que había descendido una vez que Hee se fue.
Él se giró para mirar al sanador y supo que él vio más allá de sus muros, más allá de la fachada que había puesto en marcha para hacer parecer que todo estaba bien.
—Hay cosas que es mejor dejar en la oscuridad —le dijo suavemente. Donghae  negó con la cabeza.
—Sabes que eso no es cierto. No podemos ver en la oscuridad. No hay nada que ilumine el camino, así que tropezamos. Andamos a tientas en torno a la esperanza de encontrar nuestro camino sano y salvo. Pero no hay nada a qué aferrarse, y en la oscuridad no podemos ver a aquellos quienes nos podrían ayudar.
Donghae  salió del agarre de Hyukjae y caminó directamente delante de Siwon. Sus ojos estaban llenos de compasión y de la necesidad de ayudar a los lobos que estaban en su manada. Pero se dio cuenta que Siwon estaba más allá de su ayuda.
—Nunca nada es mejor en la oscuridad, Alfa. La oscuridad es para aquellos que han perdido su camino. Han viajado fuera del sendero que debían tomar y la oscuridad se envuelve alrededor de ellos, empujándolos con falsas promesas.
Se detuvo de nuevo manteniendo el contacto visual, el cual para todos los demás, a excepción de unos pocos, sería imposible. Donghae  respiró hondo antes de continuar
—Ahora escúchame, Siwon, Alfa de la manada China, compañero de Heechul. Eres de la manada, y debido a eso, la oscuridad no puede tenerte. Tú perteneces a nosotros, y sabes mejor que nadie que no nos damos por vencidos con lo que es nuestro.
Siwon observó en silencio y aturdido, cuando Hyukjae tomó la mano de Donghae  conduciéndolo fuera de la habitación. Él le dio a Siwon una breve inclinación de cabeza y luego se fueron.
—Bueno, es la primera vez —dijo Siwon en la habitación    vacía—. Me han puesto en mi lugar por un sanador gitano.
Dejó escapar una risita baja y cansada que rápidamente se desvaneció cuando pensó en la oscuridad en la que, de hecho, se estaba metiendo. No podía decirle a Donghae  que su oscuridad era inevitable porque la vida de su hijo estaba en juego. Por esa preciosa vida, la vida que su hermoso esposo ahora llevaba, correría con todas sus fuerzas hacia la oscuridad sin dudarlo.

***
Sora se detuvo justo en la entrada a la montaña. Aún no estaba acostumbrada a la magia. Desde su punto de vista, solo veía un vestíbulo de entrada normal y una puerta principal. Pero cualquier persona que pasara cerca en el exterior solo vería una montaña, rocas, tierra y arbustos.
Se pasó una mano por   la   cara   mientras   luchaba   contra   las   lágrimas   que   habían     estado implacablemente tratando de escapar de sus ojos. Llorar no serviría de nada. No cambiaría nada y solo la haría lucir como una tonta debilucha. Así que en vez de eso, se puso rígida, tratando de parecer despreocupada mientras esperaba a que Dambi llegara.
En realidad había estado aliviada cuando Jungsoo le había dicho que Dambi la escoltaría al aeropuerto. Pero el alivio fue eclipsado por el hecho de que Jungsoo no planeaba ir con ella. Pero, de nuevo, ¿qué había esperado? El hombre la estaba echando.
¿Por qué demonios iba a querer que él se despidiera de ella cuando abordara el avión? Oh, no lo sé, Sora, tal vez porque lo amas y quieres que te vea en el aeropuerto y se dé cuenta que está cometiendo el mayor error de su vida. Luego, en el último momento, correría para hacer que el avión se detenga y lo abordara para rogarte que no te vayas.
Sora gimió ante su diálogo interno y el patético escenario, el cual supuso que en realidad deber ser de alguna estúpida comedia romántica que había visto. Tenía que controlarse, ¿y qué mejor manera de hacerlo que siendo distraída por una excéntrica, antigua, y bastante dramática, Fae?
—Muy bien —casi gritó Dambi de repente apareciendo de la nada junto a Sora que, por su parte, lanzó un grito y saltó por los aires.
—He oído que has sido expulsada y tienes que desalojar la propiedad inmediatamente.
Dambi no reconoció el nerviosismo de Sora. En cambio, la Fae se limitó a mirarla como si no acabara de casi provocarle a Sora un ataque al corazón, mientras, al mismo tiempo le recordaba que estaba siendo expulsada de la casa de su hombre, o en este caso, el castillo en la montaña, el cual a ella le encantaba.
—Gracias por eso, Dambi. Me alegro que me recordaras que Jungsoo ha decidido enviarme a casa, porque en cierto modo lo olvidaba, a pesar de estar de pie en el maldito vestíbulo con mis maletas hechas.
—Está bien, nota para mí misma, los seres humanos son susceptibles con el tema del desalojo —dijo Dambi distraídamente mientras recogía los bolsos de Sora—. Muy bien, ¿te has despedido? ¿Has despotricado todo lo necesario? ¿Has destrozado todas sus sábanas y quemado las cortinas? Vi eso una vez en una película y me pareció terapéutico.
—¿Podemos simplemente irnos? —dijo Sora mientras sus hombros se desplomaban y sus ojos quedaban desprovistos de su usual valentía.
—Agarra mi manga, por favor, y trata de no vomitar.
Sora cerró los ojos, esperando que hubiera algún tipo de flash o ráfaga de aire. Pero en cambio no hubo nada y luego, cuando abrió los ojos, ya no estaban en el vestíbulo de la casa de Jungsoo.
—Uh, Dambi, pensé que Jungsoo te dijo que me llevaras al aeropuerto —dijo Sora lentamente mientras miraba alrededor.
—No me debes conocer muy bien si piensas que siempre hago lo que esos hombres sobrenaturales, arrogantes, mandones, me dicen que haga. Quiero decir, ¿dónde estaría la diversión en eso?
—Eso suena como algo que Hee diría —sonrió Sora.
—Bueno, si él lo hace, es porque lo aprendió de mí. —La voz de Dambi estaba llena de su habitual arrogancia.
—Lo que tú digas, hadita Dambi.
—Voy a dejar pasar eso ya que tu novio acaba de botarte. Ahora ven, vamos a encontrar a tu prole y a sus compinches.

***
Siwon llamó a la puerta del doctor Lee Hongki. Se había debatido durante media hora si debía o no hablar con él acerca de su dilema y finalmente decidió que era la mejor opción que tenía. No estaba seguro de cómo Hongki iba a responder ante su intromisión, pero sabía que como su Alfa podía ordenarle que mantuviera su silencio si es necesario.
La puerta se abrió y los ojos de Hongki se abrieron con sorpresa.
—Siwon —dijo cuidadosamente—, ¿Hee está bien? ¿Necesitas que vaya y vea cómo está?
Siwon negó con la cabeza.
—Él está bien. He venido aquí para hablar contigo acerca de algo que tiene que ver conmigo —hizo una pausa y luego se corrigió—, bueno, tiene que ver con ambos, conmigo y mi compañero, pero no quiero que él sepa que he venido a verte. También debo insistir en que todo lo que se diga en esta habitación esta noche queda entre tú y yo. ¿Entendido?
Hongki asintió mientras se hacía a un lado para que él pudiera entrar.
—¿Qué puedo hacer por ti? —le preguntó, mientras le señalaba una silla, en la cual, él no se sentó.
Siwon se frotó la parte posterior de su cuello y Hongki se dio cuenta entonces que tenía el rostro lleno de preocupación y los ojos un poco más brillantes de lo que le gustaba. Esperó pacientemente, sin querer provocar a un Alfa ya agitado.
—Necesito algo para evitar que Heechul sea capaz de entrar en mi mente mientras duermo.
De todas las cosas que pensó que él diría, esa definitivamente   no era una de ellas.
—No conozco ningún tipo de medicina humana que haga eso, Alfa. ¿Por qué no has buscado a Ryeowook o Donghae ? —Hongki intentó mantener su voz calmada y lo más clínica posible.
—Esto es algo que no puedo confiarle a ellos. Su lealtad hacia mi compañero anulará su lealtad a mí.
—¿Qué hay de Dambi? —preguntó Hongki.
La mandíbula de Siwon se tensó. A medida que él exhala, forzó a sacar el aire a través de sus apretados dientes haciendo un sonido parecido al de una horripilante serpiente.
—¿De verdad crees que puedo confiar en una Fae que preferiría desollar a los hombres en lugar de mirarlos?
Hongki asintió.
—Buen punto.
Ambos se quedaron en silencio durante varios minutos. Hongki removió su cerebro en busca de alguna forma de ayudar a Siwon. Era evidente que estaba muy angustiado por algo y si tenía que ver con Hee entonces sería implacable hasta que encontrara una solución. Entonces una idea le llegó. Tomó su teléfono celular y comenzó a enviar mensajes de texto rápidamente. Dio las gracias a la Gran Luna que todas las parejas en su grupo hubieran intercambiado los números.
—¿Qué estás haciendo? —gruñó él.
Hongki levantó un dedo y espero a que no fuera a mordérselo. Apretó el botón de enviar y luego levantó la vista hacia él.
—Me doy cuenta que, cualquier cosa que estés lidiando, es delicado y privado. La persona que acabo de pedirle que venga es de confianza. Por favor, confía en mí.
Siwon pudo ver la sinceridad en sus ojos. A pesar de que en realidad no quería confiar en él, ¿qué otra opción tenía?
—Está bien.



1 comentario:

  1. Todo mal hacen...los únicos que están bien son el EunHae,pero no puedo esperar mucho,luego nos salen con cada cosa.
    Ah Kangin...ahira no solo Hee sigiere la pelea,sino también el doctor,sigo creyendo que es injusto para Hyuk y Hae.
    Ahora la cuestión es que no es lobo quien está mal,sino el hombre,y como dijo Junjin...eso es peor.
    Qué haran con Kangin,qué hará Kangin???
    JÁ....sabia que la fae no se iba a llevar a Sora al aeropuerto...creo que está bien,a ver qué consecuencias trae.
    Y ahí va Siwon...ahira Hee esta enojado con él,obvio no le dice nada y ahora quere cerrarse a Hee hasta mientras duerme...comprensible quizas...pero esto solo se hará más grande y al final explotara.
    Ahora falta ver a quien trae el doc.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...