Marcado IV-7



Me estaba despidiendo de Sunny, deseándole suerte con el resto del movimiento porque las carreteras estaban horribles y los autos estaban por todo el lugar cuando el doctor Ahn giró en la esquina. Vi los ojos de Sunny brillar y quería patearme por no haberme ido cinco minutos antes. Caminó hacia nosotros, todo guapo y confiado, y sentí una roca de pavor establecerse en mi estómago. Si me pedía salir justo frente a Sunny, no había manera de que meneara un camino para salir de ello. Lo había prometido.
Él era realmente atractivo. Fácilmente podría jugar el papel del físico guapo en cualquier espectáculo de hora de mayor audiencia en televisión.
Creo que lo que le quitaba su atractivo era que totalmente sabía que era bien parecido y actuaba como si eso le diera derecho a cosas, y a gente.
—Bueno, hola, señorita, joven. Sunny, te necesito en la habitación 313B. Sungmin, ¿ya te vas?
Abrí la boca y la cerré. Solo pestañeé hacia él como un búho por un minuto completo antes de que Sunny interviniera:
—Es su día libre. Sigo diciéndole que necesita un descanso de este lugar. ¿No cree?
Se rio y fue profundo y placentero, pero me hizo hacer una mueca. ¿Qué estaba mal conmigo? Me aclaré la garganta.
—Tuve algunos mandados y esta era mi última parada. Es bueno verlo, doctor Bennet.
Fantástico sonaba muy normal y socialmente aceptable. Se rio otra vez y me destelló sus dientes súper derechos y súper blancos. Todo de él era solo tan brillante, perfecto, así que ¿por qué no estaba mi Corazón viajando todo sobre sí mismo de la forma que hizo cuando los ojos de Kyuhyun cayeron en mí?
—Jahyun, llámame Jahyun. Estaría feliz de mantenerte ocupado tu próximo día de descanso, Sungmin. ¿Cuándo sería eso?
Quería gruñir e ir a encontrar una camilla o un mostrador para esconderme debajo. Sunny no me dejó parlotear una excusa de que siempre trabajaba, y no era justo que ella fuera quien hiciera mi horario así que le pudo decir confiadamente:
—Está libre la víspera de Año Nuevo ya que trabaja en Navidad. ¿Cierto, Sungmin?
Sé que ella solo intentaba ayudar, pero iba a estrangularla.
—Lo estoy, pero usted ya tiene algo planeado, estoy segura de que podemos resolver algo después.
Me frustré cuando se estiró y puso una mano en mi hombro. Casi me estremecí, pero solo apenas contuve la reacción. En serio no quería que este chico pusiera sus manos en mí. ¿Qué estaba mal conmigo?
—Me encantaría sacarte la víspera de Año Nuevo. Algunos de mis amigos tendrán una fiesta, y me encantaría que fueras mi cita.
Iba a tener una embolia. Apenas tenía suficiente confianza de que sobreviviría a la noche con Kyuhyun y sus amigos, yendo a alguna ostentosa fiesta del brazo de un doctor… iba a tener un colapso nervioso. Quería decir no, quería decirle que no estaba interesado, pero Sunny me miraba con alegría disimulada. Pasé mis dedos por mi cabello y asentí renuentemente.
—Seguro, Doctor… Digo Jahyun. Suena encantador. —Solo si encantador significaba tortuosamente espeluznante.
Su sonrisa creció y se inclinó y me dio un beso en la mejilla. Esta vez, no puede evitar encogerme. Si lo notó, no dijo nada. Solo me entregó su tarjeta, parecido a como lo hizo Kyuhyun, y me dijo que lo llamara. Cuando se alejó no tenía deseos de mirarlo y había un sabor desagradable en mi boca. Dejé escapar un pfff cuando la pequeña forma de Sunny se estrelló contra la mía y me dio otro abrazo de un brazo.
—Estoy taaaaaan feliz por ti. Vas a pasar el mejor rato con él. Solo lo sé.
Miré la tarjeta plana y blanca en mi mano. Tenía el logo del hospital en ella, y el nombre de Ahn e información de contacto. Era aburrida. Básica. Exactamente lo opuesto a la tarjeta que Kyuhyun me había dado hace unos minutos. Una estaba guardada a salvo en mi bolsillo, podía sentirla como si me llamara. La otra quería tirarla a la basura. Muy mal que Sunny nunca me perdonaría si ponía la blanca y plana en su camino.
—Veremos. —No tenía altas expectativas por ninguna aventura, pero me esforzaría por pasarla bien con los dos. Uno por el miedo de pasar las vacaciones solo y algo más en lo que no quería ahondar, el otro solo por tener a mi jefa feliz. Ninguna era una razón buena para ir a una cita, pero considerando que era yo, eso tendría que ser suficiente.


Creo que yo estaba más nervioso que Hyukjae . Alguien había traído alcohol para ayudarlo a calmar sus nervios, pero él seguía rechazándolo y Siwon ya no bebía mucho realmente, así que eso nos dejaba a Kangin, Jjong, Henry y a mí para causar daño. 
Siwon y yo éramos los padrinos. El grandote iba a llevar a Heechul al altar, obviamente, lo cual me dejaba a mí con Zhoumi. Bromeaba con Henry sin piedad por eso. Era divertido, pero me dejaba completamente abierto para que él tocara el tema de que yo había llegado al lugar con Sungmin. Yo no era del tipo de hombre que traía a una cita a un evento así, y considerando que la lista de invitados consistía de quizás cincuenta como mucho, no había forma de no verlo y a las miradas cuestionadoras que venían de todas direcciones.
El lugar era dramático y único. Siwon y yo llevábamos pantalones negros a juego y camisas, con corbatas del mismo color de los vestidos de Zhoumi y Heechul. Hyukjae  llevaba lo mismo, solo que llevaba una chaqueta negra sobre la suya con un diseño de rayas delgadas que la atravesaban. Lucíamos geniales, mucho mejor de las galas habituales de boda, y no podía creer lo estable que parecía mi mejor amigo. Nunca creí que él fuera a asentarse y ahora parecía lo único que quería hacer. Estaba un poco    envidioso, lo cual me sorprendía terriblemente.
―Así que, ¿el enfermero? ―Henry me dio una mirada.
―No le gusto mucho. Estoy intentando que cambie de opinión.
Siwon toqueteaba su corbata y se mandaba mensajes de texto con Heechul. Cuando más se acercaba a la fecha de parto, más paranoico se ponía él por su bienestar. Creo que lo hubiera mantenido pegado a su lado o atada a la cama si el pequeño escupe fuego lo hubiera permitido.
―Vino contigo. No puedes desagradarle tanto.
Sí, él había venido conmigo, pero en cierta forma lucía como si fuera a descomponerse o como si hubiera chupado un limón todo el camino. No que no hubiera lucido hermoso incluso con la obvia incomodidad en su bonito rostro.
Era la primera vez que lo veía sin su ropa de trabajo, y hombre, lucía regio. No me permitió que lo recogiera, había insistido en reunirse conmigo en mi casa. Casi había tenido que, literalmente, doblarle el brazo para hacer que accediera a ir al centro conmigo, y después de que hubiera ganado la discusión, me había dicho quizás cinco palabras desde ese momento. Lo deposité con Shindong, quien solo me había dado una mirada conocedora y le había dado una sonrisa a Sungmin. Él lo llevaba bastante bien, considerando todo, y no había manera de que fuera a perderse el casamiento de Hyukjae .
Hyukjae  y Donghae mantenían las cosas realmente informales. Ni siquiera iba a haber bobos discursos, nada de primer baile, solo una rápida ceremonia, cena con todos los que querían y luego Hyukjae se iban de luna de miel por una semana. Eso es, si se las arreglaban para abandonar la habitación del hotel.
―Vino conmigo bajo presión. ―Le sonreí―. Realmente no lo entiendo.
Kangin rio entre dientes y se apartó el cabello dorado de los ojos.
―Pero, ¿quieres? Entenderlo, digo.
Volví a gruñir.
―¿Lo viste? Por supuesto que quiero hacerlo, pero él me está lanzando unas señales bastante fuertes que dicen “demonios, no”. No me interesa abusar de mi suerte. ―Eso no era enteramente verdadero. Quería presionar y presionar, no que creyera que fuera a llevarme a alguna parte. En cierta forma me gustaba todo el misterio. Me tenía intrigado siempre.
Estoy seguro de que la conversación hubiera seguido, pero el papá de Hyukjae  asomó la cabeza en la habitación donde estábamos todos reunidos y le dio a su hijo un asentimiento con una sonrisa.
―Los jovencitos están listos para poner este show en camino. Seguro estoy orgulloso de ustedes, chicos.
Hyukjae  asintió y vi su pecho expandirse y aflojarse. El resto de los chicos lo golpeó en la espalda, dejándonos solo a nosotros tres atrás del cortejo.
―¿Estás bien?
Siwon palmeó a su hermano en el hombro.
―Estoy  condenadamente genial.
Todos reímos entre dientes y yo choqué puños con él.
―Estás condenadamente genial y él también, así que esto va a  ser genial.
Hyukjae levantó su ceja perforada ante la broma y le sonreí. Éramos cercanos por una razón.
―Hagamos esto. Vayamos a que te casen. ―Me sorprendió que hubiera una emoción bastante espesa en mi    voz.
Siwon toqueteó su corbata un poco más. Supongo que cuando tienes el cuello de un defensa, las corbatas no son muy    cómodas.
Él miró a Hyukjae  y preguntó:
―¿Vino la mamá de Donghae?
Hyukjae  sacudió la cabeza.
―No. La llamé y le dije lo que pensaba de toda la situación y rápidamente me dijo que me fuera al infierno. Donghae parece bien con eso. Su papá está aquí con una chica que luce como si tuviera quizás dieciocho años como mucho. Él quería ir al altar con Nemo, pero él le dijo que no. Hará que papá lo haga.
Eso tenía sentido para mí. Los Lee siempre habían sido la verdadera familia de Donghae. Como Siwon le había dicho a Hyukjae, darle su apellido era solo una formalidad.
Nos quedamos en la parte trasera de la habitación mientras Hyukjae  tomaba el brazo que esperaba de su mamá y hacía su camino hacia donde el oficiante ordenado esperaba.
Convenientemente, Erik, el mentor de Siwon y ex marine, era un pastor ordenado. Lucía como un miembro de una pandilla de motociclistas, pero era uno de los hombres más centrados y considerados que ninguno de nosotros había conocido jamás.
Los jóvenes salieron del ascensor y tanto Siwon como yo nos quedamos sin aliento. Heechul lucía como una princesa hada de Disney;  claro,  con  un  brazo  completamente  cubierto  de  tatuajes  y    un redondeado vientre embarazado. Siwon se inclinó y lo besó hasta que fue casi incómodo para el resto de nosotros. Zhoumi estaba hermoso incluso en un mal día. El azul hacía que su cabello oscuro se destacara y la tonta sonrisa en su rostro me hizo devolverle la sonrisa de forma igualmente tonta.
―Henry está tan celoso de mí en este momento.
Él se burló de mí y puso la mano en la curva de mi codo.
―Es bueno para él. Estuvo fuera de la ciudad toda la semana pasada. Eso significa que no será capaz de resistirme después.
―¿Alguna vez lo hace? ¿Resistirte? Porque si lo hace, quizás necesito decirle que está haciendo mal lo de estar casado.
Zhoumi me hizo una mueca y hundió las uñas en mi antebrazo, lo cual me hizo reír. Sabía que Henry y él no podían sacarse las manos de encima, así solo bromeaba.
Cuando mi mirada aterrizó en Donghae mientras salía del vestuario en el que había estado, me sorprendió la riqueza de sentimiento que sentí al mirarlo. Estaba hermoso. Como algo sacado de una fantasía o la visión de alguien de “éste es el novio perfecto”. Se aferraba del brazo del papá Lee y Kangta lucía como cualquier padre orgulloso debería. Era un buen día para todos los Lee… y para el resto de nosotros también.
―Hagamos esto.  ―dijo Donghae.
Todos miramos hacia adelante, el reloj detrás de Hyukjae y Eric mostrando la hermosa línea de los edificios de Seúl y convirtiéndolo en la Navidad más memorable de todas. Henry y su banda comenzaron a tocar “I DO”.
Kangta y Donghae aparecieron en la parte trasera de la habitación. Oí un par de jadeos, vi algunas mandíbulas caer, y por el rabillo del ojo, vi a Hyukjae  dar una sacudida.
―Maldición.
La palabra fue apenas un susurro, y antes de que Siwon o yo pudiéramos reaccionar, Hyukjae  caminaba por el pasillo hacia su futuro esposo y su papá, quienes habían detenido su avanzar. Lo tomó el rostro de Donghae en ambas manos y lo besó como se suponía que lo hiciera al final de la ceremonia.
El appa Lee, llamó a su hijo frustrado. Era una cosa totalmente Hyukjae  para hacer. Él era impulsivo, un poco salvaje, pero no había nada en el mundo que lo mantuviera alejado de ese joven, así que por supuesto iba a ser él el que lo llevara al altar y a su lugar frente a Eric. No pude evitar sonreír como un idiota, y la única vez que tuve un vistazo de Sungmin, me puso feliz verlo sonreír también. Era difícil no apreciar ese tipo de amor.
Eric también sonreía, como un amigable y alegre Ángel del Infierno, Eric procedió a casar a mi mejor amigo con el jovencito de sus sueños. Fue genial, conmovedor, todo lo que se suponía que fuera, y así también fueron sus   votos.
Donghae prometió amar a Hyukjae  como él era, a nunca pedirle ser otra cosa que el hombre que era. Prometió tener paciencia con su mal humor y los ataques de nervios a los que él era propenso y a nunca preguntar cuál era su color de cabello para la semana. Prometió amarlo como lo hacía desde la primera vez que lo había visto, y prometió que siempre sería el único para él. Le dijo que era todo lo que él alguna vez había querido. Todo era verdad y me hizo feliz oírle prometer eso por una eternidad a mi muy difícil y complicado amigo.
Hyukjae estaba ahogado, así que le tomó un minuto recitar sus votos, pero cuando lo hizo, supe que el impacto de sus palabras salidas del Corazón nos sorprendió a todos. Él no era un tipo que fuera bueno con las emociones en    un buen día, aunque Donghae lo había ayudado con eso, pero  hoy  estaba  sacando su Corazón para que todos lo   vieran.
Le dijo que él nunca creyó que alguien sería capaz de llenar el vacío que Eunhyuk había dejado en su vida al morir, pero que de alguna manera, se había metido dentro de él y que ya no había espacio para nada más. Llenaba su Corazón y su vida tanto que no había más puntos vacíos y que él sabía que, en el fondo, Eunhyuk estaría entusiasmado por ellos. Eso, por supuesto, tuvo a todos con los ojos nubosos y aclarando sus gargantas.
Prometió cuidarlo siempre, hacer que todos lo trataran con el amor y amabilidad que se merecía. Le dijo que lo amaría incluso cuando fuera doctor e hiciera el triple de dinero que él, y prometió hacer lo mejor que podía para darle todo lo que quisiera y necesitara a partir de ese punto. Él susurró de forma que solo aquellos que estábamos parados al frente pudiéramos oír:
―Eres todo para mí, Nemo.
Un suspiro colectivo surgió del grupo cuando Donghae le sonrió a través de las lágrimas que corrían por su rostro y dijo    simplemente:
―Todo lo que quiero y necesito es a ti.
Eric dijo que era suficiente, intercambiaron anillos, todos vitoreamos y ofrecimos abrazos y palmadas, y así, Hyukjae  y Donghae eran esposos.
Todos nos habíamos reunido en la parte trasera del lugar, llevó cuarenta y cinco minutos de alboroto, felicitaciones y fotos, cuando Shindong se deslizó junto a mí y me murmuró al oído.
―Mejor haces tú magia o tu cita va a huir. Es una dulzura, pero es arisco como una potra recién nacida.
Maldije e hice mi camino a través de la gente, hice un gesto a Jjong cuando intentó detenerme, y eventualmente tuve que bajar veinte pisos por el ascensor hacia el lobby para encontrarlo. Él tenía el teléfono celular en la mano y parecía tener una discusión consigo mismo.
―¿Sungmin?
Dio un salto y me miró. No había forma de describir la expresión en su rostro, excepto culpable. Como si lo hubiera atrapado haciendo algo malo.
Sostuvo el teléfono entre nosotros como un  escudo.
—Solo voy a llamar a un taxi para que me lleve de vuelta a mi auto. Vuelve con tus amigos. —Su voz era alta y entrecortada. Fruncí el ceño, porque no tenía la menor idea de lo que estaba pasando.
—Si quieres ir a casa, te llevaré de vuelta a tu auto. —Enganché un dedo en el nudo de la corbata en mi cuello y tiré hasta aflojarla. Daría cualquier cosa por leer la mente de este joven.
—No, no... Quédate. Está bien. Fue realmente encantador. Gracias por invitarme.
Había terminado de discutir. Ya tenía su abrigo puesto, así que solo agarré su muñeca, y lo arrastré hasta la puerta principal. Sus zapatos resonaban frenéticamente mientras luchaba por mantener mi ritmo.
—Vamos.
Dejó escapar una protesta y trató de soltarse, pero no lo dejé. Solo lo conduje de mala gana a donde mi auto estaba estacionado. Estaba molesto y frustrado, pero más que eso, estaba confundido, por qué había aceptado venir conmigo si no quería estar aquí en primer lugar.
No hablamos en todo el camino de regreso al apartamento. Él estaba respirando bajo y superficial, retorciendo las manos juntas y mirando directamente por la ventana. Cuando llegamos al edificio, al mismo tiempo bajamos del auto y cerré la puerta más duro de lo que necesitaba. Lo miré fijamente por encima del techo del vehículo y él abrió la boca como si fuera a decir algo, así que levanté la mano para detenerlo. Yo no podía entender por qué uno de nosotros siempre parecía estar rechazando al otro.
—Solo... ten una buena noche, Sungmin.
Troté por la acera hacia el frente del edificio y no miré hacia atrás para ver si se metió en su pequeño auto o no. Eso fue muy grosero de mi parte y nunca hice cosas por el estilo, pero este joven estaba jugando con mi cabeza y yo no estaba seguro de cómo manejar eso, junto con todo lo demás en mi vida ahora mismo.
Tenía la llave en la puerta cuando sentí pequeñas manos en mi espalda. Antes de que pudiera darme la vuelta y mirar para ver lo que estaba pasando, fui empujado hacia adelante a mi apartamento y la puerta se estaba cerrando de golpe detrás de mí. Me di la vuelta para encarar a Sungmin.
—Esto está tan jodido, Kyuhyun. No tengo ni idea de lo que estoy haciendo.
Yo no sabía qué decir a eso, no podía decir nada porque, de repente, estaba justo en frente de mí, temblando y nervioso, y sus manos estaban tirando de los botones de mi camisa negra y soltando la corbata alrededor de mi cuello.
—¿Qué? —Sonaba perplejo porque lo estaba, pero no había manera de que fuera a detenerlo. No cuando él estaba sacando la orilla de mi camisa de los pantalones, y sus manos estaban rozando seductoramente mis abdominales y espalda baja con una prisa frenética.
—Todo lo que sé es que la lógica me dice que estoy seguro sobre las cosas, y entonces mi cuerpo se sobrepone a mí y me grita, y siento como que no sé nada. No puedo decir si estoy yendo o viniendo. Te vi allí, te veías tan guapo, tan perfecto, oh mi Dios, yo solo quería saltar sobre ti, y esa no soy yo. Y entonces, vi cuan feliz parecía todo el mundo, tan enamorados, y casi tuve un ataque de pánico, y ni siquiera puedo explicar por qué. Solo tenía que salir de allí. Lo siento.
Puse mis manos sobre sus hombros para mantenerla a distancia porque esto era una locura. Pero tenía sus dedos debajo de la hebilla de mi cinturón y la cremallera se iba a bajar sin luchar.
—Sungmin, para. Te habría traído a casa si me hubieras dicho que estabas incómodo. Cualquiera puede estar en una habitación llena de personas que son emocionales. Yo habría entendido, y nadie te podría culpar por necesitar un poco de espacio de esto. Joder, yo solo estaba feliz de que incluso accedieras a ir conmigo.
Dejó lo que estaba haciendo, lo que era jalar mi camisa fuera de mis hombros y empujarme hacia atrás hasta que mi culo estaba descansando en el respaldo del sofá. Cuando no había otro lugar para que fuera, puso su mano sobre el centro de mi pecho, mirándome.
—Lo sé, y eso es lo que me hizo enloquecer.
—No entiendo. —Estaba tratando de ser coherente y razonable, pero  mi polla estaba empezando a prestar mucha más atención a lo que estaba haciendo de lo que mi cerebro lo   estaba.
—No sé quién eres, Kyuhyun.
—Realmente no sé quién eres, tampoco, Sungmin, pero si le das a esto la mitad de una oportunidad, podríamos cambiar  eso.
Él sacudió la cabeza y se inclinó hacia mí así estábamos presionados tan estrechamente juntos que no había final de él, ni principio de mí.
—No sé si yo te gustaría una vez que tú empezaras a conocerme, y el Kyuhyun que yo pensé que conocía... —se veía tan perdido que todo lo que quería hacer era darle un abrazo—. Lo odiaba, pero tú... este Kyuhyun... todo lo que hago es quererlo.
Esto era complicado y confuso. Probablemente debería haber tenido algo brillante que decirle, alguna especie de visión reflexiva para poner todo esto en perspectiva. Tal vez debería haber sido capaz de leer por debajo del sutil significado de sus palabras y su tono, pero él rápidamente selló su boca sobre la mía. Luego metió su mano en la parte delantera de mis pantalones, y perdí no solo cualquier voluntad de oponerme, sino también el equilibrio, y nos vinimos abajo sobre el otro lado del sofá. Era algo más que una caída libre sobre los cojines... era una caída libre del uno hacia el otro.
Sabía a naranjas y fuego. Su mano tenía un sólido agarre en mi polla dura como una piedra, y sentí su pausa por un segundo cuando su palma se deslizó sobre la cabeza y se encontró con las diferentes piezas de metal que residían allí. Normalmente le advertía a cualquiera que me fuera a desnudar que los piercings estaban allí, pero él nunca me dio la oportunidad y no parecía  como si tuviera la intención de disminuir el   ritmo.
La forma en que aterrizamos, lo tenía encima de mí, sus piernas a cada lado de mi cintura. Sus manos estaban todas sobre mí, una dentro de mis calzoncillos haciendo imposible tener cualquier tipo de pensamiento lúcido.
Estaba besando mi cuello, volviendo a chupar mi boca. De alguna manera, a pesar de que había un movimiento limitado permitido y el espacio era mínimo, consiguió bajar mis pantalones alrededor de mis caderas y movió mis bóxers fuera del camino para que yo estuviera de pie erguido y orgulloso. Su mano parecía súper pálida junto a la carne dura y roja, y cuando utilizó la punta de un dedo para tocar el piercing que vivía justo debajo de la punta, mis ojos rodaron atrás de mi cabeza y solté un suspiro entre dientes. Mierda, ningún simple toque me había tenido alguna vez listo para venirme como el de ella lo hacía.
—Por supuesto que estarías perforado. —sonaba divertido, y yo no sabía qué decir a eso, no cuando se inclinó y pasó su lengua por el plano de mi pezón. Estaba prácticamente pulsando en su mano. Me tenía todo enredado y perdido. Estaba tratando desesperadamente de averiguar lo que estábamos haciendo y adónde íbamos y no estaba seguro de que hubiera un mapa que nos mostrara cómo llegar a donde fuera que él estaba esperando que yo estuviera.
—Sungminnnn... —La palabra salió confusa y perdida cuando se levantó de encima de mí y mover su ropa. Se me ocurrió que él había estado vestido, y yo estaba desnudo y expuesto mientras él hacía lo que quería, tomaba lo que necesitaba de mí.
Algo de eso no cuadraba bien, y quería decírselo, cuando se  inclinó, me besó de nuevo, y preguntó contra mi   boca;
—¿Condón?
Muy bien, yo era un tipo decente, tenía un conjunto muy sólido de normas y moral, pero cuando un joven que estaba así de caliente, que hacía que mi cabeza estuviera borrosa, tenía a mi Corazón latiendo tan fuerte que estaba seguro de que podía oírlo, y además exigía que tuviera sexo con él, ¿quién era yo para discutir? Levanté mis caderas y eso le hizo jadear porque ahora no había nada entre nosotros, donde él me estaba montando a horcajadas. Le entregué mi billetera, le dije que sacara uno, envolví mi mano en gran cantidad de su cabello y tiré de él hacia abajo para que pudiera besarlo como quería. Tenía que tener algo que decir en esto después de todo, incluso si Sungmin tenía la voz cantante poniéndome debajo de él, con todo su calor húmedo presionado cerca contra mí.
Lo besé sin ira pendiente, ni tristeza, ni desesperación o desolación flotando entre nosotros por primera vez. Solo quería saborear su sabor fuerte y picante, deleitarme con la forma en que rodó su lengua junto con la mía, maravillarme con la forma en que de alguna manera juraba y susurraba mi nombre, al mismo tiempo. Esta era la forma en que él debería ser besado cada vez... por mí y solo por mí.
Lo sentí cambiar su peso y su mano se estaba deslizando arriba y abajo de mi eje, tratando de matarme con una presión suave y un toque delicado.
—¿Sungmin?
Podía sentir el látex deslizarse sobre mí. Lo bueno es que al ser enfermero, no tuvo ningún tropiezo para conseguir esquivar todo el metal decorando mi negocio.
—¿Kyuhyun?
Sus ojos estaban fijos en los míos mientras se sentaba, puso sus dos manos justo en el centro de mi pecho, y se sentó bajando sobre mí, todo el camino hasta la empuñadura. Estaba apretado, tan sofocante. Estaba caliente, cabalgándome arriba y abajo en un movimiento tortuoso, lo único que quería hacer era mirarme desaparecer dentro de él. Me encantaba y lo odiaba al mismo tiempo, de alguna forma, como me estaba empezando a sentir sobre Lee Sungmin.
Lo que sea que yo había estado a punto de decirle, escapó. Era extraño. Nunca había tenido sexo en donde mi pareja aún tenía ropa en su cuerpo yo estaba en exhibición. Tampoco había tenido intimidad con alguien que parecía que estaba desesperado y furiosamente tratando de llegar a la final, independientemente de lo que yo estaba o no estaba haciendo.
Parecía que estaba usándome para llegar a la finalización, pero ni siquiera estaba en el acto conmigo. Puse mis manos sobre él, traté de abrir su camisa para tener acceso a toda esa cremosa, piel blanca, y vi el ceño fruncido de preocupación cuando se apartó de mí.
Su cabeza estaba echada hacia atrás, y sus manos estaban curvadas en garras, arañando mí pecho. Sus ojos estaban fijos en los míos, así que los vi rebosantes, vi la sorpresa, el maravilloso borde sobre los nubarrones cuando se vino abajo. También vi las lágrimas saltar a su mirada y la forma en que su pecho comenzó a subir y bajar como si fuera a hiperventilar, tan pronto como la última cresta estremecedora del orgasmo flotara sobre él.
Quiero decir que yo era bastante bueno en la cama o en el sofá, como en su caso podría ser, pero ese fue el orgasmo más rápido que había inspirado en mi vida en cualquier pareja, y por lo que a mí concernía, ni siquiera habíamos llegado a las cosas buenas todavía. Todavía estaba dolorosamente duro, aun muriendo por conseguir desnudarlo y mi boca en cualquier parte de él que me dejara, pero Sungmin tenía otros planes.
Me miró como si acabara de repente de darse cuenta de que yo estaba allí, una persona viviendo y respirando, y no un vibrador. Quitó sus manos de mi pecho, trepó saliéndose de mí de una manera que hizo que mi polla nos gritara a los dos. Las lágrimas brillando en sus ojos comenzaron a caer, y antes de que pudiera sentarme y preguntarle qué demonios estaba pasando, él estaba prácticamente corriendo hacia la puerta.
—Lo siento mucho, Kyuhyun.


1 comentario:

  1. OMG....Sungmin😨
    Joooo dios...podria decirse que abuso de Kyuhyun(?)
    Este apenas y metio las manos,se dejo hacer y ya
    Waaaaaa
    Ah Min...debe tener su cabeza hecha un lio
    Kyu aparece en su vida,la amiga cadi la obliga a salir con alguien que ni le gusta y este acepta,dos veces se ha besado con Kyu,este lo invita a la boda y acepta,sale corriendo por x motivo,kyu lo deja y al siguiente,tirne a kyu acorralado y BANG...tienen sexo.
    La cabeza de Min debe estar que explota y la de Kyu,no ha de saber qué día es.
    Ahora Sungmin no lo va a querer ver
    Esto se complica en lugar de que se aclaren algunos puntos.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...