Shappire Wolf (T7) -2



—Teukkie, ya han pasado dos meses. Si este sujeto no hace un movimiento pronto, voy a estar demasiado grande para darle una patada en sus partes de hacer bebés y eso no será bueno —gruñó Hee mientras se dejaba caer en el sofá de la biblioteca de la mansión Coreana.
Había estado viajando de ida y vuelta entre las manadas China y Coreana, principalmente porque odiaba estar lejos de Teukkie y Donghae .
Dado que Donghae  estaba trabajando con Ryeowook y Dambi, Hee estaba atrapado por sí solo en la mansión de la manada China. Por supuesto, había miembros de la manada entrando y saliendo todo el tiempo hablando con Siwon, pero no era lo mismo que tener a sus chicos con él. Por no hablar, que estaba tan emocional en estos días que la mayoría de la gente apenas podía soportarlo. Alternaba entre gritar lo contenta que estaba de saber de sus amigas o gruñir porque no podía controlar sus emociones. Cada hora que pasaba era un cara o cruz.
—Este es uno de esos casos raros cuando dices hacer un movimiento y no te refieres a un hombre yendo a las bases —le dijo Teukkie a su amigo con una rápida mirada y luego regresando al libro que había estado leyendo.
—Todos sabemos que no tengo que quejarme de Siwi no haciendo un movimiento. Mi hombre tiene un montón de movimientos. Pero si trato de darle una patada en sus partes de hacer bebés, solo haría que se ponga más emocionado.
Donghae  rió.

—La primera vez que me dijiste que estabas interesado en Siwon, honestamente pensé que no había manera de que ustedes dos funcionaran alguna vez. Pero hombre, los dos son unos chiflados, sinceramente, no creo que nadie más podría aguantar a cualquiera de los dos.
—O mantenerse al día con nosotros. —Hee le guiñó un ojo.
—Ugh —gimió Teukkie—, Hee por favor. Cuanto más tu pequeña panza crece, más raro es que hables acerca de tu vida sexual con tu compañero. Quiero decir, en serio, simplemente no necesitamos la imagen mental.
—Hablando de vidas sexuales —Hee señaló a Teukkie—, ¿cómo están tú  y tu bola de pelo?      
La cabeza de Teukkie retrocedió contra la silla mientras cerraba los ojos. Bloqueó sus pensamientos de Kangin, a pesar del hecho que iba a oír hablar de él más tarde. Pero no necesitaba de él escuchando en este momento, y sabía que estaría haciéndolo.
—Me habló después que Donghae  fuera a hablar con él.
—Eso fue todo obra de tu suegro —interrumpió Donghae  rápidamente.
—Te dije que estaba bien con eso, Donghae , y lo dije en serio. Kangin sabía que yo estaba en mi punto de ruptura.
—Entooonces… —Hee le incitó a responder a su pregunta anterior.
—Sigue siendo todavía distante, pero lo está intentando. Simplemente estoy tan perdido en cuanto a qué hacer para ayudarlo. —Se miró las manos y se mordió el labio para no llorar. Odiaba llorar.
—Solo va a tomar tiempo, Teukkie —le dijo Donghae  suavemente.
—¿Cuánto tiempo más? Todavía no se acerca a ninguna parte de  Hyukjae. —Los ojos de Teukkie se estrecharon mientras sentía la chispa familiar de ira encenderse en él.
Él y Kangin ni siquiera se habían conocido un año completo todavía y por lo tanto nunca lo había visto así, tan enojado y casi fuera de control.
—Junjin va a intervenir antes que pase mucho más tiempo —advirtió Donghae , pero trató de suavizar las duras palabras.
—Tal vez él y Hyukjae solo tienen que afrontarlo y sacarlo de sus  sistemas —sugirió Hee.
Los ojos de Teukkie se dispararon a Hee y el miedo brilló en sus orbes esmeraldas tan rápidamente como se fue.
—Se matarían el uno al otro, Hee.
—No, no si hubieran Alfas allí para mantener las cosas bajo control. Ya sabes cómo son los chicos, Teuk. A veces solo tienen que darle una tunda a uno de ellos. —Hee echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada—. Ahí voy otra vez.  Te juro que necesito un cuaderno para todas las insinuaciones impresionantes que se me ocurren.
Donghae  tosió y Teukkie negó a su amigo ninfómano.
—Está bien —continuó Hee—: Lo digo en serio. Solo necesitan darse una paliza fuera de sí entre los dos y entonces serán capaces de moverse más allá de esto.
—No voy a sugerirle eso a Kangin. —Teukkie negó con la cabeza—. Sinceramente, no sé si podrá detenerse de hacer algo que más tarde se arrepentiría, cuando… —hizo una pausa y respiró tembloroso—, si alguna vez vuelve a la normalidad.

***
Al igual que un gato indolente estirándose para una siesta por la tarde, Gura se sentó perezosamente en la rama de un enorme árbol. Se apoyó contra el tronco del árbol centenario, con las piernas estiradas frente a él y sus manos detrás de su cabeza, sus ojos estaban siempre alertas y vigilantes.
Durante dos meses había vagado por las Montañas, observando el reino de su hermano y a la escucha de cualquier información de lo que el mundo sobrenatural estaba planeando ahora que él se había revelado. Pero eso no era todo lo que observaba. También había prestado especial atención a la mujer humana en la que su hermano se había fijado, y, si no se equivocaba, planeaba tomar como su compañera.
Su labio superior se levantó con un gruñido mientras pensaba en su hermano teniendo algo que él no tenía, algo que había sido arrancado de sus manos hace tanto tiempo. Sin embargo, la herida dejada atrás estaba tan al rojo vivo y sangrienta como lo había sido el día que ella murió.
Thea, su amor, su razón de vivir, se había ido y era culpa de Jungsoo que ella ya no estuviera a su lado. A decir verdad, debería estar contento que su hermano hubiera encontrado a una compañera, porque ahora tenía algo para tomar de él. Algo que sería igual a lo que Gura había perdido. Y destruiría a cualquiera que se interpusiera en su camino.

***

Park Sora se detuvo en lo que era conocido como la sala del trono del castillo del Hechicero. El castillo en sí fue construido en las montañas, escondido de cualquiera que no supiera exactamente dónde buscarlo. Vio como Jungsoo se paseaba alrededor de la gran silla que estaba puesta en la parte delantera de la gran sala.
Había estado inquieto por semanas, y aunque todavía se estaban conociendo entre sí, estaba empezando a comprender la responsabilidad que tenía hacia su gente y la pasión que sentía por ellos. Él quería lo mejor para ellos. Quería que estuvieran a salvo. Pero sobre todo, quería saber que tenían un futuro en este mundo.
Sin embargo, eso no era lo único que le preocupaba. Sora podía decir que estaba luchando con algo más, pero no sentía que tuviera el derecho a preguntarle al respecto. No habían discutido avanzar en su relación, y aunque él clamó que ella era su compañera, aún no había persuadido conseguir un poco más de ella.
Pasaban tiempo juntos. Él sentía afecto hacia ella y podía decir que se preocupaba mucho por ella, pero algo le estaba frenando y ahora no estaba segura de en dónde se encontraba con él.
Ella no había decidido cuánto tiempo se quedaría en la mansión de Jungsoo. Teukkie y los chicos querían que se quedara con ellos y lo hizo durante algunos días después de la muerte de Desdémona. Pero Jungsoo había tenido que regresar con su gente, y había sentido en el momento que tenía que estar con él.
Era raro pensar en su hijo como una persona madura con un marido y ya no necesitando la guía constante de Sora. Su primer instinto había sido el de permanecer en la mansión Coreana, pero sabía muy en el fondo que no era donde pertenecía.
Ahora no sabía realmente a dónde pertenecía. Después de todo lo que había sucedido, después  de todo  lo que había experimentado  con  Jungsoo,  no podía imaginar volver a su vida como propietaria de una librería y una mujer soltera de mediana edad con un hijo adulto y un pasado roto. Quería más. Necesitaba más y pensaba que más había sido aquí con Jungsoo.
—Sora. —La voz profunda le provocó un nudo en el estómago en anticipación tal como lo había estado haciendo durante los últimos meses. Jungsoo tendió su mano hacia ella, haciéndole señas para ir hasta él.
Caminó lentamente por la habitación hacia él y casi se derritió bajo su mirada ardiente. Santo cielo, Sora, ¿qué? ¿Tienes diecisiete  años?. Cuanto más se acercó a él, más inestable se volvió su respiración.
Una vez más quiso patearse a sí misma por actuar como una adolescente enamorada, pero entonces, ¿por qué no iba a estar afectada por él? Era increíblemente guapo, fuerte, cariñoso y sorprendentemente gentil para un hombre tan grande. Tendría que haber algo seriamente mal con ella, si no se veía afectada por él, al menos, de alguna manera.
Bueno, al menos no estoy defectuosa,  se encogió  por dentro,  decidiendo que estaba bien para ella desmayarse como una colegiala… más o menos.
—Te voy a enviar de vuelta a tu casa.
El estómago de Sora cayó al suelo y su corazón se apretó dolorosamente en su pecho. Maldita sea, no vi eso    venir.

***
—¿Has escuchado alguna noticia? —le preguntó Siwon a Dambi.
—Nada definitivo —le dijo ella con los dientes apretados—. Los bosques están inquietos; la naturaleza sabe cuando el mal está entre nosotros. Está ahí fuera. No se esconde detrás de otro velo en otra tierra o sometido en un agujero en alguna parte.
—¿Acabas de decir sometido? —preguntó Hee con una sonrisa socarrona.
Los ojos de Dambi se lanzaron a la pareja Alfa. 
—Me parece que estar cerca de ustedes los humanos está expandiendo mi vocabulario. Y, por desgracia, no de una manera que me haga sonar inteligente.
—Estamos para complacer, hadita Dambi.
Dambi resopló.
—A juzgar por el aspecto de tu creciente vientre, diría que debes estar teniendo éxito.
Teukkie escupió el agua que había estado bebiendo cuando la risa estalló. Hee palmeó su estómago redondeado y sonrió por encima a su compañero.
—¿Qué piensas B? ¿Cómo está mi puntería?
—Hee  —Teukkie todavía  estaba  riendo  mientras  trataba  de hablar—, tu puntería no es de lo que deberías estar preocupado.
Hee hizo una pausa mientras pensaba en las palabras de Teukkie y luego una malvada sonrisa perversa se extendió en su rostro.
—Bien dicho, Teukkie. Muy bien, voy a revisar mi pregunta. —Miró por encima a Siwon—. B, ¿cómo está tu puntería?
La sala estalló en carcajadas. Siwon enseñó los dientes a su compañero.
«Yo diría que di en el clavo, Heechul», gruñó a través de su vínculo.
—Siwi dice que…
—Heechul —lo interrumpió Siwon y él se rió demasiado fuerte para continuar.
—¿Podemos volver a la cuestión que nos ocupa? —preguntó Junjin mientras se frotaba la frente.
—Bueno, en este caso, el que no haya noticias no son buenas noticias — dijo Dambi, mientras sus ojos se encontraban con los de Junjin.
—He estado tratando de buscar a través de los archivos para ver si tenemos alguna información sobre este personaje Gura —dijo Wadim desde donde estaba sentado en el suelo.
—¿Te has encontrado con algo útil? —preguntó Siwon.
—No mucho, solo que él es el hermano del Rey Hechicero y que tuvieron una riña. Pero los archivos no entran en detalles de por qué.
—Es obvio lo que tenemos que hacer a continuación. —Dambi miró alrededor de la habitación.
—Por favor, dime que tiene algo que ver con alimentarnos —murmuró Hee.
Siwon puso su mano en la nuca de Hee desde donde se encontraba detrás de él.
«No voy a permitir que te mueras de hambre, Heechul», se burló.
«Sabes que me pongo de mal humor cuando tengo hambre».
«¿Cuándo no estás de mal humor, cariño?»
«No es el momento, B». Heechul se estiró hacia atrás y golpeó su mano, pero él solo se rió entre dientes y lo puso de vuelta donde había estado.
—Tan importante como es que tu apetito sea satisfecho para todos nosotros Hee, no es del todo la principal prioridad. —La voz de Dambi fue suave como si estuviera hablando con un niño.
—Debería serlo. Eso es todo lo que digo.
—Tomó nota de ello. —Dambi asintió—. Lo que iba a decir antes que el joven embarazado nos iluminara con sus necesidades, y por sorprendente que parezca que no fuera de la naturaleza carnal, es que tenemos que hacer que Jungsoo venga hasta aquí para explicar por qué su hermano está…
—¿Loco como de calabozo? —interrumpió Teukkie.
Dambi sonrió.
—Esa es una manera de decirlo.
—LCDC —acortó Hee—, increíbles siglas, suena como una banda.
La sala dejó escapar un gemido colectivo cuando todos miraron a Hee.
—Hee, una pista, lee la camisa de Wadim —le dijo Teukkie secamente.
Hee miró a Wadim quien, oh, tan amablemente, empujó su camisa hacia fuera para que pudiera leerlo. En negrita decía: “No, en serio, soy un hombre lobo y tú eres un ser humano, lo que se traduce esencialmente en un filete con piernas”.
—¿Estás insinuando que Wadim me va a comer? Porque no sé cómo se sentiría Siwi sobre eso.
Siwon frotó su cara mientras dejaba escapar un suspiro exasperado.
—Hee, Teukkie, silencio. Wadim, deja de alentarlos con tu estúpida sonrisa.
—Me pondré en contacto con el Hechicero —continuó Junjin como si las bromas entre Hee y Teukkie no hubieran tenido lugar.
—Creo que yo debería ir, Alfa —dijo Dambi—. Va a ser más rápido y quiero comprobar lo que está pasando en su bosque. De lo que he escuchado de algunos de los hechiceros con los que he hablado, parece que hay mucha turbulencia en el aire.
—Bien, hazlo rápido. Dile que lo espero mañana.
Dambi asintió y luego se había ido.
—Como quisiera poder hacer eso —dijo Teukkie mirando con nostalgia al lugar que Dambi acababa de ocupar.
—En cuanto al resto de ustedes —Junjin se puso de pie a medida que se dirigía al grupo—, sé que es fácil ponerse cómodo mientras esperamos a ver lo que nuestro enemigo ha planeado, pero no deben permitir que esto suceda. Parejas, tienen que estar entrenando para el combate, excepto Hee. —él le gruñó, pero Junjin simplemente siguió—. Los sanadores tienen que seguir aprendiendo y hacer lo que sea posible para prepararse para ayudar a los heridos, a los lobos y las Fae por igual. Siwon, sería de gran ayuda si te mantienes en contacto con los Alfas que han regresado a sus manadas. Tenemos que seguir construyendo las relaciones que hemos puesto en marcha; debemos permanecer unidos. Hombres, he pedido a Hyungsik, Príncipe de los Elfos, y a Henry que entrenen con ustedes. Somos fuertes y rápidos, pero ellos son más rápidos. Bien puede ser que tengamos que aprender algunas nuevas técnicas de lucha nosotros mismos. También estarán enseñándoles el tiro con arco. Tenemos que estar preparados para luchar en cualquier forma que el ataque se produzca.
Todos los hombres asintieron y murmuraron su acuerdo.
—Muy bien, nos reuniremos de nuevo mañana cuando Jungsoo llegue.
—Esto significa que puedo ir a comer ahora, ¿verdad? —Hee sonrió mientras se levantaba.
—Oh, Dios mío, qué alguien le consiga al chico un poco de comida para que se calle.
—Oí eso, Teukkie.
—Lo dije para que lo escucharas, tarado —le dijo Teukkie.
Hee miró a Kangin quien estaba de pie justo detrás de Teukkie. Sus ojos parecían apagados, ya no siendo del azul brillante que habían sido una vez y tenía los labios apretados.
—Kangin, tienes que controlar a tu pareja.
La cabeza de Teukkie se alzó de golpe mientras sus ojos colisionaban con los de su amigo. Ellos estaban muy abiertos y estaban dando a Hee la mirada fulminante  de  qué demonios.
Hee se encogió de hombros.
—Es hora de que él saque la cabeza fuera de su trasero y se una al resto de nosotros aquí en la vida.
Kangin no gruñó; ni siquiera reconoció las palabras de Hee. Solo puso su mano en la parte posterior de la espalda de Teukkie y comenzó a guiarlo fuera de la habitación. Teukkie continuó fulminando a Hee con la mirada hasta que pasó furioso por delante de él.
Hee miró a Siwon.          
—No lo entiendo, B. Nuestro bebé está programado para morir el día en que nazca y no me ves caminando por ahí con un ceño fruncido, pareciendo listo para matar a todos en mi camino. ¿No crees que es hora de que Kangin se anime?
Siwon encontró la mirada de Hee y alargó la mano para acariciarle la mejilla.
—No todo el mundo es tan resistente como tú, princesa.
Las cejas de Hee se fruncieron mientras observaba a su compañero. Estaba escondiendo algo; lo sabía sin lugar a dudas. Pero no podía saber lo que era porque mantenía su mente cerrada para él.
Mantenía su vínculo abierto lo suficiente para sentirse el uno al otro, pero no le daba acceso abierto como una vez lo hizo. Mientras miraba hacia él ahora, la mirada en sus ojos lo confundió, pero sabía que si le preguntaba, solo desviaría la pregunta.
Hee finalmente se apartó de él, sabiendo que lo seguiría. Se detuvo un momento y miró hacia atrás por encima del hombro hacia él y levantó una ceja.
—No puedes esconderte de mí para siempre, Siwi. En algún momento, bajarás la guardia. Y cuando lo hagas, no voy a ser amable al darte tu privacidad. Voy a tomar lo que es mi derecho a tener, toda tu confianza y franqueza conmigo. Así que puedes seguir engañándote a ti mismo al pensar que puedes ocultar las cosas de mí, pero siempre consigo lo que quiero. Y no estoy hablando solo de información. No creas que no he notado que pareces demasiado distraído por la noche para cuidar de tus deberes conyugales y eso me está haciendo enojar. Un joven tiene necesidades, B. Pon eso en tu carne seca y mastícala.
Siwon siguió a su indignado compañero y trató de no sonreír ante ese último comentario.
«¿Acabas de decir deberes conyugales?»
«Cállate Siwi».

***

Dambi estaba justo en las afueras del bosque que la magia de Jungsoo abarcaba. Estaba recelosa de entrar en territorio del Hechicero. Podía sentir la maldad en el aire, y verla en la forma en que las plantas y los árboles parecían estar encogiéndose. Entrecerró los ojos mientras trataba de mirar más allá del ámbito humano y en la magia que sabía persistía entre los árboles.
Ahí, pensó mientras observaba los remolinos negros que se movían y cambiaban, entrelazándose entre sí mismos con el verde de los remolinos que sabía que era la magia de Jungsoo. La suya era increíblemente fuerte, pero los remolinos negros aglomerados no estaban teniendo problemas para interponerse y añadir su propia maldad corrosiva.
Dambi resopló con irritación.
—¿Solo por una vez no podríamos por favor tener un enemigo que no estuviera versado en las artes oscuras y estuviera psicóticamente loco con la magia negra? ¿Sería mucho pedir? ¿No podríamos tener solo algunos duendecillos decididos a robar todas las paletas de helado de limón en el mundo? —murmuró en voz baja.
Mientras estaba allí, su malestar aumentó, y tomó la decisión de llamar a Jungsoo hasta ella. No quería esa mancha sobre sí misma y no quería llamar la atención sobre ella—. Jungsoo, Rey de los Hechiceros, solicito una audiencia. —No habló en voz alta, porque sabía que su magia llevaría el mensaje hasta él en el viento.
Después de varios minutos de espera, por fin lo vio emerger como si estuviera caminando de los árboles mismos. Llevaba su característico manto verde y se dio cuenta que su rostro estaba tenso por la preocupación y la ira.
—Dambi. —Asintió en señal de saludo.
—Jungsoo —respondió Dambi—. ¿Sientes la oscuridad en tu reino? —Decidió simplemente empezar con eso porque no había mejor manera de charlar con un Rey que decirle que necesitaba poner su trasero en marcha y proteger lo que era suyo… por supuesto, inteligente movimiento Dambi.
—Viene y va —reconoció Jungsoo—. Sé que es el trabajo de mi hermano.
—¿Vas a hacer algo para detenerlo o solo vas a pasar el rato en tu montaña bebiendo aguardiente mágico y cortejando a esa nueva compañera tuya?
Jungsoo le gruñó y estuvo bastante impresionada con eso, pero no dio marcha atrás.
—Yo soy el Rey aquí, Dambi de las Fae. Yo decido lo que es mejor para mi pueblo y tú no deberías estar escupiendo cosas que no entiendes.
Dambi dejó escapar una carcajada.
—¿Cosas que no entiendo? Creo que te olvidas con quién hablas. Soy más vieja y más sabia de lo que tu mente finita puede comprender. He visto al mal emerger y caer desde hace miles de años y sé lo que pasa cuando nos hacemos de la vista gorda ante lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Tienes que hacer algo antes que él tenga potestad en tu bosque, sobre tu gente y sobre tu compañera.
Jungsoo apartó la vista de Dambi, pero no antes de que ella viera el destello de culpabilidad y dolor en sus ojos amarillos.
—Estoy tomando medidas para proteger todo lo que pueda. Tengo a aquellos que son más fuertes en magia trabajando en hechizos para proteger    la montaña y la tierra. Tengo a mis herreros forjando armas y estoy enviando a Sora de regreso a su casa.
La boca de Dambi se abrió ante su última declaración y luego una sonrisa se desplegó en su cara.
—Y dime por favor, ¿cuán bien se tomó eso tu mujer?
—Creo que estaba enojada. —Todavía no se encontraba con la mirada de Dambi.
—¿Qué te dio esa idea?
—Utilizó un montón de palabras que normalmente la harían sonrojar, y… —Hizo una pausa.
—Y… —solicitó Dambi.
—Entonces comenzó a tirarme cosas.
Dambi rió aún más fuerte esta vez.
—¿Qué tal su puntería?
Jungsoo finalmente encontró su mirada y frunció el ceño.
—¿Es realmente importante?
—Oh, lo será si decide recoger algo un poco más letal que un cepillo o un libro o la mayoría de las cosas que las parejas agarran en ataques de ira.
Jungsoo se quedó en silencio mientras recordaba su pelea con Sora. Estaba enfadada, pero más que eso, estaba herida. Pero no podía preocuparse de sus sentimientos; tenía que preocuparse por la seguridad de ella, por su vida. Podía manejar su rabia mientras ella estuviera viva para dirigirla hacia él.
—Dambi, ¿a qué has venido? —preguntó finalmente.
—Bueno, aparte de los chismes jugosos, Junjin solicita tu presencia mañana mismo.
—Estaré allí. ¿A qué hora?
Dambi se encogió de hombros.
—Ustedes los hombres nunca prestan atención a los detalles. Aparece cuando estés bien y listo. ¿Traerás a Sora?
Él negó.
—Voy a enviarla a casa esta noche.
—¿Sola? —preguntó mientras su voz se elevaba con sorpresa.
—Va a estar a salvo en los Estados Unidos. Mi hermano nunca ha salido de nuestra tierra natal. Enviar a alguien con ella simplemente le alertaría de que ella se ha ido —explicó.
—¿Y qué te hace pensar que no la va a seguir?
—Él me quiere muerto. Si estoy aquí, se quedará aquí.
Dambi dejó escapar una risa que sonó de todo menos divertida a medida que su frente se fruncía hacia él.
—Sigue diciéndote eso a ti mismo, Hechicero, si te ayuda a dormir por la noche.             
Jungsoo se quedó en silencio mientras seguía mirando a Dambi fijamente. No quería pensar que ella tenía razón. No quería creer que su hermano seguiría a su compañera, pero estaba empezando a pensar que lo que él quería no cambiaba lo que es simplemente.
—¿Irías al aeropuerto con ella? —preguntó él de repente.
Dambi fue tomada un poco por sorpresa por la petición, pero la curiosidad pudo más que ella. Definitivamente quería ver cómo Sora Park estaba manejando la situación de ser enviada lejos como una pieza frágil de porcelana.
—Supongo que sí —dijo tratando de sonar desinteresada—, ¿a qué hora?
—Su vuelo sale a las ocho en punto.
—Voy a estar aquí a las siete y cuarto.
Jungsoo negó.
—Eso no te dará tiempo para llegar al aeropuerto.
Dambi puso los ojos en blanco.
—No estoy pensando en tomar un auto.
—Oh, está bien —dijo Jungsoo distraídamente.
Dambi estaba a punto de irse cuando una idea un poco perversa surgió. Inclinó la cabeza hacia un lado mientras sus ojos se estrechaban ante el Rey.
—¿Has pensado en lo que podría suceder si la envías de vuelta?
Jungsoo no respondió.
—Sora es una mujer hermosa. Su hijo es todo un adulto y se ha ido, dejándola en su casa por sí sola todas las noches, los fines de semana. En algún momento un hombre la perseguirá. En algún momento ella dejará que su corazón sane y siga adelante, y dejará que alguien más le dé lo que ella necesita. Lo ha hecho antes.
Dambi observó cómo sus palabras comenzaron a asimilarse en su cabeza. Al parecer, no había pensado en este escenario en absoluto. Sus ojos comenzaron a   brillar en una sombra misteriosa de color amarillo y su piel enrojeció por la ira.
En el momento en que Dambi había dicho que Sora podría seguir adelante, la enorme mano de Jungsoo se envolvió alrededor de uno de los árboles más pequeños y apretó tan fuerte que dejó abolladuras en el tronco.
—Muy bien —dijo Dambi alegremente sin molestarse en reconocer su ira—, mi trabajo aquí está hecho. Volveré a buscarla dentro de un rato.
Antes que el Rey pudiera responderle se había ido.
Jungsoo no hizo ningún ademán de marcharse; no todavía. Tenía que calmarse antes de volver a la montaña. Las palabras de Dambi habían encendido una furia salvaje dentro de él y temía que la menor molestia posible podría desestabilizarlo y algún pobre hechicero inocente moriría. No había considerado que Sora podría seguir adelante. Pensó que en algún momento la recuperaría una vez que fuera seguro. No tenía idea de cuánto tiempo podría llevar, pero solo asumió que ella lo esperaría. Pero no podía alentar esa idea, o la mantendría aquí, y si ella estaba aquí, entonces estaría en peligro. Apartó la idea de ella con otro hombre tan lejos de su mente como pudo y llevó sus pensamientos al asunto en cuestión, su hermano y la amenaza que suponía. Todo tendría que esperar, incluso su deseo de tener a su compañera a su lado.


3 comentarios:

  1. JajajajJa
    Hee~ sabe poner sus prioridades en orden(?) JajajajJa
    Y Dambi sabe como dar justo en la herida...

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  2. No me gustaría ver a Kangin y a Hyuk pelear por algo solo fue imaginado...pero por eso mismo es muy doloroso para Kangin,porque está en su cabeza y no se lo puede sacar de ahí.
    Eso quiere decir que sí,que algo tal vez drastico se va a tener que hacer para solucionar este problema.
    Espero no sea necesario que se enfrente.
    Hyuk no tiene la culpa y menos Donghae,ya que él lo necesita bien para que lo apoye.
    Tampoco para Teuk,viendo a su lobo golpear y siendo golpeado por algo que no es real.
    Al menos Hee sabe que Siwon se trae algo...puede que no imagine de que magnitud es lo que le está ocultando,pero al menos no está tan desprevenido.
    Gura quiere a la pareja de Jungsoo...y jungsoo la madará lejos para tenerla segura...no sé si esa sea buena idea.
    Mantenerla junto a él seria el lugar más seguro...ya ven,la bruja la llevo a seoul...Gura bien podría hacer lo mismo...si Jungso cuida de ella ahí,donde él pueda tener total disposición...seria mejor.

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  3. Ya me dolió la cabeza por tantas cosas esperó y mejore pronto

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...