Pasión de Luna (DH6)- 27




Kevin se encontraba detrás de la barra, buscando Coca Colas para él y para Kwanghee cuando Colt se burló de él.

—¿Ahora estás contento que te haya enviado de regreso con él?

—Cállate, Colt.

—Vamos, lobo. Sé que lo odias. Di "gracias, Colt".

—Preferiría meterme… —La voz de Kevin se desvaneció mientras algo brillante destellaba sobre la pista de baile.

Al principio pensó que sólo era alguien más uniéndose a la fiesta, hasta que se dio cuenta que el "humano" no lograba mantenerse en forma humana. Seguía cambiando de humano a lobo, una y otra vez.

También lo reconoció. Era Heejun.

Kevin dejó las bebidas y saltó sobre la barra. Atravesó el cuarto corriendo hacia el lobo.

—Tranquilo —estaba diciendo Carson mientras recostaba al lobo herido sobre el piso de hormigón—. ¿Puedes mantenerte en tu forma básica?

—Advierte a… Kevin.

Kevin aferró a Heejun y usó sus poderes para mantenerlo humano.

—¿Advertirme acerca qué?

Heejun era un desastre ensangrentado. Alguien lo había golpeado hasta casi matarlo. Era asombroso que el lobo aún estuviera vivo.

—Tu… madre…

—No hables —le dijo a Heejun—. Piénsalo.

Heejun echó la cabeza atrás y cerró los ojos.

—Ella y sus Centinelas mataron a Sunje y Aloysius —dijo Heejun en la cabeza de Kevin—. Yo no quería morir. Hice un pacto con ella, si me dejaba vivir la traería aquí para que los matara a ti y a Hyunsik. —Kevin apretó los dientes, pero no hizo nada para interrumpirlo—. Se suponía que me dejaría ir. En cambio, cuando se enteró que Hyunsik estaba en El Empire, se volvió contra mí. Está viniendo, Kevin. Ya podría estar aquí.

—¡Wow! —la voz de Jeup resonó desde el umbral que conducía a la Casa Ha—. Todos, vengan rápido. El pequeño compañero humano de Kevin está teniendo una terrible pelea con una loba allá arriba. ¡Y está ganando!



Kwanghee estaba aterrado. Su corazón martilleaba, pero aún así no estaba dispuesto a quedarse allí parada y permitir que Jiwon matara a Hyunsik.

Probablemente debería haber llamado a Kevin, pero quería terminar con esto. Y sabía cómo ponerle fin.

Eso esperaba.

Kwanghee abrió de golpe la puerta de la habitación de Hyunsik. Jiwon se volvió hacia él con un gruñido.

—Mantente fuera de esto. No es asunto tuyo.

—Sí, lo es. Lastimaste a mi compañero, me lastimaste a mí, y no te permitiré hacerlo.

—No quiero herirte, Kwanghee.

—Entonces vete.

Jiwon extendió la mano y lo arrojó contra la pared. La espalda de Kwanghee dio punzadas ante el impacto, pero eso no hizo nada para disminuir su resolución.

Jiwon giró hacia Hyunsik y se estiró hacia él.

Kwanghee tomó la silla mecedora y la hizo caer sobre la espalda de la mujer. Jiwon cayó de rodillas, y entonces intentó volver a golpearlo con la mano.

Antes que pudiera, Kwanghee la inyectó con un tranquilizante que había tomado de la sala de consulta.

Jiwon gritó y lo empujó. Golpearon contra el tocador.

—Realmente, estoy demasiado viejo para pelear —dijo Kwanghee entre dientes—. ¡Y tú también!

Jiwon se tambaleó mientras la droga comenzaba a hacer efecto. Utilizó sus poderes para golpear a Kwanghee con la lámpara, pero cayó al piso antes de alcanzarlo.

—¿Qué me hiciste?

—Te drogué.

Tres segundos más tarde, Jiwon estaba extendida en el suelo.
Kwanghee fue hacia ella y la puso de espaldas. Los ojos de Jiwon estaban completamente abiertos, y la mujer la miró fijamente. Satisfecho por haberlo domado un instante, Kwanghee agarró a su suegra y la arrastró a la habitación de al lado, donde la encerró dentro de una jaula. Había un botón rojo arriba, que decía "trabar". Kwanghee lo apretó y espero que de algún modo eso impidiera que Jiwon usara sus poderes contra él.

—Ahí está —dijo, mientras miraba a Jiwon cautelosamente—. Iré a buscar a Carson en un minuto, porque no estoy seguro de haberte dado la dosis correcta. Lo creas o no, no quiero matarte. Pero, por favor, date cuenta que dije que no quiero matarte. Eso no significa que no lo haré.

La mano de Jiwon se movió.

Pero también era probable que Kwanghee no le hubiese dado lo suficiente, y por eso era que la había encerrado en la jaula.

—Mira, Jiwon, realmente lamento lo que te sucedió. Lo siento, y comprendo porqué odias al padre de Kevin. Tienes todo el derecho. Pero eso es entre ustedes dos. No tiene nada que ver con Kevin, o Hyunsik, o Dongjun. Ellos son tus hijos.

—Tienen que morir —jadeó Jiwon, dejándole saber a Kwanghee que en realidad no había usado suficiente tranquilizante—. Son animales.

—¿Te has mirado al espejo? —le preguntó—. Los animales no comen a su cría por ninguna razón. Kevin no intentó matarte por haberme llevado. Los dejó a ti y a tu villa en paz. Eres tú quien está viajando a través del tiempo para matar a alguien que nunca ha hecho nada para lastimarte. Dios mío, golpeaste a Dongjun, tu propia carne y hueso, y lo dejaste para que muriera…

¿Cómo es eso humano? Deja de mentirte a ti misma. Tú tampoco eres humana, Jiwon. O quizá lo eres. Dios sabe que los humanos han cometido algunos de los crímenes más atroces imaginables contra los demás. Los animales, como Dongjun dijo, sólo matan para proteger y alimentarse. Son leales a aquellos a quienes aman. Un humano fue quien me arrancó el corazón del pecho y lo pisoteó. Y fue Kevin quien apareció y me hizo sentir feliz otra vez. Recogió mi corazón y lo acunó cuidadosamente en sus manos. Sé que jamás me lastimaría, no de ese modo.

Los ojos de Kwanghee se llenaron de lágrimas al comprender cuánto amaba realmente a su compañero

— Supongo que, si tuviera que elegir entre un humano y un animal, escogería al animal. Así que, estás advertida, Jiwon. Si alguna vez amenazas a Kevin o a sus hermanos otra vez, voy a demostrarte cuán humana soy. Me pondré mi camuflaje, te perseguiré y te despellejaré mientras gritas. ¿Me has comprendido?

Un masivo grito de aclamación sonó detrás de Kwanghee, sobresaltándolo. Dándose vuelta, vio a todo el clan Ha, y a algunos más, agolpados dentro y alrededor del umbral.

Pero fue Kevin quien atrapó su atención. La expresión de orgullo en su rostro hizo que todo su cuerpo se calentara.

—Maldición, Kevin, tienes a un tremendo compañero aquí —dijo uno de los cuatrillizos Ha.

Jiwon arremetió contra Kwanghee. Su brazo salió de la caja mientras intentaba agarrarlo.

—No puedes detenerme, humano.

—No, pero yo puedo.

Kwanghee dio un paso a un costado mientras Shindong atravesaba la multitud para pararse frente a Jiwon.

Él se agachó cerca de la caja y sostuvo la mirada de ella con la suya.

—Te llevaré a casa, Jiwon, y me aseguraré que nunca puedas volver a abandonar tu época. No más paseos a cuestas de nadie. —Jiwon lo miró resentidamente—. No —dijo Shin, como si pudiera leerle la mente—. Alastor no te ayudará otra vez. Tu contrato está anulado.

—No puedes hacer eso —gruñó ella—. El no será libre hasta que todos ellos hayan encontrado a sus compañeros.

Shin le regaló una media sonrisa burlona.

—Deberías pasar más tiempo con los dioses, Jiwon. Me han enseñado bien sobre las lagunas jurídicas. Ya ves, todos tus hijos han encontrado a sus compañeros. Es sólo que aún no lo saben.

—¿Qué dices? —preguntó Dongjun. Shin lo ignoró.

—Alastor está libre de ti, y por miedo a mi castigo, no hará ningún nuevo acuerdo contigo.

—¿Y qué hay de mi castigo? —chilló Jiwon mientras sacudía los barrotes de su jaula—. ¿Dónde está mi justicia?

Shin se paró y suspiró con cansancio.

—Te diré una cosa. ¿Qué tal esto como pacto? Regresas a tu época y te aseguras que tu otro hijo permanezca donde está, y te daré lo que más quieres en la vida.

Jiwon inclinó la cabeza, mientras contemplaba al Atlante.

—¿Lo juras?

—Sí.

Ella hizo un gesto desde su corazón a sus labios.

—Es un trato. Ahora déjame salir de esta jaula para poder decretar mi venganza.

Shin negó con la cabeza.

—No voy a dejarte matar a tus hijos, Jiwon.

—Pero, dijiste…

—Tu deseo más querido no tiene nada que ver con ellos. Voy a enviarte a casa ahora y, te lo prometo, para cuando caiga la noche, serás una mujer feliz.

Jiwon desapareció de la jaula.

—¿Qué vas a hacerle? —preguntó Dongjun.

Shin cruzó los brazos sobre el pecho mientras se daba vuelta para enfrentarlos.

—¿Qué es lo que tu padre siempre ha dicho públicamente por lo que daría cualquier cosa?

La mandíbula de Kevin quedó floja.

—Recuperar a su compañera. Pero eso era sólo una mentira que decía para que la manada sintiera pena por él.

—Bueno —pronunció Shin lentamente—. Uno debería tener cuidado con lo que desea. Porque podría obtenerlo.

Kevin silbó bajo.

—Recuérdame que nunca te haga enfurecer.

—En realidad no vas a unirlos, ¿verdad? —preguntó Kwanghee. Shin se encogió de hombros.

—Fueron destinados a estar juntos, y es hora que se manejen el uno con el otro. Lo que suceda entre ellos, es asunto suyo.

—¿Qué te debo por este favor? —preguntó Kevin.

—Es gratis. Cuando ayudaste a Kyuhyun, pagaste un precio más alto del que nadie debería pagar jamás. Considéralo un regalo de bodas de parte mía y de Simi. Ni tu madre ni tu padre volverán a amenazarlos jamás a ustedes ni a sus hijos.

—¿Estás prediciendo el futuro, Shindong? —preguntó Mew.

—No exactamente. No les estoy diciendo lo que sucederá. Sólo lo que no.

—Gracias, Shin —dijo Kevin.

—Ya que estás de un humor generoso —dijo Dongjun desde la entrada—, ¿quieres decirme quién es mi compañero?

Shin le ofreció una media sonrisa pícara.

—Depende de ti encontrarlo.

—Sí, pero…

—Basta, lobo —dijo Colt, palmeándole la espalda—. El gran Shindong no va a responder eso.

—Ah, hombre, esto va a volverme loco. Sabes que he conocido a miles de parejas en mi vida, ¿cierto?

—Sí —dijo Shin—, pero no te has acostado con todas.

Dongjun parecía estar sufriendo.

Kevin se adelantó y atrajo a Kwanghee a sus brazos.

—Gracias —le dijo, abrazándolo con fuerza—. Cuando Jeup me dijo que mi madre estaba aquí arriba contigo…

Él le pasó los brazos alrededor del cuello y dejó que el amor que sentía por lo inundara.

—No iba a permitir que te lastimara.

Shin ahuyentó a todos fuera de la habitación, para que pudieran besarse en privado.

Luego de algunos minutos, Kevin los transportó desde la oficina de Carson a El Empire. Heejun estaba sentado en una silla, se veía un poquito aturdido y todavía sangraba.

Pobre lobo. Pero viviría.



Shin llegó donde Kevin y Kwanghee.

—Entonces —dijo Shin, caminado hacia ellos—. ¿A quién respaldarás para que tome el control de tu manada?

—No es asunto mío. Fui exiliado.

—Sí, pero Juhak se irá en aproximadamente, uhhh..., una hora, necesitarán a alguien que los lidere.

Kevin miró a Heejun, quien había querido la manada durante años. Desgraciadamente, el lobo era un idiota, de ahí su intento de pacto con la madre de Kevin.

Su mirada voló hacia Dongjun y Cujo.

—¿Dongjun? —lo llamó Kevin—. ¿Qué te parecería liderar una manada de lobos?

Una traviesa sonrisa se extendió por su rostro.

—Me encantaría.

—Mierda —refunfuñó Heejun mientras intentaba ponerse de pie. Aún estaba demasiado débil—. No es lo suficientemente fuerte como para contener a la manada.

Kevin miró a su hermano y luego a Heejun.

—Sí, lo es. Porque sé que mi hermano reubicará a la manada aquí en Nueva Orleáns.

—Nunca lo respaldaré —gruñó Heejun.

—Ni siquiera puedes tenerte en pie, imbécil —respondió Dongjun. Kevin ignoró el arranque de Dongjun.

—Sí, lo harás. Si no lo haces, tú y yo terminamos.

Kevin retiró su hechizo y permitió que se vieran las marcas de su rostro. Heejun se puso aún más pálido

—. ¿Alguna pregunta?

Heejun se volvió hacia Dongjun y sacudió la cabeza.

—¿Quieres que comience a mudarme?

La sonrisa de Dongjun se volvió malvada.

—Diría que sí, pero parece que lo único que puedes hacer es empezar a sangrar. Me ocuparé de la manada. Carson, ¿querrías acompañar a Heejun arriba antes de que se derrumbe? —Carson asintió y desapareció de la habitación con Heejun. Dongjun se adelantó—. Gracias, Kevin.

—No hay problema. Te lo has ganado, y decididamente lo mereces más que cualquiera de los otros.

Kwanghee no podría haber estado más orgulloso de Kevin que lo que estaba en ese momento.



1 comentario:


  1. Apuesto a que nadie se esperaba esa escena en la habitación de Sik.
    Kwang salió todo un guerrero....con artimañanas que son de ayuda para los humanos,pudo contener a la "madre" de Kevin y lograr que Shin pusiera fin a su persecución....todis orgullosos de Kwanghee *0*

    En niño lindo lidereando una manada....claro,kevin gozando la vida con kwang y en busca de su compañero...ㄱㄱ...¿quien será?

    Kevin apoyando a su hermano...me gusta mucho,es como si tratara de compensarlo por el tiempo perdido,pero no solo por hacerlo,sino porque querer darselo de verdad *0*

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...