Siwon lo fulminó
con la mirada y dio un paso atrás.
—Deberías estar
descansando, no vagando alrededor en una bata de hospital con el soporte de una
intravenosa —le
dijo, sonando completamente indiferente, como si estuviera hablando con un
desconocido. Hee
se volvió y miró hacia Donghae para ocultar el dolor en sus ojos, el cual él ni
siquiera
sabía por qué
sentía, pero ahí estaba.
—¿Qué te dije, Hae?
Algo está pasando y como siempre nos están dejando fuera. Así que, señora P,
¿quién quiere ver
a nuestro pequeño joven principe lobo? — preguntó Hee, manteniéndose de
espaldas a Siwon
pero sin alejarse de él.
Fue Junjin quien
respondió.
—Ahn Kangta está
aquí para ver a Teukkie.
Los dos chicos
miraron fijamente Junjin.
—Bien, bien, y Ahn
Kangta, ¿sería? —solicitó Hee.
—El padre de Teukkie
—escupió Sora.
—Oh, increíble… La
mierda se enciende, guarden los fósforos —dijeron al unísono Donghae y Hee.
Junjin y Siwon
tosieron, ambos tratando de encubrir sus risas por el vocabulario de Hee. Él tuvo
la
decencia de
parecer un poco avergonzado por su declaración descabellada, pero muy poco.
—Eso ni siquiera
comienza a cubrirlo. —La voz de Sora sonó angustiada y la frustración estaba escrita sobre su frente.
—Así que, ¿cuándo
todos ustedes estaban planeando dejar caer esta bomba nuclear en el regazo de
Teukkie? Porque
creo que voy a ser necesaria en algún otro lugar del hospital en ese preciso
momento —les dijo Hee. Donghae
estaba a su lado, asintiendo en acuerdo.
—Vamos a decirle
ahora —respondió Siwon, dándole a Hee la excusa perfecta para darse la vuelta y
comérselo con los
ojos sin ser obvio.
O al menos eso
pensaba hasta que oyó a Donghae susurrar en su oído:
—Entonces, Siwon
parece ser digno de tirar baba, por lo que veo.
Hee giró la cabeza
tan rápido que se golpeó con la frente de Donghae.
—Maldición, Hee,
tu cabeza es aún más dura de lo que originalmente pensaba —se quejó Donghae.
—Sí, bueno,
Sherlock la tuya no es tan suave tampoco —espetó Hee. Donghae le dio una mirada
de
complicidad,
recordándole que lo había atrapado checando a Siwon. No debería estar molesto
de que
Donghae lo hubiera
atrapado, él checaba a los chicos todo el tiempo. Esto era diferente, sin
embargo,
este era un hombre
lobo jodidamente caliente como el pecado. Sí, bueno, tal vez las quemaduras se
le
subieron a la
cabeza. Debía ser por eso, que de repente, se fijaba en lo inalcanzable.
Aunque, pensó, los hombres lobo
pueden tener aventuras amorosas, ¿no? Miró a Siwon de nuevo, quien estaba
estudiando el suelo como si
tuviera las respuestas a la vida escritas en él, en arameo. Una aventura con
él, hmmm, podría ser
interesante. No se dio cuenta que había dicho la última parte en voz alta.
—¿Qué clase de
aventura sería interesante? —preguntó Donghae.
—¿Qué? No dije
aventura, dije apoyadura. Una apoyadura para el brazo, debido a las quemaduras
y todo eso. —Hee tropezó
con sus palabras.
—Ajá, bien, una
apoyadura. Haremos que la enfermera se encargue de eso, Hee. —La mirada de Donghae de “estás llena de
patrañas” a juego con su tono de voz.
Hee se volvió
hacia Sora a continuación, por una vez sin querer la atención dirigida a él.
—Está bien, bueno,
yo digo que terminemos con esto señora P, sólo arrancarlo como un curita,
limpio y rápido. —Mientras
hablaba estaba cojeando de vuelta a la habitación tirando de su soporte de intravenosa. Antes
de que alguien supiera lo que había planeado, Hee abrió la puerta, diciendo
— Teukkie, tu querido
padre ha venido a presentar sus respetos a los casi desaparecidos.
La cabeza de Teukkie
se giró de golpe.
—¿Qué?
—Mierda, ¿por qué
nadie me dijo que alguien con un maldito soporte de intravenosa podía moverse
tan rápido? —soltó
Donghae.
Sora entró en la
habitación, seguida por Junjin, Hyesung y de último Siwon, quien estaba tan
taciturno como siempre. Hee
se arrastró de vuelta a la cama con la ayuda de Donghae y se volvió para mirar
a Teukkie, quien en
ese momento parecía haber perdido las palabras. Eso es nuevo, pensó Hee.
—Mamá, dime que Hee
ha inhalado un poco de demasiado humo, o que está dopado por la morfina, o incluso que acaba
de decir eso sólo para ser un tarado.
Sora negó con la
cabeza.
—Cómo desearía
poder darte cualquiera de esas excusas, pero él sólo estaba siendo tan
brutalmente
honesto como
siempre lo es. Tu padre está aquí y quiere conocerte.
Kangin dejó
escapar un gruñido y Teukkie puso la mano sobre la suya para ayudar a calmarlo.
Él le miró y usó su vínculo.
«No tienes que reunirte con él, ya lo sabes, ¿verdad?»
«Sí, lo sé. Pero Kangin, es mi padre y está aquí para verme. No
puedo decirte cuántas veces he soñado que iba a llegar a conocerlo algún día»
le dijo Teukkie, y luego pensó en lo que le había preguntado antes, cuando sintió que
no estaba siendo totalmente honesto.
—Espera, ¿lo
sabías? ¿Es esto lo que no me estabas diciendo? —Teukkie miró a Kangin con
escepticismo.
Kangin se
arrodilló para quedar cara a cara con él.
«Lo siento, amor. Simplemente no quería molestarte y no sabía lo que
él quería. Quería esperar a decirte cuando tuviéramos más información.» Los
ojos de Kangin estaban suplicándole que entendiera.
—Nunca me ocultes
las cosas, Kangin. Nunca terminará bien para ti, ¿estamos claros?
—Como el cristal, Angel.
Por favor, perdona mi falta de consideración. — Kangin desnudó su cuello como señal de respeto a
su compañero.
—Hombre, eso es
tan jodidamente delicioso —dijo Hee, observando el intercambio entre Kangin y Teukkie, junto con todos
los presentes—. Yo quiero uno Donghae, ve a buscarme uno.
—Un sexy, cariñoso,
apasionado, hombre lobo peludo viniendo —dijo Donghae con sarcasmo—. ¿Deseas papas fritas o
tostadas con eso?
—Prefiero crema
batida en realidad —dijo Hee con nostalgia.
Siwon tosió y
parecía como si se estuviera ahogando, mientras Teukkie y Kangin miraban a los
dos chicos con perplejidad.
—Juro que mis dos
mejores amigos no tienen vergüenza. Absolutamente, totalmente, completamente y
enteramente sin indignación. —La voz de Teukkie estaba lleno de perplejidad.
—Teukkie… —La voz
de Sora trajo a Teukkie de vuelta a la realidad de la situación.
—Oh, cierto, así
que mi padre está en la ciudad… no sé qué sentir al respecto, para ser honesto.
Kangin deseó poder
ocultar la preocupación de que algo no estaba del todo bien, pero captó el
pensamiento antes
de poder bloquearlo.
—¿Qué quieres
decir con que no crees que algo está bien? —le preguntó en voz alta.
Kangin se volvió y
miró a Siwon.
—¿Lo confirmaste?
—Sí, mi príncipe,
él está ocultando algo —respondió Siwon. Kangin miró a Teukkie y sostuvo
suavemente su mano
vendada.
—Amor, él está
aquí para conocerte, pero esconde otro motivo y no sabemos qué es. Está
haciéndonos muy recelosos de
él. No puedo decir que me gusta la idea de que él esté cerca de ti.
—Vas a estar conmigo,
¿verdad? —preguntó.
—Por supuesto. —Él
asintió.
—Entonces no
estaré en ningún peligro —dijo Teukkie con plena confianza en él.
Se inclinó y lo
besó suavemente.
«Gracias, Angel. Siempre te mantendré a salvo.»
«Lo sé hombre lobo, cuento con ello.» Teukkie
le sonrió y corrió suavemente sus dedos por un lado
de su cara.
Hee se aclaró la
garganta.
—No quiero romper un interludio obviamente prometedor, pero
necesitamos en cierto modo
averiguar lo que
quieres hacer, Teku.
—Voy a conocerlo
—dijo Teukkie sin rodeos.
Sora miró a su
hijo y le dio una inclinación de la cabeza en entendimiento.
Junjin se acercó a
la cama de Teukkie y puso una mano en el hombro de Kangin.
—¿Por qué no
descansas un poco, Teukkie? Duerme esta noche y luego tu padre puede venir a conocerte mañana.
Kangin asintió en
acuerdo con su Alfa.
—Creo que es una
buena idea, Leeteuk. Has pasado por mucho hoy, necesitas descansar.
—Sé que tengo que
hacerlo, pero me siento increíblemente mejor. Aparte de la fiebre que parece
que
no puedo echar —le
dijo con asombro.
—Esos son tus
genes de lobo emergiendo, nos curamos muy rápido. Obviamente vas a sanar mucho
más rápido que un ser
humano, pero no tan rápido como un hombre lobo.
—Hee, ¿cómo estás
por ahí? —preguntó Teukkie, utilizando la jerga que era casi una segunda
naturaleza con sus mejores
amigos.
—Espera a ello
—dijo Hee mientras comenzaba el proceso de desenvolver sus piernas y brazos.
Hee finalmente
tenía sus piernas y sus brazos desenvueltos y hubo un grito ahogado en la habitación.
—No debo de
haberme quemado tan mal como tú, porque ya ni siquiera tengo ampollas en mis
piernas, la piel sólo está
muy sensible y bien roja. Las que están en mi pecho también están casi
completamente curadas. Alguien
tendrá que mirar mi espalda y mis hombros para ver si se han curado también
—dijo Hee, sonando
perplejo.
—¿Qué? —Junjin, Hyesung
y Siwon hablaron al mismo tiempo. Hee miró alrededor de la sala en cada uno de ellos,
confundido.
—Dije que ya ni
siquiera tengo ampollas en las piernas o el pecho. —casi chilló cuando Siwon
estuvo de pie a la cabecera
de su cama en un instante. Para alguien tan grande era sorprendentemente
delicado mientras examinaba
su piel.
—Me dirás si te
hago daño. —Siwon atrapó sus ojos con los suyos dorados de lobo.
Hee no pudo decir
nada, sólo asintió. En lo único que podía concentrarse era en sus manos tocando
su
pierna y ni
siquiera trató de ocultar el suave suspiro que salió mientras él pasaba el dedo
por su piel. Él iba a jalar la parte
delantera de su camiseta hacia abajo lo suficiente para ver su clavícula, pero Hee
golpeó su mano alejándola.
—No has comprado
boletos. No obtendrás un espectáculo gratuito, así seas, un hombre lobo digno
de
babear o no.
—Alfa, es cierto,
su piel se está curando rápidamente. Demasiado rápido —dijo Siwon, mirando a Hee.
—¿Por qué me miras
como si me hubiera crecido una segunda cabeza de nuevo? —le preguntó Hee, la confusión marcada
en su rostro.
Siwon sólo se
quedó mirándolo hasta que finalmente se giró y
alejó. Mientras caminaba
pasando a Junjin, dijo:
—Tomaré la primera
guardia esta noche en la puerta. —Y luego se fue. Hee estaba confundido y
frustrado por la pequeña
escena que tuvo lugar, pero no podía preocuparse por eso en este momento, tenía
cosas más importantes
que hacer. Si había algo más importante que Siwon, esto lo es.
—¿Por qué iba a
estar sanando tan rápido? —le preguntó a Junjin.
—No lo sé.
Tendremos simplemente que seguir monitorizándote. Quizás el doctor Lee tenga
que ejecutar algunas pruebas de sangre en ti —le dijo Junjin.
—Bueno, bien,
supongo que voy a llamar a Kangta y hacerle saber que puede venir mañana si
estás
seguro, Teukkie
—le dijo Sora.
—Estoy seguro.
Evitarlo no me hará ningún bien. Creo que necesito algún tipo de cierre o
alguna cosa de esas como lo
nombren los psicólogos. —La voz de Teukkie traicionó el hecho que realmente
estaba cansado a pesar de
que se sentía mejor.
El resto de la
tarde consistió en Hee y Teukkie tomando siestas y cuando estaban despiertos
continuamente
bromeaban entre sí con Donghae como mediador. Nunca hubo un momento en que
Teukkie no
estuviera tocando a Kangin o viceversa, ambos buscando constantemente
reconfortarse en
el otro.
Finalmente, cuando
llegó el momento de terminar la noche, Donghae consiguió unas sábanas y una
manta de una
enfermera y durmió en el sofá junto a la ventana. Kangin acercó dos sillas y se
sentó en una mientras apoyaba
los pies en la otra.
—Tú no vas a
dormir así —le dijo Teukkie con escepticismo.
—Tienes razón mi
amor, no voy a dormir en absoluto —le dijo Kangin—. No trates de convencerme de lo contrario,
tenemos un grupo de lobos extraños en nuestra ciudad, uno de los cuales es el
padre que nunca has
conocido. No hay ninguna manera en que vaya a dormir en esas circunstancias.
—Bueno, cuéntanos
realmente cómo te sientes allí, Colmillo Blanco —dijo Hee con sarcasmo,
recostándose y tirando de las
mantas. Sentía mucho frío por alguna razón y empezaba a temblar.
—¿Estás bien, Hee?
—preguntó Donghae, notando que su amigo estaba actuando como si tuviera frío
cuando no hacía
frío en la habitación.
—De repente tengo
frío. ¿Podrías conseguirme otra manta, Hae? — preguntó Hee, sus dientes
castañeando. Donghae se acercó
y abrió la puerta de la habitación del hospital y asomó la cabeza. Siwon estaba
de pie justo a la derecha
de la puerta.
—Oye, Siwi,
podrías conseguirle a Hee otra manta, ¿por favor? —le pidió Donghae. Podría
haberlo hecho él, pero estaba
experimentando. ¿Qué podía decir? Era un oportunista.
Siwon se enderezó
y se volvió para mirar a Donghae directamente. Tratando de mirar más allá de él,
dentro de la
habitación, le preguntó:
—¿Por qué, está
bien? ¿Es algo malo? —Donghae levantó una ceja hacia él—. Quiero decir, si algo
está mal podríamos
necesitar traer al doctor Lee o algo así, es por eso que estoy preguntando —dijo
él, tratando de
parecer indiferente.
—Ajá, claro.
Bueno, creo que tal vez sólo tiene un poco de fiebre. Eso por lo general me
hace temblar. Así que si fueras tan
amable —lo apresuró Donghae.
—Te las traeré
—dijo Siwon mientras se alejaba en busca de su petición.
Un momento después
se abrió la puerta de la habitación, dejando entrar una estela de luz que se
reflejó en el suelo
blanco, haciendo que la habitación parezca más hostil y poco atractiva.
Siwon se acercó a
la cama de Hee en lugar de entregarle la manta a Donghae.
Extendió la manta
sobre Hee mientras él simplemente lo miraba en silencio. Una vez que la manta
estuvo en su
lugar, se volvió y salió, cerrando la puerta silenciosamente tras él.
—¿Es bipolar,
esquizofrénico, o hay algún gen de hombre lobo raro que te haga ser un idiota
un momento y luego de alguna
manera hacer algo lindo a continuación solo para que entonces te arroje de
nuevo en modo idiota en un
solo aliento? —preguntó Hee, volviéndose para dirigir su pregunta a Kangin.
—No sé lo que está
pasando con él, Hee. Me disculpo si te está causando angustia. Puedo hablar con
él si lo deseas.
—Na, todo está
bien. Si sigue así, con mucho gusto le diré que saque el conocido palo de su
lindo culo peludo. —Con esa declaración
final de Hee, la habitación quedó en silencio y Kangin comenzó a escuchar una a una las
respiraciones regulares de cada joven que indicaban que se habían quedado
dormidos.
De pie frente a la
ventana de la habitación de hotel que Pilkyo había reservado para ellos, Kangta
terminó la llamada que
acababa de recibir de Sora y se volvió a sus lobos.
—Voy a conocer a Teukkie
mañana por la mañana a las 10:00 am. Todos ustedes me acompañarán al
hospital, pero
solo Jihoon y yo iremos al piso en el que está, y solo yo voy a entrar en su
habitación. Justo ahora insisten en
que Kangin se quede con él mientras le hablo, lo cual supongo que entiendo. Él no
me conoce, yo sería
cauteloso también.
—Todo va a salir
bien, Alfa —le dijo Jihoon en una inusual muestra de emoción.
Kangta asintió una
vez en reconocimiento a las palabras de su Beta. Había una pequeña parte de él
que sentía que algo
estaba mal con Jihoon pero sólo se lo quitó de encima. Jihoon era su lobo más
fiel y nunca había dado a Kangta
una razón para dudar de su confianza.
—Voy a dar por
terminada la noche. Tenemos que salir de aquí a las 9:15 de la mañana así que
asegúrate de que todos estén
listos —instruyó Kangta a Jihoon.
—Como tú digas,
Alfa —respondió Jihoon. Observó a su Alfa caminar hacia la habitación en que se
quedaba hasta que la
puerta se cerró detrás de él. Jihoon les dijo a los otros lobos que iba a
buscar algo de beber, ellos no lo
cuestionaron. Por qué lo harían, era el segundo del Alfa.
En realidad
necesitaba finalizar su plan. Iba a tener que asegurarse de que Teukkie no
estuviera consciente cuando él lo
secuestrara porque sería capaz de alertar al cachorro que estaba tratando de
reclamarlo.
Para su sorpresa,
cuando se puso en contacto con la manada de Coldspring y olfateó alrededor para
descubrir los
miembros que eran todavía leales a su Alfa muerto, había descubierto que el
médico que
trataba a Teukkie
era el hermano de Lee Sangchul. Y no habría supuesto que el querido médico fuera tan explícito
sobre su ira hacia Junjin y su cachorro, tan molesta, de hecho, que ofreció su
ayuda.
Las cosas no
podían ir mejor. El doctor Lee Hongki iba a entrar y comprobar a Teukkie
durante su turno de guardia y
darles a él y a Hee una dosis extra de morfina. También asumió que el tercer
joven, Donghae, creyó recordar que
lo llamaban así, estaría en la habitación.
La única manera de
mantenerlo noqueado sin el uso de químicos sería el uso de un punto de presión
en su cuello para
dejarlo inconsciente. El se despertaría con un dolor de cabeza terrible, pero
era mejor que tener que hacerle
daño para conservarlo sometido.
A continuación,
tenía que conseguir un transporte y un lugar para llevarlo. Eso era lo que iba
a hacer
esta noche. Una
vez más la manada de Coldspring estuvo dispuesta a solucionar esto para él
también, y gracias a unos
lobos descontentos que estaban enojados por la muerte de su Alfa, le habían
ofrecido su ayuda.
Uno de los lobos,
no sabía su nombre, no quería saber los nombres, le iba a dar un auto y una vez
más el doctor Lee se
acercó y le facilitó el uso de su cabaña de esquí en Colorado.
Pensó que iba a
funcionar bien porque suponía que una vez que supieran lo que había ocurrido
nunca
pensarían que lo
llevaría de regreso a su estado natal. La parte difícil iba a ser mantener a Teukkie
sin saber dónde estaban para
que no pudiera enviar a Kangin alguna pista. Hasta que Kangin no se hubiera
unido con él y hecho los
Ritos de Sangre tendría esa conexión mental.
El lobo que le
prestaría el auto iba a reunirse con él en la parte trasera del hotel para
darle las llaves.
Había estacionado
el auto en el puesto de estacionamiento del hospital más cercano a la sala de
emergencias. El
plan para llegar a Teukkie era simple. El doctor Lee lo transportaría en una
camilla hasta una puerta lateral
que los médicos utilizan justo al lado de la sala de emergencias. Ya que
siempre había conmoción por la noche en la sala de emergencias, nadie se daría
cuenta de un médico rodando una camilla fuera del
lugar.
Jihoon tendría el auto listo y Lee lo deslizaría en el interior. Si las
cosas seguían como estaban,
estaría de camino a Colorado acompañado de su compañero en cuestión de horas.
Sonrió para sí, bastante
impresionado con su habilidad para planear todo esto por su cuenta.
Salió por la
puerta de atrás del hotel y, fiel a su palabra, el lobo esperaba con las
llaves.
—Es una Ford
Escape color canela, para que no llame la atención. Me estacioné justo donde me
dijiste que lo hiciera —le
dijo a Jihoon.
—Gracias,
agradezco toda tu ayuda. —La voz de Jihoon estaba llena de sinceridad, él
estaba realmente agradecido. Sin la
ayuda de la manada de Coldspring éste esfuerzo habría sido mucho más difícil.
—Estamos muy
contentos de que el mestizo coreano no va a conseguir quedarse con el compañero
elegido para
nuestro Alfa. Queremos que él sufra por quitarnos a nuestro Alfa. —La voz del
lobo
derramaba malicia.
Jihoon no quería
entretenerse más aquí, por lo que agradeció al lobo otra vez y luego se dirigió
a su
habitación.
Al entrar en la
habitación, vio que los otros se habían retirado ya. Él decidió tomar una ducha
rápida ya que no suponía que
consiguiera otra por un par de días.
Mientras se
acostaba en su cama, las sábanas frescas del hotel picaron contra su piel, no
podía estar
cómodo. Tenía la
sensación de que no tenía nada que ver con las sábanas provocándole comezón y
más que ver con su
conciencia. Cerró la puerta firmemente en su mente, sin atreverse a examinar el
punto negro que ésta
elección ponía en su alma. Su lobo aprobaba lo que el hombre estaba haciendo, y
eso era suficiente. Ambos sabían que Teukkie estaría mejor con un compañero que
pudiera protegerlo, uno con experiencia.
Jihoon cerró los
ojos, tratando una vez más de conciliar el sueño, pero lo eludió por muchas
horas en la noche.
Kangta se despertó
con el sonido de su alarma del teléfono desvaneciéndose. Se acercó a la mesilla de noche y lo recogió
para apagarlo. Él respiró profundo, se sentó y pasó la mano por la cara,
tratando de despojar el sueño
de su cerebro. Poniéndose de pie, se estiró y sonrió. Hoy se reuniría con su
hijo por primera vez.
Estaba muy aterrado, pero estaba feliz también.
Se dio una ducha
rápida, se afeitó y se vistió a toda prisa con unos Levis sencillos, una
camiseta negra y botas negras.
Cuando salió de su habitación, vio que toda su manada estaba vestida y lista
para irse.
Miró su reloj y
vio que eran las 9:15 en punto.
—Vámonos —les dijo
y se dirigió a la puerta. Jihoon y los otros lobos se alinearon y siguieron a Kangta fuera. Una vez en
el auto y de camino al hospital, Kangta se volvió hacia Jihoon.
—He tomado una
decisión mientras me preparaba esta mañana.
Jihoon asintió,
animando a Kangta a continuar.
—He decidido que
después de que me presente y pase un poco de tiempo con Teukkie, anunciaré mis
derechos de Alfa y
dejaré a Sora conocer mis intenciones de llevar a Jaque a su verdadera manada.
La
mierda va a
explotar, así que prepárate. El doctor Lee va a asegurarse que la seguridad
esté lista si es
necesario.
—Estaremos listos
—le aseguró Jihoon a su Alfa.
Un sichul siempre dara pelea...
ResponderEliminarTan asperos y a la vez tan lindos que ni ellos mismos se reconocen,y no se ven capaces de estar muy muy lejos del otro.
Siwon cuidandolo y Hee tan habil como siempre,los dos estan tan desconcertados.
Wowowowowowowow
Hee se esta curando muy rápido,creo que eso solo tiene una explicación....pero ¿como?¿cuando?.....por lo visto nadie sabe nada respecto a todo esto.
Ese traidor,ahora resulta que tiene "conciencia"
Y el disque padre planeando su secuestro.....espero que los atrapan antes y frusten el secuestro.
Puff...ese doctor Lee nunca me gusto,y menos si ayuda con esto.
Que tacto el de Hee para darle la noticia a teuk...pero fue buena idea.