Sapphire Wolf (T2)- 8




Kangin miraba mientras Leeteuk se sentaba inquieto en su cama de hospital. Su piel estaba sanando
muy rápido y le estaba picando como loca. Así que además de estar nervioso por conocer a su padre
en tan sólo cuestión de minutos también le estaba picando como si tuviera un mal caso de pulgas.

—¿Estás bien, Leeteuk? —le preguntó Kangin.

Leeteuk lo miró tímidamente.

—Sólo nervioso y con picazón. Mi piel se está curando tan rápido y  las costras me están volviendo loco.

—¿Quieres que vea si te pueden dar algo para la picazón? —le preguntó.

—No hombre lobo, cualquier cosa que me den probablemente me pondrá somnoliento. Sólo tendré que hacerle frente.

Kangin y Teukkie volvieron la cabeza al oír un gruñido proveniente de una garganta humana. El sonido venía de Hee. El se frotaba la espalda con fuerza contra la pared. En realidad se parecía a un caballo rascándose contra un árbol. Teukkie pensó en señalar esto, pero se mordió la lengua cuando Hee comenzó a lanzar improperios.

—Siento que mi piel está llena de pequeñas hormigas que pican ¡taaaanto! —soltó Hee mientras seguía intentando calmar la picazón frotando su espalda contra la pared.

Donghae abrió la boca para decir algo, pero rápidamente la cerró cuando la cabeza de Hee dio media
vuelta en su dirección


—Una palabra, una palabra Lee Donghae y juro por Dios que tendrás que dormir con un ojo abierto para el resto de tu vida por temor a que me robe todos tus Ironman y hacer que hagan cosas profanas, tomar fotos y, a continuación, ponerlas en tu página de Facebook con la leyenda de “sigo jugando con muñecos”. —Hee estaba respirando con dificultad después de su diatriba.

—Teukkie, creo que debemos atarlo cuando pase la noche con nosotros, sólo para estar seguros —dijo Donghae secamente.

—Prometido —respondió Teukkie, utilizando la jerga a la que él y sus dos mejores amigos eran tan
aficionados.

—Creo que tengo que estar de acuerdo con tu sentimiento, Donghae —agregó Kangin.

—Cuidado, Cujo. Sólo porque eres atractivo no significa que no voy a tomar represalias —grunó Hee, todavía tratando de calmar la comezón de su piel curándose.

—Lobo —murmuró Kangin, mientras Teukkie le palmeaba la mano—: Yo soy un maldito lobo.

La puerta de la habitación se abrió y Siwon entró y se quedó inmóvil. Él se detuvo en seco al ver a Hee gruñendo y frotándose contra la pared. Él lo miró y casi gruñó.

—¿No sabes cómo tocar la puerta? ¿Y qué diablos estás mirando? ¿Nunca has visto a un joven siendo
manoseado por una pared antes?

—No uno que estuviera tan obviamente disfrutándolo —respondió Siwon sin inflexión.

Donghae miró a Siwon, moviendo la cabeza de lado a lado.

—El camino más seguro en este momento es mantenerse neutral, en una posición no amenazante, y
por el amor de toda la humanidad no provoques a la bestia. Sólo mantén la boca cerrada.

—Bien, bueno sólo vine para llevarte a ti y a Hee a otra habitación para que Teukkie pueda recibir la
visita de su padre —le dijo a Donghae.

—¿Él está aquí? —chilló Teukkie. Siwon lo miró y asintió con la cabeza.

—Él está en camino ahora. —Se volvió de nuevo a Hee y Donghae, y simplemente dijo—: Vengan.

Donghae comenzó a seguirlo. Hee, por supuesto, no podía ser tan cooperativo.

—Oh, lo siento, ¿me he perdido algo? ¿Estoy usando una placa de identificación de perro que indica
que debería estar caminando a cuatro patas y responder cuando un gran hombre lobo de mal humor
me dice que venga?

Siwon se giró y gruñó:

—Uno de estos días, tu boca va a escribir un cheque que tu bonito trasero no podrá cobrar. —Pensó que esto lo dejaría sin palabras pero debería haberlo sabido mejor.

—Oh, no te preocupes bola de pelo, tengo la intención de estar escribiendo ese cheque a tu nombre. —Con eso le dio un guiño y cojeó junto a un Siwon atónito, con soporte intravenoso y todo.

Donghae se volvió y le dio unas palmaditas en el brazo a Siwon.

—Buen intento, jefe, pero estás combatiendo con un maestro en su oficio, ¿y no acabamos de discutir no provocar a la bestia? Caramba, tratas de salvar la vida de alguien y la tira por la ventana. —Donghae siguió murmurando mientras caminaba pasando a Siwon, con las manos en el aire como para demostrar su rendición ante la estupidez de los demás—. Ya he terminado, finalizado, y si tú peludo, lleno de testosterona, egoísta, gruñón, baboso, hombre lobo infestado de pulgas quieres que Hee te castre mientras duermes, está lejos de mi intención interponerme en tu camino.

Siwon se volvió y miró a Teukkie.

—Tus amigos tienen problemas. Problemas graves.

—No tienes ni idea —dijo Teukkie, sacudiendo la cabeza mientras Siwon daba la vuelta para seguir a sus dos mejores amigos—. Buena suerte con eso — gritó antes que la puerta se cerrara—. Bueno, eso fue interesante —le dijo Teukkie a Kangin.

—Interesante sin duda, pero algo pasa con Siwon y él no es exactamente el lobo más comunicativo que hay. Averiguarlo va a ser como tratar de investigar quién mató a Kennedy.

Teukkie miró a Kangin y sonrió.

—¿Sabes lo de Kennedy?

Él se rió.

—¿Por qué no habría de hacerlo?

—Eres de Corea —dijo Teukkie con una mirada ocurrente.

—Como te dije, he estudiado la historia americana. Mis padres querían que yo supiera más que sólo
historia de Corea.

—Supongo que una vez que estemos en Corea y la escuela comience, ¿voy a aprender todo sobre la
historia del país? —le preguntó Teukkie.

—Vas a aprender mucho sobre la historia de Corea en lo que respecta a la manada. Se trata de una gran cantidad de información, pero importante, ya que serás un día la pareja alfa.

—Ugh, no me lo recuerdes, realmente me asusta —se quejó.
  
—Mi tonto Angel, vas a ser un Alfa increíble. No lo dudo. —Kangin se inclinó y la besó suavemente
en los labios.

—Mmm, no hay suficiente de eso pasando últimamente —se burló de él.

—Sí, bueno, no pensé que quisieras dar a Hee entretenimiento gratuito.

—Cuánta razón tienes hombre lobo —bromeó Teukkie.

Se oyó un golpe en la puerta haciendo que Teukkie se sentara más derecho. Kangin se puso de pie y
caminó hacia ella para abrirla. Antes de hacerlo, se volvió y miró a Leeteuk.

«¿Estás listo, amor?»

«Estás conmigo, así que sí, estoy listo.»

«Siempre, mi corazón.»

«Ah, y ¿Kangin?» comenzó Teukkie.

«¿Sí?»

«Trata de no matar a mi padre, ¿de acuerdo?»

Los ojos de Kangin brillaron y gruñó por lo bajo.

—Basta ya, hombre lobo, abre la puerta.

Kangin abrió la puerta y un hombre entró. Él no era tan alto como Kangin, pero tenía los hombros
anchos, cabelllo del mismo tono que Teukkie, y tenía los mismos ojos penetrantes. Kangin se sentía
como si estuviera viendo otra version de su compañero, tenía que admitir que era un poco espeluznante.
El hombre le tendió una mano a Kangin cortésmente.

—Tú debes ser Kim Kangin. Soy Ahn Kangta, el padre de Teukkie. 

Kangin tomó la mano de Kangta y la estrechó.

—Soy Kangin, el compañero de Leeteuk —le dijo Kangin sin apartar la mirada de los ojos del lobo Alfa.

Teukkie se dio cuenta que ninguno de ellos iba a ceder ante el otro, tenía que intervenir antes que uno
de ellos hiciera algo estúpido. Así que se aclaró la garganta. Bueno, no era mucho, pero se imaginó que diciéndole a dos Alfas que saquen la cabeza de sus traseros no resultaría bien.

«Es probablemente lo mejor que no dijeras eso, tienes razón, mi amor» le dijo Kangin, obviamente
escuchando su diálogo interno. Él le había dicho una vez que sus pensamientos lo fascinaban. Su
respuesta había sido que se alegraba de que lo pudiera entretener.

Kangta volvió la cabeza en respuesta a Teukkie.

—Tú debes ser Teukkie.

—En carne y hueso. Bueno, al menos lo que queda de ello —respondió.

Kangta dejó escapar un gruñido suave, pero se contuvo rápidamente.

—Sí, vamos a llegar a eso en breve. Primero sólo quiero que sepas que si hubiera sabido de ti, no me
habría mantenido al margen. No tienes que creerme, pero por lo menos quiero que sepas que hubiera
estado aquí y habría sido parte de tu vida.

—Te creo —le dijo Teukkie, con lágrimas reuniéndose en sus ojos, y antes de que pudiera detenerlas
corrierron por sus mejillas.

—Oh, pequeño, lo siento. —Kangta se dirigió rápidamente a su lado, se sintió incómodo por un momento hasta que Teukkie dio el primer paso, se acercó a él y justo así Kangta sostenía al niño que siempre había querido. Él lo atrajo hacia sí y Leeteuk lloró con más fuerza. Él le arrullo y le susurró una y otra vez—: Lo siento pequeño, lo siento tanto, demasiado.

Teukkie no podía creer que estaba lloriqueando como un niño, pero mierda, él estaba aquí. El único
hombre por el que siempre se había preguntado, dónde estaba, qué estaba haciendo.

¿Si él hubiera estado presente le habría enseñado a trepar a los árboles, o cambiar un neumático?
¿Lo habría llevado al cine como el padre de Hee hizo o lo habría llevado a pescar?

Simplemente todo llegó de golpe, de una sola vez, y no pudo retenerlo por más tiempo. Fue puro instinto lo que le hizo llegar a un completo extraño, un desconocido, pero aún así su padre.


Kangin se apartó, su lobo inquieto al ver un extraño sostener su compañero, él que estaba sufriendo.
Odiaba que estuviera sufriendo y que no pudiera ser quien lo consolara. Llámenlo egoísta, que así sea, pero era suyo, sólo suyo.

«Lo siento, hombre lobo. Por favor, no lo tomes como algo personal» le dijo Leeteuk.

«Lo sé, amor, no te preocupes por mí. Pasa tiempo con Kangta. Voy a estar bien.» Le envió el pensamiento, también una imagen en su mente de rozar las puntas de sus dedos sobre su cuello, donde su marca ahora debía estar. Eso le hizo gruñir de nuevo.

Teukkie finalmente se serenó y se apartó de Kangta. Él le apartó suavemente el cabello de la cara.

—Sé que no estuve allí por mucho tiempo, pero ahora estoy aquí. Quiero ser parte de tu vida si estás
bien con eso.

—Me gustaría eso —dijo Teukkie con honestidad.

—¿Por qué no me hablas de ti: cosas favoritas, aversiones, y todo lo demás que un padre debe saber?
—Kangta sonrió tranquilizadoramente.

—Bien, ¿por dónde empiezo? —A partir de ahí, por las próximas horas, Teukkie y Kangta hablaron de cualquier cosa. Kangin podría decir que tenían personalidades muy similares. Lo que les gusta y disgusta, aunque su sentido del humor era igual. Estaba feliz por él, en realidad lo estaba, pero su lobo todavía no confiaba en Ahn Kangta.

Por último, Kangta se levantó. Miró su reloj, dándose cuenta que habían estado hablando durante cuatro horas y media. El almuerzo había llegado y pasado y todo el tiempo Kangin había permanecido contra la pared frente a la cama de Teukkie, sin moverse, de pie y observándolo. Teukkie lo miró y sonrió, esa sonrisa valía la pena cada minuto que había permanecido allí manteniéndolo a salvo.

«Soy todo tuyo, tan pronto como él se vaya» le dijo a través de su vínculo.

«Voy a hacer que mantengas eso, Angel.» Le guiñó un ojo y vio sus mejillas volverse de color rosa. Le encantaba cuando se sonrojaba, amaba que fuera la causa de que se ruborizara.

—Voy a dejar que descanses un poco. Sin embargo, volveré más tarde, ¿si eso está bien? —preguntó
Kangta.

—Sí, estoy bien con eso —respondió Teukkie.

—Muy bien, genial. —Se volvió a Kangin y una vez más le tendió la mano— . Kangin, gracias por tu
paciencia y dejarme pasar algún tiempo con Teukkie.

—Si eso lo hace feliz y él está a salvo, siempre voy a estar de acuerdo con que pases tiempo con él —le dijo Kangin, dejando que su lobo se mostrara a través de sus ojos sólo un poco.

Kangta dio un paso atrás antes de que pudiera revelarse a sí mismo. Interesante, pensó el lobo de Kangin,  Alfa, pero no por encima de él. Es bueno saberlo.

Kangin estaba junto a Teukkie antes de que la puerta se cerrara. Se sentó en el borde de la cama.

—¿Cómo estás, realmente? —le preguntó Leeteuk.



Él no había tomado más que unos pasos cuando Sora, Junjin, su compañero, su Beta y Jihoon fueron
andando hacia él. Esto no iba a ser bonito.

—¿Cómo ha ido? —le preguntó Sora.

—Muy bien, me contó todo sobre él. No es para nada tímido. —Todos rieron con ese comentario,
obviamente en completo acuerdo.

—Entonces, ¿ahora qué? —fue Sora quien preguntó otra vez.

—Yo creo que necesitamos hablar. —Kangta la miró a los ojos—. Todos nosotros. —Se dirigió a cada uno delante de él.

Junjin lideró el camino hacia una privada área familiar. Ninguno se sentó, no queriendo ponerse en
una posición vulnerable o sumisa.

—Habla —ordenó Junjin. Este era el Alfa hablando, no él padre de Kangin.

—Estoy invocando los derechos como Alfa con respecto a mi hijo, quien es un menor de edad —
anunció Kangta con total confianza.

Junjin gruñó, causando que la confianza de Kangta vacilara momentáneamente, pero luego se recordó
que él tenía todo el derecho de dar un paso adelante, esto era una ley de manada.

—Sabes que tengo todo el derecho, Junjin, él aún es menor de edad, es mi hijo, y se ha hecho evidente que Kangin no está listo para protegerlo de la manera que un compañero debería. —En esa última parte Siwon se lanzó hacia adelante. Junjin lo atrapó antes de que Jihoon pudiera interceptarlo.

—¿Cómo te atreves a hablar otra vez de nuestro príncipe con semejante falta de respeto? —gruñó
Siwon.

—Siwon, retírate —habló calmadamente Junjin, pero había un impulso de poder en sus palabras que se cernió por la habitación, empujando a todo el mundo de rodillas, incluyendo a Kangta.

Kangta luchó contra la orden y logró ponerse a sus pies.

—Voy a ignorar la falta de respeto que le has demostrado a mi familia, Ahn, y sólo lo voy a dirigir a la ley de la manada que tú has traído a nuestra atención —le dijo Junjin.

—¿De qué está hablando, Hyesung? —susurró Sora.

—Sólo escucha Sora, y lo que sea que hagas, mantente en calma —le dijo Hyesung con firmeza.

—Calma, de acuerdo, lo tengo —respondió Sora.

—Tienes razón, es la ley de la manada que tengas derecho a invocar los derechos de Alfa, pero necesitas estar seguro de que esto es lo quieres hacer. ¿Te das cuenta que enojar a tu hijo adolescente te hará la vida difícil, por decir lo menos? —Kangta no respondió.

—¿Has pensado en lo que él quiere, que es estar con Kangin? —le preguntó Hyesung gentilmente.

—Lo hago, pero entonces los niños no siempre saben que es lo mejor para ellos. Si viene conmigo lograré pasar algo de tiempo con él. El puede usar ese período lejos de Kangin para darse cuenta si es
realmente lo mejor para él.

—¿Ir contigo? ¿De qué diablos estás hablando, Kangta? —La mandíbula de Sora se apretó con furia.

—Calma, recuerda —le dijo Hyesung a Sora.

—Él acaba de decir que quiere llevarse a mi hijo.

—NUESTRO hijo —interrumpió Kangta.

—No, así no es como funciona, Kangta. ¡Tú no vienes y dices que eres su padre y que él debería irse
contigo cuando ni siquiera te conoce!

—Sora, él es mitad lobo. Tú posiblemente no puedes saber todo lo que es mejor para él —trató de
razonar Kangta.

—Todos fuera —la voz de Sora fue como un látigo—. ¡Fuera! ¡Todos!

Junjin asintió a Siwon y a su compañero.

—Jihoon, ve —le dijo Kangta a su Beta.

Una vez que la puerta se cerró y ellos dos eran los únicos en la habitación Sora enderezó su columna y miró a Kangta en la cara furiosamente.

—No sé quién te crees que eres, Alfa o no. Si tratas de llevártelo, él te odiara. Él ama a Kangin, ellos son compañeros, y tú de todas las personas sabes lo que eso significa. Si tratas de apartarlos partirás sus almas en dos.

Kangta tomó un profundo respiro.

—No lo estoy apartando de él indefinidamente. Sólo tiene 17, Sora, aún no es un adulto.
  
—Tendrá dieciocho en dos meses, Kangta, lo cual deberías saber de haber estado cerca cuando
él nació.

—Bien entonces, lo tendré por dos meses, porque una vez que Kangin se vincule a él, se irá, y yo acabo de encontrarlo. —La voz de Kangta era suave y Sora pudo escuchar el dolor en ella.

—¿Por qué siquiera lo quieres con tantas ganas? Seguramente tienes hijos hombre lobo de pura sangre con tu compañera, lo cual por cierto no envidio.

Kangta miró al piso cuando él hablo.

—Nunca fuimos capaces de concebir.

Las palabras golpearon a Sora como un puño en el estómago, dejándola sin aliento.

—¿Teukkie es tu único hijo? —le preguntó.

—Sí.

Ninguno de ellos habló durante varios segundos. Fue Kangta quien rompió el silencio.

—Sora, no estoy tratando de ser el chico malo. Podría haberlo perdido en ese accidente. Él debería
haber estado protegido, y no te estoy culpando. Kangin es responsable de él, simplemente no está
listo, ellos necesitan tiempo para madurar. Si todo lo puedo obtener son dos meses, entonces que así
sea, pero tal vez si ellos retrocedieran un poco verían que sería bueno esperar para vincularse.

—Estás tratando de intervenir en lo que el destino ha ordenado. Te va a devolver el fuego, Kangta. Si
Teukkie no quiere ir contigo, te juro que haré lo que sea que esté en mi poder para evitar que ocurra.
Qué Dios te ayude cuando Kangin se entere. —Sora se volvió abruptamente y huyó de la habitación,
cerrando de golpe la puerta detrás de ella.

Jihoon entró justo después de la salida de Sora.

—Eso ha ido bien —dijo Kangta sarcásticamente.

—Junjin desea hablar contigo —le dijo Jihoon.

Kangta asintió su acuerdo para que Jihoon dejara entrar a Junjin.

Junjin ingresó a la habitación y su poder le siguió. Kangta podía sentirlo y rozaba sobre su lobo como
si estuviera siendo acariciado en contra de su voluntad por todo su pelaje.

—¿Qué vas a hacer? —preguntó Junjin.

—Lo que dije, Teukkie viene a casa conmigo al menos hasta que tenga 18. Si él quiere estar con Kangin después de eso, entonces no lo puedo detener. Así que desde ahora hasta que se vaya mis lobos lo protegerán. Retirarás a tus lobos, y Kangin puede estar aquí durante el día pero no lo quiero durmiendo aquí.

—Que así sea. Más te vale mantenerlo a salvo, Kangta. Si algo le sucede al compañero de mi hijo mientras está a tu cuidado lo tomaré de tu carne. —La voz de Junjin fue de nuevo malditamente calmada, pero el lobo de Kangta no tuvo más opción que rendirse.

Junjin se volteó a Jihoon.

—Necesitas venir y presentarte a Teukkie. Mientras lo haces traeré a Kangin. —Junjin se giró y miró de nuevo a Kangta—: Mantén a tus lobos atrás hasta que tenga a Kangin lejos del hospital. No tienes idea de lo que has provocado. Tendrás suerte si mi lobo logra aplacarlo.

—Jihoon, ve con Junjin y conoce a Teukkie, llamaré al resto de la manada y les diré que esperen hasta que les diga que ingresen —ordenó Kangta a su Beta.

Junjin dejó la habitación con Jihoon detrás de él. Kangta tomó una respiración profunda, preguntándose por centésima vez si estaba haciendo lo correcto.



2 comentarios:

  1. Correcto?.....puff...lo único que esta haciendo,es llevar a Teuk al peligro,se lo esta poniendo en bandeja de plata a jihoon.
    En pocas palabras,este tipo lo ha manipulado para su beneficio...
    No tuvo más hijos...eso no le da el derecho de reclamar de esa forma al hijo que dejo...y me da igual que no lo supiera en el momento.
    Nadie le cree a kangta,quizas solo Sora,pero de ahí nadie más le cree al 100%.
    Yo quiero que Hee haga eso de los cheques y que siwon los cobre...muchos cheque...*cejas*

    ResponderEliminar
  2. Bueno al menos sabe que quien es el lider

    ResponderEliminar

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...