Sapphire Wolf (T2)- 4




Finalmente, con la orden de su Alfa, Siwon no tuvo más remedio que moverse fuera del camino. Era casi
como si una fuerza invisible lo empujara a un lado para permitir el acceso del personal médico a Hee.

Tan pronto como estuvo lejos del camino, los seres humanos se movieron en acción rápida y
eficazmente, como una máquina bien aceitada. Siwon observó, temblando de rabia contenida a medida
que ellos clavaban en Heechul agujas y ponían una máscara sobre su cara que él asumió sería para darle
oxígeno. Tan pronto como empezaron a cortar la ropa, él gruñó y se volvió, empujando a Junjin fuera de
la habitación, cerrando las puertas de golpe detrás de él.

—Siwon, ¿qué fue eso? —preguntó tranquilamente Junjin a su Beta. Siwon desvió la mirada en sumisión al contestar a su Alfa.

—Estaba velando por él. Tú estabas con Kangin, Hyesung estaba con Donghae y Sora. No había nadie más que yo para asegurarme de que los humanos no le hicieran daño.

Las palabras de Siwon le sonaron ciertas a Junjin, pero él percibió una emoción subyacente la cual no
creyó que Siwon fuera consciente.

—Su familia estará pronto aquí, Hyesung los ha llamado. Cuando lleguen, puedes dejar que ellos se
encarguen. Hasta entonces te pediré que permanezcas de pie fuera de esta puerta y si el médico sale
antes de que sus padres estén aquí, obtén toda la información que él te diga para que puedas transmitirla. ¿Entendido?

—Voy a tratar con su familia cuando lleguen aquí. Entendido —respondió Siwon, su voz sin emoción, con una expresión dura.

—Una cosa más, Beta. Mantén a tu lobo bajo control —le advirtió Junjin.

—Sí, Alfa —respondió Siwon mientras retrocedía contra la pared, cruzando los brazos sobre su pecho. Permaneció de pie como un centinela en la sala de operaciones donde Hee estaba siendo atendido.

Junjin se volvió para alejarse. Siwon lo observó irse, viéndolo sacudir la cabeza en confusión. Él también estaba confundido, pero no estaba en condiciones de mirar por qué muy de cerca. Sólo déjalo en paz, Siwon, se dijo.


—¿Qué fue todo eso? —le preguntó Kangin a su padre cuando Junjin se acercó a él. Kangin seguía de pie exactamente donde Junjin le había dejado, en frente de la sala de operaciones donde estaba siendo tratado Leeteuk.

—Siwon estaba protegiendo a Hee. Se sintió responsable de él ya que el resto de nosotros estábamos
en otro lugar. —Junjin notó que su propia voz no sonaba como si él creyera lo que estaba diciendo.

—¿En serio? ¿Eso es lo que dijo? —preguntó Kangin con escepticismo.

—Tampoco sé qué hacer con él, pero cuando giré por esa esquina hasta la habitación que Siwon estaba cuidando, no dejó que ninguno de los empleados llegara a su lado. Cuando empezaron a desnudarlo, me empujó fuera de la habitación —explicó Junjin, con el ceño fruncido, su voz llena de incredulidad a pesar de que lo había visto todo con sus propios ojos.

Kangin no supo cómo responder a eso, pero sabía que no podía preocuparse de eso ahora, porque lo
único en que podía pensar era en su compañero. Siguió viendo su cuerpo inerte, la única señal de vida
era su respiración y pulso. Sin la actitud valiente, sin su suave toque. Cerró los ojos, apagando sus
emociones para  poder mantener a su lobo bajo control.

—Kangin, Junjin, ¿dónde están Teukkie y Hee? —Escuchó a Sora preguntar cuando se dirigió hacia ellos.

—Teukkie está en esta sala de operaciones y Hee está al final del pasillo. Siwon está vigilando su puerta —le dijo Kangin. Los hombros de Sora se desplomaron y su cabeza cayó hacia adelante mientras las lágrimas silenciosas caían al suelo.

Kangin se acercó a la mujer que había traído su precioso compañero al mundo y la envolvió en sus brazos. Ella le apretó firmemente como si su vida dependiera de ello. Kangin no pudo dejar de pensar que debería haber sido el padre de Leeteuk quien estuviera aquí de pie consolando a Sora, pero lo que había ocurrido no era culpa suya. Sora y él habían tomado la decisión de permanecer juntos sabiendo que probablemente algún día tendría que irse. Aún así era terrible.

Finalmente Sora se retiró, lo miró a la cara y acarició su mejilla.

—Gracias Kangin, gracias —dijo con la voz ronca por la emoción.

Sora se recostó contra la pared frente a la sala de operaciones y se deslizó hasta el suelo, dispuesta a
permanecer allí hasta que el doctor saliera con noticias de su hijo.

Junjin se acercó y se arrodilló frente a ella.

—Sora, ¿puedes decirme qué pasó? ¿Qué recuerdas? —le preguntó.

Sora inclinó la cabeza contra la pared, mirando hacia el techo y luego apretó sus ojos ya cerrados. Trató de imaginarse a sí misma conduciendo lejos de su librería y entonces, empezó a hablar.

—Recibí una llamada de uno de mis empleados. —Ella le contó todo acerca de Geunsuk y el supuesto cliente furioso que no existía y cómo Geunsuk se había ido cuando ella llegó a la tienda. A continuación, justo antes de que comenzara a contarle del ruido y la pérdida de control del vehículo, recordó al hombre que Hee había señalado a un lado de la carretera—. Esperen, ¿alguien vio a un hombre alto a un lado de la carretera de pie junto a un auto azul?

Junjin negó con la cabeza.         

—No habían otros autos Sora, sólo el tuyo. ¿Has visto a un hombre? —le preguntó.

—Justo antes del ruido fuerte y después que perdiera el control, Hee señaló a este apuesto hombre a un lado de la carretera. Parecía que podría haber tenido un pinchazo o algo así. No puede haber estado lejos  de donde fue el accidente, él tuvo que haberlo visto. —Sora estaba empezando a sonar frenética.

Hyesung y Donghae acababan de llegar, escuchando el final de los comentarios de Sora. Hyesung se
arrodilló en el lado opuesto a su marido y tomó la mano de Sora.

—Vamos a averiguarlo Sora, todo va a salir bien —le dijo Hyesung suavemente.

Entonces, Donghae habló.

—Tiene razón, había un hombre a un lado de la carretera. Era alto y grande. Yo no pude verlo bien,
pero de acuerdo a Hee era lo que él clasifica como una “deliciosa cosa” —explicó   Donghae.

Junjin miró a Kangin, quien había estado escuchando en silencio a los chicos describir lo que había
sucedido.

—¿Viste a alguien conduciendo a medida que te acercabas a los chicos?

Fuiste el primero en llegar.

—No, no había nadie, sólo ellos —le dijo Kangin, rememorando la imagen de la silueta herida de Leeteuk a la vanguardia de su mente. Cerró los ojos y deseó que la imagen desapareciera.

—Donghae, Sora, ¿están bien? —les preguntó Kangin, tratando de dejar de pensar en las imágenes
del accidente.

—Sólo unos cuantos cortes, quemaduras menores, aparte de eso estamos bien —respondió Donghae—. Estoy seguro de que Sora preguntó, pero, ¿cómo están Hee y Teukkie? —preguntó.

Junjin habló antes que Kangin pudiera.

—Hee está al otro lado del pasillo en la otra sala de operaciones y ya lo están tratando. Siwon está
de guardia en su puerta. Leeteuk está en esta de aquí. Los médicos han dicho que van a hacernos
saber algo tan pronto como sea posible.

—Si tienen todo bajo control por aquí creo que voy a ir a hacerle compañía a Siwon mientras
esperamos noticias de las dos —les dijo Donghae.

—Creo que sería una muy buena idea —coincidió Junjin. Donghae encontró extraño este comentario,
pero no respondió, simplemente se volvió y caminó por el pasillo hasta encontrar a Siwon.

Todo el mundo estaba en silencio, ninguno se atrevía a romperlo, como si el incumplimiento de ello,
de alguna manera, causara daño a Hee o Teukkie. Así que esperaron, como centinelas silenciosos a la
expectativa de noticias de sus compañeros caídos.

Una vez más, el pensamiento de que lo espera no sólo apestaba, sino que era una completa y absoluta
mierda, cruzó por la mente de Kangin.



Donghae permaneció al otro lado del pasillo de Siwon. Sabía que él era un hombre grande, pero en
este pasillo, con sus facciones como piedra sin revelar nada de sus pensamientos y emociones,
parecía positivamente enorme. Su único reconocimiento de su presencia cuando se acercó fue un
leve movimiento de cabeza. Donghae no pudo dejar de pensar que en cualquier momento iba a
reventar con un lenguaje tipo: “yo Siwon, tú Donghae”.

Ese pensamiento trajo una sonrisa a su cara. Sabía que era un comentario que Hee habría apreciado.
Ya que podía notar que él no iba a convertirse en el conversador del año, podría al menos tratar de
conseguir un poco de él.            

—¿Cómo estás, Siwon? —Bien, Donghae admitiría que dadas las circunstancias tal vez esa fue una
pregunta: “¿realmente acabas de decir eso?”, pero bueno, eso fue todo lo que se le pudo ocurrir.

Siwon levantó una ceja ante la humana frente y consideró la pregunta. ¿Cómo estaba? ¿Acaso
siquiera él sabía cómo estaba? La respuesta a eso era simple, había un montón de: “estoy colgando
de un hilo” rugiendo en su interior. Así que, naturalmente, le mintió.

—Estoy bien. ¿Cómo estás tú? —Ven, Siwon pensó para sí, puedo ser accesible cuando pongo mi
mente en ello.

—Ja —reconoció Donghae—. ¿Siempre eres tan reticente?

¿Reticente? Y aquí Siwon pensando que no estaba siendo para nada reticente. Vaya usted a saber.

—Estoy de guardia en esta puerta, no estoy siendo reticente. Estoy siendo sensible a mi entorno,
lo cual puede hacerme parecer distante.

—Bueno, seré honesto, eso es lo más que te he oído decir —dijo Donghae con sincero asombro—.
Vaya, eso fue como, tú explicándote ante mí y esas cosas. Hee estaría muy orgulloso de ti. —Siwon
se tensó visiblemente ante la mención de Hee—. Sabes, creo que él piensa que eres como los conejitos de chocolate que venden durante la Pascua, ya sabes todos muy rico por fuera pero huecos por dentro. —Ahora Donghae estaba imitando a Hee, su cerebro y el filtro en su boca pareciendo no cerrar.

—¿El me compara con un conejo? —preguntó Siwon con incredulidad.

—No con esas palabras. Tienes que entender que a Hee le gustan los hombres. Bueno, a él le gustan
los hombres calientes.

Donghae notó que ahí estaba esa tensión ligeramente en todo su rostro de nuevo, pero esta vez la
mención de Hee y los hombres en una misma frase pareció provocarlo. Voy a tener que hacer un poco de trabajo detectivesco, se dijo

— Pero él no sale mucho porque, a pesar de sus asperezas, es muy inteligente y se aburre fácilmente.
Así que si el paquete exterior es interesante, pero el interior es una mierda, sólo se conformará con
comerse con los ojos al paquete desde la distancia.

Antes de que Siwon pudiera considerar sus palabras o responder, la puerta de la sala de operaciones
se abrió. Siwon se volvió bruscamente, quedándose directamente delante de un hombre medio calvo,
de mediana edad con ojos saltones y una barbilla fuerte. Sus ojos se abrieron repentinamente cuando
miró a Siwon, quien se dio cuenta que su lobo debía haber estado viéndose a través de sus ojos, porque la mandíbula del médico cayó abierta.

Donghae dio un paso al frente de Siwon y puso su sonrisa más dulce. Miró al distintivo con el nombre del médico antes de hablar.

—Doctor Thomas, ¿cómo está Hee? —Donghae no pudo evitar un ligero temblor en su voz. El miedo
a lo desconocido, a veces es peor que la realidad.

El Dr. Thomas miró a Siwon y luego de nuevo a Donghae. Parecía estar tratando de tomar una decisión.

—¿Tiene Hee algún familiar por aquí? ¿Sus padres, tías, tíos?

—Soy su prometido —dijo Siwon.

A Donghae casi se le rompe el cuello cuando se giró para mirarle, su mandíbula casi golpeando el suelo. Siwon lo fulminó con la mirada, desafiándolo a contradecirle. No lo hizo. El simplemente se dio la vuelta al médico, el escepticismo escrito en su rostro.

—Siwon es de Corea. Hacen cosas de manera diferente a por aquí y su matrimonio ha sido planeado
desde hace mucho tiempo, si usted me entiende.

Donghae estaba luchando por algún tipo de razón que justificase que este sujeto de 20 años parecido a una montaña estuviera comprometido con un joven de 17. Honestamente, ¿en qué demonios estaba
pensando?

—¿Un matrimonio de conveniencia? —El Dr. Thomas todavía no sonaba muy convencido.

—Sí, bueno, las cosas son diferentes en otros países. Pero ya ve, Hee va a cumplir 18 en tan sólo un par de semanas y es por eso que Siwon está aquí ahora,  porque…

Antes de que Donghae pudiera continuar cavando su tumba, el oscuro y serio Siwon intervino.

—Me dirá cómo está. —Donghae lo fulminó con la mirada y él de mala gana agregó—: Por favor.

Donghae decidió que el Dr. Thomas sólo quería terminar con ellos porque finalmente desistió.

—Tu amigo aún no está consciente y no tengo manera de saber cuándo va a hacerlo. En realidad, es
una bendición para él no estar despierto para experimentar el proceso de cicatrización de las
quemaduras. Ha sufrido quemaduras en el 70% de su cuerpo.

Donghae no pudo evitar el chirrido que emitió desde su garganta, sintió que sus rodillas se debilitaron y podría haber golpeado el suelo si la mano de Siwon no lo hubiera estabilizado

—La mayoría de las quemaduras son en su lado izquierdo y espalda. Había un poco de vidrio y pequeños trozos de metal incrustados en su espalda y brazos que tuvimos que quitar uno a uno, eso es lo que tomó más tiempo. Tendrá que ser trasladado a nuestra unidad de quemados donde tendrá desbridamiento diario. No voy a endulzarlo, tiene un camino largo y doloroso a la recuperación.

—¿Habrá cicatrices? —preguntó Siwon. Donghae se dio cuenta que debería haber sido él quien
preguntara,  ya que Hee era como un hermano para él, pero no era capaz de conseguir hacer que su
boca funcionase.

—Van a ser extensas. ¿Qué? ¿Ya no cumplirá con tu deseo de un novio por correo? —dijo el Dr. Thomas con desdén evidente por la idea de que la inminente boda de Siwon y Hee no se diera, lo cual era falso, por supuesto.

Donghae sintió como si hubieran salpicado agua fría en su rostro ante el comentario del doctor. Sintió
la rabia surgir como ondas desde Siwon. Malditos hombres lobos temperamentales. Se acercó y puso
una mano en su brazo, un gesto que esperaba transmitiría su deseo para que él permaneciera en
calma.

—Está bien, bueno, gracias, doctor Thomas. ¿Podemos seguirlos cuando transporten a Hee hasta la
unidad de quemados? —preguntó Donghae, su brazo aún en el de Siwon en una advertencia silenciosa.

—Eso estará bien. Las enfermeras me notificarán tan pronto como sus padres lleguen e iré a hablar con ellos acerca de su tratamiento. —El Dr. Thomas le dio a Siwon una última mirada penetrante, por
añadidura asumió Donghae, pero cuando Siwon entrecerró esos ojos amarillos suyos en el doctor, él repentinamente se dio la vuelta y, con pasos apresurados, se alejó.

Trajeron a Hee en una camilla poco después de la salida nerviosa del médico. Después de la pequeña
exhibición que Siwon había armado, Donghae se sorprendió cuando le dio sólo una mirada al pasar.
Siwon apartó la vista rápidamente y se volvió para mirar a Donghae a los ojos.

—Voy a ir hasta Junjin para dejarle saber lo que está pasando con Hee. Ve con él, enviaré a Hyesung
para que te acompañe.

—Está bien, ¿podemos detener esta pequeña comedia por un segundo, porque hace un momento eras
todo: “este es mi prometido, bla, bla, bla”, y ahora estás a punto de dejarlo a mi cuidado? No lo entiendo —le dijo Donghae.

—No tienes que hacerlo —casi le gruñó Siwon.

—Sólo uno, todo lo que quiero es un maldito lobo que no sea mandón, cabezón, gruñón, peludo e idiota —murmuró Donghae al techo cuando se volvió para seguir la camilla—. Es tan jodidamente mucho pedir.

Donghae no estaba completamente seguro, pero le pareció oír un “sí” murmurado de parte de Siwon.



Kangin vio a Siwon venir por el pasillo hacia ellos. Supuso que esto significaba que le habían dado
noticias sobre Hee. ¿Por qué estaban tardando tanto con Leeteuk? Justo cuando iba a preguntarle a
Siwon lo que sabía, la puerta de la sala de Leeteuk se abrió y un joven de baja estatura, que parecía estar en los mediados de sus años treinta, surgió. Llevaba el cabello corto de una manera práctica y sus ojos hablaban de alguien que había visto demasiado dolor en su vida.

Nada de eso mantuvo la atención de Kangin cuanto captó el olor del joven. Su cabeza se giró hacia su
padre. Él vio que la mirada de Junjin era decidida y que también estaba evaluando el aire. Ante el apenas aparente asentimiento que su padre le dio, Kangin confirmó lo que había pensado al principio, este joven era un Canis Lupis.


—¿Quién es el tutor de Leeteuk Park? —preguntó el joven, explorando el grupo que se había reunido
a su alrededor. Cuando sus ojos se posaron en Junjin, Kangin pareció ver un leve reconocimiento en
ellos.

Sora dio un paso adelante, con pasos pesados por la preocupación y el miedo.

—Yo soy su madre, Sora Park —respondió ella.

—Soy el doctor Hongki Lee. —La inhalación brusca de Sora no pasó desapercibida ante el sonido de
ese nombre. Después de todo, sólo había pasado 24 horas desde que Kangin había matado a Sangchul Lee —. Tengo que hablar de la condición de su hijo con usted. ¿Quiere ir a un lugar privado?

Kangin dejó escapar un gruñido que hizo que la cabeza de el doctor Lee se girara para mirarlo.

—No tenemos que ir a ninguna parte —explicó Sora—, aquí todo el mundo es familia de Teukkie.

Antes de que el doctor pudiera continuar, Junjin dio un paso adelante.

—Doctor Lee, necesitamos que sea claro con nosotros acerca de todo lo que sabe sobre su condición.
¿Entiende lo que digo?

—Usted no tiene que empujar toda esa mierda de Alfa sobre mí, Kim Junjin, sé quién es usted y sé
quién es su cachorro, teniendo en cuenta que mató a mi hermano hace apenas un día —le espetó. 

Kangin y Siwon se tensaron ante el tono de voz que el joven fue lo suficientemente valiente como para utilizar en su Alfa. Junjin lo tomó con calma.

—Tienes razón —confirmó Junjin—, mi…

Kangin le interrumpió.

—Sí, yo maté a tu hermano y lamento tu pérdida, pero no lamento el proteger a mi compañero de
alguien que trató de alejarlo de mí.

—¿Proteger a tu pareja? Si él está tan protegido, Kim Kangin, entonces, ¿por qué está allí acostado,
quemado a cenizas en mi hospital? —La voz del doctor Lee fue como una bofetada en la cara.

Los ojos de Kangin fulguraron a medida que el poder se desataba a su alrededor, haciendo que el doctor Lee bajara la cabeza a pesar de que no estaba en verdadera sumisión.

—¿Podríamos volver a mi hijo? Podemos hacer frente a la mierda de hombres lobos en un minuto
—dijo Sora mientras el estrés endurecía su voz.

—Mis disculpas —le dijo el doctor—. Teukkie ha sufrido quemaduras en más del 65% de su cuerpo,
la mayoría de las cuales son de tercer grado, pero algunas son quemaduras de segundo grado. Su
pierna derecha se ha roto en dos lugares por debajo de la rodilla, su cadera se dislocó y fragmentos de
vidrio tuvieron que ser sacado de sus brazos. Está estable en este momento, pero no se ha despertado
de la anestesia que le dimos para la cirugía. No sé si va a despertar en cualquier momento pronto.

Hizo una pausa por un momento y cuando nadie dijo nada, continuó

—No he hecho nada en su pierna, quería esperar a ver cuál es el proceso de curación de su cuerpo.
Puesto que él es medio lobo va a sanar más rápido que un ser humano. Su piel debería sanar por
completo sin cicatrices, su pierna no estoy seguro, pero me preocupa que si pongo clavos pudiera curar demasiado rápido y esos clavos serían un obstáculo, no una ayuda. Hay un problema del que no estoy seguro cuál será el resultado.

—¿Qué problema? —susurró Sora.

—Teukkie recibió una transfusión de sangre humana antes de que pudiera llegar hasta aquí. No sé cómo su sangre va a interactuar con él, o si va a dificultar el proceso de curación. No es algo que me haya encontrado antes.

Para el momento en que el doctor siguió hablando, Hyesung tuvo que sostener a una desalentada Sora
entre sus brazos. Kangin se había recostado contra la pared en busca de apoyo mientras sentía que se
quedaba sin aliento.

—Tengo que verlo. Ahora.

Los ojos de Kangin brillaban y le temblaban las manos ante la cantidad de esfuerzo que tenía que ejercer para mantener a su lobo bajo control.

—Eso no va a ser posible hasta que sea trasladado a la unidad de quemados —le dijo el doctor Lee.

—Creo que no me has oído bien. Tengo que ver a mi compañero ahora. — Los ojos de Kangin
continuaron fulgurando y su piel se estremeció con la necesidad de cambiar.

La mandíbula del doctor Lee se tensó brevemente pero rápidamente compuso su rostro.

—¿Compañero? ¿No crees que ambos son un poco jovenes para decidir algo permanente?     

—No puedo, ni quiero, cambiar lo que el destino ha elegido para mí. Él es mío y ya sea que tú vas a
llevarme hasta él o yo derribaré este hospital en pedazos para encontrarlo.

El doctor permaneció quieto, desafiante, hasta que finalmente dijo:

—Está bien, sígueme. —Kangin tomó la mano de Sora mientras se disponía a seguir al doctor,
dándole una pequeña sonrisa de tranquilidad.

Entraron en la sala de operaciones y luego pasaron por delante de la mesa en la que había visto a
Leeteuk cuando le habían forzado a salir de la habitación.

El doctor Lee abrió otras puertas dobles adentrándolos en un área donde había varias habitaciones
con revestimiento en vidrio para que aquellos que las ocupaban fueran claramente visibles. Allí había
una enorme mesa redonda en el centro de la habitación que parecía servir para lo que Kangin consideraría el centro de mando.

Kangin tomó una respiración profunda y, aunque había un montón de olores de enfermedad, pulcritud
y preocupación, pudo aún así recoger la fragancia de algodón de azúcar de su compañero. Empujó a
Sora junto a él a medida  que seguía el camino de su esencia, ya no preocupándose por seguir al doctor.

Pasó tres habitaciones de vidrio antes que finalmente estuviera de pie delante de la de él. Abrió la
puerta a su pequeña habitación y dejó que Sora entrara antes que él. Ella corrió a la cama de Leeteuk y de inmediato comenzó a hablar con él, sosteniendo su mano, acariciando su cabello fuera de su cara.

Kangin se apartó y observó en silencio, dándole tiempo a Sora con su hijo. Su lobo estaba tan inquieto, tan ansioso por estar cerca de su pareja, tocarlo y sentir la vida fluyendo en él. Casi gruñó ante la idea  de esperar un minuto más. Finalmente Sora se giró a Kangin.

—¿Quieres que salga? —Kangin odiaba pedirle eso a ella, pero necesitaba unos minutos a solas con
su compañero.

—Sí, por favor. —Su voz era tensa ya que se contenía. Sora asintió, le dio a Leeteuk un rápido beso en su mano vendada y luego salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de ella. Por fin eran sólo
Leeteuk y él. Se acercó lentamente a su cama, con miedo de que el momento fuera sólo un espejismo y se evaporara ante sus ojos si él siquiera respiraba profundamente. Pero cuando llegó a su lado, todavía estaba allí, no siendo un producto de su imaginación, sino de verdad, en carne y hueso.

Kangin se inclinó hacia delante y rozó suavemente algunos mechones de cabello fuera de su rostro
envuelto en vendaje. Puso su nariz tan cerca de su cuello como le fue posible sin tocarlo y respiró su
aroma en profundidad.

Su olor era como un bálsamo, acarició su lobo, calmándolo y ayudándolo a aclarar su mente del miedo que había sido su compañero constante desde que había sentido el dolor y el miedo de Leeteuk a través de su vínculo. Luego lo besó en los labios con tanta ligereza que apenas sintió su calor y susurró su nombre.


—Leeteuk.  —Primero  en  voz  alta  y  luego  a  través  de  su vínculo.


2 comentarios:

  1. Dios.....pobre Hee y Teuk,tienen tantas quemaduras....aaaah madito lobo loco,se supone que nada debería haber salido así.

    Ese lobo,cuando lo descubran sera cazado,con el único fin de descuartizarlo pieza por pieza.

    Yo solo espero que a Hee y Teuk esto no les afecte demasiado.
    Hee incluso esta en coma para que pueda soportar T.T
    Siwon y Kangin estan muy mal...porqué...por quedeée

    Eish,y luego ese doctor diciendo que no pudo cuudar de su pareja,y le dice ''teukie".....de seguro también le gusta...respete carajo,tiene compañero y a esa hora si no hubiera pasado nada,ya estarian unidos.

    Hae pudiendo un lobo tranquilo,sumiso y sin pelo.....ojala se encontrara uno así,después se arrepentiria jajaja

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  2. Adoro las sutiles partes del sichul y se que cuando se de me va a encantar.
    Que pasará con sus quemaduras? Ojalá encuentren al culpable.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...