Finalmente, con la
orden de su Alfa, Siwon no tuvo más remedio que moverse fuera del camino. Era
casi
como si una fuerza
invisible lo empujara a un lado para permitir el acceso del personal médico a Hee.
Tan pronto como
estuvo lejos del camino, los seres humanos se movieron en acción rápida y
eficazmente, como
una máquina bien aceitada. Siwon observó, temblando de rabia contenida a medida
que ellos clavaban
en Heechul agujas y ponían una máscara sobre su cara que él asumió sería para
darle
oxígeno. Tan
pronto como empezaron a cortar la ropa, él gruñó y se volvió, empujando a Junjin
fuera de
la habitación,
cerrando las puertas de golpe detrás de él.
—Siwon, ¿qué fue
eso? —preguntó tranquilamente Junjin a su Beta. Siwon desvió la mirada en
sumisión al contestar a su
Alfa.
—Estaba velando
por él. Tú estabas con Kangin, Hyesung estaba con Donghae y Sora. No había
nadie más que yo para
asegurarme de que los humanos no le hicieran daño.
Las palabras de Siwon
le sonaron ciertas a Junjin, pero él percibió una emoción subyacente la cual no
creyó que Siwon
fuera consciente.
—Su familia estará
pronto aquí, Hyesung los ha llamado. Cuando lleguen, puedes dejar que ellos se
encarguen. Hasta
entonces te pediré que permanezcas de pie fuera de esta puerta y si el médico
sale
antes de que sus
padres estén aquí, obtén toda
la información que él te diga para que puedas transmitirla. ¿Entendido?
—Voy a tratar con
su familia cuando lleguen aquí. Entendido —respondió Siwon, su voz sin emoción,
con una expresión
dura.
—Una cosa más,
Beta. Mantén a tu lobo bajo control —le advirtió Junjin.
—Sí, Alfa
—respondió Siwon mientras retrocedía contra la pared, cruzando los brazos sobre
su pecho. Permaneció de pie
como un centinela en la sala de operaciones donde Hee estaba siendo atendido.
Junjin se volvió
para alejarse. Siwon lo observó irse, viéndolo sacudir la cabeza en confusión.
Él también estaba confundido,
pero no estaba en condiciones de mirar por qué muy de cerca. Sólo déjalo en
paz, Siwon, se dijo.
—¿Qué fue todo
eso? —le preguntó Kangin a su padre cuando Junjin se acercó a él. Kangin seguía
de pie exactamente donde Junjin le había dejado, en frente de la sala de
operaciones donde estaba siendo tratado Leeteuk.
—Siwon estaba
protegiendo a Hee. Se sintió responsable de él ya que el resto de nosotros
estábamos
en otro lugar. —Junjin
notó que su propia voz no sonaba como si él creyera lo que estaba diciendo.
—¿En serio? ¿Eso
es lo que dijo? —preguntó Kangin con escepticismo.
—Tampoco sé qué
hacer con él, pero cuando giré por esa esquina hasta la habitación que Siwon
estaba cuidando, no dejó
que ninguno de los empleados llegara a su lado. Cuando empezaron a desnudarlo,
me empujó fuera de la
habitación —explicó Junjin, con el ceño fruncido, su voz llena de incredulidad
a pesar de que lo había
visto todo con sus propios ojos.
Kangin no supo
cómo responder a eso, pero sabía que no podía preocuparse de eso ahora, porque
lo
único en que podía
pensar era en su compañero. Siguió viendo su cuerpo inerte, la única señal de
vida
era su respiración
y pulso. Sin la actitud valiente, sin su suave toque. Cerró los ojos, apagando
sus
emociones para poder mantener a su lobo bajo
control.
—Kangin, Junjin,
¿dónde están Teukkie y Hee? —Escuchó a Sora preguntar cuando se dirigió hacia
ellos.
—Teukkie está en
esta sala de operaciones y Hee está al final del pasillo. Siwon está vigilando
su puerta —le dijo Kangin.
Los hombros de Sora se desplomaron y su cabeza cayó hacia adelante mientras las
lágrimas silenciosas caían al suelo.
Kangin se acercó a
la mujer que había traído su precioso compañero al mundo y la envolvió en sus
brazos. Ella le apretó
firmemente como si su vida dependiera de ello. Kangin no pudo dejar de pensar
que debería haber sido
el padre de Leeteuk quien estuviera aquí de pie consolando a Sora, pero lo que
había ocurrido no era
culpa suya. Sora y él habían tomado la decisión de permanecer juntos sabiendo
que probablemente algún día tendría que irse. Aún así era terrible.
Finalmente Sora se
retiró, lo miró a la cara y acarició su mejilla.
—Gracias Kangin,
gracias —dijo con la voz ronca por la emoción.
Sora se recostó
contra la pared frente a la sala de operaciones y se deslizó hasta el suelo,
dispuesta a
permanecer allí
hasta que el doctor saliera con noticias de su hijo.
Junjin se acercó y
se arrodilló frente a ella.
—Sora, ¿puedes
decirme qué pasó? ¿Qué recuerdas? —le preguntó.
Sora inclinó la
cabeza contra la pared, mirando hacia el techo y luego apretó sus ojos ya
cerrados. Trató de imaginarse a sí
misma conduciendo lejos de su librería y entonces, empezó a hablar.
—Recibí una
llamada de uno de mis empleados. —Ella le contó todo acerca de Geunsuk y el
supuesto cliente furioso que no
existía y cómo Geunsuk se había ido cuando ella llegó a la tienda. A
continuación, justo antes de que comenzara a
contarle del ruido y la pérdida de control del vehículo, recordó al hombre que Hee había señalado a
un lado de la carretera—. Esperen, ¿alguien vio a un hombre alto a un lado de
la carretera de pie
junto a un auto azul?
Junjin negó con la
cabeza.
—No habían otros
autos Sora, sólo el tuyo. ¿Has visto a un hombre? —le preguntó.
—Justo antes del
ruido fuerte y después que perdiera el control, Hee señaló a este apuesto
hombre a un lado de la
carretera. Parecía que podría haber tenido un pinchazo o algo así. No puede
haber estado lejos de donde fue el accidente, él tuvo que haberlo
visto. —Sora estaba empezando a sonar frenética.
Hyesung y Donghae
acababan de llegar, escuchando el final de los comentarios de Sora. Hyesung se
arrodilló en el
lado opuesto a su marido y tomó la mano de Sora.
—Vamos a
averiguarlo Sora, todo va a salir bien —le dijo Hyesung suavemente.
Entonces, Donghae
habló.
—Tiene razón,
había un hombre a un lado de la carretera. Era alto y grande. Yo no pude verlo
bien,
pero de acuerdo a Hee
era lo que él clasifica como una “deliciosa cosa” —explicó Donghae.
Junjin miró a Kangin,
quien había estado escuchando en silencio a los chicos describir lo que había
sucedido.
—¿Viste a alguien
conduciendo a medida que te acercabas a los chicos?
Fuiste el primero
en llegar.
—No, no había
nadie, sólo ellos —le dijo Kangin, rememorando la imagen de la silueta herida
de Leeteuk a la vanguardia de
su mente. Cerró los ojos y deseó que la imagen desapareciera.
—Donghae, Sora, ¿están
bien? —les preguntó Kangin, tratando de dejar de pensar en las imágenes
del accidente.
—Sólo unos cuantos
cortes, quemaduras menores, aparte de eso estamos bien —respondió Donghae—. Estoy seguro de
que Sora preguntó, pero, ¿cómo están Hee y Teukkie? —preguntó.
Junjin habló antes
que Kangin pudiera.
—Hee está al otro
lado del pasillo en la otra sala de operaciones y ya lo están tratando. Siwon está
de guardia en su
puerta. Leeteuk está en esta de aquí. Los médicos han dicho que van a hacernos
saber algo tan
pronto como sea posible.
—Si tienen todo
bajo control por aquí creo que voy a ir a hacerle compañía a Siwon mientras
esperamos noticias
de las dos —les dijo Donghae.
—Creo que sería
una muy buena idea —coincidió Junjin. Donghae encontró extraño este comentario,
pero no respondió,
simplemente se volvió y caminó por el pasillo hasta encontrar a Siwon.
Todo el mundo
estaba en silencio, ninguno se atrevía a romperlo, como si el incumplimiento de
ello,
de alguna manera,
causara daño a Hee o Teukkie. Así que esperaron, como centinelas silenciosos a
la
expectativa de
noticias de sus compañeros caídos.
Una vez más, el
pensamiento de que lo espera no sólo apestaba, sino que era una completa y
absoluta
mierda, cruzó por
la mente de Kangin.
Donghae permaneció
al otro lado del pasillo de Siwon. Sabía que él era un hombre grande, pero en
este pasillo, con
sus facciones como piedra sin revelar nada de sus pensamientos y emociones,
parecía positivamente
enorme. Su único reconocimiento de su presencia cuando se acercó fue un
leve movimiento de
cabeza. Donghae no pudo dejar de pensar que en cualquier momento iba a
reventar con un
lenguaje tipo: “yo Siwon, tú Donghae”.
Ese pensamiento
trajo una sonrisa a su cara. Sabía que era un comentario que Hee habría
apreciado.
Ya que podía notar
que él no iba a convertirse en el conversador del año, podría al menos tratar
de
conseguir un poco
de él.
—¿Cómo estás, Siwon?
—Bien, Donghae admitiría que dadas las circunstancias tal vez esa fue una
pregunta:
“¿realmente acabas de decir eso?”, pero bueno, eso fue todo lo que se le pudo
ocurrir.
Siwon levantó una
ceja ante la humana frente y consideró la pregunta. ¿Cómo estaba? ¿Acaso
siquiera él sabía
cómo estaba? La respuesta a eso era simple, había un montón de: “estoy colgando
de un hilo”
rugiendo en su interior. Así que, naturalmente, le mintió.
—Estoy bien. ¿Cómo
estás tú? —Ven, Siwon pensó para sí, puedo ser accesible cuando pongo mi
mente en ello.
—Ja —reconoció Donghae—.
¿Siempre eres tan reticente?
¿Reticente? Y aquí
Siwon pensando que no estaba siendo para nada reticente. Vaya usted a saber.
—Estoy de guardia
en esta puerta, no estoy siendo reticente. Estoy siendo sensible a mi entorno,
lo cual puede
hacerme parecer distante.
—Bueno, seré
honesto, eso es lo más que te he oído decir —dijo Donghae con sincero asombro—.
Vaya, eso fue
como, tú explicándote ante mí y esas cosas. Hee estaría muy orgulloso de ti. —Siwon
se tensó
visiblemente ante la mención de Hee—. Sabes, creo que él piensa que eres como
los conejitos de chocolate que
venden durante la Pascua, ya sabes todos muy rico por fuera pero huecos por
dentro. —Ahora Donghae
estaba imitando a Hee, su cerebro y el filtro en su boca pareciendo no cerrar.
—¿El me compara
con un conejo? —preguntó Siwon con incredulidad.
—No con esas
palabras. Tienes que entender que a Hee le gustan los hombres. Bueno, a él le
gustan
los hombres
calientes.
Donghae notó que
ahí estaba esa tensión ligeramente en todo su rostro de nuevo, pero esta vez la
mención de Hee y
los hombres en una misma frase pareció provocarlo. Voy a tener que hacer un
poco de trabajo
detectivesco, se dijo
— Pero él no sale
mucho porque, a pesar de sus asperezas, es muy inteligente y se aburre
fácilmente.
Así que si el
paquete exterior es interesante, pero el interior es una mierda, sólo se
conformará con
comerse con los
ojos al paquete desde la distancia.
Antes de que Siwon
pudiera considerar sus palabras o responder, la puerta de la sala de
operaciones
se abrió. Siwon se
volvió bruscamente, quedándose directamente delante de un hombre medio calvo,
de mediana edad
con ojos saltones y una barbilla fuerte. Sus ojos se abrieron repentinamente
cuando
miró a Siwon,
quien se dio cuenta que su lobo debía haber estado viéndose a través de sus ojos,
porque la mandíbula del
médico cayó abierta.
Donghae dio un
paso al frente de Siwon y puso su sonrisa más dulce. Miró al distintivo con el
nombre del médico antes
de hablar.
—Doctor Thomas,
¿cómo está Hee? —Donghae no pudo evitar un ligero temblor en su voz. El miedo
a lo desconocido,
a veces es peor que la realidad.
El Dr. Thomas miró
a Siwon y luego de nuevo a Donghae. Parecía estar tratando de tomar una
decisión.
—¿Tiene Hee algún
familiar por aquí? ¿Sus padres, tías, tíos?
—Soy su prometido
—dijo Siwon.
A Donghae casi se
le rompe el cuello cuando se giró para mirarle, su mandíbula casi golpeando el
suelo. Siwon lo fulminó
con la mirada, desafiándolo a contradecirle. No lo hizo. El simplemente se dio
la vuelta al médico, el
escepticismo escrito en su rostro.
—Siwon es de Corea.
Hacen cosas de manera diferente a por aquí y su matrimonio ha sido planeado
desde hace mucho
tiempo, si usted me entiende.
Donghae estaba
luchando por algún tipo de razón que justificase que este sujeto de 20 años
parecido a una montaña
estuviera comprometido con un joven de 17. Honestamente, ¿en qué demonios
estaba
pensando?
—¿Un matrimonio de
conveniencia? —El Dr. Thomas todavía no sonaba muy convencido.
—Sí, bueno, las
cosas son diferentes en otros países. Pero ya ve, Hee va a cumplir 18 en tan
sólo un par de semanas y es
por eso que Siwon está aquí ahora,
porque…
Antes de que Donghae
pudiera continuar cavando su tumba, el oscuro y serio Siwon intervino.
—Me dirá cómo
está. —Donghae lo fulminó con la mirada y él de mala gana agregó—: Por favor.
Donghae decidió
que el Dr. Thomas sólo quería terminar con ellos porque finalmente desistió.
—Tu amigo aún no
está consciente y no tengo manera de saber cuándo va a hacerlo. En realidad, es
una bendición para
él no estar despierto para experimentar el proceso de cicatrización de las
quemaduras. Ha
sufrido quemaduras en el 70% de su cuerpo.
Donghae no pudo
evitar el chirrido que emitió desde su garganta, sintió que sus rodillas se
debilitaron y podría haber
golpeado el suelo si la mano de Siwon no lo hubiera estabilizado
—La mayoría de las
quemaduras son en su lado izquierdo y espalda. Había un poco de vidrio y
pequeños trozos de metal
incrustados en su espalda y brazos que tuvimos que quitar uno a uno, eso es lo
que tomó más tiempo. Tendrá
que ser trasladado a nuestra unidad de quemados donde tendrá desbridamiento diario. No voy a
endulzarlo, tiene un camino largo y doloroso a la recuperación.
—¿Habrá
cicatrices? —preguntó Siwon. Donghae se dio cuenta que debería haber sido él
quien
preguntara, ya que Hee era como un hermano para él, pero
no era capaz de conseguir hacer que su
boca funcionase.
—Van a ser
extensas. ¿Qué? ¿Ya no cumplirá con tu deseo de un novio por correo? —dijo el
Dr. Thomas con desdén
evidente por la idea de que la inminente boda de Siwon y Hee no se diera, lo
cual era falso, por supuesto.
Donghae sintió
como si hubieran salpicado agua fría en su rostro ante el comentario del
doctor. Sintió
la rabia surgir
como ondas desde Siwon. Malditos hombres lobos temperamentales. Se acercó y
puso
una mano en su
brazo, un gesto que esperaba transmitiría su deseo para que él permaneciera en
calma.
—Está bien, bueno,
gracias, doctor Thomas. ¿Podemos seguirlos cuando transporten a Hee hasta la
unidad de
quemados? —preguntó Donghae, su brazo aún en el de Siwon en una advertencia
silenciosa.
—Eso estará bien.
Las enfermeras me notificarán tan pronto como sus padres lleguen e iré a hablar
con ellos acerca de su
tratamiento. —El Dr. Thomas le dio a Siwon una última mirada penetrante, por
añadidura asumió Donghae,
pero cuando Siwon entrecerró esos ojos amarillos suyos en el doctor, él
repentinamente se dio la vuelta y, con pasos apresurados, se alejó.
Trajeron a Hee en
una camilla poco después de la salida nerviosa del médico. Después de la
pequeña
exhibición que Siwon
había armado, Donghae se sorprendió cuando le dio sólo una mirada al pasar.
Siwon apartó la
vista rápidamente y se volvió para mirar a Donghae a los ojos.
—Voy a ir hasta Junjin
para dejarle saber lo que está pasando con Hee. Ve con él, enviaré a Hyesung
para que te
acompañe.
—Está bien,
¿podemos detener esta pequeña comedia por un segundo, porque hace un momento
eras
todo: “este es mi
prometido, bla, bla, bla”, y ahora estás a punto de dejarlo a mi cuidado? No lo
entiendo —le dijo Donghae.
—No tienes que
hacerlo —casi le gruñó Siwon.
—Sólo uno, todo lo
que quiero es un maldito lobo que no sea mandón, cabezón, gruñón, peludo e
idiota —murmuró Donghae al techo cuando se volvió para seguir la camilla—. Es
tan jodidamente mucho pedir.
Donghae no estaba
completamente seguro, pero le pareció oír un “sí” murmurado de parte de Siwon.
Kangin vio a Siwon
venir por el pasillo hacia ellos. Supuso que esto significaba que le habían
dado
noticias sobre Hee.
¿Por qué estaban tardando tanto con Leeteuk? Justo cuando iba a preguntarle a
Siwon lo que
sabía, la puerta de la sala de Leeteuk se abrió y un joven de baja estatura,
que parecía estar en los mediados de
sus años treinta, surgió. Llevaba el cabello corto de una manera práctica y sus
ojos hablaban de
alguien que había visto demasiado dolor en su vida.
Nada de eso
mantuvo la atención de Kangin cuanto captó el olor del joven. Su cabeza se giró
hacia su
padre. Él vio que
la mirada de Junjin era decidida y que también estaba evaluando el aire. Ante
el apenas aparente
asentimiento que su padre le dio, Kangin confirmó lo que había pensado al
principio, este joven era un Canis
Lupis.
—¿Quién es el
tutor de Leeteuk Park? —preguntó el joven, explorando el grupo que se había
reunido
a su alrededor.
Cuando sus ojos se posaron en Junjin, Kangin pareció ver un leve reconocimiento
en
ellos.
Sora dio un paso
adelante, con pasos pesados por la preocupación y el miedo.
—Yo soy su madre, Sora Park —respondió ella.
—Soy el doctor Hongki Lee. —La inhalación brusca de Sora no pasó desapercibida ante el sonido de
ese nombre.
Después de todo, sólo había pasado 24 horas desde que Kangin había matado a Sangchul Lee —. Tengo
que hablar de la condición de su hijo con usted. ¿Quiere ir a un lugar privado?
Kangin dejó
escapar un gruñido que hizo que la cabeza de el doctor Lee se girara para
mirarlo.
—No tenemos que ir
a ninguna parte —explicó Sora—, aquí todo el mundo es familia de Teukkie.
Antes de que el
doctor pudiera continuar, Junjin dio un paso adelante.
—Doctor Lee,
necesitamos que sea claro con nosotros acerca de todo lo que sabe sobre su
condición.
¿Entiende lo que
digo?
—Usted no tiene
que empujar toda esa mierda de Alfa sobre mí, Kim Junjin, sé quién es usted y
sé
quién es su
cachorro, teniendo en cuenta que mató a mi hermano hace apenas un día —le
espetó.
Kangin y Siwon se
tensaron ante el tono de voz que el joven fue lo suficientemente valiente como
para utilizar en su Alfa. Junjin lo
tomó con calma.
—Tienes razón
—confirmó Junjin—, mi…
Kangin le
interrumpió.
—Sí, yo maté a tu
hermano y lamento tu pérdida, pero no lamento el proteger a mi compañero de
alguien que trató
de alejarlo de mí.
—¿Proteger a tu
pareja? Si él está tan protegido, Kim Kangin, entonces, ¿por qué está allí
acostado,
quemado a cenizas
en mi hospital? —La voz del doctor Lee fue como una bofetada en la cara.
Los ojos de Kangin
fulguraron a medida que el poder se desataba a su alrededor, haciendo que el
doctor Lee bajara la
cabeza a pesar de que no estaba en verdadera sumisión.
—¿Podríamos volver
a mi hijo? Podemos hacer frente a la mierda de hombres lobos en un minuto
—dijo Sora
mientras el estrés endurecía su voz.
—Mis disculpas —le
dijo el doctor—. Teukkie ha sufrido quemaduras en más del 65% de su cuerpo,
la mayoría de las
cuales son de tercer grado, pero algunas son quemaduras de segundo grado. Su
pierna derecha se
ha roto en dos lugares por debajo de la rodilla, su cadera se dislocó y
fragmentos de
vidrio tuvieron
que ser sacado de sus brazos. Está estable en este momento, pero no se ha
despertado
de la anestesia
que le dimos para la cirugía. No sé si va a despertar en cualquier momento
pronto.
Hizo una pausa por
un momento y cuando nadie dijo nada, continuó
—No he hecho nada
en su pierna, quería esperar a ver cuál es el proceso de curación de su cuerpo.
Puesto que él es
medio lobo va a sanar más rápido que un ser humano. Su piel debería sanar por
completo sin
cicatrices, su pierna no estoy seguro, pero me preocupa que si pongo clavos
pudiera curar demasiado rápido y
esos clavos serían un obstáculo, no una ayuda. Hay un problema del que no estoy seguro cuál será
el resultado.
—¿Qué problema?
—susurró Sora.
—Teukkie recibió
una transfusión de sangre humana antes de que pudiera llegar hasta aquí. No sé
cómo su sangre va a
interactuar con él, o si va a dificultar el proceso de curación. No es algo que
me haya encontrado antes.
Para el momento en
que el doctor siguió hablando, Hyesung tuvo que sostener a una desalentada Sora
entre sus brazos. Kangin
se había recostado contra la pared en busca de apoyo mientras sentía que se
quedaba sin
aliento.
—Tengo que verlo.
Ahora.
Los ojos de Kangin
brillaban y le temblaban las manos ante la cantidad de esfuerzo que tenía que
ejercer para mantener a su
lobo bajo control.
—Eso no va a ser
posible hasta que sea trasladado a la unidad de quemados —le dijo el doctor Lee.
—Creo que no me
has oído bien. Tengo que ver a mi compañero ahora. — Los ojos de Kangin
continuaron
fulgurando y su piel se estremeció con la necesidad de cambiar.
La mandíbula del
doctor Lee se tensó brevemente pero rápidamente compuso su rostro.
—¿Compañero? ¿No
crees que ambos son un poco jovenes para decidir algo permanente?
—No puedo, ni
quiero, cambiar lo que el destino ha elegido para mí. Él es mío y ya sea que tú
vas a
llevarme hasta él
o yo derribaré este hospital en pedazos para encontrarlo.
El doctor
permaneció quieto, desafiante, hasta que finalmente dijo:
—Está bien,
sígueme. —Kangin tomó la mano de Sora mientras se disponía a seguir al doctor,
dándole una
pequeña sonrisa de tranquilidad.
Entraron en la
sala de operaciones y luego pasaron por delante de la mesa en la que había
visto a
Leeteuk cuando le
habían forzado a salir de la habitación.
El doctor Lee
abrió otras puertas dobles adentrándolos en un área donde había varias
habitaciones
con revestimiento
en vidrio para que aquellos que las ocupaban fueran claramente visibles. Allí
había
una enorme mesa
redonda en el centro de la habitación que parecía servir para lo que Kangin
consideraría el centro de
mando.
Kangin tomó una
respiración profunda y, aunque había un montón de olores de enfermedad,
pulcritud
y preocupación,
pudo aún así recoger la fragancia de algodón de azúcar de su compañero. Empujó
a
Sora junto a él a
medida que seguía el camino de su
esencia, ya no preocupándose por seguir al doctor.
Pasó tres
habitaciones de vidrio antes que finalmente estuviera de pie delante de la de él.
Abrió la
puerta a su
pequeña habitación y dejó que Sora entrara antes que él. Ella corrió a la cama
de Leeteuk y de inmediato
comenzó a hablar con él, sosteniendo su mano, acariciando su cabello fuera de
su cara.
Kangin se apartó y
observó en silencio, dándole tiempo a Sora con su hijo. Su lobo estaba tan inquieto, tan ansioso por
estar cerca de su pareja, tocarlo y sentir la vida fluyendo en él. Casi gruñó
ante la idea de esperar un
minuto más. Finalmente Sora se giró a Kangin.
—¿Quieres que
salga? —Kangin odiaba pedirle eso a ella, pero necesitaba unos minutos a solas
con
su compañero.
—Sí, por favor.
—Su voz era tensa ya que se contenía. Sora asintió, le dio a Leeteuk un rápido
beso en su mano vendada y
luego salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de ella. Por fin eran
sólo
Leeteuk y él. Se
acercó lentamente a su cama, con miedo de que el momento fuera sólo un
espejismo y se evaporara ante sus ojos si él siquiera respiraba profundamente.
Pero cuando llegó a su lado, todavía estaba allí, no
siendo un producto de su imaginación, sino de verdad, en carne y hueso.
Kangin se inclinó
hacia delante y rozó suavemente algunos mechones de cabello fuera de su rostro
envuelto en
vendaje. Puso su nariz tan cerca de su cuello como le fue posible sin tocarlo y
respiró su
aroma en
profundidad.
Su olor era como
un bálsamo, acarició su lobo, calmándolo y ayudándolo a aclarar su mente del
miedo que había sido su
compañero constante desde que había sentido el dolor y el miedo de Leeteuk a través de su
vínculo. Luego lo besó en los labios con tanta ligereza que apenas sintió su
calor y susurró su nombre.
—Leeteuk. —Primero
en voz alta
y luego a
través de su vínculo.
Dios.....pobre Hee y Teuk,tienen tantas quemaduras....aaaah madito lobo loco,se supone que nada debería haber salido así.
ResponderEliminarEse lobo,cuando lo descubran sera cazado,con el único fin de descuartizarlo pieza por pieza.
Yo solo espero que a Hee y Teuk esto no les afecte demasiado.
Hee incluso esta en coma para que pueda soportar T.T
Siwon y Kangin estan muy mal...porqué...por quedeée
Eish,y luego ese doctor diciendo que no pudo cuudar de su pareja,y le dice ''teukie".....de seguro también le gusta...respete carajo,tiene compañero y a esa hora si no hubiera pasado nada,ya estarian unidos.
Hae pudiendo un lobo tranquilo,sumiso y sin pelo.....ojala se encontrara uno así,después se arrepentiria jajaja
Adoro las sutiles partes del sichul y se que cuando se de me va a encantar.
ResponderEliminarQue pasará con sus quemaduras? Ojalá encuentren al culpable.