Sapphire Wolf (T2)- 5




«Leeteuk. Por favor, escúchame, mi amor, despierta para mí.»

Kangin no sabía si podría ayudar, pero tenía que intentarlo. Después de esperar varios minutos, se dio
cuenta que él no iba a despertar, al menos no en ese momento. Oyó la puerta abrirse detrás de él y se
volvió para ver al doctor Lee y Sora esperando pacientemente.

—Lo vamos a trasladar a la unidad de quemados, su amigo también está ahí. Los dos tendrán que
someterse a múltiples desbridamientos para eliminar la piel muerta de modo que la nueva por debajo de
esa piel se pueda curar —les explicó.

—¿Puedo quedarme con él? —preguntó Kangin, sin apartar los ojos de Leeteuk.

—Puedes visitarlo, pero no puedes permanecer en la misma habitación. Existe un riesgo demasiado
grande de infección.

A Kangin no le gustó esa respuesta, pero quería lo mejor para su compañero. Fuera lo que fuera que
necesitara su cuerpo dañado para sanar era lo que él quería.

—¿Cuándo cree que vamos a saber si la sangre humana va a afectarlo, o cómo le afectará? —le
preguntó Kangin al doctor.

—No hay manera de saberlo, Kangin. Sé que no es lo que quieres oír. Durante los próximos días,
mientras su cuerpo empiece a sanar, su sangre lobuna debería aumentar la velocidad de ese proceso. Si no es así, entonces sabremos que, posiblemente, la sangre humana está obstaculizando el proceso.


Las heridas de Leeteuk mostraron una gran mejoría en la semana siguiente, pero Kangin todavía
continuaba paseándose por la sala de espera como lo había hecho desde el día del accidente.

Estaba empezando a sentirse como un león enjaulado listo para saltar sobre una presa fácil. Pudo notar que todo el mundo estaba sintiendo su nerviosismo, ya que todos parecían estar evitándolo como la peste.

No podía evitarlo, había pasado una semana desde el accidente y aún ni Hee ni Leeteuk habían despertado. Ambos estaban pasando por desbridamientos diarios y aunque parecía que el cuerpo de Leeteuk estaba curando un poco más rápido que el de un humano, no era  lo suficientemente rápido para Kangin.

Se sentía impotente. Su lobo estaba inquieto y deseaba estar cerca de su compañero. Odiaba no poder
estar a su lado, protegiéndolo mientras estaba en un estado tan vulnerable, pero no había nada que
hacer al respecto. Trató continuamente de llegar a él a través de su vínculo, pero lo único que consiguió fue oscuridad y silencio.

El oscuro silencio ocupó el espacio que la voz de su Ángel una vez llenó, pero pasó la segunda semana tratando de sacarlo desde el lugar enigmático en que residía. Su concentración se vio interrumpida cuando Siwon dijo:

—Me gustaría que hubiera algo que pudiera matar. —Mientras estaban sentados en la sala de espera
familiar en el piso de la unidad de quemados, las mismas sillas en las que ambos habían establecido su residencia en las últimas dos semanas.

—Yo podría ir a matar algo justo ahora mismo —coincidió Kangin.

Kangin estuvo gratamente sorprendido al descubrir que él y Siwon, a pesar de la enorme diferencia de edad de 107 años, se llevaban muy bien. Hasta ahora Siwon siempre había sido sólo el Beta de su padre para él, un poderoso lobo, y cuando era más joven un poco aterrador. Pero a medida que pasaron las últimas dos agonizantes semanas esperando en el hospital, habían estado a veces solo en la compañía del otro y así habían empezado a llegar a conocerse.

Se alegró por la compañía de Siwon, de lo contrario podría haber derribado ya la puerta de donde Leeteuk estaba demasiado quieto para su propio gusto. No estaba seguro de cuánta más espera podía soportar antes de que él exigiera que se le permitiera estar con Leeteuk todo el tiempo.

Se estaba haciendo más y más difícil convencer a su lobo de ser paciente.


Dos semanas más pasaron y Kangin marcó el aniversario de cuatro semanas del accidente en el calendario colocado en la cabecera de Leeteuk, rezando para que la fuerza de la luna llena de esa noche regresara a su Angel al lugar que le correspondía a su lado.

Agradecidamente estaba de pie junto a la cama de Leeteuk durante una de las limitadas visitas permitidas y no podía apartar sus ojos de él.

Era increíble lo mucho que se había curado en el último mes. Su piel estaba en carne viva y rosa donde las quemaduras habían estado pero se podía ver que la nueva piel estaba entretejiéndose junta rápidamente.

El doctor Lee le había dicho que su pierna estaba completamente curada. Él había tenido que revisar a través de los registros médicos de Leeteuk para alterar algunos de los últimos descubrimientos, porque no había manera de que pudiera justificar que la pierna rota de una persona se curara por completo en cuatro semanas. También le había dicho que todavía no estaban fuera de peligro con respecto a la sangre humana que había recibido.

Leeteuk había estado teniendo una fiebre constante durante las últimas tres semanas y el doctor también dijo que su conteo de glóbulos blancos era elevado, lo que significa que su cuerpo estaba luchando contra una infección. Ya sea que la infección fuera de las quemaduras, o tenía algo que ver con la sangre, no lo sabía. Así que él continuó esperando, y esperando un poco más.

Antes de irse, se inclinó y lo besó en la frente, y como hacía todos los días le susurró su nombre a través de su vínculo.

Leeteuk, vuelve a mí.

Anhelaba ver sus ojos mirando fijamente los de él. Y por fin alguien escuchó sus súplicas.

¿Kangin?

Kangin se acercó más, como si la proximidad ayudara con su vínculo mental.

Estoy aquí, Angel. ¿Puedes abrir los ojos para mí?

Le preguntó, desesperado por traerlo de vuelta a este mundo.

No le respondió, y él pensó que tal vez había escapado otra vez, el aliento abandonó sus pulmones cuando de repente vio la luz volver despacio a esos bellos ojos.

Kangin no se dio cuenta que había derramado una sola lágrima hasta que él le susurró con una voz seca y ronca:

—No llores hombre lobo, no pensaste que podías deshacerte de mí tan fácilmente, ¿verdad?

Apenas pudo contener el alivio que sintió al escucharle hablar, al verlo despierto.

—Quiero abrazarte, Angel, pero no sé dónde tocarte sin causarte dolor — le confesó, ese era su deseo
más profundo en ese momento.

—Estoy tan drogado que no puedo sentir nada en este momento, así que recuéstate sobre mí —le dijo
con una sonrisa débil.

Kangin se inclinó hacia delante con tanta suavidad como pudo y colocó un brazo alrededor de su cintura. Apoyó la cabeza en su hombro, poniendo efectivamente sus labios justo contra la curva de su cuello, en sus hombros. Lo besó con tanta suavidad como pudo y sintió a su lobo retumbar de alegría.

—Te extrañé —le dijo Leeteuk con voz tensa.

—Metí la pata, Leeteuk. Te dejé sin protección, podría haberte perdido. Es inexcusable. ¿Cómo puedes siquiera quererme cerca de ti?

—Kangin, esto no es tu culpa. No vayas todo Alfa conmigo en este momento. Te necesito más que nunca —le dijo sin vergüenza de su propia dependencia de él.

—Estoy aquí, y no voy a ninguna parte.

La puerta de la habitación se abrió y, fiel a su naturaleza de lobo, Kangin tomó una postura defensiva
frente a su compañero. Está bien, así que tal vez iba a reaccionar de forma exagerada por un tiempo,
pero todo el mundo tendría que lidiar con eso.

Sora entró con el doctor Lee a su lado, dejó escapar un suspiro estremecido y las lágrimas cayeron por sus mejillas mientras miraba a su hijo. Caminó hacia adelante mientras Kangin se hacía a un lado para permitirle el acceso a Teukkie.

—Tan amable de tu parte volver a la vida —bromeó Sora, a pesar de que su voz temblaba.

—Sí, bueno, estarían perdidos sin mí, así que tuve que volver. —Teukkie se inclinó hacia su madre,
mientras Sora lo besaba suavemente en la frente.

—Te amo, Teukkie.

—Sé que lo haces, mamá —respondió Teukkie con su habitual observación a las palabras de su madre; eso era una broma entre ellos. Ante el sonido de la voz del doctora Lee, Sora se apartó de Teukkie para mirar al médico.

—Bien, él está despierto —reconoció al doctor Lee—. Heechul también ha despertado, hace como una hora.

—¿Cuánto tiempo hemos estado fuera? —preguntó Teukkie con aprensión.

De alguna manera sabía que no había sido solo unas pocas horas.

—Un mes, Angel —le dijo Kangin suavemente mientras apartaba suavemente algunos mechones
de su frente.

—¿Un mes? —Las cejas de Teukkie se elevaron con la pregunta en su voz.

—He tenido que disponer para que compartas una habitación con tu amigo, Hee. Sora ha dado su
consentimiento para ello. Teukkie, ¿está bien contigo? —le preguntó el doctor Lee.

—Nada me haría más feliz —le dijo al doctor, con una débil sonrisa uniéndose a sus palabras.

Kangin y Sora salieron de la habitación cuando el transporte llegó para mover a Teukkie a la habitación que compartiría con Hee. Mientras pasaba, dio a Kangin un guiño rápido y lo desafió:

—Una carrera a la habitación.



Kangta estaba reunido con su Beta, Jihoon, en su oficina para revisar el informe semanal sobre cómo
Teukkie estaba sanando. Habían pasado cuatro semanas desde el accidente y finalmente   Jihoon
tenía algunas buenas noticias para transmitir.

—Teukkie ha despertado de su coma —le informó Jihoon.

—¿Sabes algo más sobre su bienestar o simplemente sabes que está despierto? —La voz de Kangta
estaba ronca por la emoción a pesar de la ruina que había sido hace un mes.   

—De lo que he entendido se está recuperando rápidamente, casi tan bien como un lobo pura sangre.

Kangta no pudo evitar pensar por enésima vez cómo Kangin podía haberlo dejado, o cualquiera de
ellos para el caso, completamente vulnerable, especialmente después del desafío en que él había
tomado parte. Luego un pensamiento recurrente volvió de nuevo. Se dio la vuelta, mirando a Jihoon.

—Tú estabas allí, ¿por qué no lo ayudaste?

—Iba a hacerlo, Alfa, pero Kangin llegó tan rápido y él hubiera sabido que estaba ahí que me habría
revelado a mí mismo. Me doy cuenta ahora que la seguridad de Teukkie debería haber sido mi primera prioridad, no mi cubierta — le dijo Jihoon, con los ojos bajos, con el cuello expuesto en sumisión.

Kangta apreció el gesto mientras él aguantaba a su lobo de un hilo porque cualquier desafío por parte
de Jihoon aseguraría perder su vida.

—Me iba a quedar fuera de esto. Iba a confiar en Sora para saber qué era lo mejor para nuestro hijo,
pero estas últimas semanas, cuanto más lo pienso, simplemente no puedo, no ahora. Teukkie pudo
haber sido asesinado y todo porque su supuesto compañero, que es poco más que un niño, no lo
protegió como es su responsabilidad.

Kangta sabía en la parte racional de su cerebro que tal vez estaba siendo demasiado duro con Kangin,
pero no podía evitarlo, era su hijo, y si hubiera muerto nunca habría tenido la oportunidad de conocerlo.

Eso era inaceptable. Teukkie todavía era menor de edad, él podía invocar sus derechos como su Alfa, y tomarlo bajo su cuidado hasta que fuera mayor de edad. Sora probablemente lo odiaría por ello, pero ella finalmente vería que era mejor para Teukkie de esta manera. Era demasiado joven para aparearse, y peor aún, Kangin era demasiado joven para ser su compañero. Él no entendía lo que significaba ser un compañero, la responsabilidad que viene con ello.

Kangta se volvió hacia Jihoon.

—¿Dijiste que había cuatro lobos, además de Junjin y su hijo?

—Sí, Alfa.

—Toma a los cuatro primeros de la manada, contigo y conmigo haremos seis. Iremos con un número par de lobos como para no parecer que estoy desafiando a Junjin, pero lo suficiente como para demostrar que tengo apoyo. También haz que Pilkyo alquile un avión privado, quiero llegar lo más pronto posible.

Pilkyo era el asistente de Kangta, a falta de una palabra mejor, y se encargaba de cualquier negocio de la manada y actuaba como enlace con otras manadas. Debido a su condición de Omega, él no era
considerado una amenaza o un desafío por otras manadas, ni era un sumiso que permitiría a otras
manadas pasar sobre él.

Jihoon asintió ante la petición de su Alfa y se volvió para irse.

—Nos vamos en una hora —dijo Kangta retirándose.



Su plan no podía estar funcionando mejor, pensó Jihoon para sí mismo. A pesar de que no había
querido que Teukkie saliera lastimado, ¿cómo se supone que iba a saber que un simple neumático
reventado haría que el auto rodara, y luego se prendiera en fuego? El corazón de Jihoon había estado
en su garganta cuando había visto la forma inmóvil de Teukkie siendo sacada de la camioneta en
llamas.

Casi se había precipitado hacia adelante para ayudar, pero había captado el sonido de los vehículos
de los otros lobos y se había metido en su auto y conducido a través de la mediana de la autopista
contraria.

Él había estado conduciendo en dirección opuesta a Kangin y su familia. Ellos nunca habían mirado en su dirección, sus ojos solo estaban en los restos. Había pensado que a lo largo de las últimas semanas la ira de Kangta disminuiría, pero ó muy a su disgusto, solo había aumentado.

Jihoon entró en la sala de defensa de la manada donde sabía que los cuatro miembros principales de
la manada estarían a esta hora del día. Cada uno estaba en varios estados de la limpieza de sus armas
asignadas y vigilando el perímetro de la mansión en las distintas pantallas de televisión que estaban
conectadas a las cámaras de todo el recinto. Parecía una cosa arcaica de hacer ya que no habían tenido otro intento de desafío a la manada en su territorio en de más de un siglo. Los viejos hábitos tardan en morir, y como Kangta les dijo, nunca se puede estar demasiado preparado.

—Lee, Jaewon, Heejun, Tony, los necesito conmigo. Preparen las armas. A este punto no las llevarán
encima, pero quiero que estén disponibles en caso de que sea necesario.  Empaquen suficiente ropa
para tres días, y luego reúnanse con el Alfa y conmigo en el garaje principal. Voy a explicar lo que está sucediendo mientras estamos en camino a nuestro destino. Muévanse.

Sin una palabra los cuatro lobos prepararon sus armas y luego salieron de la sala para dar cumplimiento a las instrucciones de su Beta. Jihoon siempre sentía una sensación de orgullo cuando la manada obedecía sin cuestionar, era una señal de confianza, confianza que iba a tener que traicionar. Mejor no pensar en eso ahora, se dijo, sólo haz lo que tengas que hacer, pide perdón después.


Kangta estaba de pie en el garaje principal, esperando que su manada se uniera a él. Estaba tratando de mantener la calma sabiendo que la manada sentiría lo que él sentía, no quería que ellos tengan que
asumir sus cargas. Era su trabajo como Alfa protegerlos de la tensión innecesaria, pero esta era una
situación con la que nunca había tratado antes, y por primera vez no sabía muy bien cómo manejar la
situación.

Llamó a su lobo, sabiendo que iba a ser menos emocional y más práctico; él haría lo que tenía que ser
hecho. Kangta podría preocuparse por las emociones cuando la situación estuviera bajo control. Jihoon apareció, y justo detrás de él estaban sus cuatro primeros miembros de la manada, todos vestidos con uniformes negros.

—¿Ya les informaste sobre la situación? —le preguntó Kangta a Jihoon.

—No, Alfa. Pensé que podía hacer eso en el camino.

Kangta asintió en acuerdo.

—Muy bien, vamos a montarnos en el Hummer. Heejun, tú conduces.

Una vez en la carretera, Jihoon empezó a informar a los lobos sobre la situación.

—Es imperativo en este punto que esta información permanezca dentro de este grupo. Kangta será
el que decida cuando el resto de la manada lo sabrá —les dijo Jihoon.

Kangta tomó la palabra a continuación.

—Puede hacerlos sentir incómodos ya que ella es su Alfa también, pero he elegido en este momento
no revelar esto a mi compañera. Hablando de eso, excúsenme de la conversación por un momento,
tengo que informarle que voy a estar ausente por unos días. —No dijo nada más sobre el tema.

Jihoon oyó a Kangta decirle a Boa que estaba tomando un viaje de negocios para discutir las relaciones de la manada y las formas de mejorar las comunicaciones de la manada y que se reuniría con algunas de las manadas de Texas.

Ella no lo puso en duda y, una vez más Jihoon notó la simple confianza, confianza que estaba siendo rota incluso mientras el Alfa hablaba con su compañera.

Era lo mejor, decidió Jihoon, y al igual que él teniendo que tomar el asunto en sus manos sobre Teukkie, Kangta tenía que tomar la difícil decisión de hacer frente a esta situación sin el estrés añadido de las emociones de su pareja.

Una vez que la situación estuviera contenida, entonces Kangta podría sentarse con Boa y explicarle las cosas. Jihoon se aseguraría de estar ocupado cuando la conversación se llevara a cabo.

Boa era impetuosa, y más que seguido, no hablaba antes de pensar. Iba a ser un lío volátil cuando llegara la hora de explicarle las cosas. Sí, buena suerte con eso, Alfa, pensó para sí mismo.

—Así que el plan en este momento —comenzó Kangta después de haber desconectado con su compañera —, es que una vez que lleguemos me pondré en contacto con Junjin primero por Ley de la Manada y le haré saber que estamos ahí. Estoy seguro de que le dirá a Sora, quien a su vez le dirá a Kangin que ahora saben se ha declarado compañero de Teukkie. No abordarán a los lobos de Junjin a menos que yo lo mande. ¿Hay alguna confusión acerca de esto?

Cada uno de los lobos negó con la cabeza y mostraron sus cuellos en sumisión.

—Después de haber notificado a Sora sacaré un tiempo para reunirme con ella para hablar de mi
reunión con Teukkie. A este punto, no voy a decir nada sobre el hecho de que yo estoy ahí para invocar mis derechos como su Alfa. Voy a hacerlo después de haberme reunido con ella. También solo voy a hacer eso delante de Junjin, su cachorro y su Beta. Durante ese tiempo solo a Jihoon se le permitirá estar conmigo —explicó  Kangta.

Para el momento en que terminó de contarle a su manada lo que sucedería, habían llegado al
aeropuerto y se embarcaban en el avión alquilado que Pilkyo había asegurado para ellos.

Cuando el avión despegó, Kangta se reclinó en su silla y cerró los ojos. Trató de imaginar lo que
Teukkie diría cuando él se le presentara. ¿Estaría enojado de que él no había sido parte de su vida?
¿Estaría feliz de finalmente conocerlo? Por lo general él tenía mucha confianza en sí mismo, pero en
este momento no podía recordar alguna vez estar tan inseguro de sí.


Jihoon estaba tratando de resolver en su mente qué momento sería el mejor para llevarse a Teukkie
del hospital. Decidió que iba a sugerir a Kangta que después de haber invocado sus derechos de Alfa,
haga que Junjin saque a sus lobos de la guardia y ponga a los suyos. Puesto que él era el jefe de las
fuerzas de la manada establecería la rotación de guardia por la noche, lo cual sería el momento más
vulnerable, cuando el personal era mínimo, y la cubierta de la oscuridad podría ayudarle en su tarea.

Estaba tan cerca de su objetivo, tan cerca de tener la primera cosa que realmente había querido desde
hace mucho tiempo, y lo tendría a él. Sin importar lo que se necesitara, Park Leeteuk sería suyo.


Una vez que el avión hubo aterrizado en una pequeña pista de aterrizaje privada que Pilkyo había
encontrado, ellos tenían un auto de alquiler esperando. Kangta se encontró preguntándose, no por
primera vez, lo que haría sin Pilkyo, él parecía pensar en todo.

Jihoon sabía la ubicación del hospital así que él condujo mientras Kangta encontraba el número de
Junjin en el directorio de Alfas. Sí, tenían un libro con todos los números de los Alfa en él. Kangta no
podía sino pensar que alguien más tenía un Pilkyo también que había surgido con la idea. Kangta marcó el número y mientras él escuchaba el timbre todo en lo que pudo pensar fue en como esto iba a
ser interesante. Junjin contestó en el cuarto timbre.

—Junjin —contestó él con su nombre en lugar de un hola.

—Junjin, soy Ahn Kangta, Alfa de la manada de Denver. Quiero informarte que estoy en la ciudad.
¿Hay algún otro Alfa al que necesite llamar?

Junjin permaneció en silencio durante muchos latidos antes de que respondiera:

—No, la manada aquí aún no es oficial. Notificaré al Alfa que estás aquí. —Kangta escuchó a Junjin
tomar una respiración sonora y luego soltarla lentamente—. ¿Quiero saber por qué estás aquí, Ahn?
—preguntó Junjin, usando su apellido.

—Tengo el presentimiento de que lo sabes. Quiero hablar con Sora y quiero conocer a mi hijo.
Tengo entendido que él ha estado en un accidente. —Hubo un leve gruñido en la voz de Kangta
mientras le contestaba a Junjin.

—Puedo preguntar, ¿cómo te enteraste de Leeteuk, o del accidente a decir verdad? —preguntó Junjin,
su voz estaba mezclada con escepticismo.

Kangta decidió dejar a Junjin sacar su propia conclusión al darle medias verdades a sus preguntas.

—Los miembros de la manada hablan, Junjin. Tú sabes cómo es esto. Un grupo de lobos reunidos es
peor que un salón de belleza cuando se trata de chisme. Así que naturalmente, cuando escuché que
había habido un desafío dado al cachorro del Alfa más poderoso, y éste fue en la ciudad natal de Sora, comprobé las cosas.

Kangta no mencionó que él había tenido a Jihoon siguiendo a Leeteuk, o que él había estado en la
escena del accidente. Él no pensó que Junjin necesitara de esos detalles.

—Estamos ahora en camino al hospital. ¿Podrías por favor pedirle a Sora encontrarme en la entrada? Y voy a pedirte, Junjin, que aún no dejes que Teukkie sepa que estoy aquí.

—Le haré saber a Sora, sin embargo, no te garantizo que ella vaya a verte. —Kangta empezó  a 
interrumpir  pero  Junjin  le  cortó—.  Teukkie ha estado inconsciente durante un mes. Sora ha pasado
por un infierno durante ese mes, ella está lo suficientemente estresada ahora. No obstante, le haré
saber. Si llegas aquí y ella no está esperándote en el vestíbulo, entonces llámame mañana, iremos desde ahí. Sin embargo, debo saber, cómo tú compañera va a sentirse cuando Sora te envié a casa en una caja de pino, porque tienes que saber que esto no va a ir bien —le dijo el Alfa.

—Lidiaré con Sora. Tengo a cinco de mis lobos conmigo, mi Beta y mis primeros cuatro. No estamos
aquí como un desafío a ti o a los tuyos. Simplemente deseo conocer a mi hijo —le dijo Kangta, su voz nunca traicionando la sutil mentira. Él no sólo quería conocer a su hijo, planeaba llevarlo a casa con él.

—Entiendo —contestó Junjin—. Te voy a pedir a ti y a tus lobos mantener el perfil bajo, y tratar esto
como si fuera mi territorio permanente. En otras palabras, no me des una razón para lamentar el haberte dejado permanecer aquí. Mi Beta, Siwon, estará esperando con ella ya que él es el más neutral en la fiesta cuando se trata de Teukkie y creo que necesitarás algo neutral mientras tú estés, como dijiste, lidiando con Sora. Tendrás que hacerme saber cómo va eso —dijo Junjin con divertido sarcásmo—. ¿Cuál es tu tiempo de llegada?

—Mi Beta dice que llegaremos en diez minutos.

—Diez minutos, qué cortés de tu parte darme una amplia noticia de tu llegada. —Junjin había colgado antes de que Kangta pudiera responder al pinchazo.

—¿Ha ido como lo esperabas? —preguntó Jihoon.

—Bastante bien, aunque Junjin parece muy tranquilo para un Alfa tan dominante. Esos a menudo
son los más mortales. Ellos nunca traicionan sus emociones, así uno nunca sabe cuál es su siguiente
movimiento.

—Suena como que podría ser un buen jugador de póquer —dijo Jihoon secamente.

Kangta no reconoció las palabras de su Beta, en su lugar se puso a pensar en la mejor manera de
mantener a Sora lo suficientemente en calma para que le dejáse ver a Teukkie antes de que dejara
caer toda la basura de: “Estoy aquí para llevarme a mi hijo  lejos”.

Desafortunadamente no hubo ninguna brillante idea que cayera del cielo, tampoco se había encontrado con un libro para idiotas llamado: Cómo apaciguar a la amante que menospreciaste.

Se detuvieron en el estacionamiento del hospital. Estaba lleno, así que Jihoon tuvo que estacionar
el auto de alquiler lejos de la entrada principal.

—Voy a entrar y hablar con Sora. Quiero que todos ustedes se queden aquí. Ella ya está muy preocupada con Teukkie estando inconsciente durante tanto tiempo y tenerme aquí es agregarle sal a la herida, así que no quiero asustarla más por tener una manada de lobos desconocidos descendiendo sobre ella.

Kangta sabía que hablar con Sora sería probablemente más difícil que hablar con Teukkie. Él tenía una historia con Sora. La clase de historia que deja una herida en tu corazón que nunca sanará. La costra lo cubre, a menudo repetidamente, pero cuando la costra sale es tan cruda y dolorosa como el día en que fue infligida la herida. Kangta tuvo suerte, él tenía a su compañera, cuya presencia a menudo mantenía la costra en su lugar. ¿A quién tuvo Sora?, se preguntó él.

Kangta fue sacado de sus pensamientos con el sonido de la voz de Jihoon.

—¿En qué punto planea reclamar los derechos de un Alfa con respecto a un menor?

—Lo decidiré después de encontrarme con Sora —le dijo él.

Sin otra palabra Kangta abrió su puerta y caminó bajo el cálido calor de Texas, y aunque hacía calor, no era eso que lo tenía sudando. Cerró la puerta del auto y se giró para caminar a la entrada del hospital. En ese momento él realmente no podía decir qué podría ser peor, enfrentar a una amante que le hizo daño, o masticar un bocado de tachuelas de tres centímetros.

Cuando Kangta alcanzó la entrada y abrió la puerta la primera cosa que vio fue el hermoso rostro de
Sora. Él supo entonces que sería mucho mejor masticar tachuelas cualquier día a que enfrentar la
traición en sus ojos.



2 comentarios:

  1. Bien.....me caen mal casi todos...
    El disque padre de teuk,su beta,el disque doctor,todos los que quieran hacer un mal pensando que hacen un bien.....ㄱㄱ
    Pero Teuk por fin desperto y casi esta curado,ahora solo falta saber de Hee,que tal lo esta haciendo....pobre mis niños *0*
    Junjin no es tonto,algo debe saber y hacer para cuando decidan llevarse a Teuk...ua sea su padre o el otro idiota.

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  2. Uuuuuy comienzan los problemas, quieren llevarse a Teukie.
    Pero lo que yo quiero saber es como le va a Hee y como lo lleva con Siwon xD

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...