Pasión de Luna (DH6)- 21




Kennie abrió una puerta que condujo a un enorme dormitorio con la más elaborada cama antigua con dosel que Kwanghee alguna vez hubiera visto. Cortinas de terciopelo azul profundo colgaban alrededor de querubines y ángeles tallados a mano que decoraban la madera antigua.

—Esto es magnífico.

—Siwon insiste en lo mejor. Usted dos pueden acostarse aquí, y llevaré al muchacho perro más lejos por el pasillo.

—¡Hey! —protestó Dongjun con indignación.

—Relájate —dijo Kennie—. Esto no es como si te hiciera dormir en el garaje o algo así.

Los dos dejaron a Kwanghee y Kevin solos en el cuarto.

—Así que, aquí estamos —dijo Kwanghee, inseguro de sí mismo.

Kevin tiró de él para acercarlo.

—Es extraño no tener que ocultarme de ti.

—¿Entonces puedes hacer de todo?

—Más o menos cualquier cosa. Puedo viajar en el tiempo en cualquier dirección. Yo podría dirigirnos de aquí a París o a cualquier lugar que quisieras visitar.


Kwanghee consideró esto. Podría tener cualquier cosa, pero había sólo una cosa que le haría realmente feliz.

—¿Puedes hacerme delgado?

Kevin parecía menos que contento.

—Yo podría.

—Hazlo.

Él lo miró con el ceño fruncido como si el pedido lo confundiera completamente.

—¿Por qué?

—Por que siempre quise ser uno de esos pequeños jóvenes y nunca lo he sido.

Kevin se movió para pararse detrás de él así poder empujarlo contra él y abrazarlo muy cerca.

—No te quiero delgado, Kwanghee. Me gustas como eres —Su aliento cosquilleó en su cuello mientras él hablaba y envió el calor por todo su cuerpo—. Mi gente tiene un refrán. La carne es para el hombre, el hueso para el perro.

—Sí, pero tú eres ambos.

—Y cuando me dan a elegir entre costillas y filete, voy por la opción superior siempre.

Kwanghee siseó mientras él colocó sus labios contra su cuello y lo mordisqueó. Cerró sus ojos e inhaló su cálido aroma. Lo sentía tan bien sosteniéndole. Eso le hizo sentir débil y sin aliento.

—¿Es esto todo lo que hay entre nosotros, Kevin? ¿Sólo sexo?

Él puso su mejilla contra la suya con tal gesto de cariño que le atravesó el corazón.

—No, Kwanghee. El sexo es solamente la demostración física de lo que siento por ti —Él tomó su mano y lo condujo hacia su corazón donde lo sintió palpitar contra la palma de su mano—. Nadie jamás me ha tocado como tu lo haces. Eres como un susurro. Apacible, suave. Calmante. En mi mundo, la gente sólo grita y da alaridos. Pero tú... tú eres mi paraíso.

Kwanghee tembló ante sus poéticas palabras.

—Dios, eres bueno.

—Esto no es una frase, Kwanghee. Puedo ser humano, pero también soy un animal y el animal en mí no miente o engaña. Nunca pensé que una parte de mí sería domesticada, pero ahora lo está. Esta parte no quiere repartir golpes a diestra y siniestra a alguien. Esta parte solamente te quiere.

¿Cómo alguien podría decir no a esto?

Kwanghee jadeó mientras su ropa desaparecía.

—¿Kevin?

Antes de que pudiera terminar de decir su nombre, ambos estaban desnudos en la cama, bajo las sábanas.

—Es un talento lo que tienes ahí —dijo mientras él hocicaba su cuello.

—No tienes ni idea —él sopló en su oreja antes de lamerla.

La cabeza de Kwanghee se arremolinó en el éxtasis de su contacto. Por una vez él no perdió nada de tiempo. Se deslizó dentro de Kwanghee con una estocada poderosa.

Ambos gimieron al unísono.

Kwanghee alzó la vista hacia el crudo placer en su cara. Este no era tiempo de jugar para él, Kevin se tomaba en serio el tomarlo.

Deslizó sus manos sobre su espalda, sintiendo la ondulación de los músculos mientras él empujaba, fuerte y poderoso. Él era el lobo y estaba hambriento. Sus ojos lo Taeyangoraron.

Kevin no podía pensar claramente mientras sentía su suavidad bajo él. El animal en él quería la completa posesión. Quería acoplarse y dominar.

El hombre en él quería su ternura. Su corazón.

Sobre todo, quería pasar el resto de su vida mirando dentro de sus ojos. Sus labios estaban ligeramente separados mientras jadeaba de placer.

Kevin reclamó aquella boca. Él gruñó ante su sabor. Con la sensación de su lengua contra la suya mientras se empujaba profundamente dentro de él una y otra vez.

Hambriento, se obligó a ser suave con su cuerpo. Por recordar que era humano y frágil.

Él moriría si alguna vez le hiciera daño.

Pero oh... la sensación de sus manos sobre su espalda. La forma en que asía su trasero. Kwanghee no solo estaba follando con él. Hacía el amor con él. Y esto significaba para él más que cualquier otra cosa.

Incluso si él fuera inmortal, nunca sentiría nada mejor que sus largas y suaves piernas entrelazadas con las suyas.

Kwanghee estaba sin aliento mientras Kevin lo devoraba. Ningún hombre jamás había hecho el amor con él como este... como si no pudiera conseguir lo suficiente. Como si estuviera desesperado para estar dentro de su cuerpo.

Había tanto poder y fuerza en los brazos envueltos a su alrededor. Los brazos que le sostenían tiernamente. Con cuidado.

—Amo la forma en que tus manos se sienten sobre mí —él respiraba entrecortadamente mientras Kwanghee tomaba entre sus manos su trasero—. Y amo ser capaz de tomarte así.

—¿Cómo así?

—Cara a cara —dijo él, puntuando cada palabra con un golpe profundo, exuberante—. Así puedo ver tu expresión cuando te corres por mí.

Entonces lo besó. Esto fue imperioso y devorador. Satisfactorio.

Kwanghee fue completamente arrastrado por él. Por el intenso placer de él tan grueso y amplio. Por la forma en que lo sentía deslizarse contra su cuerpo.

Kevin dejó que sus poderes fluyeran a través de ambos. No había ninguna necesidad de refrenarlos o enmascararlos. Él dejó a su pasión abastecer de combustible a sus poderes, cargándolos a su nivel más alto.

La sensación de ello lo atravesó como un relámpago. Supo el  instante en que Kwanghee sintió la elevación de sus poderes. Tiró su cabeza hacia atrás en el último éxtasis. Con su respiración desigual, respondió cada golpe con uno propio.

Y cuando se corrió, él tuvo que tapar su grito con sus poderes para impedir que los demás supieran lo que hacían.

Sonrió ante la imagen de Kwanghee perdido en las convulsiones de su orgasmo. Ante la sensación de sus manos sobre su espalda mientras lo asía fuertemente.

Entonces Kevin se permitió unirse a él. Gruñó mientras se liberaba. Yació sobre él, jadeando mientras su cuerpo continuaba temblando y estremeciéndose.

—Eso fue increíble —suspiró Kwanghee. Entonces frunció el ceño— ¿Tu realmente te vuelves más grande hacia el final, verdad?

—Sí —dijo él, mordisqueando sus labios— y no puedo salir de ti durante unos minutos más sin hacerte daño.

Kwanghee todavía podía sentir su cuerpo temblando.

—¿Por qué haces eso y cómo es que me mantuviste...?

—Usé un hechizo de tiempo para que no fueras consciente de cuanto tiempo me tomo para terminar —Él siseó mientras otra ola de orgasmos lo atravesaba.

Kevin casi esperó que lo rechazara. No lo hizo. En cambio, Kwanghee acunó su cabeza contra él y jugó con su cabello hasta que él hubo terminado completamente.

Cuando él finalmente acabó, se deslizó fuera y se derrumbó a su lado. Kwanghee se dio vuelta para enfrentarlo.

—¿Entonces así es como eres realmente?

Kevin asintió y esperó que su corazón dejara de palpitar. El se deslizó sobre su pecho y besó su duro pezón derecho. Kevin gruñó mientras él le daba una ligera y juguetona lamida.

—Si sigues haciendo eso, estaremos en esta cama por el resto del día.

Kwanghee se burló.

—Los conozco a ustedes, hombres. Necesitarás al menos unas horas para... —Su voz se desvaneció cuando lo sintió endureciéndose contra su muslo.

—No soy humano, Kwanghee. El sexo nos vigoriza. No nos hace que estemos más cansados.

Levantó la sábana para ver la verdad de aquella declaración. Él ya estaba duro otra vez.

—¿Entonces puedo jugar contigo tanto como quiera?

—Um-hmmm. Soy todo tuyo, querido.

Mordiendo su labio, Kwanghee deslizó su mano hacia abajo para tomarlo con cuidado y explorar su entera longitud. Ya que Jongmin nunca había hecho el amor con él con las luces encendidas o a la luz del día, realmente nunca había tenido la posibilidad de examinar a un tipo de cerca.

Kevin flexionó una pierna y no dijo nada mientras él con cuidado aprendía cada matiz de su cuerpo.
Lo miró de muy cerca mientras jugaba con su cabello. Él nunca había tenido una pareja con tanta curiosidad sobre él. A las parejas lobo no les preocupaba como lucía en cuanto pudiera satisfacerles. Una vez que el acto estaba terminado, los apartaban y se marchaban. No había ningún compartir de cuerpos. Ninguna importancia por acariciar o amar. Por abrigar un sentimiento.

Eso era lo que más apreciaba de Kwanghee.

Sus dedos lo examinaron tiernamente. Con cuidado masajeó su saco y su pene. Escalofríos se diseminaban sobre él. Su pierna extendida en realidad se movía nerviosamente.

Kwanghee se rió tontamente mientras continuaba acariciándolo.

—Te gusta, ¿verdad?.

—Sí —dijo roncamente mientras sentía que su pene se endurecía aún más.

Kwanghee alzó la vista hacia él, luego hizo lo inimaginable. Lo tomó en su boca.
Kevin tiró su cabeza hacia atrás y enterró su mano en su cabello mientras el placer lo atormentaba. Él apretó su mandíbula para impedirse aullar mientras lo lamía y provocaba de la base a la punta. Kwanghee lo deslizó profundamente en su boca mientras lo chupaba y jugaba.

Él ahuecó sus manos en su cara mientras su cuerpo entero ardía. La generosidad de este acto...

Él no sabía que tal cosa existiera. Una pareja Katagari antes moriría que tocar a un hombre de esta forma. Era el trabajo del macho satisfacerle, no de otra manera.

Kwanghee gimió profundamente en su garganta mientras probaba la misma esencia de Kevin. Miró hacia arriba para verlo mirándole, sus ojos encapotados por el placer y la incredulidad. Esta era una combinación embriagadora.

Él lucía como si le estuviera mostrando el cielo. Él retiró el cabello de la sus ojos, luego acarició su pómulo con su pulgar mientras pasaba la lengua por su lado interior.

Kwanghee sintió que el aire alrededor de ellos literalmente chisporroteaba. Hizo una pausa ante el sonido.

—Está bien —dijo Kevin jadeando—. Eso es solamente mis poderes surgiendo. A veces lo hacen.

Kwanghee regresó a él.

Kevin rechinó sus dientes mientras su placer se volvía increíblemente alto. En cualquier momento, él se correría otra vez. Con miedo de lastimar a Kwanghee, lo separó de él un instante antes de que su cuerpo explotara.

Eso no fue lo único. Cada lamparilla en el cuarto se hizo trizas con la fuerza de su pasión, mientras sus poderes jugaban a su antojo en el cuarto.

Él se cubrió con la manta y usó su mano para ayudar a su cuerpo mientras tenía el orgasmo.

Él sintió la mano de Kwanghee sobre sí. Abriendo sus ojos, miró mientras Kwanghee lo tomaba en su mano y con cuidado lo apretó hasta que su cuerpo quedó completamente drenado.

—No tenías que separarte de mí, Kevin —dijo él después de unos minutos.

—Me doblo en tamaño cuando me corro, Kwanghee. No quise verte lastimado por eso.

Kwanghee separó su mano de él y besó sus labios. Kevin lo sostuvo cerca de él, atesorando este nuevo momento.

Él se retiró para mirar las lamparillas hechas trizas.

—Espero que nuestro anfitrión no sea también... —se detuvo mientras él reparaba cada lamparilla con sus poderes.

—Ese es otro talento que tienes por ahí...

Él le rió maliciosamente.

—Prefiero el tuyo.

Kwanghee estaba confundido por eso.

—No tengo ningún talento.

—Sí lo tienes. Esa boca tuya definitivamente es mágica.

—Mmm —dijo, besándolo otra vez—. Pero esta sólo trabaja para ti.

—Bien.

Kwanghee se retiró mientras comprendía algo.

—Espera un minuto. Tu no puedes engañarme jamás, ¿verdad?

Él sacudió su cabeza.

—Sin ti, soy un eunuco total. Mis poderes disminuirían, también. Una vez que el sexo es alejado de nosotros, no tenemos ningún modo de recargar nuestra energía. Eventualmente perdemos toda nuestra magia.

—¿Entonces cómo tu padre es el líder de su manada si él no puede manejar la magia?

Él frunció el ceño.

—¿Cómo sabías que mi padre era nuestro líder?

—Oí a la gente medieval que hablaba sobre ello.

Kevin tomó un largo y profundo aliento antes de explicarle.

—Él se hizo el líder de la manada antes que yo naciera. La única razón por la que es todavía responsable es que es sumamente fuerte físicamente como lobo y hace tratos con los Daimons por magia.

—¿Daimons?

—Vampiros. A diferencia de tu televisión y películas, los verdaderos vampiros no viven por la sangre humana, a ellos les gustan las almas humanas. Si ellos toman el alma de un Were-Hunter o de un humano psíquico ellos entonces pueden absorber sus poderes. Los Daimons que son realmente poderosos son capaces de compartir ese poder con alguien más. Mi padre rutinariamente les hace sacrificios para que ellos dejen a su manada tranquila y desviar un poco de magia hacia él.

—¿Sacrificios?

Él suspiró como si el pensamiento le doliera.

—Él finge que alguien ha traicionado a la manada y simplemente los echa para dejárselos a los Daimons. Mi hermano Hyunsik y yo fuimos los últimos sacrificios que él hizo. Yo sabía que enviaría asesinos para matarnos una vez que los Daimons no volvieron para compartir el poder con él.

Kwanghee no podía imaginar nada peor que esto. Su padre lo había sacrificado para morir. Su madre lo odiaba y con mucho gusto lo mataría, también.

Su pobre lobo. No le asombraba que hubiera ido a él.

—Oh Kevin, lo siento tanto.

—Está bien. Sólo estoy sorprendido que mi padre esperara tanto tiempo para traicionarnos. Pienso que la única razón por la que no lo hizo antes fue que, a pesar de todas su faltas, él quería a mi hermana Yewoon más que a nada, y ella nos amaba. Mientras que ella vivió, no creo que él quisiera hacerle daño matándonos. Pero al instante en que ella murió...

—¿Él fue por ustedes?

Él asintió.

Acercó su cabeza a sus pecho y lo sostuvo allí, esperando hacer todo lo mejor, sabiendo que no podría. Pero al menos Kevin pareció estar en paz con el pasado y con sus padres y su odio irracional contra él. Su fuerza lo asombró. No conocía a ningún otro hombre que pudiera haber tenido su pasado y su dolor y ser tan compasivo y cariñoso.

—¿Cómo era tu comunidad? —preguntó, pensando en que otras cicatrices ocultaba con semejante dignidad.

—No sé. Vivimos como animales. Nos quedamos sobre todo en forma de lobo a no ser que nos dirijamos a las ciudades para algo.

—¿Por comida?

—O sexo. El sexo es mucho más agradable como humano que como lobo. Hay mucha más estimulación, sobre todo para nuestras parejas.

Eso era algo que Kwanghee no quería considerar. No le gustó pensar en Kevin con alguien más. Pero al menos no tenía miedo de que él le engañara. Había mucho que decir sobre esto. Su propia hermana actualmente atravesaba un divorcio por este mismo tema.

—¿Así que viviste la mayor parte de tu vida como lobo? —preguntó.

Él asintió.

—Para el Katagaria es realmente fácil ya que el lobo es su forma base. Es la forma en que descansan o se recuperan cuando les hacen daño.

—Pero tú eres Arcadiano.

Él pudo saber, por la forma en que se puso rígido, que eso lo molestaba.

—Sí. Por eso para mí, era una tortura implacable mantenerme en forma de lobo. Uno de los motivos por el que soy tan fuerte mágicamente es que tuve que aprender a canalizar mis poderes para poder permanecer lobo mientras luchaba, era herido, o dormía. Cosas que yo debería hacer como humano.

—¿Y el tatuaje sobre tu cara?

—Es más bien una marca de nacimiento —Él soltó un profundo suspiro y este reapareció sobre su cara.

Kwanghee recorrió el diseño lleno de volutas que era, de una manera extraña, hermoso.

—Los Centinelas son guardianes Arcadianos —explicó—. Una vez que un Arcadiano termina su pubertad, los Destinos escogen al que ellos piensan que es bastante fuerte para proteger el mundo de los Asesinos o de los animales que están fuera para cazar a los Arcadianos y al género humano.

Kwanghee se estremeció mientras entendía lo que él le decía.

—Entonces vivías con lobos cuando te volviste humano y luego te convertiste en su peor enemigo.

—Sí.

Su corazón sufrió por él.

—Debes haber estado aterrorizado. ¿Por qué no te marchaste?

—Probablemente debería haberlo hecho, pero yo era joven y estaba asustado. Yo no sabía nada sobre los Arcadianos y menos sobre los humanos. Recuerda, yo era un lobo de niño. No se les permite acercase a los verdaderos humanos. Yo no tenía ninguna idea de como conducirme o interactuar con tu mundo. Por eso fue que hice mi trato con Shindong para que me llevara al pasado para encontrar a mi madre. Pensé si que si le decía que no era más un animal, ella me ayudaría a adaptarme.

—Pero ella no lo hizo.

—No. Ella me llamó mentiroso y me ahuyentó.

Kwanghee podría matar a Jiwon por eso. ¿Qué tipo de la madre sería tan cruel? Pero claro, la crueldad existía en todas partes del mundo aun cuando no debiera.

—Mientras tanto Dongjun pasaba por lo mismo pero al revés.

—Sí.

No sabía cuál de los dos lo había tenido peor. Era probablemente Dongjun. A diferencia de Kevin, él no había tenido un hermano y una hermana para aceptarlo.

—¿Entonces volviste a tu manada después de encontrarte con Jiwon?

Él asintió.

—Era todo lo que conocía y no podía pedir a Hyunsik y a Yewoon que se marcharan debido a mí. Pensé que si mi padre me mataba, al menos ellos todavía tendrían una casa y estarían protegidos.

—¿Y nadie jamás supo la verdad sobre tu cambio de forma base?

—Solamente Hyunsik y Yewoon, y al parecer Dongjun. Yo debería haberlo sabido cuando él vino a nosotros. Pero siempre se mantenía encerrado en sí mismo. Heejun y los demás intentaron convertirlo en un Omega, pero él no lo tenía. Lo que le falta de magia, lo compensa con fuerza bruta y la iniciativa de matar a cualquiera que se le cruce.

Kwanghee hizo una pausa, su mano en cabello de él mientras intentaba entender su mundo.

— ¿Omega?

Kevin besó su estómago.

—En cada manada, hay una cabeza de turco con las que los otros lobos se la toman. Este es siempre un macho y lo llaman el lobo Omega.

—Eso es horrible.

Él se levantó para mirarlo.

—Así es la naturaleza y somos animales. Dijiste que querías conocerme y estoy contestando todas tus preguntas sobre mi mundo, por horribles que puedan ser las cosas.

Kwanghee intentó imaginarse al Kevin que conocía como un ser frío y despiadado. Era difícil cuando él lo miraba con tal amor y deseo en sus ojos.

—¿Alguna vez te metiste con el Omega?

Él sacudió su cabeza.

—Yo por lo general estaba entre el Omega y los demás. Es por lo que la manada me odia. Hyunsik siempre pensaba que yo era un idiota por molestarme.

Su corazón se elevó ante esto. Él era un hombre bueno, incluso cuando era un lobo. No debería haber dudado de él.

—No creo que seas un idiota. Pienso que eres maravilloso.

Él lo besó por eso. Alguien llamó a la puerta.

—¡Eh!, Kevin —dijo Kennie del otro lado—. Pensé en decirles que la cena es en una hora, solo si ustedes muchachos desean comer con Siwon, estén en el salón puntualmente o él tendrá una fusión nuclear.

—¿Él quiere que nos vistamos para la cena? —preguntó fuerte Kevin.

—Desde luego, pero llevaré unos pantalones cortos y una camiseta.

Kevin sonrió.

—Él va a matarte, Kennie.

—Eso espero. Los veo más tarde muchachos.



3 comentarios:

  1. oh, va increible juntoos estan logrando conocerse y llegar a amarse como se debe, Kevin lo protegera como sea

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  2. Que lindo! Que lindo!
    Me encanta!!!
    La relación de estos dos va mejorando~

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  3. Que no se diga que no estan intentando conocerse...y lo estan haciendo muy bien...xD
    Yo creo que kwang ya no tiene dudas,solo quiere saber más de Kevin.
    Iran encajando y cuando se den cuenta,o se de cuenta kwang,que no podrá nunca dejar ir a kevin.
    Oooooooh,ya tendran la reunión con Siwon,a ver que tan hospitalario es.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...