Donghae estaba
esperando en la habitación del hospital mientras traían a sus dos mejores amigos.
Él estaba ansioso,
retorciéndose los dedos.
La preocupación
que había estado sintiendo durante el último mes estaba grabada en sus labios
apretados y las
cejas levantadas que formaban arrugas en su frente.
—Oh, vamos Hae. Si
sigues mirándome como si fuera un cachorro enfermo que te encontraste en una
zanja, voy a
ahogarte con una almohada mientras duermes. —Teukkie guiñó un ojo a su amigo a
pesar
de sus duras
palabras.
—Bendito sea, y yo
aquí que pensaba que era la perra reinante en esta pandilla. —Hee le sonrió a Donghae.
—¿Bendito sea?
¿Perra? —Teukkie levantó las cejas a su por lo general sarcástico amigo.
—Estoy tratando de
limpiar mi boca sucia, ya sabes cómo las experiencias cercanas a la muerte
cambian la forma en que vives
y en la que no. —Hee se encogió de hombros.
—Hee, “bendito
sea” es blasfemia. Tú sabes esto, ¿verdad?
Hee miró a Donghae
y entornó los ojos.
—Solo para el
inglés, así que no cuenta.
—Ni siquiera sé
cómo responder a eso —dijo Teukkie secamente.
—Creí que ustedes
dos nunca se despertarían. Hee todavía se ve como una momia toda envuelta y tú
te ves como una
langosta recién cocinada —les dijo Donghae mientras empujaba una silla en medio
de sus camas.
—Sólo estaba
consiguiendo mi sueño de belleza. —Teukkie miró a Hee y le sonrió con malicia—.
Entonces, ¿qué te tomó a ti
tanto tiempo? —Su implicación era clara.
—Oh, Teukkie, tú
pequeña e inocente mente no sería capaz de manejar lo que estaba pasando en mi
cabeza que me
impedía volver a la realidad. —Hee bostezó y acarició su boca con recato.
—Tú no sabes, tal
vez mi subconsciente es más aventurero que la versión consciente.
—Bueno, en ese
caso, como un favor a Kangin, nos aseguraremos de noquearte la noche de la
ceremonia de unión —dijo Donghae con sequedad.
Hee se rió, pero
salió más como una tos ahogada.
—No me hagas reír,
mis pulmones están asados. Me siento como una hamburguesa, siempre
cocinada a la
parrilla.
—A tu manera, de
inmediato, nene —añadió Teukkie.
—Hay tantas
maneras mejores de utilizar ese comentario que en un estúpido comercial de
hamburguesas —dijo
Hee en disgusto.
—Y él está de
vuelta —bromeó Donghae mientras miraba la vida filtrarse poco a poco de nuevo
en los ojos de Hee, su
cuerpo, y el comportamiento general.
—Tengo que darles
las gracias. Ustedes me salvaron la vida y sólo quería que supieran que los amo
a
los dos y voy a
estar siempre agradecido —les dijo Teukkie mientras se limpiaba una lágrima de
su
mejilla.
—Tú habrías hecho
lo mismo por cualquiera de nosotros, Teukkie —le dijo Donghae.
—Bueno, ahora que
siempre vas a estar en deuda conmigo, voy a tener que pensar en maneras de
darle a tu
agradecimiento buen uso —bromeó Hee con sequedad.
Donghae y Teukkie
rieron y pusieron los ojos en blanco a su para siempre obstinado amigo.
Hee miró a su
alrededor, notando que estaban sólo ellos tres.
—Así que, ¿dónde
está el séquito del lobo? —le preguntó a Teukkie.
—Todos estaban
esperando en el pasillo justo antes de que los trajeran a los dos. Junjin tomó
una
llamada telefónica
y cuando regresó le hizo una seña a todos, pero me dijo que esperara aquí por
ustedes —explicó Donghae—.
Me imagino que debe ser importante si consiguió que Kangin se alejara de su compañero.
Se ha negado a abandonar el hospital ni un minuto desde que fue sacado de la
sala de operaciones —le
dijo a Hee.
—Por alguna razón,
no puedo decir que estoy sorprendido que su ardiente hombre McLobo esté
pegado a su lado. Él
fue casi retorcidamente asesinado — exclamó Hee.
—A ti no te fue
mejor. —Una voz ronca las hizo voltear hacia la puerta. Teukkie vio a Kangin
lanzarse alrededor de Siwon
para llegar a su lado. Fue Siwon quien había atestiguado las palabras de Hee, y
Siwon quien miraba a Hee
como si le hubiera crecido un apéndice adicional en la cabeza.
Hee lanzó una
mirada a Teukkie y luego a Donghae, en busca de algún tipo de idea de qué
decir, pero
tampoco podían
echarle ningún hueso porque sabían tanto como él lo hacía sobre Siwon, y esto sumaba cero, nada, y nada
de nada.
—Está biennn, y,
¿estás aquí para…? —le preguntó Hee con evidente confusión.
—Estoy aquí para
protegerte. Me refiero a custodiarlos a todos ustedes. No sólo a ti, sino a
cada uno de ustedes, al mismo
tiempo, para que no estén solos — balbuceó Siwon.
—Sí, lo entiendo,
no hay necesidad de hacer aún más daño —le dijo Hee sarcásticamente.
La cabeza de Siwon
se alzó para mirarlo a los ojos. Hee vio lo que solo podría describir como
dolor.
¿Lo habían herido
sus palabras? Heechul tragó saliva y sintió un nudo formándose en su garganta
ante la fría
mirada en sus ojos. Después de varios segundos, él se volvió y miró a Kangin.
—Voy a estar abajo
durante unos minutos. El Alfa estará montando guardia con Hyesung. —Sin otra
palabra o una
mirada hacia atrás, salió de la habitación.
Todos en la
habitación dejaron escapar un profundo suspiro que ninguno de ellos se había
dado cuenta que había estado
conteniendo.
—¿Alguno de
ustedes, mis queridos amigos, les gustaría explicarme quién le retorció la
cola? —
preguntó Hee,
mirando de una persona a otra, esperando alguna explicación plausible.
—Está bien, uno
—dijo Donghae levantando un dedo—, no tenemos ni idea, ha estado así desde que
llegamos al hospital.
Y dos, ¿acabas de decir que su cola estaba retorcida? —preguntó Donghae a su
amigo, con la risa
reprimida.
—Sí, lo hice solo
porque la mitad de mi cuerpo ha sido bien frito y me siento como si alguien me
golpeó con un
martillo. Por lo tanto, dicho eso, me permito algunas observaciones tontas.
Cálmate,
Pinocho, o voy a
mandar hacer M&M personalizados con tu número de teléfono en un lado y para
un buen tiempo en
el otro —amenazó Hee con irritación.
—Y él está de
regreso otra vez —sonrió Donghae.
Hee lo calló.
Sí, pensó Teukkie,
vamos a estar bien. Hee está siendo un cachorro, como lo definió él, Donghae lo
está incitando, y
yo estoy en la esquina permaneciendo fuera de la línea de fuego riéndome hasta
el
cansancio. Las
cosas volverán a la normalidad en poco tiempo. Teukkie miró a Kangin mientras
él se
inclinaba y lo
besaba en la frente.
—¿Por qué fue eso?
—le preguntó.
—Por cada sonrisa
que vea en tu cara, voy a darte un beso —le dijo él con cariño.
—¿Qué consigo por
una risa? —preguntó, su voz estaba espesa con sugerencia.
Kangin le sonrió,
mostrando esos hoyuelos increíbles.
—No creo que ahora
sea el momento adecuado para demostrar ese amor.
Teukkie extendió
su labio inferior, tratando de hacer un puchero, lo que solo hizo a Kangin
sonreír
más grande.
—Entonces, ¿qué
había tan interesante en el pasillo?
Kangin vaciló el
tiempo suficiente para que Teukkie se preguntara si estaba siendo totalmente
honesto. Había cerrado sus
pensamientos, lo que también le hizo preguntarse qué estaba pasando.
—No es nada
importante. Mi padre recibió una llamada de una manada que está conduciendo a
través
de la zona, y le
gusta mantenernos alerta cuando se trata de otra manada.
Algo en el tono
indiferente de Kangin le dijo a Teukkie que estaba ocultando algo. Esto no le
molestaba porque a este
punto sabía que él iba a tratar de protegerlo, incluso si se tratara sólo de
una mosca empuñando un
palillo de dientes como una espada. Kangin no lo dejaría sin protección nunca
más. Tenía la sensación
de que el número de peleas que iban a tener en su larga vida había aumentado de manera
exponencial.
—Entonces, Hee,
¿cómo te fue con tus padres una vez que despertaste? — le preguntó Donghae—.
Estuvieron aquí
constantemente mientras estabas inconsciente.
—Oh, fue muy bien,
pero no puedo soportar a mi madre siendo toda emocional y cerniéndose sobre mí. Ambos saben que no
tolero lo de cernirse sobre alguien. —Hee puso los ojos en blanco.
—Ah, sí,
cerniéndose. Tu madre tiende a cernirse sobre ti cuando está preocupada —estuvo
de acuerdo Teukkie.
—Aunque en
realidad, no lo llamaría cernirse —dijo Donghae, pensativo—. Es más como
sumergirse por completo de nariz.
Casi tienes que agacharte para cubrirte cuando la mamá de Hee viene hacia ti y
está preocupada.
—Por lo tanto, ese
es el por qué ella ya no está aquí —reconoció Hee—. Tomó algo de
convencimiento, pero con un poco
de ayuda de Hyesung conseguimos que ella y mi padre pensaran que sería mejor
para ellos dejarme
descansar un poco y a menos que algo esté mal vendrán mañana por la noche.
Hee miró a Kangin
cuidadosamente antes de preguntar:
—¿Tu appa tiene
algún tipo de capacidad para hacer que la gente haga lo que él quiere?
Kangin se rió
entre dientes, pero negó con la cabeza.
—No, a menos que él
no me lo haya dicho. Mi appa siempre ha sido capaz de conseguir que la gente
vea las cosas
desde su punto de vista. Mi padre dice que es un arte la forma en que puede
trabajar a
la gente a su
alrededor. No sé, vas a tener que preguntarle.
Kangin le apretó
la mano.
«¿Cómo estás, Angel?»
«Teniendo en cuenta que he sido quemado hasta crujir, mi pierna
aplastada como si hubiera sido pasada a través de un mezclador y hay vidrio salpicado en mi piel como si
fuera una magdalena, estoy apestosamente bien» le dijo con los
labios volteándose en una sonrisa que casi derritió su corazón.
—Te amo —susurró
él.
—¿Qué es lo que no
amas? —bromeó Teukkie.
—Cierto —murmuró Kangin
en voz baja.
Siwon volvió a
entrar en la habitación y sin mirar a nadie caminó cruzando la habitación hasta
la cama de Hee.
—¿Estás bien? —Las
palabras revelaban algún tipo de emoción, pero su tono de voz era tan ronco
como siempre.
Hee estaba
empezando a sentirse frustrado con su extraña frialdad hacia él. Qué demonios,
pensó, si
no le importaba
por qué incluso se molestaba jodidamente en preguntar. Al igual que antes,
decidió
manejar su
frialdad con lo que mejor sabía hacer, coquetear.
—Podría estar
mejor —le dijo con un ligero mohín. Por el rabillo del ojo le guiñó un ojo a Donghae,
quien le estaba lanzando
una mirada inquisitiva.
—¿Qué significa
eso? —preguntó él aún más bruscamente si es que eso era apestosamente posible.
—Sólo significa
que mi situación podría mejorar, lo que a su vez me haría sentir mejor —le dijo
inocentemente.
Teukkie estaba en
su cama con su mano sobre su boca tratando de ahogar su risa mientras veía a su
amigo trabajar su
magia. La parte graciosa era que Siwon, obviamente, nunca había conocido a
nadie
como Hee.
No parecía que
supiera qué hacer. Teukkie tenía la sensación de que la incertidumbre no era
una
emoción que Siwon
a menudo sentía.
Cuando él no le
respondió, Hee dobló su dedo hacia él, indicándole que quería que se moviera
más cerca. Cuando él asintió
y se inclinó, Hee agarró la pechera de su camisa y lo empujó hasta que tuvo que apoyarse en la
cama con sus manos, y su oreja estaba al lado de su boca.
Donghae y Teukkie
lo observaron susurrarle y de repente el cuerpo de Siwon se tensó, sus músculos
rígidos con gracia
escultural. Después de un momento, él se levantó, le dio una última mirada a Hee,
y sin una palabra se
dio vuelta y salió de la habitación.
Hee rompió a reír
en cuanto la puerta se cerró.
—Hombre, eso fue
genial —dijo, todavía riendo.
—¿Te gustaría
compartir, mi retorcido amiguito, que le hiciste al pobre Siwon? —le preguntó Donghae con una ceja
levantada.
—Un joven señor nunca
besa y cuenta. —Hee sonrió y le guiñó un ojo a Donghae.
—Hay dos problemas
muy obvios con esa afirmación —comenzó Teukkie.
—Sí, sí. No soy un
joven señor, y no lo besé, bla, bla. Detalles, detalles mi querido Watson —dijo
Hee con sarcasmo.
Hee sonrió para
sus adentros. No podía creer la audacia en las palabras que le había susurrado
a Siwon, pero lo merecía
por ser tan idiota con él. Sólo estaba jugando con el lobo después de todo, eso
no significaba nada,
así que cuál era el daño. Hizo caso omiso de la persistente vocecita que estaba
tratando de contradecir sus
pensamientos.
Después que Kangin
había vuelto a la habitación con los chicos, Sora tuvo su mini ataque de pánico
y fue capaz de calmarse
cuando Hyesung le dijo que le daría una bofetada si no lo hacía.
—Así que está en
camino, ¿cómo ahora? —le preguntó Sora a Junjin.
—Sí, como en este
momento. Estará aquí en unos diez minutos —le dijo.
—¿Dijo lo que
quería? —Esta vez su voz era más fuerte, más decidida.
—Todo lo que dijo
fue que quería hablar contigo y que quería conocer a Teukkie.
—Sí, pero ambos
sabemos que hay más que eso, Junjin. Tiene que tener un motivo ulterior para
viajar hasta aquí. Estoy
segura de que quiere conocer a Teukkie, pero esa no es la única razón por la
que ha venido —le dijo Sora.
—Siwon va a ir
contigo. A pesar de que no creo que te haría daño o que permitiría que te hagan
algún daño, quiero a Siwon
para tener una idea de las cosas. He llamado a Yunho, Donghwa y Kyuhyun para
ver si pueden explorar
alrededor del estacionamiento del hospital y echar un vistazo a los hombres de Kangta
— explicó Junjin.
—Estoy listo
cuando tú lo estés, Sora —oyó a Siwon decir, lo cual era muy raro porque no
podía recordar un momento en que Siwon
alguna vez le hubiera hablado. Había una primera vez para todo.
—Bien, hagamos
esto —dijo Sora, cuadrando los hombros, como si se estuviera preparando para
luchar.
—Él también te lo
ha pasado —le dijo Siwon, mientras se metían en el ascensor para ir a la
recepción.
—¿Quién me ha
pasado qué? —le preguntó Sora.
—Hee. El siempre
dice esos comentarios extraños que no tienen relación alguna a la situación, y
me
doy cuenta que
también lo haces. El es como un virus que sólo sigue extendiéndose. —La última
parte la dijo más para sí
que para Sora.
—Si él es un virus
entonces es el único de su tipo en existencia, y es un virus que atraparía
cualquier día —le dijo Sora,
mirándolo por el rabillo del ojo.
Siwon gruñó algo
imperceptible, pero no dijo nada más. En cuanto se abrieron las puertas del
ascensor, puso una mano
delante de Sora para que no saliera antes que él. Salió y miró a su alrededor y
luego hizo un gesto para que
ella saliera, evidentemente, decidiendo que era seguro.
—¿Qué sucede con
las damas primero? —bromeó Sora, tratando de expulsar su energía nerviosa.
Sabía cuál era la
respuesta, pero ella sólo necesitaba algo para mantenerla ocupada durante unos
minutos antes de ver al hombre
al que había amado con cada fibra de su ser.
—No sé qué idiota
pensó que era más inteligente que una mujer o un joven entrara en una habitación
antes que él. ¿Cómo sabe si es seguro para ellos entrar si
no echa un vistazo por sí mismo? En realidad es un acto mucho
más galante ir delante, por lo tanto, asegurándose de que nada va a hacerle
daño — explicó Siwon, su
tono de voz al principio sonaba con disgusto y luego fue casi tierno cuando
terminó de hablar.
Él simplemente
podría ser un buen partido, algún día, sin el mal humor y autoritarismo que
parecía plagar en todas las cosas
peludas, pensó Sora.
No habían estado
de pie en el vestíbulo por mucho tiempo cuando la puerta se abrió y Ahn Kangta entró. Siwon comenzó a
moverse delante de Sora, en uno de esos momentos: “Debo proteger, óiganme
rugir”, pero Sora lo
empujó a un lado, sin apartar la mirada de Kangta. No pudo controlar el dolor
teñido con traición que exudó
por sus ojos. Eran diecisiete años de viejo dolor, pero dolía, no obstante.
Sora enderezó la
espalda y caminó hacia adelante, tratando de envolverse en la confianza que no
sentía. Siwon se detuvo
justo detrás de ella, un recordatorio silencioso para Kangta de que estaba
protegida. Kangta habló
primero.
—Sora, es bueno
verte —dijo con sinceridad filtrándose de su voz.
Eso solo hizo que
su presencia fuera peor, el saber que él realmente quiso decir lo que dijo;
pero independientemente de las palabras que podía darle, el hecho era que
pertenecía a otra mujer. A veces
Sora sólo quería
sacarle a la vida su dedo medio.
—Es bueno verte
también, Kangta. —Sora logró forzar eso de sus labios, fingir una sonrisa y
todo sin
vomitar sobre sus
zapatos—. No quiero perder el tiempo, Kangta. Los dos sabemos que no estás aquí
para ponerte al día, o
para recordar los viejos tiempos, así que llega al por qué estás aquí —le dijo Sora,
dándose cuenta que no
tenía la paciencia para andarse entre las ramas hoy.
—Sé de nuestro hijo.
En cierto modo sé por qué no me dijiste nada de él, pero quiero conocerlo, creo
que me merezco
eso. —La voz de Kangta sostenía una honestidad dolorosa.
—Iba a decirte esa
noche. —No tenía que especificar qué noche era—. Pero llegué a casa y decirle a
una nota que estaba
embarazada no es lo mismo que decirle al
padre. —Sora sabía que no debería ser una cabeza dura, había
tomado la decisión de quedarse con Kangta después de saber que algún día no
tendría más remedio que
dejarla.
Kangta levantó la
cabeza hacia el techo, cerrando los ojos. Él respiró hondo y soltó el aire
lentamente. Cuando miró a Sora
de nuevo, ella podía decir que estaba luchando para mantener sus emociones bajo control.
—No quería irme.
Sabes que no tenía otra opción. Sora, me hubiera quedado, me habría casado
contigo, hubiera sido el
padre que Leeteuk merecía. Lo hubiera hecho.
Sora lo
interrumpió.
—Ya lo sé, está
bien, pero no se trata de eso. Quieres conocer a Teukkie, bien, eso será
cuestión de él. Le diré que estás
aquí, y si, y solo si él quiere, puedes reunirte con él. Pero vas a tener que
darle un poco de tiempo para
procesar esto, Kangta.
—Sé que es mucho,
pero quiero verlo hoy. Tengo que hablar con él acerca de algunas cosas
importantes que necesita saber
acerca de ser un lobo.
—Él tiene gente
para decirle acerca de ser un lobo —chasqueó Sora hacia él, dejando que su
frustración por la situación
saque lo mejor de ella.
—Correcto, el
cachorro que permitió que le hicieran daño. —La voz de Kangta sostenía evidente
desprecio por Kangin.
Siwon gruñó y dio
un paso hacia delante, pasando a un lado del brazo de Sora.
—No le faltarás el
respeto al príncipe, él no ha hecho nada malo.
Kangta pareció recomponerse y
rectificar.
—Me equivoqué al
suponer que era su culpa, Beta. No quise faltarle el respeto, pero tienes que
entender que, como su
padre, fue difícil saber que mi hijo resultó herido mientras estaba al cuidado
de otro lobo.
—Puede ser su
padre, pero solo de sangre —le espetó Siwon, entonces se volvió a Sora y la
tomó del brazo—.
Regresaremos y discutiremos
esto con Teukkie, y le dejaremos saber cualquier cosa en la próxima hora.
Siwon no dio a Sora
la oportunidad de decir algo más, simplemente la tomó del brazo y comenzó a
arrastrarla hacia el ascensor.
—¿Muy mandón? —Sora
lo miró fijamente mientras las puertas del ascensor se cerraban con un sonoro ding—. ¿Por qué le
dijiste que lo contactaríamos en una hora, Siwon? Eso no va a dar a Teukkie
mucho tiempo para pensar
acerca de si quiere o no incluso considerar conocer a su padre.
—Cuanto más tiempo
le tome a él decidir, entonces más tiempo su padre estará aquí, y él tiene
planes. No estaba siendo
completamente honesto acerca de por qué está aquí —explicó Siwon.
El ascensor dio un
ligero vuelco, mientras llegaban al piso donde estaba la habitación de los
chicos. Las puertas se
abrieron y una vez más Siwon salió primero y luego le indicó a Sora que
siguiera.
—¿Qué significa
que él tiene planes? —dijo Sora entre dientes.
Siwon siguió
caminando hacia la habitación sin responder su pregunta. Al acercarse a la
puerta, Junjin y Hyesung se
levantaron de las sillas en las que habían estado sentados
—¿Qué has sabido?
—Junjin dirigió la pregunta a Siwon.
—Él no estaba
diciendo toda la verdad. Quiere encontrarse con él, sus emociones son sinceras,
pero está sin duda ocultando
algo —explicó Siwon.
—No entiendo cómo
puedes decir todo eso —habló Sora.
—Cuando una
persona es deshonesta su cuerpo emite señales. Los sentidos humanos no pueden
percibirlas, pero
los sentidos lobunos pueden, y están muy en sintonía con ellos —explicó Siwon—.
Cuando mientes,
generalmente tu ritmo cardíaco es más rápido, tu cuerpo desprende un ligero
olor en
la transpiración que
puede que ni siquiera sepas que está en tu piel, pero que está ahí, tus pupilas
se
dilatan
ligeramente y tu nariz se ensancha. Kangta siendo un lobo puede esconder parte
de eso, pero creo que verte lo
descontroló y él no estaba protegiendo sus emociones tan bien como normalmente
podría, sobre todo para un
Alfa.
—Así que, la
pregunta del millón es: ¿qué es lo que quiere con Teukkie? —preguntó Hyesung.
En ese momento la
puerta de la habitación que habían estado vigilando se abrió con un ligero,
pero
perceptible
crujido.
—¿Qué quiere quién
con Teukkie? —preguntó Hee mientras salía de la habitación hacia el pasillo.
Heechul caminó
lentamente, era difícil debido a todas las vendas y el soporte de la
intravenosa que tenía que arrastrar con él.
—Exactamente, ¿por
qué estás fuera de la cama? —La pregunta vino de Siwon.
—Traté de decirle
que se quedara quieto, pero es casi tan cooperativo como un gato mojado —les
dijo Donghae mientras
también salía de la habitación.
Hee cojeó hacia
donde estaba Siwon y se detuvo justo frente a él.
—Estoy fuera de la
cama porque no hay nada divertido pasando en ella —bromeó. Después de su
anterior encuentro
no podía dejar de sentirse valiente y podía decir que lo hacía sentir incómodo,
al
coquetear con él,
lo que solo le daba ganas de coquetear aún más.
Siwon lo fulminó
con la mirada y dio un paso atrás.
—Deberías estar
descansando, no vagando alrededor en una bata de hospital con el soporte de una
intravenosa —le
dijo, sonando completamente indiferente, como si estuviera hablando con un
desconocido. Hee
se volvió y miró hacia Donghae para ocultar el dolor en sus ojos, el cual él ni
siquiera sabía por qué
sentía, pero ahí estaba.
—¿Qué te dije, Hae?
Algo está pasando y como siempre nos están dejando fuera. Así que, señora P,
¿quién quiere ver
a nuestro pequeño joven principe lobo? — preguntó Hee, manteniéndose de
espaldas a Siwon
pero sin alejarse de él.
El SiChul dará pelea.....uno protegiendolo y el otro haciendo lo que le viene en gana.
ResponderEliminarPosesividad,grunidos y pelo....todo viene incluido en el paquete,lo toma y se amoldan...o no pasaran de ahí.
Sora conoce bien a kangta,y lo que siwon a captado es suficiente para tener todos alerta por lo que pueda ocurrir...mie tras más pronto le digan a Teuk todo,sera mejor... y puede que hasta planeen algo por las dudas.
Siwon y Hee hiriendose con sus palabras soin saberlo....ya les llegara su momento de decir todo.