Donghae levantó la mano cómo si
estuviera en la escuela. Hee rodó sus ojos y dijo:
—Baja la mano, tú, cerdo, y sólo
pregunta.
—¿Cómo hacen las marcas para
identificarla a otros hombres lobos si no están a simple vista Teuk lo hizo
esta noche? —Preguntó Donghae.
Kangin gruñó y eso hizo que ganara
otro golpe de Leeteuk en el brazo.
—No les gruñas a mis amigos
tampoco.
—No estaba gruñéndoles a ellos amor, estaba
gruñendo a la idea de que otro viera tus marcas. Las marcas en la pareja están
hechas solamente para su pareja las vea, son preciosas para él porque es la
primera cosa que indica que le pertenece. A los Canis Lupus varones no les
gusta que otros varones vean las marcas de su pareja. Fue muy difícil para mí
esta noche con tus marcas mostrándose aunque fuera un poco —le dijo.
—Entonces es casi cómo un chico
mirara en su cajón de lencería y viera todas sus prendas calientes,
¿verdad?—Empezó Hee con una sonrisa.
—Solamente tú
vienes con esa
analogía, ¿lo sabes,
verdad?—Le preguntó Donghae.
—Estoy solamente aclarando las
cosas, tú sabes, rompiendo el hielo, haciéndolo más comprensible—Respondió Hee.
—Hee, Donghae,
los quiero chicos,
pero cállense, ¿está
bien? —Les preguntó Leeteuk con
exasperación. Ambos pasaron sus dedos sobre sus labios cómo si estuvieran
cerrando una cremallera y subieron sus pulgares. Leeteuk asintió dándoles las
gracias.
—¿Eso te molesta Luna?
—Bueno, hay
algunas cosas que no quiero
que sepas—Le dijo Leeteuk tímidamente.
—Oh, cómo esa vez que nos
escabullimos y fuimos a… —Empezó Hee pero fue rápidamente interrumpido por Donghae.
—¡HEE!—Gritó Donghae—Vayamos a
buscar esas palomitas, creo que necesitas algo para mantener tu boca ocupada o
sino tendremos que meter tu pie en ella, ¿está bien? —Terminó dulcemente.
—Una vez más mi desfile es
saturado en el huracán Donghae—Replicó Hee. Leeteuk observó mientras sus dos
mejores amigos caminaban hacia la cocina, y luego se giró y miró a Kangin.
—Entonces, ¿cuál es la tercera
manera que un hombre marque a su pareja? — le preguntó.
Kangin simplemente le envió el
pensamiento:
—Creo que estarías más cómodo si
hablamos sobre eso en privado.
Las cejas de Leeteuk subieron en
comprensión.
—Es tan malo, ¿uh? —Le preguntó.
En respuesta Kangin solamente tomó
su mano y lo levantó del sillón, se giró hacia Sora y Yunho y les dijo:
—Creo que el resto de esta
conversación necesita ser entre mi pareja y yo.
—Puedo entender eso—Respondió Sora.
Yunho asintió demostrando que comprendía. Kangin miró a Leeteuk y dijo:
—Enséñame el camino, Luna.
Leeteuk continuó sosteniendo la
mano de Kangin mientras lo guiaba escaleras arriba hacia su habitación. Antes
de que alcanzaran el final de las escaleras Teuk escuchó a su madre gritar,
—Teuk deja la puerta abierta por
favor, emparejado o no, todavía estás viviendo bajo mis reglas.
Teuk se rio, tan agradecido por
algo que le hizo sentir como si fuera solamente un jovencito con un chico,
saliendo juntos, no un Canis Lupus, no un compañero, sólo adolescentes.
—Está bien, mamá —gritó Teuk en
respuesta.
Kangin aparentemente pudo sentir
su alivio y eso lo hizo sentirse triste porque estaba provocando que su vida
cambiara tan drásticamente y tenía que convertirse en algo tan diferente a lo
que alguna vez conoció. Quería que él fuese feliz, que se sintiera a salvo,
cuidado y amado por él. Mientras entraban en su habitación, Teuk dejó ir la
mano de Kangin y se alejó, poniendo algo de distancia entre ellos. Necesitaba
espacio, estaba comenzando a sentirse un poco claustrofóbico.
—Te puedes sentar en esa silla o
en el asiento de la ventana —dijo señalando ambos lugares. De repente se sintió
muy nervioso, estar en su habitación a solas con él se sentía muy íntimo, pero
no podía negar que estaba muy aliviado de que cualquiera que fuese la cosa que
él tenía que decirle no iba a ser escuchada por todos los demás que estaban
abajo.
—Entonces, ¿cuál es la otra cosa
que marca a la pareja cómo compañero? Estoy asumiendo que tiene que ver con los
ritos de sangre, ¿verdad? —le preguntó Teuk.
—Tienes razón; tiene que ver con
el rito de sangre. El motivo por el cual quería hablar contigo a solas es
porque en la ceremonia esa es la única parte que se hace en privado —explicó Kangin.
—Wow, wow, wow, retrocede ahí.
Pensé que habías dicho que en la ceremonia no había cosas para tomar a la
ligera —dijo Teuk un poco desesperado.
—Luna, te voy a exponer esto
claramente. No habrán mentiras, medias verdades, o irse por los arbustos. Voy a
decirlo francamente —le dijo Kangin firmemente.
Teuk trató, de verdad lo intentó,
pero no pudo contener la risa.
—Mi ángel, ¿podrías
por favor compartir
conmigo qué es
lo que encuentras tan gracioso?
—le preguntó Kangin pacientemente.
—Se le dice irse por las ramas, oh
príncipe de los lobos, no irse por los arbustos
—le dijo, todavía
riéndose incluso cuando
intentaba no hacerlo.
—Oh, bueno mi error, entonces ya
no habrá más irse por las ramas. Vamos a llamarlo por lo que es, así que si te
pones rojo voy a tratar con todas mis fuerzas de no encontrarlo adorable.
—Está bien, escúpelo —respondió Teuk,
irritado por su sermón. Se instaló en su cama, las piernas en estilo indio, la
espalda derecha y sus manos en su regazo. Estaba tratando desesperadamente no
estar ansioso pero no estaba teniendo mucho éxito. Finalmente Kangin empezó a
explicar lo de los ritos de sangre, y él tenía razón, lo que le dijo hizo que
se sonrojara tanto que sintió calor en su cara.
—Lo que te dije es cierto respecto
a la ceremonia de vinculación, nosotros no tenemos que consumarlo, o hacer el
amor, cómo prefieras llamarlo, con el fin de estar completamente vinculados.
Sin embargo sí tenemos que intercambiar sangre.
Teuk se encogió al escuchar eso.
—Eso es realmente asqueroso, te
das cuenta de que no puedes hacerlo. Quiero decir, eso seguramente no puede ser
bueno para una persona.
Kangin le dirigió una mirada de
“no he terminado” lo que hizo que dejara de hablar.
—No hay manera elocuente de decir
esto. Es lo que es. Te marcaré y tomaré tu sangre mordiéndote —Kangin hizo una
pausa esperando su reacción. No lo decepcionó.
—¿QUE TÚ ME VAS A HACER QUÉ?
—gritó Teuk, tomado completamente fuera de guardia por su revelación. Quiero
decir, pensó para sí mismo, cuándo él dijo que teníamos que intercambiar
sangre, yo estaba pensando en una pinchadura de dedos, un poco de vergüenza
porque yo tendría que chupar su dedo y viceversa, pero morderme, eso estaba en
toda una nueva categoría de vergüenza.
Kangin caminó hacia su cama y se
arrodilló frente a él. Ubicó sus manos sobre las suyas, y él instantáneamente
sintió la tranquilidad fluyendo en su cuerpo. Cerró sus ojos y se empapó de
ello, aceptando el alivio que él le estaba dando. Cuándo abrió los ojos estaba
mirando fijamente unos brillantes ojos oscuros cristalinos.
—¿Cómo hiciste eso?—le preguntó.
—Para los lobos el tacto es una
cosa muy poderosa. Les proporciona alivio y tranquilidad, también es así con un
Canis Lupus, y al igual que otras cosas es incluso más potente entre
compañeros. Tú necesitabas mi alivio y no podía hacer nada más que dártelo. Cuándo
tú necesitas algo eso me llama, puedo sentirlo, mi lobo puede sentirlo, y
estamos obligados hacer lo que podamos para proporcionártelo.
Teuk trató de no pensar sobre eso,
pero llámenlo loco, cosa que a este punto estaba obligado a ser, pudo
imaginarse a sí mismo deseando una barra de helado Snickers en mitad de la
noche mientras una violenta tormenta de truenos causaba estragos afuera; aquí
llega Kangin llamando a su ventana, totalmente mojado con un Snickers en su
mano. Eso podría ser algo práctico.
Kangin había captado todo su
pequeño sueño-de-ojos-abiertos y se rio entre dientes.
—Tú verdaderamente piensas en las
cosas más raras, lo sabes ¿verdad? —le preguntó Kangin a Teuk.
—Mantengámonos enfocados, chico
lobo. ¿Morderme exactamente en dónde? Puesto que esto tiene que hacerse en
privado estoy un poco receloso sobre la respuesta —le dijo.
—Relájate, Luna, no te morderé en
ningún lugar que un día te pueda gustar —dijo Kangin. Teuk sabía que él
solamente estaba tratando de conseguir una reacción y por más que lo enfadara
funcionó cómo un hechizo.
—Frena ese
pensamiento justo ahí.
No habrá discusión
de futuros “gustar” y
“no gustar” de
nuestra posible relación
física algún día, ¿entiendes? —le dijo Teuk
con resolución.
—Te complaceré por ahora —le dijo Kangin
con una sonrisa—. Siguiendo adelante
amor, te morderé
en el cuello.
Te aseguro Luna,
soy un hombre lobo pero al menos
no soy un vampiro, mi mordida no durará tanto como para dejarte sin sangre,
dura lo suficiente para tomar suficiente sangre para tragar y dejar mi marca en
ti.
Teuk estuvo en silencio por un
rato, tomó una profunda inhalación y exhaló lentamente, y dijo,
—No preguntaré siquiera sobre el
comentario del vampiro, solamente dejaré que eso resbale sin mayor cosa que un
ondeo o un vistazo. Lo que haré es darle mi atención a toda esa cosa de dejarme
una marca mordiéndome. Entendí eso de que cuándo me muerdas tendrás mi sangre
en tu boca y bla, bla; pero, ¿cómo vas a dejar una marca en mí? —preguntó Teuk
con una sorprendente compostura respecto a todo el asunto.
—En realidad no estoy seguro de
cómo dejaré una marca en ti. Creo que es solamente parte de toda la cosa
sobrenatural del vínculo. La marca que dejaré es el símbolo visual que estás
emparejado — Él explicó — La advertencia final para los otros machos de que
estás vinculado es el olor.
—¿Apestaré? Por favor dime que no
voy a apestar, porque yo no apesto, ¿okey? —le imploró Teuk.
—No ángel, no apestarás. Para los
otros Canis Lupus olerás cómo yo, porque habrás tomado mi sangre, y yo oleré cómo
tú cuándo haya tomado tu sangre. Una vez que hayamos consumado nuestra unión
los olores se habrán intensificado extremadamente —explicó Kangin.
—Justo acabas de tirar la última
pelota curva ahí, ¿verdad? Bueno, no tengas muchas esperanzas porque no la
batearé —dijo Teuk altivamente—. Entonces, toda esta cosa de morder se hace en
privado, ¿por qué? —preguntó.
—¿Te gustaría que te mordiera el
cuello frente a tu mamá? —argumentó Kangin.
—Punto para ti. Tienes razón, no
hay manera de que esa boca tuya se acerque a mi cuello enfrente de nadie, ni de
mi mamá y especialmente no de tus padres —dijo Teuk. Oh, mierda, pensó, tengo
que conocer a sus padres. Sintió pánico ante ese pensamiento pero no sabía por
qué. No había estado nervioso cuándo conoció a los padres de Trent. Escuchó
gruñir a Kangin mientras él captaba el pensamiento de Trent pasando a través de
su mente.
—Oh, ya cállate tú súper-posesivo,
real dolor Coreano en el proverbial trasero. No es que esté pensando sobre él
mordiéndome el cuello —dijo Teuk sarcásticamente. Una vez más, no podía
evitarlo; se volvía sarcástico cuándo se estaba nervioso. Kangin se levantó y
se sentó su lado de sobre la cama. Él se inclinó más cerca, recorrió las marcas
con sus dedos y dejó escapar un gruñido bajo. Teuk tembló ante su toque y
descubrió que no podía mantener su respiración uniforme, en realidad sentía cómo
que podría desmayarse en cualquier momento. Lo que vino después casi selló su
destino.
Kangin se acercó aún más y susurró
en su oído
—Espero que no estuvieras pensando
en él mordiendo tu cuello. Te aseguro que una vez que lo haga yo, nunca vas a
tener la necesidad de pensar en otro —Y luego él con cuidado colocó sus labios
sobre su cuello. Teuk no trató de suprimir el pequeño gemido que salió de sus
labios apretadamente cerrados. Pero naturalmente Kangin no podía dejar las
cosas cómo estaban. Después de que le besó el cuello, él estaba separando sus
labios mientras juguetona y también cuidadosamente pellizcaba su cuello con sus
dientes.
Teuk saltó y volteó para mirarlo
sin aliento, poniendo sus manos en alto cómo si pudiera protegerse de él.
—Yo, um —Sacudió su cabeza y frotó
su rostro con ambas manos mientras luchaba por conseguir que sus pensamientos y
palabras cooperaran con su boca—. Ahora entiendo por qué esa parte se hace en
privado, gracias por la demostración.
Kangin le
sonrió perversamente.
—Puedo demostrártelo otra vez, está probado que es
más probable que las personas recuerden las cosas cuándo las hacen tres veces.
—Buen intento Don Juan, pero se
trata de que las personas recuerdan cuándo se le dicen las cosas tres veces, no
cuándo hacen las cosas tres veces —contestó.
—Podríamos probar
la teoría para
ver si se
aplica a las
acciones también, estoy a favor de un estudio científico —bromeó Kangin.
—Bueno, pues estás sin suerte
porque yo apesto en ciencias y por lo tanto no la disfruto —dijo cómo un hecho.
Kangin de nuevo se inclinó hacia
adelante y esta vez Teuk se alejó, pero esto no lo detuvo, él solo sonrió y se
inclinó más cerca.
—Entonces lo que intentas decirme,
mi ángel, ¿es qué no
disfrutaste mi demostración?
Porque si no
lo hiciste, entonces no lo hice
correctamente y me sentiré obligado a intentarlo de nuevo.
Cerrando sus ojos Teuk
inmediatamente pensó en una pared escudando su mente y entonces pensó en un
plan; la evasión no está funcionando, hora de pasar al plan B, si no puedes
vencerlos, únete a ellos. Solamente déjame ver si puedo darle una cucharada de
su propia medicina y eso tal vez lo sacará de su juego y luego podré dar marcha
atrás. Tú sabes cómo Hee te llamaría, ¿verdad?, se preguntó a sí mismo. Sí, sip
soy una gallina de mierda, eso es lo que soy.
Con su plan de ataque decidido, Teuk
dejó de alejarse y comenzó a acercarse a él. Esto de verdad lo confundió y lo
hizo retroceder un poco. Animado por su pequeña victoria, se volvió un poco más
audaz y deslizó su cuerpo más cerca del suyo. La frente de Kangin se arrugó y
podía decir que él se preguntaba que estaba pasando, pero él no se movió,
solamente se sentó muy quieto.
Teuk decidió el ángulo en el que estaba
actualmente era del todo malo para su esquema así que se levantó sobre sus
rodillas y caminó alrededor hasta que estuvo directamente detrás de él. Estaba
sentado sobre sus piernas con sus pies detrás. Colocó sus manos sobre sus
hombros y acercó su rostro hasta que su boca estuvo justo al lado del oído
izquierdo de él.
Kangin se estremeció y esto hizo
que Leeteuk sonriera. Toma eso tú pequeño canalla seductor,
pensó para sí
mismo. Dejó que
su respiración estuviera sobre su
oreja mientras le decía:
—¿Cómo te gustaría hacerlo chico
lobo?
Kangin se inclinó hacia adelante
para alejarse de su boca y pudo ver la subida y caída de su espalda; él estaba
respirando rápidamente. Se encontró bastante intrigado por su comportamiento;
no podía recordar algún momento en el cual Trent le haya respondido así… oops,
había dejado caer la pared durante ese pensamiento.
Kangin se
levantó tan abruptamente
que Teuk se cayó hacia delante y tuvo que atajarse con las
manos para evitar caer de bruces. Miró hacia arriba y vio a Kangin caminando
rápidamente de un lado a otro por su habitación y en obvia agitación.
—Kangin, lo siento, no era mi
intención que escucharas eso. No estaba tratando de pensar sobre la parte
física de mi relación con Trent, estaba apenas comparando tus reacciones… —Teuk
trató de explicar esperando calmar al lobo que actualmente hacía un agujero en
su alfombra con sus pasos frenéticos.
—Leeteuk no estás ayudando —le
dijo con un gruñido—. Me doy cuenta que no entiendes la intensidad de mis
sentimientos por ti, pero no puedo cambiar
mi modo de ser. En la naturaleza,
los lobos se emparejan de por vida, y un lobo macho mataría a cualquiera que
intente tomar a su compañero. Es lo mismo con mi especie. Entiendo que este
Trent —Kangin dijo su nombre en obvia repugnancia— fue parte de tu vida y no
puedes cambiar eso, y no es que no me guste él cómo persona. Es que sólo estoy
celoso del obvio cariño que sentías y sigues sintiendo por él. No me gusta el
hecho que eras íntimo con él, cuándo ése es exclusivamente mi derecho —Kangin
cerró los ojos y respiró lenta y profundamente, y se presionó los dedos en el
puente de la nariz.
Cuándo levantó la mirada hacia él,
Teuk pudo ver la lucha interna que estaba teniendo, Kangin quería honorarlo y darle el espacio que
necesitaba porque no creció con los de su especie y él no podía esperar que
sólo aceptara sus maneras sin compromiso. Pero su lobo no veía las cosas del
mismo modo. Él pensaba en absolutos. Teuk es su compañero, le
pertenece a él
y a ningún
otro, sus pensamientos deberían ser solamente para él,
y debería entregarse a él completamente tal como él lo hacía.
Teuk se levantó de la cama y
caminó hacia él. Esta vez no estaba tratando
de vencerlo en
su propio juego,
no estaba tratando
de seducirlo, sólo quería tranquilizarlo. En ese momento se dio cuenta
que quería ser suyo y quería desesperadamente que él fuese suyo y de nadie más.
Puso los brazos alrededor de su cintura y descansó su cabeza en el pecho de él.
Kangin respondió a su pensamiento
no expresado,
—Soy únicamente tuyo, mi ángel.
Fui tuyo desde mi primer aliento y seré tuyo hasta el último.
Teuk cerró los ojos mientras las
lágrimas rodaban lentamente por sus mejillas. Lo haló para acercarlo más, mientras
las manos de él le frotaban la espalda y él besaba la parte superior de su
cabeza. Cuándo se echó hacia atrás para mirarlo, él sacó sus manos de su
espalda y suavemente sostuvo su rostro. Entonces, él hizo la cosa más dulce que
Teuk alguna vez experimentó.
Kangin besó su frente, besó sus
ojos, besó sus mejillas y su nariz, besó su barbilla y, cuándo pensó que no
podría esperar más tiempo, él besó sus labios. Era suave y lento y dulce. Teuk
dejó escapar un suave gemido y esto hizo gruñir a Kangin. Él aumentó la presión
de sus labios sobre los suyos y el beso se volvió mucho más apasionado.
Finalmente Kangin se alejó y apoyó
su frente sobre la suya. Para alivio de Teuk, al igual que él, estaba sin aliento,
y le tomó un momento recobrar la compostura.
—Creo que es tiempo de decir
buenas noches amor, o mis buenas intenciones de mantener tu virtud hasta que
estemos unidos podrían simplemente pasar a un segundo plano gracias a mis
hormonas —dijo honestamente y absolutamente sin vergüenza por su obvio deseo.
Teuk le sonrió. No quería que él
se fuera, no quería estar separado de él ni siquiera por un minuto, pero sabía
que su mamá nunca dejaría a Kangin pasar la noche, sin importar si era su
compañero o no.
—Yunho se está quedando aquí para
darle a ti y a tu madre protección. Si en algún momento te sientes insegura me
llamarás. Me doy cuenta que tu mamá no está completamente cómoda sobre tú y yo
estando emparejados, pero necesito que entiendas, tu seguridad viene primero y
no voy
a dejarte sin
protección sólo para
complacer a tu
madre. ¿Entiendes eso? —le preguntó Kangin con seriedad.
Teuk sabía que su mamá querría que
él estuviera a salvo incluso si eso significaba que Kangin estuviera en su casa
todos los días y esa idea le cayó bien.
—¿Siempre eres así de mandón? —le
preguntó Teuk, ignorando su pregunta.
—Cuándo se trata de tu protección,
sí, conservo el derecho de ser mandón —respondió Kangin.
Lo abrazó estrechamente una vez
más y luego lo dejó ir. Teuk inmediatamente se sintió solo sin su toque; eso lo
sorprendió porque se sintió cercano a las lágrimas ante la idea de él yéndose.
¡Demonios, Teuk!, pensó para sí
mismo. Contrólate, él sólo va a estar al cruzar la calle.
—Esto es parte del vínculo, amor.
Es difícil para los compañeros estar separados por mucho tiempo y no poder
compartir sus pensamientos. El alma de un compañero no está completa sin la del
otro y los compañeros necesitan esa cercanía, la ansían —le explicó él.
—Entonces que se supone que debo
hacer mientras estamos separados, quiero decir, demonios Kangin todavía no te
has ido y estoy triste ante la simple idea de que te vayas —le dijo
desesperadamente.
Kangin colocó su mano en su
cuello, en el mismo punto en dónde sus labios estuvieron antes.
—Vendré en el instante que me lo
pidas. Si tengo que dormir en el piso justo afuera de tu puerta, lo haré si es
lo que necesitas —Luego Kangin dijo la única cosa que Teuk no esperaba oír—. Te
amo, mi ángel. Fui hecho para amarte, para protegerte, y proveer para ti. Nunca
dudes en decirme o pedirme lo que necesites.
Teuk se puso de puntilla y besó a Kangin
firmemente en los labios. Se apartó rápidamente.
—Mejor te vas ahora, antes de que
te ruegue que te quedes —Lo giró hacia la puerta de su habitación y lo empujó
hacia afuera.
No quería verlo alejarse, tan
tonto cómo sonaba; en vez de usar palabras le mandó una imagen desde su mente.
Era de él sosteniéndolo cerca; Teuk inclinaba su cabeza a un lado cómo hacen
los lobos para mostrar sumisión, y cómo una pareja haría por su compañero para
realizar los ritos de sangre. No tenía ni la más remota idea de dónde había
venido ese pensamiento, tal vez era su subconsciente dejándole saber que se
sometería a la ceremonia de los ritos de sangre.
—Eso es nuevo para mí —se dijo así
mismo.
En su mente oyó a Kangin gruñir en
respuesta de ese pensamiento y todo lo que dijo fue, Pronto, mi amor, pronto.
Teuk tembló ante sus palabras. Oh
que bueno, respondió sarcásticamente. Oye, ¿qué más podía esperar de él? El
sarcasmo era su especialidad.
Se fue hacia su ventana y se sentó
en el asiento mirando hacia la calle. Estaba esperando ver a Kangin salir de su
casa, así podía observarlo caminar hacia el otro lado de la calle. Sip, estaba
mal. Vio a Yunho caminar hacia afuera y a Kangin detrás. Yunho abrazó a Kangin
otra vez.
Caramba realmente son un manojo de
tocones, ¿verdad?, pensó. Luego ellos hablaron por unos minutos. Cuándo
finalmente se separaron, Yunho se colocó delante de Kangin, puso su mano sobre
su corazón, se inclinó ligeramente, y giró su cabeza para exponer su cuello. La
única respuesta de Kangin para reconocer la obvia sumisión de Yunho fue una
cabeceada brusca. Entonces Yunho dio la vuelta y regresó a la casa de Teuk.
Antes de seguir su camino hacia la
casa de los Henry, Kangin se dio vuelta y miro hacia la ventana de Teuk. Al
principio Teuk quiso esconderse muy lejos, avergonzado de ser atrapado
mirándolo... otra vez. Entonces pensó, ¡Qué demonios! ¿Cuán seguido puedo
anhelar a Coreanos ardientes?
"Espero que no desees a ningún otro. Coreanos, calientes, o lo que sea…
Luna, ¿qué se supone que significa eso?", Kangin le envió su pensamiento.
"Realmente vas a tener que invertir en un buen diccionario y uno de
sinónimos, ¿lo sabes verdad?", respondió Teuk.
Observó mientras él le soplaba un
beso y no pudo evitar pensar cuánto habría preferido que sus labios estuviesen
en el extremo receptor de ese beso en vez de su mano. Sintió comezón en el
cuello ante la idea de sus labios y estaba diciéndose a sí mismo que se
controlara cuándo se dio cuenta de que Kangin no le había dicho algo. Teuk
abrió su ventana y se asomó.
—"Kangin, convenientemente has olvidado decirme cómo voy a tomar tu
sangre" —le dijo Teuk.
—"No lo he olvidado, pensé que sería obvio amor —Kangin le dijo—. Vas a devolverme la mordida" —Kangin le
hizo un guiño y sonrió, luego siguió su camino hacia la casa de los Henry.
—Si tú no lo quieres morder, yo lo
haré.
Teuk se giró para ver a Donghae y
a Hee parados en la entrada de su habitación. Donghae levantó su mano derecha
la cual sostenía una taza.
—¿Té caliente? —preguntó.
—Más vale que lo creas —Fue lo
todo lo que Teuk dijo.
Kangin sonreía para sus adentros
mientras caminaba por la calle hacia la casa de los Henry. No había olvidado
decirle a Leeteuk que tendría que
morderlo; sólo había
estado esperando el momento adecuado porque había aprendido
rápidamente que su Luna era impredecible.
No sabía si iba a estar contento
por conseguir vengarse de él por morderle o si la idea de tener que morderlo
con fuerza suficiente como para extraerle sangre sería el último empujón
para llevarle al
borde. Para su
alivio, no había
enloquecido... todavía. Simplemente parecía confundido, supuso que eso
calaría en poco tiempo y Leeteuk se pondría en contacto con él más tarde esta
noche.
Kangin alcanzó la cocina y luego
en mitad de las escaleras se encontró con Brian.
—¿Cómo estuvo
la cita? —preguntó Brian moviendo las cejas.
—Estuvo bien, Leeteuk es un joven maravilloso
—respondió Kangin.
—¿Así que vas a salir con él otra
vez?
—Espero que sí, no se lo pedí esta
noche, ya sabes, no quería parecer obsesionado o algo así —le dijo Kangin y se rio
para sus adentros. Sabía que estaba más allá de la obsesión, pero de nuevo no
era sólo un joven que le gustaba, Leeteuk era más que un flechazo, por lo que
honestamente estaba siendo bastante razonable acerca de la situación en
general. Sip, sigue diciéndote eso, pensó Kangin.
—Oh, has recibido una llamada
mientras estabas fuera —le dijo Brian.
—¿Una llamada telefónica? ¿Era de
mis padres? —preguntó Kangin.
—No, fue de Jongsup, el vendedor
del concesionario. Pidió que lo llamaras esta noche, que era muy importante.
Escribí su número y lo pegue con cinta adhesiva en tu puerta.
—Está bien, gracias —respondió Kangin
distraídamente mientras siguió subiendo las escaleras pasando a Brian.
—Te veré por la mañana —le dijo
Brian.
—Sí, nos vemos —Fue todo lo que
dijo Kangin.
Cuándo Kangin llegó a su
habitación, vio la nota que Brian había pegado en la puerta. La arrancó y abrió
la puerta y luego la cerró detrás de él.
Por un momento se quedó mirando la
hoja de papel, no muy seguro de si debía llamar primero a su Alfa, o devolver
la llamada a Jongup. Decidió que debía llamar a Jongsup en primer lugar porque
entonces podría decirle a su padre respecto a decirle todo a Leeteuk y lo de
haber hablado con Jongsup. Cogió el teléfono y marcó el número que Brian había
escrito en el papel. Lo escuchó sonar cuatro veces cuándo alguien finalmente
respondió.
—Hola —dijo la voz.
—Llamo para hablar con Jongsup, por
favor —dijo cortésmente Kangin.
—Espera por favor —le dijo la voz
a Kangin.
Kangin esperó durante varios
minutos antes de que otra voz se oyera en la línea. Estaba tratando de no
pensar en todos los escenarios que podrían presentarse al final de todo dadas
las circunstancias y
lamentablemente cada uno
no era mejor que el otro.
—¿Es el cachorro de Corea?
—preguntó una voz profunda.
—Si por el cachorro que quiere
decir que el príncipe Coreano de los Canis Lupus, entonces estás en lo correcto
—respondió Kangin ya queriendo gruñir—. ¿Con quién tengo el placer de hablar?
—preguntó Kangin.
—Mi nombre es Lee Shangchul, soy
el Alfa de la manada de Coldspring. Estoy llamando para averiguar por qué
todavía está en mi territorio cuándo no ha sido autorizado para estar aquí. No
sólo eso, sino ¿por qué se está quedando al otro lado de la calle dónde vive la
pareja que he reclamado cómo mía? —pregunto Shangchul con su voz comenzando a convertirse
en un largo rugido mientras hablaba.
A Kangin comenzaron a brillarle
los ojos, sintió que sus colmillos se alargaban y tuvo que cerrar los ojos para
conseguir calmarse. Este perro callejero se había atrevido a reclamar a Leeteuk
cómo suyo, si él se acercaba a su compañero iba a rasgar su garganta. Una vez
que él estuvo tranquilo y fue capaz de hablar, respondió.
—No hay registro de su manada, por
lo tanto no tengo que pedir permiso para estar aquí. En cuanto a la pareja a la
que usted se refiere, a menos que pueda probar que de hecho es su compañero no
tiene ningún derecho sobre él.
Kangin escuchó un gruñido bajo en
el otro extremo del teléfono. Esperó a que Shangchul respondiera y por un
momento pensó que el otro lobo ya no estaba allí, pero entonces lo oyó hablar.
—¿Está tratando de decir que puede
demostrar que es su compañero? —preguntó Shangchul.
—Sí —Fue todo lo que Kangin dijo
en respuesta.
Entonces oyó a Shangchul decir una
cosa Kangin había tenido la esperanza de poder evitar.
—Entonces te desafío por la
ceremonia de vinculación. Sabes cómo funciona esto, ¿correcto? Aunque lo sepas,
permíteme refrescarte la memoria. Incluso si él lleva tus marcas, no está unido
a ti y por lo tanto tengo derecho a desafiarte por una ceremonia de
vinculación. Si gano, esto por supuesto significa que mueres, entonces tomaré a
la pareja cómo compañero y será vinculado a mí. Si tú ganas, bueno el resultado
es obvio —explicó Shangchul.
Kangin respiró hondo. Su Alfa iba
a estar furioso. Leeteuk iba a estar aún más furioso cuándo se enterara de que
tenía que ir a Corea. En realidad así no era cómo Kangin había esperado
comenzar su último año en la escuela secundaria. Kangin tenía que comprar algo
de tiempo a fin de conseguir que Leeteuk y su madre se fueran del país, lo que
significaba que tendría que ir sin él. No le gustaba la idea, pero haría todo
lo que pudiera para mantener seguro a su compañero.
—No puedo hacer nada más que
aceptar, sin embargo tengo el derecho de solicitar que mi Alfa esté presente en
el desafío para asegurar una lucha justa, y cómo está en Corea, le tomará dos
días para llegar hasta aquí —le dijo Kangin.
—Conozco las reglas, puedes llamar
a tu Alfa para que venga y sea testigo, sin embargo durante esos dos días Leeteuk
—Shangchul hizo una pausa cuándo escuchó a Kangin chasquear los dientes y
gruñir, pero luego continuó sin
demostrar de forma
alguna que se
había dado cuenta de la reacción
de Kangin—, estará bajo arresto domiciliario, sólo en caso de que estuvieras
planeando tratar de sacarlo de contrabando mientras estamos a la espera de tu
Alfa. Tendré a dos guardias en su casa y no se te permitirá verla durante este
tiempo —explicó Shangchul.
Kangin estaba
perdiendo rápidamente el
control de su
compostura y Lee Shangchul
finalmente lo empujó sobre el borde cuándo le dijo a Kangin que iba
a pasar por
la casa de Leeteuk
al día
siguiente para expresarle sus
intenciones. Las uñas de Kangin comenzaron a crecer afiladas y su rostro estaba
comenzando a perder su forma humana mientras el lobo trataba de empujar para
salir. Su compañero estaba en peligro, otro macho estaba tratando de alejarlo
de él, y él quería sangre.
Pero como se atreve este aparecido a decir que Tukkie es de él!!!
ResponderEliminarAhhhh Kanging arrancale la cabeza a ese hijo de su madresita!!!!!
Ahhhh~